Hace un par de meses una muchacha americana, Alye Polack, estudiante de trece años, publicó, sin saberlo sus padres, un vídeo de 2.58 minutos en Youtube. Sin decir una palabra y mostrando únicamente unos carteles escritos por ella, mostró al mundo el acoso al que estaba siendo sometida en la escuela. El título del vídeo era “Las palabras hieren más que los palos y las piedras”. Cada día tenía que oírse crueles insultos que pretendían herirla en lo más hondo de su ser. Me abstengo de reproducirlos. El que quiera ver el vídeo de Alye, dejo aquí el enlace al mismo.
Este vídeo se difundió inmediatamente por internet y recibió centenares de miles de visitas y miles de mensajes en los que se expresaban apoyo a Alye por el infierno vivido en su colegio. Alguien ha definido este mensaje de la muchacha americana como un ejemplo de “sentido y sensibilidad” que ha hecho que muchos otros escolares le hayan contestado de igual modo, también con sensibilidad e inteligencia.
En nuestro blog de aula Vamos a meternos en la boca del lobo publicamos el vídeo, lo vimos en clase y abrimos un debate posterior. Los alumnos de segundo de ESO se mostraron todos sensibilizados con la situación de Alye a la que –sugerí- podíamos darle una respuesta del curso. La mayor parte decidieron participar en un vídeo que grabaríamos y publicaríamos en Youtube contestando con nuestras palabras a la situación de Alye. Si las palabras pueden herir, también pueden acariciar, dar afecto, apoyo y solidaridad. El idioma no sería un obstáculo. Nosotros habíamos podido entender sus mensajes en inglés y podríamos enviarle los nuestros en castellano. Si ella quería, podría también entenderlos teniendo en cuenta que nuestros gestos y actitudes serían igualmente expresivas de nuestro apoyo.
Words are worse than sticks and stones era el título de su vídeo y también del nuestro. En esta actividad hemos promovido el debate y la reflexión sobre el acoso escolar, sobre el daño que pueden hacer las palabras y la agresión verbal directa y virtual. Algunos de ellos reconocieron también que habían sido testigos de insultos parecidos. El siguiente aspecto a considerar era escribir nuestros mensajes de solidaridad y grabar el vídeo poniéndole una música adecuada. Este es el resultado de las dos sesiones que hicimos. Podía haber quedado mejor, pero es nuestro primer intento de elaborar un vídeo entre todos. Han colaborado todos los alumnos, pero algunos no quisieron aparecer en Youtube y no están presentes en la grabación. Después de la publicación del vídeo hemos recibido mensajes desde Estados Unidos haciéndose eco del nuestro vídeo creado en Cornellà de Llobregat y que ha cruzado el océano para hacer llegar a Alye nuestras palabras de aliento. Ojalá hayan llegado hasta ella. Con ellas va la convicción de estos muchachos de no querer convertirse en matones ni agresores de nadie. Sabemos que las palabras hacen daño y hemos de ser extremadamente cuidadosos con ellas.
Aprovecho para presentaros la alegría de mis alumnos de segundo de ESO, los protagonistas de Vamos a meternos en la boca del lobo. No están todos pero es una buena representación. Para mí es un lujo ser profesor de estos muchachos. Aparece también mi compañera Silvia con la que trabajo en equipo con estos muchachos de adaptación curricular. El año que viene con los recortes que están anunciados, esta docencia compartida dejará de ser posible así como –probablemente- los desdoblamientos y las atenciones individualizadas.
En todo caso, dejamos constancia de nuestra ilusión y solidaridad activa.