Quien piense que la universidad es un lugar de debate contrastado de todas las ideas y en la que domina el ansia de saber sin ningún tipo de restricción intelectual, está profundamente equivocado. Hay una ola potentísima que viene del mundo anglosajón y que ya está afectando a la universidad española que podría ser calificada como la universidad de la posverdad en la que no dominan los argumentos y la dialéctica de ideas sino el mundo de las emociones lo que quiere decir que los razonamientos son inútiles ante estas.
Importantes profesores de todos los ámbitos han sufrido en los campus universitarios procesos públicos tras los cuales han sido cancelados por campañas terribles en las redes sociales o en los muros mediante pintadas. Si estos profesores discrepan de algunas de las ideas del mundo emocional en que todo puede ser verdad y que se concretan en cuestiones como el racismo, el género o la identidad, sin duda serán machacados por su discrepancia y la universidad terminará expulsándolos para no crear inseguridad en sus alumnos que se sienten ofendidos.
Se pretende que la universidad se convierta en una guardería en que no se planteen ideas o razonamientos que pongan en peligro la seguridad de los alumnos. Así ponentes o profesores o importantes intelectuales son cancelados por medio de actos virulentos de boicot de una intensidad creciente y que terminan por ser eliminados de la universidad por las mismas instituciones de gobierno de esta contagiadas por el ambiente de censura y macartismo que domina en las mismas.
Si alguien pone algún reparo a las cuestiones de género, o la ideología woke o la de los trans está acabado, especialmente si es blanco y hetero pues será acusado de representar la ideología patriarcal. Cualquier debate al respecto es inmediatamente aplastado y cancelado.
El libro La transformación de la mente moderna cuyos autores Jonathan Haidt y Greg Lukianoff ponían de manifiesto que las universidades americanas, especialmente las de más prestigio, se habían convertido en nidos ideológicos de la posverdad, en las que se desatan campañas virulentas y violentas contra cualquier disidente de la moral correcta que no se puede poner en cuestión de ninguna manera, y las autoridades académicas, ya aterrorizadas por el clima de coacción y censura, participan de las cancelaciones contra sus propios profesores que terminan por ser despedidos por ofender a sus alumnos. Cualquier comentario “inmoral” que sea calificado de racista o transfóbico o patriarcal es bastante para que el profesor sufra una campaña brutal en redes sociales, manifestaciones y pintadas contra él, y no hay defensa posible. El clima de debate de ideas es totalmente inexistente en aras de mantener la universidad en un clima de seguridad que no atente contra las emociones de sus alumnos.
Es inútil reivindicar la libertad de expresión o de cátedra, antes consustanciales a la universidad. Hay entidades que rechazan totalmente dicha libertad de expresión y asesoran contra los profesores que pretenden acogerse a ella poniendo a los alumnos en contacto con asociaciones de todos los grupos raciales y géneros para que pueda boicoteárselos y cancelarlos. De ahí al despido queda muy poco.
Esto supone que en la universidad domina totalmente la autocensura, no se plantean ideas peligrosas y los propios alumnos se callan y reprimen para no ser a su vez cancelados.
Frank Furedi en su libro Qué le está pasando a la Universidad. Un análisis sociológico de su infantilización expresa que en el Reino Unido varias facultades de teología advierten a sus alumnos que a lo largo del curso puede mostrárseles a un hombre crucificado que podría herir su sensibilidad. Otro dato significativo fue las inscripciones a la universidad de Bristol donde se añadía el género felino para los que se identificaran con los gatos o el emojiself para los que hicieran con los emojis.
Esta ola ha llegado a España y políticos de todas las tendencias son boicoteados o sufren escraches en las universidades. Ya no digamos en la universidad catalana si pretende hablar alguien contrario al procés o poner un puesto de planteamientos no nacionalistas. La foto del blog es el acto de boicot contra el grupo constitucionalista S'ha acabat que quiso exponer pacíficamente su punto de vista.
El interesante libro Nadie nace en un cuerpo equivocado de José Errasti y Marino Pérez Álvarez que cuestiona los fundamentos de la ideología queer y trans, ha sido proscrito de las universidades españolas por tránsfobo y se han cancelado actos de debate sobre el libro por razones de seguridad.
Los alumnos han dejado de serlo y se han convertido en clientes que deciden, en un proceso creciente de infantilización, qué les hace sentir seguros y anulan o cancelan cualquier idea que les resulte peligrosa o amenazadora.
¿Es normal que un personajillo como Pablo Iglesias quisiera boicotear una charla-debate de Rosa Díez en la universidad?, ¿Cuáles son sus temores ante la charla libre que proponía Rosa Díez?, ¿Puede temblar su catecismo, su realidad, sus creencias?, ¿Pueden los alumnos contaminarse de razones que no sean compartidas con las suyas?, ¿Tan débiles son sus argumentos para no ser capaz de rebatirlos con la Razón?, ¿ Acaso no cree de forma racional en lo que dice y teme que su ideología caiga como un castillo de naipes por la debilidad estructural que la sustenta?. El ladrido como forma de raciocinio se impone, es una nueva dictadura, una asquerosa dictadura añado. La gente normal ya empieza a tener miedo a expresar sus opiniones por miedo a represalias , a ser señalado. Esto ocurre en Cataluña con el independentismo, muchos padres no pueden expresar sus opiniones por temor a perder a sus hijos o a sus nietos con ellos y lo se porque me lo han dicho directamente algún afectado. ¿Es esto normal? ¿que sociedad es esta?. Los supuestos líderes siembran el odio, hombres contra mujeres, empleados contra jefes, supuestas izquierdas contra supuestas derechas, homosexuales contra heterosexuales, o estás conmigo o contra mi. La universidad que debiera ser centro de la diversidad, del debate, del intercambio de pareceres se ha transformado en una "madrasa" donde quien no repita las "nuevas suras" del nuevo corán es apedreado, perseguido, defenestrado, vilipendiado o despedido. Hace poco hemos visto a un profesor de música de fama internacional ser despedido de una Universidad en Valencia por no hablar valenciano y ser sustituido por otro de menores cualidades, con menos conocimientos y capacidades musicales pero que hablaba valenciano ¿es normal esto?, ¿no es la música un lenguaje universal?. En España estamos viendo una campaña de persecución del castellano o español, una persona puede rotular Kentucky Fried Chicken, Volkswagen o City Bank pero no puede poner Peluqueria Marisol (la multaron por ello, era mi pareja, lo sé porque he visto la denuncia), ¿es normal esto?. Los fanatismos y totalitarismos nos invaden disfrazados de "democráticos", de "progresistas" y de su p..a madre, pero se han olvidado de lo principal, del "Vive y deja vivir". La Universidad manejada por "socerdotes y socerdotas" del Régimen en vez de frenarlos los alimenta. Esto va a estallar, y no tardando mucho creo yo y quizas hasta es bueno que estalle. A esto hemos llegado, ya esta bien de intimidar y señalar.
ResponderEliminarUn saludo.
No dices nada que no sea certero o exacto. Es exactamente como escribes. No exageras, es así. La libertad de expresión es algo que no se tolera y menos en la universidad, pero aquí no ha hecho sino empezar si tomamos como referencia las universidades anglosajonas que imitamos en todo -lo malo especialmente-. Lo que no estoy de acuerdo es que digas que esto va a estallar. No lo veo, si acaso se va a agravar, no hay mecanismos democráticos para evitar una deriva que has analizado y comentado bien. Y de fondo están las redes sociales, Daniel, nadie se atreve a enfrentarse a ellas. Prestigiosos profesores de arte dramático en Barcelona han sido cancelados porque alumnos o alumnas mediocres los han señalado. Me refiero a Joan Ollé recientemente fallecido y a Lluís Pasqual, ambos brillantes, que fueron cancelados. Ninguno d elos dos era independentista y en ello hay bastante de explicación de lo que les ha pasado. Pasqual se ha ido a Madrid. El panorama es desalentador. Yo no tengo ninguna esperanza porque todavía no ha llegado lo peor. Pablo Iglesias también ha sufrido escraches en la universidad. Quien siembra vientos recoge tempestades. ESCRACHE A PABLO IGLESIAS Saludos.
EliminarEs el nuevo orden, el triunfo de los ofendiditos, y no solo se da en la Universidad sino en todos los ámbitos. El respeto a otras ideas, el escuchar al otro, el razonar con él otro ha desaparecido. Ahora se discute directamente, y sin escuchar las razones del otro. No se si es infantilización o estupidización.
ResponderEliminarPuede que se dé en todos los ámbitos pero es especialmente grave que la universidad se haya convertido en un zulo de talibanes contra la libertad de expresión y el libre pensamiento, además con la tolerancia de las autoridades académicas que tienen terror a las redes sociales y a las paredes.
EliminarLos políticos y en este caso las autoridades académicas deberían tener prohibido acceder a las redes sociales y por supuesto a publicar contenido en ellas.
ResponderEliminarEsta idea es impracticable. Por el blog de Lluís Bosch he sabido que el alcalde de Sabadell utiliza masivamente las redes sociales para contar cuestiones de su vida personal y así atraer la sensibilidad de los votantes. Creo que habla de la enfermedad de su hijo. Las redes sociales son uno de los cánceres de la democracia. Imagino que hay más pero este es uno de ellos.
EliminarDiría que es el alcalde de Terrassa. En Sabadell tenemos alcaldesa: Marta Farrés.
EliminarEs tal como dices. No hace mucho me encontré con el decano de la facultad de Filosofía en la estación de tren de El Prat y me comentó algo similar. Resulta que ya me había dado clases en la facultad de Teología, hace años, y hablamos de que ahora habían críticas por lo del crucifijo como una máquina de tortura expuesta a las miradas de todos.
ResponderEliminarDe risa.
Los alumnos empiezan a ser periféricos de sus terminales y la fragilidad con que afrontan su futuro no me convence.
Salut
Cuando he leído esta anécdota, he pensado que exageraban, pero tú me lo estás confirmando con tu aportación. Me parece tan increíble... No obstante, todo esto va paralelo a una falta total de cultura general. Antes se leía la prensa y eso daba mucha cultura, unida a la de la escuela, pero ahora los jóvenes solo se alimentan de redes sociales. Desconocen totalmente todo lo relativo a la historia sagrada, la simbología, los conocimientos bíblicos que para nosotros fueron parte de nuestra formación. Pero no son los únicos responsables. Hay una legión de pedagogos y especialistas en educación que han cuestionado el papel de la memoria y de los conocimientos diciendo que todo está en google y que no hay que memorizar. Los futuros maestros están formados en esta forma de entender el mundo y en las facultades de magisterio solo les hablan de género y la cultura woke. Lo sé por el hijo de una amiga que está estudiando. Los debates son imposibles porque al que disiente de una posverdad se le machaca por machista, o por racista o por transfobo o fascista. Mis hijas mismas, ambas universitarias y con un buen expediente académico, carecen en buena parte de cultura general. Es muy peligroso, Miquel. Mucho. Salut.
EliminarEspantoso!
ResponderEliminarEso es la muerte de todo lo que representa una universidad!!!
Saludos.
Exactamente, Alfred, lo has expresado bien. Es la muerte de lo que representaba una universidad en su ansia de universalidad y devoción por el conocimiento. La deriva viene desde el Mayo francés de 1968 en que se proclamó la demolición de los saberes clásicos en aras de una nueva cultura juvenil y revolucionaria. Saludos.
EliminarSi a las "ideas políticamente correctas" de la nueva izquierda le añades el radicalismo independentista, te puedes hacer una idea del clima que se respira tanto en la Universidad Autónoma como en la Central de Barcelona.
ResponderEliminarLo paradójico es que son una minoría, pero se han apoderado de los "campus" a base de violencia y escraches a todo aquello que diverge de su ideario maniqueo.
No son muy diferentes de los falangistas que casi fusilan a Don Miguel de Unamuno en Salamanca, y lo penoso es que han pasado más de ochenta años y continuamos con el odio feroz al disidente.
Coincido con vosotros, las redes sociales se han convertido en la lacra de nuestra época, con una capacidad de amplificación del odio nunca vista hasta ahora.
Saludos.
Tienes razón, Rodericus en todo lo que escribes, así es el panorama de la universidad catalana. Talibanes que dominan totalmente el panorama universitario pero las autoridades en connivencia con las ideas independentistas no se quedan atrás. Si están allí es por algo, no han llegado a sus cargos por su neutralidad política. He estado recientemente en la UAB y la he visto llena de eslóganes independentistas en marquesinas y carteles oficiales. El principal aprendizaje que se tiene en cuanto se entra en la universidad, si no comulgas con el ambiente, es mantener la boca cerrada pase lo que pase, oigas lo que oigas. Eso si tienes ideas porque puedes pertenecer a una buena parte del alumnado que carece de ellas y solo tiene emociones.
EliminarNo obstante, recuerdo la universidad de los años del tardofranquismo y la transición y el clima era el mismo. La universidad estaba totalmente dominada por organizaciones políticas revolucionarias y pobre del que dijera algo que no estuviera en sus proclamas. Yo lo intenté en alguna ocasión y fui aplastado. Luego me uní a ellos para manipular a mis compañeros. La manipulación política es la estrategia en la universidad. El independentismo utiliza el mismo agitprop que utilizábamos nosotros en nombre de la revolución proletaria. Saludos.
Esta es la frase exacta: "no han llegado a sus cargos por su neutralidad política".
EliminarEs esta.
He estado en diferentes épocas en la universidad,siempre ha sido así, sólo es noticia los grupos radicales,de cada momento.En cuanto a los alumnos ni mejores ni peores,somos nosotros los que nos hacemos viejos y nos separamos de su realidad.Pasaba igual en nuestro tiempo,para los años sesenta los follones que hacíamos, eran radicales y violentos para el sistema
ResponderEliminarDe acuerdo, car res, la universidad siempre ha sido foco de tensiones políticas pero lo que está pasando en el mundo anglosajón es nuevo. Los alumnos y sus asociaciones promueven movilizaciones contra cualquier idea que para ellos sea disruptiva en el terreno de racismo-genero-trans entendiendo que solo hay una ideología y que no puede discutirse: la ideología woke. Ser acusado de patriarcal o de atacar las identidades de género -hay treinta y siete identidades de género y diez orientaciones sexuales, reconocidas en España- es motivo para ser destrozado como persona, como alumno o como profesor. Fíjate que hasta ahora entendíamos que hay dos géneros, masculino y femenino, pues ahora hay treinta y siete reconocidos. Disentir de este absurdo en el terreno de las ideas te lleva a ser cancelado. Disentir de la ideología trans que pretende que a los doce años un niño elija su género lo que supone ser hormonado y amputados los pechos a las niñas, es motivo para ser cancelado. Esto no es el pasado, car res, es el presente, y las universidades son el escenario de una lucha violenta y peligrosa en que nadie puede sentirse seguro. Esto no ha llegado totalmente a España, pero está llegando. El proyecto de ley trans que se está dirimiendo supone una posibilidad extremadamente peligrosa. No es broma, y esto es el presente y no el pasado.
EliminarNuestra sociedad cada vez es más intransigente, teniendo en cuenta que somos las personas individuales quienes la constituimos, tal vez deberiamos reflexionar sobre nuestra tolerancia a lo diferente.
ResponderEliminarEl pensamiento único es devastador en mi opinión y cuando se castiga a alguien por no ver las cosas como la gran mayoría, estamos pisando arenas movedizas. Es triste tener que callarse para no ser cancelado pero al menos sabes que puedes tener opinión propia, y te sirve a ti y a cualquiera que sea capaz de leer entre líneas.
Mi opinión personal de todo lo que está sucediendo en nuestro país y en el mundo es que, a pesar de que a veces pueda ser muy doloroso, es necesario defender el derecho de los demás a expresar su parecer, manipulados o no según nuestro entender, solo nos queda respetar como única opción viable para escapar de la devastadora intransigencia.
Un abrazo
No sé si te he acabado de entender. No sé a quién atribuyes la intransigencia, si a la sociedad, vamos a llamarla, tradicional o a los nuevos movimientos woke que están extendiendo su fuerza contra incluso las perspectivas feministas y progresistas. No he podido comprender tu posición respecto a los cambios que se están produciendo en el mundo universitario anglosajón -en algún sentido es aterrador- y que están llegando a España. Las universidades se han convertido en foco de talibanes del género y el antirracismo en que ser hombre, heterosexual y blanco es un motivo ya de entrada para ser cancelado. Ha dado un giro total. Los profesores que defienden la libertad de expresión son aplastados y despedidos. He leído el libro "La transformación de la mente moderna" y es pavoroso. Los alumnos sobre todo a partir de los años 2013 y posteriores exigen que la universidad sea un "espacio seguro" en que no entre ninguna idea que les pueda herir su sensibilidad. Esto produce una censura brutal y un clima de amenaza patente.
EliminarUn abrazo, Ana.
Expresarse libremente, en el ámbito de la universidad o en cualquier otro, no es sencillo pues si te sales mucho de los esquemas generalmente aceptados, el ataque es seguro. Lo que llame intransigencia es esa censura que citas, abunda, y creo que la practicamos todos aunque a distinta escala, tal vez la hemos normalizado y por eso ha llegado a límites tan exagerados. Lo que quiero decir, y a lo mejor suena extraño pero yo lo veo así, es que todos contribuimos a que nuestra sociedad tome determinados derroteros, algo no estamos haciendo bien cuando la libertad de expresión está mutilada, y no por un estado policial sino por tus propios vecinos o incluso allegados.
EliminarAhora lo comprendo mejor. Es cierto que el controlador de nuestra libertad de expresión no es el estado sino miles y miles de voces anónimas que observan, escuchan e intervienen para desarmar cualquier idea que se salga de sus esquemas. Pienso que esta nueva situación de la libertad de expresión la pone bajo mínimos. Somos a la vez censores y censurados.
EliminarSólo hay un radicalismo, independientemente de lo que defienda, En las formas no hay diferencia. Se ha conseguido que si discrepas no discutas, (que te cae, la del pulpo), en uno u otro sentido. En micaso estoy rodeado de integrismo religioso.
ResponderEliminarAl final igual que todo joven debe ser "emprendedor" lo que al final quiere decir que se pague sus gastos sociales y de trabajo, se ha acabado la censura externa y ha sido sustituida ventajosamente por la autocensura.. Yo ya no hablo casi nada y lo llevo fatal!
Un abrazo
Solo hay algo peor que la censura y es la autocensura, cuando nos callamos para no molestar, para no tener problemas, para no recibir amenazas, para no ser cancelado, para mantener el trabajo. Nunca había habido un clima de amedrentamiento como el actual en el mundo. Decir lo que se piensa es muy peligroso. Tú lo experimentas en tu vida por causa del integrismo religioso. Yo por causa del independentismo -he de mantener mi boca cerrada al respecto: cuando el procés me manifesté en Facebook y bastantes personas me han tachado de su lista de amigos, varios exalumnos y en algún caso ha sido doloroso. Se crea un clima de intimidación en el que no es posible manifestar ninguna disidencia. Y así se llega a la autocensura, que tú bien conoces.
EliminarPienso que sí existe censura externa. Yo no soy nadie y puedo hablar aquí -hasta cierto punto- pero si fuera alguien podría pasarlo muy mal. Solo hay que ver la influencia de las redes sociales para hundir a alguien de un modo brutal.
No es conveniente no hablar, los seres humanos necesitamos hacerlo aunque sea con algunas personas en confianza. Si no las tienes, malo. Entiendo que lo pases mal.
Un abrazo.
Al final igual que todo joven debe ser "emprendedor" lo que al final quiere decir que se pague sus gastos sociales y de trabajo..."
ResponderEliminarEsta frase NUBEAGUA...es muy certera, mucho, y creo ha dado en la diana.
Salut
La única forma de aprender es que alguien te rete en tus creencias, que te sientas atacado con un argumento, porque entonces buscas informarte más, intentas contraatacar y, muchas veces, acabas por reconocer que eras imbécil y te habías equivocado (aunque intentes no hablar mucho de eso)
ResponderEliminarLas universidades servían, sobre todo, para eso, si lo pierden habremos perdido gran parte de su significado... y sí por desgracia vamos camino de eso.
No sé si las universidades servían para eso. Tengo reciente la carrera de mis dos hijas en el campo científico y puedo estar seguro que en los cuatro años de carrera no han asistido a debate alguno en que pudieran exponer sus puntos de vista. Una hija es biomédica, una de cuyas especialidades es la genética. No sé si han podido entrar en las disquisiciones de género en que ahora se habla de treinta y siete identidades de género y que este es totalmente un constructo social. Al parecer ser mujer u hombre o cualquiera de sus diferentes identidades sexuales es una elección personal. Pienso que la biomedicina podría haber aportado en su carrera mucho para debatir, pero no ha sido así. Mi otra hija es enfermera y en sus cuatro años solo ha recibido ingentes bits de información pero sin ningún debate. Es una pena esto, pero lo que viene es peor.
EliminarVerás, es hablar por hablar, es que tratas tres temas:la universidad actual, los universitarios de ahora y las distintas formas de genero.Los relacionas para llegar a una conclusión,de una idea que ya tienes previa :esto va fatal. Cada uno de ellos es lo suficientemente importante para tratarlos independientemente.
ResponderEliminarBueno, el texto original trata sobre la universidad americana y británica como origen de una transformación en el ambiente universitario basada en la lectura de varios libros que hablan al respecto. Esta es la base, y sostengo que el ambiente de censura está llegando a la universidad española en buena parte. En esta política de la cancelación tienen una importancia tremenda el antirracismo y la ideología de género. Esta era la idea directriz, otra cosa es que se haya reflexionado que la universidad siempre ha sido problemática y se haya hablado de la universidad española como foco de conflictos políticos. Pero la idea primordial es la inicial, y es la que quería plantear. Un cordial saludo.
EliminarMe viene bien esa información. No conozco el mundo actual de las universidades, pero aunque citas casos y libros no sé hasta qué punto pueden interferirse unas cuestiones con otras y desvirtuar la supuesta capacidad del complejo mundo universitario. En mis tiempos tampoco había debate promovido desde la institución. Era otro tiempo, se dirá. Pero desde la base sí se estimulaban ideas, informaciones y actividades culturales que rompían el corsé imperante. NO vale ahora recordar aquello, ya lo veo.
ResponderEliminarEl único libro que he leído es La transformación de la mente moderna de Jonathan Haidt y Greg Lukianoff y es especialmente interesante para conocer el estado de las grandes universidades norteamericanas, algo que te supondrá una gran sorpresa pues es un tema poco conocido por aquí. Es altamente recomendable para comprender lo que en un post sintético no se puede expresar. Esta transformación en la mente de los jóvenes universitarios sin duda está llegando a España aunque todavía tímidamente. Este libro se lo recomendé a un profesor universitario de la Pompeu Fabra y le supuso un conocimiento interesantísimo para saber por dónde van a ir las cosas.
EliminarEn el último curso de carrera, y a través de las asignaturas de libre elección, tuve la oportunidad de asistir como alumno a la facultad de Filosofía y posteriormente a la de Ciencias Políticas, estuve un trimestre en cada una estudiando las asignaturas de las que me matriculé. .
ResponderEliminarYo venía de la Ciencias de la Información (Complutense), y allí había cierto activismo pero sin imposiciones.
Después, en Filosofía, el activismo era más notorio, había más “movimiento”, pero el ambiente seguía siendo relativamente sereno.
El punto de inflexión fue la facultad de Ciencias Políticas (allí coincidí con los ahora conocidos Pablo Iglesias, Errejón y Monedero), el activismo estudiantil era un movimiento potente… pero a la vez intimidatorio si a uno se le ocurría pronunciarse en contra de la liturgia imperante (grupos radicales de izquierda, antisistemas…). Recuerdo que, estando en vigor la norma que prohíbe fumar dentro de las facultades, allí adentro fumaba hasta el “tato”, el ambiente era claustrofóbico y atravesabas un densísima cortina de humo en cualquier pasillo para acceder a clase (me pregunto que haría algún asmático…)
Yo no era fumador, así que pasaba tapándome la boca, allí nadie decía nada, ni mu, no se te ocurriese ir contra el “sistema” (el de ellos) porque te acosaban, violentaban y amedrantaban cien “estudiantes” ipso facto. Nadie decía nada, ni el rector, ni el director, ni los profesores…
Yo opté por asistir tranquilamente a mis clases (muy interesantes para mí), aprobar mis asignaturas, y adiós muy buenas.
Creo un tanto exagerada tu afirmación: “(…) que ser hombre, heterosexual y blanco es un motivo ya de entrada para ser cancelado “ (en la universidad).
Todos los días van miles de personas a las universidades que encajan en esa descripción, y no les pasa absolutamente nada.
En todo caso, habrá que estar ojo avizor por si esos aires de afuera, como atestiguas gracias a tus lecturas, acaban soplando con fuerza por aquí...
Abrazo, Joselu.
Muy interesante tu aportación sobre tu estancia en la facultad de Ciencias Políticas, dominio del clan que luego fue Podemos. Algo así había oído en otros artículos.
ResponderEliminarEn cuanto a que ser hombre, heterosexual y blanco es un motivo para descalificarte no es exactamente así porque yo no he dicho "de entrada", pero en caso de ser un profesor que entre en conflicto con la universidad por criterios evanescentes, en Estados Unidos ser eso es suficiente para hundirte por considerársete un elemento del mundo patriarcal. Te enlazo un artículo de EL MUNDO que no sé si podrás leer, pienso que no, pero aporta el testimonio de un profesor español decano de la facultad de Arquitectura que fue cancelado al final por su presunta ideología patriarcal. Te dejo el enlace que concuerda con todo lo que he leído al respecto
CÓMO LA UNIVERSIDAD DEJÓ DE CREER EN LA VERDAD Un abrazo, Paco, no sabes lo que aprecio tus comentarios generosos y sensatos.
Ese fragmento tuyo que entrecomillo, era una opinión que habías dejado en una respuesta a Ana, no pertenece al post.
EliminarAprovecho para agradecerte esos enlaces, amigo Joselu.
Tienes razón, lo había escrito pero no era correcto como te aclaro en mi respuesta. No sé si lo podrás leer porque es de suscripción y seguramente no te dejará entrar. Cuando leí algún libro sobre la universidad americana, realmente me conmocioné. Creo que es un tema totalmente desconocido por aquí. En cada instituto o universidad hay una materia obligatoria en todas las carreras que se titula algo así como "Estudios sobre la blanquedad" en que se reúnen todos los argumentos o evidencias del abuso que han hecho los blancos contra otras etnias o colores a lo largo de la historia norteamericana. Es un reconocimiento de culpa colectiva e implica la necesidad de reparación a otras culturas (india, negra, asiática...). Esto supone que un blanco en general puede hablar poco cuando hay una cuestión en que se implique el racismo de un modo u otro -sea real o imaginario-. Si se es blanco, uno forma del bando culpable. Ser blanco es ser culpable directamente. Uno ha de pertenecer a una minoría oprimida para poder hablar con derecho. Pueden hablar las mujeres, los homosexuales, las minorías étnicas, los trans, los sujetos de la interseccionalidad, pero si uno es blanco simplemente es considerado sospechoso y casi culpable si no de su actividad, sí de su pasado.
EliminarAhora que concretas más, en las series de Netflix(donde se imponen el multiracismo positivo),en las escenas de grupo con americanos de diferente color y género (profesionales),es verdad que existe la acusación al blanco y varón,con frases como:"es que a mi me ha costado más llegar a este puesto, por ser mujer y además negra. Debe ser una realidad, porque se repite mucho. Pero no lo veo como una acusación como tal,sino como un costo añadido, porque luego terminan en la cama,jejjeje.,que cosas.
ResponderEliminarImagino que las series dan una imagen del conflicto racial más o menos ajustada a la realidad, aunque pienso que tiene que ser mucho más crudo que lo que nos plantean. Las relaciones afectivas interraciales son más bien extraordinarias, no son como nos presentan las series que suponen un intento educativo de la colectividad. La tensión es muy fuerte en el ámbito social, político y universitario. Se cuestionan totalmente los valores y principios del universo blanco incluso en educación planteando que el nivel de exigencia de las escuelas responden a criterios blancos -exigencia, objetivos- y que los negros no tienen por qué responder al sistema de los blancos. Las relaciones interraciales son muy difíciles al margen de lo que expresen las series. No aprenden al mismo ritmo los negros, los blancos y los asíáticos.
EliminarHay una novela de Chuck Palahniuk en que Estados Unidos está tan enfrentado que se divide en estados blancos, negros y gays. El nivel de conflicto es mucho mayor que lo que percibimos desde aquí. La novela se llama El día del ajuste.
He leído que el asunto de la universidad quizá pudo tener su origen en Estados Unidos, donde muchos estudiantes se agrupaban para conseguir que en las aulas nadie alterara sus convicciones con teorías un poco inquietantes que pudieran herir su delicada sensibilidad. Los profesores, quizá por ideología o para evitarse problemas y denuncias por parte de los alumnos, se iban adaptando y modificando sus programas, suprimiendo esto, añadiendo lo otro. A esos espacios seguros, libres de teorías que contravengan el ideario establecido, se los llama allí, parece ser, "Safety Spaces". Decía Javier Marías a este respecto en 2014, refunfuñando del asunto, claro: «que los términos que nos hieren, sean prohibidos; los hábitos que desaprobamos, tórnense ilegales; las ideas que nos perturban, no sean emitidas; las escenas que juzgamos perjudiciales, no existan, no las vea nadie».
ResponderEliminarNo solo hemos sido invadidos por Halloween y esas tonterías, que me da igual y ojalá fuera solo eso. Existe ya por doquier una clara vocación totalitaria, que se va adueñando del planeta. Lo que me preocupa es que esa vocación prohibidora y discriminadora contra todo aquel que piense diferente a lo establecido por unas minorías que mandan en en el mundo político, en las redes y en los medios ya campa a sus anchas aquí. Por ejemplo, es difícil expresar en twitter ideas que vayan en contra de algunas imbecilidades al uso o de algunas leyes bastante discutibles que se están cocinando: te caerá "la del pulpo" si lo haces y quedarás fulminado como "faccioso", "tránsfobo" o lo que sea. Pero, sobre todo, me preocupa que esa vocación totalitaria haya invadido los recintos universitarios.
Y ciertamente la han invadido. Todo lo que he leído sobre las universidades norteamericanas coincide con la apreciación de Javier Marías sobre los "Safety Spaces". Las más prestigiosas universidades de la Ivy League, carísimas, son el centro de un entramado de asociaciones que protegen los derechos de las minorías de todo tipo por cuestiones de color, género, orientación sexual, feminismo, de modo que cualquier micromachismo o supuestas agresiones reales o imaginarias contra cualquier colectivo implicado supone la cancelación de cualquier profesor por prestigioso que sea por lo que la circulación de ideas es restringida totalmente hacia las que marcan las consignas identitarias. Un desastre, sea Princeton, Yale o Harvard. Y pobre del que se salga de ellas. La autocensura es total, nadie osa hablar de temas polémicos que son todos porque el universo woke implica toda la cosmovisión.
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