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viernes, 16 de abril de 2021

Ejercicio de contrición

26 comentarios :

  1. Estamos en un mundo en que todo se hace de cara a la galería.

    Saludos.

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    1. Ayer llegué a Cerdanyola tras una caminata por los bosques de Collserola y lo primero que encontré fue una gran pintada que decía "abajo el patriarcado". Rápidamente me arrodillé y golpeé mi pecho y oré ante ella. Saludos.

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  2. Creo, insisto, en que hemos perdido el control de las palabras. Que no le damos la importancia que tienen y que las aplicamos para relleno de los oídos. Los políticos los primeros, de ellos, nosotros, sus seguidores. Y permíteme que lo aplique en general, habrá tiempo de particularizar.

    Los políticos, verdaderos vendedores de humo, se declaran anti lo que sea si la causa merece la pena, y la pena son los votos. Ellos son los primeros que saben la cantidad de votos que se sacan en los diferentes distritos ciudadanos, así saben como dar el regalo banalizado que el oyente desea escuchar.

    Ahora, han institucionalizado una palabra que me llama la atención "empoderamiento", y eso va me supongo, contra el patriarcado machista imperante en el seno de la sociedad.

    El Grupo Marcuse, editó un libro genial al respecto: De la miseria humana en el medio publicitario" Ed Melusina , (Biblioteca Glorias); en el encabezamiento nos dice algo que suena así: La publicidad sólo puede vender lo que promociona, ta sea un producto o "una buena causa".

    Creo que esta frase resume lo que son los políticos, publicistas, generalmente mediocres.

    Salut

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    1. Las políticas identitarias que se han extendido como una mancha de aceite desde que aparecieron las redes sociales (Google, Facebook, Twitter) están llevando al mundo a la locura, y estamos perdiendo el rumbo. Entiendo la lucha de muchas mujeres, como no, pero las derivaciones que tiene el pensamiento correcto son absolutamente disparatadas y crea dogmas que se convierten en sagrados y que no se puede discrepar de ellos. Antes podíamos ser ateos pero ahora no se puede cuestionar el pensamiento correcto porque te machacan si eres alguien. Y cuestionar a la todopoderosa LGTBi es peligrosísimo, son fuente de verdades absolutas.

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  3. Pienso que alguien se puede sentir plenamente identificado con este pensamiento, yo no. El mundo cambia y a mucha gente les coge con el pie cambiado, normalmente, más a las personas de mayor edad, individuos más agotados.
    Nos perdemos en los detalles, nos detenemos en lo que llama la atención, nos replegamos ante todo aquello que cuestiona nuestro pensamiento y, otra vez, los árboles no nos dejan ver el bosque. Nos falta perspectiva y panorámica. Nos sobra miedo paralizante. Somos muy nuestros, pero no por ello menos ridículos.

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    1. Francamente, Francisco, creo que te sería de vital importancia que leyeras La masa enfurecida de Douglas Murray, de donde está sacada la cita que he extraído. Es un libro que está levantando ampollas en el Reino Unido, pero que hasta sectores disidentes del mismo reconocen su interés. Seguir por sistema el mainstream puede ser moderno, pero no necesariamente aleccionador. Y como ya sabemos, ahora hay hijas, hijos e hijes, habremos de incorporarlo en los aforismos siguiendo a la modernísima Irene Montero.

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    2. ¿Cuándo las masas no han estado enfurecidas a lo largo de la historia? ¿Cuando lapidaban, asistían a la quema de brujas, a los ahorcamientos, linchamientos o decapitaciones? Las masas siempre enfurecen cuando se las agita. Ahora somos más millones, con más interacciones y, sobre todo, más altavoces de comunicación, y ese ruido de fondo distorsiona el pensamiento.
      He "picoteado" el libro, y por lo que he visto, desde una posición de elitista británico (con su mentalidad imperial) va narrando una serie de tópicos y clichés de hombre blanco que siente amenazado su mundo de riqueza por otras personas que toman posiciones en su sociedad rica. Lo que hace es defender sus privilegios lanzando hostilidad contra quienes entienden que son una amenaza que quiere derribar su supremacía para consolidar la suya. Pienso que no se trata de un “quítate tú, para ponerme yo”.

      “A lo mejor, en lugar de buscar la opresión debajo de cada piedra, podríamos empezar
      a salir del laberinto fijándonos en los distintos «grupos de víctimas» que no están
      oprimidos o que incluso gozan de ventajas. Por ejemplo, hay estudios que muestran
      que los gais y las lesbianas ganan más de promedio que sus colegas heterosexuales”. No sé qué pensarán los homosexuales o lesbianas de países de otros lugares del mundo donde son perseguidos y encarcelados, o los millones de oprimidos que viven y mueren en la miseria.

      Es cierto por lo poco que sé de este escritor que “el libro es un alegato por la libertad de expresión, los valores comunes compartidos (a su manera, claro: es un brexiter) y por la defensa de la verdad científica” o que se declara ateo cristiano (no sé cómo se come eso).

      Como todo libro abre un debate propio de estos tiempos sobre si los colectivos históricamente discriminados que han luchado por recibir el mismo trato que el resto de las personas, ahora tratan de imponerse a través de lo políticamente in
      correcto.

      El mensaje que parece transmitir Murray es que como pienses lo contrario de lo que está de moda, estás perdido o eres un perdedor. Eso no es nuevo. Es más, al no pensar igual que él también yo me siento amenazado por su discurso.

      A buen seguro alguien mayor a quien se le explicaran sus tesis diría: este hombre es un rancio.

      Pero, bueno, es mi pequeña opinión de hombre normalmente equivocado que asiste a una realidad cada vez más compleja y donde algunos seres que la pueblan pasan de la opresión a la supremacía según a qué grupo de poder pertenezcan y el poder es algo que nunca me ha interesado.

      Un abrazo, siempre.

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    3. Pienso que una lectura picoteando no da idea de lo que es el libro, más si has leído críticas contra él que pueden ser muy numerosas. Supongo que sabes que Murray es homosexual, lo digo para orientar su perpectiva. Es proceloso buscar en internet referencias sobre una obra que es polémica porque te dan la crítica hecha dependiendo de qué leas y su obra ha sido aguda y punzante. Es normal que muchos se hayan sentido cuestionados. La idea de que es el punto de vista de un supremacista blanco elitista y británico no hace justicia a este texto profundo y provocador. Te recomiendo vivamente que lo leas entero, sin apostillas. Interpretar una obra por lo que otros dicen de ella no es buena idea, más si es un relato a contracorriente. Ya has visto lo que le está pasando a Javier Cercas en Cataluña. Meter el dedo en el avispero del mainstream dominante es muy peligroso.

      Un fuerte abrazo, Francisco.

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    4. Sigo pensando que es un punto de vista elitista que no soluciona los problemas sino que trata de azuzar a la opinión pública, supongo que para vender libros y ser famoso. No me aporta mucho la verdad ese discurso. A quienes sintonizan con él sí, a quienes marginan, no. Lo de ser homosexual no me parece muy relevante para analizar sus tesis.

      Un abrazo cordial.

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    5. La opinión pública es azuzada por la ideologías identitarias. ¿Sabes que en la película Call me by your name, el seductor del adolescente, Armie Hammer, fue machacado y masacrado públicamente por haber interpretado el papel de un homosexual sin serlo? La idea de elitismo que proyectas sobre este libro nos contrapone a la contraria, la de popular, la verdad popular frente a la verdad elitista. Es una interpretación curiosa que me remite a los tribunales populares del dogma de la verdad. Te querría recordar que todos los avances ideológicos, científicos, filosóficos, literarios han sido obra de las élites. No creo que esta obra sea elitista en absoluto, pero si lo fuera, acaso la verdad no proviene la mayor parte de las veces de las individualidades que se enfrentan a su época. Seguir la masa, seguir la corriente dominante no es problemático, levantar el brazo en la Alemania de Hitler no era problemático, el problema era no levantarlo y esos son siempre minorías. No sé si elitistas. Yo que vivo en Cataluña me doy cuenta de lo que es un marco dominado por una ideología castrante, xenófoba y supremacista. Estar a favor es sencillo, tal vez Javier Cercas sea para ti un elitista. Un abrazo.

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    6. "Cuando dos personas no están de acuerdo en algo, pueden discrepar de forma amistosa si lo que persiguen es desentrañar la verdad o alcanzar un punto de equilibrio. Sin embargo, si una de las partes considera que su propósito en la vida reside en alguno de los aspectos de la propia discrepancia, entonces las opciones de alcanzar un punto de equilibrio disminuyen y las posibilidades de atisbar la verdad se desvanecen". Un abrazo.

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    7. Un abrazo, Francisco, todo debate es enconado pero entre nosotros prevalece siempre la cordialidad. Así lo entiendo.

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  4. No se tiene en cuenta el tremendo poder de las palabras. Levantan temporales de emociones que luego arrasan. Pero las palabras previamente han sido pensadas, rumiadas, hasta no precisan de un acto consciente para lanzarlas fuera, mucha veces contra los demás generando odios pegajosos y duraderos.
    Hay una clara tendencia, sobre todo basada en la orgullosa ignorancia voluntaria de seguidismo, sin el más mínimo análisis simplemente por pertenecer al grupo.
    Yo me bajaría del mundo, pero a esta velocidad que va...
    Un abrazo y buen finde

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    1. La presión sobre el lenguaje es enorme. En textos educativos de historia de Andalucía se habla de la invasión de España por visigodos y visigodas, de cristianos y cristianas, de moriscos y moriscas en todos los párrafos haciendo un producto farragoso y estúpido. Se quiere modificar a la humanidad mediante el lenguaje haciéndolo antieconómico y ramplón. Es una tendencia creciente y extendida entre los políticos y gente con cierto poder social. Eso y la tendencia al victimismo, todo el mundo en algún momento confiesa que ha sido abusado. Si no eres víctima no eres nada, no tienes derecho a hablar. El problema es que desde los libros de texto se está influyendo en los niños para modelizarlos respecto a las ideologías identitarias. Y sí, es cierto, las palabras nos producen temporales de emociones, a mí también. Un abrazo, y también buen finde para ti.

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  5. A falta de convicciones propias siempre es bueno meterse en "algún grupo" de moda. Ponerse su "uniforme", repetir sus soflamas aunque no hayas tenido la precaución de examinarlas y esas "cositas". Por ejemplo en las elecciones de Madrid los dos partidos "feministas" potemos y pesoe tienen candidatos varones, y los dos partidos "machistas" pepe y vox llevan candidatas femeninas. El partido que según sus adversarios es enemigo de la Sanidad Publica hace con el dinero de los ciudadanos madrileños un Hospital Público y los "defensores de la Sanidad publica", Pablito entre ellos, dice que si sale lo va a cerrar. Todo es coherencia y ejemplo.
    Los que no tienen nada que aportar solo les queda el enfrentamiento, hombres versus mujeres, Madrid Sur contra el Norte, obreros menos pagados contra los mejores pagados, pequeños empresarios contra pequeños trabajadores, todo es válido para mantener su estatus y mantener caldeado el ambiente, incluso algún miserable propone coartar la libertad de expresión de otro partido con violencia, con la disculpa de la democracia, que hay que tener una dureza facial pétrea, ser un sinvergüenza o ambas cosas. En mi caso, creo que cuentan las personas, sin distinción, de raza, sexo u otra razón, todos con los mismos derechos y las mismas obligaciones. Eso no significa que todos somos iguales, porque iguales no somos, ni falta que hace,lo diga quien lo diga.
    Un saludo.

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    1. Tu discurso es coherente y muestra las incongruencias y disparates peligrosísimos de los partidos llamados progresistas, aunque desde algunos ángulos se está considerando el reaccionarismo, puritanismo y moralismo de la nueva izquierda. Esta izquierda no es la que yo me formé. Quien recuerde a Tierno Galván como alcalde de Madrid, sería consciente de que era un hombre liberal y abierto, progresista y antidogmas, que unía a los madrileños en lugar de enfrentarlos, que tendía puentes y soltaba discursos a favor del amor libre. Ahora la izquierda es dogmática y contraria a la libertad. No estoy abogando por votar a VOX que se retroalimenta con Podemos, son vasos comunicantes. Les interesa mutuamente que exista el otro. El otro día hablaba con un amigo que la eclosión de Pablo Iglesias ha sido una desgracia para este país, es un hombre -y su mujer- muy peligrosos para la racionalidad democrática y para la concordia. Así todos contra todos. La tensión les interesa, ya lo dijo Zapatero, que había que fomentar la tensión para crecer. Un saludo.

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    2. Aquí nadie dice que hay que votar a VOX, VOX es el resultado de una izquierda que anda muy perdida sin visión de estado, ni perspectiva social real. VOX es el resultado del nacionalismo ultraderechista catalán que ha vivido de la complacencia de la izquierda de Cataluña, la izquierda del resto de España y la estupidez y la gana de seguir en el sillón del PP y del Psoe. El abandono del estado de sus funciones con VOX como resultado. Un país que no supo asumir las libertades autonómicas y que las empleo para separar a la sociedad, enfrentar a los ciudadanos y generar odios. Es casi el extremo, porque el extremo de la derecha no ha llegado todavía, pero llegará, estoy seguro.
      Hay que escuchar a Alfonso Guerra hablar de las autonomias, de como se ha sentido traicionado, como él quería hacer de España un país descentralizado y de como ha fracasado este intento por culpa de los caciques con mando en plaza y una izquierda paniguada, desorientada y estúpida que les hace el colchón, los tontos necesarios.
      Un saludo

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    3. Coincido contigo que en Cataluña, la izquierda con perspectiva nacional no ha sabido o no se ha atrevido a enfrentarse a la hidra del nacionalismo. Ha sido siempre cobarde y seguidista. El discurso que se ha impuesto es el más potente, el independentista porque la izquierda, sobre todo, no ha podido contrarrestar esa deriva ya tan crecida y poderosa que es imposible de contrarrestar. Un saludo.

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  6. Quizá me desborde por cauces que atenten contra lo políticamente correcto, Joselu. Nos tientas demasiado, amigo. Estas corrientes de masas me abruman, porque no invitan a pensar sino a las adhesiones inquebrantables. Encontramos ese dejo propagandista en el propio Manifiesto comunista, que se estudia con análisis minucioso en las escuelas de publicidad de medio mundo. El marxismo se define como contrario de todas las ideologías, y de ese caldo de cultivo surge el estás conmigo o contra mí, que se ha utilizado en publicidad. Pepsi es todo lo contrario a Coca Cola.

    Pero bajando el balón al terreno de juego, no entiendo su interpretación prejuiciosa del presente. Y que conculca derechos fundamentales de un estado de derecho, por el afán loable de combatir lacras como la violencia de género. Que se persiga con pruebas ese crimen, sin duda. Sin embargo, muchos nos tememos que la primera víctima de esa sed de justicia, es el estado de derecho e instituciones tan esenciales como la presunción de inocencia. El mero testimonio de una mujer es una carga de prueba suficiente, para llevar al encartado por la justicia a pagar con una pena. Aventando, dicho sea de paso, las más mínimas reservas jurídicas de un estado de derecho a este respecto. Nos falta perspectiva de género, no tenemos empatía con las víctimas, aducen contra los que nos oponemos a que se castigue a un juzgado sin pruebas.

    En esa aberración, el hombre es culpable mientras no se demuestre lo contrario. Algunas asociaciones llegaron a proponer unas penas mayores que las del asesinato para algunos tipos legales de género. Incluso se remontan al pasado, y por tanto, nos toca y nos debe tocar en el presente, aunque no seamos culpables de ningún hecho actual como individuos, pasamos a ser entonces el colectivo de los hombres, en el cual se nos encuadra, como culpables. Por ese pasado, en el que existían verdaderas desigualdades, es verdad que no tan remoto. Estas asociaciones cuando se les alega, que igualdad es un mismo trato penal para el mismo hecho delictivo, me recuerdan a esos sofistas, que combatía Sócrates con su mayéutica. No les importa la verdad, no la quieren escuchar. Si es verdad, como la igualdad, debe ser generalizable. Que es cuando nos topamos con las discriminaciones positivas, que buscan la igualdad en la desigualdad. En mi modesta opinión, salvo en casos de discapacidades, su utilidad escapa a mi comprensión. Perdón por el speech, Joselu.

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    1. El concepto de masculinidad tóxica nos lleva a todos los hombres al vagón de los sospechosos, incluso a los que se golpean el pecho y dicen que son feministas -estos son los más sospechosos viniendo del campo enemigo-. La nueva política de la izquierda es la exacerbación de la contradicción, el aplastamiento del contrario, sujeto de sospecha y de condena de antemano como hombre. Tienes razón en tus apreciaciones de la reivindicación de igualdad ante la ley. El problema es que hay tanta presión por todos los lados que hace que todo se decante en el mismo sentido contra los hombres. Y más si son blancos y heterosexuales. Si buscas en google el concepto "hombre blanco heterosexual" ya verás lo que te encuentras. Las redes sociales todas son vehículos de difusión de la nueva ideología de género de un modo radical y eso permea a toda la sociedad. Uno piensa que el resultado de la búsqueda en google es casual pero no. Es un sesgo creado por los algoritmos para penalizar la calidad de ser hombre. Se ha ha dado la vuelta y ahora no es difícil oír en la calle a alguna chica decir "hombre tenías que ser". Hay asociaciones recreativas que solo admiten a mujeres porque quieren estar en su ambiente y se rechaza a los hombres a pesar de la lucha contra las asociaciones de hombres solos del pasado que se abrieron a la pluralidad. El problema es que se está modelizando a los niños en esa ideología. Nosotros puede que tengamos alguna defensa -muchos asumen su culpa como género y se fustigan públicamente por ser hombres- pero los niños y los adolescentes no. Gracias por el speech, Sergio.

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    2. Completamente de acuerdo, Joselu. Nos acecha un mundo lleno de zonas umbrosas, como esas asociaciones que aplican un apartheid al contrario. Parece que se quisieran cobrar la discriminación pretérita con intereses de recargo.

      Y siempre me han dado pavor las adhesiones inquebrantables al nuevo dogma, que como todos los populismos, ya nos lo advirtió Cicerón, resaltan lo obvio, para negar lo evidente. Un pasado en el que fueron claramente postergadas, y un futuro que se quiere escribir desde la ventaja. Yo no valoro el sexo biológico o el que elija la persona, ni orientaciones sexuales, sino la fuerza de las ideas, de su creación al desnudo. Recuerdo a un amigo de una editorial, que me quería convencer de la fuerza de la llamada literatura gay. Las pequeñas editoriales crecían en torno a esa hidra. Y yo le repuse que solamente creía en la buena o mala literatura. Otra cosa era si la perspectiva era pecuniaria. Pues me podía conmover una historia de homsexuales si estaba bien contada. Uno de mis héroes, es Jean Cocteau, lo declaro de antemano, para que nadie me acuse de homofobida en las letras, que no lo soy. Soy si acaso irreductible en la valoración de la literatura.

      Curiosamente, hojeo, antes de ponerme a otros menesteres, la prensa de tinta y la virtual. Y me topé con un artículo de Cristina Casabón, que me encantó. Refleja perfectamente cómo pensamos muchos, a los que nos producen repelús esas comuniones masivas de las masas. Extracto su comienzo, que me dejó como decía helado-> “Cuando veo que hacia un hombre o grupo se dirige fácil e insistente el aplauso, surge en mí la vehemente sospecha de que en ese hombre o en ese grupo, tal vez junto a dotes excelentes, hay algo sobremanera impuro”, dijo Ortega. Cada vez que un grupo de intelectuales se dirige en bloque a aplaudir al político de su partido o toca con unanimidad la trompeta para demonizar al candidato de la oposición me acuerdo de la frase de Ortega."

      Me pasa lo mismo. Cuando salen los tambores para algazara de todos los circunstantes. Curiosamente me ha pasado igualmente con partidos y asociaciones con las que comulgaba más. Esas adhesiones de masas, moles impenetrables, me producen un desasosiego que se adentra en lo más hondo de mi naturaleza. Inevitable por tanto. Feliz domingo, Joselu. Gracias por hacernos pensar.

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    3. Coincido contigo que no me gustan las adhesiones ni siquiera las que en alguna manera coinciden con lo que yo pienso. Cuando escucho sobredimensionado un mensaje, aunque sea próximo a mí, me repele. Me repelen las banderas porque todas las que conozco en este país son objeto de odios a diestra y siniestra. No son nunca motivo de unión, todas son de división y de confrontación. Me gustaría ser como muchos países, pienso en Chile por ejemplo: su bandera nacional es orgullo de todos sean de un lado o de otro aunque proyecten sobre ella sentimientos distintos. La bandera francesa, asumida por De Gaulle y por Petain, heredera de un mito fundacional... Muchas banderas son así motivo de unión, pero no aquí en España. Cualquier bandera es un hacha de guerra, no sé por qué. Me identifico con la tradición liberal española, con su siglo de Oro, con Ortega y María Zambrano, pero los más bellos sueños son convertidos en barro y veneno siempre... Detesto las multitudes, detesto las unanimidades, detesto los himnos que solo sirven para enfrentar... Detesto las siglas dogmáticas y prepotentes, detesto los aplausos entusiastas, las masas enardecidas... Ya me gustaría saber hacer pensar, Sergio, pero uno conoce sus limitaciones.

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  7. Lo sensato sería que cada uno pensara por sí mismo. No sé si es mucho pedir en este mundo en el que vivimos.

    Saludos cordiales.

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    1. Creo, Lin Yan Mei, que cada uno de los seres humanos reclama para sí que "piensa por sí mismo"... pero ¿es esto así? No lo sé. Saludos cordiales.

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  8. Hola, Joselu:

    Llevo tiempo leyéndote, pero no tenía cuenta de google hasta hoy, por lo que nunca he comentado nada.

    La violencia de la sociedad es el tema que más me molesta y preocupa, me pone hasta mal físicamente. Ahora cada vez que hay algún acontecimiento (premios Goya, los Oscar, un mitin político,etc..)me digo:" a ver qué liada hay esta vez", porque siempre hay alguna polémica. Yo lo llamo ruido, estamos llenos de ruido y violencia, es una invasión de agresividad que nos está enfermando.

    Ya hace tiempo que me declaré disidente de todo, y como soy una idealista incorregible (o idiota perdida) que busca qué hacer para mejorar (o no empeorar) las cosas, pensé que, al menos, podía ser amable.

    En cuanto a temas identitarios, buff, harta de etiquetas, de llamadas a ser "buena feminista", de tener que abrazar cualquier causa nueva sin saber qué es. También creo que tenemos derecho a no tener opinión. En fin, si no tengo ni idea de fútbol, por ejemplo, ¿qué voy a opinar yo?

    En cuanto a pensar por uno mismo, pues un dato ilustrador: mi marido es informático y experto en Big Data; esta es la casa "ultracontroladora" de la huella digital, pero no escapamos, por supuesto. Hemos hablado largo y tendido muchas veces acerca del tráfico de datos, algoritmos, etc. Estamos estudiados, controlados y manipulados sesgada y sutilmente o descaradamente, claro.

    Malos tiempos para el pacifismo, el consenso y la libertad.
    Saludos cordiales

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    1. Muchas gracias, Lupitapm, por tu comentario que coincide en muchos aspectos con lo mismo que siento yo que abomino la violencia física o verbal... Me alegro de que te hayas hecho una cuenta de google que parece necesario para poder comentar. Tú, mejor que muchos, sabes de qué manera estamos controlados y manipulados y de qué manera nosotros mismos participamos de los sesgos políticos que consideramos afines y eliminamos otros. Pienso que en mi perspectiva de la historia que he conocido, esta es la época menos libre...

      Recibe tú también un cálido saludo, me has alegrado el día.

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