Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
Suena hasta revolucionario, Joselu, hacer hincapié en lo evidente, y hasta mirífico por lo excepcional. Hay zonas ambiguas, que se entreveran, pero se quieren borrar las categorías. Porque huidizos, como dijese una activista feminista americana, no recuerdo su nombre, que desdeñaba y extirparía la maternidad, pues la consideraba el yugo en el que se había sustentado la dominación masculina.
Porque yo creo en la igualdad de oportunidades, no en la igualación de los individuos, que nos sustrae de la inmensa riqueza de sus diferencias. Es más, ¿es posible la igualación cuando nacemos desiguales? Qué más quisiera haber tenido la voz de Miguel Fleta. Del que creo apropiada esa anécdota, que contaba González Ruano. El mismo día del advenimiento de la II República, un portero del Teatro Gayarre, le dijo con sorna al gran tenor. - Don Miguel, ahora con la República, todos somos iguales.
- Pues vaya usted a cantar, que ya me quedo yo en la puerta.- La he querido volver a traer a tu blog, Joselu, porque a cualquiera nos gustaría tener las dotes de Don Miguel Fleta, para poder sustituirlo. Y en lugar de esa nivelación, disfrutemos de la riqueza de las diferencias y de las habilidades de los demás.
Es un tema que me interesa en un momento en que la disforia de género se está extendiendo en nuestras sociedades. Hay institutos en el Reino Unido en que un cinco por ciento de los alumnos dicen sentirse del género contrario. Se llega a afirmar que cuando nacen los niños se les "asigna" un género en base a su biología pero que no tiene por qué ser el género verdadero que tiene que ser elegido y de ello la llamada "reasignación de género" generalmente en la adolescencia. Es un fenómeno cada vez más extendido como si el género o el sexo fuera una elección y no algo que proviene de nuestros cromosomas XX y XY. Ciertamente hay casos en que no corresponde la biología con la psicología pero de eso a la proliferación cada vez mayor de la llamada disforia de género hay un abismo. Es un tema del que se puede hablar largo y tendido, pero probablemente como tú y yo somos cis y binarios, es posible que no entendamos mucho del tema. El caso es que cada vez más se entiende que el género se elige y que la biología no tiene mucho que decir.
He leído atentamente tu comentario que da en el centro de la diana porque es cierto que hay una fuerte tendencia al aumento de los casos de la sentida como disforia de género que dan lugar a procesos de reasignación -bloqueantes de adolescencia, hormonas de forma masiva, intervenciones quirúrgicas- que son fomentados por una cultura de época y por asociaciones que no ponen en cuestión la supuesta decisión de niños de doce o trece años para cambiar de sexo lo que da lugar, como explicas a que luego haya cambios de decisión pero es muy difícil, si no imposible, la vuelta atrás lo que da lugar a dramas muy intensos y peligrosos. Hay asociaciones, webs, youtubers y profesionales que fomentan todo esto en edades en que se toman decisiones que pueden ser irrevocables. Pero explicar a estos casi niños las consecuencias se considera como una coacción y represión de sus instintos considerados auténticos de no hallarse en su sexo asignado. Muy peligros, gracias por tu aportación.
No lo sabía, JOSELU, de verdad. Si que he visto gente andrógina tipo Bowie, que jugaba con la imágen que representaba, pero nunca me lo había planteado eso de que ahora el deseo está en cambiar de sexo.
Creo, si me lo permites, que nos sobra tiempo para no hacer nada. Que nos aburrimos, vaya, y que como se decía por los andurriales, matamos moscas con el rabo.
Somos una constante de insatisfacciones; como decía el monologuista, lo primero que queremos hacer es follar, después con Pepita Peréz; después con Pepita Perez en un avión; después en clase vip y así hasta querer cambiar de compañía. Entiendo la entrada, pero me cuesta asimilar que el ser humano en un 5% desee ser del otro sexo. Quizá nuestro camino sea ser de la especie del caracol, pero con huesos. Un abrazo
Te dejo un vídeo sobre un trans llamado Jade Bogges que recibe millones de visitas extendiendo el fenómeno: si lo ves y lo quieres comentar luego hablamos...
Joselu, a ti que te encanta la India y su filosofía , sabrás que los hijras y las sādhin son variantes de género, unos por impotencia o defecto y otras por rechazar el único rol legítimo reconocido a las mujeres (esposa y madre). Allí, la presencia de géneros alternativos no ha creado inquietud cultural y viene reconocido en sus antiguos mitos.
NO ES ALGO TAN EXTRAÑO Hay que decir que los orígenes del fenómeno «trans» no tienen nada de extraño. Hoy en día son muchos los elementos que se agrupan bajo esta etiqueta. Lo trans —en décadas recientes— se ha utilizado para describir a distintos tipos de personas, desde las que se visten ocasionalmente como miembros del sexo opuesto hasta las que se someten a operaciones integrales de cambio de sexo. Parte de la confusión proviene del hecho de que algunos aspectos del fenómeno trans son mucho más conocidos que otros. La ambigüedad o la fluidez de género no solo son comunes en la mayoría de las culturas, sino que se hace difícil concebir una que no incluya —y permita— cierto grado de ambigüedad genérica. No es ninguna invención de la modernidad tardía. Como hemos visto, ya Ovidio habla del cambio de sexo al narrar la historia de Tiresias. En la India existen las hijras —una clase de intersexuales y travestidos—, conocidas y aceptadas desde hace siglos. En Tailandia, los kathoey son hombres afeminados a los que no se considera ni varones ni hembras. Y en la isla de Samoa tenemos a las fa’afafine, hombres que viven y se visten como mujeres. Hasta las partes del mundo más hostiles a la homosexualidad masculina toleran ciertas categorías de personas situadas entre sexos o que participan de ambos sexos. En Afganistán existe la tradición del bacha posh, en virtud de la cual los padres sin hijos varones eligen a una de sus hijas para que viva y se comporte como un chico. Y a principios de los años sesenta, mucho antes de la revolución islámica, el ayatolá Jomeini promulgó una fetua en la que declaraba permisibles las operaciones de cambio de sexo. De hecho, desde la revolución de 1979, Irán se ha convertido en líder en materia de cirugía de reasignación sexual en la región, en gran medida porque es una de las pocas vías por las que las personas homosexuales pueden evitar castigos peores que una operación no deseada. De modo, pues, que en casi todas las culturas existe una zona indeterminada entre un sexo y otro, la cual cubre desde el travestismo (las personas que se visten como personas del sexo opuesto) hasta la transexualidad (las que se someten a intervenciones de distinto tipo con el propósito de «convertirse» en miembros del otro sexo). Sean cuales sean los factores evolutivos que hay detrás de este fenómeno, son muchas las culturas que aceptan la idea de que algunas personas nacen en un cuerpo pero preferirían vivir en otro. Ahora bien, ¿quiénes son estas personas y en virtud de qué se las considera un grupo aparte, aun a pesar de su carácter tan poco uniforme? La cuestión se ha vuelto tan emocional y volátil que, a la hora de examinarla, conviene hacerlo desde un punto de vista forense, aunque ni siquiera esto satisfará a todo el mundo. Sea como fuere, por algún lado hay que empezar. Y el mejor sitio para ello quizá sea la parte más asentada del debate trans. Una vez analizados los aspectos más incontrovertibles, estaremos mejor preparados para abordar los que todavía no están zanjados, y que no por azar son los que suscitan polémicas más encendidas.
Murray, Douglas. La masa enfurecida (Spanish Edition) (pp. 237-238). Grupo Planeta. Edición de Kindle.
He leído con atención y visto el video. Por lo visto me falta información. Y no poca. De alguna de las cosas que explicas tenía idea, de otras no, y porlo visto es de caracter mundial, como lo son los genes evidentemente. No sería de recibo que sólo ocurriera en alguna parte del planeta. Eso también me hace pensar que, en las culturas espiritualmente más avanzadas, aquí ya hablo con un pelín de conocimiento, la aceptación de esta zona indeterminada está a la orden del día desde hace cientos de años, aunque insisto, el tema es más para una persona preparada (yo no lo soy en este caso), que sería, como bien dicta el autor del libro, los forenses.
Es un tema escabroso que se me escapa, pero eso es debido a mi cultura, de eso soy plenamente conciente. Salut
En el instituto donde trabaja mi mujer ha habido ya dos casos recientemente de reasignación que es presentada a los compañeros y profesorado como un acto de umbral a partir del cual, ese muchacho será considerado chica o esa chica, será a partir de entonces chico. Es lo que se llama acompañamiento y se está intensificando. Lo que vemos en Estados Unidos y Reino Unido es el adelanto de lo que va a pasar aquí, lo cual es muy peligroso porque se toman decisiones irrevocables a una edad en que hay muchos conflictos propios de la adolescencia que se quieren resolver con una reasignación de género como si el sexo fuera objeto de una decisión frente a la biología y la genética. Salut, Miquel.
Esto que nos dejas, y que no es virtual, sino real, es el quit: " es muy peligroso porque se toman decisiones irrevocables a una edad en que hay muchos conflictos propios de la adolescencia que se quieren resolver con una reasignación de género como si el sexo fuera objeto de una decisión frente a la biología y la genética"
Creo que también sería decisión no sólo de forenses, sino de jueces debidamente asesorados. Salut, Joselu...
"Las mutaciones son necesarias para mantener la esencia de nuestra individualidad. Nuestro genoma ha negociado un frágil equilibrio entre fuerzas opuestas, emparejando hebras opuestas, mezclando pasado y futuro, y enfrentando la memoria al deseo. Es lo más humano que poseemos".
Dentro de la cultura de internet no es raro ver cómo la toma de hormonas se retrata como una práctica ridículamente sencilla y sin secuelas. En YouTube, Instagram y otras redes son incontables las personas que aseguran ser trans y que tratan de convencernos de que a lo mejor nosotros también lo somos. Un vídeo de Jade Boggess (transexual masculino), titulado «Un año tomando testosterona», tiene más de medio millón de visualizaciones solo en YouTube. Otro de Ryan Jacobs Flores sobre el mismo tema tiene más de tres millones. En esos vídeos, las inyecciones de testosterona reciben el nombre de «T» o «jugo masculino». Algunas de las personas que retransmiten su proceso de transición en tiempo real se convierten en celebridades, y no me refiero solamente a figuras de cierta edad, como Caitlyn Jenner, sino también a estrellas de YouTube como Jazz Jennings. Nacida varón en 2000, Jennings empezó a hablar de su condición de transgénero en las redes sociales a la edad de seis años. A los siete fue entrevistada por Barbara Walters, que entre otras cosas le preguntó si le gustaban los chicos o las chicas. A los once, el canal Oprah Winfrey Network emitió un documental sobre ella titulado I am Jazz. Ya de adolescente, Jennings ha recibido numerosos premios y ha aparecido en las listas de personalidades más influyentes. También le han ofrecido contratos de promoción, entre otras de las ventajas que brinda la fama. Actualmente, la serie documental I am Jazz de la cadena TLC va por su sexta temporada y, gracias a ella, tanto Jazz como sus padres y hermanos (que también aparecen en el programa) se están haciendo ricos y famosos. En la quinta temporada, Jazz cumplió dieciocho años y se sometió a «cirugía de confirmación de género». Ya en la camilla de camino al quirófano, vemos cómo chasca los dedos con descaro y dice: «Vamos allá». Los fragmentos de la serie que pueden verse en YouTube tienen millones de visitas. Pero la cultura popular no tiene toda la culpa. También está la aquiescencia de la profesión médica. En series como I am Jazz se ve claramente que muchos facultativos están encantados con ayudar a alguien que nació niño a que se convierta en chica. Forma parte del aluvión de concesiones que, en Inglaterra, ha llevado al NHS a firmar un acuerdo por el cual sus profesionales se comprometen a no «reprimir la expresión de identidad de género de las personas».48 A pesar de que los profesionales de la salud advierten sobre posibles «sobrediagnósticos y sobretratamientos», las cosas siguen avanzando en una sola dirección.
Murray, Douglas. La masa enfurecida (Spanish Edition) (pp. 277-279). Grupo Planeta. Edición de Kindle.
Vivimos en una mezcla de puritanismo similar al de siglos pasados disfrazado de feminismo, junto con una abundancia de "información" espeluznante. Si un tío quiere cambiar de sexo, pues muy bien, me importa poco o nada, yo no veré su video porque simplemente me da igual lo que haga él y el resto de la humanidad con su sexo. Hemos llegado a calibrar la capacidad, la virtud, o la inteligencia de una persona por su sexo, lo que no deja de ser la misma estupidez que lleva practicando la Humanidad desde hace siglos, ahora en diferente forma, claro esta. Ahora si eres homosexual puedes permitirte aconsejar a todo el mundo sobre sexualidad y casi sobre todo, digo yo que un homsexual sera igual que un hetero, no se, es lo que me parece. Los medios de comunicación y algunos sectores políticos parecen buscar una especie de redención apoyando cosas como los cambios de sexo, somos tan espabilados que nos vemos más listos que la Naturaleza y si bien es cierto que habrá casos que sean ciertos, no lo niego, en mi opinión esta moda actual es más fruto del marketing, del aburrimiento y la falta de ocupación productiva que de otra cosa. Espero y deseo que esta moda no tenga los mismos resultados que aquellos constructores que hacían viviendas en ramblas y cañadas, porque el agua siempre vuelve a su sitio, me refiero a esta moda de operar a chavales que apenas tienen uso de razón y muy influenciables a modas y roles.
Pienso que es cierto lo que dices, se ha extendido -y más que lo va a hacer- la moda o la tendencia de los cambios de sexo -ellos lo llaman género- que en lugar de estar basado en la biología y la genética lo quieren fundamentar en la libre elección -uno es hombre o mujer según lo elija-. Así, mujeres que eran hombres compiten en pruebas de lucha o atletismo derrotando a mujeres que eran mujeres por su mayor masa y potencia muscular. En la adolescencia hay muchos conflictos de personalidad que ahora son redirigidos al cambio de sexo lo que puede dar origen a posteriores dramas de muy difícil solución, si es que la tienen. Eso de tomar bloqueantes de pubertad más hormonas de forma masiva contrariando la genética y la biología no puede ser bueno. Uno de los comentaristas había dejado plasmado un caso de cambio de sexo y posterior vuelta atrás conlo que ha supuesto de drama para esa persona y para su familia. Y no sabemos si tendrá solución. Saludos.
Suena hasta revolucionario, Joselu, hacer hincapié en lo evidente, y hasta mirífico por lo excepcional. Hay zonas ambiguas, que se entreveran, pero se quieren borrar las categorías. Porque huidizos, como dijese una activista feminista americana, no recuerdo su nombre, que desdeñaba y extirparía la maternidad, pues la consideraba el yugo en el que se había sustentado la dominación masculina.
ResponderEliminarPorque yo creo en la igualdad de oportunidades, no en la igualación de los individuos, que nos sustrae de la inmensa riqueza de sus diferencias. Es más, ¿es posible la igualación cuando nacemos desiguales? Qué más quisiera haber tenido la voz de Miguel Fleta. Del que creo apropiada esa anécdota, que contaba González Ruano. El mismo día del advenimiento de la II República, un portero del Teatro Gayarre, le dijo con sorna al gran tenor. - Don Miguel, ahora con la República, todos somos iguales.
- Pues vaya usted a cantar, que ya me quedo yo en la puerta.- La he querido volver a traer a tu blog, Joselu, porque a cualquiera nos gustaría tener las dotes de Don Miguel Fleta, para poder sustituirlo. Y en lugar de esa nivelación, disfrutemos de la riqueza de las diferencias y de las habilidades de los demás.
Es un tema que me interesa en un momento en que la disforia de género se está extendiendo en nuestras sociedades. Hay institutos en el Reino Unido en que un cinco por ciento de los alumnos dicen sentirse del género contrario. Se llega a afirmar que cuando nacen los niños se les "asigna" un género en base a su biología pero que no tiene por qué ser el género verdadero que tiene que ser elegido y de ello la llamada "reasignación de género" generalmente en la adolescencia. Es un fenómeno cada vez más extendido como si el género o el sexo fuera una elección y no algo que proviene de nuestros cromosomas XX y XY. Ciertamente hay casos en que no corresponde la biología con la psicología pero de eso a la proliferación cada vez mayor de la llamada disforia de género hay un abismo. Es un tema del que se puede hablar largo y tendido, pero probablemente como tú y yo somos cis y binarios, es posible que no entendamos mucho del tema. El caso es que cada vez más se entiende que el género se elige y que la biología no tiene mucho que decir.
EliminarHe leído atentamente tu comentario que da en el centro de la diana porque es cierto que hay una fuerte tendencia al aumento de los casos de la sentida como disforia de género que dan lugar a procesos de reasignación -bloqueantes de adolescencia, hormonas de forma masiva, intervenciones quirúrgicas- que son fomentados por una cultura de época y por asociaciones que no ponen en cuestión la supuesta decisión de niños de doce o trece años para cambiar de sexo lo que da lugar, como explicas a que luego haya cambios de decisión pero es muy difícil, si no imposible, la vuelta atrás lo que da lugar a dramas muy intensos y peligrosos. Hay asociaciones, webs, youtubers y profesionales que fomentan todo esto en edades en que se toman decisiones que pueden ser irrevocables. Pero explicar a estos casi niños las consecuencias se considera como una coacción y represión de sus instintos considerados auténticos de no hallarse en su sexo asignado. Muy peligros, gracias por tu aportación.
EliminarNo lo sabía, JOSELU, de verdad. Si que he visto gente andrógina tipo Bowie, que jugaba con la imágen que representaba, pero nunca me lo había planteado eso de que ahora el deseo está en cambiar de sexo.
ResponderEliminarCreo, si me lo permites, que nos sobra tiempo para no hacer nada. Que nos aburrimos, vaya, y que como se decía por los andurriales, matamos moscas con el rabo.
Somos una constante de insatisfacciones; como decía el monologuista, lo primero que queremos hacer es follar, después con Pepita Peréz; después con Pepita Perez en un avión; después en clase vip y así hasta querer cambiar de compañía.
Entiendo la entrada, pero me cuesta asimilar que el ser humano en un 5% desee ser del otro sexo.
Quizá nuestro camino sea ser de la especie del caracol, pero con huesos.
Un abrazo
Te dejo un vídeo sobre un trans llamado Jade Bogges que recibe millones de visitas extendiendo el fenómeno: si lo ves y lo quieres comentar luego hablamos...
Eliminarhttps://youtu.be/RvoOB98MZZI
Joselu, a ti que te encanta la India y su filosofía , sabrás que los hijras y las sādhin son variantes de género, unos por impotencia o defecto y otras por rechazar el único rol legítimo reconocido a las mujeres (esposa y madre). Allí, la presencia de géneros alternativos no ha creado inquietud cultural y viene reconocido en sus antiguos mitos.
ResponderEliminarFeliz y Santa semana.
Adriana
NO ES ALGO TAN EXTRAÑO Hay que decir que los orígenes del fenómeno «trans» no tienen nada de extraño. Hoy en día son muchos los elementos que se agrupan bajo esta etiqueta. Lo trans —en décadas recientes— se ha utilizado para describir a distintos tipos de personas, desde las que se visten ocasionalmente como miembros del sexo opuesto hasta las que se someten a operaciones integrales de cambio de sexo. Parte de la confusión proviene del hecho de que algunos aspectos del fenómeno trans son mucho más conocidos que otros. La ambigüedad o la fluidez de género no solo son comunes en la mayoría de las culturas, sino que se hace difícil concebir una que no incluya —y permita— cierto grado de ambigüedad genérica. No es ninguna invención de la modernidad tardía. Como hemos visto, ya Ovidio habla del cambio de sexo al narrar la historia de Tiresias. En la India existen las hijras —una clase de intersexuales y travestidos—, conocidas y aceptadas desde hace siglos. En Tailandia, los kathoey son hombres afeminados a los que no se considera ni varones ni hembras. Y en la isla de Samoa tenemos a las fa’afafine, hombres que viven y se visten como mujeres. Hasta las partes del mundo más hostiles a la homosexualidad masculina toleran ciertas categorías de personas situadas entre sexos o que participan de ambos sexos. En Afganistán existe la tradición del bacha posh, en virtud de la cual los padres sin hijos varones eligen a una de sus hijas para que viva y se comporte como un chico. Y a principios de los años sesenta, mucho antes de la revolución islámica, el ayatolá Jomeini promulgó una fetua en la que declaraba permisibles las operaciones de cambio de sexo. De hecho, desde la revolución de 1979, Irán se ha convertido en líder en materia de cirugía de reasignación sexual en la región, en gran medida porque es una de las pocas vías por las que las personas homosexuales pueden evitar castigos peores que una operación no deseada. De modo, pues, que en casi todas las culturas existe una zona indeterminada entre un sexo y otro, la cual cubre desde el travestismo (las personas que se visten como personas del sexo opuesto) hasta la transexualidad (las que se someten a intervenciones de distinto tipo con el propósito de «convertirse» en miembros del otro sexo). Sean cuales sean los factores evolutivos que hay detrás de este fenómeno, son muchas las culturas que aceptan la idea de que algunas personas nacen en un cuerpo pero preferirían vivir en otro. Ahora bien, ¿quiénes son estas personas y en virtud de qué se las considera un grupo aparte, aun a pesar de su carácter tan poco uniforme? La cuestión se ha vuelto tan emocional y volátil que, a la hora de examinarla, conviene hacerlo desde un punto de vista forense, aunque ni siquiera esto satisfará a todo el mundo. Sea como fuere, por algún lado hay que empezar. Y el mejor sitio para ello quizá sea la parte más asentada del debate trans. Una vez analizados los aspectos más incontrovertibles, estaremos mejor preparados para abordar los que todavía no están zanjados, y que no por azar son los que suscitan polémicas más encendidas.
EliminarMurray, Douglas. La masa enfurecida (Spanish Edition) (pp. 237-238). Grupo Planeta. Edición de Kindle.
He leído con atención y visto el video.
ResponderEliminarPor lo visto me falta información. Y no poca.
De alguna de las cosas que explicas tenía idea, de otras no, y porlo visto es de caracter mundial, como lo son los genes evidentemente. No sería de recibo que sólo ocurriera en alguna parte del planeta. Eso también me hace pensar que, en las culturas espiritualmente más avanzadas, aquí ya hablo con un pelín de conocimiento, la aceptación de esta zona indeterminada está a la orden del día desde hace cientos de años, aunque insisto, el tema es más para una persona preparada (yo no lo soy en este caso), que sería, como bien dicta el autor del libro, los forenses.
Es un tema escabroso que se me escapa, pero eso es debido a mi cultura, de eso soy plenamente conciente.
Salut
En el instituto donde trabaja mi mujer ha habido ya dos casos recientemente de reasignación que es presentada a los compañeros y profesorado como un acto de umbral a partir del cual, ese muchacho será considerado chica o esa chica, será a partir de entonces chico. Es lo que se llama acompañamiento y se está intensificando. Lo que vemos en Estados Unidos y Reino Unido es el adelanto de lo que va a pasar aquí, lo cual es muy peligroso porque se toman decisiones irrevocables a una edad en que hay muchos conflictos propios de la adolescencia que se quieren resolver con una reasignación de género como si el sexo fuera objeto de una decisión frente a la biología y la genética. Salut, Miquel.
EliminarEsto que nos dejas, y que no es virtual, sino real, es el quit:
Eliminar" es muy peligroso porque se toman decisiones irrevocables a una edad en que hay muchos conflictos propios de la adolescencia que se quieren resolver con una reasignación de género como si el sexo fuera objeto de una decisión frente a la biología y la genética"
Creo que también sería decisión no sólo de forenses, sino de jueces debidamente asesorados.
Salut, Joselu...
"Las mutaciones son necesarias para mantener la esencia de nuestra individualidad. Nuestro genoma ha negociado un frágil equilibrio
ResponderEliminarentre fuerzas opuestas, emparejando hebras opuestas, mezclando pasado y futuro, y enfrentando la memoria al deseo. Es lo más humano que poseemos".
Siddhartha Mukherjee
Dentro de la cultura de internet no es raro ver cómo la toma de hormonas se retrata como una práctica ridículamente sencilla y sin secuelas. En YouTube, Instagram y otras redes son incontables las personas que aseguran ser trans y que tratan de convencernos de que a lo mejor nosotros también lo somos. Un vídeo de Jade Boggess (transexual masculino), titulado «Un año tomando testosterona», tiene más de medio millón de visualizaciones solo en YouTube. Otro de Ryan Jacobs Flores sobre el mismo tema tiene más de tres millones. En esos vídeos, las inyecciones de testosterona reciben el nombre de «T» o «jugo masculino». Algunas de las personas que retransmiten su proceso de transición en tiempo real se convierten en celebridades, y no me refiero solamente a figuras de cierta edad, como Caitlyn Jenner, sino también a estrellas de YouTube como Jazz Jennings. Nacida varón en 2000, Jennings empezó a hablar de su condición de transgénero en las redes sociales a la edad de seis años. A los siete fue entrevistada por Barbara Walters, que entre otras cosas le preguntó si le gustaban los chicos o las chicas. A los once, el canal Oprah Winfrey Network emitió un documental sobre ella titulado I am Jazz. Ya de adolescente, Jennings ha recibido numerosos premios y ha aparecido en las listas de personalidades más influyentes. También le han ofrecido contratos de promoción, entre otras de las ventajas que brinda la fama. Actualmente, la serie documental I am Jazz de la cadena TLC va por su sexta temporada y, gracias a ella, tanto Jazz como sus padres y hermanos (que también aparecen en el programa) se están haciendo ricos y famosos. En la quinta temporada, Jazz cumplió dieciocho años y se sometió a «cirugía de confirmación de género». Ya en la camilla de camino al quirófano, vemos cómo chasca los dedos con descaro y dice: «Vamos allá». Los fragmentos de la serie que pueden verse en YouTube tienen millones de visitas. Pero la cultura popular no tiene toda la culpa. También está la aquiescencia de la profesión médica. En series como I am Jazz se ve claramente que muchos facultativos están encantados con ayudar a alguien que nació niño a que se convierta en chica. Forma parte del aluvión de concesiones que, en Inglaterra, ha llevado al NHS a firmar un acuerdo por el cual sus profesionales se comprometen a no «reprimir la expresión de identidad de género de las personas».48 A pesar de que los profesionales de la salud advierten sobre posibles «sobrediagnósticos y sobretratamientos», las cosas siguen avanzando en una sola dirección.
EliminarMurray, Douglas. La masa enfurecida (Spanish Edition) (pp. 277-279). Grupo Planeta. Edición de Kindle.
Vivimos en una mezcla de puritanismo similar al de siglos pasados disfrazado de feminismo, junto con una abundancia de "información" espeluznante. Si un tío quiere cambiar de sexo, pues muy bien, me importa poco o nada, yo no veré su video porque simplemente me da igual lo que haga él y el resto de la humanidad con su sexo.
ResponderEliminarHemos llegado a calibrar la capacidad, la virtud, o la inteligencia de una persona por su sexo, lo que no deja de ser la misma estupidez que lleva practicando la Humanidad desde hace siglos, ahora en diferente forma, claro esta.
Ahora si eres homosexual puedes permitirte aconsejar a todo el mundo sobre sexualidad y casi sobre todo, digo yo que un homsexual sera igual que un hetero, no se, es lo que me parece.
Los medios de comunicación y algunos sectores políticos parecen buscar una especie de redención apoyando cosas como los cambios de sexo, somos tan espabilados que nos vemos más listos que la Naturaleza y si bien es cierto que habrá casos que sean ciertos, no lo niego, en mi opinión esta moda actual es más fruto del marketing, del aburrimiento y la falta de ocupación productiva que de otra cosa. Espero y deseo que esta moda no tenga los mismos resultados que aquellos constructores que hacían viviendas en ramblas y cañadas, porque el agua siempre vuelve a su sitio, me refiero a esta moda de operar a chavales que apenas tienen uso de razón y muy influenciables a modas y roles.
Un saludo.
Pienso que es cierto lo que dices, se ha extendido -y más que lo va a hacer- la moda o la tendencia de los cambios de sexo -ellos lo llaman género- que en lugar de estar basado en la biología y la genética lo quieren fundamentar en la libre elección -uno es hombre o mujer según lo elija-. Así, mujeres que eran hombres compiten en pruebas de lucha o atletismo derrotando a mujeres que eran mujeres por su mayor masa y potencia muscular. En la adolescencia hay muchos conflictos de personalidad que ahora son redirigidos al cambio de sexo lo que puede dar origen a posteriores dramas de muy difícil solución, si es que la tienen. Eso de tomar bloqueantes de pubertad más hormonas de forma masiva contrariando la genética y la biología no puede ser bueno. Uno de los comentaristas había dejado plasmado un caso de cambio de sexo y posterior vuelta atrás conlo que ha supuesto de drama para esa persona y para su familia. Y no sabemos si tendrá solución. Saludos.
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