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sábado, 6 de junio de 2020

Los límites de mi mundo


15 comentarios :

  1. Bertrand Russell:
    «Esto, dice Wittgenstein, da la clave del solipsismo. Lo que el solipsismo pretende es ciertamente correcto, pero no puede decirse, sólo puede mostrarse. Que el mundo es mi mundo se muestra en el hecho de que los límites del lenguaje (el único lenguaje que yo entiendo) indican los límites de mi mundo. El sujeto metafísico no pertenece al mundo, es un límite del mundo».

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    1. Sin duda, he elegido para hoy una frase absolutamente enigmática en la filosofía de Wittgenstein. Y, ciertamente, linda con el solipsismo -yo mismo soy solipsista en buena medida-. Los límites de mi mundo son el lenguaje. No hay idea más medular en Wittgenstein que la de límite. Todo lo que él escribe está articulado en torno a la idea de límite. Los límites del lenguaje, de mi yo, de mi experiencia de la vida... Bertrand Rusell fue uno de los maestros de Wittgenstein pero lo sobrepasó ampliamente. Y aquel apenas entendió el Tractatus que le envió cuando fue publicado. Personalmente, pienso que los límites de mi mundo residen en mi lenguaje. No existe el mundo fuera del lenguaje. Para un perro tal vez sí, pero para los seres humanos el lenguaje nos limita. Lo que somos está limitado por nuestra inteligencia hacia el lenguaje. Un poeta tendrá una personal amplitud para percibir el mundo y solo la puede expresar a través de un lenguaje solipsista que aspira a universalidad como vuestro libro del que hablábamos ayer. Este libro parte de una experiencia solipsista compartida entre los dos Pacos y busca llegar a otros yoes solipsistas para que lo incluyan en sus límites. Yo no veo nada oscuro ni terrible en el solipsismo. El mundo existe en la medida de que yo lo conozco, es mi límite, eso y el lenguaje que me da acceso a él. Bertrand Russell no entendió bien a Wittgenstein, fue sobrepasado en el campo de la lógica y en el de la filosofía. Todo el mundo tiene límites.

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  2. Me acabo de enterar que es el solipsismo: "Doctrina filosófica que defiende que el sujeto pensante no puede afirmar ninguna existencia salvo la suya propia." Parece digno de Matrix.
    las palabras ayudan a materializar ciertas cosas, pero hay sensaciones que no se pueden definir con palabras. Intentar encerrar el mundo en palabras creo que le hace más pequeño, solo para personas que no piensan a lo grande. Aunque hay palabras que hacen a las personas grandes, como dignidad, amor, impulso, optimismo, seriedad, cariño, madre o padre. Es un tema interesante...
    Un saludo.

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    1. No me digas que no se aprenden cosas en los blogs... Pienso que todos en alguna manera somos solipsistas y solo cuando confrontamos nuestro mundo cerrado -el único al que tenemos acceso puesto que todo lo vemos a través de nuestra conciencia- con el de otros seres humanos podemos sobrepasar dicho solipsismo. En cuanto a las palabras que mencionas, según Wittgenstein, todas están definidas por su uso. Lo que entendemos por amor -bastante conflictivo-, madre -tampoco es universal aunque bastante-, padre, dignidad -¡a cuántos conflictos ha llevado esta palabra cuando se aplica a la dignidad de las naciones o de los pueblos!-... Estos conceptos abstractos es fácil y difícil de explicar su contenido, como hemos visto. Hay palabras cuyo uso es mucho más universal y compartido. Hay una palabra que es interesante pensar y es "pensar". Pensar el pensar, ¿qué es "pensar"?. Vaya, un saludo solipsista.

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    2. Tanto dignidad como libertad son cualidades que afectan al individuo, a la persona, no son características colectivas. Cuando alguien habla de la libertad o de la dignidad de los pueblos inmediatamente pienso que es un timador y no me suelo llevar sorpresas. Es como la palabra "dolor" que menciona Miquel, es otra cualidad individual, no hay "dolor del pueblo" por mucho que se empeñen algunos a ningún pueblo "le duele nada". Utilizar las connotaciones de la palabras para atribuirselas a un colectivo, no me parece muy afortunado, es más habitual en vendedores de crecepelo que en gente seria. Un saludo.

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    3. Temujin, no sé si estoy de acuerdo con lo que escribes y que he leído a filósofos como Fernando Savater, la idea de que los pueblos o las sociedades carecen de derechos o sentimientos que puedan definirse. Repaso la historia del mundo reciente y veo que los nacionalismos han conformado la Europa del presente a partir de la primera guerra mundial. Yo no sé si los pueblos tienen sentimientos o derechos, pero en la práctica han funcionado como si los tuvieran. Hace no mucho he estado en Bulgaria y repasé su historia que estuvo en buena parte en la ocupación benévola por el imperio otomano, pero se sentían oprimidos porque los sentían ajenos y se rebelaron contra dicha dominación ayudados por Rusia, hasta que consiguieron su independencia. Esta es una de las más importantes señas de identidad e importantes dramaturgos y poetas cantaron la lucha del pueblo por la libertad. Pienso que hablamos de que los pueblos no tienen derechos o sentimientos colectivos porque se defiende el patriotismo constitucional pero en la práctica hay muchísimas culturas que han luchado por su independencia de otras culturas que entienden como opresoras sea por la etnia, la religión, la lengua. De hecho, el benévolo imperio austrohúngaro se desintegró por el factor nacionalista, puede no gustarnos pero es la historia de la Europa de los últimos cien años. Así los españoles se rebelaron contra la invasión napoleónica entendiendo que era un poder opresor, a pesar de que podría haber tenido factores muy interesantes por la apertura política y de tolerancia que suponía. Un saludo.

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    4. No se liberan los pueblos, se liberan los ciudadanos. ¿Que es el pueblo? ¿todos los componentes del "pueblo" piensan igual? ¿es una unidad?. Me resisto a crerlo, esa uniformidad impuesta es la excusa donde se refugian los miserables para tomar el control. Solo ciudadanos libres hacen los "pueblos libres", solo ciudadanos que estudian, observan y se preguntan cosas hacen a los pueblos cultos.
      ¿Oprimía más Napoleón a la población que Fernando VII?
      ¿Mejoraron los celtas su vida después de la ocupación romana?
      No tengo yo muy claro esto de la "liberación de los pueblos", no muy claro en según que casos. Solo hay "pueblos" libres cuando sus individuos lo son, no cuando el cacique lo dice.
      Quizás es que estoy cogiendo manía a la palabra "Pueblo o a la palabra "Democracia", de tanto verla empleada por tanto sinvergüenza. Esto también es posible y es probable que me condicione.
      Un saludo.

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  3. Puestos a dudar de todo, y a decirnos que el sujeto pensante sólo puede afirmar de su existencia, cosa que me acerca a la Metafísica y deja de lado los problemas lingüísticos que estas llevan en la mochila, aquí me acerco a TEMUJIN.
    Se que cuando pronuncio el concepto "dolor" este lleva apareado cuestiones morales intrínsecas al ser humano, que es lo que me interesa, no si "esa palabra" significa tal o cual cosa.
    No es lo mío los positivistas, ni los empiristas lógicos. De Russell algo de su palabras contra la guerra del Vietnam, pero no entiendo su Principia Matemática, y no se que representa, ya se que soy sacrílego.
    En cuanto al solipcismo, y mira que es una corriente metafísica), no se que decir, de verdad no lo se. Puedo no saber de la existencia de Dios, pero no puedo no saber la de existencia de mis hijos cuando abren la nevera y esta está vacía; y aquí pasamos de la metafísica al positivismo más venerado.
    Ya ves. Soy cúmulo de despropósitos.
    De lo que si estoy seguro es que las cosas se han de relativizar, y que las circunstancias orteguianas juegan un papel básico en el resultado final.
    Un abrazo

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    1. Hola, Miquel: excelente conversación para un sábado por la tarde sin hablar de Cataluña -¿existe Cataluña fuera de un concepto compartido por los usuarios del mismo?-, sin hablar del virus, sin hablar de VOX ni de Trump. Me congratula que intentemos llevar adelante un diálogo con trazas -ninguno somos especialista- de filosófico.

      Se ha discutido mucho sobre si Wittgenstein era solipsista cuando afirma que "mi mundo es mi mundo" y que "los límites del lenguaje son los límites de mi mundo". Cuando escribe esto lo dice desde una fuerte perspectiva lógica propia de su primera etapa. Él pensaba que el lenguaje era lógico y que toda experiencia de conocimiento humano era transcribible mediante terminología lógica. Luego cambió, y es el Wittgenstein que más me atrae. Renunció a los conceptos oscuros, a la filosofía de lo profundo para llegar a una filosofía de la transparencia, creo que antimetafísica. Él decía que los significados de las palabras los da el uso. Así, no hay ser humano que no tenga claro lo que es "dolor", el término que tu utilizas. La experiencia de dolor es tan universal que es inútil intentar entrar en "esas cuestiones morales intrínsecas al ser humano". En la época de las Investigaciones renuncia a la complejidad lógica del lenguaje y a los conceptos arcanos de la filosofía, solo se trata de ver la realidad del mundo despojada de profundidad y de misterio. Todo es y, como decía el otro día, la actitud más abierta es la de asombrarse de que el mundo exista. Pienso que aquí Wittgenstein se ha alejado del solipsismo en ese asombro ante las cosas, la más certera actitud filosófica. La frase que he traído hoy pertenece a la primera época y se ha discutido mucho sobre ella.

      Dices bien cuando escribes que puedes no saber de la existencia de Dios pero sí del hambre de tus hijos. Aunque, añadiría yo como padre, que sí efectivamente puedo saber de ello, pero no del mundo que hay dentro de ellas, aunque Wittgenstein viene a decir que no hay mundos ocultos detrás de las personas y que todos somos en cierta manera transparentes a la mirada exterior.

      Gracias, por hacerte presente, un abrazo.

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  4. Si Wittgenstein está en lo cierto entonces la inteligencia de un ser humano puede medirse por la cantidad de vocabulario que maneja. La pluralidad, la riqueza del lenguaje por lo tanto, lo que establece es lo que somos.
    Caray, sí que hay que pensar contigo!
    Un abrazo.

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    1. Hay dos Wittgenstein muy diferentes. Esta cita corresponde al primero al que cree que el lenguaje es capaz de expresar el mundo lógicamente en principio, hasta que se llega a lo que no se puede expresar, la religión, la mística, y ahí se detiene el lenguaje, ya no puede ir más allá. Esto significa que hay zonas de misterio que la lógica no puede interpretar y que son impenetrables. De ahí, el final del Tractatus que es ampliamente conocido "de lo que no se puede hablar, es mejor callar". Me atrae mucho el segundo Wittgenstein pero este aforismo es fascinante. En cuanto a si es el vocabulario lo que determina los límites de la inteligencia, no sé si exactamente es el vocabulario (cantidad de palabras que se utilizan) o es el dominio del lenguaje como un organismo vivo, eso que poseen los poetas, los escritores, los científicos a otro nivel -también los políticos cuando la política era el arte del lenguaje, la oratoria y no los zasca de ahora-. Sí, pienso que nuestro límite es el lenguaje en un sentido amplio. Mi mundo es tan amplio como mi lenguaje -y las lenguas que domino-. Y en cuanto a pensar, ¿qué es pensar?. En un mundo en que la estética y las ideas brillan por su ausencia, uno encuentra en Anonyma veneciana también un lenitivo ante la inquietud existencial. Un abrazo.

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  5. He ahí la diatriba de un filósofo; el lenguaje como instrumento para interpretar el mundo, como bien ilustra este recuadro de hoy, es una herramienta que nos proporciona una idea limitada del mundo, y esa consideración es lógica (a priori) en la mente del filósofo, y en la nuestra como meros observadores y receptores de la idea.

    Pero vayamos con un físico cuántico, incluso con las limitaciones del lenguaje, ya como punto de partida tiene que desestimar esa premisa de “El mundo es mi mundo” para su quehacer profesional, de hecho se enfrenta cada día a situaciones que desafían toda lógica, opera con otras perspectivas para ampliar la idea del mundo, unos enfoques que no solo desafían, como digo, a la lógica del filósofo, sino a la de la inmensa mayoría de nosotros, y han de utilizar dichos enfoques porque las leyes vigentes en esa escala invisible (que no inexistente, del mundo molecular, atómico y subatómico) que estudian, son tan distintas que deshacen todo nuestro entendimiento de la vida, por desarmar desarman hasta el sentido común que intentamos aplicar a lo cognoscible.

    Y ese “submundo” tiene mucha más relevancia para nosotros de la que alcanzamos a pensar, de hecho la mecánica cuántica (una de sus ramas) permite que nos comuniquemos ahora mismo así, utilizando un “lenguaje informático”, que es un ejemplo de esa inteligencia artificial sobre que tú sueles leer, e interesante confrontarla con los límites de lo conocido.

    ¿Te imaginas una conversación entre Wittgenstein y Stephen Hawking?

    Me consta que la idea del mundo resultante no sería en un sentido excluyente (el filósofo siempre tiene algo que aportar al científico y, por supuesto, el científico al filósofo), el resultado sería tan interesante como desconcertante, pero entiéndase ese desconcierto como algo fascinante para ser tanteado por el pensamiento.

    Bueno, es que hoy estuve releyendo algunos pasajes de Breve Historia del Tiempo (en un libro de National Geographic), de S. Hawking, y ya ves el derrotero que tomó mi comentario…

    Un abrazo, Joselu.

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    1. Hola, buenos días en una mañana tormentosa que me encanta. He leído varias veces tu comentario y he acudido a artículos sobre filosofía del lenguaje y sus áreas de investigación, además de repasar a Wittgenstein, y no puedo dar una respuesta a cómo sería un diálogo entre este y Stephen Hawking. No tengo ni idea, pienso que sus universos de estudio son tan distantes que no no sé si se encontrarían.

      Por otra parte, parece que dices que nos comunicamos mediante la mecánica cuántica utilizando un "lenguaje informático". Por lo que yo sé, la informática cuántica de momento es una teoría de la que hay algunos experimentos en curso pero que no son todavía aplicables a la informática. Pienso que de momento, para comunicarnos utilizamos el código binario de ceros y unos, y todavía no la física cuántica. Esta es objeto de especulaciones -que voy siguiendo con interés- pero no se sabe muy bien si será aplicable en un par de décadas en los computadores personales.

      Wittgenstein en su primera época aplicó la lógica al lenguaje intentando mostrar que todo nuestro mundo era expresable mediante fórmulas lógicas. Luego cambió y se inclinó por la llamada "pragmática" que se plantea la relación entre los usuarios del lenguaje y el lenguaje.

      No puedo saber qué aportaría la filosofía del lenguaje a un científico como Hawking.

      Por otra parte, mientras pensaba en esto, me han venido imágenes de la película La llegada de Dennis Villeneuve en que unas naves alienígenas llegan a la tierra y para comunicarse con ellos se encarga a una lingüista, Amy Adams, que intente establecer comunicación con ellos. Es una película sobre la lingüística, que no es lo mismo que la filosofía del lenguaje: esta tiene otro cometido. Ahí sí que me parece que se plantea un problema apasionante.

      Se ha enviado módulos al espacio exterior con información de toda la historia de la tierra y explicando como somos utilizando el lenguaje de la ciencia, entendiendo que este será universal para cualquier ser que lo encontrara. Por cierto, Stephen Hawking consideró que era muy peligroso dar esa información porque no sabemos a quién o cómo llegará o si quien lo encuentre puede tener intenciones agresivas.

      En resumidas cuentas, no sé de qué manera la filosofía del lenguaje podría comunicarse con la tecnología cuántica como me propones.

      Un abrazo, Paco.

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  6. Hola,Joselu.

    La aportación de la mecánica cuántica al lenguaje informático viene dada, entre otras cosas, por la implementación de algunos algoritmos que han desarrollado, desde hace ya bastantes años, físicos que trabajan en el campo cuántico, pero, ciertamente, su implementación no es el origen del lenguaje informático, este ya existe mucho antes (código binario de unos y ceros, como bien dices), lo que hacen es perfeccionarlo.

    Pero también tiene su aplicación en otros apartados de la tecnología informática que hoy usamos, mira lo que señala el español José Ignacio Latorre, uno de los mayores expertos mundiales en el campo de la física cuántica y sus aplicaciones ya desde el pasado siglo XX :

    (...) gracias a la mecánica cuántica a día de hoy tenemos todas nuestras comunicaciones, los láseres, la fibra óptica…

    Por su parte, los ordenadores utilizan lo que se llama Física del Estado Sólido, que consiste en que cuando hay muchos átomos lo que les pasa a los electrones es que se mueven en capas de conducción, y eso también es mecánica cuántica.

    Así que toda la informática, todos los chips, están basados en principios cuánticos.”

    Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-46833112

    De ahí el comentar que la mecánica cuántica (algunos de sus principios) permiten que hoy nos comuniquemos así, con esta efectividad, que no sería la misma hace treinta años.

    Tampoco yo sé, apreciado Joselu, que daría de sí esa hipotética conversación entre Wittgenstein y S. Hawking… por eso la planteaba como una bonita pregunta, un sugerente suposición, eso sí, no tengo ninguna duda acerca de esto; dos mentes sabias se encontrarían en un punto del camino, y harían probable lo que a los legos nos parece improbable; enseñarnos la proximidad entre dos ámbitos antagónicos, pero… ¿han de ser antagónicas la filosofía y la ciencia? Quizás lo que dificulte nuestro modo de verlo es plantearlas erróneamente como dos universos distantes, pero en verdad son complementarias, se retroalimentan mucho más de lo que se repelen, al menos así parecen verlo los estudiosos en uno y otro campo.
    Mi pegunta tenía el propósito de azuzar la mente para incitarla a explorar esa posibilidad inusual, por eso mismo, porque no sabemos la respuesta, hemos de explorar hasta donde nos permitan llegar nuestras ideas y pensamientos sacados aquí, a la luz.

    Siempre enriquecedor el debate en tu blog.
    Cuídate amigo.

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    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo: Hawking y Wittgenstein encontrarían el modo de hablar entre ellos, pero, desafortunadamente -lo digo con dolor verdadero- yo no soy Wittgenstein ni Hawking, ya me gustaría, y no soy capaz de vislumbrar cómo hablarían. El otro día publique que la madurez es conocer tus límites, y me doy cuenta de que no puedo contestar. Prefiero una respuesta sin respuesta que una respuesta impostada. Desconozco demasiado la física cuántica y tengo nociones imperfectas de la filosofía del lenguaje. Pero tu propuesta me espolea a continuar aprendiendo. Yo solo soy un limitado profesor de literatura en el exilio intelectual. Cuídate, Paco, un abrazo.

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