Ha muerto el escritor, político e intelectual Jorge Semprún. Ha muerto en París, su segunda -o primera- patria. Escribió en francés, su lengua literaria y ensayística. No voy a añadir nada nuevo a todo lo que están exponiendo las necrológicas de los distintos medios de comunicación. Fue un hombre ilustre, que se exilió de España, luchó en la resistencia francesa y fue deportado a Buchenwald donde pasó dos años en poder de los nazis. Todo esto lo sabemos. También que regresó del exilio para incorporarse a la lucha del PCE contra la dictadura bajo el seudónimo de Federico Sánchez. Hoy escuchaba a Santiago Carrillo diciendo que el día de la expulsión de Jorge Semprún del Partido Comunista fue un día de los más tristes de su vida. Fue expulsado por disidente.
Me cae bien este hombre. Tengo pendiente la lectura hace muchos años de La escritura o la vida, libro que se amontona en mi torre de desidia lectora. No quiero contribuir a esa hagiografía funeraria que abruma cuando alguien muere. He sentido repulsión hacia las palabras de Santiago Carrillo elogiando su figura, y he tenido que escuchar multitud de testimonios laudatorios. No hubiera tenido el del elevado a los altares, como si fuera un santo, Manuel Vázquez Montalbán, que lo detestaba. Dios te libre del día de las alabanzas, me decía mi padre.
Y me cae bien porque supo liberarse en buena parte de esa cadena que llevamos todos los que nacemos en este país: la españolidad, ya que, sin dejar de ser español, pudo sentirse francés y hacer de esta lengua su instrumento de reflexión y de creación literaria. En Francia ha sido reconocido como uno de los intelectuales más destacados en el análisis de la experiencia concentracionaria y la debelación posterior del totalitarismo. Pertenece a esa pléyade de exiliados españoles que han logrado insertarse en la vida francesa, sintiendo una mezcla de amor y distancia hacia su madrastra España. Pienso en el novelista Michel del Castillo que tendría igualmente una relación conflictiva con lo que representa lo español. No deja de sentirlo como herencia tal vez inevitable, pero respira hondamente liberado en territorio de la lengua y la cultura francesas.
No hay historia ni política más estéril que la española. Siempre estamos dando vueltas a los mismos mitos, a los mismos refritos, a las mismas batallas que giran inevitablemente en torno a las naciones. Ser español es hundirse en un légamo proceloso de sentimientos contradictorios que ignoran lo fundamental de la historia de España, su propensión a la crueldad, a la envidia, o su profunda tragedia sin resolver y que no lleva visos de ser resuelta. Cuando escucho a los prohombres del Partido Popular perorando, siento la sacudida desagradable de un sueño del que creí estar ya liberado. Cuando escucho a las voces nacionalistas de Cataluña siento de nuevo el conflicto irresoluto entre una España descompuesta, fracasada, incapaz de aunarnos en un proyecto común y las voces que reproducen la misma historia y las mismas contiendas de siempre. En la acampada de Barcelona en Plaza Cataluña hubo un incidente poco conocido: el monumento dedicado a Francesc Macià fue encartelado por algunos acampados con referencias a Durruti, el líder anarquista que tuvo más influencia en Cataluña durante la guerra civil. La historia volvía y hubo un movimiento de indignación por el agravio cometido contra la figura sagrada de Macià. Aquello desencadenó una agria polémica. Al final, la acampada en Barcelona logró aprobar la reivindicación del irrenunciable derecho de autodeterminación por parte de la asamblea. Aquel punto había sido el eje de multitud de discusiones y vertebró una disidencia contra la línea internacionalista que había prevalecido y que tenía como objetivo el capital financiero y la banca sin distinción de naciones.
Me agota España, me agota Cataluña, me agota Euskadi, me agota la peregrinación del Rocío que está siendo realizada estos días. Entiendo que el que pueda -para su fortuna- liberarse y respirar en otra lengua, en otra historia, en otros mitos, tiene mi simpatía. España es una madrastra. Cataluña es una hija digna de España. Quiere ser su reverso pero sólo es su corolario lógico y reproduce la misma corrupción -a lo fino-, su mismo clientelismo, su misma (aunque contradictoria) colección de mitomanía falsificadora.
Cuando me enteré de la muerte de Jorge Semprún y revisé su historia y su distancia (o ironía) con el hecho de ser español, me sentí reconocido en su trayectoria que nunca podré iniciar. Ya es tarde. Pero si pudiera, huiría de este país, de todas sus contiendas, de sus tapas de chorizo y de sus patatas bravas, de la barretina, de sus dictadores que no lo son según la Academia de la Historia, de su sentido de lo rancio que amenaza nuevamente con anegarnos a todos durante años y años... Huiría de este país de diecisiete parlamentos frecuentemente dominados por caciques, de los rosarios, de las plazas de toros, de la virgen del Rocío y de la Macarena, de la escudella, de su magnífica literatura realista incapaz del acceso a lo fantástico...
Bravo por Semprún. Logró lo que tal vez fuera mi sueño. Huir de esta patria en permanente conflicto, distanciarse, tomar lejanía para tal vez apreciar con algún rigor lo que tiene de bueno. Aquí, sumergidos en este nido de víboras y en este campo poco propenso al quiebro amable y al razonamiento, uno siente deseos de respirar, olvidarse de que se es español.
Pero escribiendo esto y escribiendo así, no dejo de confirmar que lo soy. Estamos imposibilitados para la ironía, para la distancia y nos sumergimos de cabeza en las cosas, a lo bruto, como el macho cabrío embiste, incapaces de relativizar y anegados en pasiones tan extremas como estériles.
Una desdicha como otra cualquiera.
Uno de nuestros mayores poetas, Juan Larrea, también se pasó al francés. Y JRJ se traducía, dicen, al francés para comprobar si sus versos se sostenían fuera de la música de la lengua materna. Qué lástima, para mí, no haberlo aprendido.
ResponderEliminarSi es que este país es de un rancio que tira para atrás. Y no es que no cambie, ni avance, es que lo hace a ritmo de tortuga y a marcha de cangrejo. Una pena, porque también es precioso. Pero claro, a saber a qué huele el resto en realidad. Yo no tengo ni idea porque a ninguno conozco lo suficiente. De Alemania sé algo más, y lo que conozco -restando una persona- no me gusta más, la verdad. Pero claro, esa persona es alemañola, así que estamos en las mismas poco más o menos.
ResponderEliminarBesos, Joselu.
¿Qué hizo Jorge Semprún en Buchenwald?
ResponderEliminar¿Qué dijo Stéphane Hessel ("INDIGNAOS") de Semprún durante su estancia en Buchenwald?
¿Por qué Carlos Semprún no habló nunca con su hermano Jorge durante años?
http://unatemporadaenelinfierno.net/2010/12/05/semprun-nazis-y-comunistas-en-buchenwald/
http://unatemporadaenelinfierno.net/2011/06/08/semprun-nazis-y-comunistas-en-buchenwald-2/
http://unatemporadaenelinfierno.net/2008/12/13/testimonio-de-stephane-hessel-sobre-el-trabajo-de-jorge-semprun-en-buchenwald/
Descanse en paz Jorge Semprún y descansen en paz todos los que él mismo envió a morir en Buchenwald
Me ha encantado el artículo, Joselu; das en el clavo y lo expresas maravillosamente. De antología.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Y, adónde irás, Joselu? Huir, escapar... No hay lugar que nos cobije. El destierro, el exilio, ya no existen en este mundo tan pequeño. Mejor quedarse y luchar para cambiarlo, cada uno desde su puesto de combate, porque al final, aunque no queramos reconocerlo, estamos en guerra...
ResponderEliminarUn abrazo.
En este país hay que morirse para que los demás hablen bien de uno...Ayer me sonrojaba al escuchar determinados elogios por parte de algunos personajes públicos...
ResponderEliminarSólo he leído la "Autobiografía de Federico Sánchez" de Jorge Semprún. No me gustó. Rebosaba venganza por todos los poros contra Santiago Carrillo y el PC. La expulsión de dicho partido le dejó un resquemor que se mantuvo durante el resto de su vida. Una persona resentida pierde el "oremus"...y la credibilidad. Espero que el resto de sus libros de memorias hayan sido escritos con más sosiego y distanciamiento...
Lamento su muerte y no tengo la menor duda de que Semprún es un referente intelectual de la izquierda europea.
Un abrazo, Joselu
Dejo enlazadas con lenguaje html las referencias que deja RFT sobre la trayectoria de Semprún. Tengo que reflexionar sobre ello.
ResponderEliminarSEMPRÚN EN BUCHENWALD
COMUNISTAS EN BUCHENWALD
SOBRE EL TRABAJO DE SEMPRÚN EN BUCHENWALD
George Steiner tiene un libro magnífico, Extraterritorial, en el que analiza a fondo este proceso de cambio de lengua y de cultura. Nabokov es el ejemplo por excelencia. Siempre me han gustado esos escritores que se buscan en diferentes lenguas. No descarto acabar mis días desecajados en inglés. De Semprún yo sólo he leído "El largo viaje" y fue una lectura emocionante y una experiencia muy dura, al mismo tiempo.
ResponderEliminarSu condición de "disidente" del comunismo le honró, en su momento. Para valorar un paso tan decisivo, ideológicamente, en aquellos años, basta con ver lo que ha sido del comunismo desde entonces. O comprobar que aún hay,en esa finca religiosa, quienes defienden a Stalin o la dictadura del proletariado, muy cerca de la cual se han movido no pocas consignas del 15-M, por cierto.
No tiene una relación directa con el tema. Perdonadme. Me quiero referir a unas palabras de Jorge Semprún que escuché ayer y que me conmovieron por la belleza y la sensibilidad que destilan. Él habla de su estancia en el terrible campo de Buchenwald y dice que ya ha conocido a la propia muerte cara a cara. Por ello, dice Semprún, "no la temo, la conozco bien, a ella y a sus artimañas feroces". Pero, pasan los años y Semprún envejece y ahí, otra vez está la muerte "siempre dos pasos por delante de mí"..Yo crei haberla dejado atrás, haberla mirado casi abrazado y veo que es ella la que siempre elige".
ResponderEliminarMe gustó esta reflexión íntima sobre la muerte de un hombre que vivió, como él decía, los argumentos más inverosímiles.
Simplemente quería compartirla con vosotros.
Un cariñoso saludo.
De Semprún JOSELU se poco, pero lo poco que sé, me llega para sentir que se ha ido alguien muy especial, intelectual y humanamente hablando.
ResponderEliminarSé que con su hermano la relación fue catastrófica y que como parecen deslizar algunos de los enlaces que alguien ha pegado arriba, le acusó de ser un “kapo” que es como se llamaba a los presos que colaboraban con las autoridades, lo mismo que Stéphane Hessel, que estuvo en Buchenwald criticó la falta de solidaridad de los comunistas del campo con otros presos, pero no hizo la menor alusión a que Semprún fuese kapo.
Tan penosa me parece la postura de quienes entonan cantos laudatorios al fallecimiento de alguien a quien despreciaron y criticaron en vida, como que sus detractores no dejen de perseguir con sus recriminaciones a alguien, ni aun habiendo fallecido. Máxime, cuando todas las acusaciones que sobre este asunto se vertieron sobre él, nunca fueron confirmadas por nadie, ni probadas.
No sólo existe mezquindad y envidia en España JOSELU, tristemente son males que afectan en general al género humano, aquí y en la China.
Por de pronto hay hechos incuestionables y objetivos de su biografía, pertenecía a la clase alta y acomodada, pudiendo haberse librado de participar en la segunda guerra mundial, sin embargo se integró en la resistencia frente a los nazis... motivo por el cual, fue hecho prisionero de uno de sus campos de concentración. Fue expulsado del partido Comunista por disentir de la línea oficial del partido, lo que en todo caso demuestra valor y coherencia y además se llevaba fatal con Guerra, que para mi es otro punto a su favor, porque me cae de pena;-)
Creo que fue un hombre libre que dijo lo que quiso decir y vivió donde quiso vivir.
Europeísta convencido, que con sus luces y sombras como todo ser humano se involucró en mil proyectos de carácter humanitario, bastante más allá de lo que lo hemos hecho la gran mayoría, sólo he leído de él, su novela autobiográfica Viviré con su nombre, morirá con el mío que precisamente narra su vida en le campo de concentración y todo el plan tramado para vivir con el nombre de un muerto porque pareció estar su vida en peligro...por eso me cuesta creer que fuera un colaborador de las SS, en todo caso, insisto, se podía haber evitado mil problemas y sufrimiento y no lo hizo, a mi me llega para que cuente con toda mi admiración...
Su vida, bien podría ser un maravilloso guión cinematográfico, creo que también escribió alguno.
Igual que Semprún me gusta y siento su muerte JOSELU, a mi me gusta mi país, me gusta su gente, con todas sus miserias y defectos. Me gusta y lo quiero, sin ápice alguno de patriotismo, no entiendo de eso. Me gusta España porque he nacido en ella, porque es mi tierra, porque en ella he vivido y me he hecho quien soy y porque en ella están todos a los que quiero. Me costó muchísimo vivir lejos de mi Bierzo, lejos de España no creo que fuera feliz, la verdad.
Nunca renegaría de ella, como jamás renegaría de las personas a quienes quiero, por mil defectos que tengan, serán defectuosos, pero son míos:-)
Un beso grande JOSELU y feliz tarde.
No voy a comentar, solamente decirte que llevas unas cuantas entradas que... ¡¡estás sembrao, tío!!!
ResponderEliminarQuerido Joselu, yo también me siento así de "español" han sido tantos los que han tenido que escapar...y tantos a los que nos gustaría escaparnos de poder...
ResponderEliminarEs triste que uno tenga que morirse para que se le reconozcan sus méritos. Es lógico que en vida haya tenido detractores por su condición de político, pero no comprendo cómo la muerte hace cambiar opiniones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Magnífico texto,Joselu. No dejas de asombrarme. La verdad es que sé poco de Semprún. Supongo que cuanto se ha escrito sobre él es cierto a medias, en un sentido o en otro. Hablamos de alguien según nuestras ideas o nuestras simpatías, la objetividad es prácticamente imposible. Semprún vivió mucho, no sólo en tiempo, sino también en intensidad, y es de suponer que no siempre obró correctamente a juicio de algunos. ¿Quién sabe la verdad? Para unos fue un héroe, para otros un traidor. Eso mismo se dice de un personaje al final de "Madera de héroe", de Delibes. No me atrevo a juzgar a Semprún. Descanse en paz. Como bien dices, Dios nos libre de la hora de las alabanzas.
ResponderEliminarEs verdad que España es madrastra más que madre, un país cainita y vengativo, cutre y grandioso a partes iguales. No voy a recordar a cuantos escribieron sobre ello. Creo que la mayoría de los españoles son gente estupenda, sacrificada y trabajadora, pero abundan los vagos y sinvergüenzas. Hoy hemos visto lo peor de cada casa en la constitución de los Ayuntamientos tras las últimas elecciones.Cielo santo, qué espectáculo tan bochornoso han ofrecido muchos, haciendo enjuagues a su antojo, manipulando los votos, pactando al sol que más calienta. Les importa una mierda lo que hayamos votado, ellos deciden al margen de nuestra voluntad. ¿Por qué IU impide que el PSOE gobierne allá donde sea posible con su ayuda? ¿Cómo es posible que haya tantos imputados por corrupción ocupando puestos tan importantes? ¿Pero qué cachondeo es éste? Hoy no me siento a gusto con mis compatriotas. Me duele lo mismo que a ti, tantas incongruencias, tanto desagradecido, tanto farsante. ¿Por qué somos así? ¿Hay otro país mejor? No lo sé. Conviene viajar para saber cómo son y como viven en otras partes del mundo. Unas colegas fueron de vacaciones a Tailandia y el guía les preguntó que por qué se habían ido tan lejos con lo bien que se vive en España. Tenemos muchos defectos, sin duda, pero ya ves la cantidad de extranjeros que vienen y se quedan porque les encanta todo lo nuestro. Cuando conocemos más a fondo nuestra historia no nos parece tan idílica. No sé, es difícil ser objetivo al opinar sobre nosotros mismos. A veces tengo que dar la razón a Pérez Reverte, tan crítico y tan mordaz con todo lo español. Somos así, pero no sólo "así", hay muchos matices y diferencias. Hay que entender a los que se fueron y se siguen yendo, es una opción dolorosa seguramente pero inevitable según las circunstancias. Ojalá no tuviera que irse nadie, ni de aquí ni de ningún sitio.
Un fuerte abrazo, colega.
He leído los enlaces sobre Semprún y me he quedado helado. La ideología comunista imprime carácter, eso es cierto, por lo que tiene de religión laica, y sus adeptos, aun después de haber abjurado de sus disparatadas autobiografías, continúan manteniendo no pocos tics intelectuales y de conducta que delatan sus orígenes. Es curioso, lo digo por la falta de información con que se suele trabajar, que la última biografía sobre Laforet, de la especialista Anna Caballé, no mencione para nada la animadversión de Semprún hacia Nada, con la que consiguió cerrarle las puertas, al modo provinciano, a su dimensión internacional. En fin, ¿leeremos tus reflexiones sobre esas informaciones Joselu? A ver si es verdad que sí.
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