El pasado 27 de mayo la prensa nacional (al menos El País) publicó un manifiesto como publicidad con el título OTRA ESCUELA ES NECESARIA Y ES POSIBLE, con el subtítulo MANIFIESTO PEDAGÓGICO “NO ES VERDAD”.
Dicho manifiesto mostraba su preocupación por ciertas ideas que se han difundido y que “distorsionan la realidad”. Resumo aquí las líneas maestras de este manifiesto: la escuela existente sigue en esencia el modelo de la escuela tradicional que se basa en la transmisión de saberes desfasados, en el aprendizaje repetitivo, en la evaluación sancionadora y en la prolongación de la jornada con bastantes deberes y se sigue creyendo que saber es retener información para el examen.
Deduzco, pues, que lo que se pone en cuestión es la capacidad de los profesores en la transmisión de saberes que se consideran desfasados y se defiende una escuela en que el profesor sea un mero administrador o coordinador de una búsqueda individual o en grupo de fuentes de información basadas en las nuevas tecnologías tomando a Google como el profesor idóneo. Deberá ser el profesor el que en un nuevo marco, sin exámenes y sin demasiados deberes, coordine dichas búsquedas que serán juzgadas como formando parte de un proceso de aprendizaje que habrá de resultar esencialmente satisfactorio para el alumno puesto que él, mejor que nadie, es el que sabe lo que le interesa. La escuela pasa a ser así un espacio agradable y se dejan de lado las engorrosas calificaciones y esa pesadez del llamado esfuerzo individual. El futuro es de los jóvenes y estos saben lo que quieren mejor que nadie. Sobran los exámenes.
El manifiesto niega que hayan bajado los niveles. Esto sólo es cierto si consideramos los parámetros de la enseñanza tradicional autoritaria y jerarquizada (y aburrida) y el tendencioso informe PISA. En un mundo en que la información circula libremente por internet y todo es relativo y no hay certezas absolutas, la escuela sigue anclada en modelos del pasado queriendo explicar el mundo y acumulando conocimientos que hoy son útiles, tal vez, pero mañana habrán pasado a ser inútiles.
El manifiesto continúa afirmando después que los alumnos de ahora no son peores que los de antes. Son diferentes, y si son diferentes la culpa no es de ellos. Es la sociedad la culpable por el consumismo que se ha impuesto, la cultura del triunfo y de la superficialidad. Son inciertas asimismo las noticias que se han difundido por los medios y que crean una alarma injustificada diciendo que hay falta de respeto hacia los docentes o que existe el acoso escolar. Son temas secundarios que se han sobredimensionado.
Entiendo que lo que aquí se hace es absolver a los pobres alumnos de toda responsabilidad. La responsabilidad es esencialmente social y además de la prensa por difundir una serie de estereotipos negativos de la escuela que han dañado la imagen de la misma. No se habla en absoluto de la influencia negativa que ejercen alumnos con mal comportamiento y con los cuales, siguiendo la espiral de razonamientos del manifiesto, se habrá de ser tolerante porque la culpa no es de los jóvenes pues lo único que hacen es seguir pautas sociales generalizadas. La escuela renuncia, entiendo yo, a educar seriamente con otros valores diferentes de la sociedad. Este es el llamado “buenismo” que entiende que el joven es inocente y es la sociedad la que lo corrompe. La desmotivación es culpa de la escuela porque no sabe adaptarse a las particularidades de estos alumnos diferentes con piercings, tatuajes, mp4, chats, facebook, Disney Channel...
El manifiesto en su punto cuarto sostiene que lo que pasa y la causa fundamental del estado de la escuela y su fracaso estriba en la falta de formación pedagógica de los profesores que no saben nada de la psicología del alumnado, la importancia de lo afectivo, la selección de recursos sobre todo de aquellos más próximos a los jóvenes (nuevas tecnologías, claro está), las formas de evaluar, las tendencias innovadoras en educación, la dinámica de grupos...
Deduzco aquí que lo que hace aquí es apuntar como causa del malestar y fracaso de la escuela a la escasa formación pedagógica de los docentes que saben quizás mucho de su materia y poco de pedagogía. Ya tenemos aquí el siguiente eslabón en la cadena: la culpa es de los profesores que no saben reconocer al alumnado que tienen ni los tiempos que les ha tocado vivir y se obstinan en seguir aferrados a la escuela tradicional en la que ellos son claves en la transmisión de los conocimientos no queriendo perder sus prerrogativas sancionadoras en lugar de perseguir una escuela abierta, democrática, igualitaria, lúdica, sin exámenes o relativizando mucho estos. Es la escuela en este sentido la que debe adaptarse a los jóvenes, a sus expectativas (o sus caprichos) y no estos a las normas de la escuela. La indisciplina es culpa de los profesores y de la sociedad porque la escuela está anclada en el pasado, es poco lúdica y escasamente participativa. No entiende a estos jóvenes diferentes a los cuales se los estigmatiza con etiquetas del pasado como el rendimiento o su conducta cuando lo que hay que hacer es promover la autoestima para no crear traumas de por vida y no extremar demasiado la importancia de los conocimientos (tan relativos, por otra parte). Lo importante es que la escuela sea democrática y fomente la igualdad social. No hay mejores ni peores alumnos, sólo diferentes facetas de la personalidad humana. Eso y buen rollete, que no falte. Nadie es superior a nadie. La idea de que un instituto es un centro de enseñanza es una idea del pasado. Lo esencial es que no se discrimine a nadie y se entiendan las variantes de la conducta de los jóvenes como manifestaciones de la rica cultura de las nuevas generaciones.
¿Crees en serio que alguno de los -muchos o pocos- firmantes del manifiesto (profesores y maestros en su mayor parte) se reconocerían en la caricatura que haces de lo que intentan defender? Eso sí, hay que reconocerte que no has olvidado ninguno de los tópicos con los que se riduculiza una posición que nadie defiende ni, que yo sepa, ha defendido nunca. Quizás podríamos ceñirnos a las ideas que SÍ se defienden para razonar sobre su oportunidad, eficacia etc Lo que desde luego no ayuda, a mi entender, a generar un debate fructífero es simplificar posiciones (los progres y los tradicionales) y atribuirles en bloque el conjunto completo de todas las insensateces que NOSOTROS NO sostenemos y por lo tanto ELLOS SÍ, -ya se sabe, quien no cree en mi Dios debe creer en mi demonio.
ResponderEliminarPor otra parte es de justicia decirte que he disfrutado y me he enriquecido mucho con tus reflexiones y experiencias en estos meses y pienso seguir haciéndolo. Gracias por ello.
Miguel A.
Miguel A. ¿qué es exactamente inexacto en mi "caricatura" del manifiesto. Sólo he dicho lo que el manifiesto no dice pero es fácilmente previsible. Se hace responsable a la sociedad ¿es incierto?, se hace responsable a los medio ¿es incierto?, se hace responsable a los profesores ¿es incierto? Ninguna responsabilidad ni obligación figura en este manifiesto en lo que respecta a los alumnos a los que hay que adaptarse y halagar. No son tópicos, Miguel Ángel, es el manifiesto llevado a sus conclusione lógicas. Lo que defiende la nueva pedagogía. Un cordial saludo.
ResponderEliminarNo me atrevo a absolver totalmente a los alumnos (quizá, a partir de 14 años no deberían tener excusas), ni a culpar en exceso a un colectivo en particular (viene muy bien aquello de entre todos la mataron y ella sola se murió). Biológicamente, un ser humano de doce a dieciséis años es lo que es, una personalidad en formación bastante moldeable. Somos herederos de lo que hicieron nuestros mayores con nosotros. Y ahora no podemos echar balones fuera. Es un hecho evidente que la escuela no se ha adaptado al mundo actual. Imagina, por ejemplo, que cuando se inventó la televisión, los documentales hubiesen seguido siendo un locutor que cuenta cómo es un lugar o cómo se comporta tal animal, en lugar de mostrar imágenes. Pues así estamos, con escuelas en las que los alumnos parecen entrar en una vuelta al pasado, con materiales ajenos a lo que se vive fuera. Y no hablo de entretenerlos o distraerlos, sino de hacerlos trabajar con lo que es, no con lo que fue. En cuanto al espinoso tema de la disciplina en el aula, como tú dices, no se debería consentir que el "derecho" de escolarizar (que no educar) a unos pocos suponga pisotear el del resto. Pero, ahí es donde se echan en falta los avances prácticos de la psicopedagogía, que ha quedado como una declaración de intenciones que deben cumplir siempre "los otros", o sea "nosotros".
ResponderEliminarUn saludo.
Olvidamos que la intención que subyace bajo todo esta parafernalia es hacer una escuela que los alumnos no quieran abandonar. A ls alumnos les gusta el colegio; los alumnos siguen en él; y si no quieren seguir y tienen malos resultados académicos, se les da una beca (nueva burrada de la que me he enterado esta mañana). La escuela se ha convertido en la reguladora de la economía de nuestor país. Mientras estén allí, nuestros jóvenes no conocerán la cruda realidad de un mundo sin trabajo y seguirán felices en su ignorancia y el mundo no tendrá revueltas sociales y viviremos felices por siempre.
ResponderEliminar"Y viviremos felices para siempre", dice Capericita. Siempre y cuando, claro está, no te pase como a mí que, correteando por una plaza, en plan fondista fondón, veo a tres alumnos míos, ellos no me reconocen -o no quieren reconocerme- y yo sospecho de su actitud que, a la que me he descuidado -porque continúo corriendo, roban dos bicicletas a dos niños de 11 ó 12 años. Y a la que echo a correr tras ellos, al único que me da tiempo a "cazar" claro está es al que corre, no a los que van en bicicleta, que desaparecen en una calle comercial cercana llena de gente (es sábado por la tarde). Y allí me tienes, sujetándolo y esperando que vengan los temibles mossos a llevárselo, todo esto soportando cien mil insultos y amenazas de todo tipo. O sea, que lo de "felices" me río yo. Independientemente de mi aventura ética, que no épica, a mí me parece que la introducción al pensamiento abstracto, que es lo fundamental a partir de los 14 años, difícil se nos va a poner con las "ilustraciones", con los "tebeos" del conocimiento en que se puede acabar convirtiendo el uso de los ordenadores en el aula. Hago mío lo que leí en un foro de un sindicato: "el papel y el lápiz son, hoy por hoy, herramientas revolucionarias".
ResponderEliminarLos chicos no tienen culpa de nada probrecitos y si sigues así vas a conseguir crearles un trauma. Si son incapaces de estar sentados una hora y entender lo que dice una persona, o llegar puntualmente al trabajo un mes seguido o cosas así es por que ahora, con internet, todo eso ya no es necesario. Ni las tablas de multiplicar son necesarias y ya pronto ni leer por que google va a tener un lector (los libros electrónicos ya lo llevan) y un micrófono para que se le pueda preguntar. Además, este país tiene importantes yacimientos petrolíferos y ya no es necesario trabajar, basta con extender la mano para recibir una hamburguesa y ver a la Hannah. Te lo advierto: mira que eres antiguo y aburrido.
ResponderEliminarNo leí el Manifiesto al que te refieres. Me gusta estar enterada de las noticias sobre educación, pero si es para leer cosas así mejor seguir en la ignorancia. Ya no saben cómo atacarnos. ¿Qué y cómo deben ser los centros de enseñanza? Nos llaman antiguos y desfasados a los que seguimos creyendo en el valor del esfuerzo personal, del respeto, de la autoridad académica. Si no eres "colega" de tus alumnos eres un mal profesor; si les exiges un nivel mínimo, eres cruel; si no les toleras todos sus caprichos eres un dictador. Según parece, para ser buen profesor ahora hay que estar a la última en nuevas tecnologías (pizarras digitales y demás), qué es eso de utilizar bolígrafo y cuaderno, por Dios, eso ya no se lleva. Ahora que estamos en pleno proceso de elección de nuevos textos es vergonzoso ver cómo las editoriales ofrecen premiar al centro con estos artilugios si eliges sus textos, parecen mercachifles en un zoco. No niego el valor de estos aparatos (a la vista está que me gustan los ordenadores y todo lo que conllevan), pero de ahí a tener a los alumnos boquiabiertos viendo un dibujo tras otro en una pantalla con un texto mínimo sin que requiera esfuerzo alguno por su parte hay un abismo.
ResponderEliminarNo sé, sinceramente, hacia dónde vamos, pero todo indica que el abismo está cerca. Nos irán arrinconando o apartando, impondrán un nuevo modelo más lúdico y permisivo porque es lo que parece demandar la sociedad. No entiendo nada, ya no sé cómo debo actuar, qué y cómo enseñar. A los que conservamos aún cierta ilusión y empuje nos acabarán echando o arrinconando. Hay que seguir, pese a quien pese.
Un abrazo, colega, y que el fin de curso te sea leve. Ánimo, que ya falta poco.
Joselu, yo cada día tengo menos certezas y me crecen, como es de esperar, las inseguridades. Siento que la escuela tiene que cambiar, creo que debe hacer un esfuerzo por comprender, por "adaptarse" (ninguno somos lo mismo... Yo no me parezco en algunos aspectos a mis profesores de hace veinte años...). Sin embargo, se nos escapan "elementos" fundamentales, piedras angulares, esencias... Y tensamos la cuerda y parece que estamos también en plena campaña electoral.
ResponderEliminarPor el camino, observo alumnos heridos, heridos de aburrimiento, de sobreabundancia, de desafecto, de indisciplina... Y colegas que llegan también de las aulas con cardenales (¡algún golpe contra "niños picudos" me he llevado yo este año!) de impotencia, de inseguridad, de desánimo, de tristeza...
Creo, por todos, que deberíamos sentarnos (¿en el mes de julio? :)) con calma y hablar, y dejarnos ver donde duele y donde ríe... No hacemos todo bien ni tenemos siempre los mismos la razón... ¿Quizá escuchar más? ¿Tal vez ponernos más veces en el puesto del otro, que a lo mejor tiene doce años? ¿Y por qué no quitarnos los complejos de atrasados y defender con convicción que existen tres listas y cuatro reglas irrenunciables?
Cuántas dudas, Joselu, y cuánta necesidad de encontrar palabras, caminos, experiencias, delicadeza...
Trabajar en educación es...
Por ahí también va: qué es, qué esperamos, para qué lo hacemos, cuál es el fin, para quiénes, qué debería pasar más...
Mientras tanto, sigo observando heridas... Hay mañanas que en vez de cartera me llevo un botiquín hasta arriba de tiritas.
Gracias, amigo.
Ahora que ya te conozco un poquito más, es evidente, todo el sarcasmo que destila tu entrada, poco a poco voy aprendiendo.
ResponderEliminarEs verdad, que vivimos en una sociedad en la que la búsqueda del hedonismo jusfica todo.
Decir si atodo, es lo más fácil del mundo.
Si algo no produce satisfacción instantanea, a la basura.
Si el resultado no es inmadiato, a la basura.
Si no nos gusta o nos aburre lo que escuchamos, pasamos de intentar entenderlo o buscarle la sustancia y a la basura con él.
Todo lo que suponga el más mínimo esfuerzo, se deja a un lado.
La sociedad lleva por bandera estos valores (superfamosos fabricados en 2 minutos de tele) y los chicos a apuntarse a este carro, y lo increíble es que algún iluminado parece que les da la razón.
Yo no creo que la discusión se centre en enfrentamiento progres y conservadores, sencillamente como en casi todos los asuntos, nos FALTA SENTIDO COMUN.
Si a un chico se le da a escoger entre jugar al futbol o leerse la Celestina ¿de verdad alguien supone que va a ganar la Celestina?
Y si pretendemos que chateando, o bajando videos de internet sobre los que luego debatir en interesantísimos coloquios les va a proporcionar una educación y una formación mediananmente decente, pues vamos listos.
El aprendizaje en todos los campos de la vida, es duro, algunas veces durísimo.
Negar esta realidad o evitársela a nuestros chicos, para que vivan su estancia en el Instituto, felices y contentos es colocarles una bomba de relojería envuelta en papel de regalo que les estallará en cuanto prueben de que va este mundo.
Un fuerte abrazo.
La buena vida nos encanta a todos leyendo y haciendo
Quería puntualizar algo que ha dicho Yolanda acerca de tener a los alumnos boquiabiertos mirando imágenes en un ordenador. Ese es precisamente el error de ciertas tendencias de la escuela moderna: seguir pensando en una pedagogía del XIX con herramientas informáticas. Los alumnos no tienen que dejar de trabajar y depender de las máquinas, igual que ninguno de los adultos que trabaja en cualquier empresa está mirando el ordenador abobado. Las tecnologías están para aprender y eso solo se consigue mediante el esfuerzo personal; en eso nada ha cambiado y quien diga lo contrario está vendiendo humo. Tan insensato es pretender tener a los alumnos viendo un power point como pretender que escuchen, durante todo un día, semana, año, una sucesión de bustos parlantes que les cantan las alabanzas de un conocimiento al que ellos podrían acceder, si quisieran, con un golpe de clic. Falta poner los medios para que quieran; tan simple y tan complicado a la vez.
ResponderEliminar(Quizá alguno proponga campos de exterminio para aquellos alumnos que no valoran el esfuerzo; otros intentan asumir que el siglo XX, para bien o para mal se ha acabado).
Antonio, la Europa medieval tuvo que volver sus ojos al periodo clásico de Grecia y Roma para relanzarse y crear el Renacimiento. Entiendo que las nuevas tecnologías ayudan. Tú sabes que yo las he utilizado, pero son también una fuente de aplicaciones frívolas y festivas que todos conocemos. A los chavales les entusiasma la tecnología. En cierta manera es el lenguaje de su tiempo, lo que no quiere decir que el pasado todo ello sea nefasto. Hay tendencias pedagógicas modernas que retrasan la introducción de las nuevas tecnologías para poder desarrollar saberes tradicionales como puede ser escribir una redacción, o realizar una disertación oral. El uso del power point (el programa menos comprendido de todos)es una fuente de errores de concepción sobre lo que es exponer un tema. Si todo pasa por la utilización de las nuevas tecnologías en todas las asignaturas, ¿qué quedará del saber tradicional en que se fundamenta el conocimiento? Y en el fondo no hay nada que no se pueda realizar con un lápiz y un papel. Pienso a veces si la tecnología no encubre un vacío sustancial. Yo hacía recitales de poemas con mis alumnos aunque no los grababa en formato mp3. ¿Es más poético hacerlo, es más avanzado, o es que el invento de la grabación añade algo esencial? Creo que la escuela moderna nunca debería haber perdido el contacto con la escuela tradicional. Se ha roto el vínculo entre generaciones. Ahora estamos en un terreno de nadie. El futuro no es necesariamente la tecnología o al menos no como soporte esencial. Para traducir latín no es necesario ningún programa informático, para leer no es necesario ningún programa informático (de momento), para componer un texto hermoso no es necesario un programa de ningún tipo, para comprender un texto escrito u oral no es necesario ningún programa informático. Esta es la escuela tradicional que los autores del manifiesto (con sus poderes en el gobierno, en el parlamento, y el lobby pedagógico) quieren hacer desaparecer. No todo lo que viene del pasado es malo. Este es el más grave error. La escuela tradicional aliada a la tecnología puede ser muy útil, pero entendiendo ambas aportaciones como necesarias. La nueva pedagogía es un fracaso evidente. El único país de Europa que no la ha aplicado es Finlandia. Con eso está dicho todo. Finlandia no ha roto con la figura del profesor ni le ha culpabilizado de todos los desastres, se ha basado en la escuela tradicional y ha dado su salto al futuro sin romper los platos. El siglo XX ha acabado y el XIX y el Renacimiento, pero la lógica del saber, de la expresión, de la ordenación del pensamiento es atemporal. Y las nuevas tecnologías en sí mismas están carentes de jerarquía. Google mismo es poco fiable. No son fuentes fiables la mayoría de las páginas, y la mayorías de las búsqudas acaban en El rincón del vago.
ResponderEliminarAntonio, tocayo, creo que hay una equivocación que subyace en todo este discurso. Al siglo XX, que todavía no sé cómo será (Deleuze, Cohen, Jean-Luc Nançy, Alain-Baidou...) aún no hemos llegado. Y mis alumnos menos. Viven anclados en tradiciones obsoletas. La mayor parte de las supuestas percepciones de la realidad actual que apunta el "Manifiesto" de las narices son del siglo XIX. Yo me considero mucho más moderno y puedo demostrarlo. La delectación por las maquinitas ya la proclamaba el marqués de Sade (ahora las maquinitas tienen más chismes, pero en esencia estamos ante el mismo fenómeno). Contra la pedagogía rousseauniana buenista ya lanzaba Hegel sus "Escritos pedagógicos". A la idea kantiana de Humanidad Ciudadana, y a la pedagogía política, le contestaba Friedrich Nietzsche con mucha más mala leche que nosotros.
ResponderEliminarNo, el problema no es que no nos adecuemos a los "nuevos tiempos". Ya quisiéramos que fuera tan fácil y tan simple. Y tan moderno. El problema es que no hay "nuevos tiempos"; el juego y los personajes son demasiado antiguos, demasiado casposos, demasiado vistos. Además resulta ser al cabo el viejo juego de la "gallina ciega": los que juegan no logran ver (o no les interesa ver) la trampa política que hay detrás, la impostura sobre la que se articula. Una trampa que de puro podrida hiede.
Inger Lendvist nos ha ofrecido recientemente un ensayo que muestra con lucidez el fraude que estamos consintiendo (http://www.boulesis.com/boule/images/uploads/2009/05/nueva-pedagogia-educacion-suecia.pdf).
Un saludo a todos.
Sabes, Joselu, en mi centro hay uno de esos manifiestos publicitarios pinchado, y cada vez que me acerco a leerlo no puedo evitar mirar receloso a mi alrededor y preguntarme: ¿dónde está la cámara oculta?.
ResponderEliminarEstoy convencido que ahora están leyendo tu post.. y muertos de risa, gritando ¡inocente, inocente!
Suscribo tus palabras Joselu sobre la dignidad de la escuela tradicional, claro que no todo es malo, desde mi punto de vista. Entiendo que no es mejor ni peor ser alumno o profesor, los profesores ejercemos de alumnos en gran cantidad de foros a nuestra vez. Pero creo que sí es necesario entender quien es el profesor y quien el alumno, y conocer unas normas básicas de respeto y entender que el esfuerzo, el razonamiento y la lectura nos hacen personas. Creo que todos los que escribimos en este foro estamos, de hecho, a favor de las nuevas tecnologías como instrumento extraordinario del que nos valemos, por eso podemos acudir a este coloquio. Al mismo tiempo, no creo que tengamos que confundir objetivos con instrumentos.
ResponderEliminarLos autores de la Generación del 98, clamaban contra el abandono de la cultura y la abulia en la que se sumía toda una sociedad, contra la falta de valores éticos y el respeto hacia el conocimiento.
Qué momento de crisis acompañaba a la abulia noventayochista contra la que gritaban estos pensadores.
El mundo de la cultura y de la educación hoy por hoy creo que debe clamar de la misma manera. Muchas gracias pues por esta entrada y por poner sobre la mesa este Manifiesto que debemos conocer y cada cual reaccionar en consecuencia.
Un saludo para todos.
He leído el manifiesto y no dudo de la intención de los fimantes de querer mejorar la escuela. Suscribo bastantes afirmaciones, de sentido común, por otro lado, como la ratio razonable, el ambiente acogedor (sic), el tiempo para hacer las mil y variadas cosa que debemos hacer los docentes etc. Sin embargo, peca de imprecisión en algunos aspectos: defiende "Contenidos vinculados a las problemáticas importantes de nuestro mundo". ¿Quién decide qué contenidos son esos? ¿Dejamos de enseñar, docentes de Lengua, que había un señor llamado Garcilaso, fundamental para entender la poesía poesterior? ¿Serán poco acordes con nuestros tiempos las cantigas de amigo? ¿Y estudiar los tiempos verbales?
ResponderEliminar¿Qué es exactamente "el modelo tradicional"? ¿En qué consisten esas prácticas de evaluación que "impulsan la motivación interna? Por otro lado, me pasma igualmente el profesor que se jacta de no saber encender un ordenador,"ni falta que le hace" y que se burla, así, de manera genérica, de aquellos que osan utilizar "novedades". ¿Dónde está "el justo medio"?
Rectificación o fe de herratas:
ResponderEliminarDonde digo "TODO EL SARCASMO QUE DESTILA..."
ENTIÉNDASE Y COLÓQUESE:
"TODA LA IRONIA QUE DESTILA..."
Por favor, mil perdones Joselu, que en absoluto eres hiriente.
Toda esta discusión nos mantiene en un estado de confusión permanente del que no acabamos de salir nunca.
ResponderEliminarNunca acabamos de ser suficientemente modernos, ni de estar suficientemente formados, ni comprendemos suficientemente a los alumnos, ni tenemos suficiente pedagogía ni psicología... Ya está bien de echar las culpas sobre el profesor, no nos traguemos más culpa por favor!
Como cualquier otro profesional hacemos lo que podemos con responsabilidad. Excepto casos contados (como en cualquier trabajo) estamos continuamente aprendiendo sobre nuevas tecnologías, haciendo cursillos, compartiendo experiencias, probando métodos nuevos...
Las nuevas tecnologías se imponen poco a poco y encontrarán su sitio solas.
Tampoco se debe renunciar a lo tradicional. Los alumnos necesitan manipular pintura, barro, lápiz y papel.
Los conocimientos no son sólo una excusa para que el alumno desarrolle sus capacidades. Hay conocimientos que son cultura y son por tanto necesarios, aunque a una mente utilitarista le cueste entenderlo. Pero todo esto no es el verdadero problema que atraviesa la educación.
El problema está en que no se EDUCA a los alumnos. No se les enseña a ser responsables, a ser consecuentes con sus actos, a renunciar al placer inmediato para cumplir con su deber, a que todo no puede estar a su medida. No les enseñamos valores (o solo los enseñamos de boquilla, que es lo mismo que no enseñarlos).
Creo que todos estaremos de acuerdo con estas cosas, al menos los que día a día entramos al aula.
Los que nos dictan lo que tenemos que hacer no han pisado ni pisarán nunca un aula.
Que no nos mareen más.
Buen resumen Toro Sentado. Si se escribe un Contramanifiesto se debería titular: "Que no nos mareen más! (También he leído las últimas entradas de tu blog y me gusta la forma en que sintetizas ciertas cuestiones que a otros les cuesta un mundo entender).
ResponderEliminarUn saludo.
Ni estoy del todo de acuerdo con ese manifiesto, que por otra parte, creo que Joselu, como ya se ha dicho, caricaturiza y del cual saca conclusiones a lo mejor no demasiado prudentes, ni estoy de acuerdo con manifiestos posibles que se podrían hacer en contra.
ResponderEliminarEnseñar es un arte y educar la cumbre de ese arte. En ese sentido digo que un artista no se plantea si seguir machacando tierras, por ejemplo, para obtener los colores, si tiene todas las gamas necesarias y sus posibles mezclas, ni rechaza ningun material nuevo que la naturaleza o la industria humana le pueda ofrecer para su expresión. Ahora bien, sabe que son materiales, o sea, medios, no fines en sí. Del mismo modo, el artista sabe que su talento no basta y que precisa técnicas y desarrollo de su experiencia. También sabe que en el fondo de su arte hay algo secreto, incluso difícil de expresar, que es amor, en este caso amor al género humano. Concepto bastante difícil de explicar porque no es el que se tiene actualmente, sino que más bien se puede parecer al amor que puede sentir un santo. No se comprenderá, ya lo sé, pero no puedo explicarlo mejor.
Por otra parte, suscribo casi punto por punto lo que dice el primer comentario, desde esta posición mía.
Y en cierto modo, me siento algo ofendida, no gravemente, ni siquiera mucho, sino sólo algo, porque yo caigo en el lado de los profesores idiotas, engañados en el mejor de los casos, engañadores en el peor, que se consideran en este discurso "progres". En fin, Joselu, desde la feliz discrepancia siempre, un abrazo, colega.
Este manifiesto circula hace tiempo por Internet. Algunos blogueros se hicieron eco e incluso han dejado su firma. Yo me abstuve porque no suscribo muchas de las afirmaciones, por vagas eimprecisas.
ResponderEliminarHe aprendido a prevenirme de este tipo de reinvindaciones que se sustentan en la palabra y no en la acción. Si el manifiesto aportara medidas para paliar muchos de los males que denuncian, quizá me hubiera tomado la molestia de repensar su utilidad.
No me gusta el tono panfletario del "No es verdad"; sí, la reivindicación de que "otra escuela es necesaria y posible". Otra escuela en la que primen el esfuerzo y el respeto por encima de todo.
Yo lei este manifiesto, no creo que en El País, tuvo que ser en otro lugar y por Internet.
ResponderEliminarDicho esto, tengo que decirte que yo sigo con mis teorías del mundillo neoliberal, pues en realidad esto es una preparación de la masa superflua pero poderosa y tonta para ir privatizando poco a poco los institutos. Han comenzado con la universidad y luego pasarán a la secundaria.
Donde dices tú que los profesores será meros administradores de una búsqueda individual, en realidad, mi lectura fue que no habrá profesores, sino representantes de empresas que indicarán las búsquedas que les proporcionarán intereses futuros dando a un alumno inculto y servil una serie de actividades y ocio educativo que le interese y le mantenga atento no a una cultivación de la mente en todos los ámbitos que deben construir a un ser humano, sino en la ética y la moral de una empresa.
En Francia ya van a comenzar a existir los posgrados McDonald's en universidades y dentro de nada tendremos el Happy Burger adolescente en los institutos.
Lo peor de todo es que los comentarios que hoy dicen que este manifiesto es una burrada, dentro de unos años defenderán las bases de una privatización para dar fuerza a una educación que no funciona gracias al capital privado y a la competitividad.
saludos
Hola. No sé si ya lo han dicho porque primero comento y luego veo los otros comentarios, pero creo que la gran evasión de responsabilidad es en todo caso de los padres y no de los niños y jóvenes. Cuando se parte desde esta idea de que las escuelas son anticuadas y los maestros tienen la culpa se ve que hay ya un modelo de pensamiento que dice: a los niños se les envía a la escuela a que los eduquen y los padres ya cumplen con hacer eso. Pero no: cuán falso es eso. Yo, desde un principio, empiezo a sospechar de cualquier propuesta que comienza con una evasión de responsabilidad -- y como trabajo en los medios he visto innumerables veces cómo se culpa a a éstos de todos los males, como si quienes consumen y reciben fueran seres pasivos que se tiran sobre su espalda y solamente hacen y piensan lo que nosotros le decimos. Lo mismo con los educadores -- hace falta un cambio de actitud, de la delegación a la cooperación, si se quiere atender a los grandes retos sociales.
ResponderEliminarNadie que esté a favor de la reforma iniciada en 1990 reconocerá su fracaso. Ni siquiera con textos como el de la señora Enkvist. La prueba de que tras ciertas posturas pedagógicas permanece agazapada la sombra de una ideología muy precisa es este inmovilismo, esta porfía que no dudará en buscar culpables donde no los hay. La pedagogía de Summerhill, el rousseaunismo de la escuela inclusiva se alimenta exclusivamente de posturas políticas y no de hechos manifiestos, como cabría esperar de algo que se autodenomina ciencia.
ResponderEliminarÚltimamente ando algo pesimista. Creo que ya no hay vuelta atrás, que las semillas de 1990 han cubierto el campo definitivamente. Y hace tiempo que en las salas de profesores ya no puede cundir el pánico; ahí es donde se observan con más claridad los primeros frutos de aquel trabajo de ingeniería social. Los profesores sólo se moverán si su representante sindical así se lo dicta. Los profesores sólo actuarán si las bombas caen sobre Bagdad o si la derechona lanza su propia bomba educativa. Estos son los motivos verdaderamente trascendentales. Los otros -degradación, fracaso escolar, agresiones, politización, merma de los contenidos...- no importan. Lo importante es el pueblo palestino.
Y, además, los que han concebido el manifiesto siempre tendrán el respaldo de las instituciones, siempre tendrán el apoyo de los medios, necesario para el agit prop. De hecho, son la vanguardia, los apóstoles de la buena nueva que adviene de vez en cuando en la voz de cualquier liberado sindical, sobre el papel de cualquier cursillo, tras las siglas de cualquier asociación de padres, en el epicentro que subyace en todo libro de texto.
Nosotros sólo podemos aspirar al diagnóstico y al cabreo.
Pero si realmente llegáramos a comprender algún día lo gilipollas que estamos siendo; si nos diéramos cuenta alguna vez del poder que atesoran nuestras manos; si tuviéramos el suficiente arrojo para organizarnos y comenzar a plantar cara..., España se estremecería.
Clares, bienvenida sea la discrepancia manifestada en tu caso o en el de Miguel Ángel en el primer comentario. Pero lo que no acabo de entender es que ambos penséis que caricaturizo la postura del manifiesto No es verdad. Leo mi post una y otra vez y no veo la caricatura ni las conclusiones poco prudentes a que haces referencia. Tomo eso sí como marco de reflexión experiencias llevadas a cabo en países como Suecia en que se llevó a cabo un proyecto que sería la plasmación máxima de lo que anhelarían los firmantes del manifiesto. Fue en Färila (Suecia, años noventa) y se aplicó a 350 alumnos. Se utilizó el presupuesto normal al que se añadieron un fondo para la implantación de las nuevas tecnologías y un fondo europeo para las regiones poco pobladas. Se reformó el colegio de forma que ya no había aulas sino espacios abiertos, se dio a todos los alumnos y profesores un ordenador portátil y se propuso que no había que ir a clases tradicionales sino trabajar de forma individual. En cada asignatura, el trabajo se dividió en temas y dentro de cada tema el alumno podía elegir su enfoque. El alumno buscaba información y finalmente redactaba un informe que entregaba al profesor. Dichos informes eran superficiales, poco concluyentes, fragmentarios, dispersos, característicos de los procesos de búsqueda de información. Cada alumno trabajaba en lo que le interesaba pero no podía hablar con sus compañeros porque estos habían estudiado otros temas, ni tejieron un lazo con generaciones anteriores (asunto capital pero que la nueva pedagogía olvida), ni formaron una base sólida para otros estudios. Muchos alumnos (en grupos reducidos de entre doce y quince estudiantes) eran absolutamente pasivos y esperaban que fuera el profesor a atenderlos y fuera él quien les resolviera el problema. En muchos sentidos fomentó la pasividad. Muchos se sentían incapaces de entender lo que decía la enciclopedia y tampoco entendían lo que aparecía en pantalla. No había exámenes, los grupos eran reducidos, tenían ordenador personal y contaban con un generoso presupuesto, sin clases magistrales. Pero sin embargo cuando se les hizo una evaluación externa en lengua, matemáticas e inglés, estos alumnos de dieciséis años que habían estudiado al menos tres años según la fórmula propuesta por la escuela, sacaron unos resultados sorprendentemente bajos, y el método no fue positivo para los alumnos más flojos que se cruzaban de brazos frente a la pantalla sin energía ni interés en buscar información. Muchos alumnos suspendieron la prueba de comprensión lectora. Este es el proyecto más caro experimentado en Suecia y las conclusiones del estudio que se hizo sobre él (Naeslund, 2001) comprobó que los alumnos más flojos fracasaron y los medianos obtuvieron resultados inferiores al que hubieran obtenido por otros métodos más tradicionales. El problema de la Nueva Pedagogía es que todo es muy hermoso como discurso hasta que viene una evaluación externa y radiografía el estado real de la situación, véase el informe PISA, verdadera bestia negra de los sistemas educativos.
ResponderEliminarAndrés Hurtado de Micina, el conjunto del profesorado lleva quince años de chaparrón pedagógico, de consignas políticas igualitaristas, y se siente desarmado ante la realidad que está viviendo y que padece. Los sindicatos representan la versión oficial de la pedagogía y su práctica contradice la experiencia diaria. Sólo queda la quemazón interior que se convierte en resignación y en capacidad de aguante. Los docentes públicos tienen sueldos como funcionarios y son empleados del estado. El parlamento aprueba las leyes, los sindicatos nos representan, y sólo queda resignarse y hacer las cosas en clase lo mejor que se pueda, dadas las circunstancias. Porque se sigue amando a esos alumnos aunque el sistema haga agua por todos los lados. Sin embargo, la nueva pedagogía y los practicantes de la buena nueva acusan con saña a los profesores como culpables de lo que está pasando por su falta de fe y complicidad con el constructivismo, el igualitarismo, la inclusividad, el pedagogismo y la nueva escuela a la que se puede hacer de todo menos evaluar externamente porque entonces todo se viene abajo. PISA no existe, molesta, y si viene a denunciar nuestros males, se mira a otro lado y se pide más pedagogía para los enseñantes que ya no saben dónde meterse. Dicen que nos falta pedagogía. Luego muchos se escandalizan porque los padres huyen hacia la privada concertada o no. ¿Por qué ha desertado en general la clase media de la enseñanza pública con estas maravillosas características? La respuesta es fácil de deducir: porque piensa que en la privada podrá paliar las consecuencias devastadoras de la filosofía que alientan las llamadas nuevas pedagogías, pero al parecer se quiere todavía más constructivismo. La enseñanza pública construida sobre esta premisa se ha convertido en meramente asistencial. ¿O es que no se ve?
ResponderEliminarClaro que se ve, amigo Joselu. Pero yo sigo preguntándome: ¿por que diablos no se hace nada?
ResponderEliminarNuestra labor dentro del aula no es suficiente, porque, si lo fuera, algo habría empezado a cambiar.
¡Me niego a ser un Sísifo de tres al cuarto!
Otra cosa.
ResponderEliminarDice usted: "Los docentes públicos tienen sueldos como funcionarios y son empleados del estado. El parlamento aprueba las leyes, los sindicatos nos representan, y sólo queda resignarse y hacer las cosas en clase lo mejor que se pueda, dadas las circunstancias."
¿Significa esto que debemos esperar a que el "deus ex machina" del sentido común político baje de los cielos? Porque, si es así, ya podemos esperar sentados.
La relación entre funcionarios y Estado ha de ser de lealtad a unos fundamentos de ese mismo Estado. Pero la lealtad no quiere decir servidumbre. Si las leyes de ese mismo Estado son injustas, la desobediencia civil es el recurso más digno, porque, antes que funcionarios, somos ciudadanos. De hecho, los profesores hemos de aspirar a ser -y a creérnoslo- eso que Marsilio de Padua llamaba la "melior pars" de la ciudad.
Le dejo aquí una cita de Thoreau, que ilustra muchísimo mejor lo que quiero decir:
«Existen leyes injustas: ¿debemos estar contentos de cumplirlas, trabajar para enmendarlas, y obedecerlas hasta cuando lo hayamos logrado, o debemos incumplirlas desde el principio? Las personas, bajo un gobierno como el actual, creen por lo general que deben esperar hasta haber convencido a la mayoría para cambiarlas. Creen que si oponen resistencia, el remedio sería peor que la enfermedad. Pero es culpa del gobierno que el remedio sea peor que la enfermedad. Es él quien lo hace peor. ¿Por qué no está más apto para prever y hacer una reforma? ¿Por qué no valora a su minoría sabia? ¿Por qué grita y se resiste antes de ser herido? ¿Por qué no estimula a sus ciudadanos a que analicen sus faltas y lo hagan mejor de lo que él lo haría con ellos? ¿Por qué siempre crucifica a Cristo, excomulga a Copérnico y a Lutero y declara rebeldes a Washington y a Franklin? […] Si la injusticia es parte de la fricción necesaria de la máquina del gobierno, vaya y venga, tal vez la fricción se suavice -ciertamente la máquina se desgasta-. Si la injusticia tiene un resorte, una polea, un cable, una manivela exclusivamente para sí, quizá usted pueda considerar si el remedio no es peor que la enfermedad; pero si es de tal naturaleza que le exige a usted ser el agente de injusticia para otro, entonces yo le digo, incumpla la ley»
Blanco y en botella, ¿no les parece?
Andrés Hurtado, porque estamos domesticados y la moral comida y porque cobramos a final de mes y porque somos empleados públicos y no podemos oponernos y porque no tenemos a nadie que nos represente y somos además individualistas. Eso sí, cuando este blog colgó los vídeos sobre Inger Enkvist en el Parlament de Catalunya, las visitas se multiplicaron por tres o cuatro. La pedagoga sueca logró emocionarnos diciendo con coherencia lo que en el fondo pensamos. Tenga en cuenta que manifestar lo que estamos diciendo es colocarse al parecer en el lado de la derecha conservadora y reaccionaria. Y eso no. Eso también nos ata, que no haya un discurso de izquierda para expresar lo que sabemos que es un planteamiento a la izquierda. Nada es lo que parece. Y eso alienta la confusión y el desánimo y pensar que lo único que vale es lo que se hace en el aula. Ante el resto se es pasivo, resignado.
ResponderEliminarAunque no considero de ninguna manera estéril el debate de manifiestos en el que estamos enzarzados, (conviene explorar el terreno que aparentemente nos separa), se me ocurre que confundimos el diagnóstico de la situación (en el que confluimos bastante pese a los tonos más o menos apocalípticos) y el diagnóstico de sus causas, sobre las que resulta difícil un análisis riguroso porque para unos u otros son “evidentes” e “indiscutibles”.
ResponderEliminarEn consecuencia, las soluciones propuestas van desde “la vuelta al paraíso perdido” (que me temo que, para bien o para mal, dejamos atrás definitivamente, ¿o no será que idealizamos nuestro propio itinerario escolar -vivido hace 40, 30, 20 años?-: ¡Entonces sí que aprendíamos, las clases discurrían serenas, en un continuo gozo por el conocimiento adquirido y finalmente egresamos del sistema como personas maduras y doctas!) a la apelación a un “Santo Grial” salvador, sea éste tecnológico (¿de verdad un ordenador personal en manos de cada alumno abre una nueva era?) o ritual (haciendo visible la añorada autoridad mediante signos de respeto: usted, etc)
¿Pretendemos cambiar el modo –desastrado- en que se nos presenta la escuela, cubriéndola de bonitos trajes de encaje, sin cambiar su realidad: las personas que la formamos –familias, profesores, alumnos (sí, en ese orden; creo que otro no es eficaz, lo siento)?
Que la escuela sea mejor que la sociedad a la que sirve exige al menos dos cosas: consenso sobre la dirección en que la conducimos y constancia y energía a raudales. Me temo que de momento carecemos de ambas cosas.
No obstante, aunque no dispongamos de momento de un ejército dispuesto a dar la batalla, no faltan guerrilleros que están venciendo en pequeñas escaramuzas aquí y allá. Podemos por tanto estar atentos y tratar de sumar fuerzas siempre que sea posible, sea lo que sea que una vez existió (o no), tratando de evitar fronteras infranqueables que, la mayor parte de las veces, son sólo formales.
Señor Mara:
ResponderEliminarDice usted:"¿Pretendemos cambiar el modo –desastrado- en que se nos presenta la escuela, cubriéndola de bonitos trajes de encaje, sin cambiar su realidad: las personas que la formamos –familias, profesores, alumnos (sí, en ese orden; creo que otro no es eficaz, lo siento)?"
Y yo le pregunto: ¿por qué esa obcecación en cambiar la sociedad desde la escuela? ¿Por qué esa obsesión en ser asistentes sociales? Dejemos a las familias en paz, pero, sobre todo, seamos inteligentes a la hora de acercarnos a ellas, y respetuosos. Las familias no son culpables de nada, por mucho que nos encabezonemos en presentarlas como parte del problema. Aquí ocurre lo de siempre: primero te doy la puñalada y después te pido perdón y, además, exijo tu colaboración. El ideal de la reforma en España, con su enseñanza obligatoria hasta los dieciséis años y con la introducción de materias con contenidos altamente ideológicos -la famosa transversalidad, la presencia de algunas optativas y la actual Ciudadanía-, siempre ha pretendido trasladar la educación en valores de su ámbito natural -la familia- al ámbito estatal del centro educativo. Si usted le dice a una familia cuyos dos miembros trabajan que no se preocupe, que su hijo recibirá todo aquello que ellos no le pueden dar, ¿qué espera que haga? Los padres estarán encantados de delegar esa responsabilidad esencialmente familiar al Estado. Ahora bien, cuando, con el paso de los años se va viendo que esto no funciona, que ni las familias -porque se han adaptado a la nueva situación- ni los colegios -porque han usurpado de manera antinatural un trabajo que no es el suyo- pueden educar a los chavales, de repente comienzan a surgir voces que dicen: es que las familias no hacen su trabajo, es que los padres ya no educan a sus hijos. Pero, señores ideólogos de este nuevo Mundo Feliz, si han sido ustedes los que han malacostumbrado al personal, ustedes y no otros han moldeado las figurillas de barro a las que ahora pretenden culpar de todo.
Imagínese, Mara, que, en un alarde de sentido común, los legisladores de este país decidieran, de la noche a la mañana, aprobar una ley educativa que acabase con la obligatoriedad hasta los 16 años, que, a los 12 o a los 14 la tutela estatal desapareciera, que los padres se vieran en la tesitura de obligar a sus hijos a estudiar para que no perdieran el tren -ahora, si se da cuenta, no ocurre esto, porque, estudien o no, saben que sus chicos titularán-.
Un saludo.
¡Hola!
ResponderEliminarSoy nueva y es la primera vez que me atrevo a escribir. Yo también opino que deberíamos saber salir de esta resignación aparente en la que nos encontramos muchos docentes; si esperamos a que tomen la decisión otros, lo tenemos claro...
Todas las aportaciones me hacen reflexionar y me enriquecen.
Por eso, doy las gracias a todos y en especial a Joselu.
Un saludo.
Buf, vaya discusión. Al igual que Lu, me quedo con la parte que dice "otra Escuela es posible" y voy a intentar explicarme.
ResponderEliminarComparto totalmente algunos valores que encarna la Escuela, desde luego, entre ellos el valor del esfuerzo, del trabajo, del respeto... no es posible el aprendizaje sin ellos, algo que no han dicho las teorías pedagógicas de los últimos veinticinco años. El alumnado debe saber que tiene un papel en su aprendizaje como el profesorado otro en el suyo. Es indiscutible e indisociable. Al profesorado le toca motivar, captar el interés del alumno por los contenidos, renovarse pedagógica y científicamente, además de aplicar las herramientas tecnológicas más adecuadas.
Al alumno le toca esforzarse, trabajar, estudiar y comprometerse. No podemos mirar hacia otro lado cuando la sociedad avanza. No me gustaría que mis médicos me aplicaran un tratamiento para el cáncer de hace veinticinco años argumentando la mucha efectividad que tuvo en el pasado, la solidez de su formación, el valor intrínseco que tiene o cosas parecidas. Sin embargo, en Educación, nos resistimos en exceso a aplicar la innovación so pretexto de que educar es un arte, de que no es necesario más que una pizarra y un libro, a que cuando éramos alumnos aprendimos de una forma determinada (que es la válida) o que los contenidos imprescindibles son precisamente, aquellos que impartimos, aunque la sociedad demande otra cosa.
Creo que la clave está en el cambio de sociedad. Nuestra sociedad, las empresas, las organizaciones, exigen unas habilidades y capacidades que no se enseñan en la Escuela (entiéndase Escuela como sistema educativo, Universidad incluido) y, por otra arte, los valores sociales dominantes poco tienen que ver con las valores tradiciones de la Escuela. En este choque de valores, la Escuela lo tiene difícil si no es capaz de dar una respuesta de calidad.
Por tanto, creo que hay que repensar la Escuela, sus objetivos esencialmente, y adaptarnos a unos tiempos que son como son, ni mejores ni peores, sino distintos.
Por otro lado, las metodologías del profesorado deberían ser algo más ricas que la mera transmisión de conocimientos y el uso indiscriminado del libro de texto como única fuente del saber. Si el alumnado no es capaz de construir sus saberes, si el profesorado no es capaz de guiar al alumnado en su aprendizaje y ayudarle a construir un pensamiento científico, a trabajar en equipo, a buscar la resolución de problemas... nos estaremos alejando de nuestra función.
Se habla en los comentarios de ejemplos que justifican que no se usen las TIC en educación (un estudio Sueco), se critica la educación inclusiva como opción política. Por partes.
El uso de las TIC no es una moda de ZP aunque su propuesta se haga con fines políticos o electoralistas. Se ha citado Finlandia, pero no hace falta irse tan lejos para ver cómo las TIC están cambiado los sistemas educativos europeos, empezando por los vecinos portugueses. No hay vuelta atrás, se mire como se mire. Pero no se aprenderá más por usarlos sino por usarlos adecuadamente. Si ponemos una presentación para que los alumnos escuchen pasivamente a un profesor, posiblemente, no habremos avanzado mucho. Como alguien dijo acertadamente, en el trabajo el ordenador es una herramienta para unos fines; así debería ser en la Escuela.
Por último, la inclusión educativa es una opción política, evidentemente. Podemos elegir al alumnado bajo criterios sociales, económicos o incluso de nivel escolar, no me gusta, pero una empresa privada puede hacerlo (de hecho lo hace). Pero la Escuela sostenida por fondos públicos debe tener como objetivo que todos, sin excepción, tengan iguales oportunidades y la aspiración de la titulación mínima para desenvolverse como ciudadanos. Esa pretensión es la inclusión y, desde luego, estoy totalmente de acuerdo. Después, ya veremos en función del mérito, quienes son capaces de llegar hasta el final pero los medios para intentar que todos lo hagan deben estar a su disposición.
Saludos
Me pasma que se pueda ver en el escrito de joselu una caricaturización del manifiesto..
ResponderEliminarCopio literal y que lo digan ellos..
“No es verdad que en la escuela española actual predomine un modelo de enseñanza diferente al tradicional”
¿A qué llaman tradicional? Pues ya mismo nos lo explican:
“pesar de que hay importantes argumentos en contra de la forma tradicional de enseñar, la cultura escolar dominante en España sigue basándose en la transmisión directa de contenidos inconexos y, no pocas veces, desfasados e irrelevantes, en el aprendizaje mecánico y repetitivo, en la evaluación selectiva y sancionadora y en la prolongación de la jornada escolar de los menores con abundantes deberes y tareas.”
“Transmisión directa “ ¿eso parece mejor que indirecto, no?
Pero claro son:
Contenidos inconexos
Desfasados
Irrelevantes
Aprendizaje mecánico
Repetitivo.
Evaluación selectiva y sancionadora
Prolongación de la jornada
Abundantes deberes y tareas.
Vamos que los que llevamos 20 años en esto hemos estado dando mierda abundante y bajo tortura directa. Bueno, Joselu, tú llevas más.
“No es verdad que en la escuela española hayan bajado los niveles de exigencia”
No creo que nadie que haya impartido clase en los años 80 puede decir eso sin estar mintiendo de forma absolutamente descarada. [No hablo de años anteriores porque no tengo experiencia como profesor]
Para demostrar este aserto nos dicen que miremos los libros de texto. No me parece la mejor manera de mostrar algo.. pero miren, miren lo que se hacía en un primero de bup, segundo, tercero, cou y se compare con lo actual. [respecto a la EGB no tengo experiencia de ella, pero quien la tenga que nos lo cuente.]
“La incompatibilidad entre el buen aprendizaje y la enseñanza tradicional, que siempre ha existido, se ha venido incrementando en los últimos tiempos.” De nuevo enseñanza tradicional es sinónimo de mal aprendizaje. Eso no impidió que naciesen Newton, Kant, Antonio Machado, Einstein.. si llega a estar la LOGSE desde los griegos dónde andaríamos eh...
“Al mismo tiempo, en un mundo globalizado, donde la información circula por internet, donde la comunicación se ha hecho virtual, donde los graves problemas de la humanidad tienen carácter interdisciplinar, donde las certezas absolutas han desaparecido y nos enfrentamos a un futuro crítico, incierto y complejo, la escuela sigue anclada en contenidos y métodos del pasado.”
bla, bla, bla.. vaya mezclote.. que el futuro es muy oscuro trabajando en el carbón...”las certezas absolutas han desaparecido... ¿eso fue con Protágoras y Gorgias allá por el Siglo V A. C.? “El futuro es incierto, complejo....” antes, en cambio, cualquiera sabía el lunes lo que pasaría el martes..
¡Y esto solo es el comienzo! Podría seguir con las siguientes no-verdades.. pero vamos, es más de lo mismo.
De momento baste la muestra.
Saludos
Como siempre, sobran diagnósticos y nos faltan terapias. Aquí, una propuesta que no pretende ser sino una primera palabra.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
http://foros.aso-apia.org/index.php/topic,2341.0.html
Pues yo ya estoy cansada de quejarme y cansada de buscar y de leer los motivos, las excusas, las causas y las calamidades de nuestro modelo de enseñanza.
ResponderEliminarCon el artículo de Enkvist ya está todo dicho y perfectamente dicho (el popular "manifiesto antipedagógico", aunque estoy de acuerdo en esencia con lo que expone, nunca me ha atraído por su retórica populista).
Soy joven, acabo de empezar, quizás muchos vean esto cuando les queda poco de ejercicio de la profesión, pero yo no me resigno a quejarme sin actuar. ¿Por qué no empezamos a proponer ideas de cambio? No sé de qué manera, soy pesimista en el sentido de creer que hay alguien manejando los hilos de la educación en aras de un interés mayor, pero necesito saber que, más allá de la queja, podemos hacer algo. ¿Cuántos estaríamos dispuestos?
Tiempo al tiempo: lo que hoy es una moda mañana será pasajero. Todo llegará.
ResponderEliminarCaperucita Azul, me alegro que te haya llegado el ensayo de Inger Enkvist. Yo lo tengo como libro de cabecera,incluso encargué alguno de sus libros como La educación en peligro pero no he podido conseguirlo. El debate sobre los modelos educativos es candente en occidente. La escuela está en una profunda crisis y ha de ser repensada. Es lo que propone el manifiesto No es verdad. Pero mis conclusiones son diametralmente opuestas a las suyas. No estamos hablando de la misma escuela. Ellos hablan de una escuela entretenimiento y no de una escuela para el conocimiento que recoja lo mejor de la tradición occidental para hacerlo vivo. Las palabras tradición y conocimiento es tabú para ellos. Ellos hablan de nuevos tiempos, de pedagogía, de nueva escuela, pero no nos hablan de qué habrá que aprender en ella. ¿El pasado de Europa desde Pitágoras a Sartre, desde Platón a Nietzsche dónde para para ellos? ¿Son rémoras del pasado? ¿Atavismos de otros tiempos? ¿Lo solucionaremos todo con ordenadores y convirtiendo al profesor en un moderador de impulsos, una especie de animador cultural que les enseñe a tener buen rollete? No les interesa el conocimiento. Esta es una palabra anticuada. Quieren la escuela de los nuevos tiempos sin especificar qué hombres del futuro pueden construir sin la pátina del pasado, sin la tradición que lleva a construir un texto coherente y a entender un texto escrito, a reflexionar sobre la propia existencia. Queremos una escuela moderna, con mucha tecnología (yo la utilizo que conste)pero ¿para decir qué? ¡Qué imagen del ser humano tenemos sin raíces? Tradición y vanguardia es la más feraz de las alianzas, pero estos pseudoinnovadores se guardan para ellos la semilla de conocimiento porque piensan que el sistema educativo no está preparado para ella. ¿Y quién ha destrozado el sistema educativo? ¿Quién ha hundido en nombre de las modas el proceso de la transmisión del conocimiento en la escuela? No tengo soluciones, caperucita azul, hay algún enlace interesante en la asociación APIA. Hay un foro que propone una reforma del sistema educativo muy interesante. Pero yo me temo que soy un agitador pero no un político. Eres joven, busca caminos. Lo que dijiste sobre la educación en Bélgica me conmovió. Pensar en voz alta es necesaria. Ellos utilizan la prensa nacional para difundir su nuevas amenazas disfrazadas de ideales desinteresados. Un cordial saludo.
ResponderEliminarDificilísimo pronóstico, pero con Lu y Víctor insisto: otra escuela es posible y, de ningún modo, la conseguiremos culpabilizando a los demás de todos los errores. Efectivamente, Toni, que cada palo aguante su vela... Mientras tanto sigamos gritando, bajito: ¡prohibido prohibir!, ¡usa la memoria, pero sobre todo la imaginación! y, no lo olvidemos, ¡debajo de los ordenadores está la playa! Relájate...
ResponderEliminar¿Dónde leyó usted una propuesta de cambiar la sociedad desde la escuela? Cabría discutir si eso es posible, en qué medida y cómo, y si queremos hacerlo, pero nada de eso ha aparecido aquí, desde luego no por mi parte.
ResponderEliminarDefiendo más bien que cambiar la escuela no es posible si no nos proponemos cambios personales, familiares y sociales todos los que formamos parte de ella. La educación, a mi juicio, viene determinada no tanto por el modo de articular las instituciones escolares o por el contenido de los programas académicos (que también) sino por las aspiraciones, expectativas y sobre todo acciones de las personas involucradas (en definitiva toda la sociedad) que se concretan de manera imperfecta y siempre provisional en aquellas.
No se trata de buscar culpables, a menos que persigamos simplemente tranquilizar o justificar conciencias (esto no es un juicio en busca de restitución) sino de deslindar qué aportación corresponde a cada uno y cómo podemos remar juntos en la misma dirección –si conseguimos acordar aproximadamente una-.
Cuánto aprendo leyeendoos a todos, lo digo sin nigún tipo de ironía.
ResponderEliminarSupongo que muchos seréis profesores experimentados, yo me presento este año por primera vez a las oposiciones y veo claro como el día que el principal problema es la falta de educación para la docencia en las universidades.
La universidad te prepara para la parte A de la oposición, no para la B. ¡Y nadie dice nada! La gente tiene que pagarse academias privadas o preparadores personales gastándose un dineral, porque la única preparación de que nos provee el estado para pasar esta prueba B es el BOE. Es de locos. Antes, cuando el licenciado daba clase al alumno de BUP no digo que no fuera suficiente con el dominio de los conceptos, pero ahora esa prueba B es la fundamental para enfrentarse a una clase de niños de primero de ESO, y de protodelincuentes de cuarto que están por obligación allá.
Los médicos, antes de cortar con el bisturí, hacen tres años de MIR muy duros y con tutela. ¿Es que la educación en los años de la adolescencia es menos delicada? ¿es que un daño causado a esta edad de personalidad informe es menos grave?
En Francia, una vez se aprueba la parte A, se trabaja en fase de prácticas con un tutor durante todo un año y clases de pedagogía, durante el cual se redacta la programación didáctica aplicada a un curso real.
Pero claro, en Francia la educación es laica desde 1902. Todo queda demasiado lejos de esta España de las leyes figurantas.
Un saludo.
Estoy con los que dicen "otra escuela es posible", aunque por curarme en salud digo que altamente improbable. Un lema así produce un efecto, que se crea que es posible y se luche por ello; que se consiga es otra cosa.
ResponderEliminarAquí habría que separar:
El hecho pedagógico en sí mismo, como característica propia del ser humano, y que no se limita a la institucion.
El hecho pedagógico institucionalizado, que es una limitación del anterior, pero necesario socialmente; la enseñanza, se ha demmocratizado, en el sentido de que todos, al menos aquí, tienen acceso a la educación.
Digo todos, no sólo los niños y jóvenes de clases medias, futuras clases medias , ni los hijos de las clases bajas con dotes excepcionales. (Caso de nuestra educación, al menos para los que tenemos más de cincuenta). Todos quiere decir: clases altas (centros privados y concertados), clases medias, un amplio espectro que se reparte entre centros públicos no conflictivos y centros concertados medianos: clases bajas, rurales o urbanas, que esto también marca una diferencia, en centros públicos generalmente; clases más bajas, inmigrantes, minorías étnicas, cinturones industriales y barrios extremos (centros públicos con cierta conflictividad o de alta conflictividad, según zonas). No me lo invento, es así.
¿Qué hacemos? ¿Les negamos el derecho a estar escolarizados hasta los dieciséis años a los últimos? ¿Les enviamos a los diez, once o doce años a aprender un oficio? Pensemos que sus motivaciones para estudiar no existen casi, y que las vivencias que puedan tener en familia pueden ser el desastre absoluto.
Continúo aquí, que no me deja hacer un comentario tan largo.
ResponderEliminarLa escuela no sustituye a la familia ni cambia la sociedad sustancialmente. Más bien es al revés, aunque en un porcentaje mínimo podemos decir que hay cierta retroalimentación. Muchos de los colegas que por aquí escriben no lo vivieron, pero la ley de Villar Palasí, la de la EGB, supuso una adaptación previa a la entrada en la UE, porque lo anterior era inviable. Cómodo para todos, pero inviable socialmente. Se confió en esa parte para un cambio social, simplemente, que hiciera su papel. Nadie en su sano juicio piensa que desde la escuela se mueve el mundo, pero algo se hace.
Si yo soy una persona educada, relativamente, no lo debo en absoluto al libro de Urbanidad que tenía en el Bachiller Elemental, y si sé cocinar no se lo debo a aquella terrible Economía Doméstica. No soy falangista ahora y estudié las obras de José Antonio. ¿Nadie se acuerda de eso? Tampoco sé griego y estudié dos cursos de Bachiller, uno de Preu y dos en la Universidad. Un fracaso del sistema. Que me den ahora un texto de Jenofonte y ya vereis, ni idea. Sí que hay en muchos discursos de colegas una añoranza por el pasado, que, como dicen los Luthiers, no es mejor, es simplemente anterior.
No sé qué se pretende desde la particularidad de cada profesor, que siempre pensamos: uno, que somos el modelo a seguir y nuestros conocimientos son los mejores; dos, que nuestra asignatura es fundamental para la vida y que sin ella no merece la pena y cualquier desarrollo humano será imperfecto.
Otra cosa es la política educativa, diferenciada por completo del hecho pedagógico en sí. Claro, de ella depende muchas cosas: los recursos, la formación del profesorado, la distribución de alumnado por zonas y centros, los programas escolares, etc. Ahí es donde entra la posible manipulación del sistema en aras de intereses fuera de lo educativo.
Y un tercer punto que habría que tratar es la relación entre escuela y sociedad, en el sentido de las mutuas adaptaciones e influencias. La escuela es una necesidad de la sociedad, no al contrario. Una vez instituida la escuela, no es que necesite a la sociedad, es que depende de ella. Ahí es donde podemos pensar que otra escuela es posible, en el caso de que también pensemos que otro mundo, otra sociedad es posible.
Los medios, las TIC, por ejemplo, son eso, simples medios, y el experiemento sueco ese me parece una locura si fue tal y como lo cuentas. De todos modos, negar las TIC hoy en día como medio (medio digo) de información es tanto como si en el siglo XVI y posteriores hubieran dicho que la imprenta iba a acabar con la cultura, con el esfuerzo y con el afán de aprender, y por tanto hubieran proscrito los libros impresos de los centros de enseñanza de entonces.
Tendría que decir mucho más, pero esto es un comentario, no un texto planificado, así que sólo añado que mi experiencia como profesora es de treinta y tres años y que he impartido todos, todos, los niveles no universitarios. No estoy cansada, pero he llegado a ciertas conclusiones que no me restan ni un gramo de entusiasmo por mi profesión y por la creencia de que es posible otra escuela. Lejos de añoranzas, desde luego.
Inger Enkvist plantea que en un momento de la historia los movimientos socialdemócratas suecos apostaron por la "escuela social". La escuela al servicio de la sociedad, la escuela como elemento de cohesión social, la escuela como forma de educar socialmente y promover la igualdad social. De ahí deriva la EGB y posteriormente la LOGSE. Es cierto y el discurso social es impecable. Pero ese planteamiento tiene un precio no reconocido por los que argumentan a favor de la escuela social. El precio es muy alto. Significa el hundimiento del nivel educativo. No sé de tu experiencia, pero la que vivo día a día en un centro de barrio de mediana-alta conflictividad es que la escuela no busca difundir conocimiento, sino modos de estar en el mundo, democráticos, sensatos, socializadores. Bastante tengo si consigo que mis alumnos se callen para que dé la clase. Durante muchas horas del día están cansados o agobiados o aburridos o hasta los mismísimos de estar allí encerrados. A ciertas horas es imposible y hay que plantear actividades ligeras para que la cosa vaya medianamente bien. ¿El nivel? ¿Qué te voy a decir? Ya nos lo dice el director claramente. El nivel es secundario. Lo importante es que aprendan a sentarse, a comportarse, a estar, a respetarse, a que no se insulten ni se agredan. Ese es mi día a día. Los conocimientos es irónico pero es lo menos importante. En esta escuela algunos se lo pasan muy bien no dando ni golpe e influyen a los medianos mientras que otros que quieren aprender tienen que aguantarse y pasar por todo el desorden organizado. Hay buenos alumnos masacrados que en otro ambiente serían otra cosa. Pero es la escuela "social", al servicio de la igualdad. Pero no lo olvides, Clares, es perfecto como discurso político, pero tiene un precio fundamental. El hundimiento de la escuela del conocimiento. Muchos padres de clase media quieren para sus hijos otros ambientes más favorables para el aprendizaje y para la paz entre iguales y optan por la escuela concertada. La clase alta y media alta, como dices, opta a los privados y concertado donde se promociona una pedagogía intelectual y de selección. Los buenos alumnos de las clases bajas que asisten a los centros sociales se ven aplastados por el ambiente adverso de las aulas. Si ellos estuvieran en otras escuelas... Pero la escuela social enseña a convivir y a vivir intensamente los conflictos. La indisciplina es mayúscula y el clima de agresión es elevado. Tu discurso, Clares, tiene coherencia, es honrado, es de una gran penetración pero reconóceme ahora, si esto es cierto, que conseguir la escuela "social y democrática" tiene un precio -a mi juicio muy elevado, y de esa escuela huyen las clases medias lo que es una pérdida muy grave. El antiguo BUP era interclasista y los alumnos del mismo podían competir con cualquier centro privado. Eso se ha perdido. Tiene un motivo valioso: la igualdad social, la coherencia, el no desasistir a nadie, el no mandar a los alumnos a los doce años a programas profesionales. En ese baremo, en ese tira y afloja, entre lo conseguido y lo perdido, muchos profesores estimamos que lo que se ha logrado es importante, pero lo que se ha perdido es muy grave. ¿No hubiera habido formas de conciliar la escuela social con la escuela intelctual? La Logse y este manifiesto que promete más pedagogía no era ni son la dirección adecuada. Eso sí, tendremos discursos bellísimos de los políticos que llevan a sus hijos a la escuela privada privando a sus hijos de tan maravillosa experiencia de convivencia social. ¿Cuál es la solución? No la tengo. Pero estimo que lo perdido es irreparable. Un cordial saludo y gracias por argumentar y pensar con nosotros.
ResponderEliminar"El nivel es secundario". Vale se ha perdido.
ResponderEliminar"Lo importante es que aprendan a sentarse, a comportarse, a estar, a respetarse, a que no se insulten ni se agredan."
La cuestión, Joselu, es ¿aprenden siquiera esto último? No; cuando se renuncia al conocimiento se renuncia a la escuela. Escucho a profesores -a veces de filosofía- cuestionar que se enseñe a Platón, Aristóteles, Kant, Nietzsche.. por el inconveniente de que están muertos, parece que no les gusta hablar de muertos.. y propugnan "otra filosofía", lo cierto es que esa otra filosofía que no trate con muertos no existe,lo que piden -lo sepan o no- es la desaparición de la filosofía de la escuela, es lo que en el manifiesto llaman contenidos desfasados, irrelevantes..
¿Por qué lo van a sustituir? por ideología y por banalidad.
Hay algo que sin embargo empieza a cansarme y es el suponerles siempre buena intención... pues empiezo a dudarlo. De hecho, ellos no se cortan en tratar de franquista.. o cualquier otra descalificación que se les tercie.
No, dudo mucho que detrás del "manifiesto" exista buena intención. Creo que saben perfectamente lo que quieren, y quien lo firma también.
Saludos.
Clares, en cuanto a las TIC famosas, yo las aplico siempre que puedo, pero es una forma de hacerles más atractivas las actividades de siempre. El blog de la clase es un medio interesante. Pero no deja de sustituir a la hoja en blanco en que se redacta un texto con mayor o menor coherencia. Los programas que utilizamos de tratamiento de textos para ellos son pan comido. Les atrae más Youtube, facebook, los photolog. Cuando nosotros vamos, ellos están de vuelta de bajarse películas y montar sus fotologs (el blog no es juvenil por cierto, hay que escribir demasiado, los chats... La incorporación de las TIC es valiosa pero si se les enseñara a programar, a redactar órdenes. Las aplicaciones normales son pan comido para ellos. El power point es un programa muy mal comprendido por la mayoría. Es un programa muy difícil pero aparenta ser muy sencillo. Vale que podemos utilizar la informática como divertimento, es más atractivo para ellos trabajar con el ordenador que escuchar un discurso, pero en mi fuero interno y como profesor de lengua me pregunto qué estoy fomentando. ¿Qué se lo pasen bien? ¿Crearme menos problemas? En el momento que la informática se hace densa deja de gustar. Y hay que tener cuidado en qué momento se introduce. No creo que sea demasiado bueno hacerlo a temprana edad. Hay otros vectores que cabe desarrollar. Ya tienen ellos las DS, las PLAY, LAS NINTENDO, y saben utilizar google y youtube y chatear. No se han caído de un guindo. Es su lenguaje generacional, pero las nuevas tendencias en favor de las TIC en su afán de acercarse a los jóvenes trenza un discurso a mi juicio ingenuo. Y luego viene el informe PISA, claro y nos dice que nuestros alumnos no entienden los textos ni se saben expresar con corrección. ¿Las TIC ayudan? Mi respuesta es que muy ligeramente. Eso sí, es fiesta si les pones un ordenador delante y les dejas hacer algo no muy exigente.
ResponderEliminarEmpiezo a estar cansado de la cantinela de la buena intención y del "buenismo"... y el empedrado del infierno, y en el fondo la disculpa "son buenos chicos descarriados". Los díscolos chicos de la Logse..
ResponderEliminarSospecho que detrás de esos "manifiestos" hay sueños más tenebrosos...
Serenus, he pensado lo que has escrito sobre la supuesta buena intención de los firmantes del manifiesto entre los que hay colectivos que no tienen nada que ver con la educación. Pienso que los partidarios de la inclusividad, de la comprensividad, del constructivismo y del pedagogismo, han trenzado un discurso muy atractivo socialmente: la igualdad social. Y vivimos un tiempo en que se detesta el elitismo, que alguien piense que esté por encima de la media. Es la consecuencia extrema de la democracia. Ya Ortega escribió un libro con un título premonitorio "La rebelión de las masas". Creo que la nueva pedagogía que orientó la LOGSE tuvo buena intención -quiero pensarlo así- pero los resultados han sido tan nefastos que deberían haber reflexionado. Pero no sólo no reflexionan sino que vienen ahora diciendo que lo que pasa es que la LOGSE nunca se ha aplicado en realidad porque hay muchos profesores que añoran el pasado y nunca han participado de los ideales y valores que alientan el espíritu de la Reforma. Hay Juanjos que abominan del profesorado como traidor y mercenario, y consideran que el auténtico fallo de la reforma es el profesorado que no creyó en ella y que no la aplicó. De ahí que vienen ahora con sus nuevas "amenazas" de imbuirnos todavía más pedagogía y de tratar adecuadamente a los nuevos aspirantes que llegan a la enseñanza con los nuevos masters de Secundaria. Ahí estarán en sus manos los nuevos llegados. Con eso y con el relevo generacional piensan que se solucionará la falta de afección del profesorado que ha conocido otra forma de enseñar. El tiempo decidirá sobre la idoneidad de sus profecías y de su religión. La realidad es que hay pedagogías para el pueblo y pedagogías para las élites, pedagogías para los obreros y pedagogías para los que dominarán la sociedad. Y no se parecen en nada. Son una de la otra como un negativo. ¿Por qué las élites optan por otra pedagogía diferente a la bienintencionada? Probablemente porque no son tontos y saben que los que están abajo han de ser contenidos. Si no, pueden ser peligrosos. Para ello tienen a Álvaro Marchesi y los prohombres de la reforma, a los concejales socialistas y sindicalistas (que llevan a sus hijos a escuelas de pedagogías menos sociales)y a montones de personas de buena voluntad que se ven seducidos de mensajes de inclusividad, comprensividad, igualitarismo, etc. El precio es alto, es cierto, pero es tan hermoso el ideal...
ResponderEliminarLlevo varios días, leyéndoos que ¡mira que decís cosas! Lo he tenido que dosificar, para ir sacándole jugo poco a poco.
ResponderEliminarMe encanta ver, como os estrujais la cabeza diagnosticando, contando y en el fondo preocupados por encontrar alguna salida al sistema educativo actual, que supongo debe tenerla...
Esta debe ser una de esas épocas de transición a todos los niveles y por tanto compleja.
Yo si me permitís, os voy a contar algo, yo siempre he estudiado en colegios privados, gracias Dios podría permitirme mandar a mis hijos a esos mismos centros y aunque mi experiencia y mis recuerdos de ellos, fue preciosa, al llegar a la universidad el cambio fue brutal.
Por eso mis hijos van a un C.I.P y al Instituto, la mayor es muy brillante y aunque a veces se queja de "esos que os fastidian tanto a vosotros y a ellos" la veo feliz y sobre todo viviendo la realidad de lo que hay, que... su nivel podría mejorar en un centro privado, tal vez, pero pienso que los conocimientos importantes no están solo en los libros, siempre hay tiempo.
El pequeño, os contaré que es hiperactivo, super inteligente pero muy complejo, y por increible que pueda parecer a mucha gente, en el centro donde acude que por cierto es muy pequeñito, lo llevan de maravilla.
Motivo, tienen unos profesores que adoran a los críos, que cada día buscan un truco nuevo para interesarles, tranquilizarles e ilusionarles con aprender, en fin son fantásticos.
Pienso que los sistemas son todos imperfectos, los únicos que podeis establecer la difrencia sois vosotros, y creo que estais en el camino.
Enhorabuena a todos.
Creo que Clares toca un punto fundamental cuando diferencia la política educativa del hecho pedagógico. La escuela es el ejercicio autoritario de un poder que se perpetúa mediante la transmisión de conocimientos interesados, Foucault tenía razón. Pero el desarrollo de la pedagogía progresista que desde los años 60 ha tratado de mitigar ese aspecto malicioso de la educación, no ha conducido a la formación de alumnos más críticos, libres ni cultos. Más bien ha extendido el estrés entre docentes y alumnos al pasar a primer plano un conflicto deontológico que, por otra parte, no ha sido superado en el plano legislativo.
ResponderEliminarPor otro lado, yo he dado clase en un colegio privado de clase alta en un pueblo de Valencia, y os puedo asegurar que los contenidos eran escasos, ¡incluso erroneos! y muy baja la preparación del profesorado. Será un caso aislado.
Un saludo.
Leído el post y los comentarios, sólo puedo decir que me trasciende el asunto. Llevo años pensando en este tema y no veo caminos evidentes en ninguna dirección. Podría dar argumentos en un sentido y en el contrario.
ResponderEliminarPodría hablaros de un profesor de física que me dio clase en BUP y COU que se quejaba amargamente hace diez años del nivel cada curso más bajo que llegaba a sus clases. Podría citaros colegios privados donde el nivel pedagógico impartido es paupérrimo, al margen del elitismo que los papás pagan en aspectos como el comedor, las instalaciones, la simple marca distinguida que el centro encarna, etc. De concertados que por su ubicación se tragan sin masticar su labor evangelizadora y se dedican a dar clase como pueden a alumnos de religiones variapintas e hijos de la baja sociedad. O, al revés, de públicos selectos donde los niños son buenos, listos y limpios como los de los privados que nombráis en la discusión.
Si algo puedo apuntar es que difícilmente la escuela se puede salvar en un tiempo donde la sociedad naufraga y avanza hacia no se sabe dónde en medio de la autocomplacencia y la opulencia. ¿O es que queréis que la escuela fuera modélica en plena época oscura?. Mirad cómo está el medio ambiente, el tercer mundo, las guerras. ¿Qué escuela vamos a tener?.
Mientras, me alegro de ser un simple y llano maestro rural que puede quedar por la tarde con sus alumnos para dar una vuelta por el campo. Mirar los pájaros, sonreír, y nada más.
Salud.
Yo he sido una de las muchas personas que ha divulgado este manifiesto, que encontré navegando por la red, porque comparto esencialmente lo que en él se expresa,aunque difiero en algunos matices,como por ejemplo que es demasiado generalista.
ResponderEliminarLa Red IRES, ( http://www.redires.net )autora de este manifiesto, es una red de docentes de todos los niveles educativos que defienden "una profunda renovación de la escuela llevando a la práctica una forma de enseñar y aprender basada en la investigación de estudiantes y docentes ". Los docentes de la Red IRES, están comprometidos "con el derecho de los niños, niñas y adolescentes a un desarrollo libre, responsable, respetuoso con su identidad y liberador".
Quizás como mejor se pueda entender la perspectiva que encierra este manifiesto,sea conociendo algunos de los ejemplos de esta práctica docente,como el de este enlace que aquí os dejo :
http://www.redires.net/?q=node/377
así como otras propuestas que invitan a la reflexión que es de lo que se trata este manifiesto, y que podéis encontrar en su web.
Un cordial saludo.
Cuando las cabezas se calientan se oyen cosas realmente curiosas y fuera de sentido común. Se sesga, se descontextualiza y se cita a capricho. Eso sí, somos todos cultísimos y nos hacemos valer. Faltaría más.
ResponderEliminarPara empezar, el autor del post debería volverse a leer el manifiesto y comprobar hasta qué punto lo caricaturiza. Habría sido más honesto comentarlo punto por punto que hacer una síntesis cargada de un lenguaje connotativamente despectivo.
Luego hay quien se queja de que un manifiesto tenga la estructura discursiva de un manifiesto: es que si no, no sería un manifiesto. Otro cita un experimento sueco particular para ridiculizar las nuevas tecnologías en bloque. Y es más divertido aún lo de los mitómanos: Kant el otro y el de la moto fuera de contexto y obviando que el elitismo intelectualizante pasa por alto demasiados aspectos de la historia, la sociedad y la vida humana: que a lo mejor prefiero que no haya tantos Kants ni Ortegas a mi alrededor pero evitarme las guerras francoprusianas o la rebelión fascista de las élites contra las masas, o más sencillo, que igual tengo un alumno que en el futuro quiere fundar una familia y no tiene tiempo de escribir la Crítica de la razón pura. Qué tragedia.
Soy nuevo en la profesión y aún no sé qué es más ridículo en esto, si convertirse en un busto parlante con ínfulas de académico, en un russoniano buenrollista y feliz o, como de momento he elegido, tratar de extraer los mejores aspectos de las dos caricaturas y tratar de trabajar en red con un poco más de sentido común y dos dedos menos del egocentrismo que destila buena parte del gremio.
saludos a todos.