Quiero dedicarte un tiempo para reflexionar sobre lo que ha sucedido en clase en los últimos días y en días anteriores en los que me he sentido injustamente tratado por tu tono enormemente ofensivo hacia mi persona y mi función de profesor. En tus comentarios del último día detecté un resentimiento antiguo sobre cuando fui profesor tuyo en cuarto de ESO. No sé qué pude hacer o decir que te llevara a sentirte herido. En todo caso, te pido disculpas retrospectivas sobre lo que pude decir y ya no recuerdo. De aquel año recuerdo la imagen que tenía de ti y es que eras totalmente pasivo, que nunca hacías los deberes, pero te aseguro que no había nada personal hacia ti. Nunca dejo que mis sentimientos personales influyan en la calificación de mis alumnos. Tú eres uno más, pero mis notas las tomas como una agresión personal (igual que los demás alumnos que han sido suspendidos). ¿Actuáis así en todas las asignaturas? Suspensos hay muchos. ¿Todos son una manifestación de inquina personal?
Me preocupa tu actitud y he de confesarte que me sentí herido y lo pasé muy mal. En público cuando soy objeto de un ataque personal me siento bloqueado y no soy hábil argumentando. Te ofrecí revisar el examen personalmente pero tú despreciaste esta posibilidad. La revisión del examen hubiera sido exhaustiva y hubiera estado abierta a modificar la nota. No sé si te elevé la voz, pero has de comprender mi nerviosismo ante el ataque combinado y tremendamente agresivo de cuatro miembros de la clase. Pienso que ninguno teníais razón, pero quizás no me supe explicar bien. Te ofrecí la posibilidad de un examen de recuperación pero tú desestimaste esta opción. No quiero suspenderte, no tengo interés en suspender a nadie. No me alegra suspender a nadie, pero pienso que mi profesionalidad me lleva a aquilatar el valor de un examen o un trabajo, y el tuyo no era bueno. Lo leí como diez veces, le di vueltas y desde luego no cumplía con unos mínimos. Tenía que suspenderte a pesar de que temía tu reacción que no se hizo esperar.
La primera pregunta resuelta en cuatro o cinco líneas era abiertamente insuficiente. Tú la tomaste como una pregunta simple que podía ser contestada simplemente, pero la pregunta era clara aunque no simple. Piensa que valía cinco puntos. Te preguntaba sobre el cumplimiento de las unidades de tiempo y lugar en El burlador de Sevilla. Este era un motivo de reflexión para mostrar tu conocimiento de la obra y requería mucha mayor extensión y establecer relaciones con lo que debías saber sobre la preceptiva del teatro de Lope de Vega. Había incluso un error cuando hablabas del viaje de Juan Tenorio a Nápoles cuando esto no sucede en la obra. Debías hacer un recorrido detallado valorando la importancia de este incumplimiento de las unidades clásicas de tiempo y lugar en la obra. Trazar el recorrido del personaje dando detalles que MOSTRARAN TU CONOCIMIENTO DE LA OBRA. Lo que viniste a decir era tan elemental que no podía merecer una valoración ni alta ni media.
PIenso que tú no eres un estudiante con perfil del bachillerato humanístico. De sobras sé que la literatura no te gusta ni te gusta leer. Yo no te he obligado a ser alumno mío. Ignoro por qué has cogido este itinerario cuando por tu carácter podrías ser más idóneo para un bachillerato de ciencias o tecnológico. Pero un estudiante de letras ha de saber expresarse con un mínimo de corrección o al menos aspirar a ello. Cuando en la primera evaluación te corregí cuando decías "asín" o "haiga" juzgaste que te estaba vacilando. Desde luego no te he vuelto a corregir. Allá tú y tu destino.
Has renunciado a presentar el comentario sobre Rosalía de Castro por puro orgullo y te obstinas en hacer algo personal de algo que por mi parte no lo es. He suspendido a alumnos a los que apreciabaprofundamente en el plano personal y he aprobado a alumnos hacia los que no sentía ninguna simpatía. Tú te burlas cuando digo que SOY EL PROFESOR. Espero que algún día puedas sentir la humillación que suponen tus palabras para alguien que lleva treinta años enseñando literatura y ama profundamente su profesión y la literatura. He corregido miles y miles de exámenes de literatura y creo que sé valorar la realidad de unas contestaciones en función de las posibilidades de mis alumnos. Tú te burlas de esto. Espero que algún día puedas comprender la injusticia de tus palabras.
En todo caso quiero comunicarte personalmente que la situación planteada en vuestra clase me lleva a replantearme en el futuro no ser más profesor de literatura. Quizás mi momento haya pasado, quizás la literatura no dice ya nada, quizás no sepa explicarme. Siento mucha mayor satisfacción enseñando a leer a marroquíes que enseñando literatura a quienes ésta les interesa un pepino. Y esta es la impresión que tengo con vosotros.
Te envío un cordial saludo, y espero que te des cuenta de que nadie hubiera dedicado tanta atención a alguien a quien se tuviera manía. Eso sí, tendré que seguirte calificando a mi pesar y seguiré siendo profesional en ello, aunque tú no quieras entenderlo.
Te deseo lo mejor en tu vida profesional y personal y espero que nadie se burle de ti como tú lo has hecho de mí.
Pues ánimo, Joselu.
ResponderEliminarLos que trabajamos con personas estamos expuestos a que una buena parte realice críticas sin razón ni respeto en muchas ocasiones. Duelen profundamente y provocan una herida muy amarga.
Hay que intentar sobreponerse. Para eso están los buenos momentos vividos y por vivir y el apoyo de las personas cercanas.
Ese tipo de jóvenes no saben nada del dolor que pueden causar. Desconocen la empatía del mismo modo que el esfuerzo o el respeto.
En mi caso, un abrazo y más ánimo.
Admiro tu gentileza, Joselu, pero no puedo evitar pensar que tienes (que tenemos todos) demasiados miramientos. Y así están nuestros alumnos: asalvajados.
ResponderEliminarJoselu, me preocupas con esta entrada. Tienes que poner un poco de distancia, tu haces tu trabajo y creo que lo haces bien. No te lo puedes tomar de esta manera. Si prefieres ir a dar clases a los alumnos marroquíes y puedes elegir, no te lo pienses ni un minuto. Pero si no puedes cambiar, tienes que poner distancia o vas a terminar mal.
ResponderEliminarJoselu, todo mi apoyo y comprensión.
ResponderEliminarEsto que dices, a pesar de que no soy de literatura ni tengo tu experiencia, lo he vivido en mis carnes muchas veces y me identifico con lo que sientes.
Esto no funciona.
¿Podemos hacer algo?
Me gustaría poder cambiar las cosas, pero cuesta incluso llegar a un acuerdo entre nosotros mismos sobre lo que queremos.
Por ejemplo la iniciativa del "Manifiesto de maestros y profesores" (http://manifiestomp.com/) no parece que haya triunfado mucho, y los psicopedagogos al parecer piensan que estas cosas son normales.
De momento sólo puedo decirte que no estás solo en esto, y recetarte, si me lo permites, una pequeña dosis terapéutica de "cinismo" que necesita todo espíritu noble para poder sobrevivir a esto.
Un saludo.
Joselu: este chico, porque parece que no es chica, cuando sea mayor se hará llamar de usted. Ya lo verás, ya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nunca he vivido una experiencia de ese tipo y me hago cargo de tu estado de ánimo. Como bien te dice "frikosal" debes distanciarte de ese asunto. Has demostrado competencia profesional y has hecho una reflexión que te honra y granjea nuestra comprensión y respeto. No permitas que te hunda ese conflicto. Si amas la literatura, como dices, no tomes la decisión de alejarte de su enseñanza hasta que se haya atemperado el estado emocional que te embarga.
ResponderEliminarÁnimo, Joselu. Tú vales mucho y un alumno como ése, al que no quiero calificar, no puede salirse con la suya.
Un fuerte abrazo
Dios mío Joselu, en cada palabra y frase noto un cierto pesimismo, y como lo llamaríamos algunos "bajón", desde mi posición de estudiante tuyo a distancia (de la que me siento orgulloso), puedo decirte que a mi me vale este blog.
ResponderEliminarMe vale leerte e intentar comprenderte, sí señor. ¿Por qué dejar tu pasión por un energúmeno? Bah, no merece la pena. Tengo un poco de esperanza en que aún podemos encontrar el equilibrio con la tecnología y tú mas que nadie puedes llevarlo a cabo. Quizá esa sea tu nueva puerta abierta, quién sabe.
Bueno, un abrazo fuerte Joselu, que no te desmotiven los parias. Aunque tú no lo pienses así sobre ellos, en este mundo tiene que haber gente de todas clases.
Lo dicho, desde Sevilla muchísimo ánimo!
Ánimo compañero, a veces, cuando tenemos el ánimo bajo, una de estas puede hacernos entristecer y cuestionarnos muchas cosas.
ResponderEliminarMañana será otro día. No hay que prestar atención a estos comentarios porque están en la edad de ser viscerales e irreflexivos.
Piensa lo mucho que vales y el bien que haces a un montón de personas. Hagas lo que hagas, de una manera u otra, siempre habrá gente que lo cuestione, por mera estadística. Así que mañana manos a la obra y vuelta a empezar, que el universo, creo que decía Einstein, siempre ajusta sus cuentas, y a tí te va a salir "a devolver". Un abrazo
Homo arrogantis no se merece la entrada que le has escrito.
ResponderEliminarDunning-Kruger.
Besos, Joselu.
Joselu, te comprendo perfectamente. No hace mucho me he visto en una situación parecida, aunque creo que más leve (quizás porque el reproche y el desprecio venía de una alumna). Tampoco quiso escuchar mis razones. Está tan acostumbrada a obtener la máxima recompensa por el mínimo esfuerzo que sus vivencias la han hecho necia y soberbia, como a todos los ignorantes que se creen más que lo que son.
ResponderEliminarJoselu, trabajamos con seres que se están forjando como personas, no con números ni fantasías ni estadísticas ni con caras sin rostro que pasan por nuestra ventanilla para diluirse en el olvido. Esa es nuestra suerte y nuestra desgracia: tratamos con nobles corazones pero también detectamos el desprecio y la bajeza de otros. ¿Qué será de ellos en el futuro? ¿Serás crueles con sus semejantes?, ¿Caerán en la desgracia?,¿Se arrepentirán avergonzados de haber humillado a un profesor?
No dejes que te afecte demasiado, no te muestres débil. Piensa en todos aquellos alumnos y alumnas que seguramente te saludan agradecidos por los pasillos y en todos los exalumnos con los que aún tienes contacto. Una manzana podrida no te puede vencer. Ese es su poder y su triunfo(como pasa con todos los tiranos ignorantes que ha parido la historia): el desánimo de los demás los hace fuertes.
Considéralo una pesadilla y despierta. Tus alumnos marroquíes te necesitan.
Animo y besos.
Ánimo Joselu. No te desanimes, creo que tienes que ser un estupendo profesor. El trabajo es así, muchas veces se siente impotencia ante el poco reconocimiento de una labor que se hace con entrega y rigor, no sólo pasa en la enseñanza. Pero creo que tu profesión debe también depararte momentos de gran satisfacción.
ResponderEliminarNo le des demasiada importancia, él pierde más...aunque quizá sea eso lo lamentable.
Un abrazo.
Mi querido JOSELU,
ResponderEliminarseguramente podría decirte, lo que toda la vida me han dicho a mi...”debes poner distancia” pero... Cuando te tocan por dentro y te implicas tantísimo en tu trabajo, como sé que tú lo haces, sé de sobra que eso es muy difícil , así que sólo se me ocurre decirte algo, que al final es lo único que de verdad ayuda...
ESTO
Verás, siempre he dicho que los blogs, además de otras, tienen una función terapéutica. Son una forma de desahogo, de sacar fuera lo que nos corroe o preocupa y supongo que es lo que has hecho con esta carta. No sé si tiene o no destinatario real, ojalá quien sea que haya demostrado esa crueldad para contigo, tenga oportunidad de leerla y ver el tipo de persona que de verdad eres.
La gente resentida suele ser la más dañina del mundo. No reconocen jamás sus errores y culpa de sus fracasos a los demás. En el caso de alumnos profesores, la salida más fácil siempre es suponer que les tenéis manía y yo siempre me he preguntado ¿pero por qué va a tener manía un profesor a un alumno? pero es cierto lo que dices ¿quien supone que se va a tomar tantísimas molestias, aunque sólo sea de marcaje, por alguien que no te importa lo más mínimo, como ellos suponen? a poco que se paran se darían cuenta que a lo mejor es justo lo contrario. Debe ser terrible ver que alguien con capacidad no se esfuerza lo suficiente y eso es la única razón por la que entra el coraje y si entra es porque sabes que a poco que se esforzaran, lo conseguirían... este chico, si tiene esa capacidad de hacer daño a alguien, seguro que tonto no es... ojalá usara esa energía en clavar los codos y no en desquitarse en el chivo espiatorio que ha encontrado para sus males.
Sólo una cosa más JOSELU, por favor, no permitas jamás que este tipo de alumnos o gente en general merme tu autoestima, vales demasiado como profesor y como persona, como para que las palabras desatadas de un niñato rabioso, te hagan pensar en dejar la enseñanza. No se merece en absoluto que le des esa categoría él, ni el resto de los alumnos que de verdad te aprecian y a los que aún debes enseñarles, se merecen perderte.
¿Tasenterao? jajaja ¡¡mira que me pongo en jarras y tú no me has visto a mi enfadada eh? :-)
Muchos muchos besos y por favor...
¡¡ Cuídate mucho !!...si ese niño se merece una azotaina, a mi no me avises...jajaja... pero busca a alguien para que se la de... no te castigues a ti, porque tú no lo mereces.
¡¡Ojalá hoy tengas un buen día hoy!!
He querido publicar algo como esto en mi sitio web y esto me dio una idea. Saludos.
ResponderEliminarJoselu, permíteme decirte que ojalá no tomes nunca distancia, que a mi juicio es lo peor que puede pasarnos. La vida vale la pena vivirla apasionadamente, como tú lo haces, llena de emociones, dolores y gozos. El resto es un mundo alienado que ni siente ni padece.
ResponderEliminarLo que piense ese muchacho depende únicamente de él y solamente en su mano está cambiarlo o no. Lo que piensas y sientes tú, también está en tu mano exclusivamente.
Y con respecto a lo de dejar la literatura, te diré que en serio pienso que los mejores profesores deberían estar en infantil y primaria, que es la época más decisiva de toda nuestra etapa escolar y tal vez la que nos condiciona para siempre. En la universidad, con cualquiera y buenos libros, se arregla uno.
Un fuerte abrazo.
No lo he contado nunca pero hoy te lo contaré a ti. Hace unos cinco años me encontré un sábado de septiembre por la noche en una zona de copas con unos antiguos alumnos, cuando hablaba con uno de ellos se acercó; otro que no me tragaba porque en su día dijimos a sus padres que se dedicaba a fumar porros en el recreo, me empezó a increpar. Para quitarle seriedad yo le contesté haciendo una broma que no interpretó bien, estaba fumado y seguro que alguna pastilla llevaba encima. Me soltó dos puñetazos, me quedé bloqueado. Por aquel entonces estaba un poco anestesiado personalmente (fue dos semanas antes de crear Adiós a los 30, ¿recuerdas?) y le dije que siguiera pegándome que no me había hecho daño. Obviamente le separaron y se lo llevaron. Posteriormente me lo crucé varias veces por la calle y me ocultaba la mirada, agachaba la cabeza, en nochevieja cuando problemente iba peor que cuando me pegó, me volví a encontrar con él y me pidió perdón. Lo acepté aunque ya sabía el tipo de persona que era.
ResponderEliminarHay que aguantar Joselu, no debemos dejar que uno lo nos empeñe todo.
Tú sigue siendo profe de Lite, quizás dentro de poco tengamos a otros "Estopa" que seguramente se inspiren en Dostoievski.
Salud
Hola Joselu
ResponderEliminarRespecto a la carta, creo que los alumnos merecen saber lo que pensamos sin acritud como tú se lo planteas en la carta ¿Se darás a él algún día?
Por otra parte te agradezco tu comentario al post del discurso de Alex de la Iglesia.
Estoy cursando el Master de Secundaria y he presentado una unidad didáctica
http://fon.gs/UDgorka1
En ella explico las virtudes de las TICs y lo aplico, justifico la necesidad de internet en el aula.... Pero tu comentario me sirvió como contrapunto y lo incluí en una diapositiva final. Además les dije que la lectura de tu post fue para mí el chispazo que me trajo a las TICs y les desee un chispazo parecido a ellos donde quieran que lo encuentren.
Atento al 22 de febrero y a "Callejeros Literios" porque te puede interesar.
Por otra parte en el Radio Tres Tizas de marzo en la sección de recomendación hemos optado, puntualmente, esta vez por ser nosotros de nuevo los que propongamos algo y lo hacemos con tu reciente post sobre la crisis nos parece interesantísimo para que la gente lo tenga en cuenta por la calidez de la intervención junto a tu compañera Orientadora.
Oye un abrazo y si te ocurra dejar lo de dar Literatura, no creo que te llegar a pasar lo que ha comentado Máximo ;)
Un saludo:
@gorkafm
Hace unos meses me tomé la libertad de dirigirme a ti personalmente a través de tu dirección de correo electrónico y agradecí tu respuesta, que la tuve. Venía a decirte que "cada vez con más insistencia, cuando te leo es como si me poseyese el espíritu de alguno de tus alumnos. Suponiendo entonces que fuese capaz de entender lo que escribes, sólo me queda sentirme una mierda, poco importa de quien sea la responsabilidad si mía o del entorno. Claro que para llegar a verme con tus ojos necesitaría yo saber abarcar mi realidad y hacerme consciente de mí mismo, cosa que tú dudas que pueda suceder, según me parece al leerte.
ResponderEliminarEl caso es que cuando te mirase en clase tendría muy presente el concepto en que me tienes y procuraría no apartarme ni un milímetro de él, procuraría no defraudarte, te devolvería sin problema lo que esperas de mí".
Y me ha vuelto a pasar. Pienso en tu alumno, me importan más sus sentimientos -o su aparente falta de sentimientos- que los tuyos.
Te preguntabas en la respuesta que me diste si yo sería docente, tendías a pensar que no y que eso explicaría mis palabras. Y bueno, sí, por si esto las avala, lo fui en un colegio privado sin subvención hasta que cerró sus puertas por inviabilidad económica y desde entonces soy educadora de adolescentes con problemas familiares en situación de acogimiento residencial(treinta años en la profesión). Y sé que se les proyecta la imagen que uno tiene de ellos y que te la devuelven. Y que los chavales a quienes menos se quiere son los que más lo necesitan. Nadie tiene obligación de querer a nadie, claro, quizá la obligación en nuestra profesión sea que el otro te importe y haya que buscar el modo de hacérselo saber. Pero en el cada día, mostrando nuestros sentimientos, demorando la mirada, administrando los silencios, exteriorizando el enfado. Tocando su corazón con constancia.
Por eso, Joselu, me sorprendió que a raíz del post "Corregir un examen", no les leyeras la carta que les escribiste porque "no hubo ninguna reacción sobre el caso". Desde mi punto de vista tenían derecho a saber hasta qué punto te preocupan, porque sí, porque tú quieres que ellos lo sepan y aunque no te pidan explicaciones. Con tranquilidad, con demora, con afecto, con pausa. En cambio, con energía y cabreo en la situación puntual que hoy describes, siempre más fuerte que ellos en situación límite. Si previamente has abonado el terreno, lo admiten.
Pero lo de hoy no, al menos en mi opinión de nuevo. Hoy vuelves a ser tú el protagonista, tú y tus sentimientos. Los sentimientos del chaval no parece que importen aquí y si carece de empatía o respeto parece que no fuera cosa nuestra.
No se merece la entrada que has escrito, no, se merece más.
PD: ¿esto no será si no una creación literaria para reflejar un proceso de la educación? ¿no?
ResponderEliminarNo. Es real, absolutamente real, pero prefiero no intervenir en el debate que sigo atentamente.
ResponderEliminarEs una situación bastante natural que tras una evaluación negativa uno se sienta molesto, resentido y víctima de una arbitrariedad. ¿A quién no le ocurre?.No me parece que los modelos al uso inclinen hacia la honestidad que es necesaria para reconocer errores propios, ni hacia la nobleza de aceptarlos. No creo que la justicia de la corrección (evaluación) sean muy pertinentes en este asunto, al alumno no le interesa, ni a ti tampoco te va servir como consuelo.
ResponderEliminarLo que a ti te duele es la manera en que el alumno ha reaccionado y mostrado su malestar, una manera que juzgas ofensiva y burlesca; nosotros, tus lectores, desconocemos los términos concretos, pero supongo que tu sentimiento es proporcional a la gravedad de lo sucedido y que no será por un exceso de sensibilidad tuya.
He podido podido leer relatos que refieren como profesores han sido agredidos verbalmente de la manera más soez y ultrajante. Y siempre inavariablemente en los comentarios he encontrado a quien disculpa al alumno y culpabiliza al profesor -no solo los consabidos psicopedagogos, sino padres, administración, los mismos profesores.... y hasta alguno que solo pasaba por allí- En España tenemos un gran problema en la educación, el fracaso escolar dobla la media europea... el menosprecia a la labor y la figura del profesor o maestro estoy seguro de que tienen mucho que ver con este fracaso.
Pero, Joselu, no lo reconocen, ni lo van a reconocer. ¿Por qué? Porque los que fracasan son esos que dicen "asín" y "haiga"... los otros van al colegio alemán y tratan de usted a sus profesores. Y todos tan contentos.
Un abrazo.
No sé, Jose Luis.
ResponderEliminarResulta algo complicado pretender ser imparcial en este tipo de asuntos por parte de los que no hemos asistido al desarrollo de los hechos.
Creo que todos hemos tenido alguna experiencia que no pudimos o supimos resolver. En cualquier caso, tengo la impresión de que en este momento, la vida, a través de la enseñanza, te está ofreciendo una magnífica oportunidad para crecer.
No estaría mal que todos reflexionáramos acerca de si la educación, en nuestros días y especialmente en este nivel, consiste en la mera transmisión de conocimientos.
Hay veces, lo digo con el máximo respeto y consideración, en que la misma forma de decirles las cosas... Por ejemplo, en alguna ocasión me he sorprendido a mí misma diciéndoles algo parecido a lo que tú has comentado: te he suspendido....y en el mismo instante pensar: pero... ¿qué estoy diciendo? No soy tan importante como para erigirme en figura que puede suspender o aprobar, y es realmente lo que pienso. Se suspenden o aprueban ellos mismos. Ese ligero matiz, a través del lenguaje, que también es pensamiento, les transmite la idea de que suspender o aprobar (palabras que no me gusta demasiado utilizar) es algo que depende completamente de ellos, que se trata de un resultado que está en sus manos, estimulando de este modo su propia responsabilidad en el proceso. En fin, esto era casi una anécdota, no estoy segura de si conseguí explicarme suficientemente bien.
Entiendo tu angustia; en ocasiones es inevitable e incluso necesaria. Por eso te animo a continuar y considerar que podría tratarse de una llave que posibilitaría el hecho de poder abrir otras puertas, diferentes, nuevas, interesantes...
Saludos y gracias por hacernos confidentes.
Cuando los maestros hablan, los discípulos escuchamos. Escucha, pues, Joselu, una voz de tus pagos y, como se dice coloquialmente, aplícate el cuento:
ResponderEliminar172. No empeñarse con quien no tiene qué perder.
Es reñir con desigualdad. Entra el otro con desembarazo porque trae hasta la vergüenza perdida; remató con todo, no tiene más que perder, y así se arroja a toda impertinencia. Nunca se ha de exponer a tan cruel riesgo la inestimable reputación; costó muchos años de ganar, y viene a perderse en un punto de un puntillo: hiela un desaire mucho lucido sudor.
197. Nunca embarazarse con necios.
Eslo el que no los conoce, y más el que, conocidos, no los descarta. Son peligrosos para el trato superficial y perniciosos para la confidencia; y aunque algún tiempo los contenga su recelo propio y el cuidado ajeno, al cabo hacen la necedad o la dicen; y si tardaron, fue para hacerla más solemne. Mal puede ayudar al crédito ajeno quien no le tiene propio. Son infelicísimos, que es el sobrehueso de la necedad, y se pegan una y otra. Sola una cosa tienen menos mala, y es que ya que a ellos los cuerdos no les son de algún provecho, ellos sí de mucho a los sabios, o por noticia o por escarmiento.
Amén.
Estimado Joselu:
ResponderEliminarSiento disentir con la mayoría de contertulios.
Este alumno lo que realmente necesita es menos preocupación por tu parte y más displicencia.
¿No hay una una comisión de convivencia en tu instituto?. ¿No hay unas normas de Comportamiento?. Eso que ha hecho contigo te molesta a tí y molesta al resto de la clase. Seguro que burlarse del profesor está tipificado como falta. Pues que se le aplique el Reglamento, y punto.
No puedes ser tan bueno. Todos esos sentimientos tan magníficos utilizalos con la buena gente, pero a ese energúmeno "métele caña", por Dios.
Hoy se ha ensañado contigo, mañana lo hará con un compañero y a lo peor en futuro lo hará con su pareja y de un modo más desagradable seguramente.
A este tipo de gente hay que pararle los pies entre todos y poco a poco.
Hoy te toca a tí. Es parte de tu labor docente. Tu responsabilidad.
Un fuerte abrazo de ánimos
No es bueno que el profesor se distancie de los alumnos, como tampoco que lo haga el médico respecto de sus pacientes. Se sufre más, pero hay que arrimarse, hay que implicarse. Eso es lo que diferencia al hombre de la máquina: el sentimiento. Alguna vez tuve que enfrentarme a situaciones conflictivas, ¿y quién no? La última en una clase de PCPI: saqué al chulo al pasillo y le hablé en su idioma. Después quería venir conmigo a todas las clases.
ResponderEliminarA cada uno le va de una manera, pero escondiendo la cabeza no se resuelven los problemas. El sistema no nos ampara, así que debemos hacerlo nosotros... o dedicarnos a otra cosa. En todo caso, en cualquier profesión, habrá al final que arrimarse.
Ánimo y un abrazo.
Hola Joselu, soy nueva en esto de los blogs, pero desde que te descubrí, no he podido dejar de leerte, estoy aprendiendo muchísimo.
ResponderEliminarCuando leí esta entrada, pensé como Jose Antonio que no podía ser verdad, que quizá sería una creación literaria que ejemplificaba una situación en la que muchos nos hemos visto en alguna ocasión. Sin embargo veo que no solo es real, sino que te ha afectado profundamente.
Suscribo las palabras de Toro Sentado y de María, y si me lo permites quisiera decirte algunas cosas: ni se te ocurra dejar la enseñanza de la literatura, a pesar de que algunos alumnos maleducados, ignorantes y desagradecidos te provoquen; ni dejes que eso te afecte por duro que sea; ni por supuesto dejes de decir lo que sientes y lo que piensas, aunque sea en este blog.
Algunos aprendemos mucho contigo, y lo más importante, nos ayudas a pensar y a reflexionar, algo tan poco frecuente en nuestros alumnos y en estos tiempos.
Yo también pienso, "que el universo siempre ajusta sus cuentas y a ti te va a salir a devolver", sin ninguna duda.
Un abrazo y mucho ánimo compañero.
No coincido con jardinero.
ResponderEliminar¿Qué le puede pasar a un chaval que te falta al respeto?
Si no hay un insulto directo o agresividad poco hay que hacer. Como mucho una amonestación.
En el centro donde estoy, cuando hay muchas amonestaciones, se deja al alumno sin un patio.
Además siempre hay quien interpreta que es el profesor el que se pasa de delicado.
En algún caso que he vivido la solución ha sido una mediación con el alumno de igual a igual.
En cuanto a Isabel G A, creo que trabajas en una realidad diferente. Hay entornos sociales muy deteriorados donde hay que proceder de otra forma y donde lo que necesitan los chavales es mucha comprensión. Pero en el entorno en que yo me muevo no les falta de nada, es otra película.
Saludos.
Con mis respetos, opino que cada uno de nosotros podemos tener un poco de razón en nuestros planteamientos, e Isabel G. A. también.
ResponderEliminarNo nos ensañemos con tanta facilidad.
Un saludo
Joselu, entre nosotros...¿Por qué no le mandas al carajo? No es por nada, pero de seguro que te sentirías mejor
ResponderEliminarVaya por delante, María, que jamás he descalificado a ningún profesor delante del alumno, ni se me ocurriría, no sé si es eso lo que insinúas.
ResponderEliminarDicho esto me reitero en lo dicho. No es en Joselu en quien pienso, es en el chaval y sus circunstancias, en el "a solas consigo mismo", en la debilidad bajo la apariencia de bravucón.
Siento haberte defraudado, en realidad no buscaba tu aprobación, ni la de nadie, sólo dar mi opinión.
Isabel: entiendo tu planteamiento, pero ¿por qué plantearlo en términos excluyentes ("no es en Joselu en quien pienso, es en el chaval")? Por otra parte, ¿y si lo que el chaval necesita con urgencia, como primer paso, es que le paren los pies, para hacerse una composición de lugar más adecuada de cómo van las cosas? Eso sin entrar en lo que el resto de los chavales (que también cuentan) necesitan, que seguramente no será el mal ejemplo de un alumno que se pone chulo, adquiere un plus de liderazgo sobre sus pares desafiando al profesor y sale más o menos impune.
ResponderEliminarNo voy a intervenir más. Sólo añadir que no me gusta la descalificación sistemática hacia los chavales. Tampoco que el profesor se humille, percibo un tono de victimismo que me desagrada.
ResponderEliminarDe todo lo escrito, incluidas mis palabras, me quedo con las de Javier: "no hay que distanciarse" , lo cual no impide sacar "al chulo al pasillo y hablarle en su idioma". Después te sigue a todas partes, doy fe y es ahí donde puedes trabajar con él. No es una historia de víctimas y verdugos, ni estoy pidiendo al profesor que tolere eso, como dice María, sino que no dé lugar a ello.
Como tú Isabel, yo sólo te he dado mi opinión, sobre tú comentario. No pedida, es cierto y por eso te pido disculpas.
ResponderEliminarObviamente no buscabas mi aprobación que además no soy quien para darla. Insisto Isabel, como tú y con todo el respeto para ti, sólo te he dado mi opinión, aun cuando comprendo no la tengas en cuenta en absoluto.
He intentado decirte, y cuanto más te leo, más lo observo, que culpabilizas al profesor de una realidad que le viene dada...tú eres quien dejas claro que para ti, la víctima siempre es el alumno y el verdugo el profesor, nadie más.
¡¡Fíjate cómo terminas tú último comentario!!
Dices que no quieres víctimas ni verdugos, pero que el profesor no de lugar a ello ¿no te das cuenta que con esa afirmación de nuevo lo estás culpando?
En fin, suerte en tu labor Isabel, supongo que la cosa no es fácil para nadie.
Mi realidad no es la enseñanza, es la delincuencia, pero te puedo asegurar que jamás se me ocurriría decir a alguien víctima de un delito, que ha dado lugar a él, sólo eso.
Un abrazo y buen finde.
El profesor es un profesional, el alumno... no. El profesor es un adulto, el alumno... no.
ResponderEliminarNo sé si Isabel G.A. lo ha dicho o no, en cualquier caso, yo sí lo afirmo. El alumno, el menor, es una víctima, una víctima del medio socio-familiar en el que ha crecido; heredero "pasivo", en el sentido que ha elegido poco de lo que le ha tocado vivir. En ocasiones no tiene armas elaboradas, como el adulto, para defenderse de situaciones que percibe como agresivas. Es posible que los mayores, con mayor-menor pericia o acierto, hayamos desarrollado estrategias para desenvolvernos, más o menos justificadas o aprobadas desde el punto de vista social. Creo que es necesaria la comprensión de lo que ocurre para poder establecer una resolución satisfactoria, lo cual pasa también por aceptar nuestra parte de responsabilidad.
No existe un único perfil en cuanto al delincuente. A veces también se trata de víctimas o enfermos, lo cual no implica que no se establezcan las medidas adecuadas para evitar lesiones a otros; medidas que deberían estar encauzadas a "rehabilitar" más que a penalizar. En este caso, María, creo que no procede la comparación. Indudablemente, si a mí me roba una persona con la que no tengo ningún tipo de relación, no se puede decir que me lo he buscado. En nuestro caso es diferente; existe una interacción, un efecto acción-reacción por ambas partes. No pienso que Isabel G.A. haya querido decir necesariamente que el profesor haya dado lugar a eso; también se podrían entender sus palabras como un intento de hacer ver que somos parte implicada. Por otra parte, puedo intentar comprender lo que parece ser una indignación por tu parte, si bien opino que el tono acometedor no favorece especialmente el desarrollo o esclarecimiento de este tipo de cuestiones.
Saludos.
Hola Joselu. Ya veo que todo otros compañeros te apoyan pero yo, por encontrarme de manera parecida, no puedo ofrecértelo... Sé por lo que estás pasando, a mí me pasó hace pocos días, de hecho, hacía tiempo que no te leía -abandoné mi blog y el mundo blogger- y estaba buscando "ayuda" en la red y ha aparecido tu post.
ResponderEliminarYo también me siento baja de forma... qué duro es ser docente...
Un fuerte abrazo
Redonna
Con los versículos de Sanjosemaría, que incluye Juan Poz, se ha aclarado mucho la situación. Apañados vamos si vemos así a los alumnos. Hay que pensar que su futuro, incierto como el de todos, depende en parte de tí...
ResponderEliminarEs doloroso, humillante, decepcionante, descorazonador y mucho más, pero es algo que está ahí fuera, no sólo en las aulas, sino en la vida común. Lo vemos a todas horas, en las palabras de políticos, de personajes televisivos, en el conductor que se detiene junto a nosotros en el semáforo, en los niños que escupen a los transeúntes desde el autobús sin que nadie se atreva a decirles nada. Es el precio de cierta modernidad que admite como un mal menor que haya individuos que se mofen de los demás y que se atrevan a exigir para sí mismos todos sus derechos. Lo siento, Joselu, pero lo que vives en el aula es a pequeña escala lo que hace Berlusconi con los italianos, lo que hace el torturador de cachorros con sus fans del youtube. Es uno de los nuestros.
ResponderEliminarJoselu, he ido siguiendo el debate (e imaginándote triste). Te entiendo perfectamente. Este tipo de alumnos (todos los hemos tenido) son los que me han obligado a replantear la corrección de los exámenes.
ResponderEliminarNo sé si es una solución, pero a mí me sirve. Cuando preparo los exámenes, los resuelvo y establezco un valor matemático a los contenidos.
Por ejemplo, si preguntas por las técnicas narrativas de una obra, en el enunciado pregunto por un número concreto y a cada uno le otorgo un valor.
De esta forma, la reclamación deja de ser un aprieto en el que tener que decirle al alumno que no ha desarrollado lo suficiente la pregunta.
Te puedo asegurar que si estableces los ítems claros, te ahorrarás tener que dar explicaciones. Yo pensé que en los exámenes de literatura no se podía acotar tanto, pero la experiencia me dice que sí.
Puedes intentarlo. Es lo que puedo ofrecerte en un momento en el que sé cómo te sientes.
Jajaja, a mí también me extrañó que Juan Poz citara esos "versículos".
ResponderEliminarEl Oráculo me deslumbró un día y aún hoy reconozco que después de que la mente se acostumbra al ὑπερβατόν, hipérbaton, de su prosa ya no hay Soledad ni Polifemo que se te resista. Pero después te gusta más La Rochefoucauld, después te gusta más Marco Aurelio, y a la vejez ya no sabes si quedarte con este último o volver al antiguo amigo Montaigne, ..."más me valen los muros alzados por los míos/que mármoles de Roma soberanos y fríos". Tal vez se pueda uno refugiar en ambos. El Oráculo siempre me recuerda a la vulpeja, palabra que aprendí leyéndolo. Y espero, con este cambio de tercio, quitar hierro al asunto, jajaja.
En todo caso un abrazo al amigo Juan Poz.
Querido Joselu, al leer tu post, me he visto reflejado en él. Yo he pasado, no una vez, sino muchas veces por un trago amargo y difícil de digerir como éste. Y es una tontería que no sea fácil de digerir, porque si un alumno bien a las claras te demuestra cosas negativas en todos los aspectos de la asignatura y en el ámbito personal también, no hay otra opción que el suspenso frío y duro. Pero los que tenemos por profesión algo que amamos y que nos lo tomamos como algo personal, cuando intervenimos de esta implacable manera, salimos tocados ¡qué se le va a hacer! y aún va por ahí nuestra mente tratando de buscar razones a nuestra "dura" actuación. Y no debe ser así. Hay gente que no merece el aprobado. Y debe ser suspendido. Y el profesor debe atenerse a las circunstancias. Debemos asumir el papel de notario y constatar la febleza de este alumno y hacer constar su suspenso. Pero nunca sentirnos culpables. Sentirse culpable de errores o de incompetencias de los alumnos, creo que es sobreactuar en nuestra función docente. A mí me pasa, y por eso, hago lo posible para que no me suceda más. Pero no siempre lo consigo.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, te diré que este jueves pasado puse en la hora de tutoría el vídeo de Luís del Olmo que nos proponías en posts anteriores. Fue una experiencia magnífica. Lo digo porque los alumnos y alumnas reaccionaron estupendamente, empatizaron con el señor que hacía la llamada, y luego hubo ataques contra el gobierno. Pero siempre dentro de una dinámica de tomar partido por ese señor. Gracias por el vídeo.
Un abrazo
Buenas Joselu,
ResponderEliminarllevo algunos días siguiendo tu blog. Tras leer esta última entrada me he visto obligado a contestarte, aunque sólo sea para decirte que ánimo y que estas cosas pasan, y vosotros, profesionales que trabajáis contínuamente por y para la gente, sois las víctimas más susceptibles de ser atacadas.
Soy estudiante de 1º de cocina, módulo medio; esto es, la gran mayoría de mis compañeros de clase rondan los 16-18 años. Y a mis 22 añetes, y sin querer ni por asomo hacerme ver como la voz de la experiencia, uno muchas veces ha de optar por reír para que la cosa no vaya a mayores cuando escucha a ciertos elementos contestar a los profesores. Me gustaría ver cómo contestan a sus padres.
Lo dicho, mucho ánimo y para delante. Si crees que lo has hecho bien, debería ser suficiente.
Querido Joselu tomalo como una raya mas tigre!
ResponderEliminarRecuerda que el tigre eres TU!
Desde Toronto te mando un saludo gelido por el wind chill que quiebra hasta al mas valiente.
Con su permiso voy a comentar, el tema educativo lo veo muy mal. Sinceramente no creo que sea culpa del profesorado como personas, una escuela, Instituto o Universidad debe ser una fabrica del saber y cuna de la sabiduría. Como fabrica, algunas piezas no salen con la calidad adecuada y estas deben repararse o desestimarse. Para eso deben realizarse controles de calidad, estos son los exámenes, y el falsear los resultados de los controles de calidad lleva a una baja sustancial de la producción final.
ResponderEliminarSi una persona no ha pasado los exámenes se le suspende y que coja el nivel de calidad que debe tener o que deje de cultivar en esa "era"; para así dejar espacio para otros o más capacitados o más trabajadores; pues en este mundo cabemos todos, unos más y otros menos preparados.
Yo fui mal estudiante por crápula y jeta, pero sabia lo que era, me suspendían y estaba claro, luego llegaba el verano, estudiaba y pasaba curso después de pasar el control de calidad. Con este sistema no se llega lejos, pero luego he sabido "buscarme las habichuelas" razonablemente bien, Años después de dejar de estudiar, me gusta mucho leer y disfruto mucho con un libro ¡¡¡cosas de la vida!!!.
Un poco de autoridad para los maestros, quizás viniera bien, pues no se puede estar "negociando continuamente" y muchas cosas (creo) deben estar claras.
Un saludo y perdón por la extension.
En el grupo de los antipedagogos, http://deseducativos.com/ (que, a decir verdad, por momentos llegan a ser tan cansinos y dogmáticos como sus contrarios), defienden a muerte que es el profesor quien suspende al alumno, y quien lo aprueba: de una y otra forma, califica, pues esa es su función. No creo que tengan la razón completa (de hecho, el diccionario reconoce 'aprobar' con el sentido de 'sacar aprobado en una prueba o evaluación'), pero hay que reconocer que llaman la atención sobre un hecho cierto. Otra cosa es que los profesores invitemos a los alumnos a autoevaluarse, lo que a veces puede ser una gran idea (el maestro Agustín García Calvo así lo hacía, a final de curso, invitándonos a valorar lo bien que lo hubiéramos pasado en sus clases; si alguien exageraba en un sentido y otro, se daba a pie a que los compañeros intervinieran, modificando al alza o a la baja la nota).
ResponderEliminarSiempre les he dicho a mis alumnos, desde el primer día de clase, Alejandro, que yo solo soy un notario que refleja en un documento oficial lo que ellos declaran, si se aprueban o si se suspenden. Y nunca me ha ido mal. Que ello supone tener criterios claros de corrección es evidente. Aprendí pronto que frente a quien no sabe ha de quedar clarísimo lo que se le exige. Otro ejemplo (para primero de bachillerato): "Si de ponerles un paréntesis en alguna oración, y marcarlo con NTS,"no tiene sentido", dejo de corregir en el acto. Un bachiller no puede construir una frase sin sentido. ¿Exigente? Lo que señala el currículo. De otro modo, que es el modo ordinario, andamos discutiendo si un trabajo de investigación, mal fusilado y lleno de aberraciones argumentales y depravaciones gramaticales, merece un 8 o un 10... Se nos va la mano de la comprensión y la bonhomía hasta acabar desvirtuando radicalmente nuestra labor.
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con lo que comentas en tu último post, Juan Poz. En un bachillerato debe existir una exigencia y competencia curricular adecuada para evitar, entre otras cosas, males mayores.
ResponderEliminarAhora bien, ¿por qué un alumno de bachillerato escribe ortográficamente de la forma que ha comentado José Luis e incluso posiblemente comete otro tipo de errores de igual o mayor importancia que no ha relatado en el artículo? No nos queda más remedio que volver atrás, es decir, a etapas anteriores. No sé si resultará últil reflejar mi experiencia; he conocido centros en los que un sector del profesorado aplicaba fuertes medidas sancionadoras, correctoras, en relación a la ortografía, por ejemplo, y en niveles básicos. La cuestión es que, a pesar de ello, los alumnos continuaban escribiendo de forma incorrecta, no solamente desde el punto de vista ortográfico. ¿De qué sirve entonces la penalización, la sanción, si el alumno no progresa? Habrá que plantearse qué falla.
Espero que todo esté bien, José Luis.
Saludos
En lo que se refiere a la ortografía, hay una claudicación clara por parte de los profesores de Lengua. En mi Departamento yo debo de ser de los que más estrictos se ponen con el tema, y aun así lo soy menos de lo que la programación establece. Básicamente, los chavales no son tontos y saben que un número elevado de suspensos es un problema para el profesor. Confían en que no nos atreveremos a suspenderlos si, a pesar de cometer una falta por línea, trabajan con cierta constancia, no faltan a clase y nos prometen hacer los cuadernillos que sean necesarios. Y la mayor parte de las veces (sad but true) tienen razón.
ResponderEliminarEn mi experiencia, el problema con la ortografía no reside en la dificultad de las normas (las normas generales de acentuación, en particular, son muy simples, y sin embargo el 75% largo de las faltas que uno encuentra son del tipo fuerón, tí, etc.) , sino en la mentalidad del alumno, que disocia la ortografía de las palabras y piensa que es una especie de embellecedor que se puede aplicar a última hora sobre ellas (como quien termina un documento de Word y le pasa el corrector ortográfico automático), un lujo prescindible al que solo algunos adultos malhumorados conceden importancia. Muchos alumnos escriben el examen sin tildes y luego, en el último minuto, se lo leen por encima y colocan unas cuantas, más o menos a bulto. Confían en que no nos atreveremos a suspenderlos si, después de todo, se aprecia que han leído los libros y estudiado los pasajes subrayados. Y, ya digo, suelen tener razón.
ResponderEliminarEl debate sigue abierto, aunque haya programado la publicación de un nuevo post que tenía que aparecer hoy. He asistido con sumo interés a vuestras reflexiones. Algunas de ellas me han hecho ver aspectos que no había considerado y que tendré en cuenta. Lo más fascinante de internet es esta posibilidad de intercambio y colaboración. Gracias a todos.
ResponderEliminarRespecto a la ortografía, totalmente de acuerdo con los comentarios de AI59. Solamente quiero recordar, que como dije en mi comentario anterior, vivimos en una época en la que se piensa poco, se reflexiona menos y todo tiene que hacerse muy rápido, de manera que los alumnos piensan que como van a perder tiempo en repasar un texo o examen para revisar la ortografía.
ResponderEliminarJoselu, se le pueden dar veinte mil vueltas pero yo lo tengo claro: tú eres un buen profesor y ese muchacho un maleducado en todos los sentidos de la palabra. No permitas que su agresividad haga mella en ti. Un saludo, compañero.
ResponderEliminarSé que no es plato de gusto encontrarte con alumnos, con personas, que cuestionan tu trabajo, tu experiencia y tu... No le des más vueltas; no tiene demasiada importancia. Este adolescente seguro que cambia de opinión. Sólo tiene que vistarte y leerte. ¡Ánimo!
ResponderEliminarPersonalmente, como ex alumna tuya, y habiendo sido mi profesor de literatura, castellano, el tutor del crédito de sintesis....me gustaría decirte algo, nunca en todos los profesores que he tenido había encontrado a alguien que transmitiera la pasión y el gusto por la literatura como tú; me encanta leer....y me encanta la literatura, y creo que puedo decir con toda seguridad que has sido el mejor profesor de literatura que he tenido....podría escribirte sobre un millón de momentos que recuerdo muchas veces, en mi clase no a todos nos gustaba leer..no a todos nos gustaba hacer los resumenes..o interpretar obras de teatro en clase....no obstante, al final del curso a todos nos gustaba un poquito más..y desde luego todos habíamos aprendido mucho en tus clases, aun ahora puedo recitar de memoria cualquiera de los poemas de Antonio Machado!! ....con todo esto lo que quiero decirte, es que no solo eres profesor de literatura, a mi me enseñastes a poner pasión en lo que hago, me enseñastes que pueden haber muchísimos más mundos por vivir..me enseñastes a luchar por aquello en lo que creía, (aun tengo en mi mente la manifestación para que no cerrarán el Verdaguer) y me enseñastes que no basta con hacer para llegar al mínimo..si no siempre a tratar de superarme a mi misma....nunca dejes de dar clases de literatura, por que puede que haya quien no valore la suerte que tiene por tenerte de profesor, pero te aseguro que tendrás a un montón de alumnos que lo valorarán..solo es que tendemos a ser más tímido y a hacer menos ruido en clase, no obstante, eres un profesor increíble de literatura y sobre la vida!! no cambies por las palabras dichas por personas que posiblemente no sepan ni lo que quieren decir, puede que ahora sea por que ha pasado más el tiempo, pero creo que hay algo que no te dije, gracias por enseñarme!! y por animarme a quitar las máscaras..tan solo Gracias de corazón!!
ResponderEliminarToro sentado,
ResponderEliminarreferente a lo que dices " los psicopedagogos al parecer piensan que estas cosas son normales".
Pienso que los psicopedagogos no han entrado en un aula de ESO en la vida y no saben a qué nos enfrentamos los docentes.
En inglés ni tan siquiera existe un término que defina esa palabra "pedagogía", es un pretexto para que el docente tenga que tragar con todo lo que el alumnado le quiera hacer sin rechistar y sin recibir ninguna ayuda.
un profesor puede recibir insultos de sus alumnos, ver malas caras, puede estar expuesto a que cuestionen su manera de dar la clase, y siempre siendo ex igentes, ofreciéndonos a los docentes a cambio solo un comportamiento asalvajado, y acada vez es más frecuesnte esta situación.
Por otra parte,están tan acostumbrados a que se les deé todo hecho y masticado que se estan conviertiendo en bultos de carne con patas, seres pasivos de todo tipo de información y persuasión.
Por último, tras escribir este texto, algo desordenado, pues me vienen muchas ideas a la mente, quisiera saber qué se puede hacer cuando no te apetece ya dar clase,pues te sientes desmotivado porque sabes que los alumnos te hablarán mal sin motivo, sin respeto e irán a clase sin los deberes hechos, solo con la intención de agraviarte, hacer grafitis en la mesa o contarle una anécdota sobre su fin de semana pasado. Y me refiero a alumnos de entre 13-15 años.
Un saludo
Joselu mucho ánimo yo soy alumna y aprecio sinceramente un buen profesor y tú lo eres. He estado todo el verano preparándome un examen para septiembre y lo tenía con un aprobado pero el profesor me dijo que podía hacerlo mucho mejor si volvía a intentarlo de nuevo así que, aunque ahora un suspenso anímicamente me sienta mal, con el tiempo será una alegría que estoy completamente segura que, siendo buen profesor, sabrá compensar. Los buenos profesores son como los buenos padres que tienen el pan en una mano y el palo en la otra y siempre se ha dicho que "a hijo malo, pan y palo".
ResponderEliminarsoy una alumna, que no ha entragado el trabajo mas importante del trimestre. Tenia que grabar-me haciendo un monologo, lo intente pero no pude. Me equivocaba siempre. Como le ago entender eso a un profesor? para que no me suspenda
ResponderEliminarBelén, si se me planteara una situación como la que planteas, yo valoraría que me enviaras un email explicando tus dificultades pero de modo que se viera que realmente te importaba. Luego intentaría conseguir un día más y lo grabaría lo mejor que pudiera. La grabación puede repetirse y fragmentarse en varias tomas que puedes ir grabando hasta que salgan bien. No tienes excusa. Dirígete a él cortésmente y explícale la situación y muéstrale tu voluntad de cumplir.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Mucho ánimo y todo mi apoyo pero recuerda que no podemos controlar las actuaciones o palabras de los demás, pero sí el cómo nos afectan esas palabras. Somos dueños de permitir a otros o no que sus ofensas nos afecten.
ResponderEliminarYo creo que hay que ser coherente con lo que pensamos e intentar hacer las cosas bien.
No se puede caer bien a todo el mundo. Eso es imposible. Y por las mismas razones por las que unos te odian, otros te admiran.
Yo creo que ante las faltas de respeto, quien desacredita, se desacredita. Cuanta más educación y respeto se muestra, peor se siente el otro... sobre todo porque nota que la clase ya no le apoya, ni le admira... no lo ve como alguien imitable, si no como un perdedor.
¡Ánimo!
Un abrazo