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martes, 10 de enero de 2023

El deterioro de la atención

A lo largo de mis años como profesor de lengua y literatura, tiempo que va desde finales de los setenta hasta la mitad de la década pasada, he observado con sumo interés a mis alumnos que han evolucionado vertiginosamente desde una era pretecnológica a una totalmente tecnológica ya en la era de los teléfonos inteligentes. Lo que se me evidencia en esta evolución ha sido la decadencia de la capacidad de atención y de la concentración. La mente de un adolescente de hace treinta años o más no es la misma que la de un adolescente ahora. Ha mutado profundamente y podría afirmar que se ha hecho más anecdótica y superficial e incapaz de mantener la atención más de sesenta y cinco segundos en una tarea sin poder evitar distraerse esperando mensajes, whatsapps, stories, estados, emoticonos, noticias, vídeos, o cualquier tipo de estímulo que le van llegando para apoderarse de su atención. Cualquier profesor sabe que en la actualidad es un conflicto imponer que en clase no se utilicen los móviles o la medida extrema de requisarlos a la entrada del aula. Es un mundo hiperconectado en que la dispersión cognitiva es la regla lo que provoca una seria degradación de la atención. 

 

Pero no son los únicos los adolescentes los que sufren este síndrome de dispersión. Es toda la sociedad que ha perdido dramáticamente su capacidad de atención y concentración reclamados continuamente por apremios que van llegando en forma de noticias, memes, tuits, whatsapps... Es muy difícil desconectarse de esta dinámica. Y el resultado es un empobrecimiento radical del autoconocimiento, de la observación, de la capacidad de escuchar a los demás, coincidiendo con una crisis de la democracia en que nadie escucha con atención ideas diferentes a las propias y que se ven caricaturizadas en la prensa o en las redes sociales en forma de zascas, simplificaciones, banalidades, eslóganes, etc... 

 

No es casual. Se lucha por nuestra atención de modo de que esta se convierta en dinero. Gigantescos poderes tecnológicos, comerciales y políticos están pugnando por nuestra atención que es oro para podernos modificar cognitivamente y hacernos plásticos y moldeables y así ser excelentes consumidores o deglutidores de ideologías cada vez más extremas... 

 

Johann Hari acaba de publicar un libro titulado El valor de la atención. Por qué nos la robaron y cómo recuperarla. En su libro sostiene que cada vez es más difícil leer un libro o ver una película o mantener una conversación larga.  Probablemente, las personas que pasan por los blogs son de generaciones antiguas y no han sentido tanto como los jóvenes este síndrome pero cada vez es más difícil leer manteniendo la atención porque es como si se estuviera vertiendo ácido sobre ella para que seamos incapaces de estar más allá de unos minutos sin distraernos con una colección de resortes que nos atrapan sean vídeos o noticias cuyos titulares absurdos y estúpidos nos reclaman. Es el gran colapso de la atención que afecta a toda la sociedad que se convierte en esencialmente superficial y anecdótica, que surfea por lo más irrelevante sin buscar en la profundidad unas claves más complejas que las que se nos ofrecen. 

 

La tecnología ha aprendido a hackear nuestra química cerebral y saben que un “ding” o un “me gusta” provoca un golpe de dopamina que es muy parecido al del sexo o una pizza o la cocaína, aunque en cantidades más pequeñas. Nos volvemos adictos así a la dopamina y queremos más. Nuestro teléfono es la nueva extensión de nuestro ser, no podemos separarnos de él, nos proporciona seguridad y la sensación de que estamos conectados permanentemente. 

 

Es muy triste que bebés manejen pantallas de los móviles de sus padres para que no los molesten, o que el regalo de primera comunión sea un móvil. Es raro cada vez más ver a unos padres en un bar o restaurante que han llevado una libreta y pinturas para su hijo y que este se entretiene dibujando o pintando. Lo normal es ver a los padres que les han pasado el móvil a sus hijos. 

 

Todo esto es adictivo, los reclamos para capturar nuestra atención son adictivos como son los vídeos en cadena de Tik Tok o las fotos de Instagram donde se inserta publicidad radicalmente efectiva. Nuestra atención es dinero. Y nosotros cada vez somos menos dueños de nuestro mayor poder como especie que es la concentración. ¿Cómo podemos enfrentarnos a los mayores desafíos de nuestro tiempo como son la crisis de la democracia, la eclosión de la Inteligencia Artificial o el cambio climático si no somos capaces de mantener la atención en algo más allá de un minuto?

 

Como profesor empecé con clases en que no era difícil mantener la concentración de mis alumnos durante casi una hora, para llegar a un tiempo en que había que cambiar de actividad cada diez minutos o menos para evitar el nerviosismo o la dispersión creciente que veía en sus ojos inquietos pensando en su móvil. 

36 comentarios :

  1. Es bien cierto y real cuanto dices. Lo malo es que nos está pasando incluso a los adultos formados ante una pizarra escrita con tiza y apuntando en papel con tinta y plumilla. Ahora tenemos varias pantallas ala vista, mirándolas todas, teléfono, tablet, tv....
    Salud.

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    1. Es una tendencia universal a la dispersión y a la desatención, pero es algo que es fruto de un plan decidido para lograr nuestra atención hacia sus objetivos económicos o políticos. Nuestra atención vale dinero. Nos la arrebatan.

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  2. En esto está haciendo una gran labor la escuela primaria - creo - . Mi nieto tiene tres años y medio, hablaba bàsicamente en inglés por los dibujos que ve de la tele o la tablet. En la escuela a la que va este año, le han cambiado las costumbres (en clase son 22 y él es el unico medio español), pero desde que va a la Escuela, se pasa el dia con abecedarios y numerarios, conoce todo el alfabeto y los números en inglés y ahora empieza en castellano. No creo que lea de mayor, los niños y los jovenes leen poco hoy en dia, y los mayores tampoco, yo mismo reconozco que des de que terminé 2666, no he sido capaz de leer nada más, no me concentro, y leo mucho, pero a través de la pantalla. Pero coger una novela y tener el placer de leerla, para mi ya no es posible. Y sigo comprando, pero las tengo guardadas por orden, pendientes de que a lo mejor un dia de ests se me pasa la tonteria y recupero el pacer de leer.

    Saludos.

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    1. Por lo que dices, tu nieto ya utiliza la tablet. Ese es el problema. Yo no sé cómo hubiera actuado ahora si mis hijas fueran pequeñas. En mi fuero interno no lo hubiera permitido, pero no sé qué hubiera pensado mi mujer y el entorno. Es complejo aislarlos de estas máquinas que enseñan por un lado y por otro deterioran el aprendizaje de otras cosas más importantes que hoy los padres ya desconocen o no tienen la paciencia de enseñar. Lo más fácil es darles las pantallas, negárselas hasta determinada edad y durante un tiempo determinado es mucho más complicado. Saludos, Francesc.

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  3. Cuando pequeño,no paraba de leer tebeos(el capitán Trueno,Roberto Alcazar,Azañas Bélicas...),incluso en la mesa a la ahora de comer,para cabreo de mis padres.Me decían:-no pones atención, no escuchas,sólo estás por los tebeos.Ahora mi nieto más pequeño,le pasa lo mismo,para el móvil, la tablex,los juegos electrónicos,su madre lo bronquea,no le deja.Sin embargo,cuando está conmigo lo dejo,recuerdo mi tiempo de tebeos,comprendo la necesidad imperiosa de conectar,de atención máxima sobre algo.Creo que si yo pasé de conectar con el tebeo,la novela,el libro de texto,él hará lo mismo,pero con los dispositivos de su tiempo.A mi me impresiona su rapidez visual y de comprensión ante cualquier nuevo juego,la agilidad de sus dedos.No sabe leer en castellano,ya avanza en alemán (va al colegio Alemán).Sin embargo,no necesita a nadie para entender la simbología y bajarse un juego.Ira por un camino distinto al mio,porque pertenece a otra generación tecnológica.Otro tipo de atención, capaz de conectarse con una maquina muy compleja y desarrollada.
    Saludos

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    1. Ignoro el camino que seguirá tu nieto pero cuando dices que será capaz de conectarse con una máquina muy compleja y desarrollada, no sé a qué te referirás porque ciertamente las máquinas tecnológicas que utilizamos son complejas y desarrolladas pero de uso más simple que un corcho, el uso de la tecnología es tan fácil que nadie deja de utilizarla y saberla implementar vaya al colegio Alemán o al colegio público con inmigrantes moros y latinos del barrio. Un saludo.

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  4. He leído las respuestas de los abuelos, y a mi me pasa tres cuartos de lo mismo. No con la lectura , donde afortunadamente sigo en la linea, no como antes pues la vista ya lleva su peso, pero si con ganas de leer. Digo que me pasa lo mismo en relación a los nietos. El de 9 años es una máquina en mates, quiere hacer Exactas y lo tiene claro, sólo juegos de esos imposibles para mi, pues son complejos conforme la geometría abstracta, y el pequeño de 4 tiene los dedos más ágiles que un contable de un partido político. No se como lo hace, pero la tablet no tiene secretos para él y la domina sin problemas. Del barro cocido al papiro y de ahí a la piel de cordero, para acabar en papel y en tablets.
    Todo ha cambiado en quince años. Ya no memorizan, no hace falta, como tampoco hacen falta los Larrouse. Todo en la mano y al momento.
    La capacidad de atención seguramente no la mantendrán concentrada más de sesenta segundos, pero nosotros la perdíamos a los dos minutos y la vara del maestro nos ponía otra vez a funcionar.
    Dicen los que saben, que de los discursos sólo se capta no más del 20%, y estos van dirigidos a mayores.
    Será que también habremos perdido la capacidad de abstracción como los jóvenes.
    Un abrazo

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    1. El gran drama de este tiempo, entre otras cosas, reside en la creencia extendida sobre lo que dices "ya no memorizan, no hace falta". Esta creencia la han desarrollado muchos gurúes pedagógicos y expertos en educación del siglo XXI, pero es radicalmente falso. Para aprender hay que memorizar, para conectar ideas o datos, hay que memorizar, para organizar el pensamiento, hay que memorizar, para desarrollar una idea, hay que memorizar. La historia no ha empezado en 2023, como se piensa. Llevamos siglos y milenios de cultura acumulada. Desconocerlo nos lleva a la cultura de la superficialidad y la banalidad. La memoria es el cincuenta por ciento más importante de la inteligencia. Es una tragedia que se piense que ya no es necesaria. Los judíos son el grupo humano más avanzado intelectualmente del mundo, pero la mayoría se forman en la sinagoga, estudiando el talmud y la Torah, recitando, memorizando, abstrayendo..., cualidades que brillan por su ausencia en la educación actual que se centra en la intuición, el manejo de máquinas entontecedoras -ya sé que enseñan ciertas cosas- y en el dominio de lo concreto, pero elude la abstracción. Para ver un vídeo no hace falta abstraer, pero para pensar las cosas, la historia, la lengua, la literatura, la realidad, la política, hay que abstraer. Nos están convirtiendo en seres concretos a merced de los eslóganes y las ideas clichés que nos llegan y estos niños, por inteligentes que sean ahora, se convertirán en carne de cañón de una sociedad en que la Inteligencia Artificial hará todo más rápido y mejor que ellos. Todo en la mano y al momento, dices. Con mis hijas, he intentado trabajar la abstracción con resultados que no sé aquilatar, con mis alumnos lo intentaba y no sé si ha servido de algo, pero esas ideas de que la memoria no hace falta, de que lo mejor es que esté todo y al momento puede ser el principio de un declive intelectual que ya se está dando. En realidad haría falta más filosofía, literatura y latín, pero no es el camino que llevamos.

      En los comentarios se expresa un intento de abstracción. Yo no puedo vivir sin abstraer. Es mi vicio.

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    2. Convenimos los dos que la memoria es más necesaria que nunca. Son las tablas de multiplicar y son muchísimas otras cosas que hay que saber y recordar.

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  5. Coincido en tu opinión sobre la caída en la capacidad de concentración de las ultimas décadas. Es algo que he experimentado en mi entorno.

    Y paradójicamente, en los últimos tiempos nos tratan de vender en todos los medios técnicas de concentración tipo "mindfulness", meditación, etcetera. Supongo que algunos "gurúes" han notado todo esto y han decidido hacer caja con esta plaga moderna.

    Creo que la capacidad de concentración depende en parte de la naturaleza de cada individuo, y también en parte de la formación recibida.

    A los de nuestra edad nos la estimularon con el sistema educativo : silencio y compostura en clase, atención a la lección impartida por el profesor, análisis y redacciones sobre textos escritos, evaluaciones escritas interminables.

    Y ya de adultos, recurríamos a lo conocido, para concentrarnos en algún esfuerzo intelectual, recurríamos al silencio y la quietud para poner el foco y la atención en nuestro objetivo. Porque necesitamos silencio exterior e interior para hacer frente a algún reto intelectual, escribir con claridad y elegancia sin cometer ninguna barbaridad gramatical, y también por el placer de disfrutar de un rato de quietud con nosotros mismos, que es cuando las ideas y la creatividad fluyen sin obstáculos.

    Pero lentamente en este tiempo hemos derivado a la sociedad del ruido continuo, ya sea físico, o sensorial, como bien apuntas, con multiples estímulos que asaltan nuestros sentidos, y que no podemos o sabemos ignorar hasta que decidamos prestarles atención.

    Creo que habría que introducir en la enseñanza secundaria una asignatura o materia donde se enseñe a los jóvenes a desconectarse de toda clase de "ruidos", a focalizar sus sentidos y su pensamiento, y a disfrutar de ese silencio interior que todos necesitamos.

    Saludos.

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    1. Has mencionado un concepto clave que es el "ruido" sea físico o mental, ese ruido que ocupa todo el espacio llenándonos de estímulos frenéticos que no nos dejan ser ni pensar. Pienso que sería un ejercicio interesantísimo llevar a veinte adolescentes quince días a un campamento en la naturaleza con la condición de que no tendrían móviles. Serían días de aislamiento sensorial para hacer caminatas, cantar canciones, construir cosas, trabajo físico y mental para hablarles de temas de los que nunca han oído hablar, mirar el cielo por las noches, espeolología, música clásica, memorizar poemas, dramatizar situaciones, meditar en silencio... pero aislados totalmente de las aplicaciones. Sería un campamento caro, no apto para todos. No sé cómo lo soportarían pero sin duda sería una experiencia sorprendente. Tendrían que hablar entre ellos sin el móvil en la mano mirando vídeos o memes. Tendrían que escribir cartas a sus padres para enviárselas por correo postal. Sería un campamento antiguo pero revolucionario. Tal vez estuvieran nerviosos los primeros días sin el móvil -nomofobia- pero aprenderían muchas cosas cuando lograran desprenderse de la sensación de que estaban recibiendo me gustas o clincs de noticias o vídeos. Es extraño que todavía no se le haya ocurrido a nadie. El ruido es el problema de nuestro tiempo y no permite la concentración. El ruido es el lenguaje de nuestro tiempo. Gracias por añadir la idea. Saludos.

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  6. Conectarse con la maquina,significa meterte en el proyecto propuesto,con los dispositivos a disponer,de la forma más natural,algo que necesita atención, concentración,no es tan fácil.Alumnos que van bien en letras,no pueden con otras materias,donde el proyecto final es esencial.
    Ejemplo,si propongo la realización del proyecto de climatización automática de un invernadero de plantas.Necesita disposivos,programación ....No discuto la memorización, que esta es natural,si se trabaja.No funciona la forzada,no puedes memorizar un circuito electrónico si no lo has trabajado,calculado,diseñado.,al final te queda grabado en la mente.

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    1. En esto tienes razón, para un proyecto técnico la memorización es visual o intuitiva, pero hablamos del declive de la atención en nuestra sociedad para pensar, para leer, para mantener conversaciones sin estar pendiente del móvil, para abstraer y no ser tan manipulado por las máquinas y sus intereses que buscan retener nuestra atención y ello provoca el deterioro cognitivo.

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  7. Hace poco había una corriente que desprestigiaba la memoria y su ejercicio, jovenes y mayores no debían saber nada de memoria, incluso a algunos que poseían una memoria brillante les decían: "Es que solo tiene memoria". Y seguimos asi, no memorizamos nada porque hemos confiado todo a las máquinas. Yo tengo memorizados más de 200 números de teléfono, (una vez los conté), pero soy un "rara avis", la mayoría de personas ni siquiera recuerda el número de sus más allegados, Nuestros hijos ven esto y lo practican. Para concentrarse en algo, segun lo veo yo, la memoria es fundamental, ¿como puedes leer un libro que tardas varias sesiones si no recuerdas lo que leíste ayer?. La lectura y la atención son actos íntimos, lees un libro y lo reproduces en tu cabeza, lees en blanco y negro mientras la acción, el movimiento y los personajes se reproducen en tu cerebro a color, dentro de ti.
    Cuando estas con una pantalla, los personajes no se reproducen dentro de ti, están fuera, ya tienen colores, formas, voces y tu no tienes que poner nada, te lo dan hecho.
    Para mi esto puede verse desde dos ópticas diferentes:
    1. Te dan máquinas complejas para hacerte más simple intelectualmente, (algunos dirían más tonto).
    2. Con máquinas complejas ahora podemos hacer cosas que hace 40 años ni soñábamos.
    En mi caso, sigo leyendo en blanco y negro, en papel, no tengo dificultad alguna para hacerlo, de hecho lo hago a diario y me encanta.
    Pero también utilizó esas maquinas para acceder a parcelas del conocimiento que sin ellas, posiblemente nunca hubiera conocido y eso creo que me hace mejor.
    Y sigo ejercitando a diario mi memoria, no se donde lei que eso es una vacuna para determinadas enfermedades mentales. Tampoco creo que exista una diferencia sustancial entre los padres y los hijos en este tema. Pienso que con el tiempo, nuestros hijos sabrán sacar mejores rendimientos a estas máquinas, nos superaran y eso será bueno. Creo yo.
    Un saludo.

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    1. Estoy de acuerdo en todo tu planteamiento sobre la necesidad de la memoria. En mi respuesta a Tot Barcelona lo he puesto de relieve. Dejar de tener presente la memoria en el sistema educativo es un error fenomenal, pero lo han difundido muchos partidarios de la educación del siglo XXI frente a la escuela del considerado siglo XIX. Precisamente, en una época de máquinas complejas, pero de manejo más sencillo que un chupachup sería necesario compensar esa tendencia al entontecimiento que supone abandonar la memoria que es una facultad elástica y que si no se ejercita, se pierde. Para seguir un libro hace falta memoria, como bien dices, hay que recordar las situaciones, los personajes, las ideas... Y para libros de pensamiento es necesario articular las ideas, retenerlas, conectarlas, hacer abstracción. Para leer El discurso del método tuviste que ejercitar la memoria y la comprensión de ideas abstractas. Tal vez, lo evidente es que los jóvenes de ahora y futuros adultos serán totalmente incapaces de leer un libro de pensamiento por más títulos académicos que tengan. Por eso, el mundo actual se expresa a través de imágenes frenéticas y se dejan de lado las ideas para las que hace falta pensar, pero ¿cómo pensar sin memorizar, sin relacionar, sin conectar, sin abstraer? Por eso, es tán fácil manipular a la gente, todo lleva a que nos manipulen mediante zascas elementales para excitar nuestras emociones y para que no pensemos. Estamos acostumbrados a la dopamina y todo nos lleva a que nos manipulen con emociones como el placer inmediato o la ira o la indignación. Todo muy simple, en realidad es muy simple, como las mentes que se están construyendo prescindiendo de la memoria o la abstracción. Un saludo.

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  8. Si comparamos el tiempo de atención, interés y actividad reflexiva con época de nuestras juventud predigital, está claro que hay un cambio cualitativo. Podría ser una impresión subjetiva, pero como explicas se ha cuantificado el tiempo de atención, sean jóvenes o adultos, y ha disminuido. Y no para bien. Sin capacidad de observación y monólogo interior, es muy fácil manipular opiniones e insertar creencias. El empacho de imágenes y mensajes es de tal calibre que nuestras neuronas están siendo afectadas. Hay estudios de neurociencia que así lo demuestran. Seguramente si esto va en aumento, habrá una consecuencia directa en el modo de percibir la realidad, tomar decisiones y relacionarnos con los otros. Será un salto evolutivo, una nueva edad de la humanidad en la que, con ayuda de la I.A, los seres humanos quedaremos reducidos a un estado catatónico, menos mal que algunos somos rebeldes y resistiremos hasta el final.

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  9. Hay una lucha entre el "cuesta abajo" y el "cuesta arriba" que conforme pasa el tiempo va ganando por goleada la primera. Entre adultos veo que las conversaciones son de "titulares" no se quiere profundizar. Los titulares generan emociones y éstas mandan. Este bombardeo debe ser tremendamente dañino para los niños cuyo cerebro, especialmente la zona prefrontal,la razón, no madura hasta los ventitantos años...
    No me gusta el mendo que veo venir.
    Un abrazo!

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    1. Sí, sin duda, todos en general sufrimos el bombardeo de titulares emocionales que buscan nuestra implicación y atención. Le cuesta mucho a uno seguir con atención la lectura de un libro porque exige concentración. El zen va en dirección contraria porque es un ejercicio absoluto de autoconciencia y observación de la mente en su discurrir caótico. Mira hacia dentro y no hacia fuera como todo lo que intenta manipularnos.

      Los niños y los jóvenes en especial son moldeados para una sociedad superficial y banal en que priman los objetos, las experiencias, los placeres, los sabores, las drogas -me refiero a las naturales como la dopamina-, ya ni hablo de las otras. El mundo que va a venir va a exigir que haya una raza de salvajes que sepan ver más allá. Hay algunos entre los jóvenes, no es fácil porque cuesta abajo se va mejor y más cómodo, y la comodidad es el lenguaje de nuestro tiempo, comodidad y superficialidad. Afortunadamente, en mi círculo de amigos no se da esto. Un abrazo.

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  10. Hoy, mientras tomaba desayuno veía un programa de tv donde se conversa en forma miscelánea de diversos temas que siempre terminan en política nacional e internacional. Dos políticos de bandos antagónicos intentaban explicar a su manera el último traspié del presidente. Ambos hablaban sin escuchar al otro. Era un diálogo de sordos. Lo terrible de todo esto es ver que los extremos se están polarizando y que el centro se está desdibujando del escenario nacional e internacional, es cosa de ver cómo están las cosas en el resto del vecindario sudamericano. Recuerdo mis años de adolescente cuando los profesores nos enseñaban a leer un texto, comprenderlo, explicarlo y defenderlo delante de los compañeros, pero siempre escuchando al contendor porque el aprendizaje consistía en que nunca tenemos la verdad absoluta. Vivimos una sociedad donde todo se entrega listo. Los jóvenes no tienen que caminar en busca de una Biblioteca. Hurgar entre los archiveros hasta encontrar los libros adecuados para redactar el informe a máquina o a mano. Hoy, está todo al alcance de un clic, con tareas listas en Google. No existe esfuerzo alguno de concentración, de búsqueda y, de memorización de textos.
    Pero, lo que más me preocupa de todo esto es la sensación de sentir que los pequeños no adoptan desde infantes conceptos tan abstractos como: belleza, arte en toda sus manifestaciones. Días atrás mi sobrina de nueve años que domina los celulares y Tablet no sabía cómo dibujar un simple árbol. Le pregunté si conocía los diversos aromas de las flores y que si jugaba con tierra. Las respuestas ya las debes de intuir.
    ¡Vaya tema Joselu!
    Abrazos

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  11. Y lo rápido que todo esto ha sucedido. Nosotros comenzamos a comunicarnos por este medio antes de los teléfonos inteligentes. En menos de una década todo cambió y ahora, más que la amistad, hasta las relaciones de pareja empiezan primero por medios digitales. Tal vez difiero en un punto, que es más de enfoque que de contenido. No me inclino mucho a la idea de que hay algunos intereses oscuros manipulando las redes para que esto suceda. Claro, los negocios e instituciones del poder hacen uso de nuestra atención y dependencia digitales, pero si te acuerdas, al principio ni siquiera sabían las corporaciones cómo capitalizar el medio. Fue algo gradual y colectivo, que se ha perfeccionado hasta el punto de manufacturar falsedades para fines políticos, pero todos formamos parte de ello, y todos buscamos la atención de todos. Lo que nos queda es salvaguardar la propia atención y educarnos mejor en ese sentido.

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    1. Tienes razón en esta apreciación. En 2008, Steve Jobs presentó su iPhone y esto dio forma a lo que Alessandro Baricco ha llamado con optimismo, la cultura del "game". Todo se ha convertido en juego, no se aceptan procesos que no sean lúdicos. Fue gradual pero en poco tiempo, los pequeños artefactos hicieron adictos a miles de millones de usuarios en todo el mundo. Y eso era negocio, claro, y las distintas compañías pugnan por retenernos en sus aplicaciones mediante métodos conductistas. Ahora es Tik Tok -que no sé si será prohibida en USA- la que retiene mucho tiempo a los usuarios, además de Instagram y sus vídeos sobre gatitos, sensuales, fotográficos, comerciales... Es cierto que todos buscamos atención. Los blogs -un artefacto anticuado porque se dedica a argumentar- necesitan de atención y comentarios para mantenerse, y muchos blogueros han desistido por ello.

      "Nos queda salvaguardar la propia atención y educarnos en ese sentido" pero los niños y adolescentes son carne de cañón para ese juego -ahora oscuro- de retener la atención y hacerlos adictos. Es un mecanismo tan sencillo como complejo.

      Por otra parte, pienso ahora, las redes sociales y el mundo de los juegos y vídeos, series... proponen -implícitamente- una visión del mundo materialista sin ningún aporte espiritual. Se difunden esquemas que nos cambian ideológicamente -la cultura woke, por ejemplo- y nos van transformando al modo que los ideólogos de Estados Unidos o China desean... Es muy difícil sustraerse al moldeamiento ideológico que impera en todo lo que nos llega y nos va transformando, e incluso las confrontaciones políticas de USA llegan directamente al resto del mundo -véase el conflicto en Brasil que tiene como precedente la toma del Capitolio por seguidores de Trump-. Tú tienes una visión privilegiada por ser periodista en Nueva York.

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    2. Sí, tus planteamientos me parecen correctos, aunque insisto en ese punto de que es un asunto multidireccional (por llamarle de alguna manera), como en el ejemplo de los movimientos globales, hay retroalimentación de ideas machacadas por todas partes. Y cierto, los niños son parte de ese experimento social desde antes de que se pueda decir que tienen uso de razón.

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  12. Vamos a ver Joselu, es que mezclas muchas cosas, como profesor de Tecnología, cuando llegue al instituto(hace muchos años),me hice cargo de todo lo relacionado con los ordenadores(había muy pocos),eran de aquellos con la tarjeta de cartón, que había que meterla. La mayoría de profesores sobre todo los de "letras", se oponían frontalmente a su uso, preferían dar las notas a mano antes de "meterlas" en aquel aparato. Constantemente, se quedaban "atrancados". No encontraban la utilidad.
    Les insistía que era el futuro ,que tenían que dar el paso. En fin, tú lo habrás vivido. Cuando me jubile, hace 20 años, la cosa ya había cambiado. Ahora, según me dice mi hija, profe de "mates",todo el mundo, incluido los alumnos van con su portátil. Es más, son los de "letras",los que más y mejor uso hacen de las nuevas tecnologías adaptando su programación, la forma de dar las clases.
    Pienso, que los cambios han de ser mayores y que por lo tanto los niños, tienen que adaptarse lo más temprano posible, que por otra parte es lo que hacen, de la forma más apropiada a ellos, el juego.¿Puede haber problemas?,seguro, pero siempre los ha habido.
    Saludos

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    1. No estoy nada de acuerdo contigo, pienso que es un error -comprensible pero terrible- la introducción temprana de dispositivos adictivos "lo antes posible". Hay países que empiezan a regular dicho uso por niños y lo limitan porque es evidente que estos artilugios son adictivos y moldean la mente de los niños. Ver a un bebé de dos años con el móvil de los padres o a una niña de tres años con una tablet es peligrosísimo, pero no se está tomando conciencia y se piensa que es bueno para su desarrollo, cuando no lo es en absoluto. Hay que retrasar su introducción, una vez que su cerebro haya madurado, hasta una edad en que, dosificados, puedan desarrollar otros aspectos de su personalidad. Los videojuegos son adictivos para los niños -y adolescentes- por lo que hay que retrasar su introducción lo más posible. Esto es difícil porque una especie de ideología "modernista" se ha implantado y es que los padres y abuelos facilitan los móviles y tabletas desde que casi se destetan para su bien, para introducirles en el futuro en que vivirán. Claro que va a haber problemas, y muy serios porque no desarrollarán otros aspectos de su personalidad, siendo prematuramente adictos -adictos- a un modo de ver el mundo muy peligroso. Y si siempre ha habido problemas, este es el nuestro ahora. Luchar para que se comprenda que las pantallas son muy peligrosas introducidas prematuramente. Hay una fuerte relación entre la no lectura y la adicción, la no escritura, la mala ortografía, la falta de atención -fuera de las tabletas- y la adicción, la falta de imaginación y la adicción, la ansiedad que producen la falta de estos objetos y la adicción... Les estamos haciendo adictos y todos colaboramos un poco. Pocos padres y abuelos son conscientes de esto porque les resulta moderno y cómodo. Saludos.

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  13. Je, je, Joselu, está entrada de nuevo me la tomo como una invitación a participar. Sabes que este tema es uno de mis temas principales, me preocupa inmensamente este tema y lo considero prácticamente el principal problema de la sociedad actual. Entre tus comentaristas parece haber bastante unanimidad en este tema, y es que el tema expresa, bajo mi punto de vista una realidad flagrante, sin matices, simplemente lo que cuentas es así, hay infinidad de estudios que así lo dicen. A mi me preocupa en nombre de todos. Me preocupa por mis hijos que ya no van a tener la oportunidad de conocer la forma de debatir que nosotros hemos vivido, como sabes mi hija con 10 años es una verdadera adicta a la tablet y a todo lo que implica, aún sin tener acceso a las redes sociales, con YouTube le basta para haberse enganchado sin solución. Culpa mía sin duda. Me preocupa por mis compañeros de trabajo que son jóvenes que ya han crecido con los móviles y todo lo que acarrea. La falta de atención, la incapacidad de sentarse a desayunar sin mirar el móvil, con incapacidad de debatir temas de forma crítica y prolongada. Me preocupa por mi mismo que aunque creo que tengo el tema bastante controlado no puedo descuidar nada en el esfuerzo en no acabar de sucumbir en las trampas de las nuevas tecnologías. Por aquí se ha comentado de forma bastante mesurada y razonable. Yo este tema lo veo sin claroscuros, las nuevas tecnologías están creando seres humanos más tontos, sin criterios, adictos, infantil, sin capacidad de análisis. Pulsadores compulsivos de likes. Y ahora aún tenemos toda una serie de profesores en la primaria y en la secundaria que vienen de la generación anterior y que han conocido una realidad diferente y luchan por aportar un mínimo de espíritu crítico en las aulas. Que pasara cuando las siguientes tandas de profesores ya sean directamente de las generaciones nacidas dentro del tontismo digital? Quién intentará meterle a las siguientes generaciones un mínimo de espíritu crítico?. Definitivamente vamos hacia una sociedad de cretinos digitales como revelar el libro que citabas y que tengo pendiente de leer. Recuerdo una cita del libro Walden 2, donde se habla de los rebaños de ovejas y como una vez que estos asumen las cercas ya se pueden quitar con tranquilidad porque estás las tienen tan interiorizadas que no las necesitan. Perdona la escritura pero es que escribo desde el móvil y no sé hacerlo, básicamente porque el niño me ha cogido mi portátil para ver el fútbol. Un abrazo fuerte.

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    1. Hay algo que no es como piensas. Muchísimos profesores de primaria y secundaria ya pertenecen a esa generación peligrosa por la masiva jubilación que está habiendo en los últimos años de la generación boomer. Por lo demás, concuerdo contigo, pero entiendo que el problema de la dependencia de los niños a las tablets y móviles es difícil de solucionar. Por un lado, se nos ha metido en la cabeza que toda la tecnología es buena, que hay que hacer que los niños cuanto antes aprendan a manejar las máquinas del futuro y muchos padres con toda su buena voluntad han dado artilugios a sus hijos desde muy pronto. Otros muchos lo hacen porque los niños no molestan jugando a videojuegos o viendo vídeos. Cuando veo a un niño pequeño con el móvil de sus padres en un bar mientras ellos se dedican a sus cosas y a sus conversaciones, se me revuelve algo dentro. Es un espectáculo común, bebés de dos años incluso. No hay conciencia del mal que supone. Y es cómodo porque es mucho más difícil para la pareja ponerse de acuerdo en no dar estos aparatos hasta que tengan una mínima madurez y dosificarlos cuidadosamente. Puede que en la pareja haya criterios diferentes, es una posibilidad, pero otra más es que ambos sean adictos ya a sus móviles o tabletas. Es muy difícil o imposible crear un ambiente sin aparatos cuando los padres están colgados de sus móviles o tabletas. No es fácil. Tuve la suerte de que mis hijas crecieran sin ellos porque nacieron en el siglo pasado y los teléfonos inteligentes se expandieron a partir de 2008, gracias a Steve Jobs. Mis hijas no tuvieron móvil hasta los catorce años y eso ahora es muy difícil hacerlo. Todos los niños, no solo los tuyos, están colgados de los móviles o tablets y ello trae serias consecuencias. Tú intentas llevar a tus hijos a la naturaleza para compensar pero no es lo común. No hay conciencia social de lo que supone crear generaciones adictas desde la infancia. Hemos hablado de la superficialidad que genera, de la falta de resistencia ante la frustración, del deterioro de la atención fuera de las pantallas, del déficit de lectura o de escritura, del moldeamiento cognitivo que supone de cerebros todavía no formados y añadimos como resultado la creación de sociedades polarizadas políticamente sin capacidad de dialogar por el influjo letal de las redes sociales además de la sensación de que nos hacemos más tontos sin libros, sin diálogo, sin reflexión, sin vivencias contemplativas, sin silencio. Paralelamente a un desarrollo exponencial de la Inteligencia Artificial que va a dar pasos de gigante en los próximos tiempos. Muchos han advertido del peligro que esto supone para los seres humanos que a la vez han perdido las referencias humanistas y, añado yo, las espirituales. Un fuerte abrazo, José Antonio.

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  14. https://es.linkedin.com/pulse/querido-alumno-universitario-de-grado-te-estamos-daniel-arias-aranda

    Añado un link que me llegó hace poco que me recuerda todo lo que aquí se ha contado. Soy José Antonio de nuevo.

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  15. Activo el enlace que ha dejado José Antonio. Es muy interesante para ver el panorama actual en la universidad española. QUERIDO ALUMNO DE GRADO, TE ESTAMOS ENGAÑANDO

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  16. La mayor de mis nietas, hace un año, que acabó Económicas. El último en USA, estudiante normal,no era muy fuerte en mates(según mi hija),trabajadora. Ha encontrado empleo, lleva una parte del comercio de la marca. Creo que tiene los suficientes conocimientos para el puesto, el sueldo es el adecuado, nada del otro mundo.
    Cuando estaba en la universidad, en los setenta, un amigo tardó en Económicas acabar la carrera en el doble de años, algo normal entonces, en que una asignatura se te podía atragantar varios años. Igual las oposiciones.
    ¿Qué es mejor o peor?
    Saludos

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  17. Mi hija pequeña (6 años) acude a un centro de atención temprana de la CAM, pues tiene dificultades con el lenguaje desde los dos años (problemas auditivos por sucesivas otitis).
    Pues bien, de las primeras cuestiones que nos plantean las terapeutas (logopedas, sicólogas infantiles, una psicomotricista una psiquiatra y una neuróloga) es que si los niños y niñas usan con frecuencia tablets, pantallas e incluso móviles, los restrinjamos al máximo porque les dificulta su labor con los niños, ya que les provoca un gran déficit de atención en las terapias y aprendizajes que les aplican, según me dicen cuando hablo con ellas, esta es una barrera que se encuentran a menudo, niños acostumbrados a las pantallas con los que cuesta mucho aplicar las terapias que se desarrollan en un centro de atención temprana, el asunto de las pantallas y demás tecnologías afines no es baladí.

    No es conveniente exponerlos regularmente a edades tempranas (otra cosa es cuando sean más mayores), tiene consecuencias negativas, es lo que me dicen estas profesionales que lidian cada día con esta situación en los infantes.
    Concuerdo contigo.
    Abrazo, Joselu

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    1. Testimonio de primera mano que expresa las consecuencias del uso de pantallas a edades tempranas. En tu caso de tu hija, existe un problema con el lenguaje y tienes contacto con profesionales especialistas y te lo han dicho, pero esto es ampliable a todo tipo de niños tengan o no problemas porque fomentan la dispersión y el déficit de atención que solo se estimula con las pantallas. Es como dar golosinas de modo que se termina funcionando solo cuando hay golosinas y se pierde todo interés por todo que no las suponga. Es un problema conductista que supone ansiedad y nerviosismo si se suprime el estímulo selectivo. La conciencia social del problema es mínima y las autoridades no educan a los padres en este sentido cuando sufrimos un bombardeo de consignas de otros tipos continuamente. Hay países donde empieza a estar regulada la cuestión como Taiwán. Muchas gracias por tu aportación, Paco.

      Abrazo.

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  18. Gran tema, Joselu,y expuesto con tu metódica y literaria prosa,rica en imágenes. Nos enfrentamos a un mundo abigarrado de estímulos,que además según Nazareth Castellanos,esa gurú que sondea nuestro cerebro con el fin de entenderlo,acelera la pérdida de nuestra capacidad cognitiva y enfermedades como el alzheimer y otras de origen neuronal. Es la capacidad de atención,la concentración según muchos estudiosos de nuestro cerebro, la que nos ha permitido evolucionar como especie. Hablando del cerebro, siempre me acuerdo de Tolstói,que se refería a él como ése gran desconocido, en el que mereceríamos invertir nuestros recursos y nuestro tiempo, en lugar de erigir fantásticas torres como la Eiffel. Creo que se pueden hacer ambas cosas. Pero no es baladí, Joselu, que recuperemos nuestra capacidad de concentración y el aburrimiento,porque es donde surgen las grandes ideas. No nos coge de novísimos (esa corriente literaria además) como cuando los grandes factotum de la tecnología nos vendían su incursión en las aulas, como una especie de Arcadia o panacea feliz, mientras encomendaban la educación de sus hijos a instituciones donde las máquinas brillaban por su ausencia. Era lo paradójico y cínico. Y es que hemos confundido completamente el medio con el fin,cuando creíamos que como nativos digitales era mejor cuanto antes se adaptaran a este entorno. Como dice el profesor de la universidad granadina que tanto revuelo ha creado con su carta en estos últimos días. Usar una tablet no nos convierte en expertos digitales tanto como cruzar un puente tampoco en expertos en ingeniería de caminos. Un saludo y me encantan tus reflexiones. Son el preámbulo brillante a una tertulia que me recuerda a la inolvidable Clave de Balbín.

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    1. Es así, se vivieron unos años hacia mitad de la década anterior de multitudinarios congresos y jornadas de profesores innovadores que veían en la tecnología una revolución postGutenberg, era la escuela 2.0, y no se percibían los peligros que acechaban en esa eclosión masiva de la tecnología que estaba viniendo. Hay que decir también en honor a la verdad que una mayoría de profesores no eran entusiastas de la tecnologización por lo que eran considerados dinosaurios por los innovadores de la escuela del siglo XXI. Eran años tras la crisis de 2008 pero que todavía no nos habían mostrado los perfiles más oscuros de este siglo con pandemias, guerra y nuevas crisis económicas. Parecían años de utopías o así se vivieron. Hoy no sé cómo verán la situación los numerosos gurús que surgieron en aquellas jornadas. Yo siempre fui escéptico aunque utilicé la tecnología de modo prioritario en los últimos años de mi carrera. Ahora se ciernen tiempos oscuros debido a la adicción que suponen las máquinas en detrimento de factores como la atención, la concentración y la abstracción. Se puede hacer un uso creativo de la tecnología pero lo más habitual no es así. No sé si has probado ChatGPT o Dall-e-2 pero acaba de aterrizar una nueva dimensión de la IA que es como la segunda revolución de internet.

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    2. En general, la atención que se le dedica al teléfono móvil es excesiva creo yo. La adicción que provoca en los adultos ya nos avisa de lo que puede pasar con los niños que empiezan a usarlo a edades tan tempranas, seguramente se aislaran de todo viviendo por y para su adicción. Yo tengo la rareza de que uso muy poco el móvil, igual por eso soy tan crítica al respecto, como no participo en redes sociales puedo estar horas y hasta días sin mirarlo, lo uso para llamar o mandar algún wasap pues a internet me conecto habitualmente con el portátil.

      Un abrazo

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    3. El teléfono móvil se ha convertido en un apéndice de nuestro cuerpo y psíquicamente forma parte de él. Es aleccionador que tú no seas dependiente de este porque no es lo común. Incluso los bancos te envían códigos para aprobar operaciones de reintegros o compras de modo que se hace imprescindible. Yo pago con él y lo utilizo en el metro y tren para pasar los tornos en lugar de emplear billetes físicos. Tú tienes algo excepcional y es que puedes dar ejemplo a tu hija de una relación de no dependencia con ese artefacto, lo que no es nada común. Un abrazo, Ana.

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