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miércoles, 10 de marzo de 2021

¿Qué significa ser mujer?


Ayer o anteayer la líder feminista Cristina Almeida reivindicando su aspiración a que las mujeres mandasen en lugar de los hombres, dijo que en tal caso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, sería capaz de ser “más mujer”. Yo me quedé boquiabierto porque no sabía que se podía ser más mujer o menos mujer, pensaba que se era mujer o que no se era. Pero, indagando me di cuenta de que las teorías de algunas direcciones de las ciencias sociales han abolido la noción de sexo masculino y femenino y lo han sustituido por “género” para después, tras sesudas disquisiciones, llegar a la conclusión de que el género no existe, que es un constructo social, tal como la raza. De tal modo, hay personas que nacen con pene o con vagina pero eso no significa que sean hombres o mujeres porque son una tabula rasa que se va construyendo. Una persona llega a ser mujer por decisión propia no por la biología. Y es mujer si acepta unos presupuestos ideológicos del feminismo que aspira a la toma del poder mundial en detrimento de los hombres. Es la idea de que el futuro es mujer, o el logotipo de un puño con el símbolo feminista. Si se es de derechas no se es mujer completa, se tiene vagina pero eso no significa que se sea mujer integralmente porque la mujer se hace. Y ser feminista es abrazar una ideología que no solo busca la igualdad y la no discriminación sino la supremacía de las mujeres feministas respecto a los hombres. Mujeres con conciencia de ser mujeres. Por eso, la filosofía trans en que hay hombres que “deciden” ser mujeres y es su decisión la que cuenta, no la biología porque esta es superada por la cultura. Así hay trans que atacan virulentamente a mujeres que solo son mujeres por la biología y no por sus convicciones político-ideológicas. 

 

Uno se plantearía que Angela Merkel por ejemplo sería un caso de mujer exitosa que debería ser un icono para las feministas porque ha liderado brillantemente su país durante dieciocho años y se ha retirado con una aprobación general de haber sido una gran dirigente. Su despedida fue avalada por seis minutos de aplausos y también con muestras de afecto en las calles. Pero Ángela Merkel no es una mujer en el pleno sentido de la palabra según el feminismo porque no milita en él, no ha hecho profesión de fe feminista. Es una “abeja reina”, una mujer biológica que ha triunfado en el mundo de los hombres, tal como lo fue también en su tiempo Margaret Thatcher o Benazir Bhuto en Pakistán pero eso no basta. Sobre las “abejas reina” o mujeres que tienen éxito sin profesión de fe feminista hay un abrumador escepticismo si no desdén. 

 

Cuando veo el símbolo feminista del puño comunista con el logo feminista, me produce un íntimo desasosiego porque es eso lo que están construyendo aunque a las almas ingenuas y simples solo les hablan de igualdad y no discriminación, y miles de mujeres son progresivamente modeladas para convertirse en peones de una lucha supremacista que concederá a las mujeres todos los derechos y los hombres serán supeditados como un género inferior en su planteamiento de lucha política. Este planteamiento viene de las ciencias sociales y la llamada interseccionalidad que propugna que sean los que han padecido discriminación por su género –que no existe-, raza –que tampoco existe-, cultura, su orientación sexual los protagonistas revolucionarios. Es decir, este bloque que busca la hegemonía -un concepto marxista de Gramsci- son las mujeres maltratadas por una sociedad de hombres, los inmigrantes explotados, los homosexuales y lesbianas, los bisexuales, los que no se sienten de acuerdo a su biología, los trans, los/las queer, los negros… La dicotomía entre explotados –los trabajadores- y los explotadores –los capitalistas, la iglesia, el ejército, el poder- ha sido transmutada en otra contradicción diferente teniendo en cuenta que muchas veces son los trabajadores los que son más machistas, homófobos o transfobos. Lo increíble es que buena parte de la izquierda está abandonando a los trabajadores que se sienten más arropados por VOX, el Frente Nacional Francés o el mismo Trump que tuvo más de setenta millones de votos… 

 

Esta es la nueva revolución pendiente. 

 

Para el/la que quiera saber más de la cuestión le recomiendo la lectura de El día del ajuste de Chuck Palahniuk con el fondo de una revolución en USA donde se crean tres estados, uno para negros (Negrotopía, uno para gays (Gaysia) y otro para blancos (Caucasia), llevando al límite las contradicciones neomarxistas en la sociedad americana. Otro libro sumamente interesante es La masa enfurecida: cómo las políticas identitarias llevaron al mundo a la locura de Douglas Murray. Otro libro basado en el mundo estrictamente científico frente a las alucinaciones de las ciencias sociales sobre la cuestión de las diferencias sexuales es el siempre interesante La tabula rasa de Steven Pinker de comienzos de los años dos mil. 

29 comentarios :

  1. Cualquier virtud, cuando se fanatiza se convierte en un vicio peor que el que se quería erradicar.
    Un abrazo

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    1. Ciertamente, hay muchas cosas justas que el feminismo ha conseguido a lo largo de la historia, sin su contribución no hubieran sido posibles avances decisivos y positivos para la humanidad, pero en los últimos años han sucedido transformaciones que suponen un acelerón radical a la lucha feminista y me surgen dudas de que todo lo que se está ideando sea correcto y que sepamos en realidad qué está pasando y adónde se quiere llegar. Igual no todo es bueno, quiero saber más. Y que lo pensemos.

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  2. Has seleccionado esa opinión, a priori llamativa, de Cristina Almeida como punto de partida para posicionarla como paradigma del feminismo que vivimos en estos tiempos.

    He clicado en el enlace y es una respuesta lanzada al vuelo, fugaz, de Cristina a una pregunta súbita de Ferreras. Pero teorizar a raíz de la respuesta escueta de una militante (Cristina Almeida), dentro de las muy diversas opiniones que habrá en la familia feminista, no deja de ser un juego de hipótesis plausibles pero que, de momento, es eso, mera hipótesis, juego especulativo sobre el futuro que se cierne sobre nosotros.

    Teorías sobre la noción de los sexos versus cuestión de género hay unas cuantas, podemos seleccionar cualquier matiz y establecer una hipótesis sobre el futuro inminente, todos hacemos este tipo de cábalas, algunas tienen más recorrido en su aspiración de ser posible y otras menos, pero siempre se mueven el terreno hipotético.

    No me creo ninguna leyenda de una futura conspiración feminista para alcanzar esa gloriosa supremacía sobre los hombres, no le atribuyo a la mujeres, hablando en general por supuesto, ese pensamiento perverso, pérfido, de intentar someter a la otra parte de la Humanidad; los hombres, como sí hicimos nosotros con ellas. No ignoro que dentro del colectivo feminista las habrá radicales en su planteamiento, pero son elementos dispersos que no lograrían contaminar el grueso del conjunto y su prudencia.

    Desde luego, en la complejidad que le atribuyo a toda la amalgama que forma el feminismo, no me cabe esa expresión del feminismo como un “molde” (cuando estableces esa analogía entre el feminismo y su símbolo puño en alto, de aire comunista), y lo que sigue después:

    “(…) miles de mujeres son progresivamente modeladas para convertirse en peones de una lucha supremacista que concederá a las mujeres todos los derechos y los hombres serán supeditados como un género inferior en su planteamiento de lucha política”

    Como idea es impactante, a pesar de su aire panfletario venga de donde venga, pero a la hora de convertirla en un hecho con visos de realidad… la veo un corto recorrido, pienso que sería neutralizada desde el propio feminismo, fíjate lo que te digo, un movimiento que por su propia naturaleza busca distanciarse de las connotaciones belicista que imperan en el mundo masculino.

    Supongo que el feminismo es un ente complejo en el que conviven personalidades dispares, ideas no idénticas sobre la propia feminidad y que aspiran a un mismo objetivo, dirigirse hacia la igualdad en muchos aspectos de la vida, lejos de ser un molde que busca crear un arquetipo en serie, fabril, de mujeres militantes.

    Y desde luego, en el sentido de aspirar a esa paridad en muchas cuestiones pertinentes, es la nueva revolución pendiente, como señalas.

    Un fuerte abrazo, Joselu.

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    1. Bienvenidas tus matizaciones, Paco, eso es lo que pretendía: crear debate y contraste de ideas. Ciertamente, el feminismo está en ebullición y hay muchas corrientes dentro de él, es cierto, pero fluye rápidamente la idea de “que queremos ser iguales que los hombres, pero, sin duda, somos mejores”. Se ha expresado repetidamente por importantes mujeres como la directora del FMI, Christine Lagarde, que la crisis financiera de 2008 fue causada por los hombres, que si Lehman Brothers hubieran sido Lehman Sisters, el resultado habría sido diferente. En definitiva que el mundo sería mejor si gobernaran las mujeres, que es lo que dice Cristina Almeida, una líder histórica destacada del feminismo español. En todo caso, en el feminismo norteamericano, que marca el del resto del mundo, gravita la citada idea de la interseccionalidad a la que no has aludido. En Podemos y sus representantes está muy potente esta idea, no tanto en el PSOE. La izquierda o cierta izquierda está ideando otra forma de construir una hegemonía política que gira inevitablemente en torno al concepto de poder en el sentido de Foucault. Las mujeres en este sentido no podrían conseguir nada signficativo si no dispusieran del poder. El logo del puño feminista o los eslóganes de “Future is female” que rezan algunas camisetas en estas fechas revelan que de forma firme esto figura entre sus objetivos. Puedo admitir que hay muchas corrientes y que la relación del feminismo con la ideología trans es conflictiva y no necesariamente unívoca. En todo caso, reiteradamente los hombres son señalados como culpables, como acosadores, como participantes de la cultura de la violación, como puteros, como ineptos, como machos alfa que aplastan a las mujeres... Esto ha avanzado, Paco, en muy pocos años. Esta situación hace diez años era impensable igual que fue un aldabonazo el Me Too, o I believe you por el que se concede total veracidad al testimonio de una mujer -o varias- sin pruebas para hundir la vida de un hombre. Esto ha sucedido en cinco años. El día de la mujer trabajadora pasaba como una fecha relativamente reivindicativa y no en la fiesta religiosa en que se ha convertido y en la que los hombres que no nos creemos machos alfa, rápidamente nos ponemos el color lila diciendo que también somos feministas. Necesitamos que nos perdonen y manifestamos que estamos en el mismo barco. Pero este barco tiene unos capitanes cada vez más radicales y todo pasa cada vez más rápido.

      No quiero decir que los cientos de miles de mujeres que celebraron el ocho de marzo sean todas radicales, no es así. Pero en las revoluciones leninistas siempre hay una vanguardia concienzada que es la que dirige la revolución que puede llegar a situaciones que no habían sido previstas por la mujer sencilla que lo único que quiere es cobrar lo mismo que los hombres y que no se asesinen mujeres por el hecho de serlo. En todo caso, las revoluciones por la conquista del poder las llevan a cabo élites profesionales, no las masas. Y en ellas se están cociendo ideas suficientemente radicales para que seamos capaces de pensarlas. Solo pido que participemos no solo como consortes aquiescentes de nuestras compañeras sino como sujetos reflexivos que quieren saber adónde vamos. Un abrazo, Paco, y gracias por hacerme pensar.

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  3. Tengo bastante lío mental en esta cuestión, sobre todo por esto de los trans, pero es evidente que el feminismo es algo transversal que afecta a ricos, pobres, derechas, izquierdas .... También es cierto que siempre han sido mas activas las izquierdas en esta cuestión. No hay mas que recordar que cuando se aprobaron las leyes del divorcio, del aborto, del matrimonio homosexual las derechas votaron en contra.
    Nunca he escuchado dentro del movimiento feminista que su objetivo sea conseguir un poder solo femenino y relegar a los hombres como un género inferior. Las feministas hablan de conseguir la igualdad. El sistema de cuotas es algo que siempre se propone como una medida transitoria, para superar una situación actual de clara desigualdad.

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    1. Como el feminismo es transversal y afecta -de distinto modo- a ricos y a pobres (no es lo mismo una ejecutiva de la city londinense que una currante que friega escaleras), a derechas e izquierdas, es uno de los ejes de la interseccionalidad de las víctimas del sistema. Esto ha dividido radicalmente los Estados Unidos. Del tema Trump no nos hemos enterado ni en una mínima parte pero setenta y tres millones de personas lo han votado y uno de los ejes es precisamente la interseccionalidad que segmenta a los norteamericanos en sectores explotados como escribo en la entrada: por un lado las feministas y mujeres explotadas, los negros, los homosexuales, las lesbianas, los trans, los inmigrantes... Y esto recibe una respuesta rotunda por parte de por lo menos la mitad de América y promueve la realidad de partidos extremos como pasa en España con VOX o el Frente Nacional u otros muchos que seguirán creciendo. Las consignas en la lucha por la hegemonía siempre son sencillas y razonables -la lucha contra la desigualdad, los asesinatos de mujeres, los derechos de las mujeres- pero hay en el programa que hay detrás más cosas que han crecido geométricamente en los últimos años. Hay que pensarlo, solo pido eso.

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  4. Has citado una persona combativa (eso no lo pongo en duda porque aún recuerdo lo de los asesinatos de Atocha donde ella formaba parte de ese equipo). Ahora bien, no comulgo con ella, como no lo hacía don Julio, por motivos precisamente que llegan al fanatismo.
    Le he escuchado hablar en muchas ocasiones, y es partidaria de las cuotas, no del intelecto de quienes ocupan cargos.

    Las insignias y los logotipos dicen lo que quieren decir, y no me gustan los puños en alto, como no me gustan las amenazas de Rufian; como detesto las algaradas de Vox o de Arran, como me asquea al "bon cop de falç" y la guillotina del Robespierre.

    Por otra parte, huyo de quien por el mero hecho de ser mujer, como la persona que has puesto de ejemplo, se cree con derecho "a", tal como huyo del hombre que por el mero hecho de serlo se cree superior a las mujeres.

    Te comenté en una ocasión que soy un tipo afortunado, si no hubiera sido por mi mujer no creo hubiera traspasado nada, y para decir esto no hace falta ser feminista, sólo tener un poco de sentido común.
    Un abrazo
    salut

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    1. Estoy de acuerdo contigo y creo que nos entendemos que las mujeres han sido esenciales en nuestra vida: nuestras madres -aunque tú no sabes de la mía, como yo sé de la tuya-, nuestras amigas, nuestras amantes, nuestra mujer... Siempre me he encontrado con mujeres más fuertes que yo y lo he aceptado porque era la realidad. Pienso que las mujeres tienen poder, ya lo creo que tienen poder, toda mi vida las mujeres lo han poseído frente a hombres débiles porque los hombres somos débiles y ellas fuertes. Otra cosa es el mundo exterior donde han brillado más los hombres y las reglas las han marcado -las hemos marcado- nosotros. Ahora se abre un periodo incierto en que hombres y mujeres han visto trasmutadas las reglas que los relacionaban. Muchos ejecutivos ya no se fían de las mujeres porque piensan que pueden aprovecharse de ellos tras el Me Too. Una mujer, más si es atractiva, siempre marca las reglas. Los hombres pierden la cabeza por ellas. El conflicto es muy complejo y se ha simplificado, el resultado es la creciente desconfianza entre sexos -o géneros-. No sé cuál será el futuro pero pienso que muy problemático.

      En cuanto a Cristina Almeida, yo no sabía mucho de ella, pero en su reacción frente a otra mujer -de derechas y, por lo tanto, menos mujer- es para sentir pavor del feminismo.

      Yo también soy afortunado con la mujer que está a mi lado. Sin ella, mi vida habría ido a la deriva. Otra cosa es que yo comulgue con las derivaciones cambiantes del feminismo y el género.

      Salut, Miquel.

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    2. Una mujer, más si es atractiva, siempre marca las reglas..." No lo dudo un instante.
      Te explico una anécdota: En una ocasión gerencia quiso una oficinista más y la sección de plástico un operario más. Ella debía tener inglés perfecto. Como responsable de RRHH me acerqué a la Oficina de Empleo de Santa María de Barberá, y comuniqué mis deseos a una de las operarias. No había pasado dos días que ya me habían enviado a más de cinco mujeres y muchos más varones para el otro empleo.
      A lo que voy. Recuerdo que fue la tercera o cuarta entrevistada la que me gustó. Rondaba la cincuentena. Muy personal, con un inglés impecable escrito, con don de gentes y se le veía preparada, de hecho lo estaba. No había dado el si definitivo a la Oficina de Empleo cuando a la tarde se presentó también otra mujer. Espectacular. El inglés menos que justo y poca soltura. Tenía unos ventcinco años. Le pedí que adjudicara una foto en el curriculum, dado que no la había puesto y sacó dos del bolso. Una del rostro y otra que me enseño fugazmente, desnuda.
      Tuve la fortuna que justo en ese instante picó a la puerta uno de los máximos accionistas de la empresa. Por dos motivos, el primero para dar por resuelta la entrevista; el segundo porque esta chica , hubiera podido traerme problemas posteriores, no porque mirara la foto,no, sino porque al igual me hubiera podido acusar de cualquier cosa si por aquellas no la elijo en la entrevista.

      Ahí había un testigo. La despedí con un apretón de manos y no la volvía llamar. Al final, el máximo accionista, que se había enterado de la selección de personal, me presionó para poner a su sobrina en secretaría, por cierto, una verdadera filfa de inutilidad manifiesta.

      salut

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    3. La historia que nos traes es suficientemente indicativa de una realidad que se pretende esquivar. Esa mujer puede que estuviera desesperada y fuera la única forma en que pensaba que podía ser contratada o puede que fuera una oportunista que basándose en su predisposición abierta al sexo esperaba tener ventaja sobre las demás candidatas. En el Me Too ha habido una eclosión de verdades sobre lo que era Hollywood en las relaciones entre directivos y candidatas a papeles en las películas, pero eso no impide que esto fuera un juego conscientemente jugado por las que quisieran promocionarse. No veo a las mujeres solo en el papel de víctimas como ahora se las quiere presentar. Históricamente han tenido muchas cartas a su favor y muchas las han sabido jugar con maestría frente a hombres encumbrados que caían como corderillos frente a ellas. No, no pienso que la mujer solo tenga el papel de víctima, es algo mucho más complejo. Salut.

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    4. Vamos a usar la comparación con los judios, emancipados en el siglo XIX (y perseguidos en el XX). No podían ejercer tal, tal y tal oficio, y practicamente solo les quedaba en comercio o el préstamo. Entonces se les acusaba de engañar o practicar la usura. Quiero decir: peleaban por la vida con las dos únicas armas que les habían dejado. Unos las usarían mal y otros con justeza. ¿Dónde está el peligro - y de qué manera, como se vio luego-? En la generalización. En la acusación colectiva. La acusación colectiva a los hombres es injusta, la acusación colectiva a las mujeres es injusta. Claro que la mujer espectacularmente bella va a usar ese arma allí donde pueda usarla. Ni lo dudes. Hedy Lamarr uso la belleza en Hollywood, y la inteligencia como ingeniera. También los hombres usan la belleza para conseguir cosas... En fin, que no se puede generalizar a partir de uno, dos, o un centenar de comportamientos individuales en un proceso de cambio que implica a miles de personas, creo yo...

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    5. Disculpas si los comentarios parecen cortantes... No es la intención. Es el escribir con prisas y con la inevitable sensación, para mi siempre en redes sociales, de 'debería estar haciendo otra cosa y no debería meterme en un debate que igual me llevo a la almohada y vuelta a ello mañana', que sale todo un poco en modo slogan, en plan atajar rápido...

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    6. El tema es lo suficientemente complejo, Javier, como para que nosotros también nos lo planteemos desde una perspectiva de género no como meros comparsas. Ciertamente hay muchos motivos para la revolución feminista pero nosotros también tenemos muchas cosas que decir, y la voz de los hombres es silenciada, no sé si porque no existe o porque está tan culpabilizada que no se atreve a hablar. Yo no me siento culpable de la situación de la mujer en la historia ni actualmente. Entiendo tu estilo que es perfectamente comprensible. No me parece cortante.

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  5. -Los fanatismos, sean de la índole que seaN se desparraman.Como mujer, madre, hija, hermana, hasta ahí, aunque no estés muy de acuerdo pues intentas luchar por tus derechos.Cuando una persona en su plena capacidad de decidir, ya sabe a que atenerse.Estamos hablando de un país como España que ha sido muy machista y eso no lo discute nadie.Pero una cosa es luchar por unos derechos para mejorar tu condición y que se te reconozca tu trabajo o lo que representas .A que tiranicemos las cosas, creo que debemos de castigar a estos maltratadores/as que también las hay y luchar para ser más compañeros y nos rivales.Y admito que soy bastante reivindicativa pero las cosas con mesura y buenos propósitos salen mejor y las disfrutamos también.

    Para muestra un botón en la UE, el papel de la mujer es bastante relevante: estoy de acuerdo que hacen faltan más .

    En profeSiones como medicina, enfermería, abogacía, etc hay bastantes afortunadamente y trabajan codo con codo hombre mujer y lac ondición de cada cual no pinta nada sino los derechos...
    Donde hay follón, malas interpretaciones , crispación es:cuando esta sabia de politicuchos de tres al cuarto buscan arrimar su sardina a su ascua.

    Unión, respeto, y cuando se es madre , te das cuenta que todos tus hijos sean de la condición que sean son lo mejor que tienes.

    Un abrazo



    Que se tiene que luchar por los derechos a decidir ser... o no ser.
    Por unos derechos en igualdad de condiciones laborales.

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    1. España ha sido machista como muchos otros países del mundo y todos hemos avanzado y ahora estamos en una de las mejores circunstancia para la mujer en occidente. Pero parece que estamos al borde del genocidio en las perspectivas que se exportan.

      Hay hombres maltratadores y también mujeres maltratadoras, esto es un tema que no se aborda. Yo lo conozco bien a fondo. Yo viví muchos años con una madre maltratadora pero no he he escrito un Me Too ni he querido sacar generalizaciones sobre ello. Mi impresión de las mujeres es dual. No podría vivir sin ellas, pero también me han hecho mucho daño. Una de las genialidades del feminismo es que los hombres no podemos hablar sobre las mujeres. Claro que podemos. Esenciales, eso no cabe duda, pero perversas y crueles, eso también. Mi relación con las mujeres ha sido siempre respetuosa y en pie de igualdad. No tengo nada que reprocharme. Y en mi trabajo como profesor, lo he encontrado totalmente feminizado. Yo nunca he visto la explotación de las mujeres en mi experiencia, aunque sin duda existe. Pienso que se exageran cuestiones que pueden ir resolviéndose por el sentido común. .

      Un abrazo.

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  6. ...LO ÚLTIMO SE HA QUEDADO RELEGADO, PERO TAMBIÉN VALE:)

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  7. No sé... creo que tienes razón en lo que analizas, pero que el feminismo agresivo es solo una pequeña parte del feminismo, como los grupos partidarios de la acción violenta, digamos, son una parte ínfima de la izquierda, y que un socialdemocrata nada tiene que ver con un simpatizante del Pce-r, y un conservador moderado no tiene nada que ver con un gritón fascista... Pienso que lo que sentimos como ataques personales a veces nos llevan a tomar posiciones que de otro modo nunca adoptaríamos... cosa que es uno de los objetivos del ataque personal, cuidado ahí. Yo también me he sentido atacado en alguna ocasión en textos o comentarios a viva voz desde posiciones feministas. Se me quita dándome un garbeo por las emisoras o prensa de derechas, donde el ataque lo percibo por todos los lados, jajaja. En serio, tan de la emancipación (voy a usar esta palabra en lugar de revolución porque la creo más realista sin dejar por ello de ser política, pues emancipación es lo que trajo la Revolución francesa para amplias capas sociales), tan de la emancipación, digo, feminista es Margaret Tatcher, como Angela Merkel, como Condolezza Rice (olvidadísima por el fandom de Kamala Harris) y todas las políticas, que no son pocas, de las derechas españolas. Para mi la emancipación de la mujer es un proceso histórico muy evidente, y lo celebro, han cambiado las formas de la economía y de la creación de valor, la fuerza bruta cuenta mucho menos, la inteligencia más, y en la inteligencia no hay diferencias...

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    1. Ciertamente hay muchas vertientes del feminismo, pero algunas son muy agresivas con los hombres. Hay una corriente que tiene como lema "los hombres son basura" o "mata hombres", luego matizan, es cierto. Pero veo aquí un problema de fondo. Las mujeres -víctimas- se arrogan todos los derechos de las víctimas y paralizan a los hombres que han sido los acosadores, maltratadores, asesinos, explotadores, violadores, etc, etc. ¿Y los hombres no tenemos ninguna perspectiva sino sentirnos culpables? Ante esto me rebelo. Claro que tengo mucho que decir. Mi discurso no está en función del discurso feminista por benévolo que pueda ser. Yo también tengo cosas que decir. Pero las víctimas, supuestas o no, quieren reducirnos al silencio culpable. Y yo no lo acepto. Entiendo su revolución, impulsada esencialmente por las redes sociales que controlan el mundo, pero no quiere decir que yo la acepte literalmente. Es un problema complejo y que tiene muchas aristas. Yo no soy un maltratador, no soy un violador, no soy un acosador, pienso que también tengo algo que decir, no quiero sentirme arrinconado. La filosofía de las víctimas que tanto se estila no me convence en absoluto.

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  8. Hola, Joselu:
    El tema que tocas es muy sensible en la actualidad. La anécdota de Cristina Almeida se queda en eso, una anécdota, aunque cierto es que da mucho juego a las cadenas televisivas de las que ella saca sus buenos réditos. Yo no le haría ningún caso, aunque como tú pienso que es tonto e injusto el adscribir una defensa de la mujer a una ideología que sólo busca ese 52% que representa la mujer en el censo electoral. Yo creo que esa es la razón fundamental que se esconde tras las manifestaciones públicas de los/las políticos de esa formación. La prueba es que -lo acabo ahora mismito de leer- que la ministra de igualdad acaba de decir que su marido, el vicepresidente y lider de Unidas Podemos, resulta que no está comprometido con el cuidado de los niños y ella por ese motivo debe de recurrir a cuidadoras e incluso a su propia madre. En fin, tras leer estas cosas todas las teorías sobre género y sexo, la elección de la identidad y cosas así es que ya me resbalan porque no me creo nada ni creo a nadie que así se manifiesta.
    Un fuerte abrazo, amigo

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    1. Sí, ciertamente, es un tema sensible y la anécdota de Almeida pueda ser circunstancial pero está en línea de importantes corrientes del feminismo internacional. Al parecer de las mujeres solo pueden hablar las mujeres y ante eso me rebelo. No lo acepto. No quiero que me culpabilicen porque yo no soy culpable y no se me pueden atribuir como género o sexo el pasado de la humanidad. Dicho esto, puedo no creerme nada porque el movimiento está lleno de contradicciones tremendas. Pero el pensamiento correcto está avanzando geométricamente en el mundo. Ayer leí que la traducción al catalán de una obra de una poeta norteamericana había sido rechazada porque el traductor era hombre, y la editorial americana exigía que la traductora fuera mujer, negra y activista. Pienso que por aquí todavía no intuimos por dónde van los tiros. Pero soy aficionado a leer ensayos sobre la realidad norteamericana que termina condicionando a todo el mundo menos China y siento que hay motivos para estar preocupados. Igual que las mujeres pueden hablar de los hombres y no paran de hacerlo, los hombres también podemos hablar de las mujeres, con respeto, con ecuanimidad, con inteligencia. Un fuerte abrazo también para ti, Juan Carlos.

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  9. Excelente Paco, simplemente excelente.
    para una mayor ilustración, no para ti Paco, tú la tienes, a la prueba está, la ciudad de las mujeres, Cristina PIzzano (1405).

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    1. Muchas gracias, Selva, siendo una mujer tan culta como eres, me siento halagado, La ciudad de las mujeres, una lectura muy apropiada, sin duda.
      Un fuerte abrazo.

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  10. Incorporo al debate un artículo de una feminista reconocida, laura Freixas, que se opone a la Ley "Trans" de un Ministerio que tiene muy poco de igualdad:
    https://www.lavanguardia.com/opinion/20201110/49375673882/la-ley-trans.html
    Hace tiempo me llamó la atención la queja de una mujer, supongo que "a secas", sin más complicaciones, de unos 40 años, que se quejaba de que la oferta para emparejarse no existía: o están casados o son gays. Como he conocido a aguerridas militantes del feminismo que predicaban el hirsutismo espontáneo y natural como liberación del estereotipo de la mujer "construido" por el machismo, no me quiero ni imaginar lo que ha de ser, hoy, "construir" una relación amnorosa con alguien que se guíe por ese feminismo que tú denuncias en el artículo, que no deja de ser un "supremacismo"en nada distinto, a otro nivel, del político del nacionalismo. Son complejas, ¡mucho!, las relaciones entre los hombres y las mujeres, pero, por si algo faltaba para animar el cotarro, parece que ahora se están complicando hasta el delirio las relaciones entre mujeres. Estoy viendo Las niñas y me parece que la película da pie para reflexionar sobre lo pernicioso de la segregación por sexos y la falta de una relaciones de igualdad reales. En fin, ahí dejo la aportación. Y suscribo tu artículo, Jose, de arriba abajo. De mí, en todo caso, solo sé decir que he construido, aquí sí que es apropiado el concepto, una convivencia afectiva de igualdad cuya larga duración -¡toco madera!- no sé si depende de nuestro entendimiento o de que azar nos bendijo con su capricho, en todo caso, jamás nos hemos planteado como reflexión la existencia de la misma (la igualdad): la respiramos en cada uno de nuestros actos.

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    1. No he podido leer el artículo que enlazas porque hay que inscribirse o es directamente para suscriptores. Sé que en Estado Unidos se ataca con verdadero odio a las feministas que cuestionan el tema. Las llaman TERF (feministas radicales transexcluyentes) y las califican de putas TERF. El libro que estoy leyendo La masa enfurecida de Douglas Murray me da cuenta del ambiente crispado y de locura que hay en torno al feminismo, las minorías sexuales, o el racismo en la vida norteamericana. Ha surgido un fanatismo antiblanco, antimachista y antiheterosexual que es difícil calibrar de momento desde España donde nos llegan noticias de allí muy diseminadas. La figura de Trump no está lejos de la reacción de parte de la sociedad ante el peso delirante de lo establecido como políticamente correcto. La agresividad es gigantesca a nivel de redes sociales que son las que marcan y establecen qué es lo correcto. Y en el interior de las universidades los conflictos son terrribles... Las políticas identitarias están llevando a un país a la bancarrota, y tras leer lo que leo, pienso que Estados Unidos caerá por sus propias contradicciones identitarias.

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  11. Coincido con lo expuesto aquí por Paco Castillo. Y me da que estamos atrapados en un tiempo de cambios vertiginosos que a muchas personas les coge con el paso cambiado.

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  12. En mi opinión los hombres no somos iguales que las mujeres y añado que tampoco hace falta, ni creo que sea deseable. Eso es una cosa y otra muy diferente es eliminar el intelecto del 50% de la Humanidad que es lo que sea hecho hasta hace poco.
    La Igualdad de Oportunidades, para mi, es un pilar del desarrollo de la Humanidad, más "cabezas pensantes" (de las de verdad) significa más desarrollo, más avances y creo que más bienestar.
    Tampoco creo en la discriminación, ni positiva, ni negativa, para realizar un trabajo, el que sea, debe exigirle lo mismo a un hombre que a una mujer y si eso significa que hay colectivos donde los hombres no aparezcamos o donde no aparezcan mujeres, tampoco pasa nada. SE que esto no es políticamente correcto, pero si, por ejemplo, para ser bombero o guardia, se exigen determinadas condiciones para ejercerlo estas deben ser las mismas para todas las personas que aspiren al mismo, porque si hay un incendio y tienen que sacar a una persona de una casa en llamas el fuego, el humo y el calor no discriminan, no hay incendios para hombres e incendios para mujeres. Hay personas que pueden hacer ese trabajo y otras que no pueden y esos baremos no pueden depender del sexo y creo que nadie puede sentirse discriminada por que, habiendo las mismas pruebas para todos, ella o él no pueda pueda acceder en igualdad con el resto de aspirantes. Al final se trata de que la sociedad avance, que cada persona que haga de la mejor manera lo que mejor sabe hacer, es mi opinión. A lo que soy radicalmente opuesto, como cualquier persona con dos dedos de cabeza, es que en un país civilizado se elimine la presunción de inocencia y que un colectivo decida quién es culpable y quien no y que solo la declaración de una persona pueda meter sin juicio a personas en la cárcel o que un testimonio valga más que otro, como en los tribunales de la Inquisición. No se puede hacer Justicia con INjusticias.

    Un saludo.

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    1. El problema, Daniel, es que el género de ser mujer ha dejado de ser meramente biológico para convertirse en una elección de carácter cultural. De hecho, si tú quisiera ser mujer solo tendrías que decírnoslo y en lugar de ser Daniel serías Daniela y todos tendriamos que acatar tu decisión. Así Daniela sería vendedora de camiones. Ese es el estado de la situación ahora mismo. El sexo ya no se llama sexo, se llama género y es un constructo social que cada uno elige. Cuando nacemos "nos asignan un género" que luego podemos cambiar por nuestra propia elección. Así hay mujeres trans que ganan en competiciones deportivas porque antes eran hombres y tienen mayor fortaleza física. Un saludo.

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  13. Tal vez en los momentos de decadencia final de las civilizaciones, como el actual, como el helenístico, poco importa el tema de las disputas. Son discusiones propias de la opulencia final de la civilización, en el sentido de que puede mantener sin ser productivos a miles y miles de individuos, en contraste con el único brujo o sacerdote que podía financiar cuando se inició su devenir. Una masa tal de "pensadores", aburridos de su propia existencia ya repetida cien veces por siglos, no puede más que dar lugar a estas disquisiciones que para mí no reflejan sino el hastío de reproducirse que experimenta la sociedad en tales circunstancias. Un abrazo, Joselu; ¡gracias por seguir mostrando interés en el análisis del mundo en que vivimos!

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    1. Eso pensaba yo cuando escribía: que estos son problemas de un primer mundo hastiado. Me he enterado que los trans es un fenómeno cada vez más extendido: adolescentes que cambian de sexo, perdón género, como una forma de consumismo más. Hay vídeos que reflejan estas transiciones contrarias a la biología y a la genética en muchos casos y que expresan la enorme alegría y banalidad con que se realizan las citadas transiciones con dosis elevadísimas de hormonas durante años más hipotéticas intervenciones quirúrgicas a cargo del contribuyente, claro. En España empieza a aparecer el fenómeno pero el Estados Unidos, Reino Unido y otros países europeos es ya una circunstancia cada vez más extendida. El sexo asignado al nacer es circunstancial y se puede elegir a temprana edad ya cambiarlo por otro. Sí, que creo que son hechos de final de civilización como escribes, debido al cansancio y a la falta de alicientes. He leído que un hombre presentó a los tribunales su deseo de cambiar la edad que tenía basándose en que uno podía cambiar de grupo racial, de sexo, ¿por qué no de edad? Un abrazo, Francisco.

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