He oído sin apenas respirar el discurso
de Juan Goytisolo al recibir el Premio Cervantes 2014. Me disponía a
escucharlo con unas ciertas vibraciones contrarias a tenor de alguna opinión
que había leído sobre él. Quiero decir que en alguna manera esperaba un
discurso decepcionante por parte de uno de mis escritores de cabecera. Sí, yo
he sido un seguidor de la carrera de Juan
Goytisolo. En los años setenta devoré la literatura experimental de su
trilogía Señas de identidad, La
reivindicación del conde don Julián y
Juan sin tierra. Me cautivó su ensayo Disidencias
reivindicando la literatura en la periferia, la producto de la mezcla gozosa
entre las culturas árabe, cristiana y judía como El libro de buen amor, La Celestina, La lozana andaluza y su plena
identificación con Cervantes, Quevedo... Disidencias
me llevó en tercero de Filología a
plantear un trabajo sobre la literatura
de la disidencia y en los márgenes. Se lo planteé al director del Dpto. de
Literatura, Víctor García de la Concha.
Me miró con aire suficiente y calificó a Goytisolo
en su despacho de la universidad de Zaragoza
de “revistero”, bien para
publicaciones como Triunfo pero
totalmente inoportuno como crítico literario. Me aconsejaba de paso leer a Marcelino
Menéndez Pelayo y no a Goytisolo.
Aun así, planteé mi insuficiente trabajo sobre la literatura de la disidencia,
probablemente con no demasiado acierto.
Goytisolo estuvo detrás de mi primer viaje en solitario, recién llegado a
Barcelona. Había leído Campos de Níjar
y aquel libro solar para mí me llevó a querer conocer esta comarca almeriense,
lo que hice en la semana santa de 1981. No me defraudó y hallé bastante
afortunada su descripción en un tiempo en que Almería todavía era un paisaje pobre entre África y España.
Luego leí con enorme gozo sus libros
autobiográficos, Coto vedado y Los reinos de taifas en que aparece la
asunción de su homosexualidad y su relación con el escritor Jean Genet en medio del devanar
biográfico en un tiempo y una geografía de la posguerra. En la Universidad Autónoma de
Barcelona hice algún trabajo sobres sus libros iniciales, Juegos de manos, Duelo en el paraíso, La
resaca...
Nunca Goytisolo ha sido cómodo para el poder. Su perspectiva mudejar
buscando la proximidad de las tierras de Marruecos
en su vida, le llevó a vivir en este país durante largas temporadas. Fue un
escritor comprometido que buscó otros asideros que los convencionales,
desgajándose, como afirma en su discurso, de la carrera por el triunfo de los literatos que buscan aparecer en los
medios. Él fue así al principio, según reconoce. Luego, a medida que maduraba,
se arrinconó comercialmente buscando ser fiel a sí mismo y reconociendo en el
triunfo una derrota. En el discurso de Goytisolo
alienta claramente esta concepción. El “stablishment”
político y cultural quiere premiarlo con el mayor premio de las letras hispanas
y él se pregunta por qué y sabe que quieren comprarlo para darse lustre ellos.
No lo premian a él. Se premian a sí mismos aprovechándose de su figura. Pero él
es un excéntrico y no quiere convertirse en concéntrico en esa etapa de la
vejez en que uno se vuelve deseoso de homenajes y adora el reconocimiento en
medio de lagrimillas de emoción. Si le premian es para cagarse en su cabeza
como nos decía Thomas Bernhard en
uno de sus vitriólicos libros. Su discurso resonó en el paraninfo de la
universidad de Álcalá de Henares
como una bofetada en el rostro de todos los que estaban allí para homenajearlo.
Habló de la vida de Cervantes, de
sus penurias, de su prisión, de su total anonimia hasta que publicó en 1605 la
primera parte de El Quijote. Y El Quijote, para Goytisolo, es un libro de lucha contra la injusticia, un libro a
favor de los desahuciados, de los africanos que pugnan por cruzar la valla de Melilla. Sentí que los que estaban allí
escuchándolo se removían en su asientos incómodos. Allí estaba Ignacio González, el presidente de la
comunidad de Madrid, el rey, la
reina, altas instancias políticas, militares, económicas y culturales que se
apretujaban en la reducida sala del paraninfo de la universidad de Álcalá. Goytisolo les estaba arrojando
a sus rostros la mierda que querían descargarle en su cabeza. Aceptaba el
premio, tal vez necesite en su vejez el importe de la dotación. Pero en su
vejez no iba a convertirse en un viejito cómodo y agradecido. Siguió en la
línea de incomodidad que le ha caracterizado siempre, o desde algún momento en
que decidió convertirse en un escribidor, tal vez escritor y no en un literato,
que no busca la gloria.
Me gustó su mención explícita a los nacionalismos tan pungentes en nuestro país, y su disidencia con ellos, reconociéndose solo ciudadano de la patria cervantina, y contrario a la búsqueda de los restos de Cervantes para convertirlos en reclamo turístico de relumbrón.
Miré atentamente sus ojos mientras leía
el discurso con bastantes equivocaciones de dicción. Sus ojos eran limpios, no
buscaba la revancha. Él había obtenido todo lo que humana e intelectualmente es
deseable sin abandonar la periferia, esa periferia sexual y cultural en que él
se instaló lejos del sistema productor de la cultura oficial que es
condescendiente con el poder para ser noticia. Me hubiera defraudado si hubiera
detectado en Goytisolo un resentido
como he leído en algunos comentarios. ¿Resentido? ¿Por qué? ¿En qué sentido?
¿Por darles un guantazo a todos los que se sentaban allí? Un guantazo que me
hizo sentir a mí también incómodo porque intuí que también me lo daba a mí...
Entiendo ese sentirse parte de la periferia, una periferia que no anhela estar
en el centro. Ahora sé que no me hubiera gustando encontrarme con un Goytisolo
condescendiente. Tenía una oportunidad que él no había buscado. Se identificó
con Cervantes, otro periférico y
arremetió lanza en ristre contra la Santa Hermandad allí sentada en un discurso
inusualmente breve y en el que mencionó lo innombrable como Alfred Jarry en su primera obra, Ubu
Rey, mierda.
Tal vez fue un error darle el premio a Goytisolo, pero los que se lo dieron
sabían qué podían esperar y no se fueron defraudados. Ni ellos ni yo. Quizás
fue inoportuno y displicente, pero también combativo, comprometido, suyo, de Goytisolo, fiel a sí mismo.
También estoy profundamente movida, te diría, felizmente conmocionada, si cabe, por lo que he oído y visto. Convengamos que las caras y el lenguaje corporal de los presentes en la ceremonia es todo un texto a ser escrito aparte del maravilloso discurso que, sin duda alguna, pasará a la historia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo transatlántico.
Fer
Sí, efectivamente, ver al público no tiene precio. Habló de los nacionalismos, de los desahucios, de la valla de Melilla y cada estocada calaba donde debia. Supongo que a los que escuchaban no les debió impresionar demasiado pero esos instantes fueron impagables. No tenían que haber premiado a Goytisolo. Siempre ha tenido fama de arisco, de tierno displicente, de hombre alejado del centro. No ha sido extraño que él haya discurseado así.
EliminarUn abrazo, Fer, desde Cornellà hasta la hermosa Argentina.
Impagable. Como le he dicho a Luis Antonio, el primero en publicar el link al texto completo del discurso en su espacio ,así es que, si te interesa leerlo simplemente, como ejercicio de distanciamiento o enfriamiento, ahí lo encuentras, aunque ya está disponible en pdf si lo googleas. No tiene desperdicio. Les agradezco profundamente a ambos por la visión que me han dado de la recepción del mismo desde España. Realmente, la necesitaba para reconfirmar mi inmensa alegría al escuchar con suma atención y contemplar en incredulidad y éxtasis lo que considero lo mejor que he escuchado de boca de un verdadero escritor en años, y dicho tal como a mí me gusta: a bocajarro. No tendrá una gran maestría como pieza literaria pero es contundente, tal como lo anuncia desde el título, va al punto desde el llano y para el llano, y llega a toda la audiencia sin desviarse ni un momento, cosa que no es fácil de lograr en un contexto como ese. Es muy interesante el manejo de contacto visual que realiza Goytisolo. Por eso digo que todo aquello que no está escrito y se ve da para escribir un texto paralelo interesentasímo desde varios puntos de vista.
EliminarOtro abrazo.
Fer
Sin duda es un texto que busca pelea y polémico, nada complaciente ni con tirios ni con troyanos. Y tiene controvertidas lecturas, como las que he leído en el blog de Luis Antonio por parte de Carlos Alberto. No deja de ser cierto que Cervantes luchó contra los musulmanes en la batalla de Lepanto o fue preso por ellos durante largos años. ¿Qué perspectiva tendría ante ellos actualmente? Esto Goytisolo lo ignora. No deja de ser la suya también una apropiación del discurso de Cervantes a favor de sus tesis o estilo de vida, tan relativa como cualquier otra.
EliminarOtra objeción que se me ocurre al discurso de Goytisolo es que cuando Don Quijote se dedica a deshacer "tuertos" y libera a los galeotes que son llevados a galeras por la Santa Hermandad, estos le devuelven el favor apedreándolo y golpeándolo dejándolo magullado y afrentado. ¿Tiene esto equivalente en la España actual, en la Europa actual? Puede que más que lo que parece.
En resumen, toda perspectiva es relativa, incluida la de Cervantes (aunque es inusualmente amplia) y la de Goytisolo, así como la de todos que han aplaudido el texto (porque es antiespañol y no perciben que es también antinacionalista) o lo han vituperado por su inoportunidad. Es un texto de combate y esto me gusta. Me hubiera desazonado encontrarme a un Goytisolo lamiéndose las heridas y agradecido sin ganas de presentar combate contra los follones que estaba allí cuyo rostro es digno de una litografía jajajaja.
Gracias, Fer, por tu amistad y participación. Un abrazo.
Es curioso, yo no lo he oído, pero lo he leído, y me he sentido muy decepcionado y más todavía por el "montaje" al que se ha prestado. Si quería violentar al poder, me temo que ha sido el poder quien ha absorbido su heterodoxia en pantuflas, algo caduca y vacilante frente a modelos combativos que parecen amenazar bastante más la hegemonía del bipartidismo reinante. NI su prosa me pareció a la altura de él mismo. Acaso porque se advertía que estaba fuera de allí, que no iba con él y que era el trámite a que le obligaba el mecenas para poder cobrar el cheque. Algo de D. Qujote en la cortge de los duques había en el acto, y allí solo, en su silla, sin nadie alrededor, destacado en su insignificancia, en modo alguno se advertía en él el formidable debelador de los "males de la patria" contra los que siempre ha usado un acerado verbo, sino al ingenuo hidalgo en su caballo de madera, aunque sin su grandeza, como si Goytisolo no creyera ya en su propio poder iconoclasta. Al final parece que se impuso la educación burguesa de ser cortés incluso con quien representa el poder y su capacidad opresiva... A su manera, más radical fue Rafael Sánchez Ferlosio en el suyo de 2004, porque, de hecho, nadie de quienes allí estaban debió de enterarse de nada. Otra cosa hubiese sido si hubieran tenido la oportunidad de seguirlo en lectura individual, pero oído... ¡Menuda bofetada la suya al público que aguanto estoicamente la lección magistral!, que lo fue, y densa como siempre han sido sus artículos en El País o antes en sus ensayos de Las semanas del jardín, título que tomó de Cervantes, de una obra perdida de la que solo el título nos ha llegado. En fin, que el mundo del pensamiento y el de la realidad siguen yendo, en este país, por derroteros marcadamente diferentes.
ResponderEliminarHabía leído tu opinión en FB y tenía intención de leer el texto del discurso, pero no lo he encontrado, así que he tenido que verlo en imágenes. Creo que tú no lo has visto. En las imágenes se puede ver el temple y la intención o no intención de Goytisolo. Esperaba tener un sentimiento contrario a él y ya me había predispuesto a escribir críticamente sobre su discurso, hasta que lo he visto y le he escuchado, a la vez que veía al público que estaba allí. Ha hablado llanamente pero cada estocada tenía sentido por los que allí se sentaban. Tal vez simple, no retórico, tal vez ya inmerso en la vejez y el desasimiento de cualquier otras pretensiones. No me ha desagradado y ello que lo oía predispuesto en contra. Miraba sus ojos y en ellos se podía leer que no estaba dictado por el resentimiento sino por una íntima coherencia consigo mismo. Vi incluso ternura en ellos. Creo que tendrías que verlo además de leerlo. Ver a Goytisolo entre los maceros ridículos que lo flanqueaban, ver a Ignacio González y a la plana mayor del PP, al rey y a la reina incómodos pero tremendamente atentos. El silencio se podía cortar con guadaña. Ver el ambiente es realmente interesante.
EliminarLa íntima coherencia consigo mismo, Jose, ¿incluye su declaración de que estaba dispuesto a ir al notario para asegurar que "nunca" aceptaría el Premio Cervantes? A lo mejor hablaba del mismo notario al que fue Mas...
EliminarEl ambiente lo vi, y se veía enseguida que alguien había cometido una equivocación. En realidad, por esas declaraciones, ambas partes se equivocaron.
Estoy leyendo una larga, prolija y apasionante biografía de Valle Inclán. A este escritor lo tenemos por un genio, innovador y profundamente revolucionario del estilo, de la novela y del teatro de su tiempo. Sin embargo, su vida es profundamente contradictoria y paradójica. Unía su adscripción carlista y tradicionalista con el socialismo revolucionario y el leninismo. En su segundo viaje a Mexico, agasajado por el gobierno mexicano de López Obregón ignoró a sus compatriotas españoles que estaban siendo expropiados por la reforma agraria, aceptó la tesis de que los españoles habían sido en la historia de México, "salteadores de caminos", cuando en su primer viaje había participado en un duelo por la defensa de la herencia española... Quiero decir con esto que la vida es el arte de contradecirse. Todo nos contradecimos continuamente. Pocos son tan monolíticos de permanecer siempre y en todo momento como absolutamente coherentes. Por ejemplo, Juan Poz, veo que en el discurso de Goytisolo hay una buena parte que lo podrías haber escrito tú. Cuando hace la distinción entre el literato y el escritor de largo aliento que no busca la fama y al que no le importa el éxito, que este puede darse mucho tiempo después de su muerte. No me cabe duda de que eres un aprendiz de escritor, que no buscas ser mediático. También veo coincidencias en su adscripción a la patria cervantina y el rechazo de los nacionalismos, la consideración como la vida de Cervantes como difícil y contra corriente, la crítica a la realidad de los desahucios... Veo más coincidencias contigo que disidencias.
EliminarQue él diijera que no lo aceptaría y que luego lo haya aceptado, ¿qué importancia tiene? Ha cambiado de opinión, vete a saber por qué.
¿Unamuno era coherente? Nadie más incoherente que Unamuno y más profundamente contradictorio y, sin embargo, alejados del ruido y la furia de su tiempo en que levantó pasiones encontradas, lo hallamos profundamente coherente en su contradicciones, literarias y políticas.
Yo ni sabía que había afirmado que no lo aceptaría y el 99 por ciento de los que hemos leído o escuchado el discurso no lo sabíamos, pero no nos importa. Es una pequeña nota a pie de página en su virtual biografía que reseñará una literatura francamente interesante y aleccionadora. Fíjate que yo he comprado "El cuaderno de Sarajevo" para mi dispositivo de lectura tras la concesión del Cervantes. Para mi sorpresa, el precio digital de las obras de Goytisolo es muy reducido y asequible, y ello es producto tal vez de su voluntad de poner su literatura a precios razonables para los lectores. No llega a 2€ la citada obra. Esto es importante.
Acepto las similitudes conmigo, aunque eso va en su demérito. Tengo una vara de medir simplista: ¿Puedo escribir yo lo que leo? ¿Sí? Pues poco vale, dado que hablamos entre un don nadie y un don alguien, por lo general, con una reputación y hasta con una consagración.¿No puedo escribirlo, como el discurso de Rafael Sánchez Ferlosio? Ahí hay alguien, al menos para mí, verdaderamente grande. Juan Goytisolo jamás siguió el consejo que nos dio a los aspirantes a escritores allá por el 75 o el 76 en el Colegio de Arquitectos de Barcelona: "No se dediquen Vds. exclusivamente a la literatura. Tengan un empleo." A posteriori pienso que quería quitarse competidores de en medio... En todo caso, por lo que hace al precio, es curiosa la relación directa que hay entre cierto crédito artístico, cierto renombre, y la escasa venta de sus obras. Después de Makbara, la obra de Goytisolo literalmente dejó de interesarme, y su obra periodística tampoco me entusiasma, porque cae de lleno en el horrendo y nefando vicio de la corrección política, unido a la imposibilidad del ejercicio imaginativo de la ironía, su gran carencia. En cualquier caso, Jose, a mí esa contradicción me parece capital. De todos modos, me he enterado de ella hace poco, pero ya en el acto vi que aquel hombre de feísta indumentaria no pintaba nada allá donde estaba. Y su discurso, si lo comparo con el de Ferlosio -en la filología comparar es una obligación, al contrario que en la vida ordinaria- una manera de apurar el trámite o, como dicen en la tauromaquia, una faena de aliño. Sartre rechazó el Nobel por cierto.
EliminarLas contradicciones son el alma de la vida, sin duda. Y no sería capaz de leer a nadie que no las tuviera. Desde ese punto de vista, Goytisolo siempre las ha tenido, pero no eran contradicciones de tipo ético, sino íntimas o estéticas. La ética, que es nuestro modo de ser social, tiene ciertas exigencias que no se pueden obviar, me parece. Y paro, que me chicleteo...
Eliminar
Sartre rechazó el Nobel por coherencia, pero once años después intentó cobrar el importe del mismo (1975). Ello soliviantó a los sartrianos de aquel tiempo SARTRE RECHAZA EL NOBEL PERO INTENTA COBRAR EL IMPORTE DEL MISMO
EliminarAlgo así es lo que ha hecho Goytisolo: rechaza e insulta a los concedientes y se lleva la pasta..., tras abreviar el trámite para coger el cheque. Lo de Sartre, a posteriori, no es comparable a lo de JG. Lo veo más como Monedero. Recuerda que impulsaba el periódico maoísta que le costaba un pico...
EliminarAcabo de ver el discurso completo, aunque quisiera ver otras imágenes menos complacientes que las de TVE. No se puede decir más y mejor en poco más de diez minutos. No ha dejado títere con cabeza, no hay más que ver las caras de algunos asistentes, sobre todo las de quienes no le aplaudieron, que ya hay que tener cuajo... Se despachó a gusto sabiendo que era el momento de hacerlo, de dar voz a quienes no la tienen y de decir bien claro, para quien supiera entenderlo (tengo mis dudas al respecto, dada la cortedad de algunos "ilustres" presentes), que muchos no nos creemos las patrañas oficiales y mantenemos el espíritu de rebeldía que tan caro le costó a Cervantes. Siempre me ha asombrado e indignado la capacidad que tiene el poder de aprovechar a grandes de todo tipo en su propio beneficio, no porque les admiren sino porque venden mucho. Lo malo es que muchas veces el experimento resulta fallido y les explota en la cara la carga oculta. Pobre Cervantes, ahora utilizado como atracción turística... Estén donde estén sus huesos seguro que se están removiendo de indignación. Hace bien Goytisolo en decir lo que piensa, le han brindado la mejor plataforma y la ha utilizado como debe ser. Hartos estamos de escuchar bobadas en boca de quienes arrastran millones de seguidores, hay que recordar que aparte de esa bazofia hay otras posibilidades mucho más valiosas, sensatas e inteligentes. Goytisolo, ya en la etapa final de su vida, presumiblemente, se permite el lujo de mostrarse tal cual es, sin falsas cesiones a lo establecido incuso en su vestimenta. Me parecen vergonzosas las críticas que ha recibido. La verdad siempre es incómoda, como asegura el refrán, pero no hay que ocultarla, hay que mostrarla con valentía pero sin afán de revancha, como bien dices. Los rastreros son quienes buscan venganza, sobran ejemplos, por desgracia. Goytisolo ha demostrado que se puede ser claro sin utilizar palabras gruesas y torticeras. Estaba tranquilo, seguro de sí mismo. Yo de mayor quiero ser así, conocedor de grandes autores y con la experiencia que dan los años vividos. Bravo por él.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, colega.
Yo buscaba el texto del discurso, pero fui poco hábil y no lo encontré, así que lo vi en pantalla. Cambia sustancialmente la cuestión porque podemos encontrarnos con su mirada, con sus gestos, con el lenguaje no verbal de él mismo y de los asistentes. Me reconfortó hallar en él al mismo autor que no se ha situado nunca en territorios excesivamente cómodos y sí más bien beligerantes contra cierta concepción de lo español. Ya en su trilogía citada que culmina en Juan sin tierra, él renuncia a la España oficial, a la de la Inquisición, a la dominadora, a la de Menéndez Pelayo (Y su Historia de los heterodoxos españoles) y se alinea con la literatura y los escritores disidentes, mezcla gozosa que incluye la herencia morisca, algo que él ha realizado con su cercanía a la medina de Marrakech. Es un punto de vista excéntrico, con sus aciertos o no, pero suyo, personal. No deja de ser una especie de escritor que se identifica con la aversión a lo español en todas sus variantes, desde las oficiales y periféricas, incluidas las de su Cataluña natal. Tengo la impresión de que esto no es posible en otras literaturas como la francesa, la inglesa, la norteamericana en que hay un algo nivel de identificación con el país. Y pienso que no todos que lo elogian comprenden bien que sus aceradas palabras son también contra ellos.
EliminarUn fuerte abrazo, Yolanda, el hada de este espacio.
El discurso de Goytisolo tiene momentos gozosos que merecen la pena ser degustados con tranquilidad y reiteración. Es también a su manera un discurso de las armas y las letras, muy cervantino por la pasión que pone en defender la literatura y el compromiso ideológico. Como dices, quienes le concedieron el premio habían de saber cuál era la respuesta esperada, por lo no creo que se sintiesen tan incómodos, y menos en un país en el que están tan acostumbrados a engañar y estafar sin sentir el más mínimo sonrojo. En fin, que Goytisolo se nos irá algún día dejándonos al menos la satisfacción de no haberse rendido al halago de los poderes vanos.
ResponderEliminarSentí parecida incomodidad ante los representantes de los distintos poderes, en la aceptación del Premio de Ana María Matute. Ella detestaba la política y los políticos y puedo hacerme idea de su embarazo al estar metida en medio de todos ellos. Su discurso no fue combativo en el sentido político -hubiera sido una contradicción- pero, sin duda, tuvieron que ser unos momentos poco agradables ser homenajeada por lo que ella más abominaba. Goytisolo no se mordió la lengua y con educación fue dejando caer sus cargas de profundidad en los presentes. Eso sí, me pregunto cómo actuaría Goytisolo en una entrega de un importante premio en Marruecos. ¿Iría vestido desmañadamente y sus palabras serían beligerantes hacia los anfitriones? Buena pregunta ¿no?
EliminarUn grande que está muy por encima del rencor de sus críticos. Imprescindible.
ResponderEliminarEn todo caso tiene una perspectiva inédita, todo lo discutible que se quiera, es cierto, pero poco usual al combinar su resentimiento contra la España castiza, esa del noventa y ocho, y su asunción del mito del conde don Julián que abrió España a los árabes con su traición. El otro día en su discurso hizo salir también su resentimiento que lo vertebra desde el principio, él que procede de clase media acomodada, culta, comerciante, viajada... No hay que desestimar el resentimiento como fuerza de creación literaria en un sentido u otro. En esta España nuestra está a la orden del día. Él habló desde el resentimiento interiorizado y otros le responden desde el suyo. ¿Es malo el resentimiento? Depende. Como fuerza creativa es formidable si hay materia gris detrás. Sus hermanos Luis y José Agustín asumieron otro papel en la triada creativa de la familia. No hay que descartar que en sus posiciones respectivas políticas y vitales haya resto de sus juegos de infancia. Algún día alguien tendría que hacer la biografía de esta familia, o una película algo así como El desencanto de Chavarri sobre los Panero. Yo solo defiendo el derecho de Juan Goytisolo a hacer el happening teatral que desee en su recepción del premio Cervantes. No deja de ser algo que merece ser vivido el recibir un premio mayor y permitirse despreciar a los que se lo dan. El mundo es una controversia como decía también el controvertido Ramón del Valle Inclán.
EliminarEs el mundo es mejor porque existen este grupo de viejos irredentes que siguen defendiendo su visión del mundo cuanto el sistema eso que se ha llamado CT, Cultura de La Transición, intentan normalizarlos convirtiéndolos en imaginería para sus iglesias y ceremonias.
ResponderEliminarA Goytisolo antes de su canonización actual nos lo vendieron como un misántropo insoportable y tan desabrido como para irse a vivir a Marruecos. Interesaba verlo así, como interesa ver de igual manera a Ferlosio por ser los últimos resistentes en la trinchera en las que otros han claudicado.
Saludos
Una carencia de Juan Goytisolo es la ironía, el humor. Es algo que no le viene de serie. En su discurso no hubo un solo pellizco de ello. En definitiva y defendiéndolo creo que aprovechó el momento intensamente pero no le añadió una pequeña dosis de ligereza. Todo fue solemne. Ello delata que él también se cree muy importante para no desacralizar su enfado con la España castiza a la que él hace mucho ha renunciado. Es posible que él siga a Cervantes en muchas cosas, pero no está capacitado para la ironía cervantina que hace que el autor del Persiles y Segismunda entre otras obras, meta el dedo en el ojo sin hacernos sentir mal, no proyectando su visión desencantada del mundo y no dejando que la amargura al final domine en su discurso, antes la tristeza. Si algo tengo que reprochar a Goytisolo, autor al que he leído y leeré, es que dejara predominar la amargura en su alegato ideológico-literario y político. Realmente se sintió importante a pesar de que despreciaba el premio, pero ¿a quién no le gustaría verse en una situación semejante?
EliminarSaludos también, Dr. Krapp. Un placer leerte por este espacio de continua revisión sobre lo dado y que carece de verdad definitiva. Solo hay fragmentos de intepretación que se contradicen unos con otros, como la vida.
Tengo la suerte de no conocer a Goytisolo por su obra, asi leo su discurso y veo perlas como estas:
ResponderEliminar"Una cosa es la actualidad efímera y otra muy distinta la modernidad atemporal de las obras destinadas a perdurar pese al ostracismo que a menudo sufrieron cuando fueron escritas"
Coincido plenamente en este parrafo:
"En vez de empecinarse en desenterrar los pobres huesos de Cervantes y
comercializarlos tal vez de cara al turismo como santas reliquias fabricadas
probablemente en China, ¿no sería mejor sacar a la luz los episodios oscuros de su
vida tras su rescate laborioso de Argel? ¿Cuántos lectores del Quijote conocen las
estrecheces y miseria que padeció, su denegada solicitud de emigrar a América, sus
negocios fracasados, estancia en la cárcel sevillana por deudas, difícil acomodo en el
barrio malfamado del Rastro de Valladolid con su esposa, hija, hermana y sobrina en
1605, año de la Primera Parte de su novela, en los márgenes más promiscuos y bajos
de la sociedad?
Sí, mientras se suceden las conferencias, homenajes, celebraciones y otros actos oficiales que engordan a la burocracia oficial y sus vientres sentados, (la expresión es de Luis Cernuda) pocos, muy pocos se esfuerzan en evocar sin anteojeras su carrera teatral frustrada, los tantos años en los que, dice en el prólogo del Quijote, “duermo en el silencio del olvido”:ese “poetón ya viejo” (más versado en desdichas que en versos) que aguarda en silencio el referendo del falible legislador que es el vulgo. "
Y ya, sacar de quicio las cosas politicamente me parece muy de este país donde los titulares tapan el fondo, ese fondo que a pocos interesa y por el que Don Quijote abandono familia y hacienda y se lanzo a los caminos.
No simpatizo con Podemos por muchas razones que no voy a exponer, pero me importa poco la filiación política de este señor, me parece más importante, viendo su discurso, lo que escribe. Leeré algo de él, para eso sirve el Cervantes, para que gente como yo conozcamos a gente como Goytisolo y lo leamos.
Un saludo
Yo sí conocía a Goytisolo pero tenía malas referencias de su discurso. Sin embargo, vi sus imágenes y oí lo que decía y poco tenía que objetar. En conjunto me gustó. Es cierto que la vida de Cervantes era todo menos exitosa. Era más bien una historia de fracasos y estrecheces, pobreza. Y él era ya viejo en su tiempo. Tenía cincuenta y ocho años cuando publica la primera parte de El Quijote y sesenta y ocho cuando publica la segunda. No le sirvió de mucho el éxito pues no existian los derechos de autor y sus libros se reimprimieron sin aportarle a él ganancias. Se habla mucho de El Quijote y menos de su vida azarosa, desafortunada. No veo un desacierto que Goytisolo haya expresado la conexión de su obra con las injusticias de ahora y lo ha hecho con un lenguaje llano, sin exhibición de estilo alambicado. Cuando él escribe, sus estructuras no son fáciles. Es complicado elegir un libro inicial para leerle porque puedes tener una experiencia negativa. Yo acabo de comprar en Amazon el Cuaderno de Sarajevo sobre el cerco que sufrió esta ciudad en la guerra de los Balcanes. Entre otras cosas es un libro comprometido y combativo.
EliminarEn las tomas de postura contra él, hay muchos apriorismos, fobias, tirrias ... pero si nos ceñimos al discurso es impecable, salvo quizás la alusión a Podemos. Pero no me importa demasiado.
Se le ha reprochado que dijera que no aceptaría el premio y que luego lo haya aceptado, pero ¿quién no ha cambiado de opinión en la vida? Y más en un asunto tan complejo como este. No le doy la más mínima importancia. Uno dice cosas y luego las consulta con su almohada.
Saludos.