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martes, 23 de diciembre de 2014

¿Qué es Podemos?


Como habrán advertido “podemos” es la forma del presente de indicativo que corresponde a la primera persona del plural del verbo “poder”. Viene a decir que sí podemos hacer algo. ¿Qué exactamente? Esa es la pregunta que intentaremos darle contestación. Por otro lado “podemos” es la primera persona del plural del presente de imperativo del verbo “podar” lo que es una significación que se une a la idea de posibilidad de hacer algo y que añade la de cortar las ramas que sobran y que impiden que crezca con fuerza el árbol. Una poda estacional es necesaria para recuperar el vigor de crecimiento. Poder y podar. El caso es que una formación política nueva de momento extraparlamentaria ha irrumpido en el panorama político español amenazando su estructura tradicional de dos grandes partidos (PP y PSOE) que se alternan en el poder de manera que recuerda el periodo de la Restauración que inició Cánovas del Castillo. Estos partidos heredan la Transición del franquismo a la democracia y los equilibrios que se urdieron, así como la posterior evolución que ha desencadenado una indignación generalizada en plena crisis por la corrupción del sistema político resultante que ha dado tantos y tantos ejemplos de podredumbre que nos han llenado de desolación y amargura.

Podemos ha aparecido y en poco tiempo se ha convertido en una expectativa seria y contundente que amenaza dicho equilibrio. Su propósito es quebrar el candado de la transición y entrar en debates como la forma de estado, el bipartidismo opresivo propiciado por un sistema electoral no proporcional, las listas cerradas de partidos, la existencia inútil del senado, controlar a los poderes fácticos como la banca y las energéticas que se propician como la puerta de salida de los gobernantes una vez acabada su etapa ejecutiva, de tal forma que no se sabe qué es apéndice de qué... Asimismo pretende proteger a los sectores más precarios como son los que sufren desahucios, cortes de electricidad en invierno, parados, dependientes ... proteger la sanidad y enseñanza públicas que están siendo desmanteladas. También ha propuesto dejar de pagar los intereses de la deuda internacional que se consideren abusivos o injustos.

Todas estas son reivindicaciones que se extendieron con las movilizaciones del 15M y que no parecían tener salida eficaz. Recuerdo que entonces voces discrepantes con estas manifestaciones dijeron con suficiencia: “si quieren intervenir en política, que formen un partido y que se presenten a las elecciones”. Lo decían con un tono irónico creyendo que esto era imposible.  El sistema estaba atado y bien atado. De esos perroflautas del 15M no podía salir nada sólido. Eran una barahúnda desarrapada que acampaban en las plazas públicas de las ciudades pero no expresaban más que una cultura ingenua y utópica. Ja, pensaban. Lo sorprendente es que esa predicción no ha resultado certera y esas movilizaciones importantes han dado lugar a una formación política que ha cuajado y que se llama Podemos (poder y podar). Han partido de la nada y hoy por hoy aparecen en las encuestas de intención de voto como una formación política que rompe la estructura del sistema político español.

Horror.

Aquí damos un manual rápido de respuestas que se han dado para situarlos y desenmascararlos.


¿Quién los paga?
 Respuesta: Venezuela, Irán.

¿Qué son?
Populistas demagogos que dan respuestas simples a problemas complejos.

¿Qué pretenden?
Instaurar un sistema político de estilo bolivariano apoyados en movimientos de masas manipuladas.

¿Qué pasaría si llegaran al poder?
Que el sistema financiero internacional dejaría caer a España por la incertidumbre que eso refleja. Dejarían de llegar créditos y se hundiría la confianza en la estabilidad española.

¿Qué son en realidad?
Lobos con piel de cordero que disimulan sus afanes totalitarios pero que pretenden controlar la libertad de expresión amenazando los grandes grupos informativos. 

¿Cómo son sus propuestas?
Totalmente ingenuas y demagógicas pues nada de lo que proponen se puede pagar ya que las arcas del estado están vacías.

¿Qué son los principales líderes de Podemos?
Profesorcillos universitarios que encandilan a las masas y las narcotizan con sus mítines y sus intervenciones mediáticas en televisión.

¿Quiénes son los receptores de sus mensajes?
Individuos huérfanos, sin personalidad, que se dejan ilusionar por sus propuestas y las creen factibles sin darse cuenta de la terrible complejidad de la estructura económica internacional.

¿Qué hacen en realidad los líderes de Podemos?
Hacen de encantadores de serpientes, tocando una música atrayente, para hacer bailar a las masas que abdican de su personalidad para izar a unos individuos al poder, pero lo que hacen es abrir el camino de la senda al infierno.

¿Qué expresan sus propuestas?
Un desconocimiento absoluto de la realidad y recuerdan las quedadas para fumar porros de los años sesenta en que los participantes se daban a imágenes oníricas y psicodélicas  que no tenían nada que ver con la realidad. Hasta Fernando Savater tiene ataques de risa leyéndolas.

¿Qué amenazan?
Claramente al sistema democrático y las libertades que tanto nos costó recuperar. 

¿Quién es en realidad Pablo Iglesias?
Una especie de psicópata iluminado al estilo de Hitler que pretende arteramente entregar España a un experimento bolivariano.

¿Qué pasaría si triunfaran?
Que España se desharía por sus tesis incautas de admitir el falaz “derecho a decidir” y este país se sumiría en el descrédito internacional lo que propiciaría el hundimiento de su economía y el desarrollo de formas autoritarias y populistas de control del poder.

¿Qué es lo mejor que puede pasar?
Que los dos partidos estatales se unan para impedir cualquier atisbo de influencia de esta formación mefistofélica, populista y demagógica.

Yo estoy evolucionando y no dejo de mirar esta formación política con interés. El otro día estuve en el mitin de Pablo Iglesias en Barcelona y tuve ocasión de contemplar la entrega de los asistentes a esta intervención. Sin duda levantó expectación y pasión. Los ataques continuos que ha sufrido no han disminuido sus expectativas electorales. Es como si la gente hiciera oídos sordos a esta sarta de razones que se aducen en su contra.


¿Qué es Podemos? El otro día lo interpretaba como un ejercicio adolescente de rechazo del poder establecido y que no quiere mancharse de suciedad, que quiere seguir siendo puro. Tras ver el mitin de Iglesias en el que no participé emocionalmente ni me fundí con los participantes en su culto al líder, he advertido que es algo muy serio y que despierta enormes simpatías en amplios sectores de la sociedad que no admiten interpretaciones como las arriba recogidas que pueden ser más explicadas por el miedo a lo desconocido y la crisis del modelo político.  El miedo ante la historia que de pronto se puede abrir impetuosa para quebrar el status quo. Me pregunto si esto sería equivalente a lo que sintieron los poderes conservadores cuando advino la segunda república en 1931.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Ejercicio deplorable de narcisismo


¿Su nombre?
Ya lo sabes.

¿Edad?
La que tenía Cervantes cuando publicó la primera parte de El Quijote.

¿Qué libro le gustaría haber escrito?
Vuelo nocturno de Antoine de Saint-Exupery.

¿Su vicio inconfesable?
Tengo muchos. Y no se puede escribir sobre ellos.

¿Su mayor virtud?
Mi capacidad de darme la vuelta en la cama, poniendo la cabeza donde los pies y viceversa. Eso se aplica también a la vida.

¿Qué líder político sería?
Charlie Chaplin en El gran dictador.

¿Todavía tiene sueños?
Eróticos, de vez en cuando, pero son eso sueños.

¿Qué le aporta el blog? Lleva ya nueve años en esto.
Fluidez de escritura, capacidad de expresar un texto a partir de algo mínimo.

¿Ha hecho amigos con esto de los blogs?
Creo que sí, pero también enemigos. Ha habido conflictos muy intensos. Es como la vida.

¿Su pasión?
Escribir y sobre todo la fotografía.

¿Cómo fue su niñez?
Una niñez ideal para curtirme en la desdicha y prepararme para una adultez equilibrada.

¿Es la infancia un paraíso?
Los cinco o seis primeros años te conforman. Ya eres. El resto es desarrollo de esa semilla inicial.

¿País que le gustaría visitar?
Creo que ninguno en especial. Lo que existe en mi habitación no dista demasiado de lo que ocurre en el país más exótico del mundo. Mi padre me decía que él conocía todo el mundo sin moverse de la butaca del cine. Al final he sabido que él era menos dañino que tanto turista que pervierte con su presencia la belleza de tantos y tantos lugares.

¿Le gusta Sebastiao Salgado?
Me abruma. Lo veo mesiánico, grandilocuente, ajeno a mí.

¿Le gustaría que le dieran un premio? Habla tanto contra ellos que da la impresión de que está necesitando que le den uno.
Puede ser. Nunca lo rechazaría. Hay más vanidad en rechazar el premio que en callarse y aceptarlo. Pero ¿quién me va a dar un premio a mí?

¿Qué personaje literario le hubiera gustado ser?
Aliosha, uno de Los hermanos Karamazov.

¿Su fiesta preferida?
Ninguna. La navidad más feliz que he pasado últimamente fue una Nochevieja en que mi mujer estaba internada en el hospital por neumonía. La pasamos los dos solos, ella con cuarenta de fiebre. Me libré de la cena familiar. Me comí un bocadillo de jamón.

¿Es asocial?
Esencialmente sí.

¿Su deporte preferido?
Caminar hasta quedar extenuado. Luego comer croquetas requemadas.

¿La sensación más poderosa que recuerda?
Subirme a un escenario y representar una obra sin acción entre dos personajes a lo largo de dos horas delante de cuatrocientos chavales de Formación Profesional dispuestos a machacarnos. Se llevaron un chasco.

¿Es narcisista?
Mucho, pero un narcisista que tiene sentido de la medida, creo.

¿Qué le gustaría hacer a los ochenta y cinco años?
Poder tirarme en paracaídas.

¿Su posición preferida?
Cualquiera que ayude a la mente a pensar.

¿Es divertido?
El otro día mi hija me proponía que escribiera un libro con mi sentido del humor. Yo le dije que no lo entendería nadie. Dudo que sea realmente sentido del humor. Pero a mí me hace reír.

¿Una película inolvidable?
Breve encuentro de David Lean.

¿Un momento del día?
El amanecer.

¿Se cree atractivo?
Tanto como un boniato en sazón.

¿Qué cambiaría de su vida?
Creo que nada. Es perfecta en su terrible imperfección.

¿Se siente culpable de algo?
De casi todo. No entiendo a esas personas que repiten que viven muy tranquilos y que no se arrepienten de nada. Yo me arrepiento de muchas cosas, que tal vez fueron inevitables.

¿Cree en el destino?
En cierta manera sí. La alternativa al destino es el azar absoluto. Y yo percibo que hay algún tipo de sentido oculto, que hay que descubrir.

¿Es rencoroso?
No lo sé. He sido más bien incauto en mi vida y algunos lo han aprovechado, pero no les guardo rencor. Tal vez era necesario.

¿Le gusta el mar?
Pasear por una playa desierta en invierno me cautiva. Los colores del invierno son fabulosos.

¿En qué época le ha gustado vivir de las que ha vivido?
Me atrajo la euforia vitalista de los años sesenta que percibí siendo niño. A la vez me sentí en la línea del existencialismo que sobrevoló el siglo XX. Hoy los gurús del pensamiento son Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckenberg, google. Agradezco haber vivido un tiempo anterior a la tecnología. Es algo que mis hijas no podrán comprender.

¿Pasearía desnudo por una playa desierta?
Tal vez, en soledad.

¿Le agrada estar solo?
Mucho. Necesito una vida equilibrada para disfrutar de la soledad. La soledad es el más excitante de los paraísos. Una soledad buscada, eso sí.

¿Le gusta ser profesor?
Al cabo de más de treinta años de serlo, he de reconocer que he vivido momentos cumbre en la enseñanza y momentos de hundimiento anímico inconmensurable.

¿Ha tenido alguna vez una depresión?
Yo soy una depresión andante.

¿Cree ser inteligente?
No. En absoluto. He dado vueltas y vueltas a las cosas, eso sí.

¿Su funeral anhelado?
Que enterraran mis cenizas en la isla Graciosa, frente a Lanzarote. En la playa, en invierno.

¿Le atrae la muerte?
Mucho. La muerte es lo más interesante que nos sucede en la vida. Es un momento sin el cual nada de lo anterior tiene sentido. Todo encuentra su sentido a posteriori en la muerte.

 ¿Cree que hay vida después de la muerte?
Nadie ha vuelto para contárnoslo. Me mantengo en un escepticismo que no afirma ni niega nada.

¿La persona más importante en su vida?
Mi madre. Me enseñó con su ejemplo cómo no debía ser mi vida.

¿Qué recuerda de su padre?
Que me regaló una radio de galena a los doce años. Nunca me han hecho un regalo mejor.

¿Qué anhela? ¿Qué le falta por vivir?
Una vida plena como fotógrafo. Todo está por hacer.

¿Qué les dice a sus alumnos?
Nada. Sobre todo les enseño a dudar, especialmente de las verdades más evidentes. Son las peores.

¿Es importante perdonar?
Sin el perdón no existe la reconciliación, uno de los momentos más maravillosos de la vida.

¿Se siente importante haciéndose a sí mismo una entrevista?
Ya le dije que era bastante narcisista. Me gusta el desdoblamiento dialógico. En el diálogo está la esencia de El Quijote. Todo artista vive enamorado de sí mismo. No lo puede evitar. Tal vez no lo quiere evitar.

¿Es todo inútil?
No. La lucha tiene sentido. Hay que buscar hacer un mundo mejor. Aunque no se crea en ello.

¿Qué piensa de Podemos?
Se ha escrito tanto sobre ellos y tan mal que empiezan a resultarme simpáticos. Al último que he leído ha sido a Fernando Savater que encuentra hilarante una entrevista a Pablo Iglesias. Desafortunadamente, Savater no ha sido un pensador de talla. Se entregó a lo dado en seguida. Creo que le hubiera venido bien sentir dentro de sí el poder de una tremenda depresión. Lo admiré mucho pero al final se me ha convertido en un articulista menor. Sin interés.

¿Cree que es posible una revolución social?
No.

Pero ha criticado a Savater por rendirse a lo dado. ¿Y usted no hace lo mismo?
Tal vez, pero lo disimulo. No creo en eso taumatúrgico de crear una utopía, de levantarla, de derribar el orden para crear algo nuevo y radicalmente distinto. Siento rabia por pensar esto. Es como el deseo sexual. Se tiene o no se tiene. La vida es distinta con ello o sin ello. La revolución es como el deseo. Me gustaría que hubiera pastillas que excitaran el deseo revolucionario. Las tomaría.

 ¿Se siente fracasado?
No, especialmente. Pienso que he vivido una vida bastante plena y compleja. Nunca he buscado medrar. Se me podría tachar de poco ambicioso. Lo soy. No soy demasiado ambicioso.

¿Qué detesta?
Que alguien tire la piedra y esconda la mano. Que alguien te apuñale y luego diga oh no pretendía hacerte daño.

¿Se siente proyectado en sus hijas?
Creo que no he buscado influirlas. Son demasiado ellas para dejarse influenciar. No lo permitirían. Eso me satisface.

¿Qué piensa del nacionalismo catalán?
Que es una especie de narcisismo imposible de reprimir. No lo entiendo pero muchos se distraen con ello. Les gustan las banderitas, los himnos, la idea de destino, patria, efemérides gloriosas, épica... Todo bastante risible, pero existente. Una vez leí u oí que Josep Carreras llevaba un trozo de senyera en su bolsillo a cualquier parte del mundo que fuera. Nunca la abandonaba. Me imaginé llevando un trozo de bandera de España en mi bolsillo y me sentí ridículo, pero ¿qué se le va a hacer? Es así.

¿Vendería su alma al diablo?
No creo que estuviera interesado en comprarla. No pediría demasiado por ella. Algo más de inteligencia, eso me gustaría. La inteligencia es el más injusto de los dones. ¿Por qué unos la tienen y otros no? Es azar, no es un mérito. No es algo digno de elogio ser listo.

¿Qué añora?
Haber tenido sentido musical y sacar a mi mujer a bailar? Le gustaba.

¿Se considera un muermo?
Bastante.

Despídase con una frase ingeniosa.
Adiós.






domingo, 14 de diciembre de 2014

Carta a los Reyes Magos


Querría que Podemos ganara las elecciones y que se pararan los desahucios, y que los bancos quedaran bajo poder público, y que la Sanidad y la Educación tuvieran mayores presupuestos. Eliminaría el ejército o lo reduciría drásticamente en cuanto a su presupuesto. Enviaría a la familia real al paro y votaría por una república federal. Aumentaría el presupuesto de cultura y bajaría el IVA al mundo de la cultura y los libros. Rebajaría la edad de jubilación a los cincuenta y cinco años y disminuiría la jornada de trabajo para que hubiera más trabajo para todos. Aumentaría las pensiones y pondría una renta básica de inserción para todos los parados. Disminuiría las listas de espera en las operaciones en los centros públicos. Dejaría de subvencionar la enseñanza privada y haría que toda la educación fuera pública, y el que quisiera una privada que se la pagara en su totalidad. Subiría el salario mínimo interprofesional. Derribaría la valla de Ceuta y Melilla y abriría España a los inmigrantes que quisieran venir que serían adscritos a las seguridad social. Sus familias podrían venir con ellos y sus hijos serían acogidos en los centros públicos en una enseñanza integradora sin diferencias entre nativos y llegados. Aboliría la prostitución y legalizaría las drogas, cuya prohibición solo es la fuente de creación de una economía criminal y sumergida. Prohibiría las corridas de toros y dejaría de subvencionar las procesiones en Semana Santa. Rompería los acuerdos con el Vaticano y declararía a España estado completamente laico. El aborto sería libre y gratuito. Controlaría las energéticas que pondría bajo poder público. Los grandes empresarios tendrían que pagar más impuestos, y los ricos estarían en una lista en donde serían controlados. Eliminaría emisiones de CO2 a la atmósfera. Cerraría las centrales nucleares e impediría las prospecciones petrolíferas en Canarias. Aumentaría las plazas de guarderías.

Querría que en el mundo no hubiera guerras, suprimiría los presupuestos de defensa y el tráfico de armas. Expulsaría de las Naciones Unidas al estado racista de Israel. Prohibiría acciones militares en países soberanos. Protegería el Medio Ambiente y daría dinero para la solidaridad en el mundo. El presupuesto español debería subvencionar la deuda histórica que tenemos con África, continente al que explotamos. 

Mis compromisos para todo esto son:

Que se aumenten los impuestos directos para poder pagar todo lo anterior.

No comprar productos baratos que proceden de la explotación de la mano de obra en países de Asia.

Dejaría de querer tener el producto tecnológico de última generación, pues sé que están fabricados en condiciones de esclavitud y suponen una brutal agresión a los países africanos que producen el coltan.

Disminuiría mi consumo energético de un cuarenta a un sesenta por ciento para dejar de emitir CO2.

Renunciaría al coche en la mayor parte de mis desplazamientos y evitaría viajar a países exóticos para evitar la emisión de gases y para disminuir mi gasto.

Pagaría una tasa para acoger a los inmigrantes que llegaran a España y no me importaría que se integraran en grandes cantidades en mi barrio.

Leería más, hablaría más con mis hijos... y les convencería de que menos es más, que no deben estar seducidos por las novedades tecnológicas, que una disminución del nivel de vida del cincuenta por ciento es necesaria e inevitable.

Disminuiría mi adicción a las redes sociales y procuraría conocer más a la gente real de mi entorno. Intentaría hacerme amigo de inmigrantes.

Saldría menos a cenar y haría cenas sociales en mi casa para vecinos con dificultades económicas.

Dejaría de visitar centros comerciales que no son sino La caverna de la que habló José Saramago en donde se nos proyecta un modo de vida que solo hace que estimular el deseo de poseer y de aparentar.

Aceptaría una reducción sustancial de mi sueldo y la de mi ritmo de vida para repartir el trabajo entre todos.

Participaría en acciones solidarias para favorecer la integración de los inmigrantes que llegarían de todo el mundo.

Hablaría menos y haría más.

Prescindiría del aire acondicionado y bajaría sustancialmente la calefacción en invierno.

Compraría lo menos posible y todo a precio real, y mejor a productores que estén en mi entorno aunque sus precios sean más caros.

Llevaría a mi hijo a centros públicos para que esté en contacto con la realidad de su sociedad.

Participaría en la Asociación de Padres como muestra de mi compromiso real con la escuela.

Me preocuparía menos del fútbol y de sus astros que dejarían de cobrar cantidades disparatadas.

Dedicaría más tiempo a la cultura: la lectura, el teatro, la música.

Gastaría menos en moda y una misma ropa serviría para varias temporadas.

No pagaría en negro en ninguna circunstancia.

No votaría a políticos implicados en corrupción aunque fueran de mi partido.

Entre la Nación y la solidaridad escogería siempre lo segundo.


Estos son mis deseos, queridos reyes magos. Espero que los hagáis realidad.




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