¿Qué se puede hacer? Intentar no sufrir, supongo y saber que lo que es imposible es imposible. Pero les aseguro que en estos contextos tan difíciles hay alumnos que luchan por hacerse un hueco, por progresar, por aprender. Supongo que por ellos sobre todo seguimos en la brecha a pesar del insomnio nocturno.
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martes, 27 de octubre de 2009
Insomnio
viernes, 23 de octubre de 2009
La vida al tablero
lunes, 19 de octubre de 2009
La fascinación del mal
jueves, 15 de octubre de 2009
La buena educación
Ilia Popescu es un muchacho rumano que llegó a España hace año y medio. Este no es lógicamente su nombre verdadero. Hoy lo traigo aquí porque me atrae reflexionar sobre él. Es un chico de pelo negro con flequillo y que contrasta poderosamente con todos sus compañeros. Cuando conoció a su tutora de tercero de ESO a principio de curso le llevó una manzana como obsequio y reconocimiento. Parece ser que es una costumbre en Rumanía. La tutora se quedó boquiabierta pero luego advirtió el sentido del regalo. Ilia es un alumno extraordinariamente educado y su comportamiento sin ser pelota se puede decir que está lleno de detalles. Quiero aclarar que no es pelota porque observo que lo que hace le sale de dentro. Cuando llega la hora de salir de clase hay que poner las sillas encima de las mesas, bajar las persianas y apagar las luces. Mis alumnos están tan deseosos de salir que consideran una ofensa que se les recuerde que tienen que poner las sillas en orden. Lo hacen a regañadientes. No así Popescu que coloca más de las que le corresponden y baja las persianas con suma cortesía. Siempre que salimos de clase se despide de mí y me da las buenas tardes o buenos días.
Desde el Aula de acogida a los alumnos inmigrantes se me ha advertido de las probables dificultades que tendrá este alumno con la lengua y que convendría hacerle una adaptación curricular. He visto su rendimiento en estas semanas de clase, he leído su carta de amor siguiendo la estela de la Jeni y puedo decir que ésta fue una de las mejores, de las más poéticas y de las más ricas conceptualmente, a pesar de sus dificultades lingüísticas. Popescu ha aprobado el primer examen con buena nota en una lengua que no es la suya, pero se ve que ha estudiado y eso el profesor lo advierte. En su caso relativizamos algunos errores ortográficos, fruto de su confusión con el catalán, y apreciamos el gran esfuerzo que hace el chaval.
lunes, 12 de octubre de 2009
En el sur de Francia
Este fin de semana del Pilar lo hemos pasado en familia en el sur de Francia. Concretamente el el municipio de Osseja, muy cerca de la frontera. Nos agrada la cortesía francesa, su sentido del humor, el cuidado de sus pueblos, el agua abundante de sus ríos… Hemos ido dos familias con nuestros hijas. Por la noche era el momento de cenar en compañía y de interesantes conversaciones. Quiero compartir una de estas conversaciones que mantuvimos Jorge y yo con un botella de Borgoña del 2003 que estaba delicioso.
El debate entre Jorge y yo pasa entonces a la cuestión de la piratería, el hecho de que cualquiera pueda descargarse sin pagar una película, un disco (o una discografía) o el conjunto de la obra literaria de un autor. Lo que al principio parece una idea genial, el hecho de que el arte sea de libre acceso, se convierte en una realidad perversa que tiene consecuencias nefastas. ¿Cuántos videoclubes han cerrado por falta de negocio? ¿Cuántas salas de cine han cerrado por falta de público? Le hablo a Jorge de las salas de repertorio, aquellas en que se podían ver programas dobles de cine de películas de no estricta actualidad, pero de gran calidad. Estas salas de repertorio han desaparecido. Ya nadie va al cine si no es a ver a precios abusivos películas de rabiosa actualidad. El cine ha quedado circunscrito a la última novedad en cines formato de multisalas. ¿Acaso esta reorientación del cine y empobrecimiento de la oferta tiene también que ver con la piratería? ¿Acaso los altos precios de las salas cinematográficas tiene también relación con el hecho de la piratería, el saber que todo se termina copiando y descargando?
miércoles, 7 de octubre de 2009
Beatrice
Dar clase de literatura en bachillerato es una fuente de posibilidades pero también de desencantos. Hay pocos alumnos que estimen la literatura, que comprendan su alcance, que se den cuenta de su dimensión estética y humana. Creo que el pensamiento que domina nuestra civilización es demasiado pragmático (contra ello alertaba Cortázar), demasiado alicorto y poco ambicioso de grandes ideas o ideales. Los chavales suelen debatirse exclusivamente en torno a sus problemas inmediatos y apenas ven un ápice de poesía, un lenguaje extraño y anómalo. Esta constatación de la pasión por el presente que devora todo, que absorbe todo en un vórtice colosal, la he ido confirmando en las sucesivas generaciones de alumnos que han pasado por mí. Sé que para muchos partidarios de la nueva pedagogía, el pasado es un lastre insoportable y un ejercicio pueril de nostalgia. Nos debemos al tiempo que late aquí y ahora, patrón absoluto de nuestra vida, de nuestras expectativas y de nuestras ambiciones. Esto es lo que hay parece ser el eje de nuestro pensamiento contemporáneo. No importa lo que pudiera ser, lo que tal vez sea, lo que fue o lo que será, importa definitivamente lo que hay. Las utopías no son ya un código de nuestro tiempo, subsumidos en el devenir incesante de nuestros días y nuestras noches. Y con nuestras concepciones juzgamos todo el pasado.
Aquel amor extraordinario para la historia de nuestra cultura fue maravillosamente provechoso y lleno de densidad poética y simbólica.
domingo, 4 de octubre de 2009
Discurso de Wakefield
He dado muchos discursos sobre educación. Y he hablado sobre responsabilidad. He hablado sobre la responsabilidad de vuestros profesores de inspiraros y haceros estudiar. He hablado sobre la responsabilidad de vuestros padres de asegurarse de que permanezcáis encarrilados, que hagáis vuestros deberes y no paséis cada hora que estáis despiertos frente a la televisión o con la Xbox. He hablado mucho de la responsabilidad de vuestro gobierno de implantar niveles altos, apoyando a los profesores y a los directores, y mejorar las escuelas que no están funcionando, donde los estudiantes no obtienen las oportunidades que merecen.
No me he resistido a copiar el discurso de Barack Obama a los estudiantes de secundaria de Wakefield que da paso a la reflexión de Ricardo Moreno Castillo sobre el manifiesto No es verdad que fue dado a conocer en junio pasado. En aquella ocasión tuve la necesidad de razonar sobre aquellas cadenas de reflexiones sobre el estado de la educación en España. He recibido personalmente un correo de Ricardo Moreno Castillo en que me remite su contramanifiesto No es verdad que no sea verdad. Lo enlazo aquí para todos los que quieran disfrutar de una prosa contundente contra ese cúmulo de necedades que es el manifiesto No es verdad. Necedades y despropósitos. Necedades en que se carga toda la situación de la educación en España contra los profesores; necedades en que se establece una dicotomía entre tradición y modernidad poniendo a la primera en un lugar ominoso como si la escuela no fuera un puente entre el conocimiento del pasado (de la historia, de la tradición) y el presente, en sus métodos y en sus contenidos; necedad por no abordar ni en un solo párrafo de su ilación hilarante la defensa del conocimiento, de la transmisión del conocimiento en la educación; ni en su olvido de la responsabilidad de los alumnos de respetar dicho conocimiento, a sus profesores, a sus padres y a sus mayores. No se trata de que nuestros alumnos, señores autores del manifiesto, sean peores que los de otras épocas, sino que están inmersos en un sistema fundamentalmente perverso y que ustedes partidarios de la modernidad y de la falta de responsabilidad, olvidan continuamente. El esfuerzo no es popular, sólo hay que preguntar a nuestros alumnos. No les gusta esforzarse. ¿Para qué? Mejor estar tumbados toda la vida en el sofá viendo la tele o jugando al ordenador. Algunos de ellos se salen de este esquema y se esfuerzan, pero el sistema no les ayuda. El sistema ayuda al transgresor, al objetor, al que no tiene nada que decir o no quiere hacer nada. No se trata sólo de poner medios tecnológicos para satisfacer las ansias de modernidad de nuestros alumnos, se trata también de restablecer un espíritu, un ansia de progreso, de mejora y de aspiración al conocimiento. Y en ello, los profesores en lugar de verse encadenados a los savonarolas y los juanjos de turno, deben tener cierta seguridad en su papel de transmisores del conocimiento y del saber de nuestro tiempo y de épocas pasadas.
martes, 29 de septiembre de 2009
Arco iris
En clase de lengua de tercero de ESO aprovecho los textos que leemos para promover debates. Creo que es un medio eficaz para fomentar la participación y la expresión oral, a la vez que establece unas pautas para poder hablar siguiendo un turno en el que todos pueden expresarse libremente respetando las voces de los demás.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Sensación de vivir
¿Hay algo tan poderoso como un sentimiento? ¿Como una suma de sentimientos? Creo que nos mueven los sentimientos más que las ideas. Un sentimiento es un estado del corazón, del ánimo, del humor, una propensión a lo emocional. Una idea es más racional y, por tanto, más fría, más cerebral, más intelectual, más analítica. Aunque también hay a veces ideas que se sentimentalizan, se cargan de densidad emotiva -y de peligro-, la de nación, la de Patria por ejemplo.
martes, 22 de septiembre de 2009
La comunicación
miércoles, 16 de septiembre de 2009
El factor humano
El factor humano es una espléndida novela de Graham Greene en el que se plantea una historia de espías, pero exenta de violencia, y en ella aparece el lado peligroso de las cosas, el ladrón honesto, el asesino tierno, el ateo supersticioso… La leí hace unos veinte años y creo que necesito volver a Greene, como a tantos autores. Me gusta su moralismo. Creo que los grandes escritores son moralistas. Creo que todo ser humano ha de pensar constantemente qué está bien y qué está mal, qué parte de su vida merece la pena ser rescatada y cuál otra debe ser reconsiderada. No hay nada que me produzca más hastío que los que piensan que su vida es perfecta y que no tienen nada de qué arrepentirse. Yo tengo muchas cosas de qué arrepentirme. Escribiría una lista enorme, pero no sé si sería justo porque todo eso me ha hecho ser como soy. Y además es inútil.
jueves, 10 de septiembre de 2009
Valverde de Lucerna
Hoy me ha llegado la noticia. Yo, como jefe de seminario, debo ser el tutor de una joven profesora en su inicial año de prácticas. Ella, vamos a llamarla Dunia, encarna en muchos sentidos el profesor que yo fui hace veinte años: imaginativa, entusiasta, con gran capacidad para relacionarse con los adolescentes, segura de sí misma, sensible, optimista, con ganas y capacidad de experimentar, sentido del humor… Dunia no teme impartir clase a los alumnos más conflictivos del centro en un centro de por sí conflictivo y periférico. Nuestros alumnos no requieren de un profesor que les enseñe una materia, necesitan a un profesor que esté cerca de ellos, que los acompañe, que los estimule a sus ganas casi cero de hacer cosas o de estudiar. Dunia sabe cómo estar con ellos, sabe reírse con ellos y también ser firme cuando toca. A veces –sabe- hay que expulsar e imponer la autoridad en el aula. Piensa que estos chavales están en muchos sentidos desamparados por sus circunstancias sociales y familiares y que lo más que necesitan, más allá de la materia, es alguien que sea próximo a ellos, que les haga caso, que les dé afecto. Esta empatía es un músculo que se desarrolla, comenta Dunia. Ellos la quieren y les gusta tenerla como profesora. Dunia encarna al profesor que ha podido y ha sabido desenvolverse con éxito personal en la escuela que da primacía a lo social frente quizás a lo intelectual.
Tengo que evaluarla, y junto a este juicio profesional inmediatamente se me agrupan muchos recuerdos, emociones, certidumbres y también incertezas de ahora. Hubo un profesor que fui y que ahora contempla a un doble de sí mismo en otras coordenadas, en otras circunstancias, en otro modelo que yo llamaría fundamentalmente “social” y “humano” y la admiración me domina… Ser profesor a veces tiene recompensas difíciles de explicar. No sé por qué este post me recuerda en algunos sentidos a San Manuel Bueno mártir –esa obrita de Unamuno injustamente olvidada por la Generalitat de Cataluña en las PAU-, cuando el sacerdote se confiesa con Ángela y le confiesa sus dudas. En fin…
sábado, 5 de septiembre de 2009
Crisis de fe
martes, 1 de septiembre de 2009
Ubu rey
Y volver, volver, volver a tus brazos otra vez… Resuena en mi mente la canción original de Vicente Fernández cuando comienzo a escribir este post un uno de setiembre que ha amanecido gris en Cornellá pero con una atmósfera sofocante. Vuelvo a mi instituto y vuelvo a publicar. Estoy aquí, pero me pregunto seriamente si vuelvo de nuevo porque tengo algo que decir o tal vez por la pasión narcisista de seguir estando en la blogosfera. Temo nutrirme de retórica, de sentimentalidad autocomplaciente, de ideas tópicas, de palabrería vacua… Creo realmente que no hay muchas cosas que decir y que el silencio es a veces la actitud más digna que uno puede mantener. He sopesado si volver o no volver tras dos meses y medio de ausencia. Es una cierta sensación de liberación estar sin publicar, sin estrujarse los sesos para idear un post cada cuatro días en los que pueden deslizarse motivos poco meditados, quizás un poco traídos por los pelos.