He pasado por las mesas de los bares, el Milenio y el Galeón, todas llenas. La gente disfrutando de sus tapas y comidas, sin preocuparse tal vez de los problemas comunes, de los conflictos de la humanidad. Viviendo para el propio placer de los sentidos a lo que no tengo ninguna objeción ideológica, ¿quién soy yo para juzgar a nadie? Cuando decimos que la sociedad está sometida, que la gente es ignorante, que están manipulados, pienso que olvidamos lo fundamental: que la gente hace lo que puede, lo que sabe o lo que le dejan. No podemos más, estemos concienciados o no. No tenemos más fichas políticas o sociales. No hay opciones mejores que otras, todas son profundamente insatisfactorias, es lo mismo votar a A, que a B, que a C, o que a D. Voy de un arco de un lado a otro. Todos son espejismos. El ser humano es incapaz de controlar su mundo. Primero ni lo entiende ni puede entenderlo, y segundo, nada de lo que haga será eficaz porque depende de infinidad de factores que no son controlables por nadie. Vivimos en un mundo tan inestable y complejo que es ilusión pensar que podemos controlarlo o redirigirlo. Tenemos múltiples amenazas sobre nosotros, desde la climática, la migratoria, la social, la política, la tecnológica… y no podemos hacer nada al respecto. Solo vivir en función de nuestras posibilidades e ir a bares a comer patatas bravas, pulpo o calamares a la andaluza con vino adecuado. Cualquier idea de pensar que el ser humano tiene control sobre su propia vida primero y sobre la vida colectiva es una ilusión y un espejismo. No sabemos adónde vamos ni tenemos opción a decidirlo. La política es un trampantojo equivalente a una estafa. Siempre nos mienten vividores de la cosa pública que rápidamente se hacen a su género de vida. Toda acción colectiva aboca al desengaño. Solo queda en realidad la bondad de la gente en su esfera íntima. Su solidaridad efectiva ante tantas cosas. Y hoy, más que nunca, creo en la gente, antes la desdeñaba por razones que hoy me sonrojan. Todo intento de saber está condenado al fracaso. Nadie sabe nada, nadie. Interpretar la vida o la historia es como invertir en bolsa, algo totalmente azaroso e imprevisible.
Una de las cosas ciertas es que nunca ha habido tantos canales y proyectos abiertos para "moldearnos" y educarnos ideológica y políticamente. Saben por la neuroeducación que el cerebro es plástico y moldeable.
Solo le queda, al que pueda -hay tanta desdicha por todos lados-, tomarse unas patatas bravas y unos calamares en una terraza bajo el sol de noviembre.
Precisamente ese sol, se me hace extraño, en tiempo de castañas, estamos en terrazas con el vermut.
ResponderEliminarAdemás todos tan contentos.
Tienes razón, debemos de ser de plastilina.
Saludos.
Sí, somos de plastilina, nuestro cerebro es totalmente plástico y se nos puede moldear. Los antiguos tiranos lo intentaba con fruición con métodos burdos y violentos. Hoy, los modernos tiranos, lo hacen mediante acciones sutiles y sostenidas. No tenemos defensa, excepto tomarnos una ración de patatas bravas con el vermut. Saludos.
EliminarSin embargo, una parte no menor de la humanidad, ni siquiera tiene tiempo o posibilidad de plantearse estas cosas. No tienen capacidad para nada más que llevarse algo a la boca y dudo mucho que sepan siquiera que son las patatas bravas.
ResponderEliminarOtros, tenemos demasiado tiempo para pensar, lo cual no sería mala cosa, si no fuera porque pensamos sin llegar a conclusiones, decisiones y actuaciones. Pensamos, escuchamos, leemos y luego dormitamos en el sofá con la TV. encendida.
Seguimos hablando de cambio climático, cuando deberíamos hablar de emergencia climática, que es un término bastante más ajustado para lo que se trata.
Tienes razón cuando dices que nunca como ahora ha habido tantos canales abiertos, pero lamentablemente tienen pocas plantas que quieran ser regadas y además el agua que circula está muy sucia.
Yo no dormito ante la tele en el sofá pero eso no me quita que mi pensamiento se sienta totalmente impotente. Todos somos impotentes y carecemos de control sobre nuestras vidas. Tal vez siempre ha sido así. El ser humano tiene la ilusión de que puede cambiar el mundo -yo la tuve- pero es eso, una ilusión. El mundo es crecientemente complejo ni siquiera para entenderlo.
EliminarY la emergencia climática ya se ha convertido en un lugar común ante el que no se reacciona. Yo intento ser coherente con ello, pero ¿qué es una actitud individual ante la realidad de las cosas?
No podemos llegar a conclusiones o decisiones o actuaciones que no sean circunstanciales y fortuitas. El único poder que le queda al ser humano del siglo XXI es el mando digital por el que ve una plataforma u otra. Netflix o HBO o Filmin. Y todas lo van a moldear. Esto no es una confesión de la infelicidad pero sí de un realismo extremo en que reconozco que no tenemos ninguna capacidad de acción sobre nada. Esto ya lo expresó Samuel Beckett en su literatura. Por cierto en un par de días o tres iré a ver su tumba en París. Eso sí que lo puedo decicir.
E la nave va.... la gente ya se ha instalado definitivamente en un carpe diem perpetuo, como le decía el joven de un velatorio a Cioran: no hay nada que hacer, señor, no hay nada que hacer. Pues eso, o lamentarse, o divertirse hasta morir.
ResponderEliminarLúcido comentario. El miércoles me pasearé por el cementerio de Montparnasse y veré la tumba de Cioran, el único filosófo que me hace reír a mandíbula batiente. Y sí, lo único que queda es divertirse, eso lo tenemos interiorizado porque todo lo demás es inútil. Y no vamos a lamentarnos. Acabo de leer un hermoso libro de un autor japonés que se titula La felicidad de la pobreza noble. En él se reflexiona sobre una sociedad que ha abandonado la austeridad en pos de bienes materiales sin fin. Y no consigue, en su consumismo feroz, la felicidad, porque la felicidad solo está en la pobreza, en no ansiar nada más de lo que necesitamos. Vivimos en un engranaje terrible en que se nos insta a consumir -ahora tenemos el Black Friday encima-: a ir a buenos restaurantes, a viajar a tener buenos productos tecnológicos, ropa de marca... Nosotros estamos de vuelta pero los jóvenes en buena parte están inermes ante una propaganda tan atroz y masiva. Por eso digo que somos plásticamente moldeables en todos los sentidos.
EliminarSi te pilla de paso visita la tumba de Baltasar Lobo en el citado cementerio.
EliminarEspero encontrarla, es un cementerio pequeño y familiar donde parece que solo hay genios enterrados. Si yo pudiera elegir me encantaría que me enterraran allí, junto a Lobo, Cortázar, Cioran, Sartre, Beauvoir, Duras, Alekhine, Baudelaire, Vallejo, Beckett...
EliminarLos diálogos de ultratumba tienen que ser muy jugosos, sin duda.
EliminarClaro que el autor de aquellas Memorias de ultratumba no está ahí, creo que en Saint-Malo.
Ayer hice una parada en la plaza de la iglesia de Cornellat(no recuerdo como se llama),había una especie de degustación de tapas del pueblo,ka gente era feliz,le ponían en la mano un trozo de piza,un bocadillo ,una cerveza.Me suelo sentar a descansar las piernas y contemplar,la bici al lado.Es un pueblo,que la gente sabe disfrutar en las terrazas de los bares.
ResponderEliminarSupongo que pasa en todas partes, pero en Cornellà, en la zona donde yo vivo, las terrazas de los bares están llenas a tope, muchos días pero en especial los domingos. Pienso en un mundo tan complejo y peligroso como el que vivimos y, por otro lado, esa felicidad ingenua de la gente que va al bar a pasar la mañana a disfrutar como si no hubiera mañana. Envidia que la tengo, me digo cuando paseo entre las mesas.
Eliminar"Toda acción colectiva aboca al desengaño". Quizá por eso, me considero un nihilista.
ResponderEliminarNo soy de tapas, pero comprendo a quien se sienta a comer unos boquerones en escabeche. ¡ Con la que está cayendo¡, pues si, por eso, por o que está cayendo.
Salut y buen viaje
Pienso que se puede ser nihilista social y políticamente -yo lo soy- pero ser optimista existencialmente. Me gusta observar a la gente. Intuyes dramas íntimos y situaciones estimulantes. La gente, ese concepto tan evanescente que utiliza Pablo Iglesias, es muy variada, pero todos tienen en su vida los conflictos naturales de la existencia. Nacer, vivir, crecer y morir. Y en medio hay algunas cosas interesantes que se pueden hacer si tienes voluntad, si tienes aspiraciones o si tienes inteligencia. Toda vida es una aspiración a la plenitud, y esto va oscilando en las diferentes etapas de la vida. Sí, la que está cayendo no es poca cosa, pero aun hay posibilidades de tomarse los boquerones en una terracita. ¿Quién lo podrías reprochar? Salut, Miquel.
EliminarPues yo creo que aunque no tengo control alguno sobre la vida colectiva si lo tengo sobre mi propia existencia. No sé si es algo poco habitual pero no me siento a merced de las circunstancias como dices, puedo decidir lo que deseo hacer con mi vida dentro de las opciones que se me presentan.
ResponderEliminarParece que últimamente siempre discrepo en tus entradas, no es por fastidiar, es que lo veo así.
En todo caso, un abrazo!!
Ciertamente, tienes razón, me he expresado mal cuando afirmo que el ser humano no tiene control alguno sobre su propia vida. No es así. Quería referirme, por una parte, al control que no tenemos sobre nuestra vida como formando parte de un devenir general. Mi vida era diferente hace treinta años, hace veinte, hace diez de la que es la mía ahora mismo. Mis ideas han cambiado sustancialmente, pienso que estoy en permanente estado de transformación -que a veces controlo y que a veces no-. Y el eje en torno al que gira mi vida es el entramado que me ofrece la historia y que no puedo controlar-. Yo soy yo mis circunstancias, escribió Ortega. Yo puedo ejercer algún tipo de dirección sobre lo que soy yo -a veces, no siempre- pero no sobre muchas de mis circunstancias, y ya no digamos las sociales, políticas, ideológicas, tecnológicas.... Soy un hombre muy diferente al que era hace cuarenta, treinta o veinte años. Tú dirás que eso es evolución y no te faltará razón, pero no sé qué parte de la evolución he decidido yo o hay una fuerza mayor, no sé si llamarla destino -¿por qué no?-. Ese, llamémosle destino podría haber girado en cualquier pliegue del camino y haber hecho que mi vida fuera muy diferente de la que ha sido. Ha habido momentos que una milésima de segundo me ha salvado la vida ¿Por qué sucedió lo que sucedió o por qué no sucede lo que podría suceder? Nuestra vida está expuesta a cambios radicales en algo que podría ser un juego de dados favorable o desfavorable. He sufrido estados en que mi percepción esencial era que no podía controlar mi vida. Ahora no es así. Te felicito sinceramente si tú tienes la percepción de que puedes elegir lo que haces de tu vida dentro de las opciones que se te presentan, aunque yo siento que no elegimos, las decisiones están tomadas de antemano. Alguna vez hemos hablado de ello.
EliminarY discrepar con amabilidad es algo interesantísimo porque todo comentario me obliga a pensar. Me los tomo muy en serio. El valor de un post no está tanto en este sino en los debates de ideas que vienen después. Muchas gracias por discrepar. Un abrazo.
Últimamente tengo la impresión de que los ciudadanos somos como la orquesta del Titánic en su última noche, tocando con absoluta normalidad hasta que la cubierta perdió la horizontalidad y todos acabaron en las aguas gélidas en un instante.
ResponderEliminarVivo en Hospitalet, y este mediodía las terrazas estaban abarrotadas de gente anónima de mi barrio bebiendo cerveza fría y comiendo sus patatas bravas bajo un sol de noviembre que bien podría ser uno de finales de Septiembre.
Esta semana he escuchado a algún politico de segunda fila declarar el martes en contra de una acción de gobierno que el mismo defendería a capa y espada el viernes.
La impresión de que estamos gobernados por una panda de trileros y mercachifles de feria se me hace cada día más fuerte.
No podemos esperar que nuestra salvación proceda de ideas o iniciativas de nuestros "mandarines". Si al final llega, procederá de la sociedad civil, no de alguien que cobra un suculento sueldo, y que lo hace por procurar el bien común.
Sigamos con las patatas bravas, pero pongamos un ojo en la temperatura del agua.
Saludos
Hace un par de meses que me he hecho socio de Greenpeace y ciertamente la temperatura del agua no es un tema trivial. Siento una íntima conmoción por la emergencia climática, pero no es un tema que salga en las tertulias de amigos o familiares así que uno se lo rumia para sí solo y lee algún libro adecuado, teniendo en cuenta que determinados ciudadanos claman contra el histerismo climático de los que denunciamos la realidad de nuestro tiempo. He tomado esta referencia del final de tu comentario porque, efectivamente, tienes razón cuando dices que somos como la orquesta del Titanic. El mundo iba a la deriva, hundiéndose lentamente, y ha venido a poner la puntilla la guerra de Ucrania que ha hecho que las naciones se enfrenten cuando lo que tendrían que hacer es colaborar. No quiero ni pensar si China decide atacar Taiwán. Todo es muy confuso y turbio en todos lados. No solo España. Sí, sigamos con las patatas bravas mientras las cosas siguen a su aire siguiendo los dictados de Murphy. Al final, me río de mí mismo. Un cordial saludo.
EliminarQue la gente tome unas cañas y disfrute de las terrazas en una mañana soleada de domingo, no tiene por qué hacernos suponer que viven de espaldas a todo lo que sucede, ni a ningún problema, a lo mejor saben hacerlo más y mejor que los que nos desahogamos en letras aquí, que al final no son más que eso. Meras palabras.
ResponderEliminarA veces, tengo la sensación, quizá estoy equivocada, que por alguna extraña razón los habituales de la blogosfera solemos mirar con cierta displicencia, como autoaupados sobre cierta altura moral al resto de los mortales, considerándonos pobres necios descerebrados, como si solo en este ámbito la gente pensara, sintiera, viviera comprometido y se planteara todo tipo de cosas más allá de lo que se aprecia a simple vista.
Que disfrutemos elucubrando sobre lo humano o divino, no debe hacernos suponer que los demás no lo hacen en ámbitos diferentes a este, e incluso que estén implicados activamente en todo tipo de colaboraciones incluso bastante más productivas que esta. Uno de los motivos por los que en el pasado me fui, fue un poco por esto…me agotó teorizar sin hacer nada más que eso en un mundo virtual inventado para la autocomplacencia. Que está bien ( a ratitos) pero la vida se vive viviéndola, no únicamente divagando sobre cómo vivirla tras un ordenador a modo de burbuja confortable de meras palabras.
Nadie puede controlar casi nada, más allá de su propio interior y a veces, ni eso. Y está bien que sea así, deberíamos asumirlo como algo tan evidente y natural como que todos nos vamos a ir de este mundo, tal cual vinimos.
Siempre me ha admirado la erudición, la de verdad, no el mero postureo. Me gusta aprender de los que saben más que yo, pero si de algo estoy segura es que el más sabio de los sabios es un pobre ignorante si no aprende a disfrutar del regalo que es vivir. Ese debería ser el objetivo de todos y de todo, sin desentenderse del sufrimiento ajeno, pero sobre todo, aprendiendo a gestionar el personal, ahí debería servir todo lo aprendido para conseguirlo. En lo cercano y lo inmediato está nuestro campo d acción, suponer que los grades movimientos cívicos comienzan en las alturas es el gran error de siempre y desde siempre. Y por favor, esto no es una crítica hacia nadie, nada más lejos, porque yo he hecho lo mismo, solo una humilde reflexión.
Un abrazo y feliz domingo para todos!
JOSELU, no hablaba de tu entrada, al hablar de altanería, ni siquiera a ti te considero así. Siento que hayas entendido mis palabras dirigidas hacia tu persona. En realidad si te digo la verdad, mi reflexión me la sugirieron más los comentarios que he leído como reacción a ella -a tu entrada- que tus palabras. Lo siento si te he molestado y te equivocas si supones que te tengo escaneado, cartografiado y analizado, en realidad a penas te conozco y lo que conozco de ti me gusta, si no no estaría aquí.
EliminarEscribo sin pensar lo que me sugiere lo que leo y sabes que siempre es así, esta vez fueron los comentarios que leí los que me sugirieron lo que escribí, te pido perdón a ti y a todos.
Si algo he aprendido en esta vida, es que gobierne A o Z tengo que trabajar para pagar cuentas y vivir. Los políticos son una casta especial que se autoabastecen a sí mismos, son como termitas que devoran las ilusiones de las personas. Lo de tener o no control de nuestras vidas es una lamentable realidad a nivel general.Dependemos de la economía mundial, de que si algún país se decide ir a la guerra contra otro, que si tenemos más o menos tecnología de punta, que si el cambio climático nos provoca sequía o inundaciones. Con todo esto y tanto más, es lógico sentir que la gran mayoría de las personas se van a un bar a consumir un par de cervezas como lo hacen en mi país.
ResponderEliminarAbrazos Joselu
Veo que aquí y allí, los ciudadanos optan por evadirse como pueden de la bandada siniestra de los políticos y de la deriva nacional y mundial sobre lo que no se puede hacer nada sino decir ¡Virgencita, que me quede como estoy! -es un dicho antiguo de nuestro país! Dependemos de tantas cosas, que el ciudadano solo puede pasar, en la medida que puede, algún buen rato, mientras le dejen porque la escalada de precios que estamos sufriendo es brutal. Un cálido abrazó, Tatiana.
EliminarEs una opción tan legítima como cualquier otra. Cada cual elige o padece sus circunstancias o apuestas de vida, en mayor o menor medida. Nada en cien por cien puro. Me pregunto entonces cómo hemos llegado hasta aquí: ¿solo comiendo “patatas bravas, pulpo o calamares a la andaluza con vino adecuado” ¬o El Jardín de Epicuro en versión bar - taberna? Se puede ser pancista o revolucionario, pero siempre observaremos un plus de grandeza en quien se sacrifica por los otros, en quien siendo nadie es honesto, en quien ayuda, inventa, enseña, culturiza, ama, es deprendido o generoso, reflexivo o cariñoso o es todo lo contrario.
ResponderEliminarDices “Toda acción colectiva aboca al desengaño. Solo queda en realidad la bondad de la gente en su esfera íntima”. Ese desencanto va ligado a la vida desde que sabemos que hemos nacido para morir y, después, se desencadena una serie de reacciones como el amor (a las cosas y los seres vivos) y los afectos (los motores del mundo, o el egoísmo al que se apuntan muchas personas (el que venga atrás que arree o ande yo caliente y que le den al calentamiento global), aprovechando el esfuerzo y los sueños de muchos para mejorar el mundo que, al final, también le beneficia a ellos.
También señalas que “Todo intento de saber está condenado al fracaso”. Y pienso que si desde las cavernas hasta estos momentos el fracaso ha sido continuo, ha valido la pena frustrarse tanto.
Además, mientas la política que es como mentar la ‘bicha’. Y por ser pragmático: hay fuerzas políticas que tratan de mantener el estatus que le beneficia y que heredaron de un tiempo anterior con más injusticas y sin democracia (donde sólo por decir muchas de las opiniones vertidas en tu blog, por ejemplo, irían a la hoguera); otras en cambio quieren mejorarlo. Aunque quienes ejercen la política se aprovechen de ello, ese el precio. Creo en la revolución permanente y cotidiana, esa de hablar tú a tú con la gente (por lo que algunos de ellos te pueden considerar un chiflado), en los bares o en el supermercado, de las cosas sencillas que le importan que son tener una vida dignamente soportable.
Una droga mortal
Me fui poniendo ciego con la vida
porque me fue gustando,
lo confieso.
Enamorarme de sus trucos más viejos:
las tardes, los paseos,
las citas en los bares,
comer fuera de casa,
charlar con los amigos,
probar lo prohibido,
amar sin compromiso,
liarme y desliarme…
https://cuadernopoesia.blogspot.com/2020/04/una-droga-mortal.html
Sé que este es un espacio para el debate y confrontación de ideas y como eso me lo tomo. Un abrazo.
Sentarse en una terraza con el sol otoñal (¿primaveral, tal vez?), cerveza en ristre y acompañado de unas patatas bravas… me parece un acto profundamente existencial.
ResponderEliminarConcentrar la vida en ese momento; contemplación honda o vacua del existir, da igual, es filosofía en estado puro (si se quiere ver así, claro), aunque dejemos la experiencia tal cual, limpia, sin transformarla en nada.
Mañana lunes (por hoy), volveremos a cargar en nuestra mochila el peso del mundo y caminaremos encorvados bajo la carga, hasta el domingo siguiente, cuando de nuevo busquemos el “existencialismo” concentrado en ese momento pausado, cerveza mediante frente al sol otoñal.
Y el resto de la semana será lo que tenga que ser para cada uno con su mochila a cuestas, ya sea liviana, ya pese el mundo entero en ella, hasta un nuevo domingo a la vista. Carpe Diem…
Abrazo, Joselu.
Uno de los aspectos que me atraen de la filosofía oriental es que no hace hincapié en transformar el mundo que nos rodea ni siquiera transformarnos a nosotros, solo busca sentirlo vibrar, sentir el momento, evitar el pensamiento y la acción, dejar ir, dejar pasar sin intentar comprender, solo estando presentes en el momento en que se está sin más coartadas. Lo otro, lo de intentar "mejorar" el mundo es tarea de los ciudadanos pero no como seres vivientes cuya más alta dedicación es sentir la dicha de vivir sea donde sea. ¿Estamos vivos y no sentimos la dicha de vivir? Tomando una cerveza bajo el sol otoñal puede ser un momento excelente para hacerlo, como yo espero hacer contigo de aquí a dos semanas en ese lindo pueblo que es el tuyo.
EliminarPobres desdichados, los que no se consuelan con algo mundano.
ResponderEliminarEn muy pocas palabras, has podido representar algo que es inobjetable. Es un aforismo y no de los más elementales.
EliminarCon esta entrada he recordado dos pequeños textos de dos afamados escritores:
ResponderEliminar1. "Porque ¿quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas del amor desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente mérito recibe del hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete?"
2. "Por buen agüero he tenido, hermanos, haber visto lo que he visto , porque estos santos y caballeros profesaron lo que yo profeso, que es el ejercicio de las armas, sino que la diferencia que hay entre mí y ellos es que ellos fueron santos y pelearon a lo divino y yo soy pecador y peleo a lo humano."
Lo más importante para mi es: "Yo soy pecador y peleo a lo humano". que no es poco. Tomarse unas cañas puede tomarse como una rendición ante lo inevitable, una aceptación o un descanso en tu camino.
No se, yo me preocupo más de lo cercano que de lo lejano, sin perder de vista lo que está más diferido en el tiempo voy intentando resolver lo más próximo. Pero no me gusta acomodarme en nada, echas barriga. Y hay cosas que nunca aceptaré, nunca.
Un saludo.
Sin duda tu personaje tiene mucho de quijotesco, no sé si de hamletiano. Dices que hay cosas que nunca aceptarás. Yo hay muchas cosas que nunca aceptaré y cada día me las he de comer con patatas, aunque no me gusten, y a la vez ser prudente para no crear conflictos en casa -que puede haberlos-. Así que lo único que me queda es una solitaria y callada resistencia interior. Te habrás dado cuenta de que no abordo temas ideológicos en el sentido político. Creo que es inútil. Cada uno tiene su idea, más o menos ajustada, y no se trata de debatir en el vacío, que es lo que te pasa a ti porque los demás no queremos entrar al trapo. La mayoría hemos aceptado que es inútil. Yo intenté debatir con independentistas durante un tiempo. Era una pérdida de tiempo. Cada uno funciona con una programación emocional y se pueden cambiar algunas cosas pero no las emociones o los sentimientos subyacentes. En el fondo hay sentimientos. En ti, por lo que te he leído, hay un personaje de raigambre clásica, desaprovechado en estos tiempos de gregarismo y de resignación. Pienso que hubieras sido alguien relevante en otro tiempo más indómito, quizás como líder anarquista. Te veo como adalid de la FAI o la CNT por tu negativa a aceptar lo inaceptable, basado en sólidas razones que te sirven para sostenerte. Pienso que estás equivocado de tiempo. Has nacido fuera de época. Te respeto profundamente, pero pienso que mucho de lo que decimos o pensamos es una pasión inútil. Cada día que paso por las zonas independentistas en Barcelona, yo sé bien lo que pienso, pero me lo guardo en un cajón secreto que comparto solo con un amigo de confianza. No sé si tendrás amigos de confianza con quien poder compartir tus ideas en directo, pero no es fácil. Nadie quiere conflictos, nadie quiere desasosiego mayor que el que ya la vida nos procura. No obstante, mi simpatía está contigo.
EliminarUn saludo.
Creo que está todo dicho.
ResponderEliminarEl "Sistema" se ha humanizado. Al menos en los paises que llamamos del primer mundo, en vez de controlar al pueblo bajo una bota, encerrando o deshaciéndose de los que no aceptan la situación se ha optado por convertirlos en "clientes", en "consumidores" en "hipotecados. No sólo se ahorra en medios de represión, sino que además ¡se hace negocio! No hay que reprimir mucho. Los mismos ciudadanos se autocensuran, no vaya a ser que... La agobiante presencia de imágenes "Amado Líder" que existe en la dictaduras de tercera división, ha sido sustituida por "innumerables impactos publicitarios, que nos recuerdan, mejor, nos incitan a consumir una gran variedad de productos y servicios que nos hacen ir con la lengua fuera desde el punto de vista económico, lo que es bueno para que la economía (y por tanto la sociedad) funcionen adecuadamente, se creen puestos de trabajo y podamos pedir más créditos al consumo e hipotecas.
Viví más de veinte años en el régimen de Franco. En las últimas épocas, con eso de la apertura, las quejas eran más frecuente y por un quítame esas pajas se montaba la mundial. Hoy pasan cosas bastante graves y la reacción es bastante pequeña. Estamos "atados" a nuestra hipoteca a nuestros gastos para mantener una familia...etc que cualquier protesta nos puede resultar cara desde el punto de vista económico.
No seré yo quien juzgue como viven los demás, bastante tengo con la ingente tarea de procuras ser coherente con mis valores, pero me llama poderosamente la atención que en estos tiempos de elevada inflación de dificultades económicas el tráfico sea tan denso, los bares y restaurantes funcionen a tope, el consumo siga alto, en un país en el que grandes sectores de la población tienen problemas para llegar a fin de mes y otros directamente no llegan. Entiendo que estemos desilusionados de las opciones que se nos presentan politicamente, entiendo que no queramos ver el problema medioambiental, entiendo que queramos evadirnos... pero económicamente no me salen los números.
Un abrazo
j
Pienso que la economía española y, por extensión, la de muchos otros países subsisten por una especie de burbuja financiera brutal. La deuda externa española asciende a 1.45 billones de euros. El estado se endeuda cada día por valor de 270 millones de euros. Esta dinámica del estado tiene unos efectos perversos. Es pan para hoy y hambre para mañana. Solo el pago de las pensiones en España representa 179000 millones de euros, un 37% de nuestro presupuesto nacional bruto. Son cifras que expresan que la economía española se sustenta sobre muy frágiles pilones. Se vive, como se puede para hoy, y dentro de tres, cinco o diez años, quién sabe. No hay una planificación para el futuro que es bastante oscuro, mucho. Supongo que la gente no gana mucho y tiene dificultades para llegar a fin de mes, pero por todas partes se ofrecen créditos a todas horas por parte de todas las entidades financieras. Estímulos al consumo continuamente. Ahora viene el Black Friday y va a ser feroz la propaganda. Como bien dices, no te salen los números, y a mí tampoco porque los alojamientos están a tope, los bares también, en los puentes sale muchísima gente, se siguen vendiendo pisos a pesar de los brutales precios y el incremento terrible del alquiler. Los jóvenes no se pueden independizar -lo vivo en mi casa-. Los jóvenes son uno de los sectores que más tira del consumo: restaurantes, vacaciones, moda, tecnología, coche... mientras viven con los padres. No, no salen las cuentas.
EliminarUn abrazo,
No hace mucho tuve una conversación muy parecida a lo que escribes. Mi conclusión es parecida, tomamos decisiones con la información que tenemos, y esa información tiene muchos sesgos, propios y ajenos y una buena dosis de condimentos.
ResponderEliminarCuando la información no es buena, las decisiones no son buenas... simplemente estamos limitados para poder ver el tapiz completo... Nuestros abuelos pensaban que eso se lograría mediante la censura, no dejando pasar la información, en realidad se ha producid el efecto contrario: tal cantidad de información que harían falta cien vidas para procesarla.
Mejor pasarlo todo con una cerveza, sí...
He hablado de diversas crisis que se ciernen sobre la humanidad y especialmente sobre Occidente, pero acabo de leer un artículo sobre el que publicaré algo que pone de relieve que los más recientes estudios científicos expresan que el esperma masculino se enfrenta en diez años a la infertilidad. En cuarenta años ha descendido meteóricamente la fertilidad del semen en todo el mundo, no solo en Occidente. Esto es parte de un tapiz, tan extraordinariamente complejo que hace imposible tener ni siquiera una pequeña parte del problema global en perspectiva. Estos días hemos pasado de ocho mil millones de seres humanos en el planeta, lo cual es otra parte de una crisis terrible. ¿Será la disminución de la calidad del esperma lo que hará que la raza humana vaya desapareciendo en cien años? Es tanto lo que hay que considerar que la cerveza es bienvenida...
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