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domingo, 25 de septiembre de 2022

Progreso incierto

36 comentarios :

  1. Leído y releído el texto encuentro que no acaba de encajar. Intentaré explicarme. Puedo entender que por evitar una confrontración colectiva, Occidente haya abierto las puertas a nuevas formas de pensar, a otras culturas, a otras religiones, y de hecho creo que si hemos abierto las puertas, es evidente. Llegado hasta aquí no encuentro justa la continuación del punto y seguido: "somos victimas de la desesperación que supone la falta de significado".
    Nos viene a decir que como acción directa de lo primero, nos ocurre lo segundo.
    Mi opinión es que Europa es un conjunto cambiante. Simplemente porque todo cambia, nuestra manera de pensar cambia y cambia por las orteguianas circunstancias, y creo, es lo lógico y normal.
    Vivimos tiempo de tribulación, pero en esta ocasión, en este momento, es por la tesitura de una sola persona. estamos globalizados y eso implica que el síndrome de la mariposa, guste o no, afecte a Occidente.
    No somos hoy más víctimas de la desesperación que en el 14 ó el 41 del siglo pasado, eso pienso, quizá si somos más víctimas de intoxicaciones interesadas.

    Un abrazo
    salut

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    1. He sido profesor muchos años, y he podido ver evolucionar el estado de mis alumnos -y de los profesores- y hay algo que se hace patente. Si yo les hubiera preguntado que en qué creían, qué es lo que les daba fundamento, cuál era su núcleo fuerte de creencias, qué es lo que les hacía vivir -supongamos la pregunta hecha a partir de los dieciséis o diecisiete años- hubiera recibido en buena parte un sonoro silencio, salvo en el caso de alumnos musulmanes cuya fe firme es el Islam. No hay nada en un joven que le dé consistencia. Tampoco a los adultos. No hay nada -en general- en qué creamos. Tal vez la familia, el placer, el consumo, la comida, las vacaciones, pero nada más. ¿En qué creemos? ¿Qué nos hace vivir -y morir- en una vida absurda abocada inevitablemente a la muerte sin sentido? ¿Qué valores fuertes nos sostienen? A esto el autor de la cita, llama "desesperación" -falta de esperanza-. Tú eres cristiano, creo, aunque muchas veces manifiestas tus dudas. En los campos de concentración nazis morían mucho más fácilmente los nihilistas que no creían en nada, por contra de los creyentes, de los comunistas, de aquellos que tenían un fuerte fundamento de fe en algo. ¿En qué creemos los seres de la modernidad líquida? Saludos.

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    2. Creen y creemos en un consumo adictivo. En buscar en cada acción lo que más nos beneficie, sin pensar en sus consecuencias. Es cierto que hay personas que renuncian a una satisfacción inmediata, pero en muchos casos, como el opositor a registrador de la propiedad, x después de unos 3/5 años su estatus e ingresos compensan con creces, muchos sacos de creces su esfuerzo.
      Creemos en que mi satisfacción, lo más inmediata posible es la razón de mi vida. Luego a más distancia está la de mi familia
      Es el triunfo del individualismo y el egoísmo, algo que siempre ha existido pero está sociedad lo fomenta a tope porque us la energía que la mueve.
      No me emociona la fe de los musulmanes, pq como toda religión tiene una base mítica y una evolución no muy ejemplar. Posiblemente tenga una componente de reafirmación de su identidad en entornos globales y locales inhóspitos o supermaterialistas.
      Un abrazo

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  2. Es un texto en el que no me oriento, no comprendo y no me gusta.

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    1. Me sorprende tu desorientación e incomprensión respecto a la idea sencilla que expresa esta cita que seleccioné en el libro que he empezado a leer. Hay un libro que sin duda conoces que es El hombre en busca de sentido de Viktor E. Frankl. La vida solo es vivible dignamente si logramos dotarla de sentido. De eso habla, de la falta de significado, sentido, de la modernidad. Somos sociedades ricas pero nos falta el alma que tiene cualquier africano. Lo primero que captan ellos cuando emigran de sus tierras con sentido -y corrupción- es que occidente está vacío. Se dan cuenta de que no creemos en nada.

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    2. No te preocupes, necesito mi tiempo, simplemente que lo percibo un tanto pontificador. Como si diese unos saltos que exigiesen una explicación más desarrollada. No sé si la falta de significado indica un dudoso progreso, pero mantenerse en tradiciones, religiones y naciones...eso sí que sería no evolucionar. Si las sociedades son cuerpos vivos, y creo que lo son, ¿por qué no van a padecer procesos de duda, confusión, ruptura y revisión de significados? Aunque no sé si hay algo nuevo bajo el sol colectivo que no haya habido antes, con otros paradigmas, por supuesto.

      Joselu, es que es un tema que nos llevaría lo suyo. La breve explicación que das como pista me vale de momento. No obstante, como vivo también en mi propia carne cierta carencia de significados ¿y significantes? debe ser por ello que hay planteamientos a los que me resisto. Creo tener ese libro, pero en su momento no me interesó mucho, pero por factores ajenos al libro en sí.

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  3. Totalmente de acuerdo, hemos dejado de tener como seña de identidad el nacionalismo y la religión, pero no hemos sabido llenar ese vacío con convicciones que nos digan quienes somos y a donde queremos ir.

    Y ese vacío provoca insatisfacción, dudas e incertezas.

    Un abrazo.

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    1. Hay un hueco abismal en nuestra cosmovisión existencial. Y eso nos hace frágiles seres que se sienten aterrorizados ante el límite de la muerte -la innombrable-. Un abrazo.

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  4. Yo vivo en el vacío desde que nací, y no me siento mal en él. Ni Dios ni patria ni bandera, sólo respeto y empatía hacia el otro.

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    1. Puede que tengas un núcleo humanista fuerte que te da consistencia. Eso y un carácter estable, no problemático y libre de angustia, pero yo he sido profesor durante muchos años y es evidente que los jóvenes son cada vez más frágiles. No sabes hasta qué punto. Desde Pico della Mirandola, el humanismo en sí mismo es una religión sin Dios, pero una religión. Pero no es el común de la humanidad en estos momentos. Hemos cambiado los lugares de culto por los bares, los centros comerciales y nuestro tiempo delante de las pantallas.

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    2. Mira por dónde Puigcarbó, a mi modo de ver, no va descaminado.

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  5. Occidente es mucho occidente como para admitir la validez de esa generalización. Pero se me ocurre que quizás ese alejamiento sea necesario y la esperanza y el reencuentro con el significado pase precisamente por el hecho de que los pilares fundamentales no sean ni la tradición ni la religión y que incluso la idea de "nuestra nación" se quede pequeña, tal vez obsoleta.

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    1. Los ríos vienen llenos -tras análisis- de restos de sustancias antidepresivas y ansiolíticas, eso en países de alto nivel de vida, no lo olvidemos. Cada vez hay más trastornos psicológicos y psiquiátricos. Se habla del alto nivel de suicidios entre los jóvenes. He sido profesor muchos años y soy consciente de que a los jóvenes no se les da consistente más allá de unas consignas progresistas sobre diálogo, mediación, no violencia, solidaridad en abstracto, pero falta el sentido comunitario y todos ellos son islas -como los profesores- que van a la deriva -los deportistas menos-. Puede que nuestra sociedad sin valores fuertes, según tu punto de vista, termine con una advenida esperanza y reencuentro futuros con el significado en un contexto de poder cada vez mayor de la tecnología, la IA, y las crisis sociales globales que afrontaremos en un planeta arruinado ecológicamente. Espero que tengas razón. Ma...

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    2. He sido profesor muchos años
      Lo sé y además lo has repetido tres veces en este hilo de comentarios. Sin duda esa condición te ofrece una perspectiva que quizás otros no tengamos al alcance, pero no te garantiza el acierto.
      Solo aporto la idea -sin ánimo de tener razón- de que quizás los valores que se apuntan (nación, religión, tradición) ya no sean válidos o poco convincentes en aras de conseguir lo que en el libro mencionado se apunta como "esperanza".
      Saludos.

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    3. Tienes razón me he repetido, pero la educación es un extraordinario observatorio humano del presente y de modo incierto del futuro. Vivir cerca de los jóvenes es importante, lo echo en falta aunque tengo a mis hijas en casa que no me permiten olvidar. De todas maneras, es cierto que el observador condiciona lo observado, y que no tengo ninguna garantía de acierto. Ni yo ni nadie, pero he escogido esta cita del libro porque me parece clarividente. De todas maneras me resulta impensable -sigo pensando en voz alta- que descubramos algo que sea al margen de la trilogía citada. James Lovelock habla de que el futuro serán los ciborgs, primero coexistiendo con los humanos y luego prescindirán de nosotros porque les resultaremos inútiles. Esta tesis me hizo pensar. Sin duda los ciborgs no tendrán como eje ni la nación, ni la religión, ni la tradición. Saludos.

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  6. Si la tendrán, JOSELU. Si verdaderamente tienen desarrollo intelectual y adquieren conocimientos, no nos extrañamos que quieran cometer los mismos errores humanos, por lo que Karel KAPEC será su dios y Asimov su profeta.
    Abrazo

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    1. El concepto de ciborg proviene de una entidad que fusiona vida orgánica -humana- con vida inorgánica, tecnológica, IA... Pero Lovelock piensa que tarde o temprano se independizarán de nosotros. Elucubrando, pienso que no estarán condicionados por pulsiones reptilianas como las nuestras y su mente será puro conocimiento, millones de veces más rápido que el humano. No podrán escribir La Divina Comedia o El Quijote, pero probablemente no cometerán nuestros mismos errores. Solo ellos podrán realizar viajes interestelares. Abrazo.

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  7. Me encanta la disertación. Es difícil en unas pocas líneas desgranar una serie de circunstancias que nos han hecho ser de una manera y no de otra. Digamos que de todo aquello agradezco una formación de la cual me quedo con una cierta espiritualidad que todavía me acompaña. Me encanta entrar en una iglesia y quedarme un rato meditando, saber valorar el esfuerzo de los que las construyeron y deleitarme con la sonoridad y melodía de su órgano. También pensar que todo ello me lleva a un humanismo muy por encima de consignas patrióticas y consignas totalitarias.
    Un abrazo.

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  8. Siempre se trató de evolucionar tecnológicamente para producir lo necesario para la totalidad del género humano. Primero, no pasar hambre. Después, por ejemplo, en los ideales del Movimiento Moderno, de conseguir máquinas capaces de resolver nuestras necesidades funcionales y también las de la belleza, tan necesaria como la función.
    Pero nos convertimos en una sociedad opulenta y ya lo queríamos todo para nosotros mismos. Si los demás siguen pasando hambre que los zurzan. Hasta hoy en día, en que algunos se comportan exactamente como las histéricas [sic] que estudió Charcot y prorrumpen en gritos ante el espectáculo de una bolsa de plástico. Menos mal que se calman al pensar en su propia bolsa de papel reciclado con papel higiénico bordado a mano.

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    1. Advierto cierto sarcasmo en tu consideración sobre los/las que quieren evitar la devastación que produce el plástico sobre los espacios naturales. El otro día iba caminando por la naturaleza y un amigo y yo nos encontramos en un recodo, más de dos centenares de botellas y envases de plástico en medio de unos olivares. No sé cómo habían llegado allí, pero la imagen era muy desagradable.

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  9. Me ha agradado departir contigo. El mundo es terriblemente complejo e incierto, pero siempre que haya un espacio para el silencio y el debate sosegado se abre la conciencia al encuentro. Un abrazo.

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  10. Yo pienso que el sentido de la vida no está en algo exterior a mi, el entorno puede ayudar claro, pero uno mismo tiene que encontrarle sentido a lo que acontece cada día (valorarlo y surfear esa ola que es la vida) porque esa muleta por si misma es insuficiente.

    Un abrazo!!!

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    1. Las sociedades funcionan cuando creen en sí mismas como tales, tienen valores compartidos y comunes, sirven para dar consistencia a instituciones, a los individuos que viven en ellas. Tiene que haber elementos que nos unan, más allá de ser átomos porque incluso en los átomos hay un orden, una organización, un sistema que funciona. Y el problema ahora es que estamos terriblemente confusos acerca de qué es lo que nos une como occidentales, como humanidad, como ciudadanos que descreen en todo lo que esté por encima de nuestra sagrada privacidad, valiosa, sí, pero no lo es todo. Abrazo, Ana.

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  11. ¿Y no será que esta sociedad te lo da todo prefabricado y así no tienes que pensar como apuntó Alfred? Solo si piensas por ti mismo puedes darle el sentido que tu quieras a la vida, en caso contrario eres esclavo del sentido (o de su falta) que rige la sociedad en la que vives. Creo que en lo último que habéis comentado están las respuestas.

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  12. Hay una cierta confluencia en la mayoría de comentarios a la que me uno.
    Y el señor Peterson expone algunos planteamientos que no comparto del todo. Por poner un ejemplo; cuando afirma que, entre otras cosas, nos hemos ido alejando de la religión, que en nuestro caso viene representada por el cristianismo y sus ramas (catolicismo, protestantismo, etc, etc).

    Aquí con la Iglesia católica, cabeza visible de nuestra religión (aunque no soy creyente), creo que el panorama no ha sido tanto alejarnos de la iglesia como que ésta nunca hizo un verdadero esfuerzo por evolucionar ideológicamente junto a la sociedad. Evidentemente existen fieles que no cuestionan esos dogmas primigenios (seguramente decimonónicos) de la institución, pero es la iglesia quien, con su inmovilidad, se ha ido quedando anclada, alejándose de la persona actual. Por tanto veo de modo diferente ese punto de Peterson, entiendo que es la religión la que ha puesto muy poco empeño en aproximarse al sentir presente.

    Dicho autor, más allá de su reconocida trayectoria como catedrático de psicología clínica, parece haberse convertido en uno de esos “opinólogos” de nuevo cuño, de esos personajes mediáticos que, controversias mediante, tienen un eco global en la era internet.

    Obviamente no puedo estar radicalmente en contra de todo lo que afirma, incluso con tus antagonistas siempre habrá determinadas concomitancias, aunque no sean las más consistentes, claro.

    Pero que mantenga (como he leído) eso de que la comunidad científica, en general, desbarra con lo del cambio climático, pues según él esto del cambio climático NO ES CIERTO… ufff, ante esta falta de sensatez en un intelectual de su altura, ya me hace poner mucha equidistancia con él, se instala una gran incertidumbre entre los dos.

    En un comentario que dejé hace poco en el blog de Luis Antonio, ya expuse mi impresión sobre estas cosas de la nación (o la patria) la religión, la tradición y demás…

    Y siguiendo el hilo de Ana, el sentido de la vida para cada uno es una experiencia compleja y profunda, formada por la cosmovisión íntima del individuo. Hay otros caminos al margen de la nación, las tradiciones o la religión para tratar de dotar a nuestra existencia de cierto sentido; por ejemplo la necesidad de ayudar otros más desfavorecidos (llamémoslo bondad, si se quiere), un no creyente en dioses, naciones e incluso en muchas tradiciones, puede considerar que su existencia tiene todo el sentido ayudando a otros más frágiles, sí, hay otros caminos posibles aunque algunos conceptos omnipotentes no nos dejan verlos fácilmente.

    Dicho lo dicho, me parece acertado que lo leas, una mente crítica como la tuya sacará valiosas conclusiones, tanto en las convergencias como en las divergencias, pues me consta que ambas hallarás.

    Abrazo, Joselu

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    1. Paco, ciertamente, me dejas de piedra pues desconocía totalmente las posiciones como opinólogo de Peterson. He buscado en internet y es así. Me decepciona que un buen psicólogo clínico como él, se dedique a hablar de temas que desconoce totalmente como es el caso del clima. He leído el primer capítulo del libro y pienso que es sobresaliente, pero ahora iré con pies de plomo. No me gustan los opinólogos y menos lo que cuestionan el consenso científico sobre el cambio climático. Lo cierto, es, Paco, que es muy difícil depositar la confianza en alguien que de alguna forma no termine siendo cuestionado por A, B o C.

      En cuanto a dotar la vida de cierto sentido ayudando a los más desfavorecidos tiene coherencia. Me pregunto si en mi vida hay algo de eso, al margen de colaborar con oenegés que sí que lo están haciendo. Lo que propones es un humanismo profundo pero
      dicho humanismo requiere de raíces hondas, una bondad intrínseca, una inocencia maravillosa y un compromiso enorme que pocas personas alcanzan. Conozco a alguna, pero es más bien excepcional. Lo más general es que la sociedad se componga de individuos más o menos grises, mediocres -no en el sentido negativo sino de medianía-, individualistas, egoístas... y que no participen de algo que vaya más allá de sí mismos -pienso si no estoy precisamente retratado-. Una ayuda para ir más allá es el sentimiento colectivo, comunitario, que proporcionaban esas raíces religiosas, nacionales o de las tradiciones. Si los individuos grises se insertan en una corriente que los lleva pueden participar de sentimientos mucho más valiosos. Pero hemos dinamitado todo fundamento y no tenemos mucho donde apoyarnos, salvo que uno posea esa bondad natural de la que hablas. Un abrazo, Paco.

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    2. Paco, sabes que no tengo ninguna simpatía por el comunismo, pero he de reconocer que, al margen del totalitarismo que implicaba, delaciones y represión, pudo crear entre las personas más sencillas una sensación comunitaria de patria de los trabajadores en la que merecía la pena sacrificarse por los demás. Todo esto desapareció con la implosión de la URSS y la entrada brutal en el capitalismo. En El fin del homo sovieticus de Svetlana Alexievich, se pone de manifiesto el drama de tantos y tantos rusos que vieron desaparecer sus ideales sociales comunitarios como trabajadores. Era algo hermoso que, no podía sostenerse, como así demostró la historia.

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  13. Quizás uno de los problemas es que esos tres pilares, nación, religión y tradición, han dejado de ser pilares válidos. Nos hemos quedado de alguna forma con un pie en el abismo tanteando a ciegas un escalón en el que apoyarnos.

    Esos tres pilares, con todas sus connotaciones negativas, nos daban al menos un punto de apoyo sobre el cual definirnos. Ahora los hemos perdido y no parece que hayamos encontrado nada igual de válido.

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    1. Creo, Beauséant, que expresas bien la crisis del hombre moderno que se resume que no tiene, en general, nada que le dé soporte. Lo acabamos de ver en Italia donde las posturas abstencionistas o de voto en blanco son masivas, ante una deriva de un país en el que ya no se cree.

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    2. Efectivamente, dicen que ha ganado la ultraderecha, pero si ves los datos más bien lo que pasa es que ha ganado la indiferencia, la falta de respuestas. Miles de italianos que se han quedado en casa porque no han visto alternativas... el vacío.

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    3. Pienso que no es la indiferencia lo que ha ganado, más bien la zozobra, el cuestionamiento crítico de todo, el no estar con unos ni con otros... A mí me pasa lo mismo en el panorama político español. Yo voto en blanco. No puedo asumir ninguna de las dos opciones mayoritarias ni tampoco las minoritarias porque tendrán que apoyar necesariamente a las primeras. No puedo dar mi voto a Bildu ni a Vox. Ni a Podemos ni a los pactos posibles del PP. Si uno pudiera votar en propuestas concretas sería posible votar, pero uno vota en bloque y nadie sabe qué van a hacer con tu voto. Si yo voto PSOE mi voto va a Podemos y a Bildu o a ERC, y si yo voto a PP, mi voto va a Vox. No. No puedo votar, haría lo mismo que muchísimos italianos que no "pueden" votar. Votaría por la visión ecológica del PSOE pero no por la mayoría de sus propuestas de todo tipo. En cambio, votaría por el PP en economía pero no en otras cuestiones. La política y su articulación es anticuada, no refleja al hombre contemporáneo que es complejo y contradictorio.

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  14. La persona que crea un negocio, un autónomo que prospera, una empresa que crece y lucha en el mercado con éxito es inmediatamente perseguido por el resto. Cuando debía ser admirado y crear escuela. No pongo nombres que todos conocemos.
    La nación y la bandera, bueno. detrás de la bandera siempre hay algún "hijoputa" siempre, pero en el caso de nuestro país creo sinceramente que hay mucha más gente buena, honrada y trabajadora que mala detrás de la bandera de España, conozco muchos. El Estado sirve para aunar esfuerzos que nos beneficien a todos no para enfrentar a unas clases con otras o unos sexos con otros, porque estos enfrentamientos internos se pagan y se pagan muy caros.
    Ahora mismo si en España llevas una bandera de tu país te tildan de facha o fascista o franquista o machista o esas cosas acabadas en ista, sin embargo, si llevas una ikurriña u otra bandera regional ya es otra cosa, este es el nivel de idiotez al que hemos llegado, bueno... han llegado.
    Y en este meollo de buenismo e idiotez que alimentan los dirigentes, (aquí no hay justos como en Sodoma), nuestra civilización, que para mí es la mejor que ha dado el mundo con mucha diferencia se hundirá sin ni siquiera prestar batalla, ni cultural, ni de la otra. No queremos ser considerados belicistas, ni xenófobos, ni racistas, ni fascistas, todo es paz y amor.


    Un saludo y nuevamente disculpa la extensión y agradezco tu comprensión por mis comentarios que normalmente se salen de la línea de los comentaristas. Uno vuela solo.

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  15. Casi estamos en la fase que predican los favorables al transhumanismo: importa el individualismo al servicio de de la mejora de las capacidades del ser humano, un cambio evolutivo en el que la Inteligencia Artificial será quien dirija la nueva sociedad. En este contexto, la Historia humana y los símbolos que nos representan ya no sirven, todo es caduco y se difumina en esa nueva realidad. O quizás, con un poco de suerte, pase algo imprevisto y regresemos a un mundo donde los ritos, símbolos y relaciones personales adquieran todo su valor humano.

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    1. Tu comentario, riguroso, sugerente e incitador me lleva a pensar en esos sujetos transhumanos (H+) en que inevitablemente se va a convertir parte de la humanidad. La fusión entre los seres humanos y las máquinas es el siguiente paso inevitable. Me gustaría participar en ello pero es tarde para mí. La transhumanidad se enfrentará a desafíos muy peligrosos. Esta filosofía todavía no se ha difundido fuera de círculos reducidos pero en pocas décadas hará eclosión y aparecerán los primeros individuos transhumanos y ya entonces será imparable. Estos transhumanos serán los ciborgs de lo que hemos hablado en algún comentario anterior.

      La posibilidad de que algo imprevisto suceda y regresemos a un mundo de los ritos de Eleusis, con un mundo devastado y sin filosofías que nos orienten, no nos permite intuir un retorno a lo genuinamente humano, creo. Somos demasiados y estamos confusos no siendo conscientes de lo que nos está pasando. Y está pasando, no quepa duda.

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  16. El canadiense señor J. Peterson sufre mucho pues ha padecido trastornos psicológicos (brujulilla curiosa que es una) y no le podría juzgar aunque tuviera una opinión coherente desde mi perspectiva, que como ocurre con todo, dista de la suya. Le escucho hablar con cierta frecuencia. La última vez en una entrevista en una cadena convencional australiana, donde curiosamente vivía su hija Youtuber, cuando estalló “la moda vírica” y que además emite por su podcast que ya no escucho pues me aburrió en su día.
    Que les vaya bonito!!

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    1. No sabía nada de J. Peterson cuando he comenzado a leer su libro. Su primer capítulo me ha parecido muy bueno. Pienso que este hombre sabe bien de psicología aplicada a la realidad humana, pero había ciertas cuestiones que me extrañaban: que hablara de temas que no son su especialidad -genética, zoología, filosofía- y que mencionara a Dios o al Ser. No obstante, la lectura me convenció. Cuando llegó a mí que era un famoso opinólogo que hablaba sobre temas que no es especialista como el cambio climático y que se manifestara negacionista, me llevaron a desconfiar. He devuelto el libro a Amazon. Pienso que el hombre tiene un tono mesiánico que no conviene a la psicología clínica, aunque puede que acierte en ello, no digo que no. La cita que he traído aquí me parece, no obstante, interesante y oportuna. Los occidentales nos hemos quedado sin valores o sustentos ideológicos que nos den soporte existencia. Después de la muerte de Dios, de la Patria, de la religión o de la tradición, ¿qué nos queda? ¿Hacer el bien como propuso Jesús de Nazareth? Emejota, lo cierto es que en el mundo hipercrítico en que vivimos no es fácil expresarse y no ser atacado desde frentes contradictorios. Jordan Peterson es un bocazas, es verdad, pero lo que dice tiene mucho de interés. Pero he devuelto el libro.

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