Albert Boadella responde a una encuesta en Babelia, toda interesante en sus respuestas como suele, pero hay una que quiero traer aquí con afán de polémica. ¿Qué serían los blogs sin polémica?
¿A qué personaje público vivo le dedicaría una ópera? El rey Juan Carlos es un tema formidable en sus aspectos shakespearianos cuando usurpa la Corona del padre y después traiciona al dictador, pero también tiene una parte de Don Giovanni en sus correrías amorosas. Tragedia y comedia juntas.
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Un personaje de opereta.
ResponderEliminarNo soy muy entendido en opera y por lo tanto no voy a poder añadir por aquí grandes metáforas y símiles, ni voy a poder comparar con tal o cual opera. Pero si que tengo la imagen de que algunas óperas pueden llegar a rozar lo bufón, lo histriónico, y tratan de mostrar los aspectos más exagerado de los personajes. Desde luego para mí la historia de este señor desde luego sería una ópera bufa, para destornillarse con ella donde se mostraría hasta que punto alguien tan insignificante puede llegar a ser tan injustamente respetado gracias a un hermetismo total, bajo pena de cárcel incluso, de la historia real no contada del personaje. Una zarzuela más que una opera, aproximandose en cierta manera al genero de las películas que en su día popularizaron Fernando Esteso y Pajares.
ResponderEliminarDiría en todo caso una ópera bufa. No hay que olvidar algunos actos significativos de su biografía: 'El misterioso disparo que mató al hermano del rey Juan Carlos' (https://monarquia.elconfidencialdigital.com/articulo/monarquia_confidencial/misterioso-disparo-hermano-Juan-Carlos/20111127010000008076.html) o sus cacerías, sin entrar en los 'papeles secretos del 23-F', que a saber si se supiera lo que contienen. Una ópera borbónica en toda regla.
ResponderEliminarNo se a quien le dedicaría una ópera, la verdad, soy parco en estas lides, pero si tengo claro que el personaje de Juan Carlos I cumple los requisitos para una tragedia griega.
ResponderEliminarLa Tragedia en Grecia se empleó en una época donde los sofistas confundían las ideas de moralidad e iban derechos al ecepticismo, estos, los sofistas, podrían ser los periodistas de hoy; la idea de moralidad la podría poner el actor principal.
Por otro lado recordar que las tragedias se celebraban en un certamen llamado de "Fiestas de Baco", esto le viene al pelo a nuestro artista invitado, buen deglutador de caldos añejos, sin olvidar todo lo que viene detrás, y que da pie al personaje en cuestión a no ponerlo en duda como un nuevo protagonista bufero, demostrado con creces en aquella famosa frase: ¡Lo siento no lo volveré a hacer más¡, siempre,claro, en esas fiestas, las de Baco.
Por otra lado, tener presente que, y al menos en aquellas fiestas, después de la tragedia*, venía la comedia*.
*/** En las celebraciones de Baco, cada poeta tenía la obligación de presentar tres tragedias. Tragedias que se representaban sólo una vez (por eso eran tan prolíficos los autores, y una comedia posterior, para quitar el mal sabor de boca de las anteriores.
Salut ¡
Yo estoy de acuerdo. Y en su tiempo también pensaba lo mismo de Lady Di, que un Shakespeare de hoy en dia tenía ahí tema al que sacarle jugo.
ResponderEliminarJosé Antonio dice, creo que con mucho acierto, una frase que para mi es clave. "cómo alguien tan insignificante ha podido ser tan injustamente respetado". Es que te pones a buscarlo ¡y cuesta!.
ResponderEliminarRecuerdo que cuando se aprobó por aclamación la ley orgánica del estado en tiempo del "generalísimo", el slogan más repetido era "Franco sí, comunismo no! Al día siguiente del entierro de Franco cuando se proclamó rey a este pájaro el mismo pueblo que había hecho colas kilométrica para ir a la capilla ardiente en el Palacio Real, vitoreaba al nuevo rey con una sensación de entrega de cheque en blanco.
Entiendo que el nuevo régimen, que no era tan nuevo, debió ser apoyado por "los poderes" y contó con el apoyo incondicional de esa "mayoría silenciosa", (de palabra y pensamientos). Tan cara a Rajoy, que había sido educada mucho años para no pensar, nada más que en su trabajo su familia, sus seiscientos y su casa en la playa. El impresentable venía avalado por Franco, y eso era más que suficiente, porque Franco, nos guste o no creó una amplia mayoría silenciosa que lo apoyaba a muerte, (mientras a ellos les fuese bien). El respetable no fue ni siquiera engañado.
No sé si sería una ópera o una zarzuela, tal vez una novela que se titulase "La zorra en el gallinero", o algo así
Un abrazo
Es de poco a nulo lo que sé de ópera, debo admitir.
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