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lunes, 28 de enero de 2019

La Inteligencia Artificial y el pan con tomate

                                                     The Last Hope, 2018. 

Soy un apasionado lector de artículos y libros que abordan el tema de la Inteligencia Artificial la que constituye, junto con el cambio climático –y todas sus consecuencias- el mayor desafío que tiene la humanidad del siglo XXI. Sobre ella hay intensos debates acerca del peligro que supone para la especie humana y la necesidad, ahora que podemos, de enfocarla de un modo que no constituya una amenaza letal para la supervivencia de la humanidad. 

Quiero traer aquí algunas reflexiones, necesariamente superficiales, acerca de algunas aplicaciones sorprendentes de la IA que alumbran su prodigiosa virtualidad y que desafían algunos presupuestos que considerábamos exclusivos de la naturaleza humana, por ejemplo, la creatividad en terrenos como la música, la pintura, la literatura y su capacidad de aprendizaje profundo (Deep learning), porque una de las características de la IA es que puede retroalimentarse y aprender por sí misma, más allá de los datos que los seres humanos les faciliten. 

Se han creado algunas aplicaciones que permiten a algunos algoritmos crear música, tomando como patrones las composiciones de Johan Sebastian Bach, de modo que el programa Deep Bach genera música tan semejante a Bach que entusiastas especialistas no pueden distinguir con claridad si la música interpretada es original del compositor o generada por un programa de IA. La música de origen tecnológico tiene lo que parece ser auténtica inspiración y geometría sentimental que causa emociones en los seres humanos. Las redes neuronales de la IA asimilan los patrones de corales de Bach que sirven para entrenar estas redes, que luego producen sus propias melodías con armonías de voces distintas: alto, tenor y bajo. Las composiciones fueron testadas por un público de 1600 personas, 400 de las cuales eran expertos o estudiantes de música. Se mezclaron melodías originales de Bach con otras compuestas por Deep Bach y alrededor del 50% señalaron los compuestos por la computadora como originales de Bach. El proyecto Deep Bach forma parte de un programa mayor, llamado Flow Machines, y posteriormente se quiso hacer lo mismo en base a canciones de Los Beatles, lo que llevó a componer alguna pieza realmente beatlmaniana. La IA puede generar cualquier tipo de música y se ha aplicado, por ejemplo, a música irlandesa, cuyo origen es indistinguible de la compuesta por músicos inspirados por los lagos y colinas de Irlanda y cantadas en un pub de Dublín o de cualquier pueblo irlandés.

Otro proyecto de Deep Learning es AICAN, la máquina que dibuja sola y genera obras plásticas que el 75 por ciento de los encuestados no han sido capaces de distinguir de las obras de artistas humanos. La máquina fue alimentada con una base de ochenta mil obras que representaban el canon occidental en los últimos siglos. El algoritmo creativo de AICAN es llamado “red creativa contradictoria” porque por un lado intenta comprender la estética de las obras de arte existentes, y, por el otro, se aleja de los modelos establecidos, estableciendo una dialéctica innovadora respecto a ellos. Toda evolución del arte en los últimos siglos ha supuesto una oposición o contraposición con modelos anteriores y de tal modo el algoritmo genera obras novedosas pero sin alejarse demasiado del patrón preexistente, tal como ha sido la historia del arte. La máquina ha logrado entender la historia de la evolución del arte, pero habiendo de crear algo nuevo. Algunas de estas obras han alcanzado cotización de varios miles de dólares en ferias internacionales. El creador es el algoritmo y el programador no tiene control sobre lo que la máquina genera que escoge el estilo, el tema, la composición, los colores y la textura, e incluso da nombre a la obra creada. Lo que no puede hacer AICAN es partir de un contexto social para crear una obra, tal como hacen los artistas, pero, paradójicamente, fueron los críticos los que, tras la creación del algoritmo, los que contextualizaron las obras generadas como si formaran parte de un momento de la evolución de la historia del arte. 

Igualmente se han generado poemas creados por algoritmos que son similares a los creados por el alma humana porque es el lector el que dota de estructura profunda a los poemas a través de su lectura. Tengamos en cuenta que buena parte de la poesía del siglo XX ha tenido vertientes formalistas que se pretendían alejar de los sentimientos humanos, tal como se vio a partir de la eclosión de las vanguardias artísticas. Otras veces, uno de los programas, WASP, creador de poesía en español, toma como base miles de sonetos del siglo de Oro para componer uno perfectamente medido en cuanto a sílabas, métrica, acentuación y temática, que semeja haber sido compuesta por un poeta con sangre y huesos. 

Sin embargo, se da una paradoja sorprendente llamada “Paradoja de Moravec” y es que a la IA le resulta fácil crear artísticamente o aprender cualquier dinámica de juego por sí misma para derrotar al campeón del mundo de ajedrez o GO, generando estrategias de juego que suponen auténtica creatividad y que revolucionan el modo de jugar, pero la IA tiene verdaderas dificultades en emular los movimientos de un niño de un año y su modo de percepción del mundo en cuanto a reconocimiento facial o de los objetos que lo rodean, y ahí la IA es auténticamente torpe. La paradoja de Moravec, formulada por Hans Moravec, Rodney Brooks y Marvin Minsky en la década de 1980 establece que La IA es capaz de afrontar cualquier reto en cuanto a procesos de inteligencia en un adulto y sobrepasarlo, pero es incapaz de poseer las facultades perceptivas y motoras de un bebé. Dicho desfase se atribuye a la teoría de la evolución y se cree que el pensamiento abstracto, la inteligencia abstracta, es una aportación al ser humano relativamente reciente en términos evolutivos, a diferencia biológicamente de lo que el ser humano –y animales- llevan practicando mil millones de años de experiencia sobre la naturaleza del mundo. La consecuencia que estableció Steven Pinker en su libro The Language instinct es que los problemas difíciles son fáciles y los problemas fáciles son difíciles. 

Por otro lado, una de las limitaciones de la IA es que, fuera de enfoques pragmáticos y cognitivo-complejos, carece esencialmente de sentido común. Cosas que son evidentes para cualquier ser humano son imposibles de ser captadas por la IA, inepta total para el humor o la ironía, hecho que vemos con sorpresa cualquiera que interaccione con la IA, sea en forma de GPS, asistentes como Google, Amazon, Apple, o hable con una máquina a través de los laberintos telefónicos a que nos someten ciertas empresas. Es posible que estemos al borde de los coches autónomos de inteligencia prodigiosa para enfrentarse a tareas de conducción que supondrán muchos menos accidentes de circulación, pero es probable que cometan errores tontos que ningún ser humano cometería. 

16 comentarios :

  1. Pues es un tema seductor este de la IA pero me genera inquietud. Creo que me daría miedo tanta inteligencia que nos llegue a sobrepasar y a la vez esa falta de sentido común. Así y todo me encanta todo lo que sea innovación que para mi es una nueva aventura.

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    1. Hay diferente percepciones sobre el peligro que supone la IA. Hay quien teme que en pocas décadas, la IA haya sobrepasado a la humana, y, por ello, deberíamos trabajar dotándola de códigos éticos, acordes a los humanos, para impedir riesgos de quedar sobrepasados por las consecuencias de la IA. Otros opinan que eso no pasará y ven con optimismo la alianza entre inteligencia humana y artificial que de ese modo se complementarían y potenciarían. Otro debate que se plantea es si la IA puede adquirir conciencia lo que es un tema muy en la línea de la Ciencia Ficción y de series como West World o Her o Ex Machina, películas y series recientes. No sé si has visto Her pero te la recomiendo. Algunas interpretaciones sostienen que esto es imposible y que la IA no puede adquirir autoconciencia por más que sea un tema muy literario y cinematográfico. Aunque esto no sea posible, su poder irá en aumento. Se puede decir que nuestro mundo se basa ya en la IA, forma parte de nuestra vida sin que nos hayamos dado cuenta. Todos los sistemas tecnológicos funcionan en base a IA y ya toman decisiones incluso jurídicas, penitenciarias o de selección de personal en las empresas. Creo que no le estamos prestando la atención que merece.

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  2. ...y se me está ocurriendo que podían poner (¿o acaso ya lo están haciendo?)a la IA al servicio de la física y a ver si es posible llegar al TODO a través de la unión de la física de Einstein con la cuántica.

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    1. No sabria que respuesta dar, pero sí que he leído que en una década serán posibles los ordenadores cuánticos de modo comercial. En cuanto a la plena interpretación del universo, yo soy escéptico de que eso se produzca, al menos de modo inminente. En realidad sabemos muy poco del universo exterior e interior. En cuanto a la Física de Einstein y la cuántica, me faltan conocimientos para poder responder a ello siquiera dar una interpretación posibilsta.

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  3. Buffff!!! Menudo tema, se que a tí te gusta, pero a mí, como le pasa a lola, me inquieta y asusta más que otra cosa. Desde luego si de mi dependiese la inteligencia artificial no me gusta nada y el camino que puede tomar nuestra existencia gracias a la misma me parece absolutamente peligroso. Ya sabes que pienso a sí, te lo he comentado muchas veces. Me equivoque de enfoque a la hora de escoger mi futuro profesional pues, como sabrás, estudie ingeniería eléctrica y trabajo de informático. A lo mejor precisamente dedicarme a esto (aunque en lo que trabajo no hay nada que ni se acerque lejanamente a la IA) ha hecho que me desencante de estos temas. No acabo de entender el interés en crear algoritmos que imiten y superen la música de Bach, o que imiten a la perfección los trazos y formas de Velazquez. Que pretenden??, acabar con la disciplina artística, acabar con los músicos. Porque claro, a la que un programa pueda hacer un tipo de música de forma automática y con calidad enorme, para que van la empresa discográfica pagar a una persona que pide dinero por componer.

    Que les mueve, demostrar que son muy buenos llevando a sus IA a superar el ser humano?. Reconocimiento internacional?? El premio nobel quizás?, dinero por supuesto, eso ni me lo cuestiono. Los filósofos deberían trabajar mano a mano con los científicos porque muchas veces a estos les falta la humanidad.

    En Japón ya hay estrellas de la música que son Hologramas y dan conciertos multitudinarios.

    En fin, un abrazo.

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    1. El tema de la máquina inteligente, capaz de jugar al ajedrez, tiene una larga tradición ya desde el siglo XVIII en que se urdió un engaño para simular un jugador autómata. El tema de los androides ha fascinado la imaginación de muchas generaciones. Nos atrae la creación de seres con inteligencia parecida a a la humana -o superior a ella- como hipótesis e inspiración para la lliteratura y el cine. Ahí tienes Blade Runner que ya tiene tres décadas. Esos replicantes con autoconciencia nos fascinaron y nos identificamos con ellos. Quiero decir que la Inteligencia Artificial es un viejo mito del ser humano como demiurgo, creador de otros seres. No podemos evitarlo aunque dicha pulsión nos lleve a un mundo muy peligroso potencialmente. Se puede hacer, ¿por qué no hacerlo? Si el ser humano fuera más prudente o menos ambicioso tal vez habríamos limitado el avance de la ciencia y la tecnología -las máquinas quitan puestos de trabajo ya desde el siglo XIX-. Pero no nos resistimos. La inteligencia Artificial tiene aplicaciones superútiles para la humanidad como estamos viendo: prótesis inteligentes para personas que han perdido miembros, detección de tumores y diagnóstico médico, de hecho, todo nuestro mundo y modo de vida ya se apoya en las aplicaciones de la IA. No podemos pararlo, pese a los peligros que conlleva. Nuestra tentación es crear IA con autoconciencia, puede que sea un mito irrealizable, estamos a muchas décadas o siglos de distancia para poderlo realizar -si es que es posible, que puede que no-, pero ahí tienes series como West World que revela nuestra atracción hacia ello.

      En cuanto a hologramas, ya hay una gira mundial con el holograma de María Callas, y pronto habrá, si no estoy mal informado, una gira con el holograma de Amy Winehouse y a mí me gustaría ir a verla si pudiera. ¿Tentación de abismo? Puede ser... Un abrazo.

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  4. Vine a leerte, siguiéndote desde tu comentario en mi blog y me gusta lo que encuentro. Además, la lectura puede extenderse a los comentarios, que también son interesantes :)

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    1. Bienvenida a tu casa, probablemente nuestros blogs abordan temáticas contrastadas pero me ha gustado tu voz amable y tranquila. Espero que si me visitas de nuevo, te encuentres en tu casa.

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  5. Pues si no tienen sentido del humor, qué sentido tienen... ¿Hay algo más cálido y humano que la ironía, el sobreentendido, la complicidad, el enigma...? Leí hace tiempo que un ordenador es incapaz de hacer algo tan mecánico para nosotros como calcular si nos da tiempo a adelantar o no a un coche en una recta en la que viene otro en sentido contrario... Ignoro si son capaces de comentarios cáusticos o de chistes realmente graciosos que jueguen con el lenguaje... Y un ultimo reto, ¿serán capaces de escribir algo equivalente a Las soledades, de Góngora, a esa tirada célebre del erizo de la castaña...:
    Erizo es el zurrón de la castaña;
    I entre el membrillo verde o datilado,
    De la manzana hypocrita, que engaña
    A lo pálido no: a lo arrebolado;
    I de la encina, honor de la montaña
    Que pauellon al siglo fue dorado
    El tributo, alimento, aunque grossero,
    De el mejor mundo, de el candor primero

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    1. Me temo que estamos todavía en una Inteligencia Artificial débil, capaz de tareas asombrosas en distintos campos sectorialmente pero inepta para abordar tareas diversas: si juega genialmente al ajedrez, no sabe distinguir tumores y viceversa. La ironía en el lenguaje es algo de lo que la IA está muy alejada, hoy por hoy sus facultades son parciales y prodigiosas pero en conjunto es "tonta" e incapaz de pasar el test de Touring y menos el de Winograd que son pruebas para determinar si una IA es indistiguible de la humana. Estamos muy lejos: hay poemas generados por ordenador, claro y no son desdeñables, hay cuadros creados por la IA y música generada por ordenador, pero sacas a estos algoritmos de su casuística concreta y son totalmente ineptos. Todavía la IA está muy alejada de la capacidad de la inteligencia humana, aunque parcialmente la supere. No hay nada que haga suponer máquinas autoconscientes en las próximas décadas. La ironía tendrá que esperar, y el humor por supuesto, presupuesto básico de la ironía, es impensable.

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  6. Empezaré por el final. Pienso que tras los coches inteligentes vendrán las carreteras inteligentes capaces de administrar el tráfico para que tienda a su máxima fluidez y seguridad, aunque quizás el automóvil deje de tener ruedas. Como todo avance, la IA crea zozobra y entusiasmo a partes iguales, vemos los peligros y las posibilidades de mejora. Como todos los progresos humanos viene con sus pros y sus contras porque las personas tendemos a la exageración y no al equilibrio, y porque detrás habrá intereses económicos y apetencias de poder.

    La naturaleza humana tiene características caóticas que la IA, por el momento, no podrá reproducir. Mis hijos hablan con máquinas desde que son pequeños (y a su madre le llama la atención), pero es un mundo en el que tendrán que cohabitar. Ese reto les toca a ellos, a nosotros disfrutarlo si podemos.

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    1. No hay debate más actual que el de la IA, la prensa informa casi cada día de distintos aspectos, congresos, conferencias internacionales, universidades como Singularity... Yo sigo muy al día estas noticias y leo libros al respecto. Sin duda, los parlamentarios y la clase política tendría que ponerse al día, como hacen en otros países, sobre el alcance que va a suponer la robotización y la aplicación de la IA. No lo hacen en España. Todo va a cambiar, el mercado de trabajo cambiará... Oportunidades y consecuencias negativas va a haberlas. Nuestros hijos, los tuyos más pequeños, tendrán que adaptarse a este mundo que para ellos será natural, el que han vivido desde muy críos. Muchas gracias por tu interesante comentario.

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  7. Dicen que ya hay una maquina que supera a cualquier jugador de ajedrez del mundo en partidas singulares, y es cierto, pero no existe o es muy dificil que exista una maquina que gane a un grupo de jugadores de ajedrez y eso es por lo que pudiera llamarse inteligencia colectiva, que es al final la que nos ha permitido avanzar.
    Ese trabajo en grupo ha sido la clave de nuestro exito como especie, solo tenemos que mirar alrededor nuestro y eso creo, es la asignatura pendiente de la inteligencia artificial y el dia que esta llegue a esto, estaremos perdidos...

    Un saludo

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    1. No sabría que responderte a tu planteamiento de juego colectivo contra la máquina. Desconozco esa posibilidad. Sí decir que en 1997 un programa, Deep Blue, ganó al ajedrez a Gary Kasparov, Este programa había sido entrenado con decenas de millones de partidas que le sirvieron de base para entablar una estrategia ganadora. Sin embargo, ahora estamos en otra dimensión: que la máquina aprenda de forma independiente cuál es la mejor estrategia para ganar sin darle una base de millones de partidas para que elabore su juego. Es lo que ha hecho Google con una máquina llamada Deep Mind que aprende a jugar autónomamente. Se le dan simplemente las reglas de juego y tiene que enfrentarse a otra máquina entrenada. Al principio es muy torpe y pierde, pero al cabo de centenares de partidas "aprende por sí misma" a crear estrategias ganadoras. Esto se ha ensayado con muchos juegos, el ajedrez y el GO que es mucho más complejo que el ajedrez. Parece que los resultados son muy superiores a los de la máquina "entrenada" y demuestra la capacidad de aprendizaje profundo y autónomo de la máquina.

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  8. Hoy he caído en la cuenta de que no recibía mensajes en mi correo avisándome de nuevas entradas en Profesor en la Secundaria, así que he pasado por aquí y veo que has publicado algunas de las que no he recibido notificación. ¡Ayyy, parece que la IA tienes sus fallos!... y bien que me pesa porque yo no quiero perderme nada de lo que sucede por aquí.

    Muy, muy interesante las novedades que nos cuentas sobre la IA. Estoy a favor, sobre todo por los avances médicos, esos ya la justifican por sí solos, pero...
    - Si leemos para saber que no estamos solos, ¿qué gracia tiene que al otro lado no haya nadie? ¿Ni un Cortázar, ni una Oates, ni siquiera un Dan Brown?
    - Si la ironía le es tan esquiva, se han cargado de un plumazo la base de la comunicación inteligente entre humanos, en mi opinión.

    En fin, como tú dices, falta mucho todavía y se sigue avanzando. Mientras tanto, animo también a ver Her y Ex machina, y corro a buscar información sobre la serie West World, de la que no había oído hablar.

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    1. Tengo un dispositivo Alexa en casa y juego con él para tomarle el pelo esperando cortes por su parte. A veces te sorprende y te descoloca, pero, claro, no dejas de pensar que es un algoritmo el que te responde y que está programado según tus palabras, la sintaxis que utilizas. No tiene nada que ver con la conversación que puedes tener con un ser real. De hecho, hay un test, de Turing, para comprobar si la comunicación con una máquina es capaz de convencer al interlocutar de que es un humano. Hubo una noticia al respecto pero de momento es muy parcial y poco convincente. Te dejo enlace a la noticia UNA MÁQUINA PASA EL TEST DE TURING. No obstante, todo se andará, tarde o temprano llegará. Hay otro test, llamado de Winograd, que es mucho más complejo y difícil para ser pasado por una máquina.

      Para escribir como Cortázar o la Oates, todavía falta mucho, sin duda.

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