Yo, Juan Carlos I,
rey de España, hoy fecha dieciocho
de abril de dos mil doce, declaro solemnemente ante mi diario más íntimo, al que
no tendrán acceso ningún medio de comunicación y solo la historia sabrá de él,
que hoy me he disculpado por haber ido de cacería de elefantes a África. Lo he hecho porque no me
quedaba ninguna otra opción, dada la campaña masiva de desprestigio de la
institución que ostento. Desde derecha hasta izquierda, nacionalistas de todo
pelaje, opinión pública y medios de comunicación han visto como inadmisible que
yo, el Rey, me vaya de safari a África. Pero yo reflexiono honestamente
y expongo ante la intimidad de mi diario personal:
Llevo treinta y siete años, que se dice pronto, aguantando
la corona de un pueblo desagradecido y caótico que no ha apreciado que este
periodo ha sido el más estable de toda su historia. ¿A quién le gustaría llevar
la corona española? Yo me eduqué para ello, desde pequeño. A los diez años, mi
padre, el conde de Barcelona, y Franco pactaron que yo me trasladaría a
España para cursar estudios y prepararme para ser el sucesor de mi abuelo. Tuve
la inmensa mala fortuna de matar a mi hermano Alfonso en un luctuoso accidente.
Yo no he podido elegir. Siempre he tenido mi vida dirigida identificándome con
el destino de España. Hube de
educarme en el régimen de Franco y a
la vez siendo fiel a mi padre que me aconsejaba desde la distancia para que yo
fuera el instrumento que llevara de nuevo a España a la democracia para lo cual
hube de soportar la dictadura y la omnipotente figura de Franco que nos despreciaba, a mí y a mi padre, como una dinastía
débil.
He tratado de identificarme con España, toda mi vida no he hecho otra cosa. ¿Saben lo que es que
una vida humana lleve tal sello de identidad? ¿La marca de la historia?
Gozosamente renunciaría a ello. No es un privilegio ser el rey de los
españoles. Estoy harto. Llevo treinta y siete años intentando representar
dignamente a este país. ¿Qué tiene de malo que un rey tenga determinadas
escapadas? ¿De qué vale ser rey si uno no puede tener algún lío de faldas?
¿Quién aguantaría la corona de un país cainita y desnortado como éste si uno no
pudiera de vez en cuando irse de safari a África?
Aguanto la representación día a día de la dignidad menos reconocida. Mi vida
está milimetrada. Represento una estabilidad que no veo presente en la
conciencia de este pueblo que ya no sé si considerar el mío. Entiendo a Amadeo de Saboya, que fue rey de este
país y dejó la corona, harto de un país incontrolable, tras dos años de
reinado. No puedo más. Sé que he de disculparme, pero a la vez veo un país con
terribles perspectivas, un país que tiende a la disgregación, que solo goza en
su autodestrucción. ¿Qué esperan los que ahora gozosamente me critican, me
vapulean, y se mofan de mi afición a los safaris? ¿Que me humille? ¿Qué
abdique? ¿Que abandone este país y lo deje a su deriva siempre tendente a la
guerra civil? ¿Cuánto aguantaría España
sin una monarquía moderadora que pusiera algo de estabilidad en este caos
interterritorial? ¿Serían capaces los españoles de edificar unos cimientos
estables que les permitieran la convivencia en paz y sin fragmentarse? Yo no
lucho solo por mí y por mi familia. No. Lucho por el devenir histórico de este
país que no sabe o no puede gobernarse sin alcanzar el caos y el conflicto.
Nadie podrá negar que este tiempo en que la Reina y yo hemos reinado, ha sido el único pacífico y estable de la
desgraciada historia de España. Para
eso me educaron. Para eso he aguantado todo este tiempo. ¿Por un elefante más o
menos he de ser puesto en cuestión y llevado ante el paredón de las befas y
cuchufletas de los tuiteros, feisbukeros y medios de comunicación?
¿Qué sería de un rey que vive, como yo, en una jaula de oro, pero jaula, si no
pudiera alguna vez gritar gozosamente en las sabanas africanas y disparar mi rifle contra
la bella testuz de un elefante que barrita? Otros se dan al alcohol, otros
tienen terribles aficiones inconfesables. ¿He de ser perfecto? ¿He de
representar hasta la hez esta patraña de la monarquía para evitar que los
españoles vayan a la ruina siguiendo su destino histórico?
Mala suerte he tenido con mis yernos. Espero que Letizia no nos salga rana. En el fondo
la compadezco. Dejar su vida de profesional destacada para integrarse en una
familia cada vez peor avenida y progresivamente disgregada como la mía, ha
tenido que ser difícil. Ha de saber que es difícil que ella reine. Este país es
demasiado complicado, y nunca será querida de verdad. La monarquía tiene los
pies de barro aunque yo he hecho todo lo posible por sacarla a flote e intentar
dar un sosiego a este país en su torturada historia.
Realmente has sido original, creativo, irónico y hasta humano. Desde el título es un texto genial.
ResponderEliminarMe recuerda esto un poco a lo que les sucede a los personajes trágicos: cuando se abre el telón, los ves en su esplendor, te subyugan con su carisma, sus cualidades y logros, pero a medida que se va desarrollanado la acción, es ese defecto trágico, su costado más humano, su talón de Aquiles, el que lentamente los va llevando a su propia ruina.
He leído mucho sobre el episodio en los periódicos y en los blogs españoles que sigo, pero tu relato es sin dudas el mejor.
Un beso.
Le comprendo ,Majestad.
ResponderEliminarEnhorabuena, Joselu, por este apócrifo diario del Rey. Has estado, sencillamente, genial. No tengo más que añadir a lo que has atinado a decir. Solo que estoy totalmente de acuerdo con Su Majestad.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué cojones! ¡pues dedíquese al tiro olímpico cuando necesite descompresión!
ResponderEliminar... no te jode.
Tendrá que darnos pena, encima.
¡Anda y que le den!
Jajajaja Ay que bueno JOSELU...cómo me ha gusta leerte esto... ¡¡por fin un poquito de aire fresco !! tanto pim, pam pim me aburre soberanamente y mira, en tu honor, por lo contenta que me ha puesto leerte, a mi que jamás me sale un taco ni queriendo...no se me ocurre mejor forma de homenajearte, que hacerte los coros ( mamá tápate los oídos jajajaja )
ResponderEliminar¡¡ Mu bien dicho, qué cojones!! :))
Muaaaaaaaakss gordo.
PD
Aaaah y... así sí, que ¡¡Viva la república!! :)))
Encerrado en una jaula de oro, qué pena. Debe de suponer un gran sufrimiento no saber si llegarás a fin de mes, organizar los estudios de tus hijos para que tengan un empleo digno, tener un plan B por si te tiran de tu trabajo, ahorrar unos dinerillos por si viene mal la jubilación, esperar que te toque un cuponcete para hacer esos arreglillos en la habitación para que quepan los nietos, preocuparte de la compra, de renovar el armario, de hacer la declaración de hacienda... y además que estos ingratos se metan contigo. ¡Uff, qué pena me das!
ResponderEliminarNo sé si quieren que le den o que no le den. Creo que, no siendo yo elefante. no siendo un republicano claro y visible ni tampoco leyendo biografías de su Majestad en el flexo de mi mesita de noche, lo que me siento es aturdido por este despliegue mediático. Lo que lanzas, es una piedra, aunque no lo parezca, una piedra llena de una ironía formidable, útil para estos tiempos de mediocridades. Como siempre. Qué cosas pasan en Ikea.
ResponderEliminarLo comparto en facebook con tu permiso, Joselu. Sé que está.
ResponderEliminarJoselu:Que maravilla de discurso si tiene oportunidad de leerlo te contrata jajaja.Que toque más sutíl e irónico.Estoy con María aunque xD no soy muy de tacos pero sí de malos prontos...
ResponderEliminarMe encanta!
Un abrazo.
Se te da de miedo lo de meterte en la piel de otros y pensarlos desde dentro. El resultado se deja leer con complacencia desde las dos posiciones, pro y contra. Pero un instante después llega la duda de si no estarás siendo irónico y habrá que leerlo en sentido opuesto. Se sale escamado, dándole vueltas. Y eso está muy bien.
ResponderEliminar¿De qué vale ser rey si uno no puede tener algún lío de faldas?
ResponderEliminar¿Tienes algún dato o solo infundios?
DE todos modos el escrito está bien. Tiene dos lecturas. No está escrito ni totalmente a favor ni totalmente en contra.
ResponderEliminarEstá bien.
Un texto muy inteligente y "neutro".
ResponderEliminarEnhorabuena
¿Un republicano escribiendo en nombre del Rey? No sé qué es más cómico si las palabras que hoy derramas o el hecho en sí de haberlas derramado. Tus letras tienen empatía graciosa hacia el criticado y desparpajo en cada línea. Todo servido en una bandeja de informalidad que rompe con esa actitud fruto de una farándula llamada monarquía. Esperemos que la historia conserve este diario envuelto en tu bandera republicana.
ResponderEliminarUn saludo, Majestad. Admiro a los reyes republicanos.
No estoy segura de tu intención al escribir ese discurso del rey pero me ha resultado un magnífico discurso. Y de lo que no cabe duda es que debe estar hasta la coronilla de tanto problema por aquí y por allá. No era el momento oportuno del viaje, metió la pata y nos enteramos todos, pero de eso a que lo lapiden ..... (yo creo que se fue para huir de todo y todos porque debe estar a punto de depresión).
ResponderEliminarDe verdad, muy bueno, Joselu.
Bonito ejercicio. Hay que ponerse en el lugar del otro, todos tenemos nuestro punto de vista, todo es relativo. Que nada cambie, pues.
ResponderEliminarSin embargo, he de decir que tu post me ha entristecido un poco, espero que ese no sea de verdad el diario del Rey.
Soy matemático de espíritu. Me gustan las verdades universales y eternas. Me gusta llegar a las conclusiones por vía racional, si puede ser. Nunca me han gustado los trapicheos prácticos. Detesto el pragmatismo y el relativismo.
Si es mejor ahora en estas circunstancias o si será después, algún día, tener monarquía o no, es una cosa que me no me interesa.
Yo sólo pienso que no deberían haber reyes, ni países, y sobre todo pienso que qué culpa tienen los elefantes de todo esto.
En fin, sólo es una opinión.
Joselu, entrada tras entrada desde que te sigo he estado de acuerdo, o no, con lo que escribías, siempre he sacado una conclusión o una reflexión a partir de lo que nos proponías e incluso he debatido contigo temas muy espinosos desde una postura abierta de mente. Pero esta vez NO. Me niego siquiera a darte un margen de error en este asunto.
ResponderEliminarComprendo que intentas realizar un ejercicio de empatía, no ya hacia el símbolo de la monarquía como institución -institución detestable y anacrónica, que debería haber desaparecido de este país hace ya un par de siglos- sino hacia el hombre: Juan Carlos.
Supongo que fruto de años y años -desde mi más tierna infancia- escuchando en toda clase de medios lo campechano, bonachón e incluso pícaro que era el personaje, mi visión había sido distorsionada o reblandecida, llegando incluso a admitir que mi animadversión era para con la corona y no hacia él.
Que él sólo era el producto circunstancial de su entorno. Y así, le eximía de cualquier responsabilidad, como bien es sabido que hace la carta magna de este estado, que tú ya has admitido que se sostiene por su abnegación y sacrificio.
Y esa, esa es la mentira perfecta, "la clau de volta" que cierra el arco, el "atado y bien atado", la llave maestra en manos de los mangantes, estafadores, corruptos, pícaros, espabilados que les da carta blanca para sus tropelías bajo el disfraz de empresarios, religiosos, políticos y reyes.
En el país de los ciegos, el tuerto es el Rey.
Un país que desconoce el significado AUTENTICO de la palabra RESPONSABILIDAD porque aquí la culpa siempre la tienen los otros y aunque te pillen con las manos en la masa siempre tienes dos opciones: negarlo todo y buscar el apoyo de la justicia siempre al servicio del más rico o admitir el error y aun reforzar tu papel de personaje carismático.
Pagamos justos por pecadores, pero tenemos lo que nos merecemos: una monarquía y unos gobernantes que nos toman por idiotas y nos manejan a su antojo. Y empiezo a creer que quizá lo somos todos.
Pero yo, al menos, no le voy a reír la gracia al tipo este (incluso su más famoso y "gallardo" gesto, aquel "por qué no te callas? me parecio ya una falta de respeto, no hacia el pamplinas de Chávez, sino hacia sus propios SÚBDITOS; que es lo que somos hasta que queramos de verdad dejar de serlo).
QUE SE VAYA YA. Y SI EL ESTADO, EL PAIS O LO QUE SEA DESAPARECE CON EL ¡QUE SE LO LLEVE PUESTO! ¡HALA!
Pienso que la reflexión sobre Leticia no sería la más acertada después de lo ocurrido tras ser elegida por su hijo como pareja y su negativa a que esto sucediera.
ResponderEliminar¿Sabes una cosa ESTEVE?
ResponderEliminarSi tú, yo o como dice JOSELU cualquiera de los ciudadanos que formamos este país de cainitas, despellejadores de profesión y a tiempo libre, permaneciéramos bajo los focos, como un insecto en el porta de un microscopio, de manera constante durante los 37 años que lleva él, por el que no siento más simpatía que por cualquier otro ser humano, al que de manera constante le están zumbando sí o sí, por lo que hace, lo que no hace o debería de hacer, dudo muchísimo que nos salváramos ninguno. Ninguno ESTEVE.
Miro hacia atrás y veo que desde el 75, en el que este hombre, con mil defectos subió al trono de este país, hemos vivido el periodo más largo de la historia en paz y democracia, mejorable, naturalmente, pero repito ¿ves alguna alternativa viable hoy, con garantías de mejorar lo que hay? yo, no.
No me gusta él, pero aun menos los políticos que nos han tocado y precisamente por eso me pregunto ¿en qué quedamos? no queremos monarquía, perfecto. Totalmente de acuerdo con todas las críticas que se le hacen, pero ... resulta que tampoco tenemos políticos que la sustituyan con rigor y garantía alguna... pregunta ¿qué narices queremos? ¿volar todos por los aires?
Así que, antes de anclarnos en la crítica constante, antes de experimentar con lo desconocido, valoremos por una vez, lo poco que tenemos, sin pedir a nadie lo que ninguno de nosotros estamos en condiciones de mejorar...
Y sí, si mientras practicamos un poco de empatía y buen humor, yo...firmo.
Un abrazo y buen día, ESTEVE
Hola María,
Eliminarme disculpo por lo extenso de la respuesta. Así que no voy a esperar que la leas entera y mucho menos que la contestes, si no quieres. Si lo haces, gracias de antemano por perder un poco de tu tiempo.
Ni Joselu, ni tú, ni yo, ni nadie soportaría estar tantos años bajo la lupa. Estoy completamente de acuerdo contigo, nadie personifica la virtud perfecta, todos tenemos nuestras imperfecciones, errores, vicios y arrepentimientos. Pero piensa que esa no es la cuestión, ni Joselu, ni tú, ni yo, ni el 99'99 % del resto de ciudadanos somos reyes. Lo es él. Yo no quiero serlo, pero tampoco quiero que lo sea nadie y menos aun si la ley lo pone directamente por encima de mí, como ciudadano que soy.
Es que... es que... es una cuestión de puro sentido común. ¿Por qué una persona debe tener esas prerrogativas, esos privilegios, esa riqueza y ese poder sobre todos los demás? Es que no tiene ni pies ni cabeza.
Pero no se trata de una cuestión de monarquía o república ahora mismo ¿verdad? El texto de Joselu trata sobre una persona concreta. Como decía antes, hasta hace poco había creído en el cuento que me contaron "que era una persona afable, cercana, campechana" -añade todos los eufemismos circunstanciales que quieras- pero son sus propias acciones las que han ido deteriorando esa imagen una vez tras otra, así que cualquier respeto que pudiera tenerle -no ya por la institución que personifica, a la que no se lo tengo en absoluto- sino como individuo, se ha ido difuminando poco a poco y con el asunto del elefante –no ya el engaño o el dineral gastado en una época en la que los demás “tenemos que apretarnos el cinturón”, sino por la cacería de un animal en peligro de extinción- lo poco que pudiera quedar de duda, se ha esfumado de golpe. Respecto al individuo, es la gota que colma el vaso. Las -casi- lágrimas de cocodrilo de ayer y esa voz temblorosa no hicieron sino reafirmarme en mi postura. Se veía a la legua que actuaba, que era una pose. Cómo leí en una viñeta, sus palabras "Lo siento, no se volvera a repetir" bien podrían ser traducidas como "lo siento, la próxima vez iré con cuidado para que no me pilléis".
Yo dudo de cualquier verdad que viene recubierta por una capa de infalibilidad, incluso cuando parece confirmar mis propios argumentos. Y a él, a Juan Carlos -el hombre- ya le concedí el beneficio de la duda demasiadas veces. No soy categórico hasta que la duda me lleva a una conclusión. Y créeme, me han hecho dudar. Pero ya se acabó...
En cuanto a su labor como garante del período de paz más largo en la historia de este país, también tengo mis serias dudas: él es un superviviente nato, que se adapta a las circunstancias contemporáneas mientras le permitan seguir manteniendo su posición. Hasta el punto de mirarnos a los ojos y mentir una vez tras otra. Y eso no lo debemos olvidar, jamás, por mucho que nos lo presenten como un hábil político o "uno más entre los normales”. No voy a entrar a valorar decisiones o acciones concretas en el terreno estricatmente político ahora, pero vamos, que si lo hiciera, bajo mi punto de vista tampoco saldría bien parado.
Respecto a los políticos, te podría contestar con los mismos argumentos que esgrimes sobre el Rey ¿no han sido los que hemos tenido hasta ahora, protagonistas a su vez de ese período de estabilidad y paz y han obrado correctamente por mantenerlo? ¿Y cuál es el resultado actual de los actos de unos y otros?
Pero bien sé que esa disyuntiva entre Rey bonachón-Políticos corruptos, es un argumento que se alimenta a sí mismo en un bucle cerrado; ya lo he intentado rebatir en otras ocasiones sin éxito porque los que lo defendían lo tenían muy claro todo y no estaban dispuestos a escuchar otro punto de vista; como el niño que juega un partido de fútbol y se lleva la pelota para que los demás no jueguen si él pierde. Llegados a tal punto y teniendo en cuenta que si no nos plegamos y aceptamos esas normas, no hay juego, la próxima vez me traeré yo mi propia pelota (esto no es una alusión directa, sino una metáfora sobre la situación general o cualquier discusión sobre política; en ese punto estamos).
EliminarPero es que, además, yo no sólo señalo con el dedo al Rey Juan Carlos I: he cargado contra todos. Contra el individuo, la institución de la monarquía y la corrupción de la élite política, económica e incluso religiosa de este país. No lo hago de manera gratuita, no es una pataleta de un radical. Ni por supuesto mi intención es que volemos todos por los aires, sino cambiar el sistema... quizá de manera ingenua y poco efectiva: aportando ideas a través de mis palabras.
Tengo el conocimiento y el sentido común suficiente como para no hacerlo si pensara que no hubiera alternativas o no tuviera preparadas mis propias respuestas.
¿Las tengo? Por supuesto tengo muchísimas ideas, aunque exponerlas ahora, alargaría –aun más- esta conversación, nos desviaríamos por otros derroteros y más allá de eso aun: la validez de cualquier alternativa no puede ser probada si la mayoría ni siquiera quiere escuchar y no digo ya cuando se trata de ponerlas en marcha. Esa era otra queja que exponía en mi respuesta anterior. Que quizá todos somos un poco idiotas y que tenemos lo que nos merecemos, aunque paguemos justos por pecadores.
Yo nací en el momento que se reinstauraba la democracia en este estado. Y sí que sé valorar lo que –en principio- eso ha significado de bueno para mí: una vida con ciertas garantías, posibilidad de estudiar sin tener que ponerme a trabajar a los 13 años como mi padre hizo, por ejemplo. Pero ahora parece que esas garantías nunca fueron reales, yo puse de mi parte para cumplirlas pero ahora el Sistema me dice que no es así, que no hay nada seguro, que todos mis esfuerzos no han valido para nada.
Hasta el momento he sido encasillado en un sinfín de generaciones, según la moda -la x, la y, la de las nuevas tecnologías, la ni-ni e incluso a la más nueva: la generación perdida- a las que se presupone siempre apatía, pesimismo, laxitud de pensamiento y que no tiene o bien ganas o bien nada por lo que luchar o intención de cambiar la situación a mejor. ¿Acaso está mi respuesta anterior distorsionada por esas premisas? ¿o es justo lo contrario?
“...sin pedir a nadie lo que ninguno de nosotros está en condiciones de mejorar”, dices. Y yo te pregunto ¿acaso es nuestra existencia la que debe justificar la posición de aquellos que ostentan el poder? ¿No será que son ellos, que lo ostentan, los que deben justificarla ante nosotros mediante sus acciones para garantizarnos paz, estabilidad, igualdad de oportunidades, derechos -y deberes sí- y una vida digna? ¿Y una vez roto ese pacto, ese contrato social –en palabras rousseuonianas- no estamos también en nuestro derecho a criticar e incluso rebelarnos ante un sistema injusto?
No puedes saber si yo me anclo en la crítica constante, como tú dices, porque no me conoces ni a mí ni a mis circunstancias. Pero como respeto tu opinión, me justifico y te aseguro que no es así siempre, pero ahora respecto al Rey, la monarquía, los políticos... los poderes facticos –si me permites el uso de un término pasado de moda- sí que me posiciono en la critica más amarga; como te digo, no exenta de dudas previas, razones e ideas para solucionar la situación.
EliminarLo que me lleva al último punto: Incluso los sabios se equivocan y por eso mi crítica sin reservas al texto de Joselu. Ya como alumno suyo, me costaba acertar o averiguar cuando sus palabras debían ser interpretadas de forma literal, cuando eran una provocación o cuando un ejercicio para estudiar nuestras reacciones. Creo que en alguna ocasión lo conseguí o al menos, salí bien parado. Eso pasa con los buenos maestros, plantan ideas para que uno tenga que esforzarse en llegar a conclusiones. Pero eso no lo convierte en infalible.
El texto, según mi lectura, reconcilia al hombre –Juan Carlos- con la sociedad, eximiéndole de la responsabilidad propia de un Cargo de poder por los abusos cometidos según su talante travieso y pillo, inevitables por su forma de ser –esos defectos que todos tenemos- jugando la baza de buscar la identificación, la empatía con los demas. Lo victimiza haciéndolo simpático, humanizando la posición privilegiada de un Rey, esperando conseguir comprensión, perdón y en definitiva justificación. Lo cierto –¡Oh! Cuánto pesa la Corona- es que detrás –o delante- del hombre hay una posición y por transferencia de su imagen mundana, también se justifica el abuso de la confianza ajena y de su situación privilegiada, que ya de por sí y según mi modo de comprender el mundo, es injustificable. Es el pez que se muerde la cola, vamos.
Quizá yo le busco tres pies al gato, diras, o que he hecho una lectura demasiado literal del texto. Sin embargo, si he tenido en cuenta que puede leerse entre líneas cierta ironía o sentido del humor. Pese a eso, no me ha hecho ni pizca de gracia. Porque quizá aquí todos somos suficientemente sagaces para hacer el ejercicio –y más porque sabemos qué mano escribe- pero no todo el mundo lo hace. Y esa es precisamente la visión que queda del hombre para la sociedad: Un travieso y simpático picaruelo al que se le perdona todo porque no puede evitar ser como es. Y ese, es uno de los más grandes males de este pais, porque él no es el único que juega a ese juego. Y así estamos.
No sé, quizá los tiempos que corren, mi situación personal –un humilde parado más, con sus estudios bajo el brazo, al parecer ya inútiles, y que se plantea día sí y día también si está en el lugar adecuado del mapa geográfico- me han cercenado el sentido del humor.
Pero ¡Qué demonios! ¿No? Que no se diga que yo no sé reirme de estas cosas, así que: ¡Larga Vida al Rey! Y que sea lo que Dios quiera.
Un saludo y un abrazo a tí también, María... y perdona por el ladrillazo, pero yo ya no dejo nunca la tele encendida para que me haga compañía ;)
Te he leído enterito ESTEVE ¡¡qué menos!! muchísimas gracias por tu esfuerzo (nada de ladrillazo) no sabes lo agradable que ha sido ver que hay quien se extiende aun más que yo:))) Rebatirte o aplaudirte cada uno de los muchísimos argumentos que has expuesto, sería insoportable para los dos, mejor nos lo evito.
EliminarCreo que tú has ido mucho más allá de lo que este ejercicio literario plantea y que aplaudí por original y salirse de esa crítica desaforada y aburrida, que no te adjudico, como muy bien dices no te conozco, pero es monotemática de muchos frente a la institución monárquica, que sin ser santo de mi devoción, es lo menos malo que podemos tener, a la vista de la realidad sociopolítica de este país. Obviar esta realidad e ir a tajo a cargarse el sistema de gobierno actual, me parece cuando menos inconsciente y temerario hoy por hoy.
Aun dando por buenas las críticas que se le hagan a la institución monárquica, que en su mayoría comparto, tristemente no existe alternativa real que garantice mínimamente la estabilidad de este país. Paz en democracia de la que gozamos y que no atribuyo como mérito exclusivo del Rey, pero es él quien ha estado al frente del estado en este periodo y así se lo atribuirá la historia.
Porque Esteve, sin poner en duda tus buenísimas, no hablamos de ideas, hablamos de sustituir una forma de gobierno por otra, algo muy peligroso en la situación actual y de ahí que hablara de saltar todos por los aires.
Nadie aplaude lo hecho por el Rey, que por otro lado no es delictivo, sino inconveniente y desafortunado. Que yo sepa cazar con todo lo criticable que sea, es legal y respecto a lo reprobable del dispendio que supuso su coste, nadie ha acreditado que haya pagado un solo euro y no haya sido invitado. Analizado objetivamente el hecho, la convulsión generada es desproporcionada, a la vista de la lista infinita de desmanes y múltiples y gravísimas corruptelas de nuestra clase política, que en definitiva sería la llamada a sustituirle.
Es patética su forma de disculparse, puede ser, lo cierto es que otros, ni eso hacen.
Lo dicho ESTEVE, un placer y un beso grande.
Ojalá encuentres trabajo pronto, sin duda lo mereces.
Te deseo lo mejor.
En fin, María, yo también he leído de nuevo tu respuesta. Creo que nos comprendemos pero diferimos en otros puntos, los que se refieren a la estabilidad después de un hipotético cambio... pero eso es harina de otro costal y seguir discutiendo por ese camino, ahora mismo, creo que sería desvariar ya mucho respecto a la entrada inicial.
EliminarQuién sabe, igual dentro de no demasiado tiempo Joselu nos regala con una entrada en la que podamos continuar contrastando este punto de vista.
Gracias por la paciencia y tus buenos deseos. Ojalá tengas razón y todo se vaya encauzando poco a poco.
Este país es envidioso, nos mantienen enfrentados, inculto e ignorante, donde la responsabilidad es de los ciudadanos, no de sus gobernantes. Al fin y al cabo, somos nosotros los sinvergüenzas que sostienen a los sinvergüenzas.
ResponderEliminarEl Rey que haga lo que se le ponga de la coronilla, pero apuesto a que un referendum le sostendría en su Palacio. Resulta que ahora se arrepiente. por qué, ¿por qué le han pillado? Debe ser una práctica normal. Desde luego, esta familia real es la mejor aliada para acabar con ellos mismos.
Me gusta tu texto y lo que dices aunque no lo comparta. Lo que me resulta chocarrero son alguno de los comentarios en tu blog que se podría resumir en: como le han dado tanta caña al rey ahora toca darle caña a los que le han dado caña, es decir a medio país. Pasamos de un rey banal, anodino y frívolo que no deja de meter la pata constantemente a un país lleno de sádicos buitres que lo toman como carnaza para saciar su apetito. Esto también es muy español: primero la mofa y luego la condena de los que han hecho mofa y consiguientemente la exculpación del injuriado.
ResponderEliminarJoselu, lograste engañarme en un inicio. ¿Será que me importa tan poco la vida del Rey como institución? Su discurso puede ser el de cualquier gobernante atrapado; pero el texto, excelente, sólo el de quien decidió quitar su máscara al final de sus días.
ResponderEliminarEste es el primer escrito que leo sobre el Rey y su elefante. Con el título de los restantes es suficiente. Al final nos entretienen los medios con elefantes que no deben morir.
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con un texto que en última instancia concierne sólo al Rey y a sus adeptos.
Andan los comentaristas despistados, sin saber muy bien a qué atenerse contigo en relación con este excelente ejercicio literario. Sin entrar ni en el fondo ni en la forma, para así no incurrir en un resbaladizo sonrojo, no creo que nadie, NADIE, esté obligado por nacimiento, educación o principios a hacer nada que no quiera. Si acaso la hipocresía, madre putativa de esta especie, sea el único factor inapelable al que recurrir en casos de urgencia.
ResponderEliminarA partir de esa convicción, quien obra puede y quiere, por muchos argumentos disuasivos o condicionantes que alegue. Si el Rey es Rey lo es por su voluntad, porque otras alternativas son posibles. Lo malo es el precio que deberá pagar... Cuando a uno le ofrecen todo suele aceptarlo. Quizá habría que reconsiderar el papel no sólo de la monarquía sino de todo liderazgo, añorando los tiempos en que uno podía llegar a ser rey, o lo que fuera, a golpe de espada, engañando, seduciendo o negociando. En fin, más o menos como hoy pero sin democracia...
Un abrazo.
¡Admirable y entrañable ejercicio de ficción y de realidad reales!. LO mejor que he leído hasta ahora sobre este vodevilesco asunto que ha desvelado la insoportable arrogancia moral de un pueblo lleno de salteadores de caminos, de arcas públicas y de reputaciones. ¡Quiénes coño se habrán creído que son al descalificar al Rey quienes callaban o "comprendían" a los asesinos de ETA? ¡Menudo ejercicio de fariseísmo general ha permitido la licencia real, cana al aire incluida o no! De repente todos nos hemos vuelto jueces entogados dispuestos a lapidar al chivo expiatorio. Probablemente tu ejercicio constituya una ironía sutil, pero es impagable el servicio a la ecuanimidad que presta a quienes seguimos este enredo de sainete. Por otro lado, pedagogo insigne, ni aun en los ejercicios como el presente pierdes de vista la dimensión pedagógica que late en el blog. Acabas de ofrecer a tus lectores una exquisita muestra de uno de los mejores ejercicios que proponía Quintiliano en su Institutio Oratoria: meterse en la piel de algún personaje relevante de la Historia y construir nuestro discurso desde él con las limitaciones impuestas por la vida del propio personaje.
ResponderEliminarLa verdad es que si los de la Casa Real fueran un poco avispados se pondrían en contacto contigo para invitarte a Palacio a "departir" con Juan Carlos, y conoccer alguna anécdota cinegetica de primera mano..., es decir, algo parecido a lo que hizo el Real Madrid con aquel padre y dus dos hijos que se atrevieron a sacar su pancarta promadridista en el campo del Osasuna, ante la actitud nazi de un descerebrado.
Mi enhorabuena.¡Cómo es posible que, tras tantos años de "ejercicio" pueda uno salir de tu blog con el mismo excelente sabor de boca de siempre? Lo de pillarle el tranquillo no le hace honor a esta exhibición prodigiosa de mando y temple. Olé.
Bueno, primero felicitarte por la excelente redacción y por la empatia que transmite el texto. Empatia, ponerte en lugar del otro. Vivimos en un mundo egoísta, todos tenemos derechos y ninguna obligación, nadie nos ponemos en el "otro lado" y eso esta mal, muy mal. La figura del rey, una figura que no tiene más merito que haber nacido en unas circunstancias me parece desprovista de valor. Pero, últimamente, ver como veo, defender la República como sistema ideal me parece una demagogia absurda. Tan dictadora y asesina puede ser una república como una monarquía. Vivimos en un mundo donde el individuo es menospreciado continuamente, donde para todo se recurre al "equipo" y al "sistema" y yo no estoy de acuerdo con eso. Pues los equipos y sistemas, de nada sirven, sin la actitud y aptitud de sus miembros.
ResponderEliminarMe asusta pensar que las personas "per se" son inservibles, que gestos antes casi imposibles se tomen como una burla.
Que un rey pida disculpas es mucho. Quizás antes de juzgar a otros (yo soy muy critico, con muchas cosas y me lo planteo continuamente) debiéramos examinarnos en profundidad. Eso de juzgar es muy peligroso, pues nadie somos completamente inocentes. Justificamos continuamente nuestras posturas y juzgamos severamente las de los demás y eso, ni es justo, ni es inteligente.
La auto critica esta ausente de nuestro quehacer diario y eso es síntoma de involución más que de evolución. Un ejemplo, yo nunca matare un elefante y me molesta que alguien mate un elefante, pero me da igual que lo haga el rey o mi vecino, el hecho es el mismo. En este país nadie se preocupo de los elefantes, sino de que el rey matase a algún animal en una cacería cara. Ahora, como parece que no hemos pagado la cacería, el elefante, la única victima de esto, ya no tiene valor y para mi el que mata un elefante es un "tontoelhaba" sea rey o no.
En otro orden de cosas, ya me gustaría ver a muchos críticos en el lugar del rey. Como digo muchas veces..Un saludo acrata.
"Ya quisiera ver yo a los "buenos pagadores" sin dinero..."
El que mata un elefante o cualquier animal por diversión sin más ni más, es un ignorante, un hijo de puta, o las dos cosas, Temu. Si a eso le sumas que el susodicho es embajador de WWF en España, y que el bicho en cuestión está en peligro de extinción, ya te cagas. De dónde salió el dinero con el que se largó a Bostwana en el caso, me la rempampinfla. Es totalmente secundario, y que lo haya hecho el rey o su prima la del quinto, también. Tú lo has dicho, el hecho es el mismo, y en esas, sigue siendo igual de grave.
Eliminar¡Excelente! Este sería un artículo perfecto como columna en "El País" o "El Mundo". Envíalo y que, al menos, te lo publiquen como 'Cartas al Director'.
ResponderEliminarNo soy de la Realeza y para más inri soy vasco, pero te doy las gracias por posicionarte elegantemente desde el ángulo que no ve, o no quiere ver, nadie. Uno de mis libros favoritos es "El Príncipe" precisamente por esto; Maquiavelo explica cómo se comportará el pueblo según su situación y cómo se comporte el Rey. 'Maquiavélico' es la palabra, aunque él no era malo y sólo dijese verdades que fueron y serán.
Excelente ejercicio literario de ficción, pero observo cierto aroma "juancarlista" que no me seduce. Y lo que acaba de ocurrir ahora, que tanta polvareda ha levantado, no deja de ser lluvia sobre mojado...Me importa un rábano la vida privada de este u otro jerarca, pero no soporto las corruptelas... y ojalá me equivoque, pero este señor no creo que tenga las manos limpias... Al tiempo. La veda está abierta.
ResponderEliminarSaludos
Amigos, a todos los que habéis intervenido en la evaluación y comentarios sobre la propuesta que he hecho: no voy a responder como suelo hacer a los comentaristas. Pienso que la vertiente literaria (o presuntamente literaria) del texto no requiere de ninguna aclaración. Precisamente su plurivalencia es un valor en sí. Un texto es tanto más rico cuantas más interpretaciones suscita, y me alegra leer que se puede leer de modo distinto y no queda definida la posición del autor. Esto es lo que quería, un ejercicio desde la ficción sin que tenga que interpretarse necesariamente en clave política. Pretendí un ejercicio de estilo. Las diferentes perspectivas que ha suscitado me animan a seguir escribiendo y advertir el poder de la palabra escrita y el valor de la literatura. Gracias por vuestras aportaciones. Las he leído todas muy atentamente.
ResponderEliminarIronia, historia, intentar ver desde un punto de vista totalmente opuesto al tuyo... Increible! Gracias!
ResponderEliminarHe leido y reeleido esta "ficticia" carta de este varón al cual no le debo ni el más mínimo respeto (ni siquiera como ser humano).
ResponderEliminarEs una carta que bien podría haber sido escrita por él: por una persona que vive al margen de la realidad de una sociedad, de una realidad que no representa, conoce ni respeta.
En tal caso (en el caso que hubiera dicho estas palabras) la verdad es que en mi humilde opinión le combierten en un ser destable y además, patético.
Basándome en el supuesto de que son palabras íntimas, se supone que son palabras que se creé él mismo, con lo cual, me harían detestarle más. No me daría pena ni me haría sentir compasión.
Si realmente estos fueran sus sentimientos de persona y no de monarca, es un hipócrita y un mediocre como el 80% o más de la población "desarrollada" que vive por hacer "lo polítcamente correcto".
Márchese señor Borbón.
Ponerse en el lugar de los otros es una buena práctica, pero es dificil hacerlo en este caso....sobretodo en la actualidad social que estamos viviendo, todos como sociedad...no hablemos de que el elefante esté en peligro de extinción??...de que sale posando en las fotos lleno de orgullo, en el mismo día en que se está celebrando en su país, o una gran cantidad de ciudadanos de su país, al que él, (en el texto) dice mantener unidos, la república....o de donde sale el dinero con el que se ha pagado la "aventura".....pero decir que ha sido educado para ser rey y mantener el país unido....pobrecito....ha sido educado para ser rey?? hoy??....actualmente?? actualmente y nuestro futuro más cercano es que la mayoría de personas no podrán ser "educadas" por que la educación pública, está siendo eliminada!! la sanidad también se está eliminando....los derechos más básicos...o que hasta ahora consideramos más básicos, también se nos están recortando....y la persona que ha sido educada para ser rey de Este País!! en esta situación, se va a pasar el fin de semana a África a matar animales....mientras aquí en su país hay mucha gente que se queda en la calle por no poder hacer frente a las hipotecas, estudiantes que dejan sus estudios por no poder seguir pagándolos, enfermos que no pueden asistir al ambulatorio por no tener dinero, personas que no pueden valerse por sí mismas, se tienen que ver completamentes solas.....¿donde está la lógica de esa educación?....donde está la asertividad con tu pueblo?? con ese país para el que fuíste educado y aprendiste a reinar??....donde está el respeto que demuestras por todos esos problemas??....y algo que no ha quedado claro en todo lo que se ha hablado desde el comunicado....¿por que pides perdón? cuando una persona se disculpa, y sabe lo que está haciendo se disculpa por algo....cuando alguien lo dice por que "toca" entonces dices lo siento....pero son palabras completamentes vacias si no sabes por que te estás disculpando.....creo que antes de pedir que nadie se ponga en su lugar, él debe ponerse en el lugar de muchos de los que estamos en un país para el que le han "educado para gobernar"
ResponderEliminarCómo se empeñan algunos en perder crédito...
ResponderEliminarMontesquieu, Cadalso... buscaban la perspectiva externa en sus cartas. Tú, siendo un diario íntimo de lo que se trata, haces bien en viajar hacia dentro. ¿Qué tal el viaje?
ResponderEliminar¡Viva la República!