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martes, 20 de enero de 2009

La comparación

A veces me pregunto si en la ESO, ese territorio auténticamente salvaje, entendiendo por salvaje no lo agresivo sino lo puro y aquello que es posible transformar,  es posible la reflexión filosófica utilizando la clase de lengua como vehículo. Hoy les he leído un texto creado por mí. Me dirigía a su corazón disculpándome de algunas actitudes nerviosas mías, de mi falta de sentido del humor, y les proponía aprender juntos. Una clase es una dinámica compleja. No te diriges solamente a alumnos individualmente sino que lo haces a un conjunto determinado por la dinámica de grupos. Unos influyen a otros. Hay líderes negativos que suelen ser a veces los más interesantes. A veces me fijo en ellos y les dedico una atención especial.

 Me pregunto si es posible empezar las clases con una reflexión de Krishnamurti. En este blog no se rechaza el mundo de la espiritualidad. Se aplica la mecánica cuántica. Uno y cero son compatibles. No excluyentes como en el sistema binario. Es posible ser ateo y a la vez esperar atentamente del mundo espiritual. Creo que existe la mente, esa que nos hace amar o comprender, que nos hace ser generosos o avariciosos, que nos hace ser seducidos por el arte, por la literatura o por la música. Decir que sólo existe el cerebro y sus conexiones eléctricas es una pobre visión del ser humano, visión que se resiente de mecanicismo y banalidad.

 Me pregunto si podría empezar una clase con ese tema tan sensible que es la comparación. Dice Krishnamurti en El arte de vivir. Editorial Kairós. 

 “¿No es también la mente un instrumento de comparación? Ustedes saben qué significa comparar. Dicen: “Esto es mejor que aquello”. Se comparan con alguien que es más hermoso o menos inteligente. Hay comparación cuando dicen: “Recuerdo un río que vi hace un año; es todavía más hermoso que éste”. Se comparan con un santo o con un héroe, con el ideal supremo. Este juicio comparativo embota la mente; no la estimula, no la forma comprensiva, abarcativa. Cuando comparan constantemente, ¿qué ocurre? Cuando ven una puesta de sol y la comparan inmediatamente con una puesta anterior, o cuando dicen: “Esa montaña es hermosa, pero hace dos años vi una montaña que era aún más hermosa”, no están mirando realmente la belleza que está ahí delante de ustedes. De modo que la comparación les impide mirar plenamente. Si al mirarte a ti, por ejemplo, digo: “Conozco a una chica que es mucho más bonita”, no te estoy mirando realmente ¿verdad? Mi mente está ocupada con alguna otra cosa. Para mirar de verdad una puesta de sol, no tiene que haber comparación; para mirarte realmente, no tengo que compararte con  ninguna otra persona. Sólo  cuando te miro plenamente, sin ningún prejuicio comparativo, puede comprenderte. Cuando te comparo con alguien no te comprendo, meramente te juzgo, digo que eres esto o aquello. Así la estupidez surge cuando hay comparación, porque comparar a alguien con alguna persona implica falta de dignidad. Pero cuando te miro sin comparar, entonces mi único interés es comprenderte, y en ese interés mismo, que no es comparativo, hay inteligencia, hay dignidad humana.”

 Mañana empezaré con esta reflexión la clase con mi segundo de ESO más rebelde. Pero entiendo que la rebeldía es algo positivo aunque se enmascare con actitudes poco formales. Busco esa pureza de la adolescencia para intentar comprenderme a mí mismo, ese desafío de sus actitudes para encontrar en ellas claves de mi existencia.

 Cuando estoy desorientado siempre vuelvo a Krishnamurti. Me gusta aventurarme en lo desconocido. Cada alumno es un mundo incomparable, inevaluable. 

33 comentarios :

  1. Creo que las comparaciones no sólo son odiosas sino que además son imposibles. Quiero decir que son un artificio de la mente para defendernos del miedo de lo real, del miedo de aquello que no queremos conocer o aceptar. Hacen mucho daño a los individuos y a los grupos, y de ellas nacen todas las violencias, porque donde puede haber comparación, hay siempre desigualdad e injusticia. Ya te dije que fui una ocasional lectora de Krishnamurti, pero no suelo volver a leerlo. otra gente cercana a mí sí lo hace. Digamos que yo vivo como buenamente puedo y soy más intuitiva que otra cosa. Y también, yo también creo que somos algo más que reacciones físicas y químicas, aunque esas reacciones sean la materia en la que se funda necesariamente todo lo demás.

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  2. Totalmente en desacuerdo con el señor Krishnamurti quien bajo mi punto de vista, churras con merinas.

    Saludos.

    V, según el mismo... mecanicista. También banal y estúpida. Eso sí, a cada paso y por suerte con respecto a lo/s que me rodea/n, con menos prejuicios gracias a... mi comparativa mente :) que debe distar años luz de la suya leído lo leído o_O

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  3. Digamos que las cosas son únicas pero no por ello no tienen por qué no compararse. No todas las comparaciones son odiosas por mucho que el refranero nos lo recuerde. La comparación como método no enseña a apreciar diferencias y a corregir errores. Otra cuestión es que la comparación se realice como frustración del deseo.

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  4. ¡Vaya! Por fin nos hablas este año de tus alumnos. Ya estaba preocupado, apenas sabemos nada de tu año escolar.

    Cuando una comparación es productiva, no es comparación sino contraste. En el contraste no se destaca ninguna montaña, sino que se incide en encontrar lo que las hace especiales cuando aparentemente son lo mismo.

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  5. El poeta Pessoa ya lo dijo: "El río Tajo es más bello que el río que pasa por mi aldea, pero el río Tajo no es más bello que el río que pasa por mi aldea porque el río Tajo no pasa por mi aldea". Versos que son infinitamente bellos en portugués.

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  6. "Es posible ser ateo y a la vez esperar atentamente del mundo espiritual. Creo que existe la mente, esa que nos hace amar o comprender, que nos hace ser generosos o avariciosos, que nos hace ser seducidos por el arte, por la literatura o por la música. Decir que sólo existe el cerebro y sus conexiones eléctricas es una pobre visión del ser humano, visión que se resiente de mecanicismo y banalidad."

    Joselu, no sé si ser paranoico y darme por aludido por tu párrafo dedicado de nuevo a la defensa del dualismo cartesiano. Me cuesta trabajo entender que, siendo, aunque de letras, culto e inteligente :-), te niegues a aceptar lo que es aceptado unánimemente por toda la comunidad científica neurobiológica, que amor, comprensión, generosidad, avaricia, sensibilidad al arte, literatura o música... no son sino el producto de la actividad cerebral y que eso, siendo incontrovertiblemente así, no le resta un ápice de poesía, magia, o espiritualidad a la vida, y no la hace más mecánica o mas banal de lo que pueda ser. Una prueba es que lesiones en el lugar apropiado del cerebro terminan con todo eso "espiritual" que te maravilla y que consideras autónomo de la pobre biología. Tu postura se asemeja a la de alguien que negara la ley de la gravedad porque nos encorseta y nos limita los movimientos. Eppur si mouve.

    El arte religioso, -plástico, musical-, existe con independencia de que dios exista o no, y la muerte de dios no nos impedirá su disfrute. La constatación de que todo procede de nuestro cerebro no es como el descubrimiento de que los reyes magos no existen, sino más bien lo contrario, pero en fin, si te quieres seguir recreando intelectualmente en la fábula, tú mismo :-)

    Y, perdóname el pragmatismo, el largo párrafo de Krishnamurti ¿no sé reduce a decir que todas las comparaciones -incluída, por ejemplo, la de Oscar Peterson con Count Basie- son odiosas?

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  7. Es cierto que toda comparación esconde determinados prejuicios; también es cierto que cada ser es diferente, único e incomparable. Pero no es menos cierto que sobre todo comparamos cuando nos hacemos mayores, cuando tenemos con qué comparar. Cuando hay arrugas y canas se puede comparar, es un privilegio que da la edad, que da la vida...
    Por cierto, creo que la vida -como el famoso marco- es incomparable; todo lo demás admite casi todo...

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  8. Muy buenas, Joselu:
    muy interesante el tema de tu entrada... me quedo especialmente con una frase de tu texto que, aunque quizás fue con otras palabras, ya he recurrido a ella en alguna ocasión. Me parece un axioma, una "verdad como un puño":
    "comparar a alguien con alguna persona implica falta de dignidad"
    Se trata, en definitiva, de la riqueza (según mi opinión) de la individualidad exclusiva de cada uno dentro de la sociedad de la que forma parte...

    un saludo.

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  9. He de decir que mi curso más conflictivo, uno de los cursos que más quebraderos de cabeza me produce y que entrar en él supone una dura prueba, hoy, tras mi carta de ayer, ha escuchado atentamente la lectura de Ibrahim y las flores del Corán, y luego en un ejercicio insólito les he leído el párrafo de Krishnamurti. Se lo he planteado como un desafío, pero la respuesta ha sido interesante y emocionante. Es un problema difícil hablar de esto con alumnos tan díscolos, pero sus palabras han sido elocuentes. Me he dado cuenta de que puedo seguir planteándoles reflexiones filosóficas, y que ellos prestarán atención.

    Pantagruel La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión Firmado Albert Einstein.

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  10. ... uhm... Einstein murió a mediados del siglo pasado... lástima que se perdiera los últimos cincuenta años de experiencias, por seguir el hilo... en el campo de la neurobiología. Tal vez hoy opinase de otro modo.

    V, bichóloga tocawebs, sorry :/

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  11. El debate promete. Leo atentamente vuestras aportaciones. Creo que el párrafo de Krishnamurti dice algo más allá de que las comparaciones son odiosas. Nuestra mente, que implica a todo el organismo a través de la respiración que llega hasta las células en forma de oxígeno, es una mente comparativa, y esto es algo más profundo que esa superficial sentencia popular. La esencia de la existencia es la comparación. Esto es mejor que esto. Yo soy más listo que tú, yo tengo más razón que tú, yo soy menos guapo que él, me gustaría ser como tal o cual... Y eso alimenta nuestros miedos más ocultos y disimulados porque cuando creemos ser mejores es un síntoma de miedo. El fundamento de la sabiduría es intentar observar cómo funciona la mente, qué juicios establece, cómo se encadena al dolor y al sufrimiento en virtud de razonamientos que tienen como eje la comparación.

    No pienso tener más razón que Pantagruel o el último neurobiólogo que escribe de forma anónima. Pienso que el ser humano tiene una dimensión misteriosa y que no se aclara solamente por conexiones eléctricas en nuestro cerebro. ¿Por qué existen los héroes,los santos, los visionarios, los cobardes, los traidores,las personas comunes que intentan entender su existencia y cada uno lo hace de una forma distinta? Como no acabo de entender la esencia de lo humano, concibo que existe una dimensión no explicada, y esto implica el inconsciente personal, el inconsciente colectivo, la creencia en el más allá y en el alma, en la vida después de la muerte o no. No lo sé. Sólo sé que los neurobiólogos mecanicistas no explican por qué existió Homero (o no), Cervantes, Goethe, Shakespeare, Mozart, Bach, Kafka... Como es libre la determinación de creer o no (espero que no me salgan con que hay una iglesia neurobiológica a la que haya que pertenenecer y que tenga sacerdotes y obispos y liturgia)en una dimensión no explicada de los seres humanos, me quedo con la duda, con esa oscura intuición de que somos un camino en la nada pero que alumbramos con nuestro espíritu el universo y la existencia. Probablemente soy de letras, no cabe duda, pero lo que sé es que no pertenezco a ninguna nueva iglesia ni aunque sea del siglo XXI. Me quedo con la duda creativa. Me es infinitamente más nutritiva que el determinismo neurobiológico por interesante que sea (y me interesa como parte del problema).

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  12. Te resistes a aceptar, Joselu, o eso parece, porque entender entiendes -en el buen sentido del termino entender-; el misticismo es una experiencia sensorial y cerebral más, como el hambre, aunque probablemente más sofisticada en su génesis; lo que dice Einstein, incluso contextualizado en su tiempo, no es un alegato a favor de la religión, sino lo contrario. La neurobiología no es una fe ni una religión, sino una ciencia sometida al método de hipótesis-ensayo-confirmación o falsificación; los neurobiólogos no son mecanicistas, y es poco más dificil explicar a Mozart o a Homero que a Frodo, mi schnauzer q.e.p.d., o a Juan Pérez Fernández que vive en el 6º A; la camplejidad funcional del cerebro elude el determinismo; lo demás son mistificaciones. El único inconsciente colectivo es la historia, la literatura y el cine, criaturas del cerebro humano individual o actuando en forma de equipo, como cazan los lobos. Mantén tu duda creativa, pero no la hagas pivotar en sofismas. Perdóneseme el estilo asertivo; a veces es necesario para discutir, y además, en lo que se refiere a dicotomía materia-espíritu se puede ser asertivo sin temor a equivocarse: no existe tal.

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  13. Tenemos formación distinta y ninguno -creo yo- poseemos la certeza absoluta. Yo al menos no creo tenerla. Considero lo que dices, pero no me satisface. Esperemos nuevas aportaciones, si es que vienen, a este blog pedagógico-existencial. Sigo proponiendo el análisis y comentario de la comparación como modo de funcionamiento de la mente. Saludos, Panta.

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  14. El funcionamiento de algunas áreas cerebrales, como la corteza visual, se basa en el reconocimiento de patrones, y por tanto en la comparación. Hay neuronas, o más bien columnas de neuronas, que se activan con determinados ángulos, otras con las curvas, dextrógiras o levógiras, otras con determinado frecuencia de radiación luminosa, o sea, color, y así comparando patrones y eliminando lo que no procede, acaban por ofrecer una imagen ensamblada y reconocible. Bueno, esto último es realidad ya lo hace la mente, que es lo importante. La corteza cerebral es solo un siervo :-)

    Venga, esperemos otras opiniones e interpretaciones más satisfactorias...

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  15. Creo que es muy importante y valioso eso que haces. Seguramente esos alumnos estarán acostumbrados a que les digan lo mal que se comportan, lo poco obedientes que son, lo poco que trabajan. Seguramente ningún profesor, ni nadie de los que les recriminan esas cosas se habrá puesto delante de ellos para decirles: - yo también hago cosas mal y me equivoco y os pido disculpas. Es muy buen primer paso para que ellos reflexionen sobre sí mismos.

    Ya me hubiera gustado a mi que algún profesor me hubiera pedido disculpas alguna vez por su comportamiento, se hubiera tomado la molestía de escribirnos un carta o de vernos capaces de reflexionar sobre distintos temas a esa edad. Incluso hoy lo agradecería. Es una antención que refleja la importancia que le das al trabajo que haces.
    Te deseo mucha suerte con tus alumnos, estoy segura que antes o después esas reflexiones despertaran algo en ellos.

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  16. Sabes que me estoy haciendo experto en 2º de ESO a fuerza de exponerme a sus (casi) letales asechanzas. Sé que algunos alumnos te entenderán y agradecerán que se les trate como proyectos adolescentes que buscan encontrar su mundo. Sin embargo, una proporción inmensa de esos alumnos de 2º serán incapaces de conectar consigo mismos a través de tu texto; incapaces por su limitación lingüística, pero incapaces también porque no han comprendido que en la escuela deberían aprender a ser humanos (y no lo saben porque otros han ido usurpando su crecimiento, (i)limitando sus responsabilidades o pretendiendo que sean lo que no son). Para que todos gozaran de tu reflexión, deberían entender ante todo qué significa ser maestro y asimilar que tú lo eres.

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  17. Para muestra un botón, por ejemplo... concretando en uno la argumentación de Pantagruel: los cuadros de Guiseppe Archimboldo.
    Bien, está demostrado que existe una región específica en nuestro encéfalo (circunvolución fusiforme por si a alguno le interesa) dedicada exclusivamente al reconocimiento de caras. Hoy se sabe que los cirucuitos de reconocimiento facial especialmente dedicados al análisis de diferencias sutiles que distinguen una cara de otra, se desarrollan debido a la experiencia que tenemos al ver caras de personas (típico comentario... "es que los chinos son todos iguales" :/).
    ¿Debemos pensar la existencia de estos circuitos y todos los que rigen nuestra conducta, emociones, nuestros pensamientos, aquello que de éstos se deriva y muchas otras cosas más... en definitiva, lo que somos, tenga una base, siquiera un componente, místico?

    Pues BAJO MI PUNTO DE VISTA como ya dije, no.

    No es posible evitar la comparativa, no es posible la no-asociación que en definitiva es lo mismo. No lo es. Únicamente lo es en una etapa inicial del desarrollo de un individuo, pero desde el momento en que se inicia, se empieza a escribir en ese libro en blanco que nunca vuelve a estarlo, a relacionar, comienzan a formarse las sinapsis neuronales que configuran nuestro ordenador de abordo, único y personal. Y sí, tiene una componente marcadamente ambiental, pero también una genética, universo entero con infinidad de probabilidades, miles de millones de de combinaciones elevadas a la máxima potencia, por eso existes tú, y existen los visionarios, y los héroes, y los asesinos...

    ¿Cómo puedo pensar que una montaña es hermosa o deja de serlo? tal vez no pueda compararla con otra montaña, por tener mi "parcela alpina cerebral" en blanco, pero compararé su majestuosidad con la de otra cosa, sea una montaña o no, siempre. Pienso, luego existo. Existo, luego comparo. De modo que al texto del señor Krishnamurti, ni pies, ni cabeza.

    Cada uno que piense lo que quiera, que crea aquello que más se acerque a una respuesta que justifique el qué es, y cómo es que lo vive... mientras no se dedique a perjudicar al vecino.

    No pretendía captar adeptos a la "iglesia neurobiológica" ni mucho menos :/ nada más lejos, sólo opinaba. Así que siento si ha dado esa impresión.

    Me voy a ponerle dos velitas a mi altar, que Santa Neurona tiene que ayudarme en un asunto (es una broma sin malicia, aclaro por si acaso) ;)

    Saludos.

    V.

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  18. Antonio, hoy he leído el texto al curso más terrible que he tenido hace mucho tiempo. Lo han escuchado en silencio, y luego, lógicamente les he hecho una exégesis de su sentido. A nadie le gusta sentirse comparado, pero es una tendencia de la mente sentirse mejor, más guapo, peor. Muchos de nuestros alumnos más díscolos padecen complejos de inferioridad que intentan compensar con su mal comportamiento para llamar la atención. La reflexión para mi sorpresa les ha gustado y han coincidido con su sentido. No es un curso de alto nivel, son más bien chavales muy vagos pero avispados. Creo que han agradecido, como tú dices que les haya tomado en serio. Se lo he planteado como un desafío, y ellos han respondido bien. Cada día aprendo algo nuevo para mi sorpresa o para mi desesperación, que de todo hay.

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  19. Oh, una cosa... personalmente Antonio, no creo que nadie haya hecho alusión negativa al cómo Joselu trabaja. Opino que debiera haber muchos PERO MUCHOS como él... bien cierto es, que el tema central de la entrada no era el mismo por el que algunos de los comentarios (entre los que incluyo los míos por supuesto) han discurrido. Pero que no esté de acuerdo en un tema, no quiere decir que no considere más que loable su esfuerzo, su dedicación y que no los considere sobradamente válidos. Nada que ver una cosa con otra.

    Saludos de nuevo.

    V, la pesada :-p

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  20. V, no te he respondido para no repetirme. En el blog de Pantagruel he dejado también mi forma de ver las cosas. Si quieres pasarte por allí, el debate en alguna forma continúa. Gracias por tus palabras, todas aquellas en que coincidimos y todas aquellas en que discordamos. Nadie ha dicho que un blog sea un ejercicio de unanimidad. Toda esta reflexión enriquece este proyecto existencial. Me encanta debatir con vosotros. Y tomo muy en serio vuestras consideraciones, pero tengo otra formación, otras lecturas, otra práctica, y el universo de lo espiritual tira profundamente de mí. Y no lo lamento. Un cordial saludo.

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  21. Pido la paz y la palabra.
    Aconsejo la lectura de "Cerebro y psique" de Jonathan Winson. Biblioteca Científica Salvat. 1989.

    Como contrapunto, diré aquéllo de los Smiths: "Hay una luz y nunca se apaga".

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  22. Me admira tu capacidad para sorprender a tus alumnos. No entraré en la hondura de algunos comentarios - en las últimas semanas, mi ritmo de participación no se adapta a la rapidez de este blog- pero sí quisiera decir que la comparación es la razón de ser del conocimiento. Aprendemos por contraste. Nos definimos por aproximación o diferencia respecto del otro.
    Hoy tus alumnos habrán reflexionado sobre el texto, pero habrán descubierto otra forma de abordar la clase. En el fondo, valorarán la experiencia, en relación a otras vividas anteriormente.

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  23. El mismo K dice en esta parte que citas que la mente es un instrumento de comparación. Ese es su proceso. Le presentas algo y la mente busca en su archivo bioquímico qué se le parece y qué le contradice. Es interesante contemplar ese proceso y preguntarse cuál es el lugar de la comparación. Hay asuntos en los que la comparación es muy útil como método de evaluación. También puede ser engañosa y cegarnos respecto a la percepción directa de lo que tenemos en frente.

    A mi me parece que esto es como dices. No es incompatible un acercamiento a la espiritualidad con una visión que no se aferre a ningún dogma. Pero eso no es lo mismo que el ateísmo, porque el ateísmo en sí puede ser otro dogma.

    Este tipo de reflexiones pueden ser muy valiosas para tus estudiantes, sobre todo si surgen en un espíritu de libertad en que no se impone la autoridad del pensador sobre lo que ellos mismos puedan descubrir.

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  24. Yo muchas veces cuando os leo a todos o casi todos me pregunto qué pinto yo aquí. Porque inevitablemente me comparo con vosotros, comparo mis conocimientos sobre todo, y me siento fuera de lugar. Según lo que has escrito, no debería hacerlo, pero no puedo evitarlo.
    Creo sinceramente que debes ser un profesor estupendo para esos chicos de la ESO. En una edad tan difícil y complicada, con todos los sentimientos y las pasiones a flor de piel, necesitan a alguien que les haga pararse a meditar sobre temas más trascendentes que lo que ellos habitualmente viven y comparten entre ellos.

    Gracias por compartir todo esto con nosotros Joselu. Yo desde luego aprendo mucho.

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  25. ¡Muy bonito! Quizás te plagio la idea un día. Besos y saludos.

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  26. La pureza de la adolescencia puede que exista pero sólo en su entorno.
    Normalmente te la muestran mellada.

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  27. La reflexión de Krishanamurti es maravillosa, Joselu. El texto encierra verdades que pueden interesar mucho a nuestros alumnos, tan pendientes del qué dirán y tan dados a compararse continuamente con los demás. Me encanta tu capacidad para generar propuestas nuevas a la hora de trabajar con nuestros alumnos, y tu valentía para llevar a cabo cosas que en principio parecen (cada vez menos desde que te leo) condenadas a un éxito relativo. Tú las conviertes en algo lleno de sentido, y por ello funcionan.

    Gracias por regalarnos este lúcido post.

    Un abrazo

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  28. Pues no, no ha salido. Anoche no sé que carajo le pasó a blogger y me dejó tirado como una colilla.
    Bueno si mal no recuerdo te decía que si al menos les enseñas a pensar es más que suficiente.
    Y si puedes enseñales a vivir el momento, son únicos e irrepetibles. El comparar solo vale para comprar un coche u otro.
    Y por favor, enseñalés a no sobrevalorar a las personas, así se decepcionarán menos.

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  29. Yo creo que la mejor comparación es la literaria. Toda comparación que se sitúe fuera de los términos estilísticos está fuera de lugar. Cada ser, cada ente, cada circunstancia es única e incomparable.

    Un saludo.

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  30. Y luego yo tengo que escribir post como el que he escrito en mi web, tiene narices, habiendo profesionales como tú:
    http://www.declase.es/index.php?option=com_content&view=article&id=42:anecdotario-docente&catid=7:cartas&Itemid=16#JOSC_TOP

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  31. Joselu, de vez en cuando paseo por ese blog y me solidarizo con tus experiencias en clase.
    Yo tengo algo peor que un segundo de ESO rebelde; un tercer de ESO rebelde.

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