Fin de semana. Voy a buscar a mis hijas al cole. Es un buen rato para conversar con un buen amigo, Jorge, con el que comparto muchas cosas, como la literatura, el arte y la pasión por charlar. Yo estaba dándole vueltas al tema del post anterior. No suelo mantener posturas inmovilistas y me gusta sopesar los argumentos distintos a mis posiciones. No sé por qué ha salido el tema del faro, de vivir una temporada en un faro. A los dos nos atraía pasar un tiempo, quizás un mes en aislamiento, con buena lectura y contemplando el mar en el horizonte. ¿Pero todavía existen fareros? ¿No está todo automatizado? Y con los nuevos sistemas de GPS ¿son todavía necesarios los faros?
Luego hemos hablado del cerebro, sobre si había algo más allá de las conexiones eléctricas neuronales. Jorge se ha quedado sorprendido de que yo pensara que podía haberlo. ¿La mente es el cerebro? ¿Y la trascendencia una ilusión? Me ha dicho que la vida acaba con la muerte cerebral. Es el criterio que se mantiene para definir a una persona por muerta. Verónica Sanz me ha enviado dos enlaces a unos vídeos de la neurocientífica norteamericana Jill Bolte Taylor en la que describe el proceso por el que tuvo un derrame cerebral y las experiencias de conciencia que tuvo. Parece contundente que la vida psíquica, nuestra imaginación, las experiencias místicas y oníricas, nuestro subsconsciente y la percepción de la trascendencia están alojadas en nuestro cerebro físico… Puede ser, pero no me acabo de persuadir de que nuestro cerebro en alguna manera, como he leído en algún libro sobre el zen, no esté constituido a imagen del universo, y que ese microcosmos, que son nuestros dos hemisferios, refleje la esencia misma del citado universo. No hay escisión entre materia y espíritu, y la misma materia es nuestra dimensión cósmica, poética y metafísica. ¡Y patafísica!
Hay estados de conciencia extraordinarios, inducidos por drogas como la mescalina, descritos por Aldous Huxley en Las puertas de la percepción. La mescalina reduce la ración de azúcar que recibe el cerebro lo que produce impresiones visuales que se intensifican mucho y el ojo recobra parte de la inocencia perceptiva de la infancia; el interés por el espacio y el tiempo casi se reduce a cero; se reduce la voluntad y no se ve razón alguna para hacer nada determinado y juzga carentes de todo interés la mayoría de las causas por las que en tiempos ordinarios estaría dispuesto a actuar y sufrir… Tiene mejores cosas en qué pensar.
Me pregunto si el cerebro es una especie de organismo de estructura todavía inexplicada y que tiende a los estados de conciencia religiosos. A los descreídos y agnósticos que somos muchos no debe ocultársenos que la mayor parte de la humanidad experimenta estos estados de conciencia. Es inmensa mayoría en el mundo los que creen en un ser supremo y no es cuestión de subdesarrollo económico o tecnológico necesariamente. La mayor potencia del mundo es una nación profundamente religiosa. Nosotros mismos necesitamos trascender nuestra vida concreta. El uso masivo de alcohol y drogas en nuestra cultura revelan una búsqueda, quizás no consciente, de estados de conciencia no ordinarios y que expresan una necesidad de ver la realidad transfigurada. La psicología de masas en un espectáculo deportivo expresa entusiasmo, decepción, rabia, euforia… Si no, que se recuerde la ola de entusiasmo colectivo que desató la última Eurocopa ganada por España… Necesitamos trascender nuestro ego creado ilusoriamente por el cerebro, lo que constituye un mecanismo de supervivencia pero también una cárcel para la libertad de nuestro ser imaginativo. La práctica misma del deporte supone una liberación de endorfinas que crean un estado de bienestar próximo a lo espiritual.
El cerebro es una máquina poética y analógica, laboratorio extraordinario donde se tejen las más maravillosas historias que vivimos por las noches desconectados de nuestra razón más estricta. Un tercio de nuestra vida, poco valorado, nos lo pasamos viviendo estados de conciencia no ordinarios. Nos sirven de poco cuando hemos de enfrentarnos cada mañana a la cruda realidad de tenerse que levantar e ir a trabajar a la oficina, a la escuela, a la obra. Pero algunos tienen la habilidad de tejer en su trabajo experiencias poéticas y continuar con esos estados de conciencia no ordinarios.
Vuelvo a la imagen del faro, no sé por qué. Este blog no es el espacio de convicciones rotundas e inamovibles. Nunca nos atreveremos a decir esto es así, plantearemos la duda y unas propuestas que de ser recogidas por vosotros adquieren sentido. Un blog es un faro que proyecta luz y que tal vez recibe respuestas. Y la pregunta es ¿por qué esa necesidad de llegar más allá de nuestros límites físicos y de experimentar estados no ordinarios de conciencia? ¿Cuáles son las demandas, instaladas en la química de nuestro cerebro, que llevan a ampliar nuestras fronteras y nuestros sueños?
El asunto tiene tantos matices y tantos interrogantes sin resolver... lo dicho en el blog de Pantagruel, que pareció asomarse por el agujerito cuando te enviaba el mail, pq luego va y escribe su última entrada...
ResponderEliminarEn fin, cada cual que busque sus propias respuestas, esas que le sean válidas, donde quiera, y como quiera. Mientras no fastidie al vecino, lo de siempre.
Personalmente... no me importaría hacerme con algunas de ellas en un faro en el fin del mundo, ojalá todavía exista alguno :)
La no anónima.
"¿Cuáles son las demandas, instaladas en la química de nuestro cerebro, que llevan a ampliar nuestras fronteras y nuestros sueños?"
ResponderEliminarA mi entender, nuestra mente es insaciable, por eso buscamos experiencias nuevas que alimenten su savia. Experiencias que se dan en el estado de la vigilia y el del sueño indistintamente.
Soñar, vivir. Vivir, soñar. ¿Qué les distingue?
Soy de la opinión de que estos son temas de difícil respuesta, precisamente por la dificultad misma de comprender la pregunta, la dificultad de saber sobre qué nos estamos cuestionando. Pero bueno..
ResponderEliminarLa percepción de una oveja, de un árbol, de una puesta de sol, de una sinfonía, suponen una actividad cerebral sin la cual no serían posibles, pero la naturaleza de esa percepción también es determinada por el “objeto” que incide sobre los receptores sensoriales y desencadena las respuestas neuronales. No puede descartarse que las “experiencias” y “anhelos” místicos sean algo más que una pura embriaguez electro-química interna, es pensable que puedan tener también un fundamento “objetivo”. Incluso este “fundamento objetivo” puede ser paradójicamente la conciencia de la carencia de él. Conocer es enlazar fenómenos, objetos, ideas (comparar), pero estos enlaces son limitados, “la experiencia mística” aparece como conciencia de la necesidad y, a la vez, la imposibilidad del enlace. Lo verdaderamente misterioso –y milagroso- es “esta vida”, la “otra vida” es el intento de eliminar este misterio mediante un nuevo enlace a lo desconocido. La auténtica mística se mantiene consciente ante el misterio presente, visible, palpable, sin buscarle fundamentos ulteriores... que lo colorean y perfuman. Pero también lo eliminan en muchos casos.
Bueno para compensar de la parrafada, lo que yo quería decir es esto:
LA FERIA DE LOS MILAGROS
.
Un milagro corriente:
que se produzcan tantos milagros corrientes.
.
Un milagro ordinario:
el ladrido de los perros invisibles
en el silencio de la noche.
.
Un milagro del montón:
una nube menuda y ligera,
capaz de tapar la luna llena y compacta.
.
Muchos milagros en uno:
un aliso que se refleja en el agua
y que se vea invertido de izquierda a derecha
y que crezca allá con la copa hacia abajo
y que no llegue al fondo
pese a la poca profundidad del agua.
.
Un milagro cotidiano:
vientos de ligeros a moderados,
borrascas en plena tormenta.
.
Un milagro cualquiera:
las vacas son vacas.
.
Otro milagro, quiérase o no:
este huerto y sólo éste,
de esta pepita y sólo de ésta.
.
Un milagro sin frac ni sombrero de copa:
palomas blancas en desbandada.
.
Milagro, porque cómo llamarlo si no:
hoy el sol ha salido a las tres catorce
y se pondrá a las veinte cero uno.
.
Un milagro que no sorprende lo debido:
una mano tiene menos de seis dedos,
pero tiene más de cuatro.
.
Un milagro, y basta con abrir bien los ojos:
el mundo omnipresente.
.
Un milagro tan adicional como adicional es todo:
lo impensable
se puede pensar.
.
Wislawa Szymborska
Salvo que: lo impensable no se puede pensar.
Lo impensable queda ahí delante de nuestras narices sin poder pensarse ni decirse.
Joselu, espero que puedas perdonarme esta salvaje intromisión en tu espacio.
Joselu, advierto no sin cierto cabreo, que una cuantas palabras de Verónica Sanz, la antes anónima V, y un par de videos con la charla de la Dra. Taylor te han resultado más convincentes que miles de parrafadas mías. Repito algo que ya he dicho: por razones que se nos escapan, de momento, nuestro cerebro ha evolucionado con un extraño gusto por lo sobrenatural, sin que eso sea prueba alguna de que lo sobrenatural exista.
ResponderEliminarNo deja de ser curioso que mientras tu te carteabas con la V sobre la afasia de la Dra. Taylor, yo anduviese tramando la entrada de la afasia de Landa, y de el acceso al cerebro enfermo que se describe el El Exorcista. Al final tendremos que creer en la telapatía como mínimo. Existirá realmete la telepatía, y la telequinesia, y la adivinación y cosas así? Tiene nuestro cerebro capacidades que no sabemos utilizar comunmente? Jajajajajajjaja. Buenas noches. Voy a poner el cerebro en Mode Alert OFF.
Especular es propio del ser humano. Lo que no implica que cuando el ser humano no esté continúe la especulación.
ResponderEliminar(Aún quedan fareros. Al menos conozco a uno. Aunque, desde hace tiempo, ya no duerme en el faro)
Pues yo ante estas cosas... "un no sé qué que queda balbuciendo". No puedo hablar mucho. Es más, me parece que todo lo que pueda decir será palabrería. A lo que desconocemos le llamamos misterio, y como desconocemos tanto, el mundo está lleno de ellos. Así, para arreglarme, digo que en nuestro cerebro -en el físico- está todo. Soy materialista en el mejor sentido de la palabra. Ya digo, poco que decir.
ResponderEliminarPor cierto, me ha gustado muchísimo ese poema que pone Serenus.
ResponderEliminarBueno, yo leo y aprendo. Y me callo, claro, porque cualquier cosa que dijera sería una barbaridad teniendo en cuenta lo puestísimos que estais todos....
ResponderEliminarYo con mis amigos tengo una conversaciones mucho menos técnicas... No insustanciales ni banales, pero sí menos eruditas.
Sigo leyendo...
Me doy un tiempo y os contesto a todos los que habéis tenido la amabilidad de escribir. Un saludo.
ResponderEliminar...Buenos días, Joselu:
ResponderEliminarhacía ya días que no había podido pasarme por aquí...
como cada vez que entro en tu rincón, me encuentro con una sorpresa agradable...
Opino que no todo es física; el cerebro (créo) que no es sólo conexiones neuronales... Créo que existen casos en los que una vez dictada muerte cerebral, han vuelto a la vida, ¿no?
Por otra parte, está el Ki, la energía vital... no se dónde estará alojada, pero siento que es real, que es parte de cada uno de nosotros.
un saludo.
No, Alonee, -permite que me entrometa- no hay tales casos. Cuando la muerte cerebral ha sido diagnosticada con rigor, como suele hacerse en nuestro medio, la muerte cerebral es la muerte, que como sabemos es irreversible. No deben suscitarse dudas en eso, porque la muerte cerebral es condición necesaria y suficiente para donación de órganos, y no debe haber ninguna duda de que es una situación irreversible. De hecho, cuando alguien llega a la situación de muerte cerebral, aunque no sea donante se interrumpe la asistencia respiratoria y hemodinámica que mantiene sus visceras funcionando. Sin cerebro todo deja de funcionar rápidamente.
ResponderEliminarDel ki no he oído hablar, pero eso de "energía vital" suena a Iker, con perdón.
Creo que todo aquello que se nos aparece como "paranormal" o "fuera de lo racional" constituye la parcela de la realidad que todavía no ha alcanzado la inteligencia humana. Es evidente que la civilización (entendida como avance del ser humano en su conquista de la realidad) todavía no se ha consumado. Hay una lógica que mueve el mundo y todo está dentro de ella; lo que consideramos azares, casualidades, fantasmas, sueños, etc. sólo son rastros de esa lógica superpuesta que aún no entendemos, ni tan siquiera mirando desde lo alto de un faro. Somos, más que química, matemáticas.
ResponderEliminarHola Joselu. Me quedo con tu idea: todos buscamos la trascendencia; es un hecho en todas las etapas históricas. Incluso nuestros despreocupados adolescentes, a su manera, también lo hacen. Aunque no sean conscientes. EStaría bien explicárselo así a ver qué dicen.
ResponderEliminarMe gusta la imagen del faro.
Besos
Joselu no hagas caso a Panta.
ResponderEliminarEn tanto en cuanto la ciencia no me lo demuestre, yo seguirá pensando en lo trascendente.
¿Recuerdas cuando comenté mis regalos de Reyes? Bien, empecé a leer el libro de "El camino del Guerrero", el Busido, anoche me acordé de ti, por una frase que lei en el libro. Puro Zen, por otro lado. La frase es "Si encuentras al Buda, mátalo". Pocas veces he leido tanto en tan poco. Las implicaciones de la frase son inmensas y simples : que nada ate tu libertad, ni aún saber la verdad.
Reminiscencias del "matar al padre" freudiano, tal vez.
ResponderEliminarA mi me interesa más el corazón que la mente, aunque un tiempo la cultivé bastante sobre todo a través de la interpretación musical y la gramática latina de los autores áureos. Los placeres de la mente y su avidez son admirables.
Seguiré con interés esta veta de tu blog siempre y cuando no hayan demasiadas asperezas, que me asustan y me cansan.
Malo, la ciencia nunca demostrará la trascendencia ni su ausencia, solo cosas "palpables"
ResponderEliminarLa cultura (transmisión generacional de conocimientos) y la capacidad del pensamiento abstracto.
ResponderEliminarV, me gusta que reconozcas que el asunto tiene matices e interrogantes sin resolver. Realmente estas reflexiones planteadas me han hecho pensar y revisar conocimientos y convicciones. Éste es el espíritu que me atrae: abierto, escéptico, permeable... Gracias por tus palabras y tu presencia.
ResponderEliminarLu, en tí pensé en esa indistinción entre barreras entre el sueño y la vigilia. Eres de los seres humanos que son capaces de materializar tus sueños y luego nos los transmites a los que te leemos.
Serenus, he disfrutado todas tus palabras y he leído con extrema atención el poema de Wislawa Szymborska. No la he leído a esta poeta con mayúscula. No sólo no te has entrometido sino que has iluminado con inteligencia y sensibilidad este espacio de dudas más que de convicciones. El misterio sigue abierto. Me ha gustado el reconocimiento de que la mística pueda tener un fundamento objetivo. Así lo creo yo. Gracias por tus palabras y tu presencia.
Pantagruel, tus reflexiones han ocupado un lugar en este proceso. Pero cuando razonas eres demasiado excluyente, con una pizca de autoritarismo, y eso te hace resultar menos elocuente y convincente, al menos para éste bloguero que hace de la duda su principio rector. Tienes una rigidez argumental que te hace ser poco poético. Y en esta casa, lo poético y el misterio son protagonistas indiscutibles. Te apreciamos, Panta, no pienses por esto que no eres bienvenido, pero leer un poco de poesía no te vendría mal. Un abrazo.
Fmop, lo que yo me temía. Los fareros ya no duermen en el faro. Esto le resta poesía a su profesión. ¿Conoces El soliloquio del farero de Cernuda? Seguro que sí. Pues en eso pensaba.
Clares, a mí también me ha gustado mucho el poema de Wislawa Szymborska. El día que pueda me compraré un libro suyo. Gracias por tu presencia.
Novicia Dalila, eres maravillosamente bienvenida, a pesar de que parezcamos algunos unos eruditos insoportables. Discúlpame, pero no deja de tener su gracia, en los tiempos que corren ponerte a hablar sobre la vida y la muerte, sobre el papel del cerebro, los fareros... Es mi forma un poco absurda de sacar mi sentido del humor. Gracias por tu presencia.
Alonee, creo que yo soy cercano al budismo, aunque no lo acabo de entender bien. Pienso que existen energías en nuestro cuerpo, meridianos, ejes de tensión. Al menos cuando practicas meditación tu cuerpo ha de estar en equilibrio, formando un circuito de energías. El cerebro puede ser una fuente extraordinaria de misticismo y poesía que trasciende la vida concreta, pero el cerebro no es lo único que existe en el cuerpo humano. Pienso que es un error pensar que nuestro cuerpo es una máquina gobernada por un hombrecito que llevamos en la cabeza. El corazón también piensa, y nuestras manos, y nuestro sexo...
Antonio, si no entiendo mal lo que quieres decir es que lo que es oscuro es porque todavía no hemos aprendido a iluminarlo. Pensaré sobre ello. Igual que eso de que somos más que química, matemáticas, aunque me temo que es una broma. Perdona es que tengo poco sentido del humor. Es una pena.
Caperucita Azul, esa es precisamente mi tesis: que los adolescentes también necesitan su dosis de poesía y espiritualidad,entendida ésta no como pertenencia a una iglesia o creencia rígida, sino como profunda reflexión de lo que nos constituye como humanos y la relación con el misterio y la sabiduría.
Malo, malísimo, una de las ventajas e inteligencias del budismo es que te puedes reír del budismo, de Buda y de la madre que lo parió. Ante la vida está uno solo, debe seguir su propio camino, sin que nadie se lo marque. Por eso tu koan es tremendamente oportuno. No hay irreverencia ninguna. Todo es impermanente. Un abrazo.
Aiouee, tu presencia será siempre bienvenida. Y desde luego por mi parte no habrá ningún tipo de aspereza que también me cansan y aburren. Estamos modestamente en la senda de querer aprender un poquito. Y el corazón tiene mucho que decir. Tanto como el cerebro.
Qué post tan denso... La figura del faro ha sido muy utilizada en literatura como símbolo de meta y soledad a un tiempo. Tengo entendido que la profesión de farero de antaño no existe, pero lo cierto es que cualquier faro es una vista atractiva y objeto de muchas excursiones. Durante un teimpo bastante lejano quise vivir en uno, ahora ya no, aunque con las nuevas tecnologías esa soledad no existe.
ResponderEliminarCon respecto a todo lo que dices sobre el cerebro, no sé gran cosa. Supongo que no somos sólo un soporte físico, debe de haber algo más, o quizá es que aún la ciencia no ha podido dar explicación a todas nuestras preguntas. El cerebro aún es poco conocido y por eso hablamos de "sobrenatural", "alma", "sentimientos" y otras muchas ideas mezclando lo comprobable física y médicamente con lo que no entendemos. Todavía faltan muchas explicaciones.
¿La religión? Para mí es un lastre considerable, ya te lo dije en un comentario anterior. El hombre ha inventado a Dios porque lo necesita y lo utiliza para lo que le conviene, da igual matar en su nombre que invocarlo para justificar otras atrocidades. No hay derecho a que unos cuantos "elegidos" se permitan el lujo de saltarse las leyes y decirnos a los demás cómo hemos de pensar o actuar. Yo les debo situaciones terribles y me infunden cualquier cosa menos respeto.
Un abrazo, colega.
Dos lecturas para calmar las aguas y serenar el ansia de transcendencia.
ResponderEliminarUna : 'Homínidos' De robert J. sawyer ¿Puede ser que la necesidad de lo 'divino' sea una consecuencia de la estructura del cerebro? la mejor especulación al servicio de la ciencia ficción.
Dos :'La ciencia y la hipótesis de Poincaré' Si no me equivoco hay unas parrafadas acerca de cómo la mente subconsciente ayudaba a resolver los problemas matemáticos (los resolvía hasta durmiendo ;)
Saludos.
No obstante, cuando alguien tiene el corazón muerto, es un muerto en vida o acaba por el suicidio.
ResponderEliminarJoselu, ¿no hay también cierto autoritarismo en la forma como me mandas a leer poesía, o en el simple hecho de "recomendarme" que lo haga? ¿Tienes tú acaso el secreto del arcano de lo que es poesía? Creo que necesitas leer, oir, ver, escuchar... otra clase de poesía distinta de la que sueles -bellas cadenas de palabras dirigidas al "corazón"-, de vez en cuando al menos, porque la duda también puede ser un principio rígido, poco poético, y muy esterilizante.
ResponderEliminarYolanda, yo no sé tampoco gran cosa acerca del cerebro, pero ha sido en el blog de Pantagruel donde se han planteado reflexiones que han suscitado debate entre hombres de letras y hombres de ciencias. El tema no está cerrado y sigue abierto a distintas aportaciones desde todos los ángulos.
ResponderEliminarWrailito, tomo nota del libro de Robert J. Sawyer. He rastreado su nombre y veo que me puede interesar ese título de Homínidos. Me gusta la ciencia ficción, y hace tiempo que no la frecuento.
ResponderEliminarEloi, a veces los que se suicidan son los que tienen más corazón, pero no pueden soportar más la vida.
Pantagruel, mis disculpas por mis recomendaciones literarias. No volveré a sugerírtelo. Por cierto, ¿has leído a Ángel González?. En este blog y otros planteamos un homenaje con motivo de su muerte el año pasado. Si quieres puedes añadir un poema recitado por ti. Lo tienes en ÁNGEL GONZÁLEZ. Yo entretanto leo Homínidos de Robert J. Sawyer y a Oliver Sacks.
Joselu, no me hiciste recomendaciones literarias, sino le recomendación genérica de leer poesía. De excesivas lecturas de poesía tipo González es de lo que pienso que adoleces, y me parece excelente que cambies de registro, porque no solo hay poesía en la "poesía" que escriben los "poetas". No tengo sonido en este PC, pero te escucharé después. Dicho sea todo esto sin ninguna acritud. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no sé si nuestra mente está sujeta a meras conexiones y reacciones químicas o es otro proceso que desconocemos el que rige nuestra mente. Lo que es un hecho es esa necesidad de salirnos del mundo físico y penetrar en otros mundos etéreos, irreales, imaginativos, donde vive la poesía al margen de la realidad.
ResponderEliminarLo sorprendente del cerebro es que no existe en él nada que ea equivalente a un "almacén", no es el espacio físico de nada, sino un potente sistema de "recreación". Por otro lado, su funcionamiento "facético", algo así como los ojos de las abejas, parece más un sistema caótico que un espejo del orden.
ResponderEliminarHay versos oscuros de algún poeta que al dormirme con ellos, sólo el sueño me ha revelado su significado
ResponderEliminarY me ha sucedido varias veces.
Como veo que la cosa deriva bastante hacia el tema del cerebro ahí van otras dos recomendaciones :
ResponderEliminarUn excelente blog sobre el tema y otros afines
y un libro
'El cerebro : manual de instrucciones' de J. Ratey
Saludos
Hola Joselu.
ResponderEliminarPor causa de los plañidos de Panta me he pasado por aquí, por curiosidad, y veo que me encuentro al otro lado del espejo del blog de Panta ¡Qué impresión!
En este área donde la ley de la gravedad ha abdicado definitivamente y los objetos cambian de tamaño sin previo aviso me siento algo más cómodo para postular que aunque no hay nada relativo a lo que llamamos pensamiento, sentimientos, vomuntad, deseos o sensaciones que escape al hombrecillo que se encuentra en el cerebro.
En cambio, tambien mantengo que ese hombrecillo es caprichoso y sus reacciones no están predeterminadas por la configuración física del cerebro sino que hay una configuración lógica (reconfigurable) que se le superpone y que responde a los estímulos externos y no solo a crecimiento o agentes externos.
Por ello he debatido con Panta que no debe, por ejemplo, despreciar llanamente la efectividad de tratamientos basados en la comunicación (u otros de experiencia) que interviene sobre este otro área de funcionamiento del cerebro.
Pero mi amor por la poesía (y las otras artes) no llega al punto de la negación preventiva de mis convicciones racionales de cómo es el mundo.
Un saludo.
Eh, eh, don ID, no me atribuya lo que no he dicho. Los tratamientos basados en la comunicación pueden ser tan eficaces como los basados en píldoras. La comunicación entra por ojos, oidos, olfato, tacto y gusto y se transforma en físico-química que llega al cerebro como si fuesen píldoras. Eso lo debería tener superclaro cualquier estudiante de ESO, y si no lo tienen claro es porque aun hay profesores que enseñan que la poesía viene de la pezuña dorada del altísimo.
ResponderEliminarPor cierto, el blog del MIT recomendado por Wraitlito parece muy bueno e interesante.
Yo soy muy dada a la ciencia y como ya habrás deducido no soy creyente. Sin embargo, el cerebro y su funcionamiento siempre ha sido algo que a veces se escapa a la explicación y la lógica pues cuando crees que sabes cómo va a reaccionar, de repente ocurre extraordinario, algo que muchos ven como un hecho sobrenatural y otros preferimos pensar que tiene una explicación aunque no la hayamos encontrado.
ResponderEliminarCreo que un tema como este es difícil de tratar, pero no por eso hay que dejarlo de abordar, aunque todavía hay tanto que investigar y descubrir.
Abrazos.
Posdata: Ángel González es un gran poeta. Me gusta mucho. :)
Hola Joselu:
ResponderEliminarMe ha interesado y gustado mucho tu post. El koan que se ha mencionado aquí lo conocía y me parece buenísimo.
Además, tengo como fondo de pantalla una imagen de un faro, me hace bien verla varias veces cada día.
Yo también fui profesora de secundaria durante 27 años (de inglés), pero la salud me hizo parar y estoy jubilada antes de tiempo.
Creo que tus alumnos son afortunados.