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lunes, 11 de septiembre de 2006
Una verdad inconveniente
Hoy ha venido a verme inesperadamente mi sobrino Oscar de Zaragoza. Siempre que nos encontramos surge algún tema de conversación que me sirve de exploración del alma de los adolescentes con los que he de bregar día a día. Supone verlo desde un ángulo familiar y no del “lado del profesor”. Él me pone al día de los nuevos grupos musicales, de las nuevas tendencias tecnológicas, de sus gustos de lectura, de sus reivindicaciones de adolescente a los conflictivos quince años, con la ESO suspendida y orientado a los famosos programas de Garantía Social. Puedo ver en él a muchos de mis alumnos de un determinado perfil, pero en una relación transfigurada por el afecto y la cercanía.
Es un adolescente arquetípico: acné, brackets, aire desgarbado, inseguro con su aspecto físico aunque arrogante y necesitado de autoafirmarse continuamente, hipocondríaco, aprendiz de cínico, susceptible sobre su aspecto físico y sus características personales, aire de estar aburrido constantemente como si el mundo adulto fuera inhábil para satisfacer sus ansias más profundas, inquieto, incapaz de estar mucho rato con la misma actividad, protestón y contestatario, sabelotodo, adicto a los recursos tecnológicos y a la música heavy metal.
Intuyo en él una fuerte desorientación y un protopensamiento caótico que busca, que necesita modelos que le sirvan de eje en su vida. De momento se mueve dentro del ámbito de la negación. Sabe más lo que no quiere que lo que quiere. El mundo paterno y adulto es ambivalente y siente hacia él tanta atracción como rechazo. Está buscando nuevos paradigmas de ideología y de comportamiento. Desgraciadamente, dentro del mundo juvenil, que es el que él frecuenta, es difícil encontrar un pensamiento que vaya más allá del situacionismo negativo. Aquí estoy y el mundo me lo debe todo. Yo no soy responsable, yo no he pedido estar aquí; mis padres tienen la obligación de mantenerme y aguantarme; los profesores son unos seres cargantes que parece que se obstinen en hacernos la vida insoportable con sus discursos, con sus materias lentas y aburridas; los escritores oficiales son unos pesados y sus novelas obligatorias, soporíferas.
Una conversación hoy le ha desconcertado. No sé cómo ha salido, pero hemos empezado a hablar del cambio climático y del calentamiento global del planeta. Este es un tema que le venía lejano y carecía de interés en principio para él, pero que hoy se ha convertido en un buen referente de sus inquietudes y reflexiones. Estamos –hemos dicho-, en un proceso de cambio climático, cuyas consecuencias podemos ya ver por el ascenso de las temperaturas medias del planeta, la fusión de glaciares y de partes considerables de los polos que dará origen a un ascenso del nivel medio de los mares en las próximas décadas. El calentamiento global alterará y cambiará nuestro modo de vida lo que originará gravés sequías por un lado y lluvias torrenciales o huracanes por otro. Probablemente, el cambio climático esté propiciado también por la desaparición de grandes zonas de selvas tropicales y el avance de la desertización, incluida la península Ibérica. Las migraciones masivas de africanos puede que tengan que ver con este cambio climático y el agotamiento de recursos de vida tradicionales como la pesca. Todo ello alienta la migración de decenas o centenares de miles de africanos. Y es que como fondo de todo está la acción del hombre, esquilmando la naturaleza por encima de sus posibilidades.
Hemos hablado de la hipótesis de Gaia de James Lovelock, la idea de que la Tierra es un organismo vivo que reaccionará a tenor de las agresiones que está experimentando. Si continuamos explotando los recursos del planeta, éste sencillamente se defenderá y se nos quitará de encima. Hemos hablado también del debate promovido por Stephen Hawking del que hablaba en un post reciente. El científico británico se preguntaba sobre qué cómo debíamos enfrentarnos a un mundo caótico y cambiante y cómo sobrevivir a estos cambios en los próximos cien años.
Le he sugerido que vaya a ver la película a punto de estrenarse titulada “Una verdad inconveniente”, protagonizada por el exvicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore. Se la he recomendado para que sea él mismo quien saque conclusiones sobre la situación grave –a mi juicio- en que nos encontramos.
He visto a mi sobrino preocupado e incluso angustiado ante lo que estábamos hablando. Sobre todo quería saber sobre cuándo veríamos cambios irreversibles de lo que estaba sucediendo. Al Gore sostiene que disponemos de una década para reducir considerablemente las emisiones de CO2 a la atmósfera y otros cambios que impliquen la reducción de consumo energético en el planeta. Si no, en unas décadas muchos cambios se habrán hecho difícilemente reversibles y la inestabilidad social, humana y climática del planeta se habrá hecho insostenible.
Oscar se ha ido preocupado. Su padre le ha hablado de otras interpretaciones más tranquilizadoras sobre lo que está pasando. Que esto son ciclos; que estamos en un ciclo cálido, pero al que pueden suceder otros ciclos más fríos, que esto no es irreversible, que no tenía por qué preocuparse… Sin embargo, ayer por la noche, Oscar se preguntaba sobre lo que podía hacer como ciudadano del planeta y se planteó apuntarse en asociaciones como Greenpeace o Adena como colaborador. De hecho entramos en algunas de sus páginas web y vimos las tarifas para jóvenes menores de dieciocho años, sector cuya participación considero imprescindible para intentar paliar los efectos, a mi juicio, peligrosísimos del efecto invernadero y el calentamiento global. Son el futuro, es su calidad de vida y sus condiciones de supervivencia las que están en juego.
De nuevo, una visita de mi sobrino me ha servido para establecer un diálogo productivo con las generaciones jóvenes, y considero que muchas de sus reacciones son extrapolables a las que encontraré dentro de unos días entre mis alumnos de su misma edad y de su actitud contestataria, pero en el fondo necesitada de algo que dé sentido a sus vidas. Creo que ha sido un diálogo fecundo para los dos.
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Muy probablemente Gaia se deshaga de nosotros, como especie, y, al final, descansará, quede lo que quede. Y, posiblemente, habrá un nuevo comienzo y el azar actuará para que todo vuelve a ser de nuevo, ¿como ahora es? El eterno retorno es consolador, sin duda, y apto para las personas muy vitalistas, Si Unamuno tuvo tantos hijos fue porque quería persistir a través del tiempo. Estoy convencido de que hoy día sería un defensor acérrimo de la clonación humana. A mí no me parece mal, ese duplicado imperfecto de uno mismo, con su propia autonomía para cometer sus propios errores, aunque tal vez con la herencia genética suficiente para recordar, del modo que sea, los errores cometidos por "el otro", el padre, el hermano, el sosias, la sombra ¿indescifrable?
ResponderEliminarHa sido un contacto hermoso el que has tenido con tu sobrino, al que, en efecto,se le va falto de orientación y reacio al adoctrinamiento, que es buena predisposición para dar el salto hacia la conquista de uno mismo. "Llega a ser quien eres", decía un aforismo griego, y es cierto que no hay nada más difícil, porque todo nuestro afán es revestirnos de máscaras que nos disfrazan y nos ocultan; máscaras que muy a menudo tomamos por nuestra propio rostro.
Bien está esa interacción entre la propia vida y el medio.
Aprovecho para recomendar un libro que se aparta de la ortodoxia catalanista típica a la hora de defender un idioma minoritario: "Contra el imperialisme lingüístic. A favor de la linguodiversitat", de Pere Comellas. En él se analiza la lengua como un elemento primordial del medio ambiente, con la función creadora que tiene y como indicio de salud ecológica. Interesante.
Estoy convencido de que vuestro contacto habrá estado despojado de esa suerte de solemnidad que, a la hora de referirlo, se ha contagiado, por pura preocupación ética comprensible, porque los adolescentes, ambos lo sabemos huyen de la prédica como de la peste.
La de tu sobrino es una edad de rebelde sin causa, lo que no quiere decir que no tengan inquietudes por ciertas cuestiones. Y la de la supervivencia del planeta no parece ser un asunto baladí. A falta de otros problemas muchos jóvenes miran hacia la conservación del planeta o las causas solidarias. Eso de que el planeta se vaya al carajo es algo que, a algunos, les debe preocupar, más después de lo a gusto que viven. Pero lo de la quinta extinción parece inevitable que ocurra en algún momento, lo que no quita que se trate de preservar el patrimonio que tenemos.
ResponderEliminarhttp://elsexodelasmoscas.bitacoras.com
Precioso intercambio de inquietudes. Desde luego el cambio climático es evidente y la teoría de una nueva glaciación va por ahí junto con la del aumento de las temperaturas. Lo que está claro es que al margen de los ciclos naturales, nosotros y nuestra opulenta sociedad occidental, tenemos mucho que ver en esos cambios del clima.
ResponderEliminarLos jóvenes hoy carecen de referentes claros, pero siguen igual de generosos con las causas perdidas: ONG,asociaciones...Hasta que surja un nuevo ideal social, una nueva filosofía. De religión no hablo por respeto, pero creo que ya sabes lo que pienso.
Tienes suerte de poder hablar de tú a tú con un jóven de la misma edad que tus alumnos. Un saludo
Bueno, pues tal vez debes llevar el tema a tus alumnos. Si lo piensas bien, tiene sentido que ellos se preocupen de esto: porque es el mundo que heredarán.
ResponderEliminarHola profesor. Soy Redonna, profesora de Lengua y Literatura, como tú.
ResponderEliminarEste verano descubrí tu blog y te dije cuánto me recordabas a los profesores maravillosos de Literatura que yo había tenido y que hicieron que me convirtiera en una de ellos.
Tengo 28 años y me siento joven e inexperta ante nuestro alumnos. Sólo tengo ilusión.
Cuando leí tu comentario sobre lo mucho que les gusta Salinas (qué hermoso, ver cómo les encanta...) me sentí muy identificada contigo. Como soy interina por ahora, me ha tocado un centro rural donde este año daré Diversificación a 3º y 4º. Me siento un poco perdida, la verdad, pero ya siento que leerte todo el año me va a ayudar. Gracias por ello.
Una cosa más, enhorabuena por tu 1º de Bachillerato de Literatura Universal, puedes hacer cosas maravillosas pero intuyo que lo sabes y las harás.
Te dejo esta cita de "El profesor", de F.McCourt, porque ante mis nuevos alumnos, mi nuevo centro (en el que creo que voy a ser muy feliz) me siento así... y quizás tenga que pasar todo el año... soñando...
Quizás ya conoces este libro; si no es así, lo recomiendo a todos los profesores del mundo de Lengua y Literatura.
"Tienes en tu mesa el programa de Lengua que te ha proporcionado el centro. Les enseñarás ortografía, vocabulario, gramática, comprensión de la lectura, redacción, literatura.
No ves el momento de llegar a la literatura [...] No ves el momento de llegar a Shelley, Kates y Byron (léase: Bécquer, Salinas...esos que a ellos les gustan tanto), y al bueno de Walt Whitman (sic: Lorca). A tus clases les encanta todo ese romanticismo y rebelión, todo ese desafío. A ti mismo te encantará, porque dentro de ti y en tus sueños, eres un romántico desenfrenado [...]
Los directores y otras figuras de autoridad que pasen por los pasillos oirán ruidos de emoción en tu aula. Mirarán por la ventanilla de la puerta, asombrados de ver tantas manos levantadas, interés y emoción en las caras de esos chicos y chicas, de esos fontaneros, electricistas, carpinteros, mecánicos, mecanógrafas y torneros."
Claro que es interesante estas conversaciones, pero... ¿Se cree el propio Al Gore que iba a solucionar realmente algo?. Bueno, seguro que más que Bush haría.
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