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viernes, 7 de octubre de 2022

Elogio de la superficie


Reconozco que cuando escribo o cuando hablo soy una persona que subraya el sentido, el significado, la densidad de mi discurso como si quisiera expresar algo profundo y casi trascendente. Un amigo con el que hago caminatas, se ve víctima de mi supuesta profundidad que le abruma cuando a él le gusta ser más bien intrascendente. 

 

Leo estos días un libro admirable de Roland Barthes, titulado El imperio de los signos que es un largo comentario a base de fragmentos sobre la cultura japonesa que él vivió e intentó comprender, si es que “comprender” es la palabra más adecuada para ello. 

 

En la cultura japonesa importa más la forma que el fondo. El saludo ritual es obligado, cuando en occidente lo consideramos formal y eludible. Nos gusta, especialmente, en España la mala educación. Pocas son las fórmulas que subrayan nuestro código formal educado. Cuando llego a un sitio doy los buenos días pero veo que es algo que resulta rebuscado y evitable cuando puedo ir directamente a lo que quiero. Las fórmulas educadas, fruto de la cortesía, son orilladas y consideradas innecesarias. En la cultura japonesa la cortesía ocupa un lugar fundamental en las relaciones humanas, se emplea un tiempo que nosotros pensamos que es inútil en manifestar el respeto por la otra persona. 

 

Queremos ir a lo esencial, al sentido, y no nos estamos por las ramas. Cuando hacemos un regalo deseamos que sea importante para la persona que lo recibe, que tenga sentido. En la cultura japonesa esto no es deseable. Un regalo producto de su cosmovisión es envolver una caja de forma primorosa y dentro de ella, hay otra caja cuyo envoltorio es fruto de un arte cuidadoso y preciso, y en su interior hay otra caja y dentro otra caja envueltas, hasta llegar al final donde, si se abre, hay una fruslería de ningún valor. Esto es incomprensible para nosotros que anhelamos el valor sentimental o material de lo que regalamos. Importa más el fondo que la forma a diferencia de la cultura japonesa que es al revés. 

 

El fondo en la cultura japonesa es el vacío. No hay sentido, no hay regalo, no hay interpretación conceptual que justifique algo. 

 

Un poema clásico japonés es el haiku, es una combinación breve de cinco, siete y cinco sílabas que no quiere decir nada más allá de lo que dice, es una observación que podría pasar por banal y carente de núcleo mientras que nuestra poesía es densa y profunda, conceptual. Intentamos aplicar al haiku interpretaciones rebuscadas y artificiosas, pero no las tiene, y esa es su razón de ser. No expresa siquiera la transitoriedad de la vida o su carácter efímero. No es simbólico pero sí misterioso.

 

Las ciudades japonesas carecen de centro, el centro es una zona vacía, a diferencia de las ciudades occidentales en que el centro es la parte más importante de la ciudad y, de hecho, siempre cuando llegamos a una ciudad, preguntamos por el centro. 

 

Me doy cuenta de la paciencia que tiene mi amigo de caminatas en hablar con un hombre que pretende dotar a todo de núcleo, de sentido, de significación, cuando podría hablarse de lo frívolo, de lo banal, de lo superficial sin que la vida sufriera lo más mínimo. 

 

Me he propuesto escribir algún haiku alejado de la idea de sentido o de significación, todo en nuestra cultura apela al sentido, a la emoción, al yo, y en el fondo somos personas bastante faltas de ligereza. 

 

Si pudiéramos prescindir de esa obsesión por el sentido tan esencial en nuestra historia, en nuestra literatura, en nuestro modo de vivir, tal vez se abrirían nuevos campos de observación. 

 

Este escrito mismo es propio de una persona que anhela el sentido y no acepta lo frívolo o superficial. Pero ¿si acaso, la verdad estuviera en ello? Pero ¿acaso hay verdad o profundidad?

 

Un hombre escribe

Mientras la lluvia cae. 

Es el otoño. 

31 comentarios :

  1. Para mí la educación es importante. No concibo no desear los buenos días o lo que se tercie, incluso al subir al autobús.
    Los haikus, que alguno he escrito por ahí, son pinceladas buscando cierta belleza y normalmente ensalzando algo relativo a la naturaleza. O eso me explicaron en su día.
    Saludos.

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    1. La filosofía del haiku es tan sencilla como compleja. Aparentemente es muy simple, pero yo no me he atrevido a escribir un haiku hasta hoy. No me sentía preparado. Hoy me he atrevido pero no sé. Saludos.

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  2. Tal vez muchos japoneses anhelen algún aspecto de la cultura occidental, de los occidentales, que ellos ambicionan para sí mismos.

    Habrá que convivir con esas contrariedades (los de allá y los de acá) que consideramos de nosotros mismos.
    Envidio tu otoño. Por el centro nos visita los restos de una calima sahariana.

    Un hombre se lamenta,
    del cielo caen gotas de arena.

    Abrazo, Joselu.

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    1. Los japoneses han asimilado fuertemente la cultura occidental desde la era Meihi, y especialmente tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial. No obstante, entrar en la cultura japonesa, de la que soy un conocedor superficial, lleva a encontrar conceptos y costumbres en las antípodas de los occidentales. Y su influencia en Occidente no ha sido escasa. Desde las artes marciales, el zen, la comida -hoy todo está lleno de restaurantes presuntamente japoneses-, el minimalismo y la literatura nos acercan parcialmente la cosmovisión japonesa, que, no obstante, sigue siendo una gran desconocida. Es un país en gran parte fascinante aunque muy cerrado a la mirada externa. Un libro al respecto es Estupor y temblores de Amèlie Nothomb. Abrazo de oso, Paco.

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  3. Tinc publicats 731 haikus, el 80% meus, i no en tenen res de banals hi ha de tot, però un haiku pot ser molt profund.
    Fíjate como cuando vas de caminata por ahí por la mañana, la gente se saluda y se da los buenos días,

    Salut.

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    1. Sin duda, conoces mucho mejor que yo la forma del haiku por tu experiencia. No obstante, el haiku es una forma métrica que en Occidente interpretamos según nos viene. Mario Benedetti tiene dos libros de haikus con contenido político y social, algo que es ajeno a la esencia del haiku. Sostienes que los haikus no son ni banales y que pueden ser muy profundos, pero esto presupone como occidental que la profundidad es un valor para ti -y para nosotros-, pero ¿si no fuera así y que esta fuera una visión occidentalizadora del haiku? Te dejo con uno que me parece excelente:

      ¡Cuán admirable es
      aquel que no piensa “La vida es efímera”
      al ver un relámpago!

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    2. Gracies pel regal, També Martí i Pol es saltaba la métrica alguna vez. Los orientales no creo la hagan nunca.

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  4. Ostras, que entrada tan interesante.
    ¿Ves?...Es una entrada nada banal, que hace pensar. No pensaba, se muy poco de cultura japonesa, que importase más la forma que el fondo. Me pregunto cómo se podrá dar una clase de metafísica, cuando el fondo importa más que la forma, aunque esta sea vital para explicarla.

    Me gusta la educación. Soy amante de los buenos días y me gusta recibirlos, sin embargo, los adornos de las inclinaciones de cabeza me sobran.

    Cuando entré en tu página, vi que tus " escritos eran propios de una persona que anhela el sentido y no acepta lo frívolo o superficial", y en ocasiones, las más suelo releerlos porque intuyo me he dejado algo por el camino.

    No estoy preparado para los haikus, ¿porqué?, porque si quieres escribir algo con "cara y ojos", o sea, algo profundo, algo que no sea banal, los haikus no me dan el espacio que necesito. Ahora me viene a la memoria algo muy castizo, un refrán, cuadra con lo que quiero decir: Lo bueno si breve, dos veces bueno.
    Un abrazo
    He disfrutado con esta entrada, has expuesto muy acertadamente un tema que me apasiona: la trascendencia.
    Salut

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    1. Hay un libro esencial que se titula El hombre en busca de sentido del psicoanalista Viktor E. Frankl. Es un libro admirable para nuestro modo de ver las cosas, pero si entras en un libro de sabiduría oriental, japonesa, china o india, nuestros parámetros se confunden y podemos llegar a no entender nada porque nuestro racionalismo y nuestra necesidad de sentido nos condicionan. En el centro de la cosmovisión oriental está el vacío, no hay sentido. Solo hay forma, solo hay posición en la meditación zen. No hay juicio, no hay razonamiento, si acaso intuición. El haiku es una estrofa aparentemente fácil y muchos la emplean pero desprenderse de la necesidad de sentido es muy difícil, no hay sentido ni trascendencia, no tiene nada que ver con la metafísica ni el empirismo lógico. El pensador de Rodin no sería un buen ejemplo para un ser humano meditando porque está utilizando exclusivamente la razón. Yo y todos los que pasamos por aquí somos esclavos del sentido, es la visión occidental. Salut, Miquel

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  5. La ceremonia del té podría ser la esencia del alma japonesa, cada gesto, cada movimiento, la posición de los instrumentos necesarios, la composición de estos, y hasta la expresión y la actitud de los participantes están reglados al milímetro. Una liturgia que aparenta sencillez, y que a la vet es sofisticada.

    En la fabricación artesanal de objetos tan dispares como una katana o un pincel para caligrafía tradicional se pone todo el conocimiento y la pasión por el trabajo bien hecho.

    Una katana en nuestro tiempo es un arma intrascendente, pero el maestro herrero tras la larga forja y el templado de un hierro especialmente fundido para ello, envía el acero a un maestro pulidor que afila la hoja de una forma concienzuda y cuidadosa que puede llevar semanas de trabajo.

    Con el pincel sucede los mismo, el artesano elije las mejores cerdas, las corta con precisión milimétrica, las apresta y la monta en un mango realizado con la mejor madera disponible y tallado a mano.

    Todo ello es buscar la trascendencia en el proceso, de una manera casi más importante que el resultado final.

    La cultura zen impregno durante siglos el alma de los japoneses, y sería recomendable para nosotros los occidentales ahora, en tiempos en que los insustancial se ha apoderado de nuestra cultura.

    Saludos.

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    1. Me ha maravilllado tu aportación que expresa tu conocimiento de la cultura japonesa. Hay un libro precioso y breve que se titula Elogio de la sombra de Yunichiro Tanizaki. Si no lo conoces, te lo recomiendo. Si te atrae lo japonés, te deleitará. No obstante, hay algo en que no estoy de acuerdo en lo que dices y es que el zen o la cosmovisión japonesa busca la trascendencia. Nada hay más ajeno en la cosmovisión oriental que la trascendencia, esto es occidental. No hay trascendencia, solo hay aquí y ahora, en el instante presente está el nirvana, nuestra mirada si se desprende de la búsqueda de significado se hace limpia y puede darse cuenta de que todo es ilusión. Ser consciente de esto nos aleja de cualquier ideología o filosofía, de toda interpretación densa y profunda. A Occidente le es muy difícil -a mí el primero- acercarse a esto, pues estamos educados en el sentido aunque en nosotros falte y se convierta en frivolidad, en superficialidad, en sueños ilusorios. Como sustitutivo del zen tenemos la comida japonesa que hace furor aunque no sea nada entendida y se coma sin ningún ritual y sin comprender su liturgia.

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  6. El fondo y la forma, el estilo antes que el contenido. No me parece raro que la sociedad japonesa se sienta más cómoda con un Haiku que no persigue otra cosa que la musicalidad y la belleza presente, por lo que sabemos Japón es un país que ha implantado un modelo educativo en el que el respeto, las buenas manera y la limpieza son la columna vertebral de la sociedad. Me parece estupendo que los niños se responsabilicen de la limpieza de las aulas, por ejemplo, sin embargo, también es una sociedad con su cuota disfuncional. Pongo el ejemplo de los jóvenes que no salen de su habitación durante meses, de la poca capacidad para relacionarse entre ellos. En fin, como decía uno de los protagonistas de Con faldas y a lo loco: nadie es perfecto. Me inclino más por buscar el sentido antes que la forma. Viktor Frankl sabía de la importancia para la psique humana de hallar el sentido en todo lo que hacemos, es un recurso para la supervivencia. Y por supuesto, nuestra sociedad occidental está en una fase en la que impera lo aparente sin otra sustancia que la búsqueda del efecto "bonito" y eso nos está haciendo mucho daño.

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    1. Japón es una sociedad muy problemática. Bajísima natalidad, hombres sin pareja que viven solos, el caso de los hikikomori y los kodokushi -jubilados que se aíslan como los jóvenes y no salen de su habitación hasta que alguien descubre que han muerto. Son miles al año-. Japón es un país fuertemente codificado pero pobre del que no puede adaptarse a las reglas establecidas. La soledad es uno de los sentimientos más extendidos en la sociedad japonesa. Es la otra cara de la moneda de su cultura, admirable por otra parte. En España, las reglas no nos condicionan como a ellos. Somos especialistas en saltárnoslas y violarlas. No nos pasará como a ellos. Nuestro individualismo nos condena y nos protege.

      Como tú, yo soy una persona que persigue el sentido, sea esto una lujuria o una condena. No nos podemos desprender de esto. Aunque puede que a nivel general no sea algo muy extendido y que impere lo aparente, lo bonito, lo guay… No me atrevo a juzgar a la gente. Antes pensaba que la mayoría era ignorante, ahora no me atrevería a pensarlo siquiera porque ¿qué se yo del interior de cada uno? Puede que mis valores sean eso, míos, y que cada uno tenga los suyos. Me gustaría una sociedad diferente pero sin mucho énfasis. ¡Quién es capaz de entrar en el alma de cada uno!

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  7. Es cierto que cada vez usamos menos las fórmulas de cortesía que no cuesta nada mantener y que además sirven para darnos un trato más cordial. También lo de los regalos es tal cual, y para encima siempre queremos acertar como si la intención no bastase. Tal vez nos estamos perdiendo buscando la profundidad en todas la cosas, como costumbre muy arraigada.
    Lo de los haikus lo encuentro misterioso, no sé bien que esperar de este tipo de poema, y el que has escrito suena muy bien y aparentemente intrascendente como dices, pero mi mente ya le está dando vueltas, no puedo quedarme con el hecho y ya está, jajajajaja no había reparado bien, hasta ahora, en mi afición por ir más allá.

    Es muy interesante lo que planteas, sin ir a los extremos como dijo Paco. Igual a veces es suficiente con apreciar simplemente la escena en vez de intentar ahondar. También me llama la atención lo que comenta Rodericus sobre la trascendencia del proceso y no del resultado, el aquí y ahora que citas, da para mucho este tema que has sacado.

    Un saludo!!

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    1. La cultura occidental es profundamente simbólica. Hemos hecho del símbolo un elemento de conocimiento y trascendencia poética e intelectual. Hay una corriente artística llamada simbolismo que se basa en ello. Ásí, una flor o un árbol o una fuente o un pájaro o un atardecer son ellos pero algo más porque se consideran símbolos o metáforas de otro significado. Así el río será alegoría de la vida, el mar, de la muerte, el pájaro de la libertad, el relámpago, de lo efímero de las vida, un reloj de arena, del paso del tiempo y de la llegada de la muerte. La mente occidental es simbólica pero la oriental, y en especial, la japonesa, no. Una flor es una flor sin mayor trascendencia, un río es un río, una fuente es una fuente. No hay segundos significados. En esa plenitud de la flor siendo flor aquí y ahora está su fuerza contemplada por la mente.

      Sin duda en el arte oriental y en el japonés en concreto hay otros parámetros singulares. En cuanto al haiku es misterioso pero no porque encubra un signficado oculto, no lo hay, aunque los occidentales pretendamos llenarlo de sentido o profundidad. Las cosas son lo que son, sin más, he ahí el misterio. Es suficiente.

      Un abrazo, Ana, ¡qué cálida tu presencia!

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  8. Te puedo asegurar que la forma también es importante, si bien lo relevante es el fondo del todo. Te contaré que semanas atrás mi país vivió lo que se supondría un cambio de Constitución, pero no resultó porque muchos de los llamados constituyentes se saltaron normas básicas de presentación y respeto. La buena educación siempre será importante y necesaria, por esa razón admiro a la cultura japonesa.
    Referente a los haikus, su temática gira en torno a dos imágenes o dos ideas que se desean relacionar.
    Abrazos, muy interesante tu Blog

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    1. No cabe duda de que la democracia es tal porque es formal, porque. Implica unas reglas que deben respetarse. Entiendo que los políticos retuercen las palabras y su sentido para violar el espíritu de la ley. Si no se respetan las reglas, una democracia no es tal, tienes toda la razón.

      En cuanto a Japón, es una sociedad muy codificada, los códigos son de obligado cumplimiento para vivir en sociedad, pero puede ser muy opresiva. Por eso hay tantos que se aíslan de la sociedad ara encerrarse en un cuarto para pasar años y años de su vida, sea por fobia social o por miedo. Son los hikikomori, que se encierran en su habitación y ya no salen. Nada de esto pasa en los países latinos donde apenas hay códigos que se respeten. Me gusta la cultura japonesa mucho, pero no sé si elegiría vivir como japonés dentro de ella. En en haiku hay dos ideas, está claro, de la relación que se establezca entre ellas vendrá la fuerza del mismo, de acuerdo a unas reglas. Muchas gracias por tu visita, Tatiana.

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  9. En mis últimas experimentaciones mentales y créeme que comparto tendencias trascendentales pues las superficiales me aburren profundamente. Escrito sin ánimo de ofender, sino de establecer un factor primordial de lo que se supone mi naturaleza intrínseca.
    Me parece que la mejor fórmula consiste en expresar lo más complicado y profundo de la manera más simple. Difícil, eso sí. Nada nuevo, por cierto. Respecto a las culturas diversas nada puedo opinar pues solo soy mero espectador/a en este caso, y desconozco tanto que más me vale ver, oír y callar

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    1. Sí. Tienes razón, se trata de expresar una idea en una forma bella y musical. ¿La idea es profunda o banal? En el zen pueden darse simultáneamente las dos posibilidades, o no darse ninguna. Si alguien dice que es profunda, entonces habría que decir que es banal y si alguien dice que es banal, tal vez habría que decir que es profunda. O ninguna de ambas posibilidades.

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  10. Tú que tienes experien cia en la enseñanza, ¿Te imaginas la que se montaría aquí si como parte (y muy necesaria), de su educación los niños tuviesen que limpiar y recoger su clase?
    Creo que somos sociedades muy diferentes. Me llamó mucho la atención el libro "La felicidad de la pobreza noble" de Koji Nakano, ahora difícil de encontrar . Describe en base a las actitudes de diferentes personajes históricos de Japón esa actitud de "sacrificar la existencia por la esencia" que tanto hemos perdido, creo que allí también de alguna manera.La honestidad, el respeto, la estética, la belleza de lo imperfecto, el "aware". No están de moda. Tenemos que sacar ventaja, inmediata o a medio plazo de todo y si no, eres tonto
    Me alegra que te hayas lanzado a escribir un haiku. Creo que en esto pasa como con las fotos, que hay que hacer muchas para que alguna valga la pena. Pero tienen un cierto poder transformador de nuestra actitud. Creo que a mejor
    Un abrazo
    🙏

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    1. He buscado el libro que mencionas, pero, efectivamente, no hay ejemplares disponibles. Solo he encontrado uno en la Casa del libro, de segunda mano a 190€. Todo lo que he leído sobre este libro me anima a leerlo. Vivir con humildad, y a la vez pensar con grandeza. Es la actitud más digna en una sociedad, que como bien dices, valora todo lo contrario. Creo que voy a llevar una libreta y voy a ir anotando algunos pensamientos que tenga. No es fácil, como bien dices. Siempre he leído los tuyos con interés y advertía que formaban parte de una experiencia transformadora, aunque en el zen, no hay que buscar la transformación.

      Japón tiene muchas cosas admirables, especialmente el tema de la educación y los códigos sociales, pero a la vez es una sociedad excluyente y xenófoba -en Japón solo viven japoneses-, así guardan la integridad de su idiosincrasia y filosofía. Admiro profundamente la cultura japonesa, es de una riqueza increíble. Lástima que este libro no esté disponible. Si yo fuera editor, lo publicaría de nuevo sin duda. Un abrazo también para ti.

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    2. Si me manda un correo con tu dirección y tlfno te jo busco y te lo presto
      Buen domingo

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    3. No tengo tu correo. Si entras en mi perfil verás el mío para escribirme. Luego te dejo la dirección, estaría muy interesado en que me lo prestaras, y en cuanto lo acabe, te lo devuelvo. Saludos.

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  11. Has colocado ‘El Enso’ o círculo zen, como cabecera de tu entrada que, como sabrás simboliza la plenitud de lo simple. Tengo dudas si la traslación de la palabra ‘simple’ no sería equiparable en nuestro idioma con sencillez, ya que de lo simple se deriva la simpleza, no como de lo sencillo que en todas sus acepciones alcanza un grado más esencial de realización, algo que no ocurre con las definiciones de simple.
    Por otra parte, nunca he escrito un haiku. No entra en mi lógica creativa y aunque admiro la belleza formal de algunos de ellos, no me parecen atractivos. La única experiencia llevada a cabo es esta: ‘Las claras sombras saludan al viajero’ https://rebalaje.blogspot.com/search/label/A20.%20Las%20claras%20sombras%20saludan%20al%20viajero%20(2019), compartida con un Francisco Ayudarte. La composición de estos versos son poemas de origen japonés que consta de cinco versos, pentasílabos el primero y el tercero, y heptasílabos los restantes, coincidiendo los tres primeros con el haiku. Durante la composición del poemario me sentí a gusto, y lo disfruté, teniendo para mí tuvo un resultado más que satisfactorio. Aun así, sí que estaba lejos de los caminos por los que normalmente transito cuando me acerco a nuestra lírica.

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    1. En vuestro libro Las claras sombras saludan al viajero se utilizaba la estrofa del tanka japonesa, pero la mayoría de los poemas tenían más bien un enfoque occidental respecto a lo que es la tradición japonesa. Ello no les resta valor, pero hoy releyéndolo se me hace presente la percepción vanguardista europea más que la inspiración oriental. No sé hasta qué punto lo queríais. Es una tradición la de utilizar el haiku formalmente pero con espíritu no original. No sé hasta qué punto es posible a nosotros como occidentales entrar en la sencillez-complejidad del haiku. Es lo mismo que si es posible que un japonés o japonesa baile con inspiración flamenco. Hay algún caso excepcional pero siempre cabe la duda de si hay verdadero duende o solo imitación excelente pero imitación. El haiku no es sencillo, eso está claro.

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  12. Eso es lo que decía, que ellos no tienen la Justicia como primer orden tienen el equilibrio, equilibrio donde la Justicia no es tan importante como para nosotros.
    Un saludo.

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  13. Pienso que es congruente lo que dices. Fuerzas en equilibrio. Saludos.

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  14. Creo que el principal motivo en mi caso de tener un blog es, precisamente, poder descargar toda la gravedad de los problemas que tengo siempre en la cabeza... Fuera del blog soy otra persona, casi nunca tengo conversaciones trascendentes porque me he dado cuenta de lo que comentas, puedes llegar a abrumar a la otra parte.

    Creo que hay muchas cosas un tanto enfermizas en la cultura japonesa, pero es cierto que tienen una visión del mundo, una forma de estar en él, de la que deberíamos aprender muchas cosas. Nadie como ellos sabe la importancia de las cosas que no importan...

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    1. Supongo que llegamos a un equilibrio entre lo circunstancial y lo supuestamente grave que aporto a veces. En casa mantengo largos silencios, nadie sabe qué pienso acerca de muchas cosas, creo que soy un desconocido para mi familia. Saber escuchar es una buena actitud que ejercito también con frecuencia.

      En cuanto a los japoneses, soy un admirador de su literatura que no deja de sorprenderme por la lejanía de la tradición occidental. Hay un mundo en su cine y en su literatura. Y es cierto, la magnitud de lo aparentemente sin valor brilla con luz propia. Si te interesa el mundo japonés, el libro El imperio de lo signos de Roland Barthes es muy esclarecedor, aunque, claro, desde la óptica de un occidental -muy lúcido-. A mí me ha hecho ver muchas cosas que desconocía. La observación de lo minúsculo es toda una filosofía. Se desarrolla la sutileza. Como aragonés soy muy bruto y áspero. No me viene mal empaparme de ella...

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  15. Complejo no siempre es bueno
    comentarios largos que no dicen mucho
    los prefiero cortos y al grano
    Me gusta el haberte leido
    Gracias

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