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jueves, 13 de mayo de 2021

Fragmentos en carne viva de una caminata en solitario


Vuelvo a hacer la caminata del jueves pasado o, por lo menos, parte de ella pues he salido de Santa Coloma y no de Vallvidrera lo que es sustancialmente la mitad. He visto en el plano del metro que la estación a que yo quería ir, Esglèsia Major, no estaba en la línea 1 sino en la L9 que va de La Sagrera a Cam Zam. He bajado en Sagrera y he tenido que descender cinco tramos de escaleras mecánicas para llegar al nivel donde está en metro. Ha sido inútil porque en vez de bajar en la estación de Esglèsia Major, bajo en Fondo que es común con la L1. No hubiera hecho falta el trasbordo pero he querido ver el ambiente de Santa Coloma para hacer alguna foto. Solo he hecho una del centro, solo había reatas de niños de colegios que iban a alguna parte, era la hora escolar por lo que veo. Luego hago una foto del poema de Maria Mercé Marçal, tan de lo que hoy llamaríamos postureo aludiendo a su triple rebeldía por ser mujer, por ser de clase baja y por ser de una nación oprimida. Me gustaría saber qué entendía esta poeta por eso de ser de clase baja. Tal vez escribió cuando miles y miles de inmigrantes se hacinaban en las barracas de Montjuich o el Somorrostro. Probablemente habría que explicarle lo que era ser de clase baja. Y en cuanto a ser de una nación oprimida, habría mucho que hablar cuando la dictadura nos oprimía a todos pero ella, sin duda, debería sentirse especialmente oprimida por ser catalana cuando la burguesía de este campante país estaba encantadísima con el Régimen porque todas las inversiones venían para aquí en lugar de ir hacia Andalucía, Murcia, Extremadura o Aragón. Pero uno puede identificarse con el mito que quiera y si lo expresa poéticamente, por demagógico que sea, puede ser incluso pintado en los muros como ejemplo de triple rebeldía. Bah. 

 

Sigo el trayecto del otro día pero hoy con agua abundante y con el cuerpo fresco y no castigado además de ser más temprano y el sol ser menos inclemente. He pasado por el monasterio de Sant Jeroni de la Murtra del que he hecho fotos. Me hubiera gustado visitar el claustro. Varias instituciones tienen su sede en el monasterio. He dejado Can Ruti, también la he fotografiado desde la distancia con la perspectiva del mar, y he seguido hacia arriba con menos cansancio. He llegado junto a unos ciclistas que subían asfixiados a lo más alto y he comenzado el descenso hasta Sant Fost donde una panda de perros me ha empezado a ladrar. He entrado en la fundación Pere Tarrés para ver desde arriba el monasterio de Montalegre pero las ramas y los alambres no me han permitido una buena perspectiva. Me gustaría pasear también por el claustro y ver a los monjes cartujos en su vida sombría pensando solo en la muerte por lo que yo creo. Luego investigo someramente en el estilo de vida de los cartujos y me sorprende que vistan de blanco y que en las festividades hacen vida comunitaria y charlan entre ellos. El resto del tiempo están en su celda trabajando y tienen un huerto. Participan comunitariamente en los oficios.  

 

Durante el trayecto, la mente se me iba a Oriente Medio que estos días está ardiendo por los choques entre israelíes y palestinos. Creo que ha comenzado en Jerusalem por el rigor israelí en el Ramadán con los palestinos lo que ha provocado graves disturbios. Desde Gaza se han lanzado cientos de cohetes contra ciudades israelíes e Israel ha respondido bombardeando objetivos militares en Gaza lo que ha provocado decenas de muertos incluidos algunos niños. Mis simpatías están con Israel y veo que rápidamente hay una marea de solidaridad con los palestinos en contra de la brutalidad judía. Pero no se dice que los palestinos están bombardeando ciudades israelíes. Es la misma historia de siempre, esa pulsión del suicidio heroico contra el poderoso. Las almas sensibles del mundo se posicionan siempre en contra de Israel con una virulencia extraordinaria cuando en otros muchos conflictos mantienen algo parecido a la indiferencia y es que no hay algo tan jugoso como un protagonista judío. Eso tiene morbo y ya se sabe que los judíos son siempre culpables hagan lo que hagan. En la historia se los acusaba de envenenar pozos, beberse la sangre de los niños que raptaban y eso era suficiente para que la multitud ebria de venganza saliera a asesinarlos a sus barrios. 

 

Luego hay casi diez kilómetros hasta la estación de Montgat Nord dando un gran rodeo por la serralada de la Marina. Yo esperaba que comenzara la bajada pero el camino se alargaba en solitario hasta que he llegado a una especie de mirador donde se ve Alella a la izquierda. He pensado en la casa de Toni y me hubiera gustado saber dónde se ubica. Y allí empieza un largo descenso pues estamos a más de trescientos y pico metros y hemos de bajar al nivel del mar. Se hace largo, ciertamente acompañado es más suave porque te vas distrayendo con la conversación maliciosa. He dado vueltas bajando por cuestas pedregosas hasta llegar a la entrada de Tiana entre la iglesia y un recoleto cementerio que el otro día no vi siendo muy atractivos sus muros y su interior con pisos de nichos. Vueltas y vueltas por Tiana, largas avenidas por las que voy ya con mascarilla, callejuelas del pueblo antiguo, tiendecitas, más avenidas, hasta que llego a Montgat, no sé exactamente dónde empieza el pueblo. Sigo hasta llegar y pasar por debajo de la autopista o carretera. 

 

Allí cerca de la playa me he tomado una cerveza Estrella Galicia. En la mesa del al lado había dos mujeres. Una morena de ojos negros, muy hermosa, que tendría veintitantos años, cerca de los treinta, y una mujer de unos sesenta que no paraba de hablar comiendo a la vez boquerones en vinagre. La mujer mayor se llamaba Lola y se tenía por muy joven, moderna y próxima a la juventud por sus relaciones y carácter. Era pesada e ininteresante pero tenía un ego descomunal. La joven solo podía hacer comentarios admirativos de lo que la vieja le decía. Es un caso típico de persona avasalladora imbuida de una ficción, la de ser juvenil y divertida, que resultaba realmente cargante. Es un tipo de personas que piensan que lo que dicen es muy interesante y no paran nunca de hablar de sí mismas. 

 

He llegado a la estación y he tomado el primer tren que ha pasado a Molins de Rey que para en Hospitalet como he podido comprobar. Enfrente de mí dos mujeres musulmanas, una con chilaba fucsia con flores y encajes, gordísima, y otra joven que pudiera ser la hija, también gorda, pero sin pañuelo y más encajada en esta sociedad y que no hacía ni caso a la supuesta madre. 

 

6 comentarios :

  1. "...hago una foto del poema de Maria Mercé Marçal, tan de lo que hoy llamaríamos postureo aludiendo a su triple rebeldía por ser mujer, por ser de clase baja y por ser de una nación oprimida."

    En fin, has de escuchar verdaderas tonterías. En una barraca no aguantaban un par de días, te lo aseguro.

    No me agradan las Órdenes contemplativas. Teresa marchó de ella para fundar algo con cara y ojos, para servir. NO comprendo como se espera la muerte con la barriga llena, la cama hecha y la despensa a rebosar. Pero como en todo, ha de haber de todo.

    A mi también me gustaría ver los claustros de los que hablas, es una de mis pasiones, aparte los relojes de sol.

    Un abrazo
    He disfrutado con la crónica
    salut

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    1. Reconozco que siento algo así como fascinación hacia la vida contemplativa. Creo que algún exmiembro de ETA entró en un monasterio horrorizado por lo que había sido su trayectoria terrorista. Leí la noticia pero ahora no he encontrado referencia. Es cierto que no producen nada material ni ayudan a la gente, su compromiso queda en ellos en forma de oración y su relación con Dios. En todo caso, no son tóxicos, pienso, son como cualquier ciudadano que va a lo suyo y no se preocupa por los demás, solo que su estilo de vida es tan austero y frugal que señala algo excepcional, aunque tengan, como dices, cada día la barriga llena.

      En Tailandia, hay miles de monjes que piden comida y ayuda a la gente caminando de un sitio a otro. Otros están en los monasterios. Para los tailandeses, los monjes son algo sagrado porque representan la columna vertebral espiritual de ellos como pueblo. En la pobreza extrema de la sociedad tailandesa, una hija trabajaba como puta -la que trae comida a casa- y otro hijo como monje budista. No me repele la vida contemplativa, francamente me magnetiza. En un tiempo, cuando era adolescente, tenía relación con una monja de clausura con la que solía hablar cuando yo era director de una revista juvenil. Recuerdo aquellas charlas como algo muy valioso para un adolescente que buscaba su norte. Me gustaría hablar con algún monje cartujo para ver cómo es su concepción de la vida al margen del mundo.

      Salut

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  2. Muy grato el recorrido y como lo cuentas. Evidentemente en caso de ser tu acompañante, discutiría con vehemencia o no, muchas de las afirmaciones socio-políticas que haces e incluso las religioso-contemplativas. Pero son cosas de la discrepancia ante una visión personal de las cosas.

    Saludos.

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    1. Este texto formaba parte de las notas que he escrito para mi diario y he querido transcribirlas sin apenas cambios para el blog. Claro que todo es cuestionable, pero, como dices, es una visión personal sin atender a si lo que escribo es correcto o no. Supongo que si cada uno escribiera siguiendo el flujo de sus pensamientos, saldrían cosas llamativas, problemáticas, y darían para largas conversaciones en una caminata. Cuando uno va solo es diferente, el flujo de conciencia es diferente y su mente se ocupa de forma distinta. La mente en perpetuo flujo de pensamiento, incesante... Si pudiéramos pararla... Saludos, Alfred.

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  3. Me ha gustado tu relato y comparto el interés por la vida contemplativa. Más aún, hace años tengo la duda de si no hubiera sido una buena solución, aunque al no ser creyente siempre he sentido que esas alternativas me estaban vedadas. Pero es una forma de alejarse de un mundo en el que de todas formas influimos tan poco que puede decirse que estamos sometidos a un destino en gran parte azaroso. No sé si la vida contemplativa no sería la única opción libre que pudimos elegir. Perder las otras aparentemente libertades creo que en realidad sería desprenderse de cargas. Por ejemplo, siempre me hizo gracia la gente a la que le gusta el sexo. Uno puede someterse al imperativo de una esclavitud impuesta por la naturaleza, pero confesar que encima te gusta...
    Toda la vida he mantenido el contacto con la priora de un convento de clausura y siempre su actitud ha sido compasiva y bondadosa hacia mí. El mejor amigo que tuve en la vida fue un fraile carmelita que me llevaba unos sesenta años y que murió en mi juventud. Nadie más me ha dicho -no es fácil hacerlo- en la vida mirándome a los ojos: "nunca te fallaré".
    Espero que sigamos incorrectos hasta que la vejez nos lo permita, Joselu. Un abrazo!

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    1. Tus puntos de vista son siempre muy incitantes y sugestivos porque no responden a esquemas predefinidos o estereotipados y, sobre todo, se intuyen muy meditados aunque vayan en dirección contraria a lo que uno piensa. Creo que esto es importante, pensar libremente sin entrar en el llamado "mainstream" dominante. Por otra parte, estoy con Savater cuando el otro día decía que quien presume de penar lo mismo a los cincuenta o sesenta años que lo que pensaba con dieciocho es que no pensaba ni entonces ni ahora. Uno va transformándose en muchos sentidos, algunos son independientes de la propia voluntad -esto me fascina-. No soy creyente -en el sentido cristiano- pero, como a ti, me interesa la vida contemplativa, como he escrito en algún comentario. Es someter tu via a algo mucho más grande que tú mismo. Hay una película admirable titulad Ida dirigida por el director polaco Pawel Pawlikowski, que tal vez haya visto, en que una muchacha que vive en un convento, de origen judío, sale al mundo para conocerlo antes de tomar sus hábitos... No te cuento más por si no la has visto. Me pareció un pensamiento muy a contracorriente de los esquemas progresistas tan gregarios. El pensamiento exige rigor, cuestionamiento propio y es frecuente entrar en contradicción con uno mismo. Y por supuesto, riesgo porque se llegan a territorios no esperados. En cuanto al sexo, supongo que es un señuelo para la reproducción de la humanidad, pero ahora ni eso. En los años sesenta y similares se daba una importancia capital a la liberación sexual pero ahora el sexo es mucho menos importante que entonces, casi circunstancial. La mística tántrica del sexo ha pasado, incluso para los jóvenes para los que puede ser algo de mero consumo desligado de cualquier tipo de espiritualidad. Abrazo también para ti.

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