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jueves, 9 de julio de 2020

Populus vult decipi


12 comentarios :

  1. Lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido este trabajo de Michael Nyman: the man who mistook his wife for a hat. Después la cita refleja un cierto cinismo de las clases poderosas. Todo en orden.

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    1. No hay ningún partido -ninguno- que pudiera ganar elecciones diciendo la verdad. La gente no quiere que le digan la verdad.

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    2. La gente, así, en general, es como decir el mar. Quizás solo queremos que nos digan la verdad que somos capaces de soportar.

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    3. Los individuos -aun los más cultos y selectos-, los pueblos y villas, las regiones, y, ya no digamos las naciones, salvo España, necesitan que se les adulen. Lo necesitamos. No somos capaces de soportar demasiado, más bien muy poco. El mecanismo de la adulación es efectivo, todos sucumbimos a ello. Y el cuerpo electoral, por supuesto, que necesita ser adulado para conseguir sus votos, y necesita de mentiras evidentes, de engaños bien pergeñados, funciona así. No hay muchos que soporten la verdad. Y, además, ¿qué es la verdad? -como respondió Pilatos a Jesús-.

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  2. Cada vez estoy más convencido de ello.
    La demostración está cuando elegimos presidente. Don Julio Anguita siempre decía lo mismo: todo el mundo me quiere, pero nadie me vota. El porqué era evidente, él vivía conforme sus principios, o sea austeramente, y eso agrada al personal, pero lo que no agrada es vivir como él. Pepe Mujica, querido por todos los uruguayos por haber sido el presidente con una ética fuera de lo común, al final no fue el predilecto, y se votó a Tabaré, persona que no le llega a la suela de los zapatos. ¿Porqué?, el mismo Mujica lo decía: la gente quiere cambiar de moto al autito, y del autito al A8.
    Eso nos demuestra que las personas necesitan de engaño, de promesas, de ilusiones. Si les ofreces sangre , sudor y lágrimas de forma sincera y para que no se lleven a sorpresa, lo único que sacarás es la risa del contrario.
    No tenemos capacidad de sacrificio, esa es la clave.
    Un abrazo
    Salut

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    1. En estos momento tan inciertos y complicados, la verdad de lo que va a venir es tan amarga y dura que, efectivamente, no es posible que ningún partido la exprese pura y dura. Las elecciones son un engaño en que se vende género fácil para ser consumido fácilmente. Los mítines son ejemplos de actos emocionales para enardecer al convencid, los debates políticos son puramente demagógicos, todos mienten, y los populistas todavía más puesto que ocultan sus verdaderos objetivos. Tienes toda la razón, nadie quiere oír la verdad. ¿Que el cambio climático es irrefrenable? ¿Que van a bajar las pensiones? ¿Que la seguridad social es insostenible? ¿Que la crisis va a llevar a un 25-30% de paro? ¿Que los jóvenes no tendrán trabajo sino como reponedores de Mercadona pese a sus titulaciones y másteres universitarios? No se puede asustar al electorado, hay que irle ir hacia arriba para que vaya a votar. Luego se hace lo que se quiere, solo hay que engañar cada cuatro años, hacer pases de ilusionismo. Un abrazo, Miquel.

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  3. JOSELU, ha sucedido siempre. Siempre. Para ser viejo me faltan días, y estoy en la edad del jubileo.
    Recuerda: ¿Quién inventó las peonadas, si aquello del PER?, fue Felipe hace casi dos décadas. Consistía en que para acceder al subsidio agrario, que es el paro que cobran los jornaleros en Andalucía y Extremadura, normalmente es necesario haber cubierto durante un año al menos 35 jornadas de trabajo. Con ellas se puede cobrar un subsidio de 430 euros durante seis meses al año siguiente, siempre claro, que el jornalero tenga carencia de otros ingresos. Ahora, el número mínimo de jornales se reduce a 20.
    Pero sólo para Andalucía y Extremadura, ojo y con 20 días ...6 meses.
    De instalar empresas, de I+D, de infraescructuras, de desarrollo sostenible, de pagar por estudiar y promocionar nuevas salidas agrarias..no, de eso nada. Pues toda la familia a apuntarse al PER y si son papá, mamá, los dos niños de 20 y 25 años, y la abuela de 60, con vente días cada 6 meses ya está solventado el problema.

    Nos gusta vivir engañados, JOSELU. Si vivimos en un comedero de patos nos desagradará ver un cisne.
    Un abrazo

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    1. Quiero pensar que nuestro país intentó sinceramente modernizarse en los años socialistas. Entramos en la Unión Europea y recibimos fondos gigantescos para ello. No entiendo por qué unos países progresan y otros no. Estas triquiñuelas que explicas sobre el PER y muchísimas otras más, dan idea de un país mentalmente atrasado. Me pregunto por qué Alemania es un país que siempre se pone en cabeza, pese a haber sido devastado por completo y por qué España no da más de sí. Pienso en la Andalucía de castañuela, que es tan hermosa, incapaz de encararse con el futuro; pienso en la hermosa Extremadura, incapaz también de salir de su fatalismo histórico. Mal que me pese, creo que hay sociedades más adaptadas al llamado progreso histórico y a la productividad y otras que son incapaces de hacerlo. Existen mentalidades de países, de regiones, de pueblos, de culturas, y unas son incapaces de pensar en el futuro y otras sí. Ahí tienes los países asiáticos, y ahí tienes los países africanos. Son mentalidades. Y Andalucía y Extremadura no viven en el futuro, viven solo en el presente, y mañana, Dios dirá. No entiendo cómo este país no se ha modernizado, por qué las inversiones no han servido de mucho en la mayoría de las regiones de España. Pero de esto no se puede hablar, del carácter de los pueblos, no es políticamente correcto. La mentira es necesaria, imprescindible, inequívocamente precisa. Gracias, Miquel. Es una pena pero no damos más de nosotros mismos. Pero somos -éramos- un buen destino turístico -hasta eso se nos ha venido abajo- y no tenemos mucho más, aparte del ladrillo. Un abrazo.

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  4. Estimado JOSELU: diciembre tiene 31 días.
    Entre sábados y domingos hay 8 días menos.
    Navidad y Sant Esteban son 2 días menos.
    La Inmaculada Concepción y el día de la Constitución son 2 días menos ( y si caen bien , puente).
    A lo que vamos, 12 días laborables por 31 de calendario, y además se ha de pagar doble.
    Lo que no es posible que una población tenga 12 días de fiesta nacional más dos locales, y hablamos siempre de economía productiva.
    Por eso no se apuesta por España, por las fiestas. Todas duran más de una semana, no hay empresa que aguante ni hígado que lo soporte.
    Un abrazo

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    1. Un drama haber sido un país católico y martillo de herejes. Tendríamos que haber sido protestantes y haber hablado en inglés, como los gibraltareños. Nuestro drama es no haber sido colonia de Inglaterra y haber tenido el poder y la fuerza para colonizar un nuevo mundo y haber sido nuestro rey emperador de media Europa. Si Castilla hubiera sido lo que fue en la Edad Media y si no se hubiera expulsado a los judíos, nuestro país hubiera sido diferente. Ocupamos un espacio histórico para el que no estábamos preparados. Además con nuestra herencia árabe. Pero hablar de esto es tan inútil como conversar sobre el último partido de ese equipo que es el Barça. Hablar por hablar. Gabriel Celaya escribió, confiando en España, que "nosotros somos quien somos". Pero lo que somos es complejo y contradictorio, abominable, tal vez. Un abrazo.

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  5. Discrepo totalmente con esta frase. Creo que nadie quiere, ni merece, ser engañado. La falta de información es la que lleva al engaño.

    Pienso que el conformismo y el aceptar cualquier cosa que nos dicen como buena sin más, es la baza de los que gustan de servirse del engaño para su interés. Es triste que funcionemos así, ignorantes y engañados, pero está en nuestras manos darle la vuelta. No nos engañan a punta de pistola, se aprovechan de nuestra dejadez. Así que no nos queda otra que cuestionar, cuestionarlo todo, como decía el gran humanista José Luis Sampedro.
    Un abrazo.

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    1. Es difícil estar de acuerdo con esta frase que se atribuye a Petronio en la época del imperio romano. El ciudadano medio quiere vivir bien y no quiere oír malas noticias. Los que tienen el poder o aspiran a él, se sirven de mecanismos que van de la seducción al afianzamiento de prejuicios, temores, aspiraciones de la gente, y casi nunca piensan en lo esencial o dicen la verdad, porque la verdad no vende. No nos gusta que nos digan la verdad, el que lo hace, fracasa. Un abrazo, Ana, muy agradecido por tu visita.

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