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domingo, 19 de julio de 2020

Juan Marsé


24 comentarios :

  1. Solamente se me ocurre frente al gran maestro, Juan Marse, fallecido hoy, que la gran ficción de su literatura, fue lo más real que jamás tuvimos entre nuestras manos muchos lde nosotros. Añoraba la noche de los sábados de farra, por ese encuentro demorado con los libros, en el que estiraba la madrugada leyendo. Nadie me creía que mle diesen las siete y las ocho, leyendo a Marsé. Se fue el maestro, pero ya tenemos más de un libro que revisitar.

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    1. Hay un libro inédito que se publica en septiembre, Viaje al sur, que recrea un viaje en los finales de los años cincuenta por las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla. Libro de la estirpe de Campos de Nijar de Goytisolo. No lo publicó Ruedo ibérico en su tiempo pero ahora lo ha recuperado. Es anterior a Últimas tardes con Teresa. No sé si era maestro pero para mi vida ha sido un escritor que la ha jalonado en momentos muy diferentes. Incluso en pleno tratamiento antidepresivo leí El embrujo de Shangai y me entusiasmó. Lo seguiré leyendo. Los mejores escritores catalanes son excluidos por los nacionalistas. Sospecho porque no pueden competir con ellos en cuanto a calidad.

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    2. Para mí se fue un maestro, por ese cosmos inconfundible que recreaba en sus ficciones. Es como la Barcelona de Mendoza, en cierto modo, siendo tan diferentes, me resultan tan parecidos. Yo me encontré con Marsé, porque un agostado profesor de literatura, me dijo que no se creía que lo tuviese inedito. Un glotón de libros como tú. Y lo comencé a leer en esas noches de farra, que llegaba con un puntito de melopea y recobraba la lucidez y el día en sus páginas. Después de ese furor, lo fui dejando.

      Para mí, Marsé y Mendoza, representan lo más grande de la literatura española y catalana. Con todos mis respetos para el resto de autores, que no les hacen sombra, su pecado fue escribir en castellano. Vivieron la Barcelona más literaria, cuando la carcoma del nacionalismo, cualquier nacionalismo, nos hizo a todos más provincianos. Recuerdo la polémica de la feria de Frankfurt o que el gobierno vasco no celebrase en el 2006 el cincuenta aniversario de Baroja, dejó con los ojos a cuadros a los anfitriones alemanes. Uno de los mejores novelistas europeos, mientras promocionaban medianias. En fin, Joselu, tengo que releer este verano. A Marsé no lo toco desde hace quince años, por lo menos. Cuidate.

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    3. Hoy he comprado Caligrafía de los sueños que no había leído, y Viaje al sur que se publica en septiembre. El mejor elogio que se puede hacer a Marsé -y él evidencia- es que es un escritor universal, algo que no pueden decir muchos de los autores provincianos y tractorianos que se empeñan en hacer una literatura pequeña, diminuta. Hago una excepción del buen poeta Joan Margarit que escribe sin estereotipos, siendo consciente del país en que vive, complejo y contradictorio. Rico en su complejidad y pobre cuando se reduce a caricatura comarcal de lo pintoresco y como,simplemente, arma de combate político. Marsé no hacía política con la lengua, simplemente hacía buena literatura. No se lo perdonarán. Si no lo lees desde hace quince años, no desaproveches la ocasión de leerlo o releerlo. Cuando acabe El orden natural de las cosas de Antonio Lobo Antunes, me lanzaré glotón, como dices, sobre Caligrafía de los sueños. Y tengo una historia pendiente con Rabos de lagartija. Siento que cuando uno de los grandes se va, es totalmente irremplazable, pues las generaciones más jóvenes, incluidos los sesentones, ya pertenecen a un mundo mucho menos denso humana y comprometidamente. Nos hicimos superficiales y esto ha ido creciendo. Cuando murieron Steiner y Harold Bloom fue también algo que no tenía posible reparación. Ciertamente el mundo contemporáneo tiene muchas cosas buenas, la inmediatez, la universalidad, pero es definitivamente banal en muchos sentidos. No hay ningún novelista que pueda seguir la estela de Marsé. Intento cuidarme, Sergio, hazlo tú también.

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  2. Lo descubrí tarde (como casi todo), pero lo he releído hasta la saciedad.
    No es fácil reflejar la sociedad, el ambiente, las "castas", la cultura y la ambivalencia de la población, y menos señalar el porqué sin acusar.
    A Marsé no lo querían en los círculos catalanes por sus declaraciones, que eran claras: no era nacionalista; había aceptado el premio Cervantes; escribía en castellano y no hacía ascos a sus raíces, además hizo famoso el barrio del Guinardó, amalgama de emigrantes de los 60, no el de la Bonanova. Imperdonable para los clanes que nos gobiernan.
    salut

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    1. Marsé evidencia que existen al menos dos Cataluñas, hecho que a los supremacistas les resulta imposible de digerir y menos que sus autores sean claramente mejores literariamente que los que ellos promocionan y quieren que sean exclusivos. Marsé les da diez vueltas a todos los novelistas en lengua catalana de su generación hasta ahora. Esto no lo pueden soportar. Lo tienen que detestar por inasimilable. Traidor, colono, botifler, protagonista de autoodio, y demás lindezas que suelen soltar porque no saben qué decir. Salut.

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  3. De acuerdo: muchas veces noto al leer que el verdadero significado de un escrito de ficción está ahí no porque su autor lo quiso expresar, sino porque este tomó las riendas (¿el inconsciente?) y contó la historia que quiso contar, y no la tramada. Así también puede ser la vida.

    Saludos, JL.

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    1. Hola, Víctor, hoy en España la cultura esté eclipsada por la muerte del autor de la cita que has comentado. Era un gran escritor que seguramente no es conocido en tu país. Y sí, ciertamente, lo irracional toma la dirección de nuestras vidas y en la ficción, en los que sois creadores, es algo incontestable que sucede así. Somos una pátina de racionalidad bajo un turbión de laberintos inconscientes e irracionales que son los que nos dirigen y orientan. En mi vida he percibido claramente esas pulsiones enigmáticas que conducen a juegos de espejos. Un placer leerte, Víctor. Saludos.

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  4. adoro el sin sentido de la vida
    que hoy quizás nos falta
    La falta de futuro nos hace quizás haberlo perdido

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  5. De pecado ni de penitencia nada en lo de escribir Marsé en castellano. Más bien tenía clara la riqueza del lenguaje que hoy, por cierto, la estupidez inclusivista pretende trastocar.

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    1. Me duele que a Carlos Ruiz Zafón y a Marsé se los califique de "autores barceloneses" retirándoles la catalanidad. Son tan catalanes como cualquier otro nacido -o residente- en esta tierra, pero el certificado de pureza étnica se expide dependiendo de la aquiescencia nacionalista e independentista, y está claro que ninguno de los dos lo era, ergo no eran catalanes. Tú no vives aquí, pero para los que vivimos este desdén nos hace partícipes a muchos. Afortunadamente, Marsé está mucho más allá y aunque les escueza mucho, era el mejor y más rico novelista catalán con diferencia. Catalán y español, crítico mordaz de la España corrupta y de la Cataluña pueblerina que nos quieren imponer como la única posible.

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    2. No vivo ahí pero estoy sumamente informado, de acuerdo, no me afecta en el acontecer diario, pero eso tiene su lado blanco y negro, como vivir en donde yo vivo. Y como gente enloquecida hay una cuanta y tontos del culo otro cuantos más, ahí y aquí, mejor no dejar sustraer el suelo que pisamos, que es de todos aunque algunos en su arrogancia malsana no sepan sino dar palos de ciego.

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    3. Como decía en una entrevista Antonio Lobo Antunes sobre Portugal, España es un país de mierda, pero es mi país. Yo formo parte de él, aunque muchas veces para sufrir menos prefiera ser escandinavo, de un sitio muy alejado de este.

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  6. La imaginación cubre los vacíos que deja la falta de información o va eligiendo los datos disponibles, unos en quebranto de otros. La verosimilitud, en todo caso, es lo relevante.
    De Marsé sólo he leído "Ultimas tardes con Teresa" y de eso hace años. Pero recuerdo el argumento. Es verdad lo que Jorge Luis Borges decía: “Lo que más durará de las buenas obras literarias será el argumento. Desde luego todo se olvidará, pero lo último en olvidarse será el argumento."

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    1. Pues ahora tienes la ocasión de retomar su obra, una de las más originales y enérgicas de la novelística actual, y, sobre todo, profundamente barcelonesa, de sus barrios más populares. Yo voy a leer algunas novelas de las que me quedan sin leer, e incluso alguna inédita como Viaje al sur de 1962. No deja a nadie que pueda seguir su estela.

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  7. Creo que "Si te dicen que caí" es una de las mejores, al menos para mi.
    Salut

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    1. La leí hace tanto tiempo que no recuerdo nada, posiblemente hace cuarenta años. Recuerdo que era un texto complejo y nada fácil, de una estructura no lineal. Salut.

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  8. Tal vez demasiados ofrecimientos sin razón.

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    1. ¿Demasiados ofrecimientos desde el sinsentido? Yo creía que tus imágenes provenían de allí. ¡Qué curioso!

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  9. Fabricamos mentiras, vivimos mentiras, la vida misma es como una mentira. La aparente verdad es, en apariencia, la mentira de una verdad.

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    1. Pero hay mentiras más sutiles y mentiras más sucias. Las mentiras literarias son puro juego y no dañan. Hay otras mentiras mucho más dañinas.

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  10. Me encanta Marse. Sin duda una gran perdida!!!, y me queda tanto por leer de el que se que me va a acompañar por mucho tiempo. Creo que solo he leído un par de libros de el. Eso si, como he comentado, lo que he leído me ha encantado. Y como comentan también le encuentro algo de Mendoza. También lo emparento bastante con Javier Pérez Andújar que también me encantan y que viene a ser el mismo tipo de autor marginado en Cataluña. El otro día vi un reportaje de la serie "Indispensables" sobre su persona y la verdad es que me encantó su timidez y sencillez. En fin, me queda tanto por leer. A su amigo Montalbán también le tengo muchas ganas y he leído muy poco de él.

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    1. Voy a leerme dos o tres libros de Marsé, aprovechando el efecto emotivo de su muerte. Le he leído bastante en su momento, en la transición y en los últimos diez años. Me habla de cosas muy cercanas, de las calles del Guinardó donde viví un año, del Carmelo, de las gentes de Barcelona, de una Barcelona de postguerra en que la vida era precaria. Disecciona a la burguesía catalana mostrándola en su banalidad y estupidez, y eso me gusta. Quiero leer Si te dicen que caí, Caligrafía de lo sueños y Viaje al sur que todavía no han publicado. La muchacha de las bragas de oro se ambienta en Calafell. La leí hace décadas cuando no tenía vinculación con esta villa.

      Mendoza me dice mucho menos. Leí El asombroso viaje de Pomponio Flato y me pareció mínimo. Sí que he leído con deleite La verdad sobre el caso Savolta y El misterio de la cripta embrujada -se lo hacía leer a mis alumnos en Berga y les encantaba-, antes de que Berga se convirtiera en la ciudad del aquelarre independentista que es ahora. Lo he leído pero me convence menos que Marsé. A Vázquez Montalbán lo leí todo hace muchísimos años, pero luego como intelectual me decepcionó. Nunca sabías dónde estaba en el tema del nacionalismo catalán, era una especie de charnego agradecido que eludía el conflicto político en Cataluña.

      Tengo muchas ganas de leer un libro que has leído tú que se titula La noche del Watusi de Francisco Casavella.

      A Javier Pérez Andújar solo lo he leído en una novela.

      Es la literatura que ellos consideran "enemiga" o "subliteratura", botiflera y traidora... pero le da cien vueltas a toda su colección de malos novelistas nacionalistas que pululan en los premios oficiales.

      Ahora acabo El orden natural de las cosas de Antonio Lobo Antunes, el gran novelista portugués, y, en cuanto acabe, me voy por Marsé de nuevo.

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