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miércoles, 11 de diciembre de 2019

Relatos consumibles


"El arte de la narración hace tiempo ya que se ha quedado estancado en las más tediosas convenciones del género, en la linealidad y la mínima exigencia estética. La mayoría de relatos y novelas contemporáneos ablandan el cerebro, pues son formalmente poco elaborados y aburren con personajes chatos en situaciones previsibles. Ni exigen concentración ni incitan a la reflexión, y la sorpresa argumentativa o el cosquilleo estético brillan por su ausencia. Se reducen a meros productos consumibles, fomentados por la industria librera que, al arrinconar todo lo demás, quiere hacernos creer que la literatura sea esto".

(Cecilia Dreymüller, El País, 9/12/2019, a propósito de la obra de Peter Handke, La ladrona de fruta, pero estas ideas no son sobre la obra del premio Nobel que representa todo lo contrario).

25 comentarios :

  1. Lee "Los errantes" de Olga Tokarczuk, por fin también en español.

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    1. Tomo nota de la sugerencia. De igual manera quiero leer La ladrona de fruta de Peter Handke, un autor al que tengo en muy alta estima. De Olga no sabía nada hasta el Premmio Nobel.

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    2. La he sugerido porque es todo lo que no es, según tu entrada, la narración contemporánea. Eso sí, su lectura requiere mucha atención y es para lectores avezados.

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  2. Al principio de Los errantes, la narradora esboza un autorretrato que es también una poética: «A todas luces yo carecía de ese gen que hace que en cuanto se detiene uno en un lugar por un tiempo más o menos largo, enseguida eche raíces. (…) Mi energía es generada por el movimiento: el vaivén de los autobuses, el traqueteo de los trenes, el rugido de los motores de avión, el balanceo de los ferrys.» Inquieta como ella, esta novela no se detiene ni un momento: en bus, avión, tren y ferry, la acompaña a saltos de país en país, de tiempo en tiempo, de historia en historia. Un libro inquieto, pues, y no pocas veces inquietante, como buena parte de los relatos que contiene: «historias incompletas, cuentos oníricos» subsumidos en un libérrimo cuaderno de viaje hecho de excursos, apuntes, narraciones y recuerdos que en muchos casos tienen como tema el viaje mismo: así, el relato de Kunicki, que, en plenas vacaciones, tendrá que enfrentarse a la desaparición de su esposa y su hijo, y a su reaparición enloquecedoramente enigmática. O el del gélido doctor Blau, taxidermista, que visita a la viuda de un ilustre colega con la intención de estudiar su laboratorio. También está el de Ánnushka, obsesionada por comprender los incomprensibles juramentos que profiere una pedigüeña en la estación de metro. O el de la bióloga que vuelve a su país para reencontrarse con su primer amor, ahora agonizante. Y, en medio de todos ellos, el relato real de cómo el corazón de Chopin llegó a Polonia escondido en un tarro de alcohol en las enaguas de su hermana; o el del anatomista flamenco Philip Verheyen, que escribía cartas a su pierna amputada y disecada; cartas, en fin, como las que le mandaba Joséphine Soliman al emperador Francisco I de Austria para recuperar el cuerpo de su padre, disecado como la pierna de Verheyen e infamantemente expuesto en la corte donde había servido en vida… Y así, entre corazones, piernas y cuerpos, Los errantes, una novela inquieta e inquietante, móvil y más que frecuentemente perturbadora, se revela también como una novela esencialmente física: en ella se habla del cuerpo, sí, pero también del mundo, y de las estrategias siempre insuficientes (la ciencia, los mapas) con las que intentamos cartografiar lo existente, apresar lo inasible. Como las galerías de curiosidades que su autora gusta de visitar, Los errantes, galardonada con el Premio Man Booker Internacional, contiene «lo raro e irrepetible, lo insólito y monstruoso», y lo expone en un despliegue de inventiva cuya nómada libertad formal oculta una calculadísima coherencia temática: he aquí una novela única, ligera y honda a la vez, que indaga en las posibilidades del formato como los exploradores más audaces.

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  3. Interpreto que lo que dice la comentarista de El País no es referente a la novela de Handke sino al panorama general, ¿no? Es decir que excluiría de esas observaciones a La ladrona de fruta. Me pilla ignorante de esta novela, pero coincido con lo que expresa la tal Cecilia Dremüller. Tampoco padezco por ello. Todo es tan líquido e insulso hoy día...pero hay tanto de atrás por leer, que sea revelador y sorprenda.

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    1. Sí, efectivamente el comentario no es sobre la obra de Handke que representa una narración compleja y exigente para el lector; es sobre la mayor parte -no todo, afortunadamente- de lo que se publica y que podemos ver en las librerías, kioskos, aeropuertos, etc, que es de una pobreza estremecedora para lectores de productos fáciles. Como profesor de lengua y literatura durante más de treinta años, tuve ocasión de ver cómo alumnos de dieciséis años pasaron de ser lectores de obras con cierta complejidad, directamente a no lectores o lectores de obras de una simpleza propia de los estereotipos en boga de esa tendencia positiva arrolladora que nos invade. Claro que hay obras en el pasado que escapan a ello, de ellos nos nutrimos personas de cierta edad y con el gusto educado. El problema son los nuevos lectores que buscan esencialmente productos fáciles, sin ningún rigor estético o estilístico, esa planitud insulsa de hoy en día.

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  4. Salvo contadas excepciones las obras narrativas son básicamente consumibles. Ahora y...antes.
    Y las que no lo son ahí están manteniendo su interés por los siglos de los siglos.

    Saludos

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  5. Si ya conoces un poco mi espacio, sabrás que encuentro muy poco estimulantes la mayoría de las novedades literarias, las publicaciones actuales, aunque siempre hay excepciones, claro está, y en algunos casos lo reflejo en mi blog, pero pocos, eso sí.

    No se trata de negarme a la novedad per se, no pretendo ser excluyente en ese sentido, y no considero mi postura snob o pedante, aunque desde fuera lo parecerá, es mucho más simple, ya lo he dicho arriba, me suele aburrir lo que se publica ahora, no me es estimulante, y yo, como dueño de mi tiempo, trato de sacarle el mejor provecho; me atrae mucho más la idea de leer una antología de Edgar Allan Poe, en el caso de que no la hubiese encarado, que apartarla para enfrascarme en la trilogía de la detective X o el comisario Y, por traer un exponente.

    Podrán decirme que es viable hacer las dos cosas, pero yo lo veo de otra manera; decidirse por un libro siempre implica desestimar otro, y con esta premisa me muevo por la literatura, además hay otras variables más sutiles e intangibles que determinan mi naturaleza lectora, todo eso me configura como lector.

    De las novedades literarias me interesa lo que puedan publicar Carterescu, Luis Landero, Fleur Jaeggy, etc, y otros contemporáneos que capten mi atención por lo que sea.
    Sigo la senda que me dicta mi intuición. Con los libros… la verdad es que me gusta perderme por “carreteras secundarias”, la velocidad y las “atestadas autopistas” no es lo mío, valgan estos símiles que se entenderán bien.
    Un abrazo, Joselu.

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    1. Tengo ahora tres libros esperándome a que acabe El mundo según Garp que son Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki, Las afinidades electivas de Goethe y Viaje por España de Hans Christian Andersen. Con eso está dicho todo. Leo algunas novedades como Solenoide de Cartarescu, y algún otro más. Se publican cosas también interesantes pero hay que espigar mucho. Lo más habitual es que me centre en obras consagradas del pasado. Entiendo muy bien lo que escribes porque es también mi posición y me horroriza lo que veo en las librerías en la sección de novedades. Y los aeropuertos y supermercados con sección de libros es indicativo de los títulos más vendidos. Un abrazo, Paco.

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  6. Pues si se va a las editoriales con propuestas "arriesgadas" puedo dar fe múltiple de que los portazos en las narices son harto más que sonados...

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    1. Sé que lo sabes bien y en propia piel el desinsterés de las editoriales por textos que se escapen a la deriva general. Les interesan autores jóvenes, a ser posible mujeres que escriban sobre cuestiones de género o el considerado pensamiento positivo. Son criterios comerciales que no ahondan en la calidad o no de los textos sino en su oportunidad, lo que vende, y ya vemos lo que vende, lo vemos en las áreas comerciales, en los aeropuertos, en los escaparates de las librerías. Es tan tremenda la promoción que hace falta para lanzar a un autor nuevo que las editoriales apuestas por lo fácil, lo que rinde dividendos. Y el escribir bien es totalmente secundario. Hoy día no importa a la mayoria de los lectores que se escriba bien o no, les importa eso que se llama emoción, intriga, empoderamiento, feminismo, juventud, lenguaje plano... Son una serie de factores que hace que las editoriales no apuesten sino sobre seguro. Hoy ningún premio hubiera recaído sobre El tiempo perdido de Marcel Proust, eso está claro.

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  7. Hola. No sé si celebras las fiestas navideñas, si es que si, mis más sinceros deseos de felicidad, paz y amor. Si no es así: esta boca no es mía.
    Besos Navideños.

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    1. Muchas gracias por tus buenos deseos. Sí que celebro estas fiestas en familia. Habrás visto que no estoy activo en el blog porque pienso que no voy a volver a publicar -al menos de momento-. Son etapas y rachas. Besos también navideños.

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  8. Buenas Joselu!!! Feliz Navidad, aunque creo que no debes andar muy fino, no deben ser buenos momentos. Muy parado te veo. En todo caso, un abrazo amigo!!!.

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  9. Hola, Joselu. Me paso a desearte unas tranquilas y agradables fiestas navideñas. Seguir disfrutando de tu magnifico blog sería un buen regalo para 2020.
    Un fuerte abrazo!

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    1. Muchas gracias, Paco, las fiestas están siendo, efectivamente, agradables y familiares, llenas de celebraciones y comidas. En cuanto a seguir con el blog, tengo que meditarlo pero soy escéptico. Este blog era pedagógico hasta 2016. Publicaba post sobre mi relación con la enseñanza y mis alumnos. Cuando pasé a situación B, el blog dejó de tener demasiado sentido, y es lo que siento cuando publico, no me termino de encontrar. De todas maneras, me alegra muchísimo tu deseo que aprecio con el corazón. Un fuerte abrazo, Paco. Gracias.

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  10. Salvo contadas excepciones, es difícil encontrar buenos libros ahora, pero siempre está la opción de releer clásicos, que son maravillosos o libros con ciertos años que ya hemos olvidado en gran parte.

    Feliz 2020.

    Saludos cordiales.

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    1. Tienes razón, Li, hay un enorme caudal de literatura interesante si no nos convence la que se hace en la actualidad. Feliz año, también para ti. Un abrazo.

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  11. ¡Feliz 2020 y qué tengas la suerte de leer solo libros que te conmuevan y te animen!
    Un abrazo

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    1. Feliz año también para ti, te deseo lo mismo, que te halles siempre en compañía de buena literatura, de esa que nos llega, aunque nos duela.

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  12. En algún sitio, de algún escritor leí que ya estaba todo escrito desde hace siglos, desde los antiguos griegos y algún autor romano. Lo que diferencia a cada cual, ya no es el fondo, sino las formas. Creo yo.
    Un saludo

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    1. Soy un gran ignorante de la literatura griega y latina. Pienso que algún día tendré que adentrarme en ellas. Los asuntos humanos son semejantes hace dos mil años y ahora -nacemos, crecemos, envejecemos y morimos-pero las circunstacias de nuestras vidas se han transformado radicalmente lo que da lugar a nuevos planteamientos, nuevos géneros y argumentos. Un saludo.

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  13. Cuesta mucho encontrar lecturas interesantes. Un beso

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    1. Ciertamente no es ese mi problema porque hay tanto e interesante que leer que una vida humana ávidamente lectora es insuficiente para haber leído una centésima parte de lo que realmente merece la pena. La literatura de otras épocas surte de lecturas a cualquier lector deseoso de calidad. Ciertamente, la actualidad no ofrece a grandes rasgos mucha calidad literaria. Ensayos sí, pero no buena literatura. Uno se puede ir al siglo XIX o a la época clásica grecorromana, al periodo de entreguerras, a la posguerra, al modernismo, y por países. Hay una cantidad ingente de buena literatura, afortunadamente.

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