Me muevo en un instituto marcado por la precariedad social y
académica y mis alumnos no suelen ser un modelo de éxito en ninguno de estos
aspectos. Pretendo, no obstante, impartir las clases con extraordinaria
seriedad y rigor no haciendo innecesarias divisiones en las letras que
clasifican a estos cursos. Así no creo que deba hacer una diferencia esencial
entre los cursos de 4º B y C, siendo estos últimos de adaptación curricular, lo que
hace que su realidad académica deba ser considerada y reorientada por los criterios
del profesor.
Nada de esto me orienta cuando les imparto una vez o dos a
la semana clase de literatura, mi verdadera y profunda vocación. Ellos se dan
cuenta de que en mis palabras hay un plus emocional que se transmite por las
explicaciones que dan lugar a un debate en vivo entre los miembros de la clase.
Estamos hablando estos días de la Generación
del 27, y sea generación o grupo poético, estamos ante un hecho de
formidable potencia creadora. Para la inmensa mayoría, por no decir todos, es totalmente
nuevo oír hablar de estos poetas (Aleixandre,
Salinas, Guillén, Cernuda, Dámaso Alonso, Altolaguirre, Alberti...) De Lorca sí que han oído hablar en su
calidad de dramaturgo y en el curso anterior leyeron conmigo Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba, además de haber leído en primer ciclo de
la ESO, La zapatera prodigiosa.
Doy la clase intentando ser sumamente explicativo, pero sin
ocultar la complejidad del tema que estamos viendo. Han oído hablar de Rubén Darío, de Juan Ramón Jiménez, de su concepto de poesía pura, del Diario de un
poeta reciencasado, medular en la poesía española del siglo XX, han
estudiado el surrealismo y los movimientos de vanguardia. Les elaboro power point de creación propia en que
sintetizo las líneas fundamentales de cada generación... y por el procedimiento
de la lluvia fina, subrayo y reitero ciertas constantes o influencias,
repitiendo todas las veces que haga falta... utilizando un lenguaje literario y
filológico.
Les apasiona que les hable de Lorca –al que conozco bien por haber leído todo lo que Ian Gibson ha escrito sobre él- que
sigue despertando con su personalidad magnética verdaderos debates en el aula,
acerca de su dramatismo, de su alegría exterior y su mundo trágico interior,
así como la realidad de su homosexualidad que da lugar a chanzas de algunos
miembros de la clase que no se reprimen de mofarse de esta circunstancia. El
profesor no piensa que esto sea un debate estéril y se da cuenta de que tiene
ocasión de hablar de la libertad sexual, de la tolerancia, del respeto, de la
realidad de la homosexualidad en cualquier contexto, incluido el mismo
instituto en que estamos en el que –les explico- debe haber un buen porcentaje
de muchachos y muchachas que tendrán el mismo conflicto que tuvo Lorca al empezar su vida amorosa...
ignorando su realidad sexual lo que dio lugar a que tuviera alguna novia antes
de descubrir su verdadera orientación.
Sé que esto no es lo único ni fundamental en Lorca, pero el debate se plantea en
buena medida sobre este tema y no me parece mal porque da lugar a intercambios
interesantes y sinceros. Cuando lleguemos a la antología poética que pretendo
ofrecerles sobre algunos poetas del 27 (Salinas,
Lorca y Cernuda) tendremos lugar para entrar en el valor de su poesía
especialmente la de carácter amoroso que es el tema que más les atrae.
Pienso que este año muchos dejarán de estudiar literatura,
la inmensa mayoría se orientarán por ciclos formativos, PQPIs o tal vez repitan, o tal vez se queden en casa. Temo por las
muchachas marroquíes o paquistaníes que no acrediten la etapa de la ESO y que vean cerrada su promoción. El
nivel de motivación frente a los estudios es muy escasa y sus dificultades
académicas son tremendas empezando por la comprensión lectora y la capacidad
expresiva (la mayoría son de origen inmigrante), pero podemos decir que han
recibido este año la exposición académica de las corrientes de la literatura en
los siglos XIX y XX con una cierta solvencia y compromiso. Ciertos nombres como
Rubén Darío, Bécquer, Rosalía de Castro,
Baroja, Azorín, Antonio Machado, André Bretón, Buñuel, Lorca, Dalí, la Residencia
de estudiantes, Alberti, Cernuda...
ya les son de su propiedad. No sé si puedo aspirar a mucho más que crearles un
cierto marco literario y familiarizarles con la historia de las generaciones...
pero me siento satisfecho con el ambiente creado en clase. Hay otros cursos con
más alto nivel en el instituto pero ello no quiere decir que haya más espíritu
para el debate o la controversia literaria.
A veces uno siente profunda desazón en el hecho de ser
profesor y darse cuenta de las terribles dificultades y contradicciones que
ello comporta, pero hay también días en que sale el profesor de la clase con la
cabeza bien alta tras un debate literario que nos ha encantado, tanto a los
alumnos como al profesor. La clase ha pasado en un suspiro, se nos ha hecho
corta, hablando de literatura, de Lorca, de su homosexualidad, de su poesía, de
Juan Ramón Jiménez, de Neruda... Al final les pregunto si les
ha gustado la clase y responden con un rotundo sí, y una alumna de rendimiento
bastante precario, responde segura que sí, que como siempre que hablamos de
literatura.
No hace falta decir que el profesor, habitualmente,
acostumbrado a la zozobra, recibe el comentario como un cálido aliento que
llegara a su corazón.
Así es la vida del profesor.
Como tengo un fondo humanista y decidí aquello tan ocurrente de estudiar letras, yo siempre disfrute en las clases de filosofía, historia y literatura. Estoy segura que tus alumnos también disfrutan de tus clases.
ResponderEliminarTal vez nunca vuelvan a leer a ninguno de nuestros autores más representativos, pero al menos, recordarán con agrado cuando recitaban en clase El Romancero Gitano.
Un saludo y ánimo desde el mismo lado de las barricadas.
Esta semana empezamos con la poesía de Pedro Salinas, continuaremos con Lorca y por supuesto leeremos poemas de El romancero gitano, y luego por fin a Luis Cernuda. Gracias por tus palabras de aliento.
EliminarAsí es: una sola palabra de reconocimiento a nuestra diaria labor basta a veces para revalorizar nuestra diaria tarea y así sobrellevar otras desazones que ella conlleva. Todo en la vida no es más que un todo compuesto de luces y sombras, pero es desde la luz donde se encuentra el sentido profundo de nuestra misión.
ResponderEliminarUn beso y adelante, profesor.
No suelo recibir palabras de estímulo por parte de mis alumnos que tal vez desconozcan que a veces son necesarias. Sea por mi incapacidad o por su timidez. No lo sé. Por eso cuando llegan a veces son recibidas con satisfacción no reprimida. Un beso.
Eliminar¿Habrá algo más adecuado para un adolescente que Neruda o Bécquer?
ResponderEliminar¿Habrá algo más adecuado para un paquistaní o marroquí que la sensibilidad oriental de Lorca o Darío?¿Habrá algo más parecido a Tagore que Juan Ramón?¿Habrá algo más parecido a la lucha adolescente que esa parte de la vida del protagonista de Crónica del Alba en Sender?¿Habra algo más oriental que los naranjos y las fuentes de Machado?¿Algo más mediterráneo que Alberti?¿Más alucinado que Dalí y Bretón?¿Más melancólico que Rosalía? Ahora bien, de oir y leer a realizar un comentario de texto y diferenciar dadaísmo y surrealismo o realismo social y poesía militante o poesia sensorial y texto descriptivo, pues , enfín...si realmente el único paso por la literatura de estos jóvenes va a ser este curso, pues, digamos que...haces bien. O mejor dicho haces el bien. Y de paso le llevas la contraria a las grandes mentes capitalistas que quieren que los institutos sean exclusivamente fábricas de borregos, de dependientes del LIDL o del Area de Guissona, repartidores de pizzas, parados, camareros, obreros de ETT...al menos que reciten mentalmente a Neruda mientras intenta huir de la trampa neocapitalista que es hoy en dia un instituto. Porque vamos al mundo de Huxley y el soma es el SmartPhone, ese aparato qua través de Whatsup o Facebook no les deja ni un sólo minuto para pensar en la mierda que puede convertirse su vida, que les fábrica miles de "amigos" y "seguidores", que no les deja ni un sólo minuto para intentar reflexionar sobre como orientar su vida o como el gran capital les ha conducido a la incapacidad para el estudio, a través de leyes, consellers i conselleres, inspectores guardando las apariencias induciendo aprobados políticos, maestros quemados por el sistema, equipos directivos supervivientes capeando a familias desestructuradas, barrios dormitorio de por vida.
Mejor que se refugien en Neruda o Lorca.
El Gran Hermano ya les ha secuestrado la mente algunos y lo más triste es que luego vas a la Sala de Profes y ves a más de cinco, tecleando con los pulgares a saco (sobre todo si tienen menos de 30 años). Soma, Soma, Soma, Soma........!
Hay un desarme ideológico general enorme. El miedo se ha extendido como una mancha de aceite y todos tememos perder lo poco o mucho que tenemos. De ahí, el soma, para soportarlo y no enfermar. Las mareas verdes se han agotado… y solo sobrevive el estado de ánimo de derrota o de virgencita que me quede como estoy. Soma necesario, como el aire que exigimos trece veces por minuto. Ante el franquismo teníamos más armas que las que tenemos ahora en que no sabemos quién o qué es el enemigo, y desconocemos cómo enfrentarnos a él. Hemos asumido ya la rebeldía de Grecia y de Portugal, y nos damos cuenta de que solo conducen a callejones sin salida. No sabemos qué hacer, y preferimos mirar a otro lado y pensar que van por otros.
EliminarMe gusta verte optimista por un día en cuanto a tus alumnos.
ResponderEliminarMiguel Hernandez es de la generación del 27? Sería bonito hablarles de la muerte con su Elegía y del hambre en la guerra civil con "Nana de las cebollas".
Un abrazo.
Se dice que Miguel Hernández es un epígono del 27 o tal vez partícipe de una desgraciada generación que fue la de 1936. Él era más joven que los poetas del 27. Es el siguiente tema que voy a abordar con ellos: Miguel Hernández.
EliminarSabiendo que compartimos extracción social del alumnado en nuestros institutos, y a pesar del oscuro porvenir de la mayoría de ellos, dada su escasa inclinación al estudio, no deja de ser un gozo verlos relacionarse de tú a tú en un ámbito en el que se les corrigen sus costumbres atávicas y se les abren los ojos a otras realidades, por modestas que sean, por ejemplo, que sepan que eres un profesor con hijos pero no casado o que eres un homosexual casado sirve para hacerles trizas buena parte de sus herencias familiares y les sume en unas cavilaciones que quizás den algún fruto.
ResponderEliminarEs cierto que este tiempo de estancia en el instituto tiene un valor enorme para abrirles los ojos a consideraciones más complejas que las que su cultura de origen les dirige. Veo a muchachas musulmanas encararse con muchachitos machitos que esperarían sumisión. No sé que recorrido posterior tiene esto, pero desde luego en el instituto han tenido un periodo de igualitarismo que les puede hacer abrir los ojos, así en este como en muchos otros temas como la homosexualidad, las religiones, la igualdad de género… De todas maneras encontrar a homosexuales que se declaren públicamente casados ,haberlos debe de haberlos, pero yo no los he encontrado en mi trayectoria.
EliminarMe parece una preciosa temeridad (propia de maravillosos soñadores) el pretender hacer amar la literatura a alumnos tan variopintos como los que tú tienes (y los que la mayoría del personal docente tenemos) Son alumnos que se mueven en otras dimensiones totalmente alejadas de nuestras (loables) intenciones pedagógicas. Sus intereses se sitúan a años luz de los nuestros. Por eso, me parece algo digno de encomio que alguien haya logrado un momento de éxito en su labor de acercar al alumnado algo tan fuero de su ámbito natural. Por mi parte, quiero felicitarte. No es labor vana conseguirlo. Sino todo lo contrario. Seguro que estos alumnos y alumnas que salieron del aula satisfechos de los razonamientos literarios que tú les mostraste, seguirán acordándose de ello tras el paso del tiempo. Y tu éxito será, pues, casi eterno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mucho me temo que no será eterno ni busco que sea así pero es cierto que pretender que el aula aborde cuestiones literarias de cierta complejidad es una tarea sumamente dfiícl y contracorriente. Desde algunos ángulos se nos dice que hemos de acercarles a su mundo las materias que les impartimos, que el mundo de la cultura es ajeno a sus percepciones y a su sensibilidad. Acepto el desafío y aspiro a hablar de literatura con términos literarios y con modelos pertinentes. Ignoro el vuelo que tendrá, pero tal vea halle uno o dos alumnos que reciban en su corazón estas clases. A más sé que no puedo aspirar y ya sería mucho. El planteamiento de hacerles próximas las clases con elementos de su mundo no me convence. Precisamente la escuela debía ser ese lugar en que se enriquecieran las perspectivas y se ampliaran los horizontes hacia el mundo de la cultura. En otro lugar no lo encontrarán. Para lo otro ya tienen la televisión. Yo debería anhelar darles algo diferente, algo a lo que no tendrán acceso en su búsqueda en los medios que utilizan. Un abrazo.
EliminarEs curioso cómo a veces las cosas funcionan y surge la chispa y se crea el ambiente propicio... y quizás lo más curioso es que en la mayoría de estos casos no controlamos el detonante que hace que la clase funciona.
ResponderEliminarSi puieramos atrapar ese secreto tendríamos la clave de la enseñanza perfecta...
Bloggueando, la clave de la enseñanza perfecta no existe como bien sabemos. Todo son sondeos, intentos, pruebas, ensayos, que la mayor parte de las veces no funcionan, pero alguna vez, misteriosamente sí que lo hace. Está claro que no quiero dármelas de profesor exitoso porque no lo soy, y sí es cierto que no controlamos el detonante que hace que alguna vez la clase funcione.
EliminarMucho ánimo en tu esforzada labor, Joselu. Tú más que nadie sabes los retos a los que te somete tu duro pero reconfortante trabajo.
ResponderEliminarDuro, sí; reconfortante, no sé… pero a veces se halla algo de consuelo en medio de la debacle general. Es tan poco el rendimiento de nuestras semillas y el observador lo ve tan raramente que sabemos que la principal virtud del profesor es la paciencia y una capacidad sin límite para resistir la adversidad. Así lo veo yo.
EliminarJoselu, ya hemos comentado otras veces que la literatura es quizá la mayor perdedora en los múltiples vaivenes de las leyes ¿educativas?. Por ignorancia o por miedo algunos prefieren dedicar el tiempo antes destinado al estudio de esta maravillosa disciplina a otros asuntos más prácticos o convenientes políticamente. El estudio profundo de las grandes obras literarias ha quedado en algo casi anecdótico, como sabes mejor que yo. Intentaron meter la literatura en Primaria, pero de una manera equivocada, según yo la percibo. Hace años los libros de Lengua contaban entra sus lecturas con el Lazarillo, Delibes, algo de Cela, entremeses clásicos, breves y divertidos, poemas atractivos, leyendas, cuentos clásicos... Las adaptaciones eran de una aceptable calidad y los alumnos adquirían un vocabulario variado y rico. Hoy la gran mayoría de las lecturas son obra de los equipos de las editoriales, frecuentemente pobres y escasamente imaginativas. Y digo yo: teniendo una amplio abanico de posibilidades de gran calidad, ¿por qué demonios dedican sus esfuerzos a elaborar estos bodrios? Ah, claro, son más fáciles de entender, tanto que parecen dirigidos a deficientes mentales. Han preferido empobrecer los textos a enriquecer a los alumnos porque es más fácil, supone menos esfuerzo. ¡Estupendo! Ya tenemos varias generaciones incapaces de entender unos versos de Lope de Vega o del mismísimo Lorca. Y si no lo entienden no pueden valorarlo, por lo que se pierden toda la belleza que nos han legado escritores de valía universal. Yo,como tú, como otros muchos maestros, intentamos enseñar con pasión la enorme riqueza de nuestras letras, pero es una tarea ímproba. Eso sí, cuando conseguimos engancharles, como tú has logrado con Lorca, sentimos que hemos sido de verdad maestros, que hemos logrado hacer ver a los chavales la belleza que encierra la palabra bien escrita. La literatura es vida, no una acumulación de datos y fechas, de rimas asonantes o consonantes, de teorías y disertaciones. En ocasiones una obra literaria es más clara y elocuente que muchas lecciones de historia, a lo mejor por eso hay que eliminarlas. Un pueblo informado es muy peligroso, nos quieren borregos, lobotomizados, resignados, nada críticos, o sea, nada "leídos y escribidos", no vaya a ser que entendamos lo que no nos dicen y nos dé por rebelarnos.
ResponderEliminarTe felicito por esas clases tan satisfactorias para ti como para tus alumnos. Cuando el desaliento es la tónica habitual en las aulas reconforta saber que a veces algunos disfrutamos con el trabajo bien hecho.
Un fuerte abrazo, colega.
Escribimos en la arena, Yolanda, y el cierto éxito de un día se convierte en incertidumbre otro. Pero la escuela debe pugnar por ser una ventana abierta al mundo de la cultura, del pensamiento y de la acción.
EliminarY así es la vida en Blogger: Por amor a la palabra .
ResponderEliminarGracias, Joselu, por tanto, por todo!
Besos.
Fer
P.D.: Lo había publicado en la entrada anterior, por eso lo suprimí: disculpas.
Esos son los momentos que dan sentido al oficio. Puede que en el futuro no recuerden nada de esos autores, ni sus nombres siquiera, pero recordarán esa clase, esos momento en los que sintieron y crecieron. No es palabrería vana, pues vienen antiguos alumnos de vez en cuando y lo dicen, te recuerdan por aquel debate espontáneo, por alguna chanza traída al hilo de un tema de lengua o literatura, por mil pequeños detalles que ya pasan a formar parte de los recuerdos de una infancia que se les va entre las manos.
ResponderEliminarEn nuestro caso, una de las experiencias más bonitas es la de las lecturas poéticas en 2ºde ESO, con alumnos ya a punto del abandono escolar, pero que luego te ven por la calle y siguen recitando algún verso perdido.
Ayer un alumno me enseñó en el ordenador poemas de Lorca que había buscado y leído. Y ayer también un alumno recitaba cantando los nombre de Unamuno, Baroja, Cernuda, Lorca… Algo cala, no queda mucho, pero, sin duda, algo dejamos en ellos.
EliminarJoselu, ¡qué parecido y qué diferente es nuestro trabajo!
ResponderEliminarLo primero, porque yo suspiro por poder hablar en clase de Juan Ramón o de Lorca, pero soy profesora de 1º y 2º de ESO.
Lo segundo, que yo no tengo la variedad sociológica que tú tienes entre tus alumnos. Muchos me dicen que tengo "suerte" porque los IES acaban con la moral de cualquiera, pero yo, profesora de un elitista colegio privado, católico y de educación separada por sexos, sufro al ver la clase de personas en que empiezan a convertirse algunos de mis alumnos: machistas, soberbios, clasistas. No tienen posibilidad de cambiar, pues no les permiten conocer que existe gente diferente a ellos.
Lo tercero, porque envidio tu libertad para debatir sobre la libertad sexual a raíz de las bromas sobre la homosexualidad de Lorca; yo debo correr un tupido velo y evitar en lo posible que se comenten temas de este tipo. Como en el fondo son adolescentes, las bromas surgen igual, pero yo debo reprimir las bromas e imposibilitar el debate sobre este tema, pues en caso contrario entraría en contradicción con la ideología del centro.
Muchos me dicen que la pública es más dura. A mí la privada me resulta durísima. ¿Peco de ilusa al suspirar por una convocatoria de oposiciones?
Sí, qué diferente es nuestro trabajo… Nuestros alumnos también son algunos machistas y prepotentes… pero la clase social no les acompaña para que sean además clasistas. Sin duda esto es una ventaja, y te encuentras con muchos que son buenas personas (supongo que tú también) aunque nada aficionados al trabajo y sí más a la vida de calle o a las maquinitas como móviles y demás. Eso sí, como dices, hay una gran libertad en el enfoque de las clases y nadie va a venir a censurar lo que dice el profesor (dentro de ciertos límites que impone el buen gusto). Eso sí, leyéndote, uno siente cierta conformidad con su realidad, por dura que sea, porque lo que tú cuentas es todavía más amenazante a pesar de que esos alumnos no tengan problemas económicos para comprar los libros (donde estoy yo no hay libros, y los de lectura nadie se los compra ni siquiera en bachillerato: así estamos).
ResponderEliminar¿Oposiciones? Me temo que eso se ha acabado por mucho tiempo. Además estos días se oye que quieren eliminar lo que es la función pública y dejar la sociedad sin funcionarios salvo la policía.
Malos tiempos para la épica, Mer.
Muchas gracias por tu comentario.
Disfruta de las vacaciones para volver con energia en septiembre. Gracias por tan magnífico blog . Jorge
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