Me llamo Leonor de Todos los Santos de Borbón Ortiz. Soy
infanta de España y recibo ya a mis seis años el tratamiento de "Alteza
real" y soy la futura reina de España, siempre que se reforme la
Constitución que da prevalencia a los descendientes varones si mis padres
tuvieran un hijo.
No sé lo que pensaréis vosotros pero yo estoy indignada.
Todo el mundo espera de su vida que sea incierta y elegida por uno mismo, pero
la mía, si nada lo remedia, está destinada a que yo, sí o sí, he de ser reina
de España. Y ¿qué pasa si yo no quiero? ¿qué pasa si yo decido que nadie puede
decidir por mi vida y que quiero vivir la mía propia? Yo no he elegido parecer
una niña imbécil, rubita, altecita real por aquí y por allá. Todos me tratan
con condescendencia y me educo en los más selectos colegios privados sin que
nadie olvide cuál es mi realidad y mi futuro. ¿Mi futuro? Me da grima. Poneos en
mi lugar. ¿Qué pasaría si os dijeran desde que nacéis que habéis de ser algo
que no habéis elegido, que os viene en la sangre, en el código genético por la
sangre azul que circula por vuestras venas? ¿Sangre azul? Mi sangre ese roja
como todas, y me gusta tirarme pedos, y comerme los mocos cuando no me ven mis
ayas e institutrices. Me gustaría salir con mis amigas sin diez guardaespaldas,
me gustaría ser abominablemente una niña normal y no una planta superprotegida
cuyo futuro está escrito antes de ser siquiera concebido.
No quiero pasarme mi vida en función de las imágenes, no
quiero ser una presencia pública, quiero pasar desapercibida, fumar porros
cuando toque y hasta ir a alguna manifestación en favor de la república. Porque
yo soy republicana. Y la principal razón es la de no entender que por qué yo he
de tener en herencia una dignidad y una responsabilidad que hará que mi vida no
sea mía. Y quiero, entended, que mi vida sea mía. Para bien y para mal. No
quiero pasarme la vida pensando qué bolsitos voy a llevar o qué calzados
combinan bien con mis atuendos, no quiero pensar que todas las cámaras van a
estar presentes para fotografiar si repito o no vestido, si mi peinado es
estimulante, si mi sonrisa es agradable. No quiero ser agradable. Por mí pueden
dar viento fresco a todos los españoles. No quiero ser su reina. Abdicaré, pero
ya me habrán fastidiado la vida. Me gustaría ir a un colegio con inmigrantes
marroquíes y latinoamericanos y pensar que yo no soy especial ni diferente ni
esa mierda que me han agregado de "alteza real". Yo no soy alteza y
me gustaría ser real, pero en otro sentido al que me han impuesto.
Me desagrada mi vida en que lacayos van satisfaciendo mis
deseos y sonriéndome con conmiseración, tal vez porque se dan cuenta de que mi
vida, igual que la de mi madre es un desastre, envueltitas en papel de
celofán pero sin poder ejercer lo más elemental que puede desear un ser humano:
ser libre y ser feliz. Mi abuelito, entre cana y cana al aire con aristócratas
alemanas, me enseña a saludar con la manita. ¡Buah! ¿No os ha apetecido alguna
vez ser antipáticos y huraños? Yo no, tendré que estarme toda la vida saludando
como una panoli y sonriendo aunque por dentro esté hasta los ovarios. ¿Que no
tendré que trabajar? Puede ser. ¿Qué no pasaré crisis? Puede ser. Pero mi vida
no será mía. ¿Qué pensaríais si os dijeran que os habéis de pasar toda la vida en una jaula dorada? Así desde que nacéis porque sois una alteza real. Que
soy republicana. Que me encanta la bandera tricolor. Que estoy hasta los
ovarios de tanta mandanga y tanta sonrisa y atenciones falsas. Si yo fuera una
somalí y tuviera los mismos años, nadie me prestaría la más mínima atención. No
quiero pasarme la vida en las bocas de las gentes juzgando mis zapatos o mis
bolsos. Paso. ¿Y qué pasa si soy lesbiana y me gustan las mujeres? Todavía no
lo sé. Todavía estoy en esa fase incierta del desarrollo sexual. Todo el rollo
de la herencia se iría al garete. No tendría heredero. ¿O tendría que tener un
hijo en un vientre de alquiler? ¿O irme a un banco de esperma de aristócratas?
No quiero ser reina, no quiero ser infanta, no quiero ser
una niña marcada ni especial. Sólo quiero revolcarme por el suelo, comer
chocolate hasta reventar, y comida mejicana que me encanta y que dejen de
mirarme con esa cara de imbéciles cuando se ven ante una niña de seis años pero
a la que hay que tratar como si fuera algo especial. No soy especial. Soy
vulgar. Algún día leeré libros. Y tal vez me gusten Bukowsksi o Jean Genet, no
esa relamida que entrevistó a mi abuela, una tal Pilar Urbano. Y no me gusta
Sostakovich. Me gusta mover el esqueleto y decir palabrotas como las que dice mi
abuelo cuando se dirige a su mujer, o sea mi abuela.
No me gusta ser infanta de España, futura princesa de
Asturias y de Gerona y toda esa parafernalia. Soy republicana y en mi corazón
guardo una lugar para esa bandera que izó Riego.
Que no quiero ser reina. ¿Se me entiende? Que alguien haga
llegar esta declaración a algún sitio porque a mí me tienen encerrada en una
urna de cristal a la vista de todo el mundo y en el más exclusivo de los
colegios y diciendo que soy una niña normal. Y una mierda. No.
Alteza,
ResponderEliminar¡Amor fati!
Que dijo Nietzsche
Jajaja Gracias, mil gracias. Hoy necesitaba ironía, reir. Me la estaba imaginando mientras leía. La imaginaba niña, feliz, republicana, y soltando tacos.
ResponderEliminarMe da pena, igual que sé que dentro de unos años me dará rabia (otra relamida pedante y seguramente con problemas alimenticios). Pero ahora tiene la edad de mi hija, y pensar que no puede tener una infancia despreocupada y feliz me da pena.
Gracias por las risas, nunca te las agradeceré bastante (mi mañana ha sido especialmente aciaga). Me encanta cuando te pones irónico, te queda muy bien.
Un saludo (ah, y a ver si es verdad y es republicana).
Me alegro, Nuria, que encuentres mi texto irónico. He leído comentarios en FB que lo calificaban muy duramente por distintas razones. Es difícil decir por qué he escrito este texto. Lo necesitaba. Si hay nuevas intervenciones iremos precisando el alcance de su intepretación. Me gusta que surjan visiones distintas a partir de un texto. En todo caso, en mi intención no es político en absoluto, no es un alegato republicano. Pero intento meterme en una supuesta conciencia que algún día tendrá y que podría hilvanar razonamientos parecidos. Si te ha hecho reír, es que tengo todavía algún sentido del humor. Gracias.
EliminarCreo que nuestro sentido del humor es similar. Me parecen muy bien tus reflexiones, muy lógicas.
EliminarLo he releido y he vuelto a sonreir. De nuevo gracias.
Si una niña de seis años usase la palabra prevalencia conmigo estaría tentado de darle un capón por repipi. Supongo que siempre será mejor vivir en una jaula dorada que una cabaña de cartón al borde de un basurero en Managua por poner un caso o que a los 10 años tus papis tailandeses te pongan a hacer la prostitución en una calle de Bangkok que solo frecuentan una pandilla de viejos occidentales borrachos y excitados.
ResponderEliminarEso sí, eso seguro.
EliminarSon maldiciones diferentes, doctor Krapp. Probablemente tengas razón, pero yo no cambiaría ni por todo el oro la vida de una de mis hijas por la vida de esta niña que probablemente sufra desórdenes de todo tipo, angustias por estar o no a la altura, en el punto de mira toda su vida en la que no podrá haber ni un punto negro. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse y a rehacer su vida. Pero ella será un espectáculo mediático. Solo tienes que ver las revistas del corazón. No tendrá intimidad y todo lo que haga o calle será escrutado. No creo que a nadie le guste un destino así, eso suponiendo que llegue a reinar lo que es problemático también.
EliminarHay sufrimientos distintos, doctor Krapp, el de la prostituta de Bangkok y el de la muchacha española que sufre un síndrome grave de la mente y decide quitarse la vida. Por cierto una hermana de Letizia se suicidó por no poder soportar la presión de haberse convertido en un personaje mediático y sentir que a lo mejor no estaba a la altura. Creo que no son magnitudes comparables. Yo he escrito este texto con un afán que no es político, sino de reflexión sobre el destino humano. El que uno no elige.
Sí, pero date cuenta que creemos que la hermana de Letizia se suicidó porque no podía aguantar la presión mediática...Yo creo: que eso es, una patraña propia de echar tierra y punto...Seguro que esta mujer tenía ya un desequilibrio emocional propio de su forma de ser,y en asumir los contratiempos...Lo que no entiendo, es que dejo una niña desamparada; porque cuando esta mujer se suicido. Su hija tendría la edad que tiene la infanta...
EliminarLetizia: no me produce ningun respeto esta señora ya sabía dónde se metía y con la edad que asumió su nuevo cargo ya...Las pintan calvas...La infanta es otra cosa y cómo expones el Dr: Krapp...Los extremos se tocan...Ni tanto ni tan calvo!
Somos demasiado frágiles para echarnos tantas cosas encima...Seamos de la condición que seamos...Lo que de verdad vale para todos es poder ser libres y decidir nuestros pasos...en toda la amplitud de la palabra.
Me encanta esta reflexión igual que la hiciste del Rey...!
Un abrazo Joselu.
En cambio, a mí, Letizia sí que me inspira una gran simpatía. Tenía edad para saber dónde se metía. Lo hizo por amor, pero no envidio su destino enconsertada sin poder decir una palabra de más y siendo escrutada hasta el mínimo detalle de su atuendo y aspecto. Era una periodista bien situada con una vida personal variada. Déjame sentir por ella simpatía, la que no tengo hacia los miembros varones de la familia real.
EliminarMe alegro de que te guste, porque hay distintas voces que la ven como muy inapropiada.
Si ya empezamos así, si la que tiene que ser reina no quiere ser reina, a la porra con la monarquía...
ResponderEliminarP.D. No tendrá Leonor opción a abdicar. Antes ya habrán echado a su padre del trono.
Un abrazo.
Está bien que les eches un poco de humor con ese a la porra la monarquía. No sería el primer caso de la historia de España de un rey que renuncie al trono.
EliminarUn abrazo.
Aunque el texto pueda resultar irónico para algunos, a mí me causa cierto desasosiego. Creo que hay que dejar en paz a los niños, salvo que se pretenda protegerlos y estimarlos. Siento que mi sentido del humor hoy esté en horas bajas...
ResponderEliminarNo sé si es pesada o no la carga de la corona, pero los que abdican son muy pocos.No me interesa la monarquía salvo que se transforme y democratice totalmente. Nadie debe heredar cargos públicos...
Saludos
No era mi intención humorística, no, Luis Antonio, así que es normal que no lo veas como tal texto en clave cómica. Aunque una pregunta ¿ves en lo que he escrito algo que sea ofensivo para la niña? Reivindica el derecho a elegir su vida y lamenta que todo haya sido decidido por el hecho de nacer. No me gustaría un destino semejante para mí ni para nadie que estimara. Es mi simpatía hacia ella la que me ha llevado a escribir un texto con alguna carga ácida pero enormemente respetuoso hacia la niña sobre la que proyecto algunas reflexiones sobre su realidad que son imposibles pero que ciertamente algún día puede planteárselas y desear haber sido simplemente una niña normal de clase media, una niña cuya vida no sea escrutada con microscopio y que esté expuesta en todos los sentidos.
EliminarEn cuanto a la democratización de la corona ¿más? Solo queda hacerla electiva, pero esto no sé si dará. Y, por supuesto, la esencia de la monarquía es que se heredan los cargos y dignidades. Otra cosa ya no es monarquía.
Saludos.
Hola Joselu: a mí no me gustaría estar en la piel de esta niña,te confieso que nunca quise ser princesa...que tensión!!! aunque si que te confesaré (tambien) que si que quise tener mi principe, pero un principe privado, que trabajara en otra cosa..vaya.Pero quizás, gracias (entre otras cosas) a su tio Iñaki, esta niña no reine nunca.
ResponderEliminarYo tampoco envidio su suerte, su educación como alguien especial, con un destino reservado y elegido sin saber por qué, y que, probablemente, sea totalmente erróneo porque no se realizará. Yo de ella me hacía republicana…
Eliminar¡Genial, Joselu! Dices que tu intención no era escribir un texto humorístico, pero te ha salido una muy peculiar reflexión sobre el (pre)destino y la forma de pensar de una cría nacida para reinar, aunque quizá no llegue a hacerlo, tal como suceden los acontecimientos "reales". Ya hemos comentado que es posible la vuelta a la república (¡ojalá!) así que esta nueva aportación tuya es otra vuelta de tuerca a lo mismo, original y ocurrente.
ResponderEliminarSiempre me ha dado pena ver a esos niños nacidos condenados a vivir bajo millones de miradas inquisitoriales, buscando siempre el fallo, el defecto, decidiendo su fuuro, opinando sobre qué deben o no hacer... No todos soportan esa presión. No hay más que repasar la lista de hijos de famosos que arrastran múltiples problemas, cuanto más una Infanta de España, por Dios, menuda cruz... No puede ser una niña normal, aunque la propaganda palaciega insista en ello. No podrá elegir a sus amigos, no tendrá vida privada, no podrá emborracharse en un botellón de fin de semana... Fíjate qué bien lo pasaba Audrey Hepburn en "Vacaciones en Roma" con Gregory Peck, qué lástima de amor verdadero, pobre niña sujeta al protocolo, siempre viviendo en un mundo irreal, edulcorado, algodonado... O el príncipe convertido en mendigo en la novela de Mark Twain, otra visión del mismo intento de fuga. Ser príncipe heredero tendrá muchas ventajas, seguro, pero los inconvenientes son de aúpa. Hay quien quiere escapar y lo consigue, como Eduardo VIII, menudo listo, que prefirió una vida de lujo y despreocupación junto a una divorciada americana, aparte de otros detallitos, como su simpatía hacia los nazis, a sus obligaciones como rey en un momento muy difícil. ¿Por qué no puede ser rey quien lo desee y valga para ello? Ah, claro, es que eso se llama de otra manera. ¿Presidente de la república, quiza? Ciencia ficción, por ahora, pero probable en un futuro, habida cuenta de lo que están haciendo ellos mismos por echarse mierda encima.
Un fuerte abrazo, colega.
Me quito el cráneo. ¡Qué pedazo de comentario! Un comentario que recoge el guante que yo había dejado en el ring y lo continúa con mayor acierto que el mío. Había llegado a sospechar que había escrito algo censurable e inapropiado, pero, leyendo tu texto, he disfrutado aun más. ¡Qué delicia el aporte cinematográfico para aliñar la situación! No es envidiable su suerte, no, desde luego. Total para pasarse la vida agitando la mano como ya le han enseñado en el primer hito de su educación palaciega. Buah. Eso y la necesidad del protocolo y sonreír a las cámaras. Prefiero la suerte de ser la reencarnación del Dalai lama que ser infanta real. ¡Vaya bodrio! Aunque solo sea por ello, que venga la república y que nos encuentre maduros para ello. Esto último es importante. Ya ves el lío en que están en Grecia.
EliminarUn fuerte abrazo, colega.
¿Acaso conoces a algún ser humano que no sufra? Porque yo no.
ResponderEliminarBesos, Joselu.
Este es un post extraño, Vero, por la incomodidad que crea en los que lo juzgan. He recibido comentarios múltiples. Desde los que en FB deploran que utilice la imagen de una menor para expresar mi acento republicano, los que ven en el post un contenido irónico, los que no entienden que me centre en una "pobre princesita" con la que está cayendo en el mundo, los que ven una mirada tierna sobre ella en su encorsertamiento vital…
EliminarVeo que tú no te sientes cómoda y me dices que el sufrimiento es consustancial a los seres humanos. Leonor tendrá el suyo, como cada uno de nosotros tendremos el nuestro. Puede ser. Pero a mí no me hubiera gustado vivir su vida por deplorable y terrible que fuera mi niñez. Yo fui anónimo lo que me ha permitido una cierta independencia. Nadie se fija especialmente en mí. Es un gozo. No quiero pensar lo que debe de ser una vida en que desde que tienes uso de razón siendo niña te ves cargada con una responsabilidad enorme y que no puedes ni debes defraudar. Veo a mis hijas y te digo, Vero, que no hubiera deseado para ellas nada semejante.
Que todos sufren, que ella tendrá una vida cómoda, puede ser. Pero me gustaría alentar su rebelión personal desde aquí, ella que estará metida en una jaula dorada y no podrá ser nunca libre.
No es un republicano el que escribe esto como algunos han querido ver. No, es un anarquista estético y literario, el que utiliza el símbolo de Leonor de Todos los Santos para expandir su mensaje de rebeldía ante el mundo. Y reflexionar sobre el destino.
Por eso, pienso que también esta princesita merece una mirada compasiva. Otro día hablaremos de otros temas. Pero este me salía del alma cuando la veo fotografíada profusamente en las revistas del corazón saludando, lo que habrá de hacer toda su vida, si la república no la libera de esa carga ominosa que lleva sobre sí. Ahí, sí que soy republicano.
Besos. Vero.
No la excluía cuando hacía la pregunta, Joselu. Estamos todos en el mismo barco. Y ella sufrirá, como lo hacemos todos. Los motivos serán distintos, pero lo hará igualmente. Ser quien es, no la libera de ser humana. A ninguno.
EliminarY a los que te tachan de esto o aquello, tanto da. Si lo hacen es porque no se han parado a leerte con atención. Así que los prejuicios son suyos y no eres tú quien ha de cargar con ellos. Pero eso ya lo sabes, supongo.
Otro beso, Joselu.
CASI SE ME SALTAN LAS LAGRIMAS¡¡¡
ResponderEliminarCon lo campechana que parece.
vaya reinona que vamos a tener, si se le parece a su abuelito se pasara el día follando, comiendo, descansando y matando algún que otro bicho.
uf que vida mas sufrida¡¡¡¡¡
Joselu
ResponderEliminarNo me sorprende que el texto haya escandalizado y entusiasmado por igual a defensores de infantes y elefantes -por los que tampoco cuidado tiene la monarquía. A mí -en calidad de monárquico constitucional y numismático- me ha dado que pensar.
Como panfleto republicano contra la monarquía sería perfectamente asumible por ésta. La primeras lección en la educación del monarca: la tercera tentación:
" Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían" (Mateo 4:8-11).
En el destino de un monarca no pueden faltar las renuncias; pues cómo si no podria llegar a ser servido por ángeles.
"Tú debes llegar a ser el que eres" es un bello y paradójico adagio nietzscheano. Para nosotros los plebeyos llegar a ser uno mismo implica la rebeldía, no puede ser de otro modo pues de entrada no somos nadie. Destino y plebe son términos que se concilian mal. La posesión de un destino es un rasgo aristocrático, un rasgo que autoexpulsa de la masa. Ya sabes, es el caso del héroe trágico; Aquiles podría haber dado la espalda a Troya, habría esquivado la muerte pero habría renunciado a ser él mismo -el héroe- y se habria convertido en un hombre común, un plebeyo, habría conservado la vida y le habrían servido esclavos, pero no ángeles.
Uno es, quizá, repúblicano porque ya no cree en los ángeles pero a la vez es monarquico constitucional -qué cosas más raros nos trae la modernidad- porque respeta a los demonios.
Amor fati, Majestad, en este país de todos los demonios..
La primera vez que leí tu mención al Amor Fati no había entendido el planteamiento, a pesar de que sabía el significado de la expresión. Con tu sagaz comentario añades densidad al debate planteado que no es otro que el del destino que tú has significado como el destino del héroe. Los plebeyos no tenemos destino en tu interpretación. Pero ¿cómo sabe uno el que es? ¿cómo sabe que es Aquiles o Buda o Sidharta si no ha nacido en un lecho real o, en el caso, de que haya sido así, no todos los que nacen en él están llamados a tener esa palabra trágica llamada Destino. Me ha interesado mucho tu interpretación que introduce un elemento nietzscheano frente a las consideraciones más a flor de piel o elementales. Hay quienes han considerado este post como muy poco sutil, pero, leyéndote el autor del mismo cree que no era carente de alguna sutileza pero que había que detenerse un momento, respirar hondo y pensar, antes de expresar el discurso condenatorio. No creo que sea un post antimonárquico, pero es en su esencia republicano, reivindicando la libertad de quien está condenada y destinada a ese Destino que le supera, que está por encima de ella. Y bien pronto lo sabrá (ya lo sabe) Leonor que ha de asumir la carga (no sé si los beneficios) de una posición como la suya que le impedirá ser siempre normal, a lo que aspiran la inmensa mayor parte de los niños del mundo. Muchas gracias, Serenus, una aportación realmente espléndida.
EliminarEntre el Príncipe y el Mendigo de Mark Twain hay una diferencia grande, el Rey no quiere seguir siendo mendigo y al mendigo no le importaría ser rey. Esta niña que has descrito me parece una egoísta, una niña "pija" mal criada y una egocéntrica, si yo fuese su padre le iba a dar unos azotes en el culo para que espabilase. Menuda tonta "el haba", que se dice por aquí...
ResponderEliminar¿Por qué piensas que es egocéntrica? ¿Por no asumir su destino?
EliminarEn todo caso, es evidente que es todo ficción, pero no habría supuesto esta lectura (ni otras muchas que he recibido). No sé si tienes alguna hija. ¿Desearías para ella el poderle dar una infancia así o te sientes a gusto siendo plebeyo y teniendo una hija plebeya? Yo te aseguro que no desearía de ninguna manera pertenecer a la aristocracia. Tengo ante ello auténtica aversión. Todo el famoseo me parece abominable y estas personas han de vivir permanentemente en él. Reconozco en la reina Sofía por cierto una enorme dignidad y un saber muy bien cuál es su cometido dentro de una discreción admirable.
En cuanto a lo que dices sobre el príncipe y mendigo puede que tengas razón. Los ricos y poderosos tal vez tienen algo que nosotros anhelamos. Por eso los odiamos.
Aunque creo que en mi caso, no es así. No me importaría ser rico, eso sí, para poder tener una casa con chimenea de verdad, pero con eso se daría por satisfecha toda mi ansia que no va más allá de poder escribir lo que me salga de dentro.
Siento que te haya caído tan mal Leonor, la de mi relato.
Por cierto eso de que hay ricos que quieren ser pobres es una de las mayores mentiras de este sistema...
ResponderEliminarDesde luego hay muchos más que siendo pobres quieren ser ricos que los que siendo ricos anhelan ser pobres. Es incontrovertible. El dinero no da la felicidad pero produce una sensación tan parecida que es casi indistinguible. Creo que es de Groucho Marx.
EliminarLe deseo lo mejor a esta niña... y que viva en una España en la que la Monarquía sea un recuerdo, y que su tío Iñaki haya purgado sus penas. Una España en la que nadie masacre elefantes como hacía su abuelo... leonor, que seas muy feliz, trabajes, tengas toda clase de satisfacciones en la vida, menos ser Reina.
ResponderEliminarCreo que hay una atmósfera crecientemente crítica con la institución monárquica, alejada de la aceptación que ha existido durante muchos años, sobre todo a partir del 23 de febrero de 1981. Hoy eso queda muy lejano y respondía a otra situación totalmente distinta de la sociedad española. No me cabe duda de que está cambiando la percepción pública de este hecho. Si internet es representativo de un cierto estado de opinión, es palmaria esta transformación. Veremos.
EliminarJoselu para tener una casa con chimenea, solo hay que ir a vivir a un pueblo son más baratas que en la ciudad y trabajar cortando leña, cargándola, apilándola y echándola al fuego, es trabajo más que dinero, lo se por experiencia. Hay una "pequeña y sutil" diferencia, ella puede elegir vivir como una pobre, las pobres no pueden elegir vivir como una princesa (aunque lo deseen con todo su corazón). Que done todo su sueldo y trabaje, es sencillo, no se de que se queja.
ResponderEliminarSegundas partes...
ResponderEliminarNo se puede acertar siempre. De hecho, escribir siempre es un ejercicio incierto. Lo que no negarás es el riesgo que se asume al hacerlo. No tanto como el de lanzar un cuchillo desde la oscuridad a ver si da en algún órgano vital.
EliminarMás allá del personaje en cuestión, me pregunto hasta qué punto somos libres de elegir nuestro destino y hacer de nuestra vida lo que realmente deseamos. Por supuesto, algunos serán capaces de un mayor poder de decisión que otros, aunque hay cosas que no elegimos y nos marcan nuestro indefectiblemente: el lugar donde nacemos, el momento, nuestra familia y todo lo que a ella concierne, nuestra contextura física, nuestra salud o ausencia de ella, hasta nuestra alimentación, vestido y educación son cosas que no somos libres de decidir por años. Y creo que todo eso pesa mucho al momento en que creemos decidir qué hacemos con nuestra vida.
ResponderEliminarUn beso.
Pero hay un hálito personal con el que dotamos a nuestra vida haciéndola completamente distinta a cualquier otra. Uno siempre puede elegir entre muchas variables. Es cierto que nacer en África en una zona rural te condiciona en un noventa por ciento y te determina, pero hay personas que son capaces de utilizar ese diez por ciento para llevar a cabo un proyecto personal.
EliminarQuizás Leonor sea tratada con una mezcla de rigidez con arreglo a su responsabilidad futura (que no sé si llegará a ejercer) y un tanto de condescendencia por ser quien es. No lo tendrá fácil para hacer un proyecto personal. Lo que distingue a la realeza española (no sé si a todas las realezas) es su impersonalizad, su grisura, su imposibilidad de trazar un perfil personal.
Un beso.
No cabe duda Joselu, que tener tu destino escrito desde antes de nacer es casi una aberración. Envidia de ella, ninguna. Pena de ella mucha. Un beso Lola
ResponderEliminarEs exactamente eso lo que quería expresar, Lola. Es sorprendente la variedad de enfoques que ha habido de esta cuestión. En Facebook también ha habido un cierto debate. No sé si tienes cuenta en Facebook.
EliminarUn beso.
Por no vivir en un país monárquico me resulta complejo imaginar siquiera los conceptos de plebeyo y noble en una sociedad, aunque obviamente la monarquía existe en muchos sitios. Hecha esta salvedad, supongo que esa nena tendrá dificultad para manejar el tema de los mandatos, como por otro lado tiene la mayoría de los individuos...
ResponderEliminarPor otro lado hubo un Eduardo VIII de Gran Bretaña que abdicó y dijo:"At long last I am able to say a few words of my own. I have never wanted to
withhold anything, but until now it has not been constitutionally possible for
me to speak"..."But you must believe me when I tell you that I have found it impossible to carry the heavy burden of responsibility and to discharge my duties as King as I would wish to do without the help and support of the woman I love.
Se supone que si esta nenita quisiera abdicar y dedicarse a otra cosa podría hacerlo, dependiendo, claro, de su capacidad personal para elegir.
Un beso.
Ana, es este un tema que me resultó apasionante. Me refiero a la renuncia de Eduardo VIII al trono. Ello supuso que pasara a ser sucesor el que sería Jorge VI, su hermano que tampoco quería ser rey ni se había preparado para ello. Era además tartamudo. Es el tema tratado en la película El discurso del rey. Pero lo más sorprendente para mí, fue que ante la inexorabilidad de su nombramiento como monarca, tuvo un ataque de llanto que duró más de una hora, apoyado en el hombro de su madre que lo abrazaba. Tuvo que vencer su defecto de articulación y liderar a su país en plena segunda guerra mundial. No sé por qué pero esta historia me emocionó. Claro que es posible la renuncia, y la realidad es que los hombres se miden por su capacidad de sobreponerse a las adversidades. Leonor no lo tendrá fácil. Y siempre le queda la opción de renunciar, si es que tiene alguna posibilidad de ser reina, lo que, dados los vientos que corren por aquí, es bastante problemático.
EliminarEl texto de Eduardo VIII, el rey simpatizante de los nazis, es realmente rotundo y aleccionador.
Un beso.
Aclaro: "esta nenita cuando crezca"
ResponderEliminarMe pregunto a estas alturas Joselu - y no es una pregunta retórica - Es pertinente para la humanidad como va encaminada la subsistencia de la monarquía?
ResponderEliminarHay países que la mantienen y la situación parece funcionar, en otros el malestar es intenso, por parte de los súbditos y tal vez de los mismos monarcas.
Tengo, no solo una enorme ignorancia en vivir en una monarquía, sino también un cierto condicionamiento, por cuestiones familiares, en contra de la monarquía...pero no puedo tomar posición alguna sin suficientes herramientas.
Es muy interesante este tema que abre montones de preguntas.
Otro
Pienso que en principio no tiene ninguna razón de ser la monarquía. Es ahistórica y contraria a cualquier planteamiento lógico en relación a este tiempo que vivimos. Otra cosa, Ana, es saber si el régimen republicano es apto para España. Como bien sabrás las dos repúblicas que hemos tenido han fracasado totalmente. Las razones, infinitas, pero no deja de ser una realidad que han fracasado. Los españoles no tenemos como conjunto un pasado común que nos una y que reivindiquemos todos con un cierto orgullo, no tenemos una bandera que nos una, ni un himno, ni una concepción territorial compartida. No hay ningún símbolo que no hiera a alguien, no hay ningún hecho histórico que concite unanimidad. La monarquía ha servido para transitar este país de la dictadura a la democracia y ha sido útil pero no ha conseguido un arraigo popular como en el Reino Unido que puedas decir que este país es monárquico, más en los últimos tiempos en que todo lo relativo a la monarquía se ha devaluado y está puesto en cuestión. ¿Esto significa que con nuestras pulsiones tendríamos facilidad para pasar a un régimen republicano? Soy escéptico, Ana, Con los deficientes pespuntes que tiene este país, probablemente en ese salto, España como tal dejaría de existir. Hay muchos que aplaudirían este hecho. Yo no. Pero como resalto, no hay nada que nos una. Solo una cosa: que nos gusta salir de bares y la fiesta. Pero con eso no se construye una nación.
EliminarErgo, la monarquía es anacrónica realmente, pero…
Seamos escuetos, simples, sencillos...Jamás podré ser Rey, pero si Presidente de la República, ergo...
ResponderEliminarEl otro día me cambaba mi madre (93 primaveras):"República queremos, monarquía nos dan, República queremos, monarquía nos dan, gritemos en voz alta ¡Viva la Libertad" (con el ritmo del Himno de Riego) Esta pobre niña rica con su cerebrito pautado, marcado, dirigido desde antes de nacer...la hermana se lo pasará mejor.
Claro que estoy en facebook, y además te tengo como amigo y te leo siempre y he visto los comentarios hacia esta entrada.
ResponderEliminarSer niño es ser un ser construido por los caprichos de los otros. Es realmente injusto que la etapa que en gran medida determina la existencia de un ser humano sea la infancia, siendo esta etapa la época de mayor influencia o manipulación. A veces todo se vuelve a favor, pero la inmensa mayoría de las veces, ya sea por exceso o por defecto de las conductas, reacciones o medios que se utilizan para abastecer esa etapa, la infancia se acaba volviendo simplemente en la raíz de muchas de las malas hierbas que tantos encuentran en su vida.
ResponderEliminarSangre azul. Sangre roja. Sangre verde. Sangre púrpura. Tantos colores para ponernos en un status o para encuadrarnos en una etiqueta, pero al final el ser humano es un ser vulnerable cuyo dolor, independientemente de su condición o circunstancia, más allá de sus bases nitrogenadas y el clima de su país, es un ser cuyas heridas sangran con el mismo color que el de cualquier otro ser humano.
Veo en tus palabras a una persona indignada por la coacción relativa pero poderosa que se ejerce sobre una niña y se comunica de forma pública al país. Tu texto es la imagen de un conjunto de rejas que son observadas por seres que las fortalecen o las juzgan sin ahondar en el dolor que puede llegar a sentir la víctima de esa jaula. Revelas el inconformismo que te produce la perspectiva de esa determinación, concebida sin permiso de quien va a sufrirla y abocada a un sinfín de consecuencias que suponen y supondrán matices y límites en su vida. Una vida lanzada al fracaso que hace que quien la viva tenga que interpretarla olvidándose de vivir una vida fruto de sus propias elecciones o descubrimientos en el largo periplo de la existencia.
Si algunos te han censurado es por el formato, por el convencionalismo que hace que los niños toquen siempre la fibra sensible y no pueda tocárseles, ni siquiera con palabras. La fascinación de las letras reside en la vinculación que hay entre ellas y las emociones o reacciones que causan en el resto de seres humanos, en el impacto que éstas pueden producir o no en su lector, así que, mientras causes alguna sensación todo irá bien. Argumentar en contra de tu texto poniendo ejemplos de otros niños para quitar poder a tus palabras es demagogia que sólo sirve como escudo ante el rechazo que puede causar leer alguna de tus líneas. No creo que se trate de ver qué ejemplo vale más. ¿Qué vida o qué niño vale más para hablar de la determinación aberrante que pretende guiarle? Millones de niños sirven como ejemplo de una determinación específica y exasperante, la peculiaridad de ésta es que se trata de una niña con imagen pública.
En El mundo feliz de Aldous Huxley, cada ciudadano nace dentro de una determinada categoría en base a la función social que va a representar. Hay obreros y hay cuadros de más alto nivel. Cada uno vive ese destino con conformidad y no hay crisis. Los que nacen para ser obreros no cuestionan esa realidad, y, si en algún momento sienten algo parecido a la inquietud, la angustia o la zozobra, toman soma que les reintegra en la aceptación de su realidad vital. Leonor ha nacido programada, al menos se la trata como si lo estuviera. Otra cosa es la realidad que, antipática, no suele plegarse a los deseos de los hombres. Leonor es la heredera de la corona española. Se la educa para ser princesa primero, y luego para ser reina. Pesada carga en la que uno puede preguntarse ¿por qué yo? ¿Por qué yo he de asumir semejante destino si yo lo que querría es ser otra cosa o al menos tener la oportunidad de elegir sea lo que sea?
EliminarEsta niña vive en una jaula dorada, pues se ha decidido qué va a ser su futuro al margen de ella misma, y toda la labor de lavado de cerebro consiste en hacerle deseable o inevitable tal destino por el que muchos simplemente la odiarán de antemano y otros la admirarán. Es una carga esa la de suscitar ya tan pequeña simpatías o antipatías, rechazos y odios, así como adhesiones y entusiasmos (menos).
A mí desde luego, Rash, no me hubiera gustado nacer con semejante carga, aunque hay quienes dicen que efectivamente es peor nacer en Thailandia y tener un destino como prostituta infantil. Es cierto, sí, pero no deja de tener sentido esta reflexión.
Gracias por tu presencia y participación.