Soy colaborador de Médicos sin frontera desde 1991, desde la primera guerra del Golfo. Es una organización que me suscita confianza y admiración. Hay otras que también son admirables. Eso no me hace mejor y probablemente entre los que leen este blog hay muchos otros que son socios o participantes en alguna organización humanitaria. Hoy leo con alegría su página en la que muestran que están actuando en Haití. Pienso que mi contribución no es inútil. Pensarán que me repito, que vuelvo al mismo tema, que ya podría dedicarme con más humor a temas más variados. Lo siento. Me repito. No entiendo que se pueda pensar en algo más que no sea lo que está pasando en Haití. Alguien argüirá que también en África hay catástrofes humanitarias y ahora no se les está dando ninguna relevancia. Y tendrá razón. Ahora las cámaras de todo el mundo apuntan a Haití que hasta hace una semana no existía. Alguien temerá que todo sea un producto del sensacionalismo que será olvidado en pocas semanas y preferirá no participar del espectáculo impúdico del dolor humano que es exhibido en fotografías escalofriantes que nos interpelan y nos sumen en interrogantes difíciles de resolver. Hay muchos que han optado por el silencio o por seguir hablando en sus blogs de sus lecturas, sus reflexiones habituales, sus relatos, para no caer ni mancharse con un “buenismo” que resulta sospechoso. Pero yo no puedo apartar mi mirada del dolor que aflige a esta isla desgraciada. Un comentarista de un blog decía ayer sagazmente que “Haití era un país más del mundo. Y punto”. Y punto. ¿Qué quería decir con esto? No sé si era alguien muy sabio o un cretino integral. Me ha quedado la duda. Pero me duele cierto distanciamiento, cierta relativización, cierto temor a sentirse conmovido, abrumado, destrozado o implicado en esta tragedia humana. ¿Hay que opinar? ¿Hay que elevar la voz? ¿Se teme caer en el morbo a partir de tantas fotografías de cadáveres amontonados en las calles? ¿Se considera inútil conmoverse? Sé que no todo el mundo ha reaccionado así y ha habido opiniones que reconocían que era difícil seguir con la vida cotidiana sin sentirse concernido por lo que estaba pasando allí. ¿Qué hubieran dicho nuestros blogs, si hubieran existido, después de Auschwitz, Hiroshima, Ruanda, Sarajevo, Gaza? ¿Hubieran optado por el silencio por no caer en la sensiblería o el humanitarismo inútil?
La blogosfera ha reaccionado muy fríamente ante esta tragedia. Algunos blogs ya empiezan a atacar a Estados Unidos por aprovechar la ocasión para ocupar militarmente la isla y denunciarlo como una maniobra más del imperialismo y colonialismo. Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ha atacado a USA por lo dicho anteriormente. Temo a cierta izquierda bienpensante que busca siempre un culpable imperialista para lavarse las manos y eludir cualquier responsabilidad. ¿Qué cabría hacer ante lo que está pasando? ¿Qué se diría si la comunidad internacional no interviniera? Se diría que como Haití no tiene materias primas, ya se entiende. El caso es no mancharse, mantener cierto discurso escéptico y cínico o no contaminarse de sentimientos que pueden ser aprovechados por el sistema. El sistema (¿acaso el sistema no soy yo también?).
Serenus Zeitbloom reflexiona en su blog, con aguda cuchilla, sobre el placer que suscita el dolor ajeno y la culpabilización de las víctimas a las que se hace responsables de su desgracia. El caso es sentir la sensación de que somos inocentes. Son otros los culpables. Javier en su blog La raza de Caín teme con dolor que esto sea efímero y que Haití sea olvidado tras unas semanas hasta que surja otra nueva tragedia. Lola, Caperucita azul, Nahahya, Eduard Punset, Matilde, Clares, se han referido de diversas formas a la situación.
El dolor nos resulta incómodo, contemplarlo en directo resulta inquietante. La reacción espontánea es generar cierta indiferencia y distancia. Al fin y al cabo son otros y no nosotros los que sufren. Cierto placer inconfesable como dice Susan Sontag en ese libro que tengo de cabecera que se titula Ante el dolor de los demás. Pero pienso que hay que mancharse de sentimientos aunque estos sean complejos; como decía Lorca, hay que meterse en el barro para sacar las azucenas.
No olviden la tragedia de esta isla, colaboren con organizaciones humanitarias, háganse eco, intenten comprender, conozcan la cultura de Haití, sigan los acontecimientos y tampoco dejen aparcadas otras tragedias que sin duda existen, pero ello no es óbice para que esta nos conmueva y estremezca.
Siento orgullo de que mi hija Lucía haya hecho dos murales con fotografías y textos de los periódicos publicados en los últimos días con noticias del terremoto y sus consecuencias. Siente alegría enorme ante el salvamento del niño entre las ruinas que está en brazos del bombero español. Mañana lo expondrá en su cole. Me dijo ayer también que se hará médico sin frontera para ayudar.
A mí me parece fenomenal recordar gritando al mundo que existe el deber moral, humanitario, absolutamente indispensable, de ayudar en estos casos o en otros tantos -incluídas esas guerras invisibles que nunca salen, pero que existen en otros continentes...
ResponderEliminar¿Que EEUU ha entrado "arrasando"? Es su deber primario... El de todos, el de este país en primer lugar, todopoderoso y multipresente. Luego, Dios dirá, pero ahora, hacen falta sus recursos...
De momento, en mis clases, ha servido para que algunos de mis alumnos sepan dónde está el país, conozcan los riesgos naturales de los que no estamos exentos y movilizar alguna conciencia.
Saludos.
Negrevernis, me alegro de que tus clases sirvan para situar esta tragedia, para hacerla comprender, para conocer más la cultura de Haití, para hablar de la desigualdad del mundo, de las guerras olvidadas, de todo eso que pretendemos abstraernos para seguir con nuestro estilo cómodo de vida. Un saludo.
ResponderEliminarHola, Joselu.
ResponderEliminarDespués de escribir mis cosas te he leído, he vuelto a leer mis cosas y me ha quedado un desagradable sentimiento de mezquindad, de ser (yo) uno de esos ajenos al dolor que siguen con sus tribulaciones y majaderías dentro de una confortable casa con todas las comodidades al alcance de la mano.
En todo caso, es mi intento por alejarme del sensacionalismo morboso en el que creo incurren muchos medios buscando siempre superar el umbral de la sorpresa del espectador, ya suficientemente alto e insensible, a base de fotos terribles y relatos atroces. Creo que hoy los grandes desastres son para esos medios y todos los que dependen de ellos la materia prima de cada día. Un producto más que se exprime y se olvida al cabo de unos días.
De cualquier modo, elogio los sentimientos que expones en tus post sobre Haití, y poco más se puede decir. La ayuda que cada uno pueda dar y confiar en su capacidad para levantarse.
Un abrazo.
Marciano Ansotano, siendo cierto ese sensacionalismo al que se aferran los medios de comunicación, no deja de ser real la tragedia de la isla, una de las peores catástrofes de las últimas décadas. No pienso que ceder a las emociones y a la piedad sea oscuro ni impúdico. Es bueno que reflexionemos sobre este tema y otros y compartamos el dolor y nuestros sentimientos. Un cordial saludo.
ResponderEliminarEsta tragedia a mi particularmente me ha servido para leer la historia de Haití, apasionante historia donde los esclavos luchan y ganan su libertad. Me siento unida a ellos con todo mi corazón, unida en su dolor pero también en su esperanza.
ResponderEliminarAyuda, de donde sea, bienvenida sea y cuando todo acabe, espero que entre todos sepamos respetar a Haiti y no olvidarlo.Pero sobre todo respetarlo.
Yo no voy a escribir más sobre el tema en mi blog pero tampoco puedo escribir nada de momento pues todo, al lado de esta catátrofe humana, me parece vacio de sentido.Un abrazo Joselu
Querido Joselu, no hay que temer repetirse, todo lo contrario hay que hacerlo...hay que seguir hablando, informando, recordando, animando a que las personas no "tengan miedo a ver la realidad". Yo no quiero dejar de ver, ni leer, ni oir, las noticias. Aunque me duela el corazón y mis ojos se inunden de lágrimas.
ResponderEliminarEste hecho, nos está rasgando las conciencias, está haciendo que nos saquemos la venda de los ojos, que tengamos el valor para actuar y que nuestra voz la oigan los gobernantes.
Ahora, me he enterado de la historia de Haiti, "gracias a este hecho", conocía lo que sufrió con sus dictadores sanguinarios y malvados, el vudu, las drogas...pero no su anterior historia.Vivimos muy "cómodos" y pendientes de nuestros trabajos, familias...y solo nos enteramos de los demás por las noticias (salvo un grupo de personas que siempre estan pendientes de como está el mundo) Pero la gran mayoría vivimos pendientes de nuestra vida.
Haití, ya no es un país, ni nación, ni "pueblo".Tanta desolación y confusión, no tienen la Fuerza para remontar. Necesitan de los más "grandes" para volver a nacer. Necesitan guías, enseñantes,...para construirlo de nuevo. Quisiera que no ocurriera lo de siempre...la manipulación y utilización de los más indefensos para enriquecerse, espero que la "comunidad internacional" no lo permita. Y que los políticos no se critiquen por lo que hacen o dejan de hacer. Debe de haber mucha HUMILDAD,AMOR, RESPETO Y DIGNIDAD CON EL PUEBLO HAITIANO.
Un placer volver a leerte.
Un abrazo muy sereno y que este llegue hasta Haiti.
Namasté-OM
"me he extendido un poco, sorry!"
Lola, gracias por intentar comprender y atreverte a sentir. Un abrazo.
ResponderEliminarNaia, creo que nuestro deber es ser testigos del mundo y hablar, hablar y explicar todo lo que sea necesario. Da igual repetirse. Lo importante es llegar a comunicarnos. Y desde luego cualquier proyecto sobre Haití debe hacerse con un enorme respeto hacia la isla, sin prepotencia, con generosidad, haciendo que ellos se sientan partícipes e implicados. No vale tampoco que se acostumbren a vivir pasivamente de la ayuda internacional. Haití tiene que modenizarse. Para ello son necesarias élites profesionales pero todos han huido de la isla a otros países, enseñantes, médicos, políticos limpios, pero no sé si esto es pedir lo imposible. Haití debe renacer con la ayuda de todos pero sobre todo la de los propios habitantes que deben ser protagonistas de lo que suceda allí. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarLos heraldos negros
ResponderEliminarHay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o lo heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
César Vallejo
Los heraldos negros
Carlota Bloom, creo que este poema del indio peruano César Vallejo ahonda en el dolor, la tristeza y la desolación como pocos otros escritos. Gracias por traérnoslo. No puede ser más oportuno. Un cordial saludo.
ResponderEliminarPues sí Joselu, sigues teniendo razón.
ResponderEliminarNo hay palabras para explicar todo el dolor que han, están y continuarán sufriendo en Haití. Queda tanto por hacer que lo peor será que nos olvidemos por el paso del tiempo o por otra terrible noticia. Desde las primeras noticias, que no hacían pensar que sería tan horrible, supe que nos tocaría contribuir económicamente (de momento no podemos hacerlo de otra forma). Después de oir una entrevista por la radio a una persona responsable de médicos sin fronteras no dudé en que mi contribución sería con esta ong. Ahora sólo espero que sepan organizar pacíficamente la llegada de todos los materiales y recursos y que estos lleguen a toda la población. Me conmueve especialmente esos miles de niños que deambulan por las calles solos porque son los más débiles y sin duda los más inocentes en este mundo tan mal repartido.
ResponderEliminarMuchos besos
Recuerdos perdidos, un saludo muy afectuoso.
ResponderEliminarConchi, asusta y estremece pensar que centenares de miles de personas sin nada deambulan perdidos por las antiguas calles que ahora son ruinas y devastación. Y esos niños que el corresponsal de El País decía que no sonreían ya. Que no había visto sonreír a ninguno. Ha habido tragedias terribles pero la magnitud de ésta es escalofriante. Muchos besos.
No es el momento ahora de consideraciones acerca de la utilidad de la cooperación o del voluntariado o de la actitud del imperialismo. Ahora todos tenemos un deber, como han dicho por aquí antes, y cada uno debe cumplir el que crea que sea el suyo. Cuanod deje de haber cadáveres en las calles, entonces podremos volver a discutir. Pero ahora no.
ResponderEliminarUn abrazo Joselu
No sé, a mí lo del sensacionalismo y todo esto -personalmente- no me preocupa tanto si sirve para remover como mínimo una conciencia. Sí me preocupa más el olvido del que hablas ¿quién se acuerda hoy, del tsunami del 2004 y de tantas otras desgracias del calibre? :(
ResponderEliminarEntonces, la respuesta me parece que fue menor todavía, o es lo que yo estoy apreciando ahora. Tal vez sólo sea cosa mía (...) Aquellas eran personas, igual que lo son las de la desgracia de Haití. Y podríamos ser tú, o yo, o nuestro vecino. Sólo que nosotros hemos nacido aquí. Esa es la única diferencia real.
Me alegro de que se insista. A mí no me cansa.
Y hablando de MSF, te dejo un libro.
Saludos, Joselu.
Los medios de comunicación resaltan la solidaridad del mundo con Haití(-una solidaridad sin precedentes, dicen-) y es bueno que así sea. Si el dinero donado se administra bien puede ayudar mucho a los haitianos a reconstruir lo que queda de sus vidas.Pero no puedo dejar de sentir cierta amargura ante el tratamiento que de la tragedia hacen los medios de comunicación porque su actuación me suena a repetida: primero movilizan al mundo mostrándonos las imágenes del horror; pero luego se ensañan con los pobres haitianos hablando de pillaje y saqueos y mostrando repetidamente las imágenes de una turba feroz luchando por un trozo de pan. Luego...que si los miles de millones que han donado Shakira o Madonna o Brad Pitt. Las tragedias los hacen héroes sin que se resienta su desayuno. En seguida vendrá el olvido...
ResponderEliminarYo también confío en la labor de las ONG'S. Ellos sí son la voz y la esperanza de los desprotegidos.
Un saludo.
También soy socio de MSF junto con Amnistía Internacional. Muchas veces pienso que es un modo ruin de acallar la conciencia pequeñoburguesa en estas edades tan proclives a ello. No creo que resistiera una catástrofe así, ni como víctima ni como grupo de apoyo. Huyo de esas imágenes y reconozco que me incomoda el aluvión mediático, sobre todo porque sé que la desgracia ya venía de lejos y que llevamos demasiado tiempo acostumbrados a mirar hacia otro lado. No sé cuál es el lugar que debo ocupar y eso me hace sentir mal. Y no hay respuestas.
ResponderEliminarEl dolor me anuda la garganta, venga de donde venga. Yo tengo un grito ahogado, por eso admiro la fuerza de quienes levantáis la voz para hablar al mundo.
ResponderEliminarEn ese eco, está mi apoyo.
Joselu, cuando no nos toca de cerca una tragedia como ésta nos conformamos con colaborar con cierta cantidad de dinero y con escribir comentarios muy sentidos. ¿Podemos hacer más? Admiro profundamente a los que trabajan sobre el terreno arriesgando su vida, yo no sería capaz de sacrificarme así. Me siento impotente, incluso culpable. Nadie es responsable de un terremoto, pero sí de otros males que nos acechan. La miseria de tantos millones de personas sí es cosa nuestra. He iniciado con mis alumnos un trabajo sobre esto, veremos cómo sale.
ResponderEliminarA ver si puedo escribir mañana en el blog, he tenido un fin de semana muy atareado y complicado con otro catarro, no sé por qué me quieren tanto.
Un fuerte abrazo, colega.
Querido amigo Joselu. he puesto un enlace en mi blog con tu entrada.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, tienes razón en todo.
Sabes,
ResponderEliminaral leerte casi me haces sentir culpable, porque yo soy de las que he subido una entrada lúdica y de lo más intrascendente.
Pero eso no quiere decir en absoluto que no esté totalmente de acuerdo contigo.
Es cierto, que a veces a los que sienten las cosas muy hondo se les llama o mejor, se nos llama sensibleros, como si sentir fuera un pecado y decir que te apena algo y te conmueve, una ridiculez, propia sólo de los débiles. A mi es que me trae al fresco, yo sólo espero no dejar de conmoverme en mi vida , cuando veo sufrir a alguien.
A veces, me es imposible comprender como ciertas personas van por la vida, como armarios impasibles.
Unos, por que su elevada cultura y sapiencia les hace mirar las cosas con tal relatividad y frialdad, que parece que les resbala todo. El empirismo y la racionalidad, los enfría tanto que ya casi no sienten, ni creen en nada, ni en nadie. Y otros porque, a parte de su ombligo, son incapaces de ver o preocuparse por nada más en este mundo.
Así es que repítete cuanto quieras.
Una tragedia, siempre es una tragedia y el día que dejemos de verla así, de conmovernos y de necesitar hacer algo por ayudar, estaremos muertos por dentro.
Pero, algunos como en mi caso, sintiendo lo mismo que tú, preferimos hacer el payasete un poco y hablar de cosas banales... A pesar de todo, ellos y nosotros tenemos que continuar con nuestras vidas y tampoco es bueno llorar a todas horas, estar triste, yo creo que no ayuda a nadie.
En fin, que me vuelvo a disculpar, por parecer que no nos importa el sufrimiento de los demás, en este caso el de HAITI e incluso en mucha menor escala pero no por ello menos doloroso, el de muchos blogueros y no blogueros que sufren cada día y aquí y fuera de aquí y que también sentimos.
Es que hay demasiado dolor, por todas partes...
Quizá por eso, en lugar de hundirse y contagiarse, también hay que hacer un esfuerzo porque el oxígeno airee un poco tanta pena, yo creo que siempre, se ayuda más, con una sonrisa en la cara, que llorando como magdalenas. Bueno, a mi me salen las dos cosas, a veces, a la vez...
¡¡Que se le va a hacer!! ;-)
Muchos besos y síguete repitiendo, seguiremos escuchándote.
PD. Un besito, para Lucía.
María, quiero disculparme contigo y con todos. Estos días me he sentido absorbido por los sucesos de Haití. Los he seguido emotiva y pasionalmente. Pero me temo que el post que he escrito, que luego he leído con más detenimiento, era demasiado categórico, un poco obsesivo y reclamaba una actitud que no tengo derecho ni ninguna razón de pedir a nadie. Tienes razón, de nada ayuda la tristeza y seguramente ayuda más una sonrisa o hacer el payasete. Lo siento, María. Creo que me he obsesionado.
ResponderEliminarBesos.
Carmensabes, gracias por el enlace y tus palabras. No sé muy bien si tengo razón. La realidad es tan compleja...
ResponderEliminarYolanda, es difícil saber qué hacer ante una situación como esta que me ha conmovido los cimientos. En el fondo creo que me siento en cierta manera culpable por mi inconsciencia durante los sucesos de Ruanda en 1994. Viví pasivamente aquello. De hecho estaba preparando mi boda, luego nos fuimos de luna de miel, y mientras tanto se producía uno de los mayores genocidios de la historia reciente o universal ante la indiferencia o complicidad del mundo que lo observaba impávido sin saber qué hacer. ¿Qué puede hacer el ser humano ante algo tan grave? ¿Qué hubiéramos hecho si hubiéramos sido alemanes en la Alemania nazi y hubiéramos tenido sospecha de lo que estaba pasando? Mucho me temo que la inmensa mayoría no somos héroes ni pondríamos nuestra vida en peligro. Es el caso de los bomberos españoles en Haití. Hoy algunos los tildaban de cobardes por haber dejado a una víctima abandonada por el miedo que sintieron ante las bandas incontroladas que se han extendido por Puerto Príncipe. Temieron por su vida y los cascos azules les dijeron que o era la vida de la víctima o la de ellos. Terrible dilema que yo no sabría cómo resolver. Igual que no sé qué cabría hacer en unas circunstancias como las que estamos viendo ahora en Haití. ¿Qué hacer? Buena pregunta para la cual no tengo respuesta. Un abrazo, colega.
Lu, recibo emocionado tu mensaje. Y sé que tu eco es hondo y lleno de dolor.
ResponderEliminarAntonio, yo tampoco sé cuál es mi lugar, y tengo la misma duda. ¿Qué hacer ante el dolor del mundo, la injusticia, la desigualdad, la tragedia? ¿Seguir viviendo y relativizar? ¿Obsesionarte y entristecerte? ¿Irte, siendo cobarde como yo, a hacer el ridículo sin ninguna preparación a redimir el sufrimiento en países lejanos? El ser humano se desgarra en dudas, pero también es bueno que estas se produzcan y que puedan ser expresadas como lo has hecho tú llegando al fondo de las cosas. Tampoco tengo respuestas.
Hortensia Lago, vivo también desolado la evolución de los hechos en Haití y sufro ese tratamiento de las noticias que comentas. Hay centenares de corresponsales de todo el mundo en la isla y nos informan hora a hora de lo que sucede allí. Y ahora la desesperación se ha adueñado de las calles destruidas de Puerto Príncipe. La cuestión se complica pues las cárceles se hundieron por el terremoto y huyeron miles de convictos y criminales que ahora están sueltos. La situación es apocalíptica. Admiro la resolución y generosidad de los que ahora están allí intentando ayudar. ¿Qué hacer? Seguro que se lo plantearán también los cooperantes que están desbordados. Terrible. Un saludo.
ResponderEliminarV., temo que la opinión pública que es volátil y no quiere verse desgarrada por las contradicciones ante las últimas noticias, termine olvidando lo que pasa en Haití. Al fin y al cabo todos deseamos que nuestra vida se siga desarrollando placenteramente y sin convulsiones. No es fácil mantener la atención ni la tensión de un mundo sobrecargado de información Haití era una causa razonable cuando se nos aparecía como una desgracia terrible y en la que podíamos ser salvadores, pero ahora las últimas noticias la hacen todavía más sombría y terrorífica. ¡Que alguna vez los dioses se apiaden de esta isla!
Caperucita azul, el problema es que ahora no sabemos cuál es nuestro deber ni qué sentimientos deben dominarnos ante la complejidad de lo que está sucediendo. Que la labor de los cooperantes sea útil y que no corra peligro. La situación es espantosamente difícil. Un cordial saludo.
ResponderEliminarEstoy anonadada, esta mañana, muy temprano te dejé un comentario bastante amplio y no le veo por parte alguna, considerando que sí aparecen otros posteriores -por la fecha y hora de publicación- como es uno tuyo de hoy a las 13:13
ResponderEliminarComo llevo un tiempo que me copio mis propios comentarios cuando, vanidad la mía, considero que tiene algún interés y quiero tener "memoria" de las "flores" que suelto por ahí... tengo lo que te puse en mi propia página, publicado a las 14h. porque consideré que el tema no estaba para aplazamientos, como hago normalmente.
Entré, en principio para comunicarte la publicación de otro texto tuyo a primera hora -las 7-.
Si tienes alguna curiosidad ya sabes donde estoy y si te vale con esto, gracias también. Besos: PAQUITA
Bueno, Joselu, como te has referido a mi blog y a un comentarista, que siempre es cáustico y algo misterioso, y que suele suscitarme las mismas dudas que a ti, voy a decirte lo que siento acerca de esto. Se hace lo que se puede, desde una tierra lejana y una cuenta corriente donde poner algo de dinero para ayudar en la medida que se pueda. Por si quieres saberlo, mi donativo ha ido a MSF, porque una ong tenía que ser y ésta me convence bastante.
ResponderEliminarEnlacé tu post, porque cuando alguien dice aquello que intuías pero no sabías decir, hay que tomar prestadas las palabras. Nadie podría haberlo dicho mejor. Lo único que podría decir es que la gente colaborara con algo, y eso está suficientemente dicho; quien puede ayudar, tiene información de sobra para hacerlo, y si no quiere, ni que le des trilita ni que le des dinamita. Por otra parte, ¿qué sé yo de Haití, excepto lo que dicen los que más saben y lo que me va llegando por los medios de comunicación? Y más aún, sigo levantándome a la misma hora, tengo que dar clase, celebrar reuniones, comer y dormir, seguir mi proyecto de investigación. No puedo parar el mundo, ya te digo. Y encima, no debería obsesionarme, porque eso me dejaría sin fuerzas para atender lo que debo inexcusablemente que atender. Sólo me queda ese blog que tengo algo abandonado, y en el cual no sé volcar la pena que me da ese pueblo machacado. Como dicen otros, no es el único pueblo machacado, pero estos han sufrido un golpe muy duro, terrible, casi bíblico; más bajo no pueden caer. Ahora sólo les queda desaparecer o subir, y me da igual que sea quien sea el que vaya a ayudarles a levantarse. Si EEUU, Francia, la UE, pueden hacer algo, que lo hagan. Luego ya veremos. Lo último que se me ocurriría sería ponerme ahora a prever los intereses de unos y otros y a criticarlos.
Yo entraba para comunicarte que hoy he publicado este texto tuyo (...)
ResponderEliminar... en cuanto al tema Haití y Médicos sin Fronteras, publiqué su llamada de auxilio en cuanto la recibí, hace días. Y sin querer "presumir" de "buenismo" digo que, dejando de lado todas las objeciones que se puedan hacer respecto de la aplicación efectiva de los ingresos obtenidos de las ONGS y otras cuestiones esgrimidas por los No Donantes...
Si Se Quiere Realmente Ayudar ¿cómo hacerlo?
Lo más rápido y efectivo que se me ocurre es la ayuda monetaria puesto que No Estoy Dispuesta a Marchar a Los Lugares Necesitados -Acto este mucho más valiosos y que exige más entrega que el mío-.
En mi página hice constar las cuentas bancarias que tiene abiertas a este efecto Médicos sin Fronteras, de la que no soy aportadora habitual pero sí de: Médicos del Mundo, Fundación Vicente Ferrer-proyecto mujer y Ayuda a la Infancia de Madagascar -publicidad gratuita-.
Si alguien puede añadir algo constructivo al respecto me gustaría saberlo.
Besos y buen día: PAQUITA
Has oido hablar del "Proyecto HAARP? Busca en Google y luego lo comentamos. Lola
ResponderEliminarLola, sí he leído varios comentarios en El País y en algunos blogs, así como he buscado en la Wikipedia. Me parece delirante esta hipótesis de que el terremoto es una especie de bomba nuclear americana para producir un terremoto justo a diez kilómetros de profundidad. Esta paranoide idea sugiere que es el sistema por el que USA piensa atacar a Venezuela e Irán, mediante el control de terremotos y huracanes. Y que todo ahora ha sido una maniobra para invadir Haití y anexionárselo. Me parece tan descabellado que no merece la pena tomarlo en consideración, pero sugiere la sospecha sobre cosas que son evidentes. Algunos sugirieron que el 11S fue preparado por los mismos americanos y que aquel día no había judíos en las torres Gemelas. Otros discuten o ponen en cuestión que se llegara a la Luna en 1969 diciendo que todo era un decorado montado para venderle al mundo que habían ganado la carrera espacial. Este bulo del proyecto HAARP seguro que ha sido difundido por chavistas y anticolonialistas izquierdistas. Pero es tan absurdo que su mayor mérito es su propia absurdidad que lo hace creíble. Los americanos provocan un terremoto para destruir Haití. ¿Pero qué mal les ha hecho Haití? ¿Para qué van a querer intervenir en una invasión que sólo conlleva riesgos y gastos ingentes de dólares? En fin, Lola, me he quedado estupefacto cuando me ha llegado esta noticia. Un cordial saludo.
ResponderEliminarJoselu no tengas la más mínima duda, hay que hacer eco de lo de Haití y con todas las inhumanidades y atropellos contra la raza humana, vejaciones ocasionadas a personas o poblaciones y contra toda violación de los derechos humanos, SIEMPRE. Y si a alguien le pareces cansino y aburrido en tu discurso por hacerlo mil veces pues que ése alguien se mire hacia dentro a ver lo que encuentra. Suscribo contigo todo tu escrito, y te animo a ti y a todos que sigamos por el mismo camino, la denuncia, la solidaridad, el pensamiento, la ayuda monetaria o testimonial, cualquier herramienta con sentido común es útil porque suma. El problema en el que se encontraba Haití antes del seísmo era terrible como el de otros muchos países, tú lo sabes por los informes que emite MSF cada año (y te confirmo yo que trabajo desde dentro que MSF no será perfecta pero es una ONG muy seria, respetada y con peso específico en el mundo humanitario y muchas veces punta de lanza en muchos lugares donde otras no pueden llegar por falta de capacidad, decisión, medios o experiencia) y no, no son un País más y punto, o sí y por lo tanto merece las mismas oportunidades que España, USA o Suecia, porque en realidad no hablamos ya de Países sino de personas, y todas todas todas tenemos el mismo derecho a tener una vida digna y la mayor igualdad en tema de posibilidades, independientemente de si nacemos 1000 km más al norte o al sur del planeta.
ResponderEliminarY esto, en mi humilde opinión, no lo va a arreglar ninguna gran política internacional ni Naciones Unidas ni ninguna superpotencia, esto sólo tiene un arreglo posible y parte desde nosotros, todos y cada uno de nosotros, y hasta que no nos creamos esto, vamos a estar sufriendo, ayudando y solidarizándonos sí, pero sufriendo.
Me resulta chocante también las declaraciones de Sarkozy a cerca de la intervención militar de USA en Haití, después que el Neocolonialismo del gobierno francés y sus multinacionales estuviera asfixiando a los haitianos, viene ahora a dar lecciones de qué exactamente? o es que tiene miedo de que se coman lo poco comestible que quedaba en Haití?
Lo siento por mi postura, en ocasiones radical, pero yo me creo con el corazón en la mano y a pies juntillas lo que hace ya años cantaba John Lennon, soy un soñador pero no soy el único, y sueño que un día el sueño no será tal sino una parte de nuestra historia, y para ello confío en gente como tú Joselu y en gente como tu hija. Un abrazo.
Pepe Moya, no sabes cómo agradezco tus palabras y tu cadena de razonamientos en unos momentos en que pensaba que mi vehemencia se había desbordado en el post. En realidad yo no tenía derecho a pedir una implicación de todo el mundo que me leyera, pero he pensado en esos momentos de la historia en que la cuestión se debate entre la civilización o la barbarie, entre la libertad o la ignonimia, entre la convivencia en paz y el genocidio. Creo que Haití necesita en estos momentos todas nuestras fuerzas, apoyo económico y reflexiones que lleven a la gente a implicarse más en el destino del mundo. Tus palabras me han animado a continuar. Me siento orgulloso de colaborar con esa organización tan seria y comprometida que es MSF, y también de haber entrado en contacto contigo. Recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCaminante (Paquita), gracias por tu presencia y tu aportación (un poco accidentada pero al final lo hemos podido arreglar). El debate se está enriqueciendo y se están añadiendo nuevos puntos de vista. Lo más maravilloso que permite un blog es ese intercambio con personas lejanas que en un momento te resultan próximas y entrañables. He conocido tu blog, y ya somos compañeros de blogosfera. Un cordial saludo.
ResponderEliminarClares, lo cierto es que el citado comentario en tu blog me sublevó. Lo veo carente de cualquier tipo de sensibilidad e incluso de ética. Es cierto lo que dices ¿qué se puede hacer más? Este es el tema del próximo post al que estoy dando vueltas. Nunca es suficiente lo que se hace. Sobre todo explicar, hablar, razonar, compartir, reflexionar. Nunca es suficiente, ahondar, debatir, sentir que el mundo es terriblemente desigual y que nosotros estamos implicados aunque no queramos. Y que nuestra acción o inacción son igualmente actos aunque nos desentendamos de los frutos y no pensemos en ellos.
ResponderEliminarUn cordial saludo y gracias por reflexionar en esta casa.
Bueno, yo también soy socio de C. Roja de Intermon Oxfan de Comparte y de alguna más. Lo importante, lo realmente importante ahora es mandar ayuda, mandarla y exigir que esa ayuda llegue rápido a sus destinatarios.
ResponderEliminarEs fácil caer en el sensacionalismo cuando se ven las imágenes que nos ponen en Tv. Van al morbo a lo impactante, pero aun no he visto a ninguna cadena que explique cómo se hacen las cosas, que diga que la primera fase la de búsqueda de superviviente y retirada de cadáveres puede durar hasta 10 o 15 días porque después empieza la fase 2, el desescombro y eso no se hace a mano, lo hace un buldozer y si queda rastro de vida... Hoy decían ¿por qué no reparten la ayuda? yo digo ¿cómo? ¿desde donde? Aunque parezca paradójico hacen falta soldados para poder organizar almacenes vigilados y protegidos (el hambre y la desesperación tienen mucha fuerza) desde donde empezar a repartir la ayuda.
Por aquí el viernes las dos Diputaciones han acordado un fondo de Emergencias de 10.000€ cada una y a través del Fondo Extremeño Local de Cooperación al Desarrollo invitar a todos los Ayuntamientos de la Región a que manden aportaciones para actuar una vez empiece la fase de reconstrucción. Yo por mi parte he redactado una carta con el visto bueno de mi Jefa y se la mandé al Presidente de mi Diputación para que si estima conveniente se le envíe por C.E. a todos los funcionarios de la casa solicitando su ayuda. Cada cual puede hacer algo por poco que sea.
Cuando hay una catástrofe de esa magnitud, las conciencias del mundo se tambalean. Y, lo que es peor, suelen sacar todo lo bueno y todo lo malo que hay en ellas. Hay quienes, como tú, se posicionan en plan ayuda sin esperar nada a cambio, y, luego, hay otras personas que se posicionan para poder sacar tajada (política o económica) con los miles y miles de muertos y la tragedia que asola al país.
ResponderEliminarSi Haití era uno de los países más pobres del mundo, mucha culpa la tenían los países del primer mundo que ahora pretenden ayudar.
Pero pese a todos los pesares, toda ayuda es poca. Hay que movilizarse y estar al lado de los haitianos.
Un abrazo.
Malo, malísimo, ¿ves que no eres tan malo? El otro día vi en el bar andaluz de mi barrio, el Albayzín, que habían colgado un cartel que decía que el bote de propinas durante el mes de enero sería entregado a Médicos sin frontera como ayuda a las víctimas del terremoto. Da igual que sea poco o mucho, lo importante es el gesto, el pararse un poco a pensar en ello. Y esto es lo que debería, como dices en tu comentario, extenderse como acto de solidaridad humana. Un cordial saludo.
ResponderEliminarMiguel, dices bien cuando afirmas que las conciencias se tambalean ante una catástrofe como esta. Sé que el pueblo haitiano sabrá sobrevivir y espero que sea como un comienzo desde cero en el que todos -ellos y todos los demás- han de aprender algo. Que cada palo aguante su vela. Un cordial saludo.
Al hilo de Haití y porque hay gente sin escrúpulos que intenta aprovecharse de este tipo de desgracias.
ResponderEliminar"Cuidado con los fraudes online en las donaciones a Haití"
http://baquia.com/actualidad/noticias/15725/cuidado-con-los-fraudes-online-en-las-donaciones-a-haiti
Buenísimo el post sobre Haití, es verdad, el dolor nos resulta incómodo, parece que solo nos gusta el buen rollito, ji ji jaja, pero nos tenemos que poner las pilas, porque hay millones y millones de personas que sin necesidad de ningún terremoto, ya están malviviendo al límite.
ResponderEliminarUn saludo. :-)