Durante estas fechas de Navidad, iré publicando algunas fotografías analógicas de mi archivo fotográfico. Las escanearé y las colgaré cada día en el blog a las diez de la noche. Ésta data de 1999 y supone el encuentro entre mi mi hija mayor Clara y Lucía nacida días antes. Su cruce de miradas siempre me ha fascinado. Supieron que a partir de entonces la una estaría ligada a la otra para bien y para mal. El mundo había cambiado inevitablemente y ya no estarían nunca solas para jugar o para discutir como las oigo ahora. Parece decir Clara: Bienvenida, y Lucía le contesta: me alegro de que estés aquí. Espero que me cuides. La tiene en sus brazos con ternura. Un dedo de la madre se ve en primer plano, ayudándola a sostenerla. Esta foto está tomada en el hospital donde nació Lucía con una antigua cámara Canon AT1 manual.
Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
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domingo, 21 de diciembre de 2008
El encuentro
Durante estas fechas de Navidad, iré publicando algunas fotografías analógicas de mi archivo fotográfico. Las escanearé y las colgaré cada día en el blog a las diez de la noche. Ésta data de 1999 y supone el encuentro entre mi mi hija mayor Clara y Lucía nacida días antes. Su cruce de miradas siempre me ha fascinado. Supieron que a partir de entonces la una estaría ligada a la otra para bien y para mal. El mundo había cambiado inevitablemente y ya no estarían nunca solas para jugar o para discutir como las oigo ahora. Parece decir Clara: Bienvenida, y Lucía le contesta: me alegro de que estés aquí. Espero que me cuides. La tiene en sus brazos con ternura. Un dedo de la madre se ve en primer plano, ayudándola a sostenerla. Esta foto está tomada en el hospital donde nació Lucía con una antigua cámara Canon AT1 manual.
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Comentarios
Dos bellas estrellas que iluminan, con su luz clara, tu corazón y el de su madre. Felicidades.
ResponderEliminarEs una maravilla, Joselu. Una maravilla.
ResponderEliminarA.
Pues quereros mucho su madre y tú, que las niñas se lo merecen.
ResponderEliminar!Feliz Navidad, familia!
Qué tierna fotografía. Pero más aun la historia, la vida compartida, que hay en el fondo y que estas preciosas niñas ilustran.
ResponderEliminarYo siempre he pensado lo bueno que es estar rodeados de niños pequeños. Creo que son los únicos que consiguen sacar lo mejor que tenemos, nos devuelven la ilusión, la esperanza de un mundo mejor.
ResponderEliminarQué monería de nenas, las dos. Y lo que tú dices, esa mirada. La pequeñica parece que lo comprende todo, que está contentísima de ver a su hermana. Debes estar bien orgulloso de ellas. Un abrazo y gracias por compartirlo.
ResponderEliminarAhora es cuando yo echo de menos a la hermana que nunca he tenido... y cuando agradezco al hermano que estuviera ahí, ya antes que yo. Esperándome.
ResponderEliminarTienes unas niñas preciosas hombre afortunado.
V.
gracias por compartirlo con nosotros, es algo muy hermoso de tu parte
ResponderEliminarQué cosa tan bonita. Recuerdo el encuentro así de mis dos hombrecitos.
ResponderEliminarEs una foto preciosa, casi mágica :)
ResponderEliminarHermosa foto, tengo una similar de mis hijas, ¡qué puedas disfrutar de muchos más momentos como esos!
ResponderEliminarFelicidades para tí y tu familia
Este tipo de entradas me deja casi sin palabras. En estos dias tendemos a volver los ojos a la familia, estructura cada vez más heterogénea; dentro de ella, el elemento más puro son los niños, y al otro extremo los suegros y los cuñaos. Un recuerdo también para ellos.
ResponderEliminarPreciosa foto. La mirada parece hablar. Qué criaturas... enhorabuena, padre feliz.
ResponderEliminarAmigos todos, esto sucedió hace mucho, más de nueve años. Ellas son muy diferentes ahora como podéis imaginar, pero he querido recuperar ese momento del encuentro con una foto que siempre me ha fascinado. Creo que las dos tienen importancia en la foto. Clara que expresa en su mirada y en su gesto una ternura extraordinaria, y Lucía expectante, con su boquita abierta y su mirada potente despertando al mundo. Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarPreciosa fotografía, sobran las palabras ante tanta complicidad y ternura entre hermanas.
ResponderEliminarp.d.: Joselu, ¿ya no sigues con tu blog de poesías? es que no lo veo en tu perfil.
Saludos.
No, Zinquirilla, me llevaba mucho trabajo y lo dejé de actualizar. Está totalmente abandonado. Es una pena pero lo que no es posible, no lo es. Sigue estando en PALABRA POÉTICA. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Joselu, por compartirla... ¡Ya estoy esperando la siguiente!...
ResponderEliminarQué regalazo Lucía para Clara, y Clara para Lucía... Y Joselu y el dedo finísimo y delicado de la foto para las dos. Cuidaos mucho...
Preciosa, y no es nada fácil captar estos instantes.
ResponderEliminarEntiendo muy bien tus sentimientos pues compartimos la misma prole; incluso coincidimos en el nombre de la pequeña.
ResponderEliminarUn abrazo.
(gran sonrisa)
ResponderEliminarQué foto más bella.
ResponderEliminarTus hijas son hermosas. Me ha llenado de mucha ternura esta foto. La veo y pienso en mi sobrina, en mi hermano menor cuando era pequeño...
Compartirla con nosotros ha sido un gesto generoso de tu parte.
Una fotografia que juega con mariposas escapadas de universos, para reencontrarse en un instante que eterniza la vida!
ResponderEliminarEstoy seguro de que es la única verdad absoluta que tenemos, el amor a los hijos.
ResponderEliminarPero qué preciosidades, Joselu. Eres muyyyyy afortunado. Enhorabuena por esas dos bellezas.
ResponderEliminarEs una fotografía preciosa, Joselu. Y las niñas son una delicia, la peque mirando cariñosa al bebé, el bebé mirando curiosísimo a la hermana...
ResponderEliminar¿No te da pena, a veces, que crezcan? A mí me da pena que las mías hayan crecido. Ya, sé que es puro egoísmo, pero... los problemas eran tan pequeños cuando eran pequeñas.
Un beso.