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domingo, 18 de diciembre de 2022

Va de pasiones, vicios y tabúes...


La final ha sido de infarto. No he visto el partido pero he seguido el resultado desde la prensa digital. Había escrito una primera versión del post en el minuto 80 cuando Argentina ganaba por 2.0 y colgué la entrada pero luego la cosa se complicó y ya saben ustedes lo que ha pasado. Ha ganado Argentina su tercer mundial con el último gol de Montiel. Una vez tuve una amante argentina, hace muchos años, nos encontramos en la otra punta del mundo y pasamos juntos una semana prodigiosa y no hablamos de fútbol pero sí que nos bebimos una noche una botella de Marqués de Cáceres que compramos en una Liquor Store en la ciudad de Winnipeg. Aquellla noche nos reímos mucho. Éramos jóvenes y ambos éramos de signo cáncer lo que terminó por ser un problema. El fútbol no ha sido una de las pasiones de mi vida, lo reconozco. Mi padre no era futbolero y no fomentó la afición hacia el C.D.Zaragoza que era lo más próximo. Y luego en mi vida diaria la política ocupó un lugar fundamental en mis tiempos de marxista leninista pensamiento Mao Tse Tung. No recuerdo que mis camaradas tuvieran en mucho al fútbol. Nunca hablábamos de ello. Sí que leíamos El estado y la revolución de Lenin pero nada de nada de fútbol. Cuando me vine a Barcelona, vi que el fútbol y la pasión por el Barça era algo más de lo que estaba acostumbrado a ver en Zaragoza, pero nunca tuve un equipo que me tirara del corazón. De hecho, conviví con dos apasionados culés en una masía cerca de Berga y celebrábamos los partidos con una merendola de embutidos, quesos y buen vino. Y yo iba con el Barça y expresaba mi emoción cuando metía un gol o nos lo metían a nosotros. Era muy divertido, pero más adelante intimé con un amigo que era madridista y del mismo modo nos hacíamos un pica pica y yo iba con el Madrid con igual entusiasmo que cuando me había juntado con culés. De este modo, no se puede decir que yo sea ejemplo de fiel seguidor de ningún equipo, pues sin el ambiente propicio, soy totalmente ajeno a la emoción de este deporte. Sí que me gustó que ganara España el Mundial de 2010 pero no vi el partido de la final aunque luego pasaron escenas una y otra vez de este y sentía hasta algo parecido a la emoción. Iba con España -España es una palabra que en buena parte está proscrita en cierta visión del mundo que no me atrevo a calificar-. Hablamos de estado o de país, pero no de España. Es una reflexión que hace Sergio del Molino en su último libro Contra la España vacía en que precisa mejor su posición política ante el debate que suscitó su libro primero La España vacía que fue un puntazo por la serie de debates a que dio lugar. Sergio del Molino esperaba fomentar el patriotismo constitucional con su apelación a la solidaridad interregional pero las derivaciones que tuvo su concepto fueron totalmente desviadas de su origen solidario. España o, si quieren, este país o este estado español tiene algo que lo une profundamente y es la pasión por la comida. No sé si hay países que hagan un culto semejante de la buena comida como el nuestro. Sabemos que no hay dios, sabemos que la monarquía no pasa por un buen momento, sabemos que los ideales políticos son transitorios -a pesar de lo que sucede estos días-, sabemos que la metafísica es banal, sabemos que el dinero da la felicidad -según un familiar mío- pero la felicidad que da es para ocuparla fundamentalmente comiendo como vamos a comer estos días en que nos vamos a poner morados de ágapes navideños tales como si estuviéramos compensando los años del hambre. Esta es la explicación que se me ocurre. En España se pasó mucha hambre en la guerra y en la posguerra y no queremos volver a ello. Antes hartarse por si vuelve el hambre de nuevo. Y comemos sin tino y sin freno. La palabra frugalidad no es muy española ni de este país ni de este estado español. Frugales eran los santos que nos enseñaba la santa Iglesia Católica cuando el estado nacional-católico de los años cuarenta o cincuenta y ya en los sesenta se jodió el invento porque apostamos de nuevo por el placer de vivir y entre los placeres máximos, mucho más que el sexo, está el comer. El sexo se acaba pero no un menú de carne a la brasa con buenos acompañamientos, patatas asadas y verduras a la parrilla. Y no permitimos que nadie nos sugiera que deberíamos comer menos o mejor. La gula es nuestro pecado capital junto con la envidia. Imaginamos el paraíso como una sucesión de platos sin final que nunca nos sacian y así eternamente... 

 

He dado vueltas porque he ido del fútbol al yantar, pero en un zigzag de ideas todo es posible, todo se mezcla, son pasiones nacionales o estatales o de país. Nos movemos por pulsiones “como el golpe temido de un corazón no resuelto” que escribió Gabriel Celaya en su poema España en marcha

 

La final épica se ha decidido en los penaltis. La de asados que van a hacerse en Argentina a cuenta de este resultado... Les felicito de todo corazón, me gustaría vivir la euforia que va a desatarse en Buenos Aires y Ciudad de la Plata así como en todas las ciudades argentinas. Tal vez escriba a mi antigua amante para felicitarle la efeméride que habrá visto... 

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