Acabo de tener un pequeño rifirrafe con mis dos hijas durante la cena, nada grave pero que da una idea de por dónde van las cosas. Ambas son feministas convencidas con lecturas muy dirigidas sobre el tema y un modo de razonar que a un hombre solo en casa con suegra, mujer, y dos hijas feministas le deja poco espacio salvo el de mi intimidad y mi blog. Y mis lecturas. Mis hijas son como la mayoría de los jóvenes de hoy día, no son diferentes, es por eso que reflexiono sobre ello. El motivo del problema ha sido un comentario mío sobre la gala de los Goya que, según he leído, ha sido de las mejores por su menor duración y buen punto de los animadores. No la vi. Sí que he visto la película Las niñas que ha recibido los más importantes goyas. Una de mis hijas conecta inesperadamente que el éxito de la gala de los goya se puede haber debido a una conversación que cazaron de fondo entre unos trabajadores en el parking. Yo no tenía ni idea pero parece que ha sido viral y algunos de los lectores probablemente la conoce. Era una conversación entre dos currantes hablando de mujeres y su aspecto físico, que si una está buena, que si otras parecen esqueletos o berberechos… A mí me ha parecido hilarante y realmente representativa de comentarios machistas, pero era una conversación privada entre dos personas que fueron grabadas sin su consentimiento y que se ha difundido para ridiculizarlos y aplastarlos en la víspera de una fecha que parece que es más importante que las religiosas.
Era una conversación privada. Pero me temo que vivimos en tal estado de sitio que se entiende que se puede difundir todo que se grabe sin conocimiento de los que intervienen, sea una charla ocasional o una publicación privada de whatsapp que se difunde igualmente en los medios de comunicación. Esto es lo que me preocupa, que ya la intimidad sea tenida en tan poco que se juzga que todo lo que sale por la boca de uno tiene consecuencias irreversibles si hay una grabadora o un vídeo que lo registre. Por un lado, se quiere proteger la intimidad de los menores, pero los padres se hinchan de publicar fotos de sus bebés en todas las fases de su crecimiento. Se admite que conversaciones o mensajes privados sean multidifundidos lo que consigue que personas sean objeto de odio, de ira o de asco por centenares de miles de receptores que los juzgan sin lugar a ninguna remisión.
¿Qué será lo próximo? ¿Unos sensores por medio de microchips que detecten los pensamientos inapropiados que serán igualmente publicados por las redes sociales?
A mi hija le he argumentado que eran comentarios ciertamente machistas pero que estoy seguro de que muchas mujeres cuando hablan de los hombres lo hacen con mayor desparpajo aún y con mayores dosis corrosivas sobre la masculinidad. Se ha levantado ofendida y me ha dicho que qué comentario más desafortunado. Es posible que vosotras no lo hagáis pero las mujeres, o algunas mujeres, no son santas, y hablan desahogadamente sobre la masculinidad con mayor capacidad agresiva que la charla insustancial de estos dos hombres que hoy son objeto viral de decenas de miles de reproducciones ridiculizándolos.
Temo esta sociedad en que no se puede decir nada sospechoso en ningún sentido como hombres, como no nacionalistas, como sospechosos de homofobia - ¿No se pueden elegir libremente las fobias? -, como sospechosos de algo. Hoy en un blog he dejado un comentario con alguna soltura y después de verlo publicado me ha venido a la mente que podría ser lapidado y machacado porque uno cada vez tiene que tener más cuidado de que no le oigan, que no lo graben, que no llegue su comentario a algún sitio peligroso de la policía del pensamiento. Se ha dicho que 1984 de Orwell es la distopía más adecuada para intepretar nuestro mundo actual. Pues en ella tiene un lugar destacado la policía del pensamiento y ya todos hemos interiorizado un policía que nos controla totalmente. Pienso que ha penetrado incluso en los sueños. ¿Cómo conciliar el mensaje libertario de los años sesenta en que se pedía que se liberara el inconsciente y los impulsos reprimidos en el sexo y la imaginación con este mundo policíaco y represivo que ahora estamos viviendo? En mi perspectiva de vida creo que esta es la época más represiva de todas las que he conocido. La Transición sería ahora en su desahogo libertario de impulsos reprimidos totalmente condenada. Recuerdo cosas de aquellos años, que ahora se juzgan como cobardes, infinitamente más libres que el tiempo actual en que uno ha de respirar hondo cada vez que tiene que hablar o escribir porque hay un policía interior y muchos exteriores.