Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
¿Cómo definiríamos la palabra "destino"? ¿Lo construimos nosotros con nuestro comportamiento? ¿Hacemos que nuestra vida se alargue o se acorte por realizar una cosa en vez de la contraria? ¿Está escrito y es inexorable?, o ¿lo moldeamos?...No lo se, no lo se, pero me temo que algo aportamos, muy poco, pero algo si; justo donde la suma de tu libertad más tu responsabilidad (conciencia), puede hacer decantar lo que llamamos "destino". Esa es la aportación a la que me refiero.
Tampoco puedo decir porqué nací hombre en vez de mujer en un sistema donde se premiaba más ser lo uno que lo otro; blanco en vez de negro; en España en vez de Benin; en un sistema de sanidad universal en vez de inexistente, como en Togo...¿el destino? ¿suerte?
Ya dije en cierta ocasión que soy un tipo afortunado; iba por aquí la frase.
La última frase es certera: nadie es dueño de sus pensamientos, (estos son elaborados por la mente). Aquí poco o nada podemos hacer.
El destino lo intuyo como una infinita máquina tragaperras con ruedas que giran -sexo, lugar de nacimiento, clase social, ambiente familiar, características de los padres, cultura a la que se pertenece, cociente intelectual, inteligencia emocional, herencia genética que puede condicionarnos casi totalmente, salud física, capacidad de sobreponerse a la adversidad, sentido del humor, dones espirituales, físicos y artísticos, suerte o fortuna en la vida, relación con los propios fantasmas, y muchos otros que no menciono-, las ruedas dan muchísimas vueltas y como en las tragaperras sale una figura. Se puede ser Einstein, pero también un pobre diablo amargado y sin suerte, depende de la fortuna con que se forme una figura central en que aparezcan las diversas frutas. Con elementos muy poco propicios pero con fuerte inteligencia emocional se puede conquistar una vida... El margen que nos deja el destino es muy poco porque hasta la capacidad de escapar del destino está escrita...
En cuanto a escapar de la propia mente, como bien dices, es imposible. Lo percibimos en el sueño cuando cada noche nuestra mente elabora autónomamente historias inesperadas e insólitas que no son controladas por nuestra parte consciente. Tiendo a pensar que controlamos muy poco en realidad de nuestra vida, que la inmensa mayor parte de lo que somos es dado de modo fortuito. Aun así se puede ser un tipo afortunado si uno es capaz de reconciliarse con su destino...
Acabo de leer un libro apasionante de Elias Canetti, El libro de los muertos, libro escrito a lo largo de varias décadas, hasta casi el año de su muerte. Es un libro apasionado contra la muerte y las filosofías que la aceptan. Es un combate condenado de por sí inevitablente al fracaso, pero ahí está esa rebelión épica del ser humano ante lo inexorable. Habla de la metempsícosis en varias ocasiones pero no tengo claro que él creyera en ello. En todo caso me ha sorprendido este combate hasta la vejez habiendo perdido a sus dos mujeres amadas. Yo no sé si el ser es metafísico y posee una esencia propia del alma o del espíritu o su conciencia reside en el cerebro que nos crea la ilusión de que existimos. Supongo que nadie lo sabe. Me ha gustado leer a Canetti. He encargado el primer tomo de su autobiografía. Probablemente no he entendido demasiado de lo que allí se expone, pero me ha sido una experiencia incitante y me he quedado sin saber si Canetti pensaba que había algo después de la muerte. Probablemente le pasaría lo que a mí, lo que a tantos. No sabemos. Un abrazo.
No me atrevo todavía con Masa y poder, quiero irme acercando poco a poco antes de adentrarme en esa obra gigantesca. Seguiré ahora con La lengua absuelta y tal vez lea algo sobre su creencia en la inmortalidad, esto es algo que me fascina, pero no están todos sus libros traducidos. Un abrazo de mañana de viernes.
La manera en que una persona toma las riendas de su destino es más determinante que el destino mismo. Cada destino abarca un abanico de posibilidades. Elegimos la opción A, por ejemplo, pero pudo haber sido la B. ¿Qué hubiera pasado si?… es un ejercicio intelectual fascinante, ya sea aplicado a nuestra propia vida o a la Historia. Un abrazo
Sin embargo, pienso que en las opciones que tomamos en nuestra vida no están todas abiertas A/B/C sino que escogemos la que estamos programados para elegir. Nuestro cerebro ha tomado la decisión antes de que lo verbalicemos y seamos conscientes de ello: NUESTRO CEREBRO TOMA DECISIONES AUTÓNOMAMENTE El libre albedrío, ese que fundamentaba el humanismo está puesto en cuestión. Creemos que elegimos pero no es así. Te enlazaría un artículo de EL PAÍS pero ahora es de pago y no se puede. Pienso que todas las decisiones que he tomado en mi vida, no han sido fruto de mi capacidad para elegir, de eso que llamamos libertad, de alguna manera me han venido impuestas por los condicionamientos que he mencionado en mi respuesta a Miquel. En realidad no puedo elegir entre A y B, es una ilusión. Hay un libro muy interesante al respecto que se titula Homo Deus de Yuval Noah Harari. Un abrazo, Marybel, muchas gracias por tu presencia.
¿Cómo definiríamos la palabra "destino"? ¿Lo construimos nosotros con nuestro comportamiento? ¿Hacemos que nuestra vida se alargue o se acorte por realizar una cosa en vez de la contraria? ¿Está escrito y es inexorable?, o ¿lo moldeamos?...No lo se, no lo se, pero me temo que algo aportamos, muy poco, pero algo si; justo donde la suma de tu libertad más tu responsabilidad (conciencia), puede hacer decantar lo que llamamos "destino". Esa es la aportación a la que me refiero.
ResponderEliminarTampoco puedo decir porqué nací hombre en vez de mujer en un sistema donde se premiaba más ser lo uno que lo otro; blanco en vez de negro; en España en vez de Benin; en un sistema de sanidad universal en vez de inexistente, como en Togo...¿el destino? ¿suerte?
Ya dije en cierta ocasión que soy un tipo afortunado; iba por aquí la frase.
La última frase es certera: nadie es dueño de sus pensamientos, (estos son elaborados por la mente). Aquí poco o nada podemos hacer.
Un abrazo
salut
El destino lo intuyo como una infinita máquina tragaperras con ruedas que giran -sexo, lugar de nacimiento, clase social, ambiente familiar, características de los padres, cultura a la que se pertenece, cociente intelectual, inteligencia emocional, herencia genética que puede condicionarnos casi totalmente, salud física, capacidad de sobreponerse a la adversidad, sentido del humor, dones espirituales, físicos y artísticos, suerte o fortuna en la vida, relación con los propios fantasmas, y muchos otros que no menciono-, las ruedas dan muchísimas vueltas y como en las tragaperras sale una figura. Se puede ser Einstein, pero también un pobre diablo amargado y sin suerte, depende de la fortuna con que se forme una figura central en que aparezcan las diversas frutas. Con elementos muy poco propicios pero con fuerte inteligencia emocional se puede conquistar una vida... El margen que nos deja el destino es muy poco porque hasta la capacidad de escapar del destino está escrita...
EliminarEn cuanto a escapar de la propia mente, como bien dices, es imposible. Lo percibimos en el sueño cuando cada noche nuestra mente elabora autónomamente historias inesperadas e insólitas que no son controladas por nuestra parte consciente. Tiendo a pensar que controlamos muy poco en realidad de nuestra vida, que la inmensa mayor parte de lo que somos es dado de modo fortuito. Aun así se puede ser un tipo afortunado si uno es capaz de reconciliarse con su destino...
Un abrazo. Salut.
Luego nuestro gran Ortega lleva razón al decir : Yo soy yo, y mis circunstancias.
ResponderEliminarsalut
Lo que no está claro -yo por lo menos no lo tengo- es ese "yo". ¿Qué es "yo"?
EliminarSalut
El "ser", JOSELU. Recuerda que es metafísico.
ResponderEliminarUn abrazo
Acabo de leer un libro apasionante de Elias Canetti, El libro de los muertos, libro escrito a lo largo de varias décadas, hasta casi el año de su muerte. Es un libro apasionado contra la muerte y las filosofías que la aceptan. Es un combate condenado de por sí inevitablente al fracaso, pero ahí está esa rebelión épica del ser humano ante lo inexorable. Habla de la metempsícosis en varias ocasiones pero no tengo claro que él creyera en ello. En todo caso me ha sorprendido este combate hasta la vejez habiendo perdido a sus dos mujeres amadas. Yo no sé si el ser es metafísico y posee una esencia propia del alma o del espíritu o su conciencia reside en el cerebro que nos crea la ilusión de que existimos. Supongo que nadie lo sabe. Me ha gustado leer a Canetti. He encargado el primer tomo de su autobiografía. Probablemente no he entendido demasiado de lo que allí se expone, pero me ha sido una experiencia incitante y me he quedado sin saber si Canetti pensaba que había algo después de la muerte. Probablemente le pasaría lo que a mí, lo que a tantos. No sabemos. Un abrazo.
EliminarCanetti es básico. Para entender las "cosas normales", las de "la vida", basta un libro suyo: Masa y Poder
Eliminarfile:///C:/Users/Miquel/Downloads/masa-y-poder%20(1).pdf
Aquí se puede descargar directamente...es simplemente genial.
Tampoco se si él creía en la metempsícosis, o si era animista.
Ya explicarás algo del libro que has encargado, tengo curiosidad.
Un abrazo
No me atrevo todavía con Masa y poder, quiero irme acercando poco a poco antes de adentrarme en esa obra gigantesca. Seguiré ahora con La lengua absuelta y tal vez lea algo sobre su creencia en la inmortalidad, esto es algo que me fascina, pero no están todos sus libros traducidos. Un abrazo de mañana de viernes.
EliminarLa manera en que una persona toma las riendas de su destino es más determinante que el destino mismo. Cada destino abarca un abanico de posibilidades. Elegimos la opción A, por ejemplo, pero pudo haber sido la B. ¿Qué hubiera pasado si?… es un ejercicio intelectual fascinante, ya sea aplicado a nuestra propia vida o a la Historia.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin embargo, pienso que en las opciones que tomamos en nuestra vida no están todas abiertas A/B/C sino que escogemos la que estamos programados para elegir. Nuestro cerebro ha tomado la decisión antes de que lo verbalicemos y seamos conscientes de ello: NUESTRO CEREBRO TOMA DECISIONES AUTÓNOMAMENTE El libre albedrío, ese que fundamentaba el humanismo está puesto en cuestión. Creemos que elegimos pero no es así. Te enlazaría un artículo de EL PAÍS pero ahora es de pago y no se puede. Pienso que todas las decisiones que he tomado en mi vida, no han sido fruto de mi capacidad para elegir, de eso que llamamos libertad, de alguna manera me han venido impuestas por los condicionamientos que he mencionado en mi respuesta a Miquel. En realidad no puedo elegir entre A y B, es una ilusión. Hay un libro muy interesante al respecto que se titula Homo Deus de Yuval Noah Harari. Un abrazo, Marybel, muchas gracias por tu presencia.
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