Sigo con cierto interés las noticias sobre la renuncia de Benedicto XVI al pontificado el próximo
28 de febrero. Me sorprendió como a todos por ser una situación inesperada.
Inmediatamente sentí simpatía hacia un hombre por el que no tenía ninguna ya
desde el principio cuando accedió al papado. Era un hombre marcado por su
talante represor al frente de instituciones de la iglesia que pulverizaban
cualquier disidencia. La experiencia de seis o siete años de pontificado han
tenido que ser fundamentales para él, viéndose solo en medio de una cuadrilla
de buitres y chacales que representan todas las alas fundamentalistas de la
iglesia (el OPUS DEI, los kikos, Legionarios de Cristo, la pederastia de
Marcial Maciel en Mexico...) Y a la vez desgarrada la iglesia entre un desfase
entre su realidad anclada en el pasado y las demandas de modernidad (sacerdocio
femenino, uso del preservativo, investigación genética, la homosexualidad...)
Aunque uno se pregunta si es posible una iglesia en sintonía con los tiempos
basada fundamentalmente en la irracionalidad de una creencia en un ser que no
aparece por ningún lado, que no se
muestra, que nos contesta con su silencio administrativo...
En este sentido no soy de los que creen que una modernización de la iglesia sea
posible. Cualquier intento de ello
llevaría inevitablemente a su desmoronamiento absoluto. La religión no puede
ser moderna, ni estar unida a la contemporaneidad. El Concilio Vaticano II supuso el error más tremendo que pudo cometer
la iglesia intentándose poner a tono con los días, con los prodigiosos años
sesenta. Era imposible. Era abrir vías que llevaron a su crisis más profunda:
los seminarios se vaciaron, la gente dejó de ir a la iglesia, y los creyentes
vieron a su iglesia metamorfoseada en algo moderno que traicionaba el pasado.
Yo tenía ocho años cuando llegaron los influjos de dicho concilio y sé que
cuando me explicaron que la misa no sería en latín y que los curas vestirían de
calle ... supuso una considerable decepción. El rito católico tenía como esencia
ser anacrónico, fuera del tiempo... como es la praxis del islam.
Es imposible modernizar la iglesia. El día que la iglesia se
convierta en una prolongación del pensamiento político correcto y admita a los
homosexuales en su seno así como su matrimonio y las mujeres puedan ser
candidatas al sacerdocio y al papado, el día que la iglesia admita el
matrimonio de los sacerdotes, el día que se admita el resultado de las
investigaciones genéticas... me temo que desaparecerá porque habrá perdido al
núcleo fundamental de sus creyentes que representan la visión contraria. Y
además no conseguirá nueva adhesiones que le deberían llegar por su adaptación
a la modernidad.
Me imagino a Benedicto
XVI, a Joseph Ratzinger,
retirándose a un convento de clausura donde le quedarán unos años para ejercer
su vocación fundamental que es la teología y la especulación intelectual desde
un punto de vista conservador... y entiendo su renuncia al papado que le impide
ese tiempo esencial para la reflexión y su plasmación por escrito. Me lo
imagino inmerso en una profunda crisis de fe tras pasar unos años en soledad entre
las hienas del Vaticano que le
habrán llevado a la consideración de que los frutos del cristianismo no son
precisamente admirables y que la iglesia de Cristo es todo menos ejemplo de lo
que preconizó su fundador hace dos mil años. Él es una persona inteligente,
vamos a dejar a un lado su pasado represor, y ha tenido la osadía de hacer algo
que nadie había hecho en los últimos quinientos años, abandonar el papado como
si fuera simplemente un trabajo y no una misión. Ha tenido la osadía de bajarse
de la cruz y reivindicar tiempo para la reflexión y la escritura. Cada instante
que le quede a partir del 28 de febrero es esencial. No le queda mucho tiempo.
El problema es que su pensamiento profundo quedará velado por su precaución y
no lo veremos escrito en sus consideraciones posteriores a su renuncia.
Sin embargo, entiendo que entre las conversaciones más
interesantes que se podría tener sería una con él, una vez abandonado su papado
y retirado al más estricto silencio como él ha dicho. Me gustaría que
traicionara este propósito y nos dejara el testimonio abierto en canal de un
papa que duda... Sería terrible pero profundamente literario. Ya lo escribió en
1931 Unamuno en aquella novelita que
le supuso la excomunión, San Manuel Bueno
Mártir.
¿Cómo empleará el tiempo que le queda Joseph Ratzinger? ¿Será fiel a su vocación intelectual o
predominará la prudencia pontificia que le lleve a ser inane e insustancial? ¿Es
un verdadero intelectual o simplemente un funcionario que no traiciona jamás a
su jefe? Nada hace presagiar que él tenga el coraje de abrirse las venas y
mostrarlo ante el mundo, pero lo ha tenido para hacer algo inadmisible que es
renunciar.
Tiempo al tiempo.
Pequeña aclaración: ya hay curas católicos casados. O, mejor dicho, ya hay hombres casados que se han hecho curas. Es muy infrecuente, pero así como no se permite que los sacerdotes accedan al matrimonio, sí se permite que los que ya han accedido al matrimonio se hagan sacerdotes. Como digo, es algo muy excepcional, insignificante en número, pero que existe.
ResponderEliminarNo sé si responde tu aclaración a una cierta esperanza en una evolución de la iglesia hacia posiciones más abiertas, lo que yo negaba porque le conduciría a su postración definitiva. No sé. Yo vería esa posibilidad (la del sacerdocio y matrimonio compatibles) con simpatía pero no me llevaría de vuelta a la fe y no creo que consiguiera más creyentes en algo que ha sido una seña de identidad: su punto de vista misógino y patriarcal. Claro que puedo equivocarme.
EliminarA lo mejor no quiso ser cómplice de según que cosas, no quería estar en colaboración con ciertas políticas (se habla de la Banca y otras cosas), no lo se, pero un señor que dimite como Papa, se merece mi respeto.
ResponderEliminarDe su trayectoria anterior y durante su mandato, la verdad es que nunca me preocupó mucho lo que dijese, ni quien era ese señor de blanco, no puedo hablar, pero ahora que ha dimitido si que voy a ver como era o, mejor dicho, como dicen unos y otros como era, costumbre buena es informarse de dos pareceres que discrepen...
Yo no sé mucho de él, salvo que fue la mano derecha de Juan Pablo II en la institución que representaba la Inquisición moderna y que la ejerció con contundencia. Ha sido siempre un conservador pero su ejercicio del papado le ha llevado a revisar sus convicciones. Ese mundo vaticano de conspiraciones, de personajes salidos de una película o una novela, de intrigas y venenos (la muerte de Juan Pablo I no ha sido nunca aclarada) me produce cierto interés y morbo. El último papa que renunció al papado en el siglo XV fue asesinado por su sucesor a pesar de que quería llevar una vida de oración y de recogimiento.
EliminarMuchos creyentes, entre quienes me cuento, estamos asombrados y contentos. Asombrados porque, como bien dices, se ha bajado de la cruz sin una explicación demasiado convincente, más que la especulación de presiones internas del status quo del Vaticano. Sería preferible pensar que se ha dado cuenta de que los fieles que no pertenecemos a esas agrupaciones ultraconservadoras que mencionas sí queremos cambios, aggiornamiento, apertura y actitud verdaderamente Cristiana, aunque sabemos que eso es una utopía, como sucede con toda institución de poder humana. Y contentos porque ha sido un Papa poco carismático, con muy poco tacto en sus dichos y con una actitud fría, tajante e inflexible, sobre todo comparado con su antecesor. Su único gesto positivo ha sido bajarse del Pontificado. La pregunta clave es la que tú formulas: ¿estará la Iglesia preparada para los cambios que los tiempos imponen, al menos algunos de tantos? Se sabrá cuando sea electo el sucesor de un Ratzinger, que lo mejor que puede hacer es guardarse al silencio después de bajarse de la misión apostólica para la que fue elegido por sobre otros candidatos que podrían haber desempeñado un dignísimo papel, entre ellos, el Cardenal argentino Jorge Bergoglio, a quien admiro y aún tiene chances, a pesar de su avanzada edad y algunos problemas de salud. Sería interesante para nosotros tener un Papa argentino, y para el mundo toda una novedad, aunque un hecho bastante justo, ya que el 40% de los católicos del mundo somos latinoamericanos. Pero sería aún más importante que por una vez tuviésemos un Papa joven, un Papa para el siglo XXI, aunque esto ya implicaría apertura y cambio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando hablamos de un papa joven hablamos de un papa de cincuenta y tantos años ¿no? ¿o sesenta? Es curioso que la medición de la edad en el seno de la iglesia católica sea tan a contracorriente de las edades de jubilación del resto de la población.
EliminarLas posibilidades de un papa no europeo son extrañas y escasas por razones que todos conocemos, y el próximo papa representará una figura que continuará la tradición europea, tal vez italiana, y será esencialmente conservador. No es previsible ni un papa joven ni innovador. Tal vez se vuelva a elegir a un papa de transición en ese impasse de la iglesia en que le es imposible adaptarse a la modernidad por miedo o pánico escénico.
En cuanto a Ratzinger me gustaría que nos dejara un testamento espiritual para ser leído tras su muerte, en que él reflexionara abiertamente sobre la realidad que le ha tocado vivir en medio de presiones brutales de los sectores más fanáticos de la iglesia y de las tensiones más tremendas con la modernidad, totalmente inasumible por la iglesia.
La solución pronto, pero me temo que no habrá grandes sorpresas que son incompatibles con la realidad vaticana.
Un abrazo.
No me interesa gran cosa esta renuncia, a pesar de la sorpresa. La dimisión es un acto a veces digno y otras insoslayable, en este caso no conozco las auténticas razones, pero tampoco me importan. Considero que no influye nada en mi vida quién sea el papa, me da igual. Hace años que no me someto a las leyes de la iglesia. Este hombre nunca me ha gustado, tiene una mirada extraña, oscura, torva. De sus palabras, mejor no comentar. Pero cómo serán los que le rodean si a su lado él es "moderado" y se va por eso, porque quieren una línea más dura. Jobar con los integristas de cualquier clase... Será cierto, como dices, que si la iglesia se moderniza perderá su sentido, su razón de ser, pero yo, la verdad, la considero anacrónica, fuera de lugar, inútil tanto en su esencia como en sus rituales. Tiene muchísimo poder, pero aún ansía tener más. Es insaciable. Qué más da el sucesor, nada cambiará, por desgracia.
ResponderEliminarQue tengas una buena semana, si te dejan. Un fuerte abrazo, colega.
Nos guste o no el fundamento de nuestra cultura es cristiano. Cada pueblo tiene una iglesia (o varias) que dan forma física a la población. Es inconcebible un pueblo sin iglesia, y una ciudad mediana sin catedral. Siguen siendo un elemento de referencia en la conformación de nuestras ciudades, igual que nuestras fiestas netamente cristianas, igual que nuestras celebraciones, nuestros funerales, nuestras bodas, nuestras comuniones… Aunque sé que cada vez la gente apuesta más por ceremonias civiles, todavía tienen un gran peso en la realidad de nuestras celebraciones. No es fácil desprenderse de todo lo que ha significado nuestro pasado histórico y personal. Y a la vez no sé si la alternativa es la más deseable. Vale que el ser cristiano no tiene sentido, pero ¿qué sentido tiene el ser humano del presente cuya vida transcurre en el centro comercial y el estadio de fútbol y el botellón? El cristianismo es anacrónico. Es cierto y la iglesia tiene poder, pero ¿es posible olvidar esa tradición y ese pasado que viene de la historia? Fue Marcel Proust quien escribió un texto llamado La muerte de las catedrales en que reivindicaba a finales del siglo XIX la pervivencia de ritos católicos en las catedrales como resto litúrgico de formas de cultura ya olvidadas por la modernidad, como si pudiéramos recuperar los ritos apolíneos o dionisiacos de la antigua Grecia ¿no lo haríamos? Son un resto arqueológico vivo. La modernidad es fría e inane. No sé si es mucho mejor que lo que pretendemos olvidar, sin que eso que pretendemos olvidar sea algo que me entusiasme porque no es lo mío.
EliminarEl que la Iglesia se modernice es tan absurdo como que se modernice el Partenón...
ResponderEliminarConozco católicos convencidos ultraconservadores ( de esos que en la prueba de escoger entre la Biblia y un billete de 500 €, cogieron los dos!), que dicen,por ejemplo, que el sacerdocio de la mujer no es viable, porque Jesucristo no tuvo mujeres entre sus apóstoles...
Saludos
j
Yo no soy cristiano, pero ciertamente sería un cambio perturbador la idea de una papisa, de mujeres sacerdote, de sacerdotes casados, tal vez homosexuales… ¿Te imaginas a una lesbiana como papisa de la iglesia católica? Una papisa embarazada o siendo madre por una situación de vientre de alquiler… Hay ciertas ideas que no se corresponden con la realidad lógica de una institución que tiene como norma el pasado y la tradición por anacrónica que sea. Por eso estoy tan de acuerdo contigo en lo que dices que la iglesia se modernice es tan inverosímil como que se modernice el Partenón.
EliminarY también he conocido a cristianos que argumentan como tú recoges. Cristianismo y modernidad son difícilmente compatibles. La iglesia siempre ha evolucionado a traspiés de la modernidad, forzada por las circunstancias. De momento los seminarios siguen vacíos y el clero cada vez más envejecido… ¿Adónde conducirá esto dentro de diez, veinte años? ¿Quién va a optar por una vida de celibato forzado como norma? La iglesia vive desgarrada y el próximo pontífice no será innovador, porque no puede serlo. Atentaría contra su propia esencia.
Yo pienso como dice la proverbial sapiencia del pueblo que una retirada a tiempo es una victoria. Y pienso que esto le ha pasado al papa. Que ha tenido una buena acogida entre la opinión pública. Por otro lado yo considero que la iglesia tiene que modernizarse. No hay ninguna excusa para no hacerlo. Mujeres curas, mujeres papas, obispas (se dice así ¿no?), cardenalas (qué raro suena...) pero a todo se acostumbra uno. También habría que abrir la puerta a las manipulaciones genéticas, a los preservativos. Y todo esto no le quitaría ni un ápice de sus profundos dogmas. Pero, doctores tiene la iglesia...
ResponderEliminarUn abrazo.
El intento de modernización del Concilio Vaticano II no resultó bien para la iglesia que debe mantener unos dogmas a todas luces anacrónicas. Piensa en el dogma de la Inmaculada Concepción o en de la Infabilidad del papa o la presencia en carne y sangre de Cristo en la eucaristía… Nada se sostiene ante el feroz análisis de la modernidad que es antitética con el mensaje de la iglesia. Ha habido intentos de aproximar la iglesia al lenguaje del marxismo en Latinoamérica. Hoy el marxismo ha pasado -de momento-, pero hubo un momento en que se reivindicó la idea de iglesia de los pobres (cuando la iglesia ha estado siempre del lado de los poderosos)… El cristianismo vive desgarrado entre su necesidad de perdurar y la crítica corrosiva de la modernidad. Si el cristianismo cede a la modernidad, perderá todo porque se enajenará los sectores que todavía son fieles a un mensaje anacrónico e imposible de asimilar. La idea de Dios misma es incompatible con la modernidad cuando ya en el siglo XIX clamó la filosofía que Dios había muerto.
EliminarNo veo que la Iglesia tenga conexión con el mundo actual; tal vez, como dices, más vale la pena así. No me preocuparía si esa asociación fuese un organismo autosufragado y circunscrito a sus competencias en materia de Fe. Sí que me preocupa, sin embargo, que esa asociación que se rige por unos "estatutos" de hace milenios controle buena parte de la educación pagada con fondos públicos a través de centros concertados; me preocupa que esa asociación de célibes nos asesore acerca de cómo gestionar el sexo o la familia; me preocupa que sean un grupo de presión política con más poder en la Tierra que en el Cielo. Estoy seguro de que ante una eventual segunda venida de Jesús a la tierra, volverían a crucificarlo ellos mismos.
ResponderEliminarP.D: Ayer, el diario ABC que se declara católico, ocupó su portada con una foto del hermano del Papa; mientras, cientos de miles de personitas anónimas que nunca aparecen en sus páginas exigían el derecho a una vivienda, como hicieron en su día María y José. Parece que todo es cuestión de prioridades.
No sé muy bien qué es el cristianismo. Tal vez sí o tal vez no. Pero coincido contigo en que si Cristo volviera no se sentiría representado por esa institución reaccionaria, y que probablemente fueran ellos mismos los que le crucificaran de alguna manera. El Vaticano inspira películas, series, novelas y artículos periodísticos dada su opacidad y misterio, pero lo cierto es que, visto desde fuera, no emana precisamente espiritualidad. Sí que puede haber multitud de seguidores que se mantienen fieles a esas consignas, pero lo cierto es que la llamada iglesia de Cristo es incapaz de hablar al tiempo en que estamos. Hubo un tiempo en que el cristianismo fue una religión transformadora, pero ya hace mucho que no lo es y se dedica a aspirar al poder que todavía le queda que no es poco. Poder y dinero. E influencia.
EliminarExisten materias maleables; esa es su naturaleza. Otras permanecen inalterables al tiempo. La Iglesia es de esa talla. Poco le importa el devenir histórico, las modas, el paso de ideologías y gobiernos. Ella mueve pero no es movida, como la esencia divina. Sus crisis son estacionales. Dios provee. La razón yerra y muta. Nada teme quien en Dios espera. No se equivoca la Iglesia sino quien en ella se ampara.
ResponderEliminarBrillante miniensayo que refleja con aguda ironía la esencia de la iglesia, organización mistérica allá donde las haya.
EliminarAnómino, además de esa excepción que planteas, desde hace ya bastantes años se permite que "Pastores de otras iglesias que se "convierten" al catolicismo continuen casados (si lo están)
ResponderEliminar¿Qué ha pasado por la cabeza de este hombre? Sería muy interesante saberlo muy educativo. No creo que las presiones de unos y de otros sean la causa de su decisión. El fue el martillo de Dios y durante estos años a pesar de haber dejado que los más carcas campasen también ha dejado algún resquicio a los más "modernos". Que cambiar una coma en la Iglesia es cosa de siglos...pues así es, ellos son los amos de la puesta en escena y la parafernalia pero de cambios...esos muy poco a poco y contados.
Ramón, no estoy de acuerdo contigo en lo de que "la iglesia no se equivoca..." Ella per se fue la gran equivovación, dejaron en manos de un judío la creación y estructuración de la jerarquía (por judio, Pablo) es más, no de cualquier judio, sino de un iluminado. MIraló así y entenderás todo lo que vino despues, hasta comulgar con ruedas de molino.
Malo, es ironía. Parece mentira que no me conozcas.
EliminarDesde luego a mí me interesan las narraciones y películas que se ambientan en la opacidad vaticana, en esos pasillos interminables, en esos salones en que monseñores pugnan políticamente. Es realmente literario que un estado de medio kilómetro cuadrado pueda tener tal nivel de influencia en el mundo. Como tema está abierto a infinidad de especulaciones e intrigas que son la esencia del Vaticano. El último papa que renunció a su pontificado fue asesinado por su sucesor según he leído estos días. Más le vale a Joseph Ratzinger estar calladito en su retiro conventual porque si no…
EliminarPor eso lo digo, por eso, si no me meto contigo ¿con quién lo haría?
ResponderEliminarMe quedo asombrado con eso que pones de la excomunión de Unamuno. Yo creo que si lo que quieres decir es que fue rechazada su obra o que causo escándalo o algo así debías corregir lo de excomunión y ponerlo entre comillas. Si no lo haces puedes llevar a un error dispartado a algún inocente lector. Unamuno nunca fue excomulgado. Es más, hay quien interpreta sus diarios por ejemplo como los de un profundo creyente, con muchas dudas pero creyente.
ResponderEliminarEn un artículo que habla de la Iglesia la palabra excomunión tiene un significado muy preciso. Y decir que la novela le valió la excomunión es sencillamente falso.
Amigo Loiayirga, después de la verificación del tema, he de reconocer que tienes toda la razón y que yo estaba equivocado. Unamuno no fue excomulgado formalmente. Era inexacto y erróneo. Sí que mantuvo importantes conflictos con la jerarquía eclesiástico a lo largo de los años y la novela de San Manuel Bueno mártir levantó ampollas, pero efectivamente no fue excomulgado. En cuanto a que fuera profundo creyente, esta es el argumento de los creyentes ante las fes problemáticas intentando traer el agua a su molino. La idea de dios es parte de nuestra forma de entender el mundo… pero nuestra razón nos la veta porque forma parte de un entramado profundamente irracional. Y Unamuno tenía ansia de Dios pero no podía creer… su entraña más profunda le negaba esa supuesto consuelo. Yo creí o creí que creía hasta que un día me di cuenta de que dios no añadía nada a mi vida y sí más bien la amputaba, al menos el dios que me enseñó la iglesia. En cuanto a otro, no tengo ningún interés en acercarme a ninguna creencia que dé origen a un ser tan profundamente injusto e imposible en esencia. En todo caso, si existiera, cosa que me trae seriamente sin cuidado, sabrá perdonar mi osadía.
EliminarDisculpas a ti y todos los lectores por este dato erróneo.
Pues a mí me pasa como a Unamuno: tengo ansia de Dios pero no me lo creo, mi razón no me deja, pero me gustaría. (lee mi post de hoy porfa).
ResponderEliminarEn cuanto al Papa dimitido resulta que me cae mucho mejor ahora que antes y dios sabe los motivos por los que se ha ido para que uno de los Cardenales diga que es necesario un nuevo concilio para aunar opiniones y arreglar discrepancias.Si me cae bien ahora Benedicto 16 es también porque ha querido castigar a los sacerdotes pederastas pero no ha podido hacer demasiado. La Iglesia en sí me da horror y cuanto más leo sobre ella mas horror me da. La Iglesia en realidad empezó con el Concilio de Nicea y fue solamente un arreglo político.
La actitud de B16 es cierto que nos abre el camino a alguna simpatía por encima de su pasado represor. Dicen que es un intelectual pero no ha dejado ninguna encíclica importante. Probablemente el mundo es demasiado complejo para ser interpretado más allá de que somos ovejas descarriadas que hemos perdido a Dios y que nos perdemos en los placeres hedonistas o narcisistas. Sin embargo, los clérigos de Dios tenían fama de buenas barrigas y buenas barraganas. Yo no he creado esta fama a la iglesia pero ellos tendrían que explicar por qué alcanzaron tan mala conciencia en la opinión pública y tuvieron que buscar su salvación en el poder. La iglesia es una entidad de crédito que invierte en armamento y en negocios sucios… pero que vende moralidad y conductas sexuales acordes con la santa madre iglesia. Lástima que sus sacerdotes hayan tenido tanta proximidad a los niños. Desde luego la iglesia no es un modelo, pero bienvenida sea la renuncia de B16 porque le hace humano.
EliminarNo creo que lo haga, Joselu, y si lo hace, en realidad es irrelevante para nosotros. Las hienas no dejarán que veamos a ese Papa abierto en canal que tú presupones. Tal vez otros, pero dudo mucho que ni tú, ni yo, lo veamos.
ResponderEliminarLa Iglesia es la mayor secta de la historia, la mayor de las mafias, y ocultar es su especialidad. Llevan siglos practicando.
Abrazos.
Te honra reconocer tu error. Agradezco tu respuesta.
ResponderEliminar¡Esto es jugar al ratón y al gato! Me había aficionado al nuevo formato impronunciable "Tumblr" y ahora resulta que allí no sale nada y estáis aquí reunidos en cónclave, y yo,que por edad casi soy papable, aunque a duras penas palpable, como corresponde a los heterónimos, sin echar mi cuarto a espadas. Por cierto, lo de B16 queda de superbombadero integrista, todo sea dicho...La renuncia del Papa está en relación directa con la suerte de usurpación que fue su nombramiento. No se sabe de ninguna conjura, ni de que a los conclavistas les fuera impuesta la papeleta, pero el lenguaje no verbal del Papa apenas ser elegido manifestaban bien a las claras que se había hecho con un cargo para el que nunca nadie le hubiera votado si no... y aquí empieza la novela sobre los sótanos del Vaticano que quizás algún día se lea, y que ha de arrancar, sin duda, con el asesinato de Juan Pablo I. Recordemos que Ratzinger era el Gran Inquisidor..., lo cual es un caudal de argumentos casi irrebatible.
ResponderEliminarMe parece bien que lo haya dejado, desmontando la mística del cargo, Papa hasta exhalar el último aliento podrido a medicamentos de la ciencia humana.... Franco, a su manera, fue más religioso, con la capa de la Pilarica y el brazo de Santa Teresa, la primera loo amordazó hasta asifixiarlo y el segundo no le dio la hostia, sino un hostión merecidísimo que acabó de mandarlo a los infiernos.
Pasada la oportunidad del milenio para revivir el fervor por lo esotérico, no nos queda sino asistir a lo exotérico del nuevo nombramiento con la indiferencia relativa de que no se haga realidad la leyenda de la Papisa Juana quemotivó el ritual de verificar la virilidad de los futuros Papas mediante la frase, tras la comprobación física, de rigor: "testiculum habet et bene pendebant", menos famosa que el "habemus papam", pero muchísimo más sugestiva...
Es cierto que no publico en Tumblr hace días y lo he hecho aquí, entre otras cuestiones porque abordo un tema no educativo y he pensado que más bien sería este el lugar que tenía totalmente abandonado desde hace más de medio año. Me he reído por la cita en latín referentes a los testículos del papa. En cuanto a los sótanos del Vaticano, he de reconocer que esta secta es una de las organizaciones más mistéricas del orbe… y todo lo que tiene relación con ella es casi de índole literaria por las conjuras que supone. Leí hace mucho la novela de Gide y apenas la recuerdo, así que no voy a establecer relaciones o paralelismos. En todo caso, Juan Poz, doy fe de su acendrado sentido del humor en este juego del ratón y el gato entre Tumblr y Blogger, en que ni yo mismo estoy muy seguro dónde estoy.
EliminarHe de reconocer que, como a ti, el gesto de este hombre me ha congraciado con él. Quizá sea verdad que intentó cambiar la organización interna del Vaticano y no pudo. O quizá sea solo eso, que está enfermo y la imagen de su antecesor pesa mucho. Pero él se ha atrevido a hacer algo diferente que quizá marque un camino futuro...
ResponderEliminarEn el Angelus de ayer expresó su idea de que Dios lo llamaba a la oración en sus últimos días. Puede ser que lo sienta así. Paralelamente en Cuba también hay un octogenario llamado Raúl Castro y detrás otro, Fidel, que ha sido reelegido por un periodo de cinco años más como secretario general del Partido si no recuerdo mal. Tendría que extenderse la jubilación a estas edades, si no vamos a ir mal los que queremos que la nuestra sea a los sesenta. A ver si no vamos a podernos jubilar hasta la edad de Benedicto XVI. El hombre se ha ganado ya su pase a la reserva o a la oración sin duda, y de él no quedará sino lo que queda de cualquier ser humano: luces y sombras. Me gustaría pensar que los que tienen el poder por edad o por enfermedad supieran abandonarlo… Pienso ahora en la egolatría de Chavez, en la edad vetusta de los Castro, en la de nuestro rey al que le toca ya un relevo y a ser posible que alguna vez se nos pregunte a los españoles si deseamos una república o una monarquía. Nunca se nos ha preguntado.
EliminarCoincido con el autor en que la esencia de una religión es precisamente su inmutabilidad, su permanencia a través de los siglos y no creo que deba modernizarse para adaptarse a los tiempos porque Dios no se queda obsoleto y si lo hace.... entonces es que no es Dios.
ResponderEliminarPodría detenerme a explicar cómo he llegado hasta aquí pero no quiero extenderme más de la cuenta. Tan sólo diré que me crié en una familia tan católica como cualquier otra pero que nunca me sentí identificada con lo que la Iglesia me mostraba. No investigué otras opciones, sin embargo, hay veces en la vida en la que uno se tropieza con gente que le abre nuevos horizontes que le hacen cambiar esa percepción más bien agnóstica por otra en la que todo encaja de una forma más lógica. Y ese nuevo horizonte para mi fue el Islam. Supongo que no es precisamente sencillo de entender que una comience la treintena y decida hacerse musulmana sin tener detrás un historial de búsqueda de Dios pero ya se sabe que uno suele encontrar las mejores cosas cuando no las busca.
Todo aquello que se ha criticado en los anteriores comentarios es, precisamente, lo que me atrajo del Islam. Cuando somos capaces de despojarnos de nuestros prejuicios, que no son pocos, podemos llegar a distinguir que la lógica, la razón e incluso la ciencia están muy presentes en el Corán pero ya advierto que el camino no es en absoluto sencillo ya que a los prejuicios personales hay que sumar la incomprensión del entorno que pone en tela de juicio tu "prestigio intelectual" al conocer la decisión que has tomado. Sin embargo lo que me aporta el Islam es mucho más de lo que puede aportarme esa vida de consumismo y ocio desmedido que se comentaba en el post. En el Islam no hay jerarquías por lo que no hay intermediarios que se enriquezcan a costa de los fieles; la comunidad es una realidad que abarca más que a la familia y que va más allá de los intereses terrenales; coincido en que la praxis del Islam es anacrónica porque así es Dios, atemporal, con propuestas perfectas que no caducan. Lo malo de todo esto es que para aceptarlas, debemos abandonar la falsa creencia de que somos libres para vestirnos, opinar y actuar como queremos y aceptar que estamos sometidos a un Dios que nos deja libertad de acción y que luego, nos recompensará (o no) por los actos realizados. No hace falta que el mundo explote y se regenere. El día que se termine no habrá otro, sólo estará la eternidad. Una eternidad perfecta, justa, bella, que querremos que nuestros hijos disfruten. Es por eso que, libremente, he optado por someterme a los dictados de ese mismo Dios tergiversado por la Iglesia, a través de un cauce que, a mi entender, se ha mantenido más puro y me proporciona un sosiego y una tranquilidad que hasta ahora no había tenido.
Lamento haberme extendido tanto. Espero que sepáis disculparme.
Dices: "Debemos abandonar la falsa creencia de que somos libres para vestirnos, opinar y actuar como queremos y aceptar que estamos sometidos a un Dios que nos deja libertad de acción y que luego, nos recompensará (o no) por los actos realizados. "
EliminarYo no se si soy libre o no, al final las personas somos un compendio de enseñanzas y prohibiciones. Lo que no tengo muy claro es creer que un dios maneja y a la vez nos hace libres, pues ambas ideas no son compatibles. Y lo que tengo claro es que no me gustan ni los profetas, ni los predicadores.
A mi lo que me molesta profundamente es cuando los creyentes de cualquier religión se creen con la verdad absoluta y piensan que los que no creemos como ellos estamos equivocados, y lo que me desagrada es cuando "los creyentes" quieren manejar la vida de todos los demás. La religión debe mantenerse en el ámbito privado y pagarse sus fiestas. Cada cual que piense como quiera, pero las teocracias han demostrado ser unas de las principales causas de muerte de la Humanidad.
Una vez tuve una amiga íntima con la que compartí unos días inolvidables en Indonesia (Sumatra). Ella era arqueóloga y trabajaba en Irak y se sentía fascinada por el Islam. Por una vez en mi vida acaricié esa conversión para acercarme a ella. Allí en Indonesia el Islam es magnético cuando se escucha al muecín en la madrugada y tú estás acostado. Entiendo lo que dices y comprendo el atractivo del islam, pero hay otras cosas y mi racionalismo me impide creer en una liturgia y una idea de dios que no concuerda con mi mundo íntimo. En todo caso, creo que otras veces te has hecho presente en el blog. Me sorprende sobremanera tu confesión, me has dejado confuso y admirado. Tengo numerosos alumnos musulmanes y es un mundo que a mí me interesa mucho, y que cada vez está menos alejado de mis parámetros. El islam es plurivalente, no es dogmático, al menos mis alumnos no lo son. Hay chicas que llevan velo y son admiradoras del rap y leen Crepúsculo. Esto me sorprendió mucho y me ha hecho ver que las cosas son más complejas de lo que parecen. Gracias por tus palabras que están llenas de densidad. Nunca sería mi opción, pero entiendo tus motivos.
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