Andrés: El modelo de educación está en crisis. Los chavales no aprenden casi nada, los resultados de los distintos informes internacionales así lo avalan. Y yo pienso que el problema fundamental es que en las aulas públicas no existe el ambiente necesario para el aprendizaje. El grado de indisciplina, de desidia y de pereza dominan totalmente. El principal problema que tiene un profesor en clase es cómo crear una atmósfera propicia para el aprendizaje...
Iturrioz: Lo que llamaban los clásicos la potestas, el reino de la disciplina. Sin disciplina no puede haber aprovechamiento, sin disciplina los alumnos se aburren. Son los propios alumnos con su indisciplina los que están reclamando que los organicen, que les den un orden. La rebelión puede ser divertida y la van a intentar por todos los medios, pero lo que ellos anhelan es orden.
Andrés: Pero hay muchos profesores que piensan que lo que hay que hacer es interesarles, hacerles agradable la estancia en el instituto porque les resulta muy pesado pasar tantas horas aguantando clases magistrales.
Iturrioz: Siempre se ha pasado muchas horas sentado, pero el problema es que para que éstas resulten interesantes, hay que estar trabajando y concentrados, bien sentados y con la clase limpia. No hay peor tortura que pasarse seis o siete horas haciendo lo que te venga en gana o teniendo profesores que sólo buscan halagar tus tendencias a la molicie. Pienso que todas las teorías psicopedagógicas que se han impuesto en occidente y que arrastramos parten del error de que son espontáneas las ganas de aprender y que el problema en la escuela es el aprender a aprender. Y esto es incierto. Los alumnos necesitan que el sistema educativo ordene su mundo mental que tiende a la autosatisfacción, a la renuncia al esfuerzo, al caos, al asalto de la autoridad.
Andrés: Pero este no es un problema sólo de la escuela. Lo que ven en la televisión, en la publicidad, en los videojuegos, la falta de modelos en la misma familia inducen un comportamiento que dinamita la esencia de la autoridad. Los propios padres cuestionan la autoridad de los profesores con sus comentarios sobre ellos.
Iturrioz: Es cierto y en muchos casos que se detectan, son los propios padres los desbordados por la rebelión de sus hijos, bien sea por dejadez, por comodidad o por falta de tiempo... Lo cierto es que muchos alumnos que llegan a los institutos no tienen asimilados unos comportamientos responsables porque en la propia familia se les ha dejado hacer lo que quieren. Es muy difícil enfrentarse a un curso en que los alumnos carecen de límites naturales porque estos no se les han marcado en la propia familia. Tenemos un problema fundamental de jóvenes consentidos, narcisistas, sin límites y acostumbrados a hacer lo que les viene en gana, así como a tener todo o casi todo sin excesivo o nulo esfuerzo.
Andrés: Parece que es una cultura de época. El capitalismo siempre está excitando tus deseos para ser satisfechos inmediatamente mediante el consumo. No hay demora en la satisfacción. Lo queremos todo aquí y ahora, sin esfuerzo, y el conocimiento implica un enorme esfuerzo.
Iturrioz: Las generaciones anteriores, en especial la de los abuelos, sabían que todo costaba un esfuerzo, mucho esfuerzo. Se acostumbraban a luchar mucho y a obtener sólo en contadas ocasiones alguna satisfacción que era entonces celebrada con gozo. La vida era luchar. Ahora muchos adolescentes lo único que añoran es estarse la vida tumbados viendo la televisión. Pero lo peligroso es que eso es terriblemente aburrido. Necesitan emociones para entretenerse, para salir de su letargo soporífero. Y esas emociones las buscan saltándose las escasas normas de disciplina o practicando juegos de ordenador o videojuegos que les llevan a un mundo de violencia simulada para descargar su insatisfacción, la insatisfacción del aburrimiento y la falta de objetivos.
Andrés: El hecho de que la escuela sea obligatoria no ayuda ¿No?
Iturrioz: La pedagogía occidental progresista ha hecho de la escuela obligatoria una conquista social con toda la buena intención del mundo. Eso es cierto, pero esa misma obligatoriedad conlleva una devaluación completa del modelo educativo. Si algo es obligatorio ¿qué interés tiene? Lo lógico es rebelarse contra ello, contra todo lo que signifique. En todos los países subdesarrollados es un privilegio la educación. Los niños conocen su importancia y no es para todos. La alternativa es ponerse a trabajar a temprana edad. Muchos niños en África, Asia y Latinoamérica han de compaginar los estudios con el trabajo. No hay bromas. Es sintomático que muchos inmigrantes que llegan a España están acostumbrados a modelos de autoridad muy fuertes en las escuelas. La figura del profesor es decisiva. Tienen una enorme decepción cuando experimentan el modelo educativo en que el profesor es devaluado y su autoridad corroída por el sistema. Muchas veces es el profesor el que se siente culpable y piensa si es él el que falla y se pregunta constantemente sobre qué habrá de hacer para atraer a sus alumnos. Muchos se han ilusionado con que las TIC sean la panacea para esta situación, pero las TIC, si son exigentes, también conllevan esfuerzo y esa dimensión ya no gusta. Sólo atrae lo que reporta una satisfacción inmediata: los chats, youtube, facebook, fotologs, aplicaciones instantáneas que no conlleven esfuerzo.
Andrés: ¿Son iguales las chicas y los chicos?
Iturrioz: Las chicas -en general- son más disciplinadas, más ordenadas, están más acostumbradas a demorar la satisfacción. Hoy son ellas los que marcan una tendencia más positiva y parecen tener la cosas más claras. Además son menos individualistas y están más habituadas a compartir y a colaborar. El gran problema del fracaso escolar estriba en las tendencias de los varones. Quizás las mujeres tienen interiorizado que han tenido que luchar más para conseguir sus objetivos. No todas son iguales, claro está.
Andrés: ¿Y la escuela privada?
Iturrioz: Vende lo que exactamente le falta a la pública. Disciplina, selección, método, un ambiente apropiado, aprovechamiento. Y como hay que pagarla, ya entonces no hay tantas bromas. Lo que es gratuito y obligatorio está condenado al fracaso.
Andrés: ¿Cuál es el futuro?
Iturrioz: Mucho me temo que lo que sucederá en Occidente es que tarde o temprano se volverá a modelos autoritarios y tornará el fascismo, quizás con formas menos rudas, no tiene por qué ser como lo fue en los años treinta. La escuela occidental en sus modelos pedagógicos más extendidos, basados en la pedagogía constructivista, inclusiva, la escuela en que es el profesor el que se adapta a todas las necesidades o caprichos del alumno, la escuela del aprender a aprender, la de la idea roussoniana de que el adolescente es bueno y tiene ganas de aprender naturalmente ha sido un fracaso completo. El panorama educativo actualmente es desolador y es insostenible. Volverá el autoritarismo, y ello será una tragedia para las sociedades, pero la sensación de aburrimiento es su principal caldo de cultivo. La crisis tarde o temprano hundirá los modelos occidentales. Y habrá seísmos políticos que todavía nos son desconocidos. Y nuestros adolescentes, aburridos, hastiados y anhelantes de autoridad, serán sus principales partidarios.
Los padres de mein bester Freund son los dos profes, bueno, eran, porque hace un par de años que están jubilados. Pertenecieron en su día a otro sistema educativo, pero vaya, que leo a Iturrioz y oigo a Michael.
ResponderEliminarBesos.
Coincido plenamente con el diagnóstico de este nuevo Iturrioz. Pero espero que se equivoque en su vaticinio, y que la insensatez peterpanesca de los adultos españoles de los 90 y principios del XXI no sea sustituida por un nuevo fascismo, sino simplemente por una pizca de lógica y sentido común.
ResponderEliminarEl nuevo currículo de lenguas del Departament d'Ensenyament incluye la siguiente joya: "El alumno ha de estar interesado en las variedades dialectales del catalán". Ahí queda eso. Es obra de los redactores de la LEC. Con LECturas así de la realidad, ¿qué se puede esperar?
ResponderEliminarAdemás de muchos otros problemas que ya habéis comentado, yo creo que hay otro: el sistema laboral en las escuelas públicas no ayuda en nada.
ResponderEliminarLa perspectiva de muchos años de profesión sin (casi) ningún incentivo si se trabaja bien y (casi) ningún problema si se trabaja mal no es buena y acaba siendo perjudicial incluso para los propios docentes.
Sería positivo un sistema que de algún modo premie a los que más y mejor trabajan: estancias temporales pagadas en otras zonas o países, mejoras de sueldo, posibilidad de hacer cursos etc. De esta forma además se rompería la rutina.
En todas las profesiones hay diferentes grados y en ninguna se tiene la misma categoría cuando se llega que al cabo de 20 años, si se ha demostrado tener capacidad. ¿Debe ser diferente en el magisterio? ¿Es positivo para los propios docentes que lo sea?
Seguro que esto no es el problema más grave pero es un problema.
De acuerdo con Frikosal. Es un tema muy importante el que comentas, efectivamente cuando un profesor joven comienza no es muy estimulante la perspectiva de 20 o 30 años en la misma situación. Pero la cosa es mucho peor aún, en cualquier profesión la experiencia da un cierto rango y respeto, en la educación es casi justo el contrario: el profesor mayor va sintiéndose desplazado. Y en esto siento decirlo la Logse ha sido también pionera -ya, ya oigo a más de un defensor de la logse bufar y rebufar-. La reforma en España llevó -y sigue llevando- emparejado un desprecio a lo anterior, a la tradición, a "lo antiguo"... y claro el profesor mayor aparece como representante de todo eso que se cree arcaico y que se pretende superar.
ResponderEliminarBueno, prefiero dejarlo aquí... antes de que mis reproches sean demasiados duros y puedan ofender la sensibilidad de algún reformista.
Saludos
Cada pregunta es un hilo de debate que daría para muchas páginas. Déjame tirar de uno de ellos.
ResponderEliminarAndrés: ¿Y la escuela privada? Iturrioz: Vende lo que exactamente le falta a la pública. Disciplina, selección, método, un ambiente apropiado, aprovechamiento. Y como hay que pagarla, ya entonces no hay tantas bromas. Lo que es gratuito y obligatorio está condenado al fracaso.El fracaso no está en la gratuidad, sino en la obligatoriedad de acoger a los alumnos rebotados de las privadas, cuyos padres han estado pagando cuotas mensuales durante años. Cuando la privada les desahucia, ingresan en la pública y los padres se hacen invisibles. No acuden a exigir nada, ni responden a la convocatorias de los tutores.
¿De quién es la culpa, Iturrioz?
Suscribo las palabras de frikosal. ¿Cómo son posibles semejantes despropósitos? Y esto sí que parece el mundo al revés del lobito bueno.
ResponderEliminarCiertamente sí entiendo que existen ideas, sistemas anteriores mucho más eficaces,saludables, coherentes y sensatos. El no tomar impulso, estoy de acuerdo, que no se refiere a no tomar las ideas positivas conocidad. Me asusta la idea de subsanar la falta de sentido actual que se vive por las aulas, con otras ideas igualmente peligrosas, que creo sí habíamos ya superado. Por lo demás estoy de acuerdo contigo, Joselu.
Un saludo.
Hola Joselu.
ResponderEliminarUn artículo anterior tuyo me sumió en profunda reflexión, y sigo atascado en los mismos pensamientos. Leo vuestras críticas al sistema educativo y sus permisivos principios, a la relación con las costumbres sociales movidas por el capitalismo y el consumismo, al cada vez más complicado papel del profesor...
No sé muy bien qué pensar. Sólo he vivido como maestro este sistema educativo. En las actuales circunstancias sociales, ¿cuál pensáis que debería ser el papel de la escuela pública?, ¿qué principios debería exhibir o pretender?, ¿cómo hacer frente desde la escuela a la sociedad de lo inmediato, del consumo desmedido y desorientado (que también afecta a los propios profesores, a los propios dirigentes que legislan, a las familias de los alumnos, ...).
¿Qué pensáis sobre la función de la escuela de servicio al sistema social imperante?. En el currículum de primaria ya se enfatiza la necesidad prioritaria de formar futuras personas que se integren adecuadamente en el engranaje productivo y económico de la Unión Europea. ¿No es ésta la única escuela posible en estos tiempos?.
¿Puede definirse una función escolar alejada del contexto histórico en el que se desarrolla?.
Al final del proceso de pensamiento llego a asuntos filosóficos que tienen que ver con lo que cada uno piensa de la vida. Y como aquí estamos muy lejos de la unanimidad, creo que el debate sobre las distintas escuelas posibles seguirá mucho tiempo abierto.
Saludos, encantado de leeros y poder aprender, y buen fin de semana.
Marciano Ansotano, bienvenido ese debate, ese pensar juntos, sin acritud, sobre modelos de vida, de escuela, de coherencia, de límites, de principios. Creo que es una idea interesante. Mi propio debate interior está vivo. No tengo convicciones rígidas. Haces muchas preguntas complejas. Intentaré pensar sobre ellas.
ResponderEliminarIturrioz
Te tengo medio abandonado, colega, y no te lo mereces, pero he tenido una semana muy cargadita, visita al tanatorio incluida, por si tenía poco con la dichosa Semana Cultural. Espero tener tiempo este fin de semana para contestarte largo y tendido... si una incipiente gripe y faringitis me lo permiten, que no me privo de nada, hay que ver...
ResponderEliminarGracias por escribir tan pronto en mi blog. Un abrazo, colega.
Este debate me ha recordado la película "La Ola".
ResponderEliminarEsperemos no suceda nunca más nada parecido.
Al hilo de lo que Marciano Ansotano ha comentado aquí, creo que la escuela no debe preparar a la gente para adaptarse a ningún sistema.
Someter la función de la escuela a los dictados de intereses circunstanciales (para que las empresas funcionen mejor vamos a dar más inglés y más informática, y menos filosofía y poesía que no sirven para nada...) es para mí un error.
Yo sí creo que se puede desvincular la función de la escuela del contexto histórico, porque creo en una definición del ser humano que trasciende la historia y las circunstancias.
En otras palabras que hay unas caracerísticas universales que son las que debe fomentar y que son la razón de ser de la escuela: libertad, cultura, sabiduría, solidaridad, compañerismo, autonomía, espíritu crítico, educación, respeto, autocontrol, fuerza de voluntad, disciplina, curiosidad...
Por otro lado no acabo de ver claro el tema de las recompensas en la carrera docente. Me asusta la idea de las puñaladas que podría haber por ascender o conseguir ciertos beneficios, como pasa en la empresa privada.
Me gusta el buen ambiente que se respira en nuestra profesión en general. Me gusta realizar mi labor con otros iguales a mí, colaborando en el mismo bando, sin tener que correr contra nadie.
Me conformaría con ver que mi labor tiene buenos frutos (que últimamente no lo veo): un respeto y consideración por parte de los alumnos, ver que los alumnos se convierten en personas cabales, algún agradecimiento de vez en cuando, ver que los alumnos aprenden...
Aunque creo que sí se debería penalizar a los que se pasan de frescos y no cumplen con su obligación.
Saludos a todos
Curioso este traspaso de roles de lo personajes literarios galenos al mundo pedagógico actual. Uno de los libros que más me han marcado por cierto.
ResponderEliminarYo siempre he dicho que la escuela concertada tiene un "barnilito". Pongo un simple ejemplo: ¿por qué aparecen tan sucias lasfachadas e los institutos? (y no he visto a nadie en la concertada arreglando fachadas con cubos de pintura).
De todas maneras, yo situaría el meoll de la cuestión en las familias, en la educación, en la transmisión de valores. Estudiar es esfuerzo y disciplina con uno mismo. Y en la relación profesor-alumno debe primar el respeto que no es autoritarismo ni servilimo.
Por lo demás, asusta esa reflexión final con el fantasma del fascismo.
Un saludo.
Algunas reflexiones que me ha suscitado el diálogo de mi tocayo y su tío en aquella mítica azotea:
ResponderEliminar1.- El adanismo cultural imperante -todo lo que el presente sea capaz de dar es muchísimo mejor que lo que ofreció el pasado- se torna, en las escuelas, institutos y universidades, recalcitrante peterpanismo.
2.- La escuela "al servicio de" es una de las falacias de semejante adanismo. La escuela al servicio de la sociedad, de los derechos humanos, del sistema productivo... Échenle un vistazo a las sucesivos decretos y leyes de los últimos veintne años y verán cómo ese "al servicio de" es uno de los recursos más utilizados.
3.- Enseñanza privada: ¡si fuera privada de verdad! El problema es que, se llame privada o concertada, continúa recibiendo subvenciones.
4.- Enseñanza pública: crónica de una muerte anunciada desde 1970. Con la bendición de progresía, nacionalcatolicismo, sindicatos, profesores y padres, se ha convertido en el mayor artefacto de ingeniería social que han visto mis cansados ojos.
5.- Futuro: "el futuro ya está aquí" y no es necesario hacer uso del término "fascismo".
6.- Sociedad culpable: y, por eso, dentro de poco las élites biempensantes, la izquierda rousseauniana y las familias antisistema ¿no tardarán en exigir lo que el suizo -una de las mayores calamidades que le ha podido ocurrir al pensamiento político de Occidente- ya consideraba como bueno e inevitable?: un Legislador omnisciente, más allá del bien y del mal, que ponga orden y sane el cuerpo convaleciente como ya hizo en otras épocas: Robespierre, Hitler, Stalin...
7.- Soluciones:
-Un nuevo asociacionismo: desvinculación del cuerpo de profesores de sindicatos subvencionados.
-Huelga general en la enseñanza pública.
-Regreso de las competencias educativas al seno del Estado central.
-Separación del poder ejecutivo y del "poder educativo". Desaparición del Ministerio de Educación. Creación de una Institución al margen de partidos políticos que elabore un sistema de "mínimos" exigibles tanto para la privada como para la pública mediante reválidas estatales, que deje absoluta libertad a los centros -públicos o privados- para crear sus planes de estudios y que pague los sueldos de los profesores.
-Demolición incontrolada, salvaje y "aquelárrica" de los CP's y de la mafia de todos esos cursillos idiotizantes. Incentivos al profesorado para que adquieran nuevas especialidades académicas o profundicen en las que ya poseen: reconocimiento de nuevas licenciaturas, reconocimiento de doctorados, reconocimiento -justo y merecido- de trabajos de investigación o publicaciones. Posibilidad de acceso directo a la enseñanza universitaria...
El País critica hoy con dureza al gobierno ZP: negacionismo y gestión negligente. Desconozco –como me parece que casi todo el mundo- los entresijos y los rumbos de la economía, pero si El País se permite una crítica a un gobierno socialista en estos términos es que la cosa está chunga, chunga y/o a ZP se le están moviendo las filas. No me atrevo a opinar de economía. Pero sí sé que muchos llevamos tiempo aplicando estos términos, negacionismo y gestión negligente, a otra crisis que conocemos mucho mejor: la crisis educativa. El estado comatoso del sistema educativo español es tan rotundo como esa cifra de parados que ha reventado todos los subterfugios encubridores. Ni siquiera es cuestión ya de enzarzarse acerca de las causas, sino de mejorar la gestión y de propuestas. Las mías:
ResponderEliminar1. Diversidad de programas según intereses y talentos a partir de los 12-13 años. Multiplicidad de programas de formación profesional, programas técnicos y programas teóricos. [Iniciativas públicas y privadas pero con criterios comunes y públicos de control]
2. Restituir valor real y prestigio a las distintas titulaciones.
3. No tolerar la falta de rendimiento académico voluntario. [Menos aún las faltas disciplinares].
4. Eliminar la posición privilegiada en el organigrama de centro de los actuales departamentos de orientación. Debe funcionar de forma paralela con el mismo estatus que cualquier otro departamento, con sus propios objetivos particulares, métodos.
Un sistema semejante –no necesariamente idéntico- al aplicado en Singapur:
http://internacional.universia.net/asia-pacifico/singapur/sistema-educativo/estructura/index.htm
Elías apuntaba en La lengua a la desidia de los padres como mayor culpable de los males que recogen tus tertulianos. La escuela pública se está convirtiendo en el almacén de niños, con la excusa de una educación obligatoria que, aunque efectiva a muchos niveles, deja bastante que desear. Las inversiones de futuro en la educación deben apuntar hacia políticas sociales (escuelas de padres, asistencia social, eliminación de los conciertos privados, etc.) y a la adaptación de los currículos a la sociedad actual, incluyendo la posibilidad de que los alumnos elijan vías profesionales al llegar al instituto.
ResponderEliminarDon Antonio:
ResponderEliminar¿Escuela de padres? ¿Asistencia social? Perdone, pero dudo mucho que meter al Estado hasta en la taza de café con leche de los desayunos, o convertir los más insignificantes resortes de la vida familiar y social en burocracia paraestatal sean las soluciones adecuadas. Piénselo bien: ¿qué le diría una madre a su hijo si éste estuviera en un sistema de enseñanza que no fuese obligatorio desde los doce años? El hecho de que los chavales no puedan salir hoy de las cárceles en que hemos convertido los institutos hasta los dieciséis años ha sido lo único que ha maleducado a los padres. Rebaje usted la edad en la que los jóvenes pueden acceder a un contrato de aprendizaje, acorte su estancia obligatoria hasta los doce o catorce años, proponga, a esa edad, alternativas educativas -y nunca, insisto, obligatorias- ajenas a los consabidos estudios universitarios, exija, en cada etapa, un nivel de aprendizaje que no sea de chiste con reválidas en cada tramo..., es decir, sitúe usted a las familias frente al abismo de la libertad y la responsabilidad -y apártelas, por tanto, de esta tutela excesiva, orwelliana e idiotizante-, y éstas, se lo aseguro, responderán como es debido. Porque, apesar de la malvada sociedad, del satánico capitalismo y de la corruptora televisión, la familia, cuando la han dejado en paz, cuando no han intentado usurpar su papel ni han tratado de fiscalizarlo estatalmente, siempre ha sido la única que, al final, rescata el pesado carro del lodo y se pone a tirar de él con todas sus fuerzas.
No sé quienes son los que dialogan, ni cual de los dos es el terapeuta, pero los terapeutas están muy desprestigiados en cualquier caso.
ResponderEliminarSe es adolescente solo por 2-4 años, así que a ellos no se les puede echar la culpa de nada.
Tiene razón -creo- Serenus. Estos que nos gobiernan han perdido el norte, y no solo en la economía; los comprometidos con la educación piensan que ahí tampoco marchan las cosas, ni en la justicia, ni en la sanidad...
La única verdad cierta es que las fachadas de los IES están mucho más sucias y desvencijadas que las de los colegios concertados; hay que aumentar el presupuesdto para adecentamiento de fachadas, que no se lo lleve todo el clero. Y en conseguir que las familias recen unidas.
Y para quienes piensan que hay que sacar la educación de las "garras" de políticos y sindicatos: Por ahí se va al fascismo: pequeños grupos, vanguardias, en posesión de las soluciones, y por tanto, de la verdad. No hay que reinventar la Falange.
Precisamente el fascismo, Pantagruel, tenía como columna vertebral un partido y un sindicato.
ResponderEliminarAndrés Hurtado de Micina, coincido con usted en bastantes juicios, especialmente, en lo de no hacer obligatoria la enseñanza hasta los dieciséis años, pero sí ofrecer estudios profesionales o contratos de aprendizaje con horas de formación profesional. Esta última posibilidad fue atacada por los sindicatos y la izquierda cuando el PSOE quiso sacar una ley en este sentido y por fin se desechó, lo que fue una oportunidad perdida. En las futuras conversaciones de Iturrioz y su interlocutor Andrés, iremos profundizando en otros aspectos de la cuestión. En este post se habían intentado señalar aspectos básicos sobre el clima propicio para el aprendizaje y la disciplina, pero veo que nadie ha recogido la invitación.
ResponderEliminarEfectivamente, Andrés. Un solo partido, un solo sindicato, no son ni sindicato ni partido.
ResponderEliminarAunque los argumentos de Iturrioz me parecen sólidos y bien explicados, no soy tan pesimista en cuanto a sus predicciones para el futuro. Aún existen muchos chicos y chicas con ganas de aprender, con curiosidad innata, con un sentido del trabajo y el esfuerzo que merecen la pena ser desarrollados. Es cierto que el aburrimiento y la falta de autoridad son dos de los males mayores de nuestra sociedad (no creo que sean exclusivos del sistema educativo). Pero el trabajo diario con los alumnos nos demuestra que no todos encajan en esta horna. El sistema educativo actual ha traido al menos la ventaja de que los profesores nos esforzamos por hacer clases amenas e interesantes que puedan atraer al mayor número posible de alumnos (a mí me dieron clase algunos profesores que eran realmente soporíferos), aunque ello suponga un sobreesfuerzo para los que nos dedicamos a esto. Ahora bien, ello no debe significar que les exijamos un esfuerzo menor o no les animemos a trabajar en todo momento. El equilibrio entre ambas variables es quizás el punto ideal.
ResponderEliminarInteresante planteamiento el de este post, Joselu. Me ha gustado mucho.
Un abrazo
Coincido en muchos de los planteamientos que se exponen aquí, pero sin tener -obviamente la respuesta de casi nada- me gustaría plantear otra cuestión. Yo estudié EGB, BUP y COU y, como profesor, expliqué BUP y COU. ¿Tan pésimos eran aquellos programas educativos?, ¿tan nefastos eran sus resultados?
ResponderEliminarJamás como ahora he visto tanto fracaso escolar, tantas mentes acríticas, tal escasez de lectores; nunca como ahora he visto legiones de alumnos desmotivados, desinterados y apáticos, padres que delegan y políticos que comercian... ¿Estáis seguros de que estamos avanzando o cualquiera tiempo pasado...?
Yo no lo sé, os lo aseguro...
Como diríamos aquí...no mientas ruina, chiquillo¡
ResponderEliminarYo creo que la disciplina es un lujo que no nos podemos permitir en la enseñanza pública (no sería políticamente correcto que se primara la disciplina desde ámbitos oficiales), pero en la privada no tienen ese problema, sino que tienen otro, que es el de los resultados, y ahí está demostrado que sin una aténtica disciplina no es posible. Ahí nos toman ventaja.
ResponderEliminarUn saludo.
Coincido contigo Joselu en no poner la obligatoriedad de la enseñanza a los 16, pero el problema de los dos años de vacío hasta el prmer contrato persistiría.
ResponderEliminarLa propuesta sería desdoblar la Eso para que tercero y cuarto estuviera enfocado bien al estudio bien a una formación profesional.
Como a Toro Sentado, el "diálogo" me recordó de inmediato la película "la Ola".
ResponderEliminarEl problema de la educación en la escuela pública y en la privada, que no es oro todo lo que reluce, es como queda patente "la falta de autoridad", la desidia y desinterés tanto de alumnos como de padres. Uno de los grandes errores de la izquierda en general ha sido y es confundir autoridad con autoritarismo, en eso los modelos hispano.americanos nos aventajan. Por otro lado tenemos la sobreprotección al menor, sobreprotección a todos los niveles, que en muchos casos, llega al absurdo. Soluciones... muchas, pero todas conllevan un esfuerzo. ¿Está nuestra sociedad dispuesta a ello?
Son muchos años de dejación para intentar arreglarlo de hoy para mañana, poco a poco y vigilando no se nos cuelen los autoritarismos, que ya es lo que nos falta para la cuadratura del círculo.
Joder Joselu, te has puesto... serio, serio. Se ve que te afecta.
Malo, malísimo, me afecta, ya lo creo que me afecta. Espero seguir con estos diálogos una vez por semana o cada diez días y en ellos plasmaré intercambios sobre educación que me resulten relevantes. La experiencia educativa es una de las más apasionantes que se puedan concebir, sólo superada, a mi juicio, por la experiencia como actor. Y en el fondo tienen muchas cosas en común.
ResponderEliminarLo tremendo es que, conociendo las causas que explican esa crisis, los factores que la provocan, los mecanismos que pudieran afrontarla, sigamos por inercia en una dinámica de reiteración de errores que agravan aún más un problema estructural, para el que nadie, desde las esferas de la decisión, parece tener voluntar de resolverlo.
ResponderEliminarSoy novata en esto de "Blogear", paseándoem por los blogs de una amiga, salté a otro y de aquel hasta aquí..me encantó descubrir que todavía quedan "MAESTROS" con mayúsculas..especie en franca extinción.., en mi humilde opinión..lo deduzco por el cariño con el que antes hablabas de "Blanca", y de ahí he pasado a tu siguiente escrito y de él, a los 28 comentarios que como tú escrito no tienen desperdicio, sobre todo los de Andrés Hurtado y Joselu...y aunque todos decís verdades como "castillos" asease:
ResponderEliminarQue a los chavales hay que "adobarlos" ( para que les penetre..) con la idea obvia y evidente de que sin esfuerzo y disciplina, no se consigue nada en esta vida..observo que a ninguno (quizá porque todos sois del mundo de la enseñanza..) se os ha ocurrido plantear que además de todo lo que decís..ABSOLUTAMENTE CIERTO..hay otra cuestión que nadie aborda jamás, cuando se habla de la catástrofe que es hoy la enseñanza en España..¿Quien enseña a enseñar a los que enseñan?..¿ Les gusta enseñar a los que enseñan?...más fácil ¿ Les gustan los críos a los enseñantes? ¿ Se reliza alguna prueba de aptitud en este sentido cuando alguien decide dedicarse a la enseñanza?.."saber" matemáticas, Física o lietratura, no significa lo mismo que "saber enseñar" matemáticas, física o literatura...si para entrar en la guardia vil, por ejemplo, se les hace previamente un psicotécnico para seleccionar si entra o no..¿Porqué no hay selección alguna para acceder a la profesión educativa? ¿Es que aquí vale todo?...En mi opinión enseñar es lo más difícil y complicado del mundo ..y mucho más hacer que alguien disfrute aprendiendo..no por las malditas notas..por el mero placer de aprender, y esta es la GRAN ASIGNATURA PENDIENTE..
Anónimo, planteas cuestiones muy interesantes y oportunas. Se trata de la idoneidad pedagógica. ¿Están preparados los enseñantes para enseñar? ¿Debería hacerse un test psicotécnico para el acceso a la función docente? Tal vez sí, tal vez no. Es una profesión muy dura para la que hace falta una enorme vocación y además es importante que te gusten los adolescentes. Pero en el caso de que se aplicaran estos tests de forma rigurosa obtendríamos resultados harto complejos. Pienso que hay buenos profesionales en las diferentes materias pero que no saben enseñar. El acto educativo ha cambiado profundamente en estos últimos quince años. No era lo mismo enseñar en el antiguo BUP que en el actual sistema educativo. Entonces importaban esencialmente los conocimientos y ahora no importan tanto -importan bastante poco- y el centro es el cómo hacerlo ante adolescentes desnortados e indisciplinados. Es una profesión que pone a prueba a los profesionales. Conozco el caso de profesores jóvenes que han descubierto su vocación en centros difíciles. Quizás es una vocación que se descubre. Y tal vez es una vocación que se pierde tras haberla abrazado con entusiasmo durante muchos años de la propia vida.
ResponderEliminarMil gracias por tu respuesta a "anónimo"...que.. soy yo misma.., el día que lo escribí era tan novata e inútil, en esto del blog, que no fui capaz de firmarlo...me encantan tus razonamientos, la ternura que demuestras y tu blog...ya tienes una nueva "feligresa"...son muy afortunados tus alumnos, por tenerte como MAESTRO, hasta "el más trocho de ellos", quizá ahora no se de cuenta, pero te recordará en el futuro...estate seguro.
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