He pasado dos días en el delta del Ebro, desconectado de la blogosfera, y aunque echándola de menos, he podido sentir el cielo sobre mi cabeza, el cielo y el río que llega hasta el mar en una desembocadura, si no amazónica, sí bastante hermosa. Dos días encapotados pero de cielos con suficiente luz y nubes para dar lugar a fotos interesantes. He comido dos arroces de la zona, a cada cual más bueno, he visto un molino de arroz tradicional y he aprendido el proceso que lleva al arroz desde la marisma a la bolsa herméticamente cerrada. Siempre he sido un enamorado del arroz. Cuando viajé por Indonesia, Malasia y Tailandia comía arroz para desayunar, para comer y para cenar. El arroz nunca me cansa en cualquiera de sus variedades. He comprado saquitos de arroz bomba y arroz marismas, excelentes para paellas, pero me gusta el arroz basmati, el risotto, la paella, el arroz tres delicias… Me encanta hacer fotos en los arrozales. El cielo se refleja en ellos. En Balí hice fotos sugerentes reflejándose las palmeras en el agua, en un cielo tornasolado de colores violetas, amarillos y verdes. Creo que pertenezco a la cultura del arroz…
Pienso en mi alumnos. Me encantaría invitarlos a una gran paella en el delta del Ebro. Hablaríamos de leyendas africanas o sobre literatura. Cada vez me horroriza más la enseñanza impartida en campos de concentración obligatorios.
Uno de los arroces más hechizantes que recuerdo es el amargo, con aquel nudo en los extremos de la camisa que amenazaba con estallar. Ahora bien, casi cada finde hago paella.
ResponderEliminarBienvenido sea el descanso, la evocación y el amor por los arroces, el imperial es una de mis especialidades en la cocina y mi familia lo celebra, un abrazo
ResponderEliminarPanta, ¿existe el arroz amargo? Me he quedado dubitativo. No había oído hablar de él.
ResponderEliminarYolanda, intentaré conseguir la receta del arroz imperial. Ya el nombre me resulta sugerente. El caribe es otro lugar de fantásticas combinaciones con el arroz, pero que yo no conozco. Un abrazo.
Tú, amada, has sazonado el arroz que compartimos.
ResponderEliminarEl árbol, el pez, el pájaro y el gigante miran nuestra felicidad
y sonríen inescrutables.
"Ho Yuan Chen. Dinastía Legendaria"
Que exquisito el arroz en todas sus variantes....
Saludos
seguro que allí aprenderían mucho más que en las prisiones donde los metemos.
ResponderEliminarespero que los dos días hayan bastando para renovarte las energías y el espíritu. Mas aprovecha de lo que te queda de vacaciones y sé feliz, que es lo más importante.
saludos
Joselu, aquí te dejo la receta del arroz amargo
ResponderEliminarYo estuve con mis chavales por esa zona hace unos años. Nuestra primera actividad nada más llegar fue un paseo en barco por el delta. Fue un viaje estupendo.
ResponderEliminarHaces bien en escaparte a sitios así de vez en cuando. El arroz es un ingrediente de lo más versátil, tanto en dulce como en salado. A mi hijo le encanta de cualquier manera. Yo uso el vaporizado porque se puede dejar hecho de un día para otro sin apelmazarse. Con cualquier cosa que le pongas está bien y es un plato muy completo.
Somos muchos los que ansiamos poder dar clase en un ambiente distinto, a cielo abierto. Por eso hay que aprovechar las excursiones, son clases diferentes si se enfocan bien.
Aprovecha la recta final de las vacaciones. Un abrazo, colega.
El arroz forma parte de la dieta básica de los dominicanos así que crecí comiéndolo. Me gusta mucho y lo disfruto de muchas maneras. Aquí lo hacemos de tantas divinas formas que casi somos magos. :)
ResponderEliminarTambién me gusta mucho en paella.
No sabía que había arroz amargo. Una novedad para mí también.
Sería bonito que los estudiantes pudieran recibir clases así a cielo abierto como propones. Una de las clases que más disfruté en la universidad fue la de fotografía periodística porque el profesor nos sacaba al aire libre, nos llevó de paseo por la zona sur del país para que hiciéramos fotos y para mí fue el paraíso. De vez en cuando es bueno llevar a los estudiantes a otro escenario distinto al monótono salón de clases.
¡Feliz año nuevo!
Mis mejores deseos para ti y todos los tuyos.
Y el arroz con leche de mi abuela.
ResponderEliminarArroz y tartana.
ResponderEliminarDisfruta de esos excelentes arroces y cuando regresemos a los campos de educación -¡qué ironía!- háblales a tus alumnos de los arrozales, de Indonesia, de Malasia, de Tailandia y del Delta del Ebro... que viajen y salgan de esas cuatro paredes, ¡aunque sea con la imaginación!
ResponderEliminarYo también soy fan incondicional del arroz en todas sus variantes y en mi casa, como en la de Panta, los findes toca paella.
ResponderEliminarNo conozco esa zona de España, es lo único que me queda por explorar. He estado en Barna, y me encantó, pero no conozco más y lo tengo pendiente.
El arroz bomba lo conocí yo gracias a mi jefe, que es un gourmet frustrado y que da clases de cocina y luego experimenta con nosotros.... (un año nos intoxicó y pasamos todos el peor finde de nuestra vida - sentados en el váter concretamente... Lo peor fue una chica finlandesa que teníamos en prácticas y que tuvo que ingresarse y todo. La pobre no estaba inmunizada como nosotros... Ya le dijimos: "Joder, no podías liquidarnos como cualquier empresario, con un finiquito normal???" :P
Me apuntaba yo a la paella esa con tus alumnos... Espero que si lo llevas a cabo al final, nos lo cuentes para ponernos los dientes largos :D
Un beso, Joselu
p.s. El tachón anterior es mío. Había puesto una falta de ortografía que me hacía daño a la vista :S
¿Te parece que la enseñanza sea un campo de concentración obligatorio? ¿No hay forma de darle sabores distintos, como al arroz?
ResponderEliminarCarmensabes, un poema de resonancias zen que incluye el arroz. ¡Qué delicia!
ResponderEliminarEloi: Sé justo y sé feliz. Lo leí una vez a Jorge Luis Borges. Creo que es una buena ecuación vital.
Yolanda, me alegro de que conozcas el delta. Es una zona que me ha sorprendido. Nosotros también hemos ido en una golondrina desde la isla de Buda hasta la desembocadura. Intentamos aprovechas los últimos días, colega.
Rosa Silverio, me encantaría probar recetas de arroz al estilo dominicano en tantas formas que sois magos. ¿También la paella se estila en Santo Domingo? ¿O es un plato que conoces por ser español?
Fmop, y el arroz con leche, por supuesto. No conozco el de tu abuela, pero el que hacemos en casa también está exquisito. Me encanta...
Serenus, me decepcionó porque en el delta sólo se conserva una antigua barraca con techo de paja, más bien turística y muy pequeña. Eso recordando a Vicente Blasco Ibáñez, autor que no me entusiasma pero tiene su interés.
Marcos, es verdad. Todos los que enseñamos tenemos un bagaje vital que nos quedamos dentro y que ayudaría a abrirles el campo del pensamiento y la imaginación. A mí me cuesta mucho hablarles de mi historia personal o viajera, pero sin duda que sería una buena introducción a algunas clases, o un aditamento en esos campos de educación. Gracias por tu presencia y comentarios.
Novicia Dalila, caray con tu jefe, un día os da Vega Sicilia, otro, arroz bomba, otro día os intenta liquidar sin ERE correspondiente... Tu empresa realmente es una aventura en todos los sentidos. Os contaré lo de la paella para mis alumnos si llega a realizarse. Sería una idea estupenda. Un abrazo.
Jose, el lanzador de botellas, no sé cuál es tu profesión. No sé si eres docente. Desde mi profesión constato la dificultad de integrar a muchos alumnos para los que pasar seis o siete horas al día, quietos en un aula, constituye una auténtica prisión, y se comportan como si estuvieran dentro de ella. Explicarles el sintagma nominal o el acento diacrítico, o hacer compresión lectora desde luego no es lo que más les puede atraer. Leer a muchos no les gusta nada y no compran los libros. Realmente hace falta mucha imaginación para intentar enseñarles y que eso tenga diferentes sabores como los del arroz. Ahí está el desafío, pero no sé si tiene fácil solución. Yo de momento no la encuentro. Un cordial saludo.
Sí Joselu, en mi empresa puede pasar de todo... Un día te colman de exquisiteces y al día siguiente te envenenan en cuanto te descuidas... Son unos inconstantes :P
ResponderEliminarBueno, bueno, y lo del arroz con leche de la abuela de Fmop, que debe ser como el de mi madre...mmmmmmmmmmmmmmmm, eso no es pa contarlo...
Mañana le digo a mi mamá que me prepare un barreño :S:S
Yo vivía hace años relativamente cerca del delta (en Alcañiz), y recuerdo un verano en el que dormimos en el coche, en el que buscábamos la carretera (inexistente) que nos llevase el final del delta, y el miedo de que la tierra se hiciese movediza y nos tragase.
ResponderEliminarNovicia, creo que más profundas que las naciones son los sabores de nuestra madre o nuestra abuela. Unas se pueden olvidar pero los otros no.
ResponderEliminarSimalme, los paisajes del delta son muy sugerentes. A ti te ha venido uno no sé si relacionado con la infancia qne que te invadió el miedo de ser engullida por los campos anegados o por el gran río. Alcañiz está muy cerca de una interesante y hermosa comarca, la del Matarraña, a la que quiero volver con mi familia algún día.
Si es que tanto te agrada...
ResponderEliminar... yo te invitaba gustosa a compartir un plato del de mis domingos, del que huele a sol, a la flor del naranjo, a Albufera, a arrozales y a dunas, a Mediterráneo. También a paella de leña, a mistela, a risas, a... casa, a familia, y a amigos.
Un buen arroz :)
V, de Valencia.
Imagino que tal vez es un poco complicado (no conozco el sistema educativo por dentro), pero podrías intentar hacer una salida grupal de estas que sirven para unir al grupo y demás. En el centro donde estudio, hemos hecho un par (barbacoa y bolera), que aunque no tengan nada que ver con la docencia, sí que se ha notado que el grupo en sí, ha cogido más confianza y está más unido. Por lo que es más facil trabajar con el en las clases y los compañeros no tienen problemas en echarse una mano cuando lo necesitan.
ResponderEliminarLa propuesta está ahí.
:)
Un abrazo enorme, Joselu.
Yo soy de la tierra de la paella. Puedo asegurar que todos los domingos de mi vida (no exagero) en mi casa se ha comido paella. No concibo una comida dominical desde mi más tierna infancia hasta hoy sin la paella presidiendo la mesa. La paella, pues, forma parte de mi vida, y vuelvo a ella siempre que puedo. Me encanta.
ResponderEliminarHasta el arroz hervido con un chorrito crudo de aceite es una delicia. Dicen que el arroz no es ni yin ni yang y que también garantiza tener unos intestinos saludables. Sólo por eso bien vale un post.
ResponderEliminarTítulo muy bueno, por supuesto.
Siempre le he encontrado un encanto especial al Delta. Quizás porque mis mapas no coincidían con su desembocadura, que siempre buscaba y nunca hallaba. Tengo que volver.
ResponderEliminarPS. A mí el arroz no me apetece demasiado. Algún día contaré porqué.
No soy experta en arroces, pero me atrevo a recomendarte el que más nos gusta en casa: el arroz salvaje. Se vende en tiendas de productos naturales. Es aromático como pocos.
ResponderEliminar"Campos de educación" es una denominación que me gusta, si se toma la palabra "campo" en sentido literal, como espacio abierto, natural...
V, todo lo que describes me recuerda alguna paella, hecha con fuego de leña al aire libre en una masía donde viví. El paellero era valenciano y nos decía que la regla principal de la paella era que el paellero tiene que estar contento, y que donde manda paellero no manda nadie más. Me encanta tu presentación. Claro que me apuntaba.
ResponderEliminarMeike, el problema con las salidas es el comportamiento de los chavales. A veces son temibles, pero si fuera a comer una paella, supongo que sería diferente. Tomo nota.
Miguel, otro amigo como V,de la tierra de la paella, del levante oloroso a azahar y a mar. ¡Qué poco conozco esas tierras! Algún día remediaré mi ignorancia valenciana. Espero que sea pronto. En Cataluña la paella se suele comer en los restaurantes los jueves, no sé por qué.
Aaoiue, el arroz blanco con un chorrito de aceite es un excelente acompañamiento. Explicado como lo haces ya resulta apetitoso. Me asombra la variedad de posibilidades del arroz. De lo más simple a lo más sofisticado como el Arroz imperial que ha citado Yolanda.
Antonio, te iba a invitar a una paellita en el delta, pero me has dejado en suspenso con eso de que el arroz no te atrae. Sería seguro un buen relato el de por qué no te gusta el arroz.
Lu, ayer leía en un libro sobre arroces que el llamado arroz salvaje en realidad era un cereal que no tiene ninguna relación con el arroz, a excepción de que se cultiva y recolecta en el agua. De ahí su denominación. Fue una novedad para mí. Igual que a ti, me ha gustado la denominación de campos de educación, es una metáfora interesante en el sentido que tú recoges. Es sorprendente cómo se puede aunar la pedagogía y la gastronomía y hacer surgir imágenes sugerentes.
Hola Joselu, ¡feliz año nuevo! Ya veo que lo estás aprovechando y disfrutando.
ResponderEliminarAbrazos
p.d. El hecho de que sea obligatoria ya la convierte en un campo de concentración.
Joselu, la paella no forma parte de la gastronomía dominicana, no se acostumbra a comer, claro, a menos que vayas a un restaurante español o que sea un "exotismo" de alguien.
ResponderEliminarConozco la paella e incluso la he preparado yo misma (y no me sale tan mal, jejeje) porque viví más de un año en España y mi compañero es español. :)
Si vienes un día al país te darás cuenta el porqué digo que somos magos. La pobreza ha llevado a muchos a cocinar el arroz hasta con aire.
Abrazos.