Es difícil escribir en lunes cuando todo se ha apagado y han de pasar todavía unas horas para que comience de nuevo el tráfago diario en las clases. Ese tráfago que implica tensión, ilusión y ansiedad. Estos días los alumnos ya intuyen el cierre del negocio. Las notas finales están llegando a ellos y sólo quedan los últimos ajustes, aunque las clases oficialmente llegan hasta el día veintitantos.
Es el momento de hacer un balance. Ante este objetivo mi imaginación se queda exhausta. Ha habido sin duda muchos errores. Las cosas se podían haber hecho mejor en lucha contra la entropía o la tendencia al caos. Ha habido momentos buenos. Recuerdo los siete polvos que echó el marqués de Bradomín a la niña Chole, los paseos de Juan Ramón Jiménez recorriendo las tumbas de los niños muertos, el dadaísmo literario, las relaciones extrañas de Antonio Machado con Leonor y más adelante con Guiomar. Para despertar el interés de los alumnos por figuras literarias recurrías a los trucos más manidos: el morbo y la vida personal… Están demasiado influidos por los programas de televisión para apreciar intrínsecamente la obra literaria. Cuando abordaste a Miguel Hernández les pusiste como ejercicio una octava real en que se describía crípticamente una masturbación. Eres un tramposo, Joselu. Un tramposo que espera ver en los ojos de los alumnos un brillo que te anime a seguir.
Planteaste el programa de intercambio de lecturas a partir de un viaje a Barcelona a conseguir una serie de libros aconsejados por el profesor. Algunos de ellos –magníficos- han caído en tierra estéril y se han olvidado; otros han caído en terreno más fértil y han dejado una estela de idas y venidas. Tienes la impresión de que el sistema no ha sido muy productivo. Tu tesis de que los chavales de cuarto de ESO se sienten atraídos por lecturas adultas no ha sido contrastado por la realidad. Haría falta una labor de seguimiento de sus experiencias lectoras. Quizás lo hagas en el blog de la clase. Pero tienes la impresión de que grandes obras han pasado por ellos sin pena ni gloria.
Tu experiencia más positiva ha sido la escritura de una novela. Ahí te han desbordado y sorprendido como has dejado plasmado en un post anterior. Ha habido mucha creatividad e intuición literaria. ¿De dónde sacan sus modelos literarios? ¿De la televisión? ¿De los videojuegos? ¿De libros leídos?
Otra aportación al curso ha sido la cultura bloguera a la que se han apuntado con la participación en el blog de la clase y el mantenimiento de blogs personales que han subsistido contra viento y marea.
El paisaje cuando acaba un curso no tiene nada que ver con lo que habías imaginado. Ha funcionado lo que no pensabas que lo hiciera y no ha funcionado aquello en que depositabas grandes esperanzas.
Ser profesor es una profesión llena de incertidumbre, abierta a la creación artística y a profundos desalientos. No obstante, en tu fuero interno estás satisfecho. Se ha cerrado otro ciclo y tus alumnos y tú, aunque no quieran o no lo piensen, algo han aprendido. Y ahí has estado tú. Aprendiendo también.
Es el momento de hacer un balance. Ante este objetivo mi imaginación se queda exhausta. Ha habido sin duda muchos errores. Las cosas se podían haber hecho mejor en lucha contra la entropía o la tendencia al caos. Ha habido momentos buenos. Recuerdo los siete polvos que echó el marqués de Bradomín a la niña Chole, los paseos de Juan Ramón Jiménez recorriendo las tumbas de los niños muertos, el dadaísmo literario, las relaciones extrañas de Antonio Machado con Leonor y más adelante con Guiomar. Para despertar el interés de los alumnos por figuras literarias recurrías a los trucos más manidos: el morbo y la vida personal… Están demasiado influidos por los programas de televisión para apreciar intrínsecamente la obra literaria. Cuando abordaste a Miguel Hernández les pusiste como ejercicio una octava real en que se describía crípticamente una masturbación. Eres un tramposo, Joselu. Un tramposo que espera ver en los ojos de los alumnos un brillo que te anime a seguir.
Planteaste el programa de intercambio de lecturas a partir de un viaje a Barcelona a conseguir una serie de libros aconsejados por el profesor. Algunos de ellos –magníficos- han caído en tierra estéril y se han olvidado; otros han caído en terreno más fértil y han dejado una estela de idas y venidas. Tienes la impresión de que el sistema no ha sido muy productivo. Tu tesis de que los chavales de cuarto de ESO se sienten atraídos por lecturas adultas no ha sido contrastado por la realidad. Haría falta una labor de seguimiento de sus experiencias lectoras. Quizás lo hagas en el blog de la clase. Pero tienes la impresión de que grandes obras han pasado por ellos sin pena ni gloria.
Tu experiencia más positiva ha sido la escritura de una novela. Ahí te han desbordado y sorprendido como has dejado plasmado en un post anterior. Ha habido mucha creatividad e intuición literaria. ¿De dónde sacan sus modelos literarios? ¿De la televisión? ¿De los videojuegos? ¿De libros leídos?
Otra aportación al curso ha sido la cultura bloguera a la que se han apuntado con la participación en el blog de la clase y el mantenimiento de blogs personales que han subsistido contra viento y marea.
El paisaje cuando acaba un curso no tiene nada que ver con lo que habías imaginado. Ha funcionado lo que no pensabas que lo hiciera y no ha funcionado aquello en que depositabas grandes esperanzas.
Ser profesor es una profesión llena de incertidumbre, abierta a la creación artística y a profundos desalientos. No obstante, en tu fuero interno estás satisfecho. Se ha cerrado otro ciclo y tus alumnos y tú, aunque no quieran o no lo piensen, algo han aprendido. Y ahí has estado tú. Aprendiendo también.
Espero plagiarte el día en que tenga que sopesar un curso.
ResponderEliminarTe felicito, maestro.
P.D.: cada vez es un sí mas grande y un no más tenebroso.
Gran maestro el que aprende de sus alumnos. De lo contrario, no serviría de nada nuestro oficio. Me alegra verte de nuevo renaciendo de las cenizas del curso.
ResponderEliminarPrecioso, amigo, precioso...
ResponderEliminarhola, tengo un hermano pequeño que el año que viene comienza la secundaria. le encanta leer, estudia mucho y tiene una encantadora mezcla de miedo e ilusión por empezar a formar parte de esa secundaria en la que él se imagina que ya será mayor.desde que leo tu blog que descubrí por el enlace de viaencutrelandia me he reído muchas veces y me he asombrado más todavía por el tipo de ejercicios que propones a tus alumnos, por las películas...toda esta exhibición de tu trabajo me ha encantado y me hace respetarte. a mi hermano le gustan también; nos reímos mcho con los epitafios y las historias de seis palabras. solo tiene 11 años.
ResponderEliminarmucha suerte.
lucía
pd: este ordenador no tiene mayúsculas.
¿Quién no es un tahúr para sobrevivir?
ResponderEliminarsi tu has aprendido algo ya es una victoria, pues aunque siempre trabajes por tus alumnos, al final nosotros mismos, siendo un poco egoistas, debemos sentirnos algo satisfechos y sacar un poco de provecho, que en tu caso creo que puede ser el aprende de cada curso que pasa.
ResponderEliminarAdemás, sinceramente, creo que tus alumnos también lo han hecho
un abrazo
Joselu, en Historia sí q es fácil recurrir a esas anécdotas o historias morbosas o escandalosillas y yo soy de las que recurre de forma facilona a esos trucos para atraer la atención y el interés de los alumnos.
ResponderEliminar"Ha funcionado lo que no pensabas que lo hiciera y no ha funcionado aquello en que depositabas grandes esperanzas"
ResponderEliminarAsí es mi sentir también. Cuando ideo algo en la mesa de mi casa, nunca sé cómo va a ser cuando lo exponga en clase, cómo va a ser lo que reciban ellos, cómo va a ser lo que quede en ellos...
Nunca se sabe qué tecla es la que hará sonar el piano y, sin embargo, esa adrenalina del riesgo es la que me da vidilla en clase. Me encantan los experimentos, y aunque sean asignaturas del área de las ciencias sociales las que yo imparto, me gusta llegar a clase con el entusiasmo de:" a ver hoy tengo un experimento entre manos, os voy a proponer ..." Y me gusta ir viendo la expresión de sus rostros a medida que les expongo el reto y me gusta ver la diferencia de cómo lo creé en estado idea, cómo se plasmó en la clase y cómo quedó finalmente cuando al receptor le tocó interactuar con mi propuesta.
No deja de ser un reto, un desafio, un juego, una apuesta y una experimentación. Al principio de toda esta enseñanza "ESOriana" los instituto que la incorporaban como novedad y a modo de prueba se le llamaban experiementales. Y es que dar clases o enseñar no deja de ser una experimentación. Toda una experiencia para el/la que se pone delante de todos esos pares de ojos somnolientos a primera hora, algo más despejados a segunda, pensando en el recreo a tercera, revolucionados a cuarta por el partido del recreo o el cotilleo de turno, mirando el reloj a quinta para ver si llega pronto la sexta y con hambre y resoplando en esta última hora.
No es fácil esta profesión. Pero si te gusta tiene algo que engancha, aún cuando todos los experimentos no salgan como se querían. Si no gusta se sobrevive a duras penas. Esta es una profesión en la que la vocación hace mucho.
Un abrazo y enhorabuena por ese balance positivo y el buen sabor de boca que te quedó después de tu autoevaluación.
En tu balance hay cinco "es". Ensayo, error, expectativas. Además de la emoción, la entrega.
ResponderEliminarBuen fin de curso
Enhorabuena y felicidades por todo tu trabajo en el blog -que lo podemos comprobar tus lectores- y en tu centro -que sin duda lo agradecen y agradecerán tus alumnos-. El balance seguro que es positivo en el frío invierno... ¡disfrutemos ahora del verano!
ResponderEliminarLo importante es introducirles en el mundo literario, dicen que en el amor y la guerra vale todo, aquí, creo que también.
ResponderEliminarUna vez que le hayan cogido el gustillo a la lectura, será cosa de coser y cantar. El método me parece inteligente.
Felices vacaciones.
Un abrazo.
Pues aprovechando tu balance, le he dado un repaso por encima a tu blog, lo que conocía y lo que no. Es tremenda la cantidad de cosas sobre las que has escrito. En el repaso, he descubierto el blog antiguo de nuestra amiga alumna, que me apetece mucho leer. Aunque no sepa nada de ella desde hace tiempo, la aprecio, gracias a ti, con un cariño que creo no perderé. También admiro tu voluntad y tanto esfuerzo como hay aquí; hay multitud de entradas que no he leído aún y que me gustará leer, así que me hago el propósito.
ResponderEliminarAhora, las sugerencias -verás que me estoy refinando, ya no son peticiones. Una, más viable, sería insertar un pequeño buscador para lo que llevas escrito. Creo que con la ayuda de google y con el parámetro ese "Site:" se podrá hacer sin mucha dificultad. La otra, ver la posibilidad de que podamos comentar algo en el blog de tu clase, e incluso participar alguna vez (puestos a "sugerir"). La verdad es que a veces me ha dado ganas de meterme allí a la enseñanza por libre, pero no me he atrevido, y menos sin tu permiso.
Un abrazo y buen fin de curso.
Enhorabuena, Joselu...
ResponderEliminarEsta vez eres tú el que me contagia el optimismo... Me alegra leerte en este tono al final del curso y, también como balance provisional, te adelanto que ha sido un placer seguirte en las tres evaluaciones... ¡No me he perdido ni un solo post!
Muchas gracias y que disfrutes de un final dulce dulce... ¡Qué poquito os queda!...
Un abrazo