Durante unos días me dedicaré a tratar el tema de la crisis de la escuela, en especial de la enseñanza secundaria, un periodo de escolarización obligatoria que va de los 12 a los 16 años. Para ello, utilizaré como guía mi propia experiencia y la aportación fundamental de un libro de muy difícil localización por lo reducido de su tirada y lo inadvertido que pasó cuando fue publicado por la Editorial Acuarela en abril de 2002. El libro, magnífico, se titula La escuela de la ignorancia y el autor es Jean-Claude Michéa. Es una sátira punzante, que no deja pie con cabeza al diseccionar los nuevos modelos educativos que se han impuesto en occidente con las reformas implantadas ya desde los años 80 en los distintos países que conforman nuestro universo cultural.
En España la aplicación llegó en los años 90 con la aplicación de la famosa LOGSE, que consagraba un método constructivista de la enseñanza donde lo importante no eran los conocimientos que pudiera alcanzar el alumno sino la adaptación a sus necesidades personales, y la democratización de los métodos de enseñanza. A partir de aquel momento, con la extensión de la educación obligatoria de la educación hasta los 16 años, seríamos los profesores los que tendríamos que adaptarnos a los humores y predisposiciones de nuestros alumnos, y enseñarles a aprender por sí mismos, quitándole importancia a los saberes tradicionales de la disciplina y el esfuerzo personal. Desde entonces, nuestras escuelas secundarias se han convertido en lugares de esparcimiento, de entretenimiento, donde los alumnos van a pasárselo bien y aprobar con el menor esfuerzo posible. De igual manera, todos los conflictos de la sociedad se han proyectado con fuerza en el ámbito educativo, donde, lo aseguro, lo menos importante de todo no es la cantidad de conocimientos y saberes adquiridos.
Este modelo es lo que Jean-Claude Michéa llama la enseñanza tittytainment (una palabra mezcla en inglés americano de "entretenimiento" y tits que son pechos). Esta enseñanza, de tipo embrutecedor y perverso respecto a lo que hasta entonces se había entendido, está destinada a las clases populares y es una especie de cóctel ligero que permite mantener de buen humor a la población frustrada del planeta. La lógica de esta enseñanza es eliminar cualquier vestigio de espíritu crítico hacia el sistema liberal capitalista y evitar cualquier tipo de gusto por la indagación intelectual. El rigor pedagógico ha de ser sistemáticamente proscrito de las aulas y ha de ser sustituido por la espontaneidad de los chavales, sus gustos, aficiones, tendencias, que inevitablemente coincidirán con los que dicten los mass media, la publicidad y los medios de difusión de modelos culturales para la juventud. Cualquier vestigio de densidad intelectual ha de ser eliminado por "antidemocrático" y contrario a la igualdad en las aulas.
La escuela cambió sustancialmente, después de la aplicación de la LOGSE, y nos adecuamos al modelo americano que había terminado en un completo fracaso en cuanto a la integración y ascenso social de las clases populares. La educación desde entonces impartida debía buscar cínicamente la "pérdida de la posibilidad de reconocer instantáneamente lo que es importante y lo que es accesorio o está fuera de lugar; lo que es incompatible o, por el contrario, lo que podría ser complementario; todo lo que implica tal consecuencia y lo que, al mismo tiempo, impide". Se trata, en definitiva, de crear individuos adiestrados al servicio del orden establecido, aunque su intención en un primer momento fuera contraria a este resultado. Porque no podemos olvidar que ha sido la izquierda, en España el PSOE y otras fuerzas de izquierda como IU y los sindicatos, los que han aplicado este modelo de enseñanza que ha arrasado cualquier rasgo de formación humanística y científica en las aulas.
Los profesores, en principio, educados en un modelo más marcado por la decencia profesional, rechazaron este modelo educativo, pero sus opiniones y su aportación fueron desdeñados considerándolos vestigios del pasado. Y esta nueva forma de aprender (en que no se aprende nada) ha de ser muy moderna. La izquierda está fascinada por adhesión absoluta a la modernidad. Y así, la escuela ha de ser animada, un espacio de vida democrático y alegre y a la vez guardería ciudadana, una especie de parque temático donde poderlo pasar bien, que es lo que quieren nuestros alumnos.
Para educarnos y adaptarnos a los profesores, reacios al nuevo sistema de enseñanza, han aterrizado en el sistema educativo una colección de expertos en educación, los especialistas en Pedagogía -policía del pensamiento educativo-, o bien profesores, ya conversos al nuevo sistema democrático, integrador y entretenido, cuya principal meta ha sido el de huir de las aulas y convertirse en técnicos o inspectores. En el lugar más alejado de nuestros díscolos y dictatoriales chavales, claro está.
Este post fue publicado en la anterior etapa de Profesor en la secundaria+ el 7 de noviembre de 2005. Lo rescato a petición de algunos de mis amables lectores que me lo han pedido.
En España la aplicación llegó en los años 90 con la aplicación de la famosa LOGSE, que consagraba un método constructivista de la enseñanza donde lo importante no eran los conocimientos que pudiera alcanzar el alumno sino la adaptación a sus necesidades personales, y la democratización de los métodos de enseñanza. A partir de aquel momento, con la extensión de la educación obligatoria de la educación hasta los 16 años, seríamos los profesores los que tendríamos que adaptarnos a los humores y predisposiciones de nuestros alumnos, y enseñarles a aprender por sí mismos, quitándole importancia a los saberes tradicionales de la disciplina y el esfuerzo personal. Desde entonces, nuestras escuelas secundarias se han convertido en lugares de esparcimiento, de entretenimiento, donde los alumnos van a pasárselo bien y aprobar con el menor esfuerzo posible. De igual manera, todos los conflictos de la sociedad se han proyectado con fuerza en el ámbito educativo, donde, lo aseguro, lo menos importante de todo no es la cantidad de conocimientos y saberes adquiridos.
Este modelo es lo que Jean-Claude Michéa llama la enseñanza tittytainment (una palabra mezcla en inglés americano de "entretenimiento" y tits que son pechos). Esta enseñanza, de tipo embrutecedor y perverso respecto a lo que hasta entonces se había entendido, está destinada a las clases populares y es una especie de cóctel ligero que permite mantener de buen humor a la población frustrada del planeta. La lógica de esta enseñanza es eliminar cualquier vestigio de espíritu crítico hacia el sistema liberal capitalista y evitar cualquier tipo de gusto por la indagación intelectual. El rigor pedagógico ha de ser sistemáticamente proscrito de las aulas y ha de ser sustituido por la espontaneidad de los chavales, sus gustos, aficiones, tendencias, que inevitablemente coincidirán con los que dicten los mass media, la publicidad y los medios de difusión de modelos culturales para la juventud. Cualquier vestigio de densidad intelectual ha de ser eliminado por "antidemocrático" y contrario a la igualdad en las aulas.
La escuela cambió sustancialmente, después de la aplicación de la LOGSE, y nos adecuamos al modelo americano que había terminado en un completo fracaso en cuanto a la integración y ascenso social de las clases populares. La educación desde entonces impartida debía buscar cínicamente la "pérdida de la posibilidad de reconocer instantáneamente lo que es importante y lo que es accesorio o está fuera de lugar; lo que es incompatible o, por el contrario, lo que podría ser complementario; todo lo que implica tal consecuencia y lo que, al mismo tiempo, impide". Se trata, en definitiva, de crear individuos adiestrados al servicio del orden establecido, aunque su intención en un primer momento fuera contraria a este resultado. Porque no podemos olvidar que ha sido la izquierda, en España el PSOE y otras fuerzas de izquierda como IU y los sindicatos, los que han aplicado este modelo de enseñanza que ha arrasado cualquier rasgo de formación humanística y científica en las aulas.
Los profesores, en principio, educados en un modelo más marcado por la decencia profesional, rechazaron este modelo educativo, pero sus opiniones y su aportación fueron desdeñados considerándolos vestigios del pasado. Y esta nueva forma de aprender (en que no se aprende nada) ha de ser muy moderna. La izquierda está fascinada por adhesión absoluta a la modernidad. Y así, la escuela ha de ser animada, un espacio de vida democrático y alegre y a la vez guardería ciudadana, una especie de parque temático donde poderlo pasar bien, que es lo que quieren nuestros alumnos.
Para educarnos y adaptarnos a los profesores, reacios al nuevo sistema de enseñanza, han aterrizado en el sistema educativo una colección de expertos en educación, los especialistas en Pedagogía -policía del pensamiento educativo-, o bien profesores, ya conversos al nuevo sistema democrático, integrador y entretenido, cuya principal meta ha sido el de huir de las aulas y convertirse en técnicos o inspectores. En el lugar más alejado de nuestros díscolos y dictatoriales chavales, claro está.
Este post fue publicado en la anterior etapa de Profesor en la secundaria+ el 7 de noviembre de 2005. Lo rescato a petición de algunos de mis amables lectores que me lo han pedido.
Nos han querido hacer un "gran favor" y, en realidad, nos están haciendo todo menos un favor.
ResponderEliminarEs verdad que los alumnos que no “pegan ni chapa” en el instituto han salido beneficiado. Se les da la eso porque saben leer, sumar y marquetería. Ay! Que triste que personas que tengan la ESO apenas sepan hacer algo más, pero todavía es más triste que haya gente que no se la saque, y no es una minoría que digamos.
¿Pero que pasa con los demás? La gente hace bachillerato, normalmente el humanístico por ser el clasificado como más fácil y no porque tengan sensibilidad hacia diversas artes. Llegan a bachillerato y en el primer trimestre se dan cuenta que no es exactamente lo mismo, ahora les piden además de leer, se les pide que sepan resumir y comprender lo que leen. Pues podríamos decir que un 10% de los matriculados se rinden sólo en el primer trimestre.
La minoría que pasa a segundo, se dan una “ostia” impresionante porque tiene que hacer un trabajo de investigación y estudiar las asignaturas del curso. Es verdad que es un salto grande el paso de primero a segundo. Esto es un problema de la nueva enseñanza porque si fuera un ascenso progresivo sería más fácil coger el ritmo.
Es una lástima que no haya habido tiempo para comentar el anterior artículo "burn-out", tan gráfico y expresivo de una situación que nos afecta a tantos. Quizás sea mejor así, para no incurrir en las jeremiadas ni en la consoladora terapia de grupo, pero echo de menos no haber echado mi cuarto a espadas...
ResponderEliminarA su manera, el artículo de hoy está emparentado genéticamente con el anterior, puesto que no abandonamos la descripción de las ruinas románticas de lo que fue una vocación, la razón de ser de personas entregadas a la noble labor de transmisión del conocimiento, la sensibilidad, la inteligencia y las emociones...
Hoy, en la Vanguardia, Francesc-Marc Álvaro publica un artículo "Mérito" en que aborda la situación de la Secundaria. Puede leerse en Lavanguardia.es, de forma gratuita.
Estoy de acuerdo con él. Es la decadencia de la responsabilidad educativa de los padres la fuente originaria, en buena parte, del fracaso actual de muchos alumnos de nuestros Institutos y, por ende, de la malan marcha de tantos y tantos Centros. La Consejería de Enseñanza,además, dispuesta a conseguir el voto de los padres, es complaciente con ellos y desatenta con nosotros, los funcionarios de prisiones...
A María José le diría que orientara su necesidad docente hacia la Primaria, porque allí sí que aún existe la posibilidad de "educar" a los críos para que puedan "degustar" el exquisito plato del conocimiento. Si llegaran a la ESO sabiendo leer y escribir mínimamente, ¡cuánto habríamos avanzado!
En fin, no me enrollo, que me pierdo...
Una anécdota instructiva. Una de las escasas medidas que se pueden adoptar como refuerzo negativo de conductas violentas reiteradas es, una vez acumulado cierto número de amonestaciones, enviar al alumno tres o cinco días a su casa. Hace poco ha sucedido eso en un centro de mi pueblo, y la reacción de la madre al conocer que tenía que soportar a su querido hijo en casa unos diillas fue... acudir a la policía para consultar si podía denunciar al centro por incumplimiento de sus obligaciones docentes. Sic. De padres gatos, hijos mininos.
ResponderEliminarLa postmodernidad ha causado muchos estragos. Entre otros la pedagogía neoliberal que ahora se aplica en las escuelas. Un sistema puede ser más o menos mejor que otro, pero sin dotación de recursos educativos ninguno resulta. Porque no olvidemos que esta denostada LOGSE si funciona bien en los colegios de élite. ¿Qué falla entonces?
ResponderEliminarfmop
http://elsexodelasmocas.bitacoras.com
La selección del alumnado, fmop. Que en la enseñanza pública hemos de mantener escolarizados a un alto porcentaje de alumnos sin ninguna motivación para los que la escuela es un castigo o una diversión. No es una cuestión de recursos. He tenido cursos con cinco alumnos en los que no se podía hacer nada porque no tenían ganas de trabajar ni de aprender. En la privada de élite, conozco colegios que están a una ratio de treinta y seis por curso y funciona porque el que se mueve no sale en la foto. Pagan y mucho para estar allí y eso les obliga a rendir. No todas son iguales, claro. Pero el funcionamiento de los sistemas educativos no sólo es cuestión de dinero sino de organización. No es bueno juntar alumnos sin motivación con otros motivados. Siempre se imponen los mediocres o vagos. Antes había una FP y un BUP. Era una buena fórmula si se hubiera dotado de medios eficaces a la FP.
ResponderEliminarEl problema de la motivación. Parece como si la falta de motivación fuera un tema aislado que sólo ocurre en la escuela. Además es algo que María José comenta. La desmotivación ocurre en todos los ámbitos de la vida. Pero por centrarme en el mundo laboral habría entonces que no hacer nada porque el que está al lado tampoco lo hace. ¿Acaso no existen profesores desmotivados, quemados, sin vocación? Pero eso no impide que otros luchen contra viento y marea para mantener la dignidad en su profesión. Luego está lo de dividir el rebaño en motivados (buenos) y desmotivados (malos). Suena a discriminatorio. Los de FP eran los 'burros' que no servían para estudiar, lo recuerdo.
ResponderEliminarEntiendo que la solución a los problemas educativos no son sólo cuenstión de dinero (pero me gustaría ver un sistema educativo público de calidad), porque son muchos males los que lo aquejan.
Entre otros los modelos sociales que imperan y el cambio que ha sufrido la estructura familiar. Muchos de los padres de estos niños desmotivados tuvieron un modelo familiar rígido y han mudado a otro muy diferente que, en la mayoría de los casos no han sabido asimilar. El tema es largo y complejo.
fmop
Llega una edad, pongamos los 13 o 14 años, en que si un adolescente ha "decidido" no estudiar, es im-po-si-ble, tal como suena, conseguir sacar de él un rendimiento intelectual que le permita aprobar un curso como 3º o 4º de la ESO. Es duro, lo sé, "apartar" a quienes no quieren estudiar del sistema, a quienes no están dispuestos a concentrarse intelectualmente ni un cuarto de hora para superar unos cursos, los de la ESO, que requieren una media de entre hora y media y dos horas diarias de deberes en casa, pero no se trata de una segregación, sino de una automarginación a la que los políticos han de encontrar una salida: cursos de formación profesional; talleres; iniciación como aprendices en la trama económica; algo, en fin, que los ayude a encontrar un camino hacia su automantenimiento o, si les quedan algunas luces, hacia unos estudios que habrán de realizar en peores condiciones que las actuales, es decir, simultaneándolos con el trabajo. Así me formé yo, trabajando y estudiando, independizado económicamente desde los 20 años, con sueldos de miseria, alquileres abusivos, pisos de toma pan y moja, pero orgulloso de no depender más que de mí mismo...
ResponderEliminarNo es un drama, pues, enfrentar a los adolescentes a lo que ha de ser su responsabailidad: valerse por sí mismos. Lázaro de Tormes se vio enfrentado a esa realidad con 9 años...
Permitamos que los Institutos vuelvan a convertitrse en centros de cultura y espacios privilegiados del conocimiento, aunque seamos el primer peldaño del mismo.
Desterremos de la sociedad la idea absurda de que todos hemos sido llamados a la adquisición del saber abstracto. Seguir manteniendo la educación obligatoria hasta los 16 años es un fraude social: las familias, confiadas en esa mentira política que les han vendido, nos entregan sus hijos con esperanzas everestianas, y nosotros les devolvemos realidades chatas, indocumentadas, orgullosas, vagas, ajenas a las ideas de deber y de responsabilidad y alérgicas a duros trabajos que ya harán los inmigrantes, que nuestros alumnos ya tienen -o así lo creen, "una cultura...", un status..., porque llevan un carpesano en la mochila y han silabeado algunas páginas, que no leído...
'Discriminar' y 'atender a la diversidad' son dos maneras de decir lo mismo. Si dos personas están en distinta situación, merecen distinto trato. Por mucho que enfade a algunos, el sistema de enseñanza será una meritocracia o no será. Hay que premiar a quien se esfuerza y orillar a quien no lo hace, con mano firme y sin complejos. La LOCE era un paso en ese sentido, y es una lástima que haya muerto tan prematuramente. El mero hecho de que se redujera el número de suspensos con los que se puede promocionar ya ha tenido un efecto positivo constatable, que se irá al traste en cuanto nos inyecten este nuevo chute de logseína.
ResponderEliminarEl concepto tittytainment (entetanimiento) que utilizas es bastante más amplio y no se refiere únicamente a los aspectos docente y discente de la cuestión. Su alcance va mucho más allá y afecta a los alumnos de una forma mucho más decisiva rebasando claramente las puertas de escuelas, institutos y universidades. En http://www.entetanimiento.com/ se habla un poco de este asunto.
ResponderEliminarXavier Tomeu