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martes, 26 de mayo de 2020
El cazador cazado
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A estas alturas ya no necesito advertir que Platón me interesa y me irrita por partes iguales. Ante sus ideas, a menudo tengo ganas de lanzar alguna de esas fantásticas ristras de insultos que aprendí del Capitán Haddock: ¡grumetillo! ¡filoxera! ¡anacoluto! ¡bachi-buzuk! ¡ectoplasma! Me pregunto cómo es posible que un filósofo de inteligencia tan irreverente defienda un sistema educativo que condena a los alumnos a conocer solo textos esterilizados y fábulas de virtud. Su programa suprime de la literatura todos los claroscuros, las excursiones al abismo, la inquietud, el dolor, las paradojas, las intuiciones perturbadoras. La poda es escalofriante. Si él mismo hubiera escrito según esos principios estéticos, ahora nos aburriría soberanamente. Y, en cambio, sigue fascinándonos porque, al contrario de lo que prescribe, es agudo, paradójico e inquietante. Pero hoy el desafío sigue en el aire, como saben los profesores de Louisville que quisieron borrar el insulto nigger de la obra de Mark Twain. ¿Los libros infantiles y juveniles son obras literarias complejas o manuales de conducta? Un Huck Finn saneado puede enseñar mucho a los jóvenes lectores, pero les hurta una enseñanza esencial: que hubo un tiempo durante el cual casi todo el mundo llamaba «negratas» a sus esclavos y que, debido a esa historia de opresión, la palabra se ha convertido en tabú. No por eliminar de los libros todo lo que nos parezca inapropiado salvaremos a los jóvenes de las malas ideas. Al contrario, los volveremos incapaces de reconocerlas. Al contrario de lo que cree Platón, los personajes malvados son un ingrediente crucial de los cuentos tradicionales, para que los niños aprendan que la maldad existe. Tarde o temprano tendrán noticias de ella (desde los matones que les acosan en el patio del colegio a los tiranos genocidas). La maravillosa y perturbadora Flannery O’Connor escribió que quien «solo lee libros edificantes está siguiendo un camino seguro, pero un camino sin esperanza, porque le falta coraje. Si alguna vez por azar leyera una buena novela, sabría muy bien que le está sucediendo algo». Sentir cierta incomodidad es parte de la experiencia de leer un libro; hay mucha más pedagogía en la inquietud que en el alivio. Podemos hacer pasar por el quirófano a toda la literatura del pasado para someterla a una cirugía estética, pero entonces dejará de explicarnos el mundo. Y si nos adentramos por ese camino no debería extrañarnos que los jóvenes abandonen la lectura y, como dice Santiago Roncagliolo, se entreguen a la PlayStation, donde pueden matar a un montón de gente sin que nadie ponga problemas. Tengo ante los ojos un último artículo de prensa. Resulta que, en la Universidad de Londres, el sindicato de estudiantes de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos exige que desaparezcan del programa filósofos como Platón, Descartes o Kant —por racistas y colonialistas—. Es irónico: Platón, el cazador cazado.
ResponderEliminarVallejo, Irene. El infinito en un junco: 105 (Biblioteca de Ensayo / Serie mayor) (Spanish Edition) . Siruela. Edición de Kindle.
No es Platón filósofo que me plazca, pero no lo prohibiría nunca, y no lo prohibiría porque como filósofo hace pensar.
ResponderEliminarCreo que lo importante de Platón no son "las ideas que se sustenten" , sino el "logro mismo de tener ideas", y eso es lo importante, no lo que pensara él, sino el hecho de pensar, de filosofar.
Recordemos que todo él era compendio de presocráticos: de Pitágoras, elementos del orfismo; de Parménides captó una realidad eterna e intemporal; de Heráclito la visión crítica del inmovilismo...
Lo que él puso en sus diálogos hace más de dos mil años, era para una sociedad de aquella época, donde un esclavo valía menos que un animal de tiro, y donde eran aceptados los sistemas de esclavitud que hoy vemos incomprensible.
Y es cierto que él propone una dictadura de los intelectuales, pero no es menos cierto que hoy sabemos que nos gobiernan en ocasiones los últimos de la clase. Todos en nuestra medida vemos una diferencia entre un Tierno Galván y un Rufián; entre un Gabilondo y un Casado; entre un Anguita y una ministra que dice : "los muertos y las muertas habidas al día de hoy..."; entre un Tarradellas y un Torra, incluso entre un Pujol de los primeros cinco años en Catalunya y un Puigdemont actualizado.
Y cierto, cierto que él, Platón, prohibía las poesías de Homero y Hesiodo, porque hablaban mal de los dioses, pero no por eso se puede prohibir en una Universidad del año 2000 un pensamiento generalizado platoniano, pues en pleno siglo XXI, existen numerosos filósofos con escuela que obvian todo aquello que les incomoda, y eso no les hace peores filósofos.
Salut.
Primero, me ha parecido espléndida tu contextualización de la filosofía de Platón en su tiempo. He disfrutado leyéndote y se nota que la filosofía es tu materia más estimada.
EliminarTienes razón en que Platón o Descartes o Kant no deberían ser censurados o prohibidos en universidades occidentales. Su pensamiento nos hace pensar y nos abren caminos todavía fértiles para nuestro mundo y nuestra naturaleza de seres críticos. Sin embargo, hay una tendencia peligrosísima que es juzgar el pasado a los ojos del presente, juzgar toda la historia a la luz de las ideologías multiculturales y de género que está haciendo estragos en la universidad norteamericana y por lo que veo también del Reino Unido. Lo veo una muestra de incultura y sectarismo terribles. Se quiere rehacer el lenguaje para hacerlo inclusivo para la ideología de género o de culturas diferentes. Lo que en principio podría parecer algo interesante se convierte en un principio de censura y de moralismo que empobrece totalmente nuestras fuentes filosóficas y literarias. He leído libros sobre la situación de la universidad norteamericana y es estremecedor cómo la censura puede avanzar de un modo tan inicuo. Vivimos un tiempo claramente puritano y muy peligroso. La ministra que habla de muertas y muertos es un buen ejemplo de ello. La muerte reciente de humanistas como Harold Bloom y Georges Steiner cierra una era de rico pensamiento que ya no volverá porque ya no hay hombres que tengan una dimensión humana y cultural tan vasta y rica.
Estoy de acuerdo contigo, que Platón fuera en cierta manera un censor no debería convertirnos a nosotros en eso mismo.
Abrazo. Salut.
Siempre que nombran a Platón, se me aparece el fantasma de Chantal Maillard.
ResponderEliminarEn un tiempo leí un par de libros de Chantal, entre ellos Matar a Platón. Personalidad intensa y llena de misticismo oriental. Cuando viajé a la India me llevé un libro de ella que vivió allí algún tiempo. Ya solo por eso merece un premio porque India es un país muy difícil para el viajero si va por libre.
EliminarBueno, no conozco la obra de Platon, me leí hace unos años La República, pero siendo sincero ya me acuerdo muy poco de su contenido. Platon, por lo visto defendía la ἀριστοκρατία el gobierno de los mejores, en contraste con la democracia. no es mala idea siempre que sean los mejores y no se convierta en un nepotismo encubierto, que es lo que suele ocurrir siempre. Es curioso ver como algunos en este país de cortesanos mpodernos afiliados al pesebre, esperan que el cargo les aporte dignidad, que error, el cargo no aporta nada, el cargo no es nada si la persona que lo lleva es un incompetente. En mi visión de la política, deben ser las personas que lo ocupan las que aporten dignidad al cargo, pero luego veo lo que veo y pienso "madremiadelamorhermoso"..
ResponderEliminarUn saludo.
Pensé que te llamaría la atención de que también Descartes fuera considerado racista y colonialista, y a este filósofo sé que lo conoces muy bien.
EliminarEn todo caso, estoy de acuerdo con tus apreciaciones. Miquel hacía hincapié también en que los que ostentan cargos pueden ser muy diferentes. La calidad democrática ha descendido en picado. No solo no nos gobiernan los mejores sino que son los peores de cada formación. Yo no sigo las noticias para no saber de ello, porque me da vergüenza y me produce mucho dolor ver lo que hay a un lado y a otro. Pareciera que la selección haya sido negativa por completo.
Un saludo, y gracias por tu aportación.
La verdad es que tildar a Descartes como racista y colonialista, solo puede venir de una persona con un alto grado de ignorancia, hecho este disculpable porque todos estamos aprendiendo. Pero en este caso a la ignorancia se le añade el atrevimiento (normalmente suelen venir unidas) y la verdad es que un sindicato de estudiantes que dice estas memeces, es la prueba palpable que hay personas en el mundo que están por el factor diversidad, es que tiene que haber de todo. Cualquiera que tenga una pequeña formación sindical sabe que sindicato y distinción de raza y credo es una contradicción, y dice mucho de quien lo hace, lo dice todo.
EliminarUn saludo
Un buen ejemplo de como el lema de lo “políticamente correcto” se ha llevado al paroxismo. Lo criticable no es lo “políticamente correcto”, ya que parte de un objetivo loable; ejercer la política sin menospreciar al oponente, pero ocurre que amparados en esa corrección política sale a relucir lo grotesco de nuestro ser.
ResponderEliminarEn el fondo, esos jóvenes estudiantes albergan una motivación positiva (no les gusta el racismo ni el colonialismo, lo que está bien), pero yerran en la forma, pues no son capaces de entender que la vida es irreductible al ideal que ellos consideran. Ese es su problema, han sustituido a la realidad por el ideal que ansían habitar. Vivir en esa asepsia es como no vivir en el mundo, un lugar complejo y lleno de paradojas, como lo es el propio ser humano.
Seguramente, muchos de esos estudiantes en Londres, o del sindicato de estudiantes de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos… lleven ropa y zapatillas de marca, en fábricas donde trabajan orientales y africanos en condiciones de explotación en el tercer mundo, ¿serán consecuentes y renunciarán a sus prendas “cool” y las zapatillas de moda? No.
La hipocresía de siempre, somos revolucionarios desde el salón o la barra del bar.
Abrazo, Joselu.
Hay una corriente fortísima en las universidades americanas -también españolas- de no permitir que se exprese ninguna idea que sea mínimamente distinta a un patrón de pensamiento extremo erigido como norma -la ideología de género, el animalismo, antirracismo, el anticolonialismo, el antifascismo- y se quiere que la universidad sea un "espacio seguro" en que no entre ninguna idea inquietante o perturbadora. Así se boicotean y se censuran conferenciantes que no gustan, cursos enteros como el que hace referencia la cita. Pero ¿es buena idea que se censure en la universidad todo aquello que inquieta? ¿Acaso no es la universidad un lugar excelente para el debate de ideas? Así se está empobreciendo dramáticamente esta institución.
EliminarComo bien dices, la vida es irreductible al ideal que ellos consideran y el pasado no se ajusta a dicho ideal. ¿Podemos censurar el pasado para convertirlo en lo que ahora queremos que sea? No se puede vivir en la asepsia, el mundo, como dices, es un lugar de complejidad y lleno de paradojas.
Jonathan Haidt ha escrito un libro sobre la situación de la universidad norteamericana donde recoge que esta se está convirtiendo en un sitio de ortodoxia y carente de complejidad. Los nuevos estudiantes hiperprotegidos, los que crecieron con los smartphones, no quieren que se les exponga a nada que los inquiete, quieren, como dices, una realidad aséptica, en lugar de fortalecerse en el debate y en la dialéctica que abre exponerse a ideas diferentes.
Me he despertado y me he encontrado con tu comentario hecho a medianoche. Ha sido un despertar gozoso. Un abrazo, Paco.
Estas actitudes me aburren tremendamente. No tengo edad ya...
ResponderEliminarUn abrazo, (o su equivalente en época de pandemias)
Ya no es solo aburrimiento. Si uno sigue la vida interna de las universidades catalanas, es imposible, reitero imposible, una conferencia o un acto cultural de parámetros que no coincidan con el independentismo que es la política oficial de las organizaciones estudiantiles aunque no del alumnado que en su inmensa mayoría es ajeno a ello. La universidad como lugar de debate y universalidad es una idea arcaica.
EliminarUn abrazo pandémico, jajajaja.