miércoles, 14 de julio de 2010

Eros y thánatos

Hablar de amor y muerte en pleno verano parece extraño. Mi post titulado Rituales recibió comentarios elogiosos hacia la figura de este profesor, pero quiero aclarar que son inmerecidos por completo. El texto del post era pura ficción. En el título lo aclaraba o pretendía aclararlo con esa palabra entre paréntesis. Nunca sucedió lo que firmaba ese personaje apócrifo al que le di el nombre de Sergio Caballero. Nunca llevé a mis alumnos a visitar cementerios, fábricas de ataúdes, institutos anatómico forenses, redes de alcantarillas de Barcelona… Es cierto que una vez en Berga participé en una representación callejera de un grupo internacional que desarrolló la idea de una secta necrófila vindicativa de los ritos de la muerte. Esto es rigurosamente cierto. Fue en agosto de 1987. Y la función en un domingo de verano fue un éxito.

No sé si disculparme porque en el título quería dejarlo claro. Era ficción. La carta la redacté yo, y pensaba que todos los lectores se darían cuenta de que aquello que contaba era imposible. Hubiera sido impensable entonces y ahora plantear un curso que se centrara en la reflexión sobre la muerte. Pero he de reconocer que es una experiencia pedagógica que me he quedado sin llevar a cabo, y me hubiera gustado mucho. La muerte es una de mis reflexiones fundamentales. Yo soy yo porque voy a morir. Todos vamos a morir. No hay ningún lector que lea esto (si hay lectores este verano) que no vaya a tener esa experiencia que yo considero luminosa. La muerte es un tránsito luminoso, tal vez hacia la nada. No sé. Volveré a lo que era antes de nacer. O sea cero. Inexistencia.

Me hubiera entusiasmado interesar a mis alumnos en la idea de la muerte, pero el sistema no lo hubiera permitido. No hay idea más reprimida que la idea de la muerte. No la aceptamos. En otro tiempo se reprimía el sexo de múltiples maneras. El sexo era pecado, suponía la condenación absoluta… El placer era culpabilizado. Sin embargo, la evolución de nuestra sociedad –con la aportación decisiva de la década de los sesenta- ha llevado a desdramatizar y reivindicar el eros… y se puede decir que ha entrado en nuestra sociedad occidental como un compañero de nuestro modo de ver las cosas. Todo nos habla de sexo: la publicidad, el cine, la ficción… El eros en alguna manera es la victoria sobre la muerte, es la ilusión efímera de que somos más fuertes que la muerte. La muerte es, en cambio, ocultada, reprimida, orillada. Sexo, sí; muerte, no. Sin embargo, en la historia han estado unidas, especialmente en la literatura, en nuestras pulsiones existenciales, en nuestra psique… La muerte planea sobre cada instante de nuestra vida. Somos lo que somos porque vamos a morir, y lo sabemos. Los días que me quedan son limitados, tienen un número. Pero no gusta pensarlo. Tenemos en nuestra dialéctica interna múltiples recursos para olvidarlo: no pensar en ello, desarrollar nuestra potencia sexual (hasta que se acaba), consumir, reclamar el placer, alimentar la ilusión de que somos eternos…

Cuando hacemos el amor en sus innumerables formas practicamos el eros, pero también el orgasmo nos aproxima a la muerte, hacia la desaparición de nuestra individualidad, hacia el cero, aunque sólo sea por efímeros instantes… Nos fusionamos con el ser amado y desaparecemos como ego… Instantes, brevísimos microsegundos. Nunca hay mayor proximidad a la muerte que el orgasmo o el sueño, nuestra diaria incursión en la renuncia al ego. Porque vivir es sostener el ego, y la muerte es la aniquilación del ego, su desaparición completa. Nada hay que sobreviva después de nuestra muerte, y ello implica un abismo inconmensurable al que nos gusta aproximarnos porque nos atrae el vacío. No hay voluntad más potente que la tentación de vacío en medio del clímax de nuestra vida, en medio del cenit del verano.

Dejo reposar mi cuerpo sobre la roca frente al mar, es la plenitud del verano, la totalidad del ser, después de un baño prodigioso en que he sido uno, totalmente uno. Sin embargo, hay una pulsión inconsciente de detener ese instante, de hacerlo eterno, de residir en la integridad del ser, y ello nos acerca al éxtasis de la muerte en el momento de mayor expresión de nuestra energía.

No hay sistema educativo que permita hacer una reflexión orgánica sobre la muerte. No lo querrían los alumnos, ni la dirección del centro, ni los padres, ni la administración… Las experiencias del abismo son totalmente reprimidas, pero nuestros alumnos se acercan a ellas mediante el uso de la tecnología que proporciona una ilusión de potencia e inmortalidad, el alcohol, las drogas, el consumismo abrumador que presta otro espejismo de alejamiento de la muerte…

Pero todo es ficción. La muerte planea sobre cada relámpago de nuestra vida. Pero no es de buen gusto recordarlo… Hubo otras épocas en que la muerte era más aceptada y el eros era una forma de combatir lo fugaz de la experiencia. Hoy se la silencia, se la esconde, se la hace desaparecer en nombre del vitalismo, pero no hay vitalismo sin conciencia de muerte. No somos eternos. Es bueno recordarlo, incluso en este verano cenital y que invita a la plenitud. Por ello precisamente, por esa plenitud, es bueno recordarlo.

Y, desde luego, me habría gustado poder reflexionar sobre ello con mis alumnos, pero no hay mayor tabú que la muerte. Un tabú extraño y enfermizo.

Me despido, pasad un buen verano. Dedico este post a María del blog amigo de Ad kalendas graecas que me acompañó en mis reflexiones sobre Rituales sabiendo que eran pura ficción.

35 comentarios:

  1. A mi el texto me gustó mucho, y claro que me di cuenta de que era una ficción, me recordó un poco al Juan de Mairena, donde Machado inventó al profesor fabuloso que él nunca fue -en realidad el propio Machado confiesa que él fue un profesor más bien mediocre-.

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  2. «Pero todo es ficción.» Ahí estamos. Yo te creo capaz de eso. Y de más. :)

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  3. Joselu, mis relaciones con Thanatos creo que son mejores que con Eros. Siempre he visto a este eros como una limitación de la vida, como una carga que nos viene impuesta por la naturaleza, en pura limitación de nuestra libertad. Me interesa más la vida que la muerte y por eso, mientras vivo, me hubiera gustado ser libre, no estar sometido a las pulsiones de la naturaleza. ¡Qué se le va a hacer, si esto es imposible!
    Y en cuanto a la muerte, te contaré una experiencia sencilla pero sospecho que no muy común. Ya he dicho otras veces que cuando nació la primera de mis hijas me pareció ver claro que el único camino seguro para todo era el de la verdad (que nos hace libres). Así que, igual que no mentí con respecto a los Reyes Magos y otras tantas paparruchadas frente a las que la presión social intentó, inútilmente, conmoverme, tampoco quise mentir frente a la muerte. Es sorprendente cómo esta actitud ha hecho que mis hijos se desenvuelvan frente a este tema de conversación con una naturalidad absoluta. Al poco tiempo murió mi padre. Fue una ocasión de hablar sin cuidado de ello. En fin, no hace mucho, los encontré a los tres hablando de cómo se repartirían mis propiedades (especialmente las juguetescas, los niños son muy pequeños) a mi muerte; claro, en mi presencia, reclamaron mi opinión.
    Y quise contarte esto como un ejemplo de que tal vez todo el tabú sea social y, a lo peor, interesado.
    ¡Un abrazo!

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  4. Ide, creo que no lo podrías haber expresado con mayor acierto: un profesor mediocre que inventa a un profesor fabuloso. Es así. Me alegro de que te dieras cuenta. Y comparto con Antonio Machado mi ineficacia como docente, suerte que la literatura le sirvió para recrear a Juan de Mairena. Salvando las distancias gigantescas, es lo que hace Joselu sin demasiadas pretensiones.

    Al59, es ficción eso y la aclaración de que es ficción... Maravillosa ficción que nos permite soñar y llegar mucho más allá.

    Animal de fondo, pienso que es muy sano acostumbrar a los niños a considerar la muerte como una realidad que nos acompaña. Mi hija pequeña tuvo a los cinco años una etapa muy intensa de reflexión metafísica sobre la muerte. Le llamo metafísica por la densidad de nuestras conversaciones sobre el hecho de que sus papás tuvieran que morir algún día y las implicaciones que de ello se derivaban. Es importante ese umbral en que los niños se hacen conscientes de que no somos inmortales. Merece mucho la pena aprovecharlo para sentirnos cercanos a ellos. Luego la muerte se interioriza y pasa a ser un elemento de la vida, aunque reprimida.

    Caperucita azul, feliz verano también. Este es mi último post antes de irme de vacaciones. Un abrazo.

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  5. Pues entonces le pido a Joselu (alias Sergio Caballero) que sea él el que escriba una elegía cuando llegue el momento de mi muerte.
    Tu sabes lo que me atrae la palabra Thanatos y lo que he leido sobre ella. Para mí, la muerte es un tema normal de conversación pero sólo lo practico con quien veo que se puede, que tampoco es fácil encontrarlo. En casa es muy común hablar de la vida sin mí y lo hablamos de vez en cuando. Testamentos, repartos, amor, ataud, incineración....
    Discrepo contigo en que no queda nada de nosotros al morir... Yo creo que nuestra energía irá a alguna parte y yo espero que sea así porque la idea de desaparición total me produce claustrofobia. La verdad es que quiero reencarnarme en alguien y aprender las cosas que no he sabido aprender en esta vida. Un abrazo y feliz verano en tu roca. Lola

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  6. Lola, cuando expresaste ese deseo de que Sergio Caballero escribiera esa elegía, deseé poderlo hacer yo, o sea que aceptaría ese encargo encantado. Si quieres escríbeme a mi correo personal en septiembre (mañana me voy al Pirineo aragonés) y hablaremos de ello, pero que nadie ni tú ni yo olvidemos que podrías ser tú la que escribiera la mía. Nada es seguro. En cuanto a que quede algo o no de nosotros al morir, pues no sé, no excluyo nada. No espero sobrevivir de ninguna manera consciente y si no soy consciente, es como si fuera otra realidad a la que no tengo acceso. Pero no sé. Un fuerte abrazo, y procuraré contemplar la vida, tras un baño maravilloso en plenitud, desde mi roca.

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  7. "El eros en alguna manera es la victoria sobre la muerte". Alguna vez he pensado algo parecido.

    Y cuando hablas sobre nuestro querer ser eternos... pienso en el arte, en los artistas de las diferentes ramas, pintura, escritura, música... ¿No hay en ellos ese deseo, aparte de su pasión, de ser recordados para siempre, de no morir nunca en la memoria de los demás?

    Ah, y muchísimas gracias. No sabes la sorpresa que me he llevado al ver mi nombre al final.

    Que te lo pases bien en el Pirineo. Y ¡¡felicidades!! un pelín atrasadas.

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  8. Estoy de acuerdo contigo en que es una lástima que la muerte sea un tabú en nuestra civilización, cuando es algo tan intrínsecamente nuestro, tan apegado a la naturaleza de la vida... me encanta tu expresión de ella como "luminoso tránsito". No importan mucho hacia dónde sea, suelo pensar que es hacia la nada, hacia la nada que era antes de venir y a la que regresaré, y no me pesa. Tengo ahora mi oportunidad de conciencia y aprendizaje, tras este tiempo que se me concede, regresaré a lo que no-era, no me parece tan terrible.

    Yo adoro la vida, pero me hago mayor, y no veo la muerte con miedo, la veo cada día en mi trabajo, en los ojos de las gentes enfermas que vienen al hospital. Me apena el sufrimiento, pero la muerte es parte de nuestro camino.

    No seamos tan engreídos de tener las respuesta de "hacia dónde". Estamos lejos de saberlo todo.

    Un abrazo, amigo, y que tu existencia este verano sea plena. Eres "un tipo genial" :)

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  9. Aprendizaje:
    http://contralosestudiosos.blogspot.com/2005/03/aprendizaje.html

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  10. Pues yo no lo veo así de modo personal. En general... en fin, tantos puntos de vista como mentes pensantes, supongo.

    No he estudiado nada con más interés que la vida... en toda mi vida :) y tengo tan claro que la muerte es simplemente dejar de existir, y que está ahí, que es algo que ni de lejos me traumatiza, y de lo que no me molesta hablar en absoluto.

    Recuerdo hace un año, cuando se murió mi padre... ya ves, delante de mis narices y eso, en un plis plas, adiós a una vida entera. A una que valía la pena de verdad, que las hay que no. Pero mi jefe... sólo sabía proyectar cosas buenas hacia los demás. Todo el mundo lo quería mucho. No lo digo porque fuese mi padre, es que era así. Nunca discutía con nadie, nunca se enfadaba, vivía tranquilo. No conozco a muchas personas que sepan hacer eso, de hecho, puedo contarlas con los dedos de una mano. El caso es que... ya lo escribí, pero... me sentí mal entonces, por no sentirme mal, ya ves. Pero ahora pienso que es porque lo tenía, pues eso, claro y asumido. Igualmente pienso que hoy puedo estar, y mañana no. Es así. Pero no sé hacer lo que hacía él en muchas ocasiones. Hoy ni he dormido, él haría horas que estaría como un tronco, pero seguro.

    Mi madre sí se lo tomó muy mal, claro. Me decía que igual yo estaba así porque... había estudiado y eso, me dijo. Pobreta... En fin, una vez acomodada a la no presencia... tampoco hay mucho más sobre lo que pensar al respecto. Estamos y nos vamos, punto.

    Con respecto al sexo, puf... esto viene de lejos, y no sé muy bien de donde. Volvemos a lo mismo. Las cosas en realidad tienen el significado o la relevancia que cada cual les imprime. Para mí, el sexo sólo es una necesidad fisiológica más. Igual que comer, igual que... dormir. Supongo que volvemos a lo mismo. Funciones vitales: relación, nutrición, y reproducción. ¿Qué tiene la función reproductiva de especial en ese sentido?

    Nada.

    Lo esencial para mí, no es hacer esto o aquello, o que hacer eso o lo de más allá signifique algo, o no. Lo importante, es vivir. Y eso lo hacemos todos los presentes, viendo una mosca pasar, o echando un polvo intergaláctico :)

    Pero soy yo, que lo veo así, y cada cual... pues eso, que lo ve a su modo :)

    Saludos.

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  11. Oh, te deseo un verano estupendo, más que por supuesto :))))

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  12. Me sorprenden esas conversaciones ante mortem sobre las "herencias". Lo único que les puedo dejar a mis hijos es un "ahí os quedáis" y adiós muy buenas. Lo único mío que podría quedarles, los libros, es lo que no quieren ni por el forro, y los liquidarán de lance a quien, si no es tonto, no dejará de hacer buen negocio. Eso sí, continúo, como buen primitivo, tentando a la suerte.

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  13. No me extraña que te sorprendas, Juan Poz. Afortunadamente tengo todo repetido por tres: tres yates de cincuenta metros, tres palacios en Firenze, tres islas para las vacaciones, etc.... jajajajaj es broma, Juan. Realmente creo que hablaban de un Ipod. Creo que compartiré tu suerte con los libros, aunque todavía me queda esperanza...
    Saludos cordiales.

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  14. Por esta vez y sin que sirva de precedente, querido JOSELU,

    no puedo estar más en desacuerdo contigo y discúlpame, por favor. Verás, respeto lógicamente tu veneración por el hecho y la evidencia de la muerte, pero sinceramente, no comparto en absoluto esa visión, de que es ella quien revolotea constantemente en nuestro devenir vital.

    Ni si quiera comparto es hecho de que sea un tema tabú. Otra cosa, es que a algunos asuste en extremo y efectivamente se les haga incómodo tratar sobre ella.

    Verás, yo tengo una madre fervorosamente creyente, no beata:)) Bien, precisamente por eso y por su visión trascendente de la vida, debería ser una persona para quien la muerte no le supusiera ningún problema. Lejos de eso, desde que tengo uso de razón, mi madre siempre ha sido María agonías, cada vez que alguien se retrasa en un viaje, supone que le ha ocurrido algo, ella misma, cada vez que emprende uno, se despide como si ya nunca volviera, constantemente repite que la muerte es una realidad y que hay que estar preparados para ello, pero de tanto repetirlo y de tanto pesadez con el tema, yo creo que evidencia lo contrario, que le aterra, cosa que jamás he comprendido.

    Por el contrario, yo jamás pienso en ella, no por que me resulte tabú, me asuste o me preocupe, todo lo contrario. Es que no me interesa lo más mínimo. Es verdad que llegará, pero ¿ por qué eso, va a suponer un problema o va a condicionarnos?

    La vida es un conjunto de momentitos cargados de la suficiente cantidad de cosas, como para que por sí mismos, tengan valor, duren lo que duren y por efímeros que sea. Hasta tu planteamiento de hacer el amor, para mi es a la inversa. Ese climax del que hablas, lejos de parecerse al momento de la muerte, seguramente sea el ejemplo, de uno de los momentos en los que vivimos más intensamente, porque sentimos seguramente más que nunca. Jamás equipararía un orgasmo a estar muertos, porque se supone que cuando mueres no sientes nada y ahí sientes muchísimo, si quieres por tu propio planeamiento, sientes el doble porque tus sensaciones se unen a las de otra persona.

    Que desaparezca el ego personal, o la individualidad, no significa que nos difuminemos, o desaparezcamos. Yo, individualmente no soy nada, las pocas veces que he sentido que significo algo o que lo que hago sirve de verdad, es cuando me siento unida a otros o he hecho algo por otros, ahí nos multiplicamos. Justo cuando quieres a otros u otros, te quieren a ti. Seguramente por eso, para mi es tan importante el cariño, pero no el carnal, el de los sentimientos, para mi eso, es lo que me hace sentir más viva y a gusto.

    Por lo demás, reflexionar sobre la muerte, la vida o lo que sea, siempre es bueno y no debería resultar algo de mal gusto ¿porqué va ser algo de mal gusto, hablar de lo que sea, si se hace con respeto?

    Creo que es mucho más interesante aprender a vivir intensamente, que invertir nuestra vida, fundamentándola en la idea, de que un día ya no la tendremos.
    Por otro lado, pasmadita me has dejado, al explicarnos que tu otra entrada era ficción ¿?
    Y tú jajaja diciéndome que era una pena que no necesitara, ni leyera, alguno de los preciosos panegíricos escritos, por tu amigo Sergio Caballero jajaja ¡¡ay que te mato!! :-) Y yo pensado...¡¡pues a lo mejor es verdad, que hasta puede que sean hermosos!! Por cierto, Sergio es como se llama mi hijo pequeño, para que veas lo que son las casualidades.

    Por lo demás, que tu cuerpo repose en plenitud este verano sobre esas rocas, te tomes mil baños prodigiosos y disfrutes muchísimo de tu verano y cuando te llegue la muerte, no podrá quitar eso, porque ya lo has vivido.

    Muchos, muchos besos JOSELU y...
    ¡¡vive toooodo lo que puedas y te dejen este verano!!

    Nos vemos a la vuelta, si Thánatos nos lo permite, claro:-)))

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  15. María, la buena poesía, a la que soy aficionado, tiene como uno de sus temas fundamentales la inconsistencia, la fugacidad de la vida, la presencia del éxtasis cenital y su correlato oscuro que nos aguarda. Pienso que es una reflexión filosófica, un interés sobre la condición humana sobre la que cabe pensar. No somos dioses. Si fuéramos dioses y no fuéramos a morir, la intesidad de la vida sería otra y pienso que sería mucho menor. La belleza de la existencia -si concebimos que puede llamársele así- reside en nuestra fragilidad, como la de esa hermosa flor a la que se refería Góngora en ese espléndido soneto:


    A UNA ROSA.

    Ayer naciste, y morirás mañana.
    Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
    ¿Para vivir tan poco estás lucida?
    Y, ¿para no ser nada estás lozana?
    Si te engañó su hermosura vana,
    bien presto la verás desvanecida,
    porque en tu hermosura está escondida
    la ocasión de morir muerte temprana.
    Cuando te corte la robusta mano,
    ley de la agricultura permitida,
    grosero aliento acabará tu suerte.
    No salgas, que te aguarda algún tirano;
    dilata tu nacer para la vida,
    que anticipas tu ser para tu muerte.

    Contemplar esa realidad de un modo filosófico o poético no implica que estemos atormentados ni que no seamos capaces de disfrutar de los dones de la vida. Grandes poetas han sido intensos vividores y en su poesía han considerado la inconsistencia humana.

    Un beso, y procuraré vivir en plenitud desde esa roca en que mi vida se adensará y contemplara la luz solar, la eternidad del verano.

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  16. Debe ser eso, JOSELU,
    que soy una inconsciente:-)

    Pero sí que soy muy consciente de mi fragilidad.
    Y también soy consciente, que me has hecho un regalo precioso.

    MIL GRACIAS.

    Espero que tú seas consciente, que eres un cielo.

    Y si después nos morimos, pues bueno ;-)

    Más besos y ¡¡MUY FELIZ VERANO!!


    PD.
    Te he entendido :)))

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  17. Yo también pienso en este tránsito seguro que tenemos reservado. Y la verdad es que lo veo con optimismo porque pienso que lo que nos espera es aquello que había antes de esto: la inmortalidad limitada de entre vidas. Un lugar idílico donde nos gustaría quedarnos, pero tenemos que terminar nuestro "trabajo".
    La muerte en esta sociedad actual se ve como un fracaso. Un terrible fracaso que por lo tanto no se puede más que denigrar. Y la verdad es que bien pensado no es así. Pero contra este monstruo llamado sociedad no se puede ir.
    Sí, querido Joselu, yo también pienso mucho en la muerte.

    Un abrazo.

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  18. Maravilloso, ni cuenta me había dado de esa pequeña palabra que cambia el texto por completo. Ficción, joder, ¡y qué buena! ¡Gracias por la carta!

    Y también por la reflexión sobre eros y thanatos. Me has recordado por un momento a Tiziano Terzani.

    Buen verano ^^

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  19. Bien, despues de procrastinar un buen rato y dale largas al sunto, va siendo hora de dejar nuestra opinión. Verda o ficción, me es inverosimil, sigo diciendo y manteniendo mi opinión. ¿Para cuando unos cursos de Verano?.
    No se cuantos de vosotros, el autor y los lectores, habrá enterrado un hijo. Yo lo hice y puedo asegurar que el ser humano está domeñado, acostumbrado, educado para enterrar a sus Padres, nunca a un hijo. He educado a mis otros dos hijos, parejita, en el culto, precepto, realidad de la muerte. Para mi hijo `pequeño (13 años) su hermana fallecida es el fantasma familiar, pero sabe ya desde que tuvo razón que somos efímeros, pasajeros y que unos duran (mi madre tiene 92 años) más que otros ( mi hija murio con 6,1/2 años) Y os puedo asegurar que nunca se supera, que siempre está ahí, agazapado, latente...que nunca se olvida.
    Esa es la pura realidad de Tanatos...un dolor que te desgarra el alma. ¿Eros?...:) podría deciros en el momento en que hicimos a mis otros hijos...buscados, deseados. Una es granaína, de Salobreña, veraniega el otro es de aquí, de Badajoz, de pura cepa, de un mes de noviembre.
    Eros y Tanatos, la vida, la muerte, esa rueda que no para...y hasta la vuelta Joselu. Recarga las pilas que tenemos mucho que hablar, compañero del alma, compañero... ¡Buen verano!

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  20. Qué cosas. El poder que tienen unas cuantas palabras bien escritas. Yo me lo he tragado enterito. A mi me costaría más la muerte de otras personas que la mía propia. Felices vacaciones, y si vas a ver a Pirene, tal vez nos veamos aunque no nos reconozcamos.

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  21. Igniszz, yo estoy en Saravillo en el valle de Chistau, cerca de Bielsa. Estoy ahora en una zona wifi del bar del camping. Por supuesto en Huesca. ¿Estás muy lejos?

    Malo, malísimo, mi familia quiere relax casi total, aunque yo sería partidario de caminatas por las sendas del Pirineo aragonés. Esta mañana les he preguntado que qué querían hacer y me han contestado que N-A-D-A. Así que me he venido al bar y he conectado el ordenador al wifi para contestaros. Tu comentario me hace conocerte mucho más. A ti y tus circunstancias. Yo lo había planteado en plan lúdico existencial, pero lo cierto es que el dolor que pueden suponer algunas muertes no es broma y ciertamente no se olvida nunca ni se supera. Un abrazo, compañero.

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  22. Buscador de corazones, tu referencia a Tiziano Terzani me ha hecho buscar información sobre él. No lo conocía, y, gracias a ti, he descubierto a un periodista, ensayista y escritor italiano cuya vida y obra, así a bote pronto, me resulta sumamente interesante. Voy a intentar encontrar alguno de sus libros. Me ha impresionado su forma de enfrentarse a la muerte, él que amaba tanto a la vida. Se sumergió en la filosofía oriental de la India y terminó aceptando la muerte serenamente. Creo que hay un libro que se titula Un adivino me dijo en que relata ese viaje con los maestros espirituales del oriente. Muchas gracias por dármelo a conocer. La comparación me honra, es sorprendente que lo que más le doliera a Terzani de la muerte es que no podría seguir escribiendo. Creo que algo de eso me pasa a mí. Me gustaría terminar siendo escritor, pero todavía tengo mucho que aprender. Un cordial saludo.

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  23. Miguel, te escribo desde Saravillo (Huesca) en pleno Pirineo aragonés. Ya nos hemos instalado en nuestra casita de verano (una tienda de campaña para cuatro de Decatlon). Es un placer estar junto al río, a las montañas, el bosque... Todo tan alejado de la muerte que era el centro del post. Sin embargo, el sol que acaba de aparecer entre las nubes, las flores, los árboles meciéndose por el viento me hablan de la vida, pero también de la muerte, no como fracaso sino como metáfora y fin de una aventura existencial que espero que sea rica y pródiga en prodigios. Un abrazo, paz y felicidad.

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  24. María, feliz verano. Mi familia no quiere caminar demasiado por las sendas del Pirineo, así que me he venido a escribir en una zona wifi. Espero mañana coincidir con un amigo para subir montañas y llegar a los ibones del Pirineo que están cerca de aquí. Estamos a un paso de Ordesa, Pineta, Benasque, Monte Perdido, una gozada, pero a mis chicas les atrae más el relax. Está bien, yo me dedico a escribir. Esta noche hemos pasado frío. En Barcelona pasábamos día y noche empapados en sudor. Besos desde Saravillo (Huesca).

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  25. V., disculpa que haya tardado en contestarte. En esta mañana sin sol, o sólo a ratos, te escribo desde mi lugar de vacacions. Leí con emoción el post que dedicabas a tu padre. Lo recuerdo muy bien, y entendí que su vida había merecido la pena. El mundo se sostiene por las buenas personas desconocidas que le dan consistencia. En mi concepción, la muerte no es simplemente dejar de existir. Me gustaría que fuera la culminación de un proceso, un llegar a un puerto incierto, un remanso de paz, la epifanía del misterio que es la vida y su dorso. Espero que sea así. Me gustaría enriquecer mi vida de modo que la muerte llegara a su tiempo siendo una experiencia iluminativa, tal vez unitiva. No en vano soy un entusiasta de la mística oriental, sufí y de Juan de la Cruz, pero tal vez sea sólo un empacho de literatura. Pasa un genial verano y espero que tu lectura el día diecinueve sea tan buena como lo que tú mereces. Besos.

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  26. Yo a pesar de mi edad (19) he pasado una muy mala época, al menos a mi me ha afectado muchísimo. Ruptura de relación larga, desmotivación con mi carrera, sequía musical, todo se amontó y no tenía ganas de seguir el frenetismo del que hablaste hace un par de entradas. Entonces un amigo muy espiritual me recomendó El Fin es mi principio. Si antes de pillarte el libro de Un adivino me dijo, pillaras ese último creo que entrarías en la obra de Terzani conociendole mejor... y ¿por qué no? casi amándole.

    A mi me ayudó muchísimo, necesitaba volver a valorar las cosas más fuertes que tengo (mi familia, saber disfrutar sanamente el día a día, etc.). Fue una experiencia, no puedo describirlo con palabras. Y cuándo has hablado sobre eros y thanatos dije: ¡Oh! ¡Parece él! Espero que si coges su obra te agrade ^^

    Saludos!

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  27. Buscador de corazones, curiosamente desde mi lugar en el Pirineo he entrado en una librería de Barcelona y he reservado El fin es el principio que estará esperándome cuando vuelva dentro de diez o doce días. Me gusta que los libros y las circunstancias me lleguen como un encuentro que nunca atribuyo a un azar sino a la necesidad. Por algo me ha llegado tu comentario y tu referencia que me he apresurado a seguir. Siempre pienso que las cosas pasan por algo. Mi viaje iniciático a la provincia de Jaén será con un libro de Terciani. Un cordial saludo.

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  28. Me da escalofrio constatar que muchas personas piensan que nunca moriran. Hay que ser realistas tarde o temprano la muerte tocara a nuestra puerta... mientras tanto vivamos a estilo epicureo... con integridad. Disfrutemos el sol, el tibio calor que se mete en nuestras venas y produce contentamiento al respirar la vida.
    Yo personalmente pienso que soy la parte consciente de la madre tierra, soy una extension de ella, y puedo ver-sentir, hablar-pensar... soy la evolucion de la materia! y antes de morir quiero desarrollar un cerebro que me permita morir en paz!

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  29. Me has recordado a Vicente Ferrer hablando de la muerte.

    Decía... Cuando pienso en ella, en la muerte, no pienso en la muerte, sino pienso en la felicidad. Yo recuerdo una vez que me estaba muriendo y, en aquel momento, todos los médicos corriendo. Y yo les dije: ¿Qué hacéis?, si precisamente es un momento en que tengo una felicidad extraordinaria, que me siento tan bien. Y me decían: Hombre, pues te estabas muriendo... (...)

    :)

    De todos modos, aunque yo lo vea de otra forma, me figuro de lo que hablas en tu post, más o menos. Alguien que conozco tiene un trabajo... muy peligroso para su integridad física. No a diario, pero muchas veces lo es, peligroso digo, y mucho además. Y es una de las personas con más vitalidad y más ganas de vivir que he conocido nunca. No sé si es por esto, o simplemente porque es así por Naturaleza. Pero somos suma, suma de todo. Así que algo tiene que ver el asunto, pero seguro :)

    Feliz verano para ti también, y de nuevo. Espero que estés disfrutando ya del descanso. Parece ser que sí por lo que dices.

    Yo lo haré el día 22, psicológicamente por suerte. El examen lo tengo el 21 :) Lo malo es que trabajo el 19, y también el 23, pero bien, en el segundo caso, y al menos por fin, ya será otra cosa :D

    Besos, gracias por los buenos deseos y lo dicho. A descansar un montón.

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  30. Hola JoseLu, tu te vas y yo llego de mi descanso, apartada la tecnología mas no de las ideas, no te leía pero escribia y que bueno encontrarte en este dilema... pero no es dilema cuando aprendemos que la vida como la muerte, el placer como el dolor, la tristeza como la alegria, el hambre como la hartura, son contraste de la vida misma, hacen parte de ella y es vida al fin al cabo.. nos enseñan a que negro es malo y blanco no.. vaya que todos son solo eso.. son y hacen parte de todo.. ni bueno ni malo eso creo yo.. solo vida, que carajo! a mi me gusta.. hablar de ello desde la razón trae cordura, pero mira tu si desde el corazón por llamar asi a los sentimientos que mueven las relaciones, cuando se tiene hijos pequeños aveces no se quiere uno apartar...hasta dejarlo derechitos, que se defiendan!! Pero si JoseLu hay que afrontar toda posibilidad ...todo es parte de esta vida.. abrazos fraternales para todos.

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  31. Bueno Joselu, este año vamos a coincidir en el destino. En agosto espero estar en Ainsa y me temo que a mí si me van a poner a caminar y conociendo a mis hijos (ahora mismo andan en Madeira plantando Laurisilvas y recuperando lo que puedan de las inundaciones) me hacen subir al Monte Perdido, como poco.

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  32. Malo, me alegra poder compartir estos paisajes contigo. Nosotros estaremos hasta el 28 de julio y ya tengo un par de excursiones previtas. Mañana al Ibón de Plan, otro día al lago Marboré, y quizás con la familia hasta los llanos de Lalarri. Esta tarde hemos caminado por el valle de Pineta, junto al parador. Algo sí caminaremos.

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  33. Te tomo la palabra y a finales de Septiembre me pondré en contacto contigo. Se lo he contado a Mónica, mi hija, y está tan encantada como yo. Besos Lola

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  34. Profundo post para las temperaturas que soportamos, Joselu. Me gustan tus reflexiones. Es cierto que la muerte es tabú, no queremos hablar de ella como si con eso la evitáramos. Todos sabemos que hemos de morir, pero no lo pensamos, quizá hacerlo nos añadiría angustia y nos quitaría posibilidades de disfrute, o todo lo contrario.
    La muerte de mi padre me afectó por ser tan repentina, y la de mi madre más, porque día a día sabía que le quedaba uno menos, otro menos... Vi cómo murió y tars darle un último beso no volví a acercarme a ella. Creo que no soportaría la frialdad de la muerte. Lo que vino después fue lo peor: desmantelar la casa, regalar, tirar o vender sus cosas, hurgar en sus cajones, ver la labor inacabada, el crucigrama sin terminar... Salió un día y ya no volvió. Cuando hacíamos eso me parecía estar profanando una tumba. ¿Y si hubiera tenido secretos, algo que no quería que supiéramos? Es la muerte que más me ha impresionado, desde luego.
    En cine recuerdo dos películas muy distintas sobre el tema. Una, muy divertida y ocurrente, "Un funeral de muerte" (la auténtica, no el remake americano reciente), y otra más profunda y realista, japonesa, "Despedidas", de una sensibilidad exquisita, como sólo saben hacer los orientales. Hay muchas más, claro. La muerte da mucho juego en el arte. Recuerdo una escena de aquella estupenda serie que se titulaba "Canción triste de Hill Street". El viejo policía que aconsejaba a los hombres "tened cuidado ahí fuera" dejó dicho que deseaba que sus cenizas fueran esparcidas en las calles que tanto vigiló. Así lo hacen sus compañeros, y apenas retirados pasa la máquina barredora y se lleva las cenizas. Toda una metáfora de lo que somos: polvo y humo, nada, desaparecemos sin más. Pero mientras vivimos hay que vivir lo más posible, y Eros es la máxima expresión de la vida, el orgasmo es un estallido de fuerza vital, no sé por qué lo comparan tanto con la muerte, como han hecho en algunas películas, "El imperio de los sentidos", por ejemplo, o "Matador". Creo que los franceses lo llaman "la petite morte" o algo así (no sé francés). En cualquier caso, bendito sea el sexo placentero, siempre, y la muerte... ya llegará.
    Cómo te envidio por estar en los Pirineos, sin estos calores inhumanos de la meseta... Disfruta cuanto puedas del verano. Yo he estado varios días sin internet hasta que han cambiado el router, pero incluso estar aquí sentada es un suplicio...
    Un fuerte abrazo, colega.

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