viernes, 15 de marzo de 2024

De lo sagrado y lo profano

Desde hace unas semanas, estoy inmerso en la lectura del primer tomo de la Historia de las creencias y las ideas religiosas I: De la Edad de Piedra a los misterios de Eleusis, escrito por Mircea Eliade. Voy leyendo lentamente y pensando lo que percibo en esta obra, considerada como una de las más grandes epopeyas intelectuales del siglo XX. 

 

En las consideraciones previas retengo algunas ideas que me van a servir de base para una entrada en el blog. 

 

Una de ellas es que, según Mircea Eliade, “la experiencia de lo sagrado constituye un elemento más de la estructura de la conciencia”. 

 

La segunda idea que retengo se dirige "a la única, aunque importante, creación religiosa del mundo occidental moderno: la última etapa de la desacralización que viene a ilustrar el perfecto camuflaje de lo sagrado, o más exactamente, su identificación con lo profano.”

 

Estas ideas me sedujeron porque revelan algo muy presente en mí, la idea de lo sagrado en pugna con una civilización desacralizadora que condiciona toda experiencia a una trivialidad y banalidad sobrecogedoras. 

 

En nuestro tiempo, desde el comienzo de la modernidad, hemos perdido el sentimiento de lo sagrado que forma parte, según Eliade, de la estructura profunda de la conciencia, algo que acompañó a la humanidad desde la Edad de Piedra en su sentimiento religioso y cósmico de la realidad hasta la era moderna en que se camufla lo sagrado con lo profano. Lo camufla pero sigue vivo en multitud de ritos o manifestaciones sociales. 

 

Recuerdo que cuando era actor -una experiencia inolvidable- tenía el escenario como un espacio sagrado. Lo barría cuidadosamente antes de la función y lo tenía como un espacio espiritual en que se desarrollaba un hondo drama por la fusión de mi realidad como ser humano con la de personajes ajenos a mí con los cuales me iba a mimetizar. 


domingo, 10 de marzo de 2024

La España mística

Hace unos meses leí el libro sobre Teresa de Jesús escrito por Olvido García Valdés. Su lectura me llevó un par de semanas y tuve ocasión de entrar en la fascinante figura de una mujer singular, que padeció la persecución de la Inquisición y las intrigas de sus enemigos a muerte, los carmelitas calzados. Fundó muchos conventos en España tanto femeninos como masculinos con unas normas muy estrictas de devoción y de oración interior lo que suscitó muchas sospechas de iluminismo por parte de sus enemigos y la Inquisición. Teresa se enamoró espiritualmente de un fraile, Jerónimo Gracián, que era treinta años más joven que ella pero este no correspondió a su generosidad. Su relación con Juan de la Cruz fue conflictiva. Se respetaban pero representaban modelos diferentes de sentir la espiritualidad. 


Al hilo de esta lectura, escribí esto que sigue sobre la fuerza de las corrientes místicas en la España del siglo XVI: 


lunes, 4 de marzo de 2024

Los erizos y los zorros

El pensador Isaiah Berlin (1909-1997), de origen letón aunque educado en Inglaterra donde seria profesor de Teoría Social y Política en Oxford, fue una de las mentes más destacadas del siglo XX y autor de numerosos ensayos brillantes que mantienen la fe en las ideas y en la influencia que tienen en la conducta de los individuos y las sociedades. 

 

Traigo aquí una de sus propuestas que me parecen de especial interés: su división del género humano en dos clases, los erizos y los zorros. La fábula que le da origen a esta división aparece en el poeta griego Arquiloco en la que se recoge: “El zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una gran cosa”. La fórmula sirve para diferenciar a dos tipos de personas, de artistas, de seres humanos en general: aquellos que poseen una visión centralizada, sistematizada, de la vida, de acuerdo con un principio ordenador en torno al cual se organizan los acontecimientos históricos y los sucesos individuales. Son los erizos. El otro tipo de personas tienen una visión plural y dispersa, múltiple de la realidad y de los hombres. No integran todo lo que viven en una visión unitaria y coherente sino que ven todo como una compleja diversidad, en un todo tumultuoso, contradictorio, sin un centro unificador. Son los zorros. 

 

Los erizos poseen una visión centrípeta, y los zorros, centrífuga. Isaiah Berlin identifica a diversos creadores en una u otra dimensión: Dante, Platón, Hegel, Dostoievski, Nietzsche, Proust fueron, según Berlin, erizos. Y zorros, Shakespeare, Aristóteles, Montaigne, Molière, Goethe, Balzac, Joyce. 

 

Los zorros poseen una visión pluralista y abierta del género humano. Con ellos, se identificaba Isaiah Berlin. Poseedor de astucia e intuición que aplicaba en sus ensayos. Esta metáfora del erizo y el zorro aparece al principio de su genial ensayo sobre la teoría de la historia de Tolstoi, pero tras formularla, advierte contra los peligros de cualquier clasificación porque puede ser artificial y absurda. De hecho, considera a Tolstoi como una mezcla de erizo y zorro. 

 

No obstante, esta división puede servir para entender a algunos personajes de la historia de la cultura y a personas en general, aquellos que poseen una visión totalizadora que llega a la raíz de todas las experiencias -san Agustín, Tomás de Aquino, Sade, Marx, Freud-. En ellos, el azar, lo accidental y lo gratuito desaparecen del mundo que es como si no existiera. 

 

Los zorros están por contra en lo particular, lo general no existe, solo existen los casos individuales que no constituyen una unidad sino más bien una confusión vertiginosa, un cúmulo de contradicciones.

 

En todo erizo hay un fanático; en un zorro, un escéptico y un agnóstico. 

 

Gracias a los erizos se han realizado profundos sistemas de pensamiento o literarios, son conquistadores de grandes empresas para las que hacen falta celo y heroísmo. Gracias a los zorros, ha progresado la visión centrífuga y liberal, la tolerancia, la diversidad, la libertad. Su visión múltiple permite contemplar un mundo más abierto y plural de formas. 

 

Los zorros envidian la visión totalizadora y centralizada de los erizos, y los erizos envidian la pluralidad de enfoques y la libertad íntima de los zorros. 

 

¿Con cuál te identificas, tú, lector? En mi caso, no cabe duda de mi dispersión y de mi multiplicidad zorruna. Y envidio siempre a los erizos. 


(El enfoque e inspiración de esta entrada está en el ensayo La llamada de la tribu de Mario Vargas Llosa)

miércoles, 28 de febrero de 2024

Nuestra mirada sobre los conflictos de Ucrania, Gaza...

Estas reflexiones que siguen lo son a propósito del último libro de Susan Sontag titulado Ante el dolor de los demás (2004), escrito poco antes de morir. Trata sobre el efecto de las imágenes de guerra en conflictos terribles como el de Ucrania, Gaza, Tigray, Yemen... Los medios y las redes sociales llenan sus publicaciones de imágenes pavorosas de víctimas de los conflictos. Pero la pregunta es si estas publicaciones escalofriantes nos sensibilizan o saturan en un mundo en que recibimos ochenta mil imágenes al día. “Es como si la imagen hubiera perdido su poder como transmisora de la crueldad y el sufrimiento”. ¿Promueven la solidaridad del espectador anónimo que vive en un contexto fuera de contexto o lo insensibilizan todavía más? ¿No es acaso esto un voyeurismo aceptable en sociedad que experimenta el que recibe las imágenes y cambia de canal o pasa de noticia saturado por algo que en el fondo le es ajeno y sobre lo que no puede hacer nada a pesar de su simpatía por las víctimas? Y es que es cierto, a menos que caigamos en un utopismo infantil, no hay manera de obligar a los que están fuera a prestar la misma atención a las imágenes que las que le presta un ucraniano o un gazatí. 

 

Las imágenes han perdido totalmente su capacidad de elocuencia, salvo que la foto retrate una causa especialmente predilecta. Al resto, las imágenes tarde o temprano, le terminan hastiando. No somos máquinas altruistas ni nuestra cabeza y corazón son mecanismos de producir solidaridad ilimitada. 

 

Ser espectadores de calamidades, decía Susan Sontag, es una experiencia propia de la modernidad. En el pasado, sucedían masacres en todo el mundo y los humanos las desconocían. Ahora, el bombardeo psíquico es tan intenso que hasta la simpatía actual está enferma. Sontag condenaba la simpatía tal como se entiende convencionalmente porque cuando simpatizamos con una causa, con el dolor de un pueblo o nación, “sentimos que no somos cómplices de las causas del sufrimiento”. Es como si la simpatía proclamara nuestra inocencia así como nuestra ineficacia, a pesar de nuestras buenas intenciones. 

 

Y es cierto que muchos de los que seguimos conflictos como el ucraniano -que ya lleva dos años de horror- y el que tiene lugar en Gaza, o en el Yemen o en Tigray- sentimos simpatía por las víctimas, pero no podemos hacer más. “La compasión es una emoción inestable. Necesita traducirse en acciones o se pierde. Pero si sentimos que no podemos hacer nada nosotros, entonces comenzamos a sentirnos aburridos, cínicos y apáticos”. Esa misericordia es autocomplaciente y es inducida por los medios de comunicación. La capacidad de infligir dolor a los demás es ilimitada y estas imágenes son prueba de lo que unos seres humanos pueden hacer a los demás. El infierno de Bucha en Ucrania nos estremeció pero rápidamente fue ahogado por nuevas noticias. No era sorprendente y sí era imperdonable. 

 

La simpatía se encuentra en un callejón sin salida, no da una salida moral. Mirar fotografías que reflejan grandes crueldades “impone la obligación de pensar lo que implica mirarlas”. Constatar que hay un infierno, no nos dice nada sobre cómo sacar a la gente de dicho infierno, ni de cómo apagar sus llamas. 

 

El libro de Sontag, comentado por su hijo David Rieff, no ofrece una fórmula para convertir la compasión en solidaridad activa, no es posible fingir al respecto sobre nuestra capacidad intelectual más allá de los buenos deseos que se convierten en impotencia y en la inmensa mayoría en indiferencia y pasividad. 

miércoles, 21 de febrero de 2024

De la ciencia ficción a la neurociencia

Me interesan los temas de neurociencia especialmente los relativos a la exploración de la conciencia, cuestión que se enfrenta al problema mayor, de momento, irresoluble, pero ello no impide que nos encaremos a problemas menores para irlos intentando comprender mediante la investigación y la experimentación. Ahora estoy leyendo un libro fascinante titulado Cosas que nunca creeríais. De la ciencia ficción a la neurociencia de Rodrigo Quian Quiroga.En él hay una docena de capítulos que abordan películas de ciencia ficción famosas conectando sus intuiciones con la realidad de la neurociencia, sobre lo que sabemos actualmente. 

 

Uno de ellos trata sobre la posibilidad de insertar recuerdos falsos en la memoria, cuestión que se aborda en la famosa película titulada Desafío total (1990), dirigida por Paul Verhoeven. Ello da pie para comentar algunas cuestiones sobre la memoria, eje de nuestra identidad, para saber cómo funciona. Y hay ideas en el libro que me han resultado sugestivas y que traigo aquí. 

 

El hecho de recordar algo del pasado es un proceso dinámico que funciona mediante la consolidación del recuerdo que vuelve al presente en diversos momentos de nuestra vida -las memorias de unas vacaciones, por ejemplo-. Dichos recuerdos son frágiles, no solo cuando son adquiridos, sino también cuando cada vez que son evocados -reconsolidación-. Y el autor llega a la idea cenital de que “El hecho de traer una memoria al consciente implica cambiarla”. Y esto es fundamental porque, sin saberlo, cuando recuperamos un hecho del pasado -lo que creemos recordar- lo reelaboramos y cambiamos una y otra vez. 

 

¿Es posible modificar dichos recuerdos? La respuesta es que sí. La famosa psicóloga Elizabeth Loftus en un famoso experimento demostró como la reconsolidación de la memoria puede llegar a la fabulación o a la formación de falsos recuerdos. 

 

Todos tenemos -más o menos- recuerdos imprecisos de niñez que creemos recordar porque en nuestras neuronas hay asociaciones que nos llevan a ellos o porque nuestros padres o familiares nos los han traído repetidamente y creemos ya que forman parte de nuestra memoria. 

 

Con mi hija fabulamos una historia de por qué ella de niña adoraba las olivas y por qué luego terminó odiándolas. Inventamos que un día se atracó de olivas, que le sentaron mal y por la noche empezó a dispararlas por el culo enteras como si fueran proyectiles. Aquello nos resultó gracioso y se lo hemos contado muchas veces. Nuestro proceso de sugestión le habrá hecho formar una idea que fue completamente una fabulación, basada en que esa noche tuvo cagalera y que echó las olivas enteras. 

 

Ha habido psicoanalistas desvergonzados que hicieron uso de la sugestión y la reconsolidación para llevar a pacientes a creer que habían sufrido abusos sexuales. Me viene a la memoria la historia de una hija de Woody Allen que ha referido que sufrió abusos sexuales siendo muy niña por parte de su padre. La realidad es que se pueden insertar recuerdos falsos manipulando la memoria por parte de una madre rencorosa como Mia Farrow. 

 

La memoria es en sí misma un proceso creativo, muy flexible y dinámico. Poseemos muy poca información que reconstruimos mediante inferencias, generando los esquemas de Barlett, la base de nuestros recuerdos. Los esquemas de Barlett fueron un descubrimiento de Frederic Bartlett (1886-1969). Él contaba a sus alumnos una historia sobre aborígenes norteamericanos y pidió que se la repitieran tras días, semanas e incluso años después. Bartlett observó que las historias tendían a ser mucho más cortas y simplificadas y que cada sujeto las modificaba de acuerdo con su interpretación personal, y más aún, los sujetos tendían a cambiar la historia cada vez que la repetían, y en muchos casos, no tenían nada que ver con la historia original. En resumidas cuentas, los estudiantes recordaban un esquema, el que se habían hecho, según la interpretación que se habían formado en el momento de oírla. Se olvidaban detalles y se inventaban otros tantos inconscientemente. La conclusión de Bartlett es que la memoria es un proceso creativo, que cambia el recuerdo mismo. 

 

Y recordamos, según expresaron William James y Aristóteles, mediante asociaciones que son el mecanismo fundamental de la memoria. Tal vez no recordemos un hecho específico pero probablemente lo recordemos por un hecho asociado y a partir de allí podemos llegar al que estábamos buscando. 

 

La clave de la memoria reside en el hipocampo en las llamadas “neuronas de concepto”, descubiertas por el autor del libro, Rodrigo Quian. Y así, simplificando, la memoria de nuestras experiencias está basada en asociaciones de conceptos. Y es posible que muchos detalles que creemos recordar no sean sino inferencias inconscientes que hacemos mediante el sentido común. 

 

La película Desafío total propone la modificación electroquímica de las neuronas para insertar recuerdos falsos, como, por ejemplo, unas vacaciones fabulosas en el Caribe sin necesidad de ir allí. Y total lo que más nos hace disfrutar de algo es la huella que deja en el recuerdo. 

 

La hipótesis de la película está lejos de poderse realizar pero la optogenética (1), ciencia nueva, puede proporcionar alternativas terapéuticas, por ahora experimentado en animales, para tratar la epilepsia, la esquizofrenia, la ansiedad, adicciones, depresión y Parkinson. 


(1) La optogenética implica, por un lado, usar un virus para hacer fotosensitivas a las neuronas y, por el otro, la implantación de diminutas fibras ópticas dentro del cráneo para iluminarlas

lunes, 12 de febrero de 2024

La sociedad de la comodidad

Nuestra civilización occidental promueve la comodidad como estilo de vida, y la mayoría de los productos se ofrecen para hacer nuestra vida más cómoda. Y de esta manera el sedentarismo -la vida de sofá- se impone por encima de otros modos menos estáticos. Si vemos unas escaleras mecánicas y unas normales, la inmensa mayoría elige las mecánicas. Es poco habitual elegir la incomodidad o un grado de adversidad voluntariamente aceptado. Sin embargo, en contra de esta filosofía del mínimo esfuerzo se impone que cada vez somos más lábiles y quebradizos porque esto no bueno para nosotros. Un grado importante de reveses nos mantienen alertas y vivos, a la vez que dinámicos y ligeros, y esto es aplicable a todos los órdenes de las cosas. 

 

Si en un estanque solo hay peces dorados, se reproducen sin límite, pero terminan por enfermar al no tener amenazas que pendan sobre ellos, y mueren. Si en el estanque arrojamos peces rojos -que se alimentan de dorados- la especie sobrevive por la energía que hay que desarrollar para sobrevivir. 

 

Últimas estadísticas vienen a confirmar el creciente uso de psicofármacos en nuestra sociedad -antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos- y el aumento de las bajas laborales por motivos de salud mental han aumentado geométricamente. Es una tendencia creciente el absentismo laboral por motivos anímicos, y, paralelamente, vivimos en la sociedad más cómoda de la historia pero no resistimos la adversidad o los infortunios, algo que antes formaban parte de la esencia de la vida que tenía sus zonas rocosas y abruptas. 

 

Aunque tal vez habría que añadir que nuestra sociedad de la comodidad entraña peligros y complejidades nuevas que no conocían nuestros antepasados. Vivir es cómodo pero no es fácil, de ahí nuestras depresiones y angustias. Byung Chul Han ha escrito un interesante ensayo titulado "La sociedad del cansancio" y es cierto, vivimos cansados. 

sábado, 3 de febrero de 2024

Los judíos


Los judíos son un pueblo abyecto desde el comienzo de la historia con la pretensión de tener un único Dios que les servía para aplastar a otros pueblos en los relatos de la Biblia, el libro más sobrevalorado de la historia. Su dios vengativo, su dios, únicamente suyo, su ley del Talión... Sufrieron justa opresión por el faraón de Egipto y posteriormente por el imperio romano que los terminó aplastando y disgregando para enviarlos a la diáspora. Antes habían condenado a Jesús de Nazaret con sus intrigas y terminaron haciéndolo crucificar tras gritar que querían que cayera su sangre sobre ellos y sus hijos. Y así fue, los judíos perdieron su tierra y vagaron por Europa, Asia y África padeciendo siempre leyes contra ellos por sus profesiones ominosas de prestamistas injustos y usureros algo que su nariz ya demuestra claramente, esa nariz ganchuda que evidencia sus actividades mezquinas y avariciosas. En todos los sitios donde estuvieron, fueron perseguidos y se les impidió poseer tierras. Envenenaban los pozos por pura maldad, igual que secuestraban bebés para guisarlos y comerlos después. Los pobres cristianos tenían que defenderse y de vez en cuando organizaban pogromos contra ellos y mataban a unos cuantos cientos. Por algo sería. Porque que haya tal unanimidad en las relaciones con todas las sociedades en que han estado... Se creen especiales y únicos. La estirpe maldita del pueblo deicida. Chocaron con todas las culturas con que estuvieron en contacto y estas tuvieron que perseguirlos desde la España medieval a Rusia. No eran de fiar. Eran malos y todos se daban cuenta de ello. Pero eran poderosos: el ejercicio de la usura les enriquecía a costa de los pobres cristianos que tenían que pagar intereses abusivos. Y lo que los distinguía era que no se integraban en ningún país donde estuvieran: eran antes judíos que españoles o franceses o polacos o rusos. Se aprendían de memoria la Torah y sus hijos sabían leer y escribir a diferencia de los otros pueblos con que trataban en que solo una minoría sabía hacerlo. 

 

El protocolo de los sabios de Sion revelaba que los judíos tenían un plan para dominar el mundo. Se ha dicho que era un plagio, pero tenía mucho de razón porque las más importantes fortunas centroeuropeas eran judías. Y es evidente en nuestro tiempo que son los judíos los que controlan el mundo. 

 

Los cristianos tenían que defenderse del poder judío y masas enfervorecidas por el odio y el miedo los atacaban y mataban no por maldad, sino como defensa. 

 

Y la culminación de su malignidad, ya en el siglo XX, fue el tremendo plan del Holocausto, pactado con Hitler del que fueron aliados, para ser sacrificados una parte de ellos, para luego erigirse en víctimas y hacerse malvadamente con Palestina, y la ONU cayó en la trampa y les dio un trozo de tierra como estado de Israel, estado genocida y asesino que ha expulsado a los palestinos y los asesina salvajemente porque dicen que quieren acabar con ellos, lo que es cierto. Cientos de millones de árabes los odian desde Irán a Siria, desde Líbano a Egipto, desde todo el orbe musulmán... Y los judíos dicen que viven en una tierra en que no hay una segunda oportunidad y que si no se defienden acabarán con ellos. Israel es un estado genocida y racista defendido por el judaísmo internacional y las mayores fortunas de Estados Unidos donde son un poderoso lobby político y militar. 

 

La izquierda española y europea odia dicho estado como execrable por su apartheid militarista antipalestino. Pero, a pesar de su maldad, los judíos no pueden dormir tranquilos en Palestina ni en Europa porque decenas de millones de musulmanes se defienden de ellos y sus barrios tienen que ser protegidos de la justa ira de los aplastados.

 

Ahora su expresión más sangrante es Gaza con la excusa de que los de Hamás entraron en Israel y sacrificaron a 1400 israelíes en octubre. No los mataron, se defendieron de ellos, de su poder, debido a la desesperación. Y Hamás, como todas las almas generosas del mundo, quiere acabar con ese estado y arrojar a los judíos al mar porque no habrá tierra que los acoja, nadie los querría, sus supervivientes serían víctimas como ahora son los palestinos sin tierra. 

 

Y algunos aducen que los judíos son inteligentes porque la mayor parte de los premios Nobel en todos los órdenes han correspondido a judíos. Esto es la mayor prueba de su maldad: ocupan todos los ámbitos del saber desde Marx, Freud, Einstein, Kafka... y miles de correligionarios suyos que han impuesto en el mundo una cultura judía que nos aplasta. Incluso, uno de los suyos marca el tiempo en que vivimos. Los judíos son la mayor lacra de la tierra. 

 

¿No hay mayor prueba de su perversidad que es que todos los odian, nadie los quiere y han chocado con todas naciones en que han vivido?

De lo sagrado y lo profano

Desde hace unas semanas, estoy inmerso en la lectura del primer tomo de la Historia de las creencias y las ideas religiosas I: De la Edad de...