Sé que una parte del alumnado es renuente a cualquier tipo
de exigencia académica por los motivos que sean. Hay alumnos inteligentes que
son alérgicos al aula y aparecen por ella para intentar desestabilizarla, otros
son simplemente perezosos y enemigos del esfuerzo, otros van a pasar el rato.
Yo me pregunto cómo evaluar y me doy cuenta que me he
convertido por obra y gracia de Idoceo (aplicación de libro de notas para el
iPad) en un obsesivo de registrar todo y cada uno de los actos académicos que
tienen lugar en el aula de modo que posea una radiografía total del alumno.
Planeo pruebas y exámenes (me da igual el nombre) todas la semanas, lo que hace
que un 33 por ciento del tiempo lectivo mis alumnos se lo pasan resolviendo
pruebas que desafían su inteligencia, su capacidad de atención y su voluntad.
Casi nunca es preciso estudiar. Los exámenes los cuelgo en Edmodo para que
sepan exactamente a qué se van a enfrentar. Depende de cada uno que se los
prepare o no. Y lo cierto es que el hecho de saber qué va a salir no supone
mejores calificaciones en conjunto. Los suspensos son constantes.
Cada semana les hago una prueba de comprensión lectora de textos muy largos y
complejos (hablo de alumnos de primero de ESO) sobre los que han de contestar
preguntas múltiples y que presuponen la comprensión del texto que no
necesariamente es fácil. Los que lo consiguen suelen pasárselo bien realizando
estas pruebas. Otras veces les leo un largo texto de más de mil doscientas
palabras sobre un tema. Pueden tomar apuntes todos los que quieran. Les animo a
utilizar abreviaturas y a que se enfrenten al hecho de tomar notas sobre
cuestiones fundamentales. No les dicto y no repito nada de lo que leo. Voy a un
ritmo lento pero continuo. La lectura puede durar diez o doce minutos. Ellos
escuchan y toman notas. A continuación deben abrir Edmodo y realizar un test
sobre lo escuchado para el que pueden utilizar todas sus notas. Entonces se
verá si han sido efectivas o no. El aprobado está en contestar correctamente un
73 por ciento de las cuestiones. Bastantes lo consiguen y disfrutan con este
tipo de pruebas en que pueden contestar cuestiones con tres opciones, o
Verdadero/Falso o escribiendo un texto que presupone la comprensión de lo oído.
A mis alumnos de primero de ESO les pongo pruebas que
desbordan su supuesta madurez evolutiva y lo bueno es que muchos llegan más
allá de lo que se espera de ellos. Y a veces son los alumnos menos académicos,
los más callejeros, los más disruptivos. Por supuesto esto no es todo porque también
evalúo las tareas constantes que han de hacer tanto en el aula como en casa:
ejercicios, redacciones, libros de lectura, repaso de conceptos básicos.
La clase de lengua es un ejercicio de desafío permanente. No
hay lugar a la distensión. Se exige una actividad continua, y me doy cuenta de
que algunos están dispuestos a seguir el ritmo, a hacer las tareas, a empeñarse
en el ejercicio de exigencia. Solo los más dispuestos a seguir el ritmo de la
carrera lograrán llegar a la meta. Eso no impedirá que el profesor felicite
parcialmente a alumnos que no van a aprobar pero que tienen una buena base de
inteligencia y agudeza ante cuestiones de rápidos reflejos. Luego hay sistemas
de subir nota como participar en alguna actividad creativa. Hemos realizado un vídeo
con recitado de poemas de Gloria Fuertes en que han participado una buena parte
de alumnos de primero de ESO. La participación es un elemento importante y que
tendré en cuenta para elaborar la nota que recogerá la complejidad de todo lo que ha pasado en el aula que es evaluado de
modo exhaustivo reconociendo el esfuerzo real de cada alumno.
Disfruto corrigiendo porque sé que es una pieza fundamental
del aprendizaje. Cada nota es un elemento del puzzle evaluativo que va formando
en Idoceo un cuadro que recoge colores que revelan el rendimiento y la actitud.
Después hay distintos sistemas de calcular las medias de modo proporcional o
acumulativo. Cuando algún alumno ha dejado de entregar un ejercicio del tipo
que sea le envío un correo electrónico recordándoselo y ampliándole el plazo de
entrega que ya será inexorable. Si no lo entrega, delante de él le pondré el
rojo correspondiente a una nota abiertamente negativa. Su perfil de color es
inequívoco. Como decía, hay alumnos que sacan unas notas brillantes en
Comprensión Lectora pero que no hacen las tareas. Reconozco delante de todos
este éxito y los felicito en Edmodo, pero puede ser que la evaluación, que es
una nota compleja, quede suspendida. Quiero que todos los que quieran tengan su
minuto de gloria. Hay algunos cuya nota es tendente a lo negativo pero que han
hecho un glog sobre Gloria Fuertes imaginativo y creativo.
Los felicito delante de todos. Otra cosa será la calificación final. Quiero que
lleguen al umbral muchos, pero sé que no serán todos. Para aprobar la
asignatura es necesario hambre y tensión académica: la nota será justa y
recogerá lo que ha sido cada uno considerado como un conjunto de diversos
impulsos y el alumno recibirá un informe personal con todos los elementos que
implica su evaluación, nota a nota, tarea a tarea, prueba a prueba con sus
elementos positivos y negativos.
No habrá en la nota el mínimo conformismo ni resignación a
las circunstancias ni compasión alguna. Mis alumnos pueden en su inmensa
mayoría, pueden mucho más de lo que pensamos o nos hemos resignado a esperar de
ellos.