No quiero darle a la anécdota un valor mayor del que tiene, pero sí que considero que puede ser el tema de una entrada. Quizás me ayudaréis a entenderlo. Como sabéis soy profesor de literatura española de segundo de bachillerato. A mis alumnos no les gusta leer ni la asignatura les atrae especialmente. Yo intento hacérsela cercana, pero no siempre lo consigo. Esto es lo que pasó en una clase de hace unos días.
Las pruebas de la selectividad nos marcan las lecturas obligatorias. Una de ellas es Cinco horas con Mario de Miguel Delibes. El mundo de ideas que refleja está totalmente alejado de ellos. No entienden los conflictos entre Mario y Carmen que tienen una base ética, ideológica y conyugal. Quizás ésta sea la que más próxima es a ellos, la relación de pareja más que el trasfondo político de los años sesenta.
Para ilustrar los años de resistencia frente al franquismo por parte de sectores de la sociedad, en especial capas como estudiantes y obreros, quise traerles, gracias a la tecnología del cañón de proyección y el ordenador, canciones de aquellos años. Imprimí las letras de Al vent de Raimon, L’estaca de Lluís Llach y A galopar de Paco Ibáñez, y luego busqué en youtube vídeos con recitales donde aparecieran. Les hablé de los símbolos que encubren las letras de estas canciones que –expliqué- nos emocionaban cuando las oíamos. Podía haber también añadido El canto a la libertad de José Antonio Labordeta y Al alba de Luis Eduardo Aute.
Para mi sorpresa, esto no les decía nada, ni entendían el sentido de la transición entre una dictadura y lo que fue posteriormente una democracia en aquellos años convulsos que llevaron a que nos movilizásemos. Eso sí, me pidieron reiteradamente que les pusiera el Cara al sol que incluso tararearon. Varios de ellos se muestran abiertamente anticatalanistas y admiran la figura de Franco. No sé si saben en qué consistió el franquismo, ni si entienden qué es una dictadura. Yo empleo esta palabra como negativa, pero tengo la impresión de que es un término que para ellos está vacío de contenido. ¿Cómo explicar qué es una dictadura? Se puede hablar de la falta de libertades, de la ausencia de partidos políticos, de las detenciones arbitrarias y de las torturas de la policía, del miedo a expresarse, pero nada de esto puede conmoverlos entre otras cosas porque para ellos lo político no representa ningún valor positivo y ni los partidos ni los sindicatos son necesidades que les movilicen. Y la libertad de expresión ¿qué es para alguien que la ha vivido como natural y no puede saber qué supone su ausencia?
Viví en primera persona los años de la transición. Era joven y terminé militando en un partido político de extrema izquierda, pero ello fue precedido por un proceso largo en que durante tres años me formé buscando respuestas. No fue sencilla la toma de conciencia por la que terminé rechazando el franquismo y la dictadura en una familia que era devota del mismo y en medio de una propaganda masiva que no dejaba resquicios para el libre pensamiento. Tuve que reflexionar a mis diecisiete años sobre qué era democracia y el sentido de las libertades... y lo primero que necesité investigar fueron los años de la República. Había oído hablar de la Segunda República pero no sabía qué significaba este momento histórico ni por qué había fracasado. Leí una veintena larga de libros sobre aquel periodo lo que me llevó a obtener una matrícula de honor en tercero de mi carrera en Historia contemporánea. Leí sobre el socialismo, me acerqué a grupos de cristianos de base, intenté compaginar cristianismo y marxismo, hasta que terminé abandonando el primer elemento como alguna vez he contado en algún post.
Quiero decir con esto que no es fácil adquirir conciencia política. No valen sensaciones primarias, no basta hablar de dictadura y democracia. Estos son conceptos no significativos a menos que uno los interiorice y se interrogue seriamente sobre ellos. La toma de conciencia supone un esfuerzo importante. Implica hacerse preguntas insistentemente y buscar respuestas en un proceso que puede llevar a una crisis personal. Por eso son son tan minoritarios los jóvenes que se comprometen socialmente, que son conscientes de la injusticia y que saben del porqué de la inmigración… La asunción de esquemas simples no lleva a distinguir qué es democracia, dictadura, libertades o injusticia y conduce a despreciar la dimensión de lo político, aunque ya sé que no es muy estimulante lo que nos llega cada día de este estamento social. El resultado es que jóvenes de dieciocho años creen ver representadas sus ideas en un himno como el Cara al sol y que canciones como Al vent de Raimon o L’estaca de Llach sean unas totales desconocidas, y ello en el corazón de Cataluña y en el centro de una de las comarcas catalanas más luchadoras en los años de la resistencia contra la dictadura y que tuvo a los obreros como los más concienciados y luchadores.
¿Podemos extraer alguna idea de esto? ¿Es para los jóvenes la democracia un sistema con el que se identifican y comparten sus fundamentos? ¿Cómo lo veis?