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jueves, 30 de agosto de 2007

Mi vida sin Bergman


Andaba yo de camino a las islas Cíes el 30 de julio cuando murió el cineasta sueco Ingmar Bergman. No me enteré. No leí la prensa aquel día ni los tres siguientes. Fue después cuando me enteré. Había fallecido en la isla sueca de Faarö a los ochenta y nueve años. Uf. Había vivido allí en los últimos veinte años, refugiado y exiliado interior, aunque no había abandonado sus actividades como director de teatro (Ibsen, Strindberg, Shakespeare, Molière…) ni la dirección de alguna película para televisión como fue la extraordinaria Saraband cuando tenía ya ochenta y cinco años. Vino a buscarle la dama blanca, aquella que conjuró en su film iniciático El séptimo sello en 1957. Allí entretenía a la muerte para conseguir que una familia de comediantes se salvara.

No sé por qué pero el cine de Bergman, con sus preocupaciones existenciales sobre el sentido de la vida y la inexorabilidad de la muerte, el dramatismo de las relaciones entre hombre y mujer, así como entre padres e hijos, su exaltación de la vida a pesar de todo… me atrae poderosamente. Me gusta su tempo lento en esas morosas conversaciones entre los personajes que se devoran y se desnudan interiormente. Cada película de Bergman es un chorro de emociones que llegan al alma del espectador si es capaz de dejarse seducir por esos personajes que van develando su hondura. No son emociones superficiales las que revela su cine, no hay espectaculares golpes de efecto que nos manipulen los sentimientos. Todo es mucho más sutil y poético. Porque su cine es esencialmente poético y trágico. Todo su cine gira sobre la transfiguración –la revelación de lo oculto- que sólo el arte y el amor pueden ofrecer.

Bergman se reconocía interiormente como un niño. Decía repetidamente que su sistema emocional era el de un niño, y, que por ello, su cine gustaba a la gente. Sin embargo, él se quejaba de que no tenía con quien debatir sobre su cine. Estaba tan reconocido y encumbrado que nadie se atrevía a decirle lo que pensaba sobre él. Woody Allen le llamaba con alguna frecuencia a su isla y mantenían largas conversaciones. El cine del director americano reconoce como influencia mayor la de Bergman, igual que en España es Víctor Erice el que en alguna medida sería más influido por la estética y el espíritu bergmanianos.

Estos días de finales de agosto, antes de comenzar el curso, me dedico con auténtica pasión a revisitar el cine de Bergman. He vuelto a ver Gritos y susurros, un drama entre tres hermanas, una enferma en fase terminal, y una criada que es la que verdaderamente quiere a la agonizante. Se recuesta con ella con sus pechos grandes y blancos que arrullan y consuelan a la moribunda. En toda la escenografía y vestuario predomina el color rojo porque es el color del alma. La hermana muere pero su presencia sigue viva en la casa. Los muertos en el cine de Bergman se resisten a desaparecer. Es así también en Fanny y Alexander (1989), su última película y una de las más hermosas jamás filmadas. El padre director de teatro, que muere, sigue deambulando por la casa apareciéndose a esos niños, a modo del padre de Hamlet que sigue velando por su familia. He visto también Fresas salvajes, Escenas de un matrimonio, Sonata de Otoño, y Saraband y tengo previsto, si nada lo impide, disfrutar de Creadores de imágenes, Sonrisas de una noche de verano, La flauta mágica, Los comulgantes, Un verano con Mónica, El ojo del diablo...

Ayer en el metro me encontré con una amiga y estuvimos charlando de todo un poco y también sobre Bergman. Ella decía que no había visto ninguna película de él, quizás por haber sido tan elogiado y destacado. Tenía miedo a su cine por creerlo de carácter intelectual y, sobre todo, muy lento. Supongo que estas son las leyendas que hacen de Bergman un director minoritario, pero a mí no me cabe duda que su cine es de raíz emocional y no es que sea lento, sino que las palabras adquieren densidad en esos diálogos tensos y trágicos. Bergman reivindicó la necesidad de la palabra en un mundo contemporáneo que se ha visto dominado por las imágenes, tal como sucedía en la Edad Media en que todo eran imágenes. Es necesario volver al poder de la palabra para tejer emociones, sentimientos y encuentros entre seres que se buscan dramáticamente. Sólo el amor y el arte nos puede redimir. Amigo Bergman, te imagino en otras islas planeando alguna película sobre lo que ahora sólo tú puedes ver. No nos has dejado del todo, sigues con nosotros. Yo, como tú, cuando llegue el día de pasar a otras actividades no estrictamente educativas, me sumergiré en una filmoteca cada tarde para ser absorbido por ese arte que tú tan genialmente has representado.

sábado, 25 de agosto de 2007

Literatura adulta


Reconozco que siento alergia hacia la “literatura juvenil”. No hay peor sensación para mí que recibir información sobres las novedades editoriales en el campo de la adolescencia y leer los títulos llenos de esbozos de aventuras o misterios repletos de buenas intenciones que pretenden formar a nuestros jóvenes en el gusto lector. Se trata de atraerlos hacia la lectura y para ello se crean productos específicos muchas veces políticamente correctos y con frecuencia escasos de sustancia.

Sé que cuando se inicia la adolescencia, hacia los doce y trece años estas lecturas son necesarias y es bueno conocerlas, pero tengo la impresión de que hay una cierta concepción de dicha adolescencia -desde el ámbito de la psicología constructivista- como un periodo contradictorio pero necesitado de orientación y ejes de comportamiento, que se ven alterados sobre los quince o dieciséis años. Ahí nuestros alumnos se han adentrado ya en la vida y empiezan a conocer algunas de sus zonas oscuras. Las pulsiones de lo sexual y lo existencial ya han hecho su aparición y los modelos de lectura deben cambiar. En muchas culturas a esa edad ya se es plenamente adulto. Sin embargo, en la nuestra prolongamos su duración y un cierto estado de inmadurez e infantilismo. Nuestros alumnos no quieren crecer y a la vez quieren hacerlo. El mundo de la irresponsabilidad y el juego sin consecuencias les atrae poderosamente. Empiezan a sospechar que la vida es difícil y extraña. Su adolescencia –en pleno estallido- es una época turbulenta. Están aprendiendo que nos pasamos la existencia conjurando el peso de la muerte que nos acecha y el cambio que no cesa. De ahí su renuencia a crecer, pero también la atracción hacia otros mundos que vayan más allá de ellos mismos y de ampliar su círculo de experiencias.

Las lecturas que se les ofrecen están dirigidas a satisfacer su gusto y, sobre todo, a divertirlos. Nos planteamos como objetivo que les “guste” leer y para ello se diseñan productos de escasa densidad que difícilmente serían digeribles para un adulto. Mi tesis es que a los quince y dieciséis años se entra en un periodo en que es perfectamente asumible la literatura adulta, una literatura que actúe sobre ellos como un producto explosivo en consonancia con el estado de ebullición de su sistema emotivo. No vale cualquier libro, pero sí algunos llenos de fuerza y tensión narrativa. Y los hay, y son obras para adultos. ¡Basta ya de libros para adolescentes!

¿Quién ha dicho que la principal función de la literatura sea “divertir” como objetivo fundamental y obsesivo. Divertirnos, seducirnos, sensibilizarnos hacia causas justas…está bien pero encuentro otras muchas funciones en la literatura: conmovernos, maravillarnos, horrorizarnos, transformarnos, atraernos hacia lo oscuro, excitarnos, corrompernos, fascinarnos, provocarnos, desafiarnos, enfrentarnos a lo desconocido y a lo ininteligible –¿quién ha dicho que haya que haya que comprender todo lo que leemos?- A veces la buena literatura actúa como un conjunto de resonancias. Sólo percibimos aquello que llevamos en nuestro interior. Algo nos llega y nos golpea aunque no acabemos de entenderlo y quizás años después recuperemos la sensación experimentada y podamos comprenderla mejor.

A un adolescente puede ofrecérsele cualquier libro aunque esté lleno de violencia, horror y sexo. Ellos en su mundo compartido van más allá y les atrae todo lo que se les pretende ocultar. A un adolescente puede ofrecérsele cualquier obra adulta que sea dinámica o de una alta tensión interna. He visto adolescentes absorbidos por el mundo de Samuel Beckett y entusiasmados leyendo Esperando a Godot, igual que los he visto a los dieciséis años fascinados leyendo La náusea de Sartre o El extranjero de Albert Camus. Son obras extrañas y poderosas. Es posible que la respuesta a nuestra pregunta de si les ha gustado no sea un sencillo o no y que sea más compleja. Una vez un muchacho de dieciséis años tras leer El amante de Marguerite Duras me dijo que había sentido tanto asco como horror y que odiaba aquel libro y a la autora, pero que no había duda que la novela estaba llena de magnetismo.

Esta es la cualidad que deben tener los libros adultos leídos por adolescentes a la altura de cuarto de ESO: magnetismo, y eso es lo que voy a intentar realizar en los próximos posts. Definir un canon de un lector adolescente con una lista de libros que me comprometo a experimentar en mis alumnos de cuarto de ESO. Parte de Profesor en la Secundaria durante este curso consistirá en seguir la experiencia iniciada y dar buena cuenta de ella a mis amables lectores.

martes, 7 de agosto de 2007

En viaje


Caminar por las calles de Santiago de Compostela es contemplar un río de gentes venidas de todos los lugares, algunos andando con dificultad porque han acabado el Camino de Santiago, otros, en cambio, se apuntan a lo que salga y van con el bordón y la concha como recuerdo turístico. Muchedumbres por todas las rúas de la ciudad que decoran una ciudad cosmopolita y fuerte foco de atracción humana.

Pero a mí, lo cierto es que me atraen los lugares poco frecuentados, sin aglomeraciones, un poco como en la periferia. He llegado aquí tras nueve días de viaje exterior e interior. Ha sido un recorrido que comenzó en Vigo donde tomé un barco en dirección a las islas Cíes como decía en mi anterior post. Allí había también multitudes pero uno podía apoderarse de las playas al atardecer, hacia las ocho de la noche, cuando todo el mundo había marchado pero aún hacía bastante luz. Era un placer pasear con los pies en el agua por la playa de Rodas, una de los arenales más bonitos del mundo. A esa hora sólo estabamos las gaviotas y yo, centenares de gaviotas que planeaban delicadamente en el aire. Me absorbía buenos ratos contemplando su vuelo grácil y majestuoso y su posarse en las playas buscando algún crustáceo o marisco que llevarse a la boca.

Las islas Cíes forman parte con el archipiélago de Ons, el de Sálvora y el de Cortegada, del nuevo parque Nacional de las islas atlánticas de Galicia. He conocido dos de las islas Cíes y la isla de Ons, en pleno Atlántico y en medio de las rías de Vigo y Pontevedra.

Pasé tres noches en Cíes y dos noches en Ons. Iba con tienda de campaña. No sé con cuál me quedaría. Cuando llegué a Ons procedente de Sanxenxo en barco venía con la información de que Ons era una isla más salvaje que Cíes y sobre todo más hippie. Aquello me intrigaba. Nada más desembarcar en Ons te atienden los guías del Parque que te explican características de la isla y la posibilidad de hacer distintos recorridos marcados con colores. Lo primero que ves es el pueblecito con dos o tres restaurantes, un par de puestos de artesanía, la iglesia nueva y una exposición fotográfica de Staffan y Michael Mörling sobre la isla hacia 1966-72. Entonces vivían unas trescientas personas y formaban una comunidad en gran parte viviendo aislada del continente. Vivían de la pesca y de la agricultura. Uno de los dos fotógrafos suecos se afincó en Ons y se casó con una lugareña, una muchacha muy guapa. Veo la exposición con fascinación. De pronto un lugar en el mundo, lejano y distante empieza a llenárseme de vida. Una de las fotos era de un bebé muerto ataviado en un altarcillo con una candela encendida. Alguien me habla de los niños muertos y su fuerte presencia en el cementerio del pueblo. Cogi mi cámara y fui al cementerio y comprobé en un lugar misterioso, sólo flanqueado por dos gaviotas en la espadaña de la ermita aledaña, que es cierto, que hay una decena de pequeñas tumbas diminutas con la edad de los bebés (pocos meses o recién nacidos).

Todo esto me lleva a indagar por la vida de la isla, por sus costumbres, su modo de vivir, sus peripecias... También recorro la isla de norte a sur y de este a oeste. Ayer me acerqué peligrosamente a la zona de cría de las gaviotas (hay unas seis mil parejas) y observé que unas treinta o cuarenta gaviotas se pusieron encima de mí volando cada vez más cerca. Sus graznidos eran agresivos como si me dijeran: No sigas, detente, vuelve atrás o te atacaremos. La situación se hizo muy tensa hasta que, entre vuelos rasantes de las más audaces, volví atrás. Entonces se calmó la situación...

Este es mi modo de viajar en solitario. Experimentar emociones, observar, escuchar, preguntar, indagar... y, sobre todo, luego recogerlo por escrito en un diario de viaje que he titulado Cuaderno del Noroeste. Hace tiempo que no creo que exista distinción entre turista y viajero, pero cuando viajo en soledad necesito conocer en profundidad las tierras que piso, necesito fundirme con paisajes y gentes y lueg0 plasmarlo por escrito a todos los niveles, incluidos los sueños de la noche, que también forman parte de la historia, porque un viaje, un auténtico viaje, se incorpora a tu historia personal y al mundo de tus ficciones más íntimas.

jueves, 19 de julio de 2007

Las islas Cíes (soñando con)


Profesor en la Secundaria está en estado de letargo, como los lagartos al sol. Utiliza el tiempo con sus hijas, leyendo, haciendo la comida y preparando material para el curso que viene siguiendo los pasos del compañero Felipe Zayas y su blog Leyendo el Quijote alojado en WordPress que ofrece ventajas claras sobre la linealidad de otros servidores, en especial blogguer. WordPress permite crear varias páginas estáticas simultáneas y generar categorías que se pueden adjudicar a los diferentes usuarios, los alumnos que participan en la confección del blog. Este blog se presentó en las jornadas de Ayerbe como ejemplo de uso educativo, y recogía su experiencia como profesor de literatura en primero de bachillerato.

El blog, en fase de preparación, en este caso tiene como eje el romancero español, en especial, el romancero viejo. Es el primer tema que inicia el curso de Literatura española en segundo de bachillerato. El profesor quiere utilizar el blog como herramienta educativa, pero es consciente de la dedicación que supone y tiene sus reticencias sobre la operatividad que implica en la participación de sus alumnos. ¿De qué manera pueden participar? El tema del romancero se abre con el comentario de quince romances medievales. Ha pensado que los alumnos podrían realizar un comentario de texto, siguiendo un modelo que aún se ha de elaborar y colgar, de cada uno de los romances propuestos. Cada alumno figuraría como subordinado a la categoría superior “participante”, igual que el profesor. El problema es que hay que inscribir a los alumnos como autores del blog (el profesor es administrador) para que puedan participar en él. Felipe Zayas lo resuelve instalando WordPress en el servidor contratado por el instituto lo que le permite simplificar la tarea de inscribirlos.

El profesor está en fase de elaboración del blog El romancero viejo y busca enlaces que puedan complementar la información. Quería uno a romances sefarditas pero para su sorpresa no ha encontrado ninguno válido. Muchos llevan al Centro Cultural Cervantes pero éste no ofrece ningún corpus de romances.

El profesor ocupa sus días profundizando en el lenguaje y la operatividad de los blogs y preparando su escapada anual en solitario durante diez días. Hoy acaba de reservar una plaza en el camping de la isla Monteagudo de las islas Cíes adonde llegará el 30 de julio para pasar un par de días o tres en una mínima tienda de campaña. Después haber realizado su sueño de visitar las Cíes, regresará a Vigo y continuara viaje hasta la ciudad portuguesa de Oporto que también lleva tiempo queriendo conocer. Serán días de soledad y conocimiento que le recordarán aquellos viajes que en otro tiempo llevó a cabo en solitario. Desde allí, si puede, enviara alguna crónica de sus andanzas en tierras gallegas y portuguesas. Vivir para bloguear, bloguear para vivir. Hasta pronto.

lunes, 16 de julio de 2007

¡Un premio!


Ayer abrí mi ordenador y entré en mi blog para ver si había alguna novedad. Ninguna aparentemente excepto un nuevo y amable comentario. Sin embargo cuando cliqué en algunos de los links que tengo por costumbre visitar me encontré con una sorpresa estupenda. ¡Había recibido un premio! Elena, autora de Perdida entre libros, un blog que he conocido recientemente y que me resulta especialmente atractivo por los análisis que hace de obras literarias, algunas conocidas y otras no, pero que de las que me dedico a buscar información, e incluso me apresuro a comprarlas, ha tenido la amabilidad de distinguirme con uno de los preciados galardones que se conceden a los blogs cuyo interés se quiere destacar. Hay que decir que Elena y yo compartimos profesión docente y ambos encontramos en la misma un sabor agridulce que mi blog quiere transmitir y compartir.


Este premio, cuyo logotipo aquí queda plasmado, tiene un reglamento que es el siguiente.

1. Si eres uno de los premiados, tendrás que escribir un post con cinco links de blogs que quieras premiar.2. Haz un link a este post, de manera que se pueda encontrar el origen de este premio.3. Muestra orgulloso el "Thinking Blogger Award", te lo has ganado.

Como dice mi compañera, la primera parte es la más difícil de cumplir porque significa elegir cinco blogs entre tus links más visitados para premiarlos, cuando hay tantos que merecen también el premio. La comunidad bloguera es extremadamente variada y rica en matices. Además me siento cercano a otros blogs educativos o pedagógicos que me gustaría premiar pero que ahora en vacaciones se encuentran en periodo de letargo veraniego. Aún así lo intentaré y que sea lo que dios quiera.

EL SEXO DE LAS MOSCAS. Por ser una interpretación inteligente de la realidad, plasmada generalmente en brevísimos retazos de chispas conceptuales. Es un blog que hace adictos a los que lo visitan en alguna ocasión. Conexiones inesperadas y sorprendentes asombran al lector que nota el aderezo de un pesimismo esperanzador en las palabras del autor.
LIBRO ABIERTO. Por ser el blog de un periodista dominicano afincado en los Estados Unidos, concretamente en la ciudad de Orlando. Porque, a pesar de la distancia geográfica, encontramos ángulos de conexión inesperados e insospechados en los temas que abordamos y en los comentarios que nos dejamos. Nunca la lejanía me ha parecido tan corta en cuanto a confluencia de sensibilidades y conocimiento.
REPASO DE LENGUA. El blog de Antonio Solano, compañero de profesión y de materia en la comunidad valenciana. Su bitácora es una poliantea de propuestas, recursos y reflexiones sobre el área de lengua castellana. ¡Cuántas veces me he apropiado de algunas ideas felices que propone este entusiasta profesor que disfruta y contagia el placer de ser docente!
EL ADOQUÍN DEL TEMPLE. Otro profesor vasco que acaba de iniciar su andadura en los blogs docentes tras un proyecto personal que nos dejó encandilados a todos los que lo conocimos. Mi amigo Gorka ahora está de vacaciones y no sé si verá esta distinción que le ha correspondido. En todo caso, mucha suerte y mucho impulso para el próximo curso que sé que se abren interesantes perspectivas para mi compañero en el territorio de las Tecnologías de la información y la comunicación.
A PIE DE AULA. No podía faltar este blog de una entusiasta profesora de lengua de Blanes. Ha recibido premios más relevantes que éste que hoy le corresponde. Sólo decir que es un blog de referencia para todos los que queremos incorporar el siglo XXI a nuestras aulas. La capacidad de trabajo y de síntesis de Lourdes es asombrosa. Yo no dejo de aprender con ella. Cada post es una nueva propuesta y reflexión novedosa. No dejaré de visitarte porque contigo aprendo y me enriquezco.

Y a todos que recibís mi visita habitual, recibid una enorme sonrisa y un guiño de complicidad. Este año incorporaremos siempre como instrumento de conocimiento de la realidad una mirada cordial y una pizca de sentido del humor. Es mi promesa para el curso que comienza en setiembre.

jueves, 5 de julio de 2007

El desierto

Corre el mes de julio, ya alejado de mis alumnos a los que vi por última vez el día 29 de junio para entregarles las notas que habían sido en general bastante mejores de lo que esperaban salvo casos aparte. Cuando llega la hora decisiva, los profesores ponemos de nuestra parte para que puedan promocionar la mayoría, no sé si con acierto, pero sí en consonancia con la filosofía de esta enseñanza generalista.

Emociones: muchas. El final de curso y el comienzo de las vacaciones me supone una mezcla de melancolía y alegría contenida. Melancolía, porque ha terminado un ciclo más de mi vida y la de mis alumnos a los que tanta atención hemos dedicado. Ellos no se dan cuenta, pero son importantes para nosotros. Somos conscientes de sus dificultades y problemas, así como de sus circunstancias personales que les llevan a crecer o a atrancarse. Algunos se quedan en el camino y no culminan sus estudios y otros logran promocionar la ESO. Yo era tutor de cuarto de un curso de Ritmo Lento lo que quiere decir que son alumnos con unas características que les llevan a asimilar más pausadamente el aprendizaje. No nos ensañamos con ellos, pero sí que les pedimos un esfuerzo que justifique el aprobado. Pasan con dos asignaturas suspendidas, y al que le quedan tres, se le suele aprobar una para que pase. Esto no lo deben saber ellos porque si no, hacen sus cálculos y ya se dejan asignaturas colgadas.

Alegría también porque comienza el tiempo de las vacaciones en que los días son más largos y uno puede dedicarse a otras actividades con más tiempo. Por ejemplo, leer o ir a la piscina para hacer unos largos. Mis hijas van por la mañana a estudiar inglés y mi mujer se presenta a oposiciones por la rama de Psicopedagogía. No sabemos cómo irá este verano. Por las tardes mis hijas hacen deberes del colegio y luego ven la televisión un ratito o pintan y dibujan. Les hemos puesto una pequeña piscina de plástico en la terraza para que puedan disfrutar del verano los días que hace calor. Durante los dos últimos años nos negamos a montarla por causa de la sequía, pero este último año ha sido algo más lluvioso y hemos decidido instalarla antes que mis hijas dejen de ser niñas. Una de ellas ya ha entrado en la pubertad y se pone a veces insoportable. Lo achacamos a las hormonas alteradas. Le gusta leer; es estudiosa y escolar. La pequeña tiene siete años y acaba de venir a verme para repasar las tablas de multiplicar. Hoy le tocaban el 5 y el 7. Le gusta menos leer porque todavía va despacio y no le saca todo el jugo a la lectura. No obstante, últimamente ya termina los libros que empieza.

Yo leo todo lo que puedo. Siguiendo una recomendación de un blog acabo de leer El baile de Irène Némirovsky. Una pequeña joya. Me ha gustado tanto que he comprado enseguida el último libro de esta escritora ucraniana emigrada a Francia durante la revolución de octubre. Se titula Suite francesa y fue un descubrimiento tardío. Es un texto que se salvó de su deportación a Birkenau-Auschwitz donde la autora fue asesinada en agosto de 1942.
Me propongo buscar otros textos de la autora y dedicar este verano a investigar su vida y su obra. Probablemente le dedique un post a esta escritora judía que escribe con sencillez historias de una extraordinaria densidad.

Quizás en agosto vayamos a Galicia como todos los años. Yo seguiré leyendo. Me escaparé durante las mañanas de la tiranía familiar y me iré al Torreón, un bar del pueblo a leer buena poesía. A veces estoy tan concentrado con mis poemas de Ángel González y mi cerveza de mediodía que apenas me doy cuenta de que alguien me saluda.

Como veis, nada importante. El curso queda lejos y los veranos son largos y fructíferos. Es tiempo de solsticio que noto en mi piel. Lejos quedan los días de grandes viajes que en alguna forma añoro, pero aquí estamos y la vida pasa. Pienso, sin embargo, en el desierto, el desierto del Namib cuya visita es la ilusión de mi vida. Quizás…

jueves, 28 de junio de 2007

Burocracia


Claustro final de curso. Los profesores van llegando lentamente mientras el director –un entusiasta de su función- va desgranando la información sobre plantillas y nuestra situación como Plan estratégico de zona. Pregona los recursos adicionales que nos corresponden como instituto privilegiado. El acta de la reunión anterior ha sido aprobada sin haber sido leída por prácticamente nadie a excepción del que la ha redactado. No hay nada que discutir.

Un claustro es una reunión esencialmente (el 99%) informativa. No ha lugar a discusiones pedagógicas. Estas son malvenidas. Los profesores van a pasar una hora y media allí por imperativo legal pero no se espera de ellos que aporten nada a lo ya planteado. Se entiende que cualquier iniciativa polémica lo único que hace es retrasar la tarea del claustro y el director replica con cajas destempladas para evitar la continuidad de la discusión.

Desgraciadamente hoy día no se espera de los profesores iniciativas ideológicas de ningún tipo, y sus intervenciones han de ser meramente informativas y de modo abreviado. Así hemos conseguido que el claustro se haya despojado de cualquier misión decisoria o meramente de reunión de debate interno sobre el estado de ánimo de los profesores. Un claustro está sometido a la instancia superior que es el Consejo Escolar que tampoco debate nada y sólo es un trámite administrativo más. El resultado es que toda la política del centro se basa en las decisiones de una junta directiva elegida por la administración y alguna entelequia burocrática. A veces lo hacen bien y a veces lo hacen rematadamente mal pero no hay lugar al debate o a la discusión. Todo está decidido de antemano.

La tarea de los profesores, en un entramado meramente burocrático y carente de espontaneidad, es la de irse acomodando a los obstáculos administrativos que se va a encontrar: el papeleo que nadie lee pero que se produce en cantidades ingentes. Aunque a veces hay profesores con alma que introducen en su tarea elementos personales y vivenciales. Nuestros alumnos son la parte viva del asunto, pero en general también se han contagiado de una sociedad normativizada y esquematizada y carecen en general de imaginación. Es malo tener iniciativas. Es la idea interiorizada porque cualquier iniciativa ha de pasar por un entramado burocrático. Todo está controlado menos lo que se escapa a cualquier tipo de control: el comportamiento humano que está sujeto a variables infinitas. Sin embargo, la burocracia encontrará un medio de integrarlo. Diseñará estrategias, creará nombres para definir, derivará, y en todo caso para eso está el aula que ha de ser como un centro de combate en el que el profesor ha de bregar con la incertidumbre humana.

Un claustro hoy día resume perfectamente nuestra situación anímica y existencial Es absolutamente plano y sin idea alguna. Estas son negativas. Lo que vale es conocer la normativa y los reglamentos.

Uno añora años de debates salvajes en la enseñanza, claustros ácidos y polémicos, alumnos combativos y con iniciativa. Con brillo en los ojos porque mil ideas anidaban en ellos. Y para ellos, un centro escolar era un centro de ideas, de creación, de alimento espiritual en que los profesores procurábamos innovar por necesidad y por convicción.

Hoy día la educación se ha empapado del sentimiento que lo invade todo: la norma y el reglamento. Afortunadamente hay compañeros blogueros que todavía emanan ilusión y ganas de innovar. Éste todavía es un territorio salvaje, uno de los pocos que nos quedan en medio de una enseñanza fosilizada y esclerótica. Esta visión me la da, al menos, mi comparación con otras épocas más vivas e inquietas.

martes, 26 de junio de 2007

Blade Runner


En mi calidad accidental de Jefe de Seminario de Lengua Española, he asistido a la Mesa pedagógica en la que se han expuesto y discutido por parte de la dirección del centro el modelo organizativo del instituto con la implantación de la LOE en coexistencia con la LOGSE, dos leyes aprobadas por gobiernos socialistas. El modelo organizativo es de tal complejidad que nos salía humo por las orejas durante la reunión. Yo tomaba notas a marchas forzadas para poder exponerlas a mis compañeros del seminario.

Este es un tema “fascinante” que confirma que progresivamente ganamos en confusión y distorsión administrativas. Cada vez es más complicado ser profesor, cada vez se nos exige más dentro y fuera de las aulas y nunca la eficacia del sistema ha sido menor que la que ahora experimentamos. El profesor que esto suscribe añora otros tiempos en que los profesores podíamos centrarnos en dar clases basados en un modelo organizativo estable y en el sentido común. Tiempos en que se podía practicar la experimentación de modo permanente sin estar basada en un código tecno-burocrático y en un caos de disposiciones administrativas cambiantes según los gobiernos y los inspectores de turno. Que quede aquí plasmada mi protesta. Esta es la escuela de la diversidad y la escuela integradora en la que los profesores hemos perdido ya los criterios de evaluación que han sido sustituidos por criterios políticos a gusto de los partidos gobernantes. De paso, nunca el nivel ha sido tan bajo, aunque se intente disimular con estadísticas.

Por cierto, el 25 de junio se celebra el 25 aniversario de la película más futurista de todos los tiempos, una distopía negra y pesimista que se ubica en el año 2019. Me refiero por supuesto a Blade Runner de Rydley Scott. En ella pensaba yo cuando asistía impávido a la nueva organización administrativa del centro. ¡Qué prodigio de película para la que el tiempo pasa positivamente! La historia de los replicantes hubiera podido ser situada ya en mi centro. Alumnos replicantes con una carga emocional inestable se rebelan contra la dirección del instituto y han de ser localizados y retirados (eliminados) por los blade runner. La imaginación de los años 80 me ha servido de lenitivo en esta mesa organizativa de la confusión burocrática. Un pequeño homenaje a Blade Runner que volveré a ver por enésima vez intentando olvidarme de esta pesadilla constructivista.

¿Es Rick Deckard (Harrison Ford) un replicante o un ser humano? El planteamiento es ambiguo y realmente apasionante.

martes, 19 de junio de 2007

Doble vía


En esta recta final del curso no sé muy bien qué comentar. Había pensado glosar las opiniones sobre educación del conseller de Cataluña del ramo Ernest Maragall. El máximo responsable de educación de la Generalitat declaraba recientemente que no es bueno ni deseable que treinta alumnos adolescentes mantengan la compostura en clase durante toda una hora escuchando a un profesor sabelotodo. Son cosas de otros tiempos, según él. También declaraba que muchos alumnos menosprecian a sus profesores porque saben menos de informática que ellos. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos, compañeros, y aceptar como “normal” que los chavales charlen entre ellos o se tiren cosas o hagan comentarios que no vienen al caso durante el desarrollo de la clase. El silencio es algo periclitado, impropio de estas vivaces y activas generaciones que estamos educando.

Quería comentar estas declaraciones pero antes de hacerlo me he cansado. No tengo ganas de perder el tiempo. Sólo sé que en los colegios de élite donde llevan sus hijos las clases acomodadas y poderosas, este silencio de los alumnos es una condición sine qua non para la transmisión del conocimiento. ¿Será que el conseller de Educación apuesta por una doble vía: la del pueblo, al que hay que tener entretenido y contenido con programas y actividades lúdicas, y una vía cualitativa, de donde surgirán las clases dominantes, para el que se la pueda pagar?

miércoles, 13 de junio de 2007

El dragón chino


En un post anterior hacía mención de la llegada a nuestro instituto de quince alumnos de la República Popular China a estudiar el bachillerato. La experiencia era inédita. No eran alumnos procedentes de la inmigración sino de un programa de becas del gobierno chino para estudiar en España. La llegada de estos alumnos y su incorporación al curso de primero de Bachillerato Tecnológico cambió el paisaje de la clase por completo y todos esperábamos con expectación el resultado de esta inmersión lingüística total en las dos lenguas oficiales de la comunidad: catalán y castellano, amén de su aprovechamiento en el conjunto de materias científicas y tecnológicas, así como en filosofía que es obligatoria.

Hoy me ha llamado el director para enseñarme los resultados de los exámenes en lengua castellana de los alumnos chinos. Me ha dado un sobre cerrado para que lo abriera. Lo he hecho sin demasiadas expectativas. Me imaginaba unas notas que reflejarían sus dificultades de adaptación a una lengua nueva. Pero mi sorpresa ha sido mayúscula cuando he ido hojeando los diferentes exámenes –nada fáciles para un alumno español- en los que obtenían resultados excelentes la mayoría, incluido un sobresaliente con un 9,7 y nota de Matrícula de Honor de una alumna llamada Na Li. Su caligrafía era portentosamente clara y armónica; sus análisis morfosintácticos, con una terminología específica que cuesta entender a los alumnos de aquí, estaban perfectos; el resumen de una narración era espléndido y extraordinariamente claro así como conciso. No faltaba ni una palabra pero no sobraba tampoco ni una; las preguntas sobre homonimia y polisemia, eufemismos y demás mecanismos de la lengua eran respondidas con precisión y exactitud.

Las notas dominantes eran magníficas aunque también ha habido tres suspensos no demasiado bajos. Me imagino la experiencia contraria, la de un escolar español sumergido en un instituto de Bachillerato chino en una región en que se hablen dos lenguas distintas y veo sus logros como formidables. Sin duda, estos alumnos han sido escogidos, pero ello no les resta mérito a su hazaña.

En las áreas científicas y tecnológicas sus resultados han sido sobresalientes asimismo.

Uno esta constatación a la noticia que publicaba ayer la prensa sobre los recursos que estaba dedicando China a I+D (Investigación y Desarrollo). En dos años se espera que superen a los dedicados al mismo concepto por la Unión Europea. Los recursos utilizados por China son un estimable 12,7 de total mundial. Se ha dicho que los chinos son buenos productores de materias baratas pero que no estaban preparados para la alta tecnología. Estos datos lo contradicen y me hacen reflexionar sobre la potencia y dinamismo de este gigante asiático que crece a ritmo acelerado sin excesivas contradicciones internas. ¿Quién parará a los chinos en diez o veinte años?

Quizás en el nuevo siglo habremos de acostumbrarnos a cambios en el liderazgo mundial. China no para de crecer y de invadir los mercados internacionales con todo tipo de mercancías. Ahora también podemos apreciar la fuerza de voluntad e inteligencia de sus escolares enfrentándose a circunstancias extraordinariamente difíciles, pero, claro, me digo, peor es el hambre que acucia desde abajo y las ganas de superación y de enriquecimiento que impulsan la sociedad china.

China tiene ambición y energía, esas dos cualidades (unidas al taoísmo de base de la sociedad china) que tantas veces veo que faltan a tantos y tantos escolares españoles que se preparan para un futuro que creen fácil y cómodo, pero que no será así. El futuro nos deparará tremendas sorpresas y algunas no serán nada agradables para nosotros, occidentales, acostumbrados al bienestar continuado y la molienda.

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