¿Qué sé yo sobre la ortografía tras treinta años de luchar
con sus dificultades? No mucho. He tenido alumnos buenos en ortografía y una
creciente masa que sufre dificultades indecibles en poder escribir con
corrección. En mi comunidad autónoma, además hay una lengua propia muy
semejante al castellano pero lo suficientemente diferente para generar mayor
dificultad y dudas sobre la escritura correcta de muchas palabras. Pero no lo
considero decisivo porque sé que en comunidades monolingües los problemas
ortográficos son igualmente graves y no hay secuencia de ejercicios ni
enumeración de reglas que consigan paliar el desastre ortográfico que domina la
educación desde los primeros niveles hasta la universidad.
¿Por qué escriben nuestros alumnos mal las palabras a pesar
de que les enseñemos reglas que les muestran cuál es la correcta transcripción?
¿Por qué es una realidad creciente en intensidad? Una explicación socorrida
puede acudir al lenguaje de los sms o messenger en que se escribe de modo
totalmente caótico y descuidado, en base a abreviaturas en las que no importa
la correcta escritura. No me convence.
Tengo dos hijas. Una de catorce años que es un crack
ortográfico. No comete ni una falta en ninguna de las lenguas en que estudia:
catalán, castellano, francés e inglés. Con diez meses me la llevaba y le
explicaba los hitos de la literatura universal. Ahora no le interesan en gran
medida, pero lo cierto es que su ortografía es excepcional e incluso le
molestan las correcciones que ha hecho la RAE sobre la acentuación de algunas
palabras como los pronombres demostrativos o el famoso sólo que ya no se
acentúa. Cuando se escribe en el facebook con sus amigas, lo hace en esa extraña jerga que me cuesta imitar.
Mi segunda hija a la que le contaba historias equivalentes y
he leído con ella infinidad de cuentos por la noche, tiene una ortografía
deficiente y confunde las lenguas sin una buena capacidad de fijación de las grafías
adecuadas. En casa luchamos contra su confusión en buena parte como prurito
profesional.
Jean Piaget formuló sus hipótesis sobre la inteligencia
formal observando a su hijo en su desarrollo cognitivo. Me pregunto si yo
podría hacer algo semejante utilizando a mis hijas como elemento de reflexión
ortográfica. ¿Por qué hay unas personas que se adaptan sin dificultad a la
normativa ortográfica y no cometen errores? ¿Y por qué hay otras que no pueden
salir de la confusión que les lleva a equivocaciones continuas que parecen
inexplicables? Hoy una alumna me ha escrito en una redacción: eh hido a classe ha un que llo no tenia demasiadas ganas. ¿Cómo se explica esto? Le
he corregido y le he indicado, como a sus compañeros, que escribiera diez veces
correctamente los errores cometidos. Es lo único que se me ocurre hacer. Pero
me temo que no es suficiente. ¿Cómo es posible semejante confusión? ¿Tiene algo
que ver con la memoria visual? ¿Es un asunto genético o en alguna área del
cerebro, próxima al área de Broca, hay alguna deficiencia que explica estas
dificultades? ¿Tenemos una predisposición para la ortografía igual que la
tenemos o no para la música? ¿Puede un adecuado entrenamiento corregir esta
predisposición al error ortográfico? ¿Es suficiente la consideración punitiva
-de carácter conductista- descontando puntos por los errores ortográficos?
¿Por qué ha perdido relevancia social la ortografía? ¿Por
qué hay alumnos que me dirigen correos electrónicos para enviarme algún trabajo
y me remiten un mensaje de esta guisa: oy
e exo los exercicios xq kiero aprovar. Yo
les intento hacer ver que un correo dirigido a un profesor debe estar
correctamente escrito y no lo pueden escribir como se escriben ellos sus
mensajes. Esto les sorprende mucho. Que tengan que escribir bien las palabras
dirigidas a un profesor de lengua.
Otro factor coadyuvante y no menos preocupante es el nivel
ortográfico de los propios profesores de las asignaturas no lingüísticas que no
suelen corregir la ortografía a sus alumnos explicando a continuación que no lo
hacen porque si lo hicieran, todavía suspenderían más y que no es su función
como profesores de tecnología o música.
Por un lado veo esa pérdida de relevancia social de un
discurso bien redactado y bien escrito, de acuerdo a una normas, pero por otro
lado veo un enigma nebuloso cuya explicación no alcanzo a ver al ser consciente
de la pérdida cada vez mayor de las habilidades ortográficas aunque adoptemos
medidas punitivas.
¿Existe una especie de dislexia ortográfica que aflige a una
masa cada vez más amplia de la población escolar? ¿Es un problema cerebral?
¿Por qué hay personas muy lectoras y adultas que tienen una ortografía
vacilante y confusa, fundamentalmente insegura?
¿Qué claves oculta este enigma ortográfico? ¿Hay alguien que
pueda aportar algo aparte de las consideraciones punitivas o lúdicas acerca del
tema? No encuentro nada en internet que me dé soporte a explicar esta
disfunción de alguna zona del área del lenguaje. ¿Es realmente un problema neurofisiológico?
Pero lo cierto es que la dolencia es cada vez peor. Y ya no
me sirven las explicaciones conocidas.
No puedo responderte desde un punto de vista neurológico, pero sí desde un punto de vista pedagógico. ¿Hacen faltas los niños finlandeses o los japoneses? No. ¿Y sabemos por qué? Pues, muy sencillo, porque no aprenden con el método de fonética natural que está tan implantado en el sistema educativo español (y catalán). No se entiende que no se enseñe la escritura correcta desde los primeros aprendizajes y que se tolere que un niño escriba en catalán "vacanses" por "vacances". El aprendizaje de la ortografía tiene un componente visual importantísimo y fijar la imagen correcta debe hacerse desde el principio. Cuando esto no ocurre, el aprendiz vacila, duda y si no es que tiene mucho interés, acaba por cometer faltas siempre.
ResponderEliminarNo sé cuál es la solución, pero la preocupación ha llegado a inspección. Y, por ejemplo, en Blanes, la inspectora ha impuesto la libreta de dictados en primaria. ¿Una vuelta al pasado? Quizá. ¿Funcionará el método? Quizá.
Joselu, no tengo respuestas claras. Quizá otros comentaristas arrojen más luz sobre este problema.
PS: También los políticos hacen faltas. El lema del PP tenía un error de puntuación.
La pregunta creo que es: ¿Antes la gente escribía correctamente?
EliminarSi contestamos que si, debemos utilizar los métodos de antaño. Por el contrario, si contestamos que no, estos métodos no serán útiles y deberemos buscar nuevas estrategias.
Yo lo tengo claro, en mi clase de 8º de EGB, obtuvimos el graduado escolar 12 alumnos de 45. Un poco más del 25%.
La memoria visual es mucho más importante que el conocimiento de las reglas ortográficas. La lectura, por supuesto, la refuerza.
ResponderEliminarSaludos
Tan simple como tus palabras.
EliminarUn profesor de lenguas en el nivel primario debería antes ser dibujante y después profesor de lenguas.Si a un niño yo le digo epistemología y automóvil, ¿qué palabra creen ustedes que recordará al día siguiente?
Joselu, la marea que se lleva por delante la corrección ortográfica es creciente e imparable. Yo tuve que aprobar el examen de Ingreso a los 10 años con un máximo de tres faltas, como cuento en mi útimo post, hoy eso resulta impensable siquiera en Selectividad. Vivimos en la época del "todo vale", da lo mismo cómo se escriba, a muchos (incluidos profesores) les parece una estupidez mantener el rigor ortográfico, y no digamos ya suspender por ello. Son los mismos que desprecian cualquier obra literaria digna, qué decir de los clásicos, esas antiguallas pasadas de moda, a quién le interesan hoy los sonetos de Quevedo o el teatro de Lope existiendo los nuevos vampiros lánguidos y blanditos que tanto gustan a los jóvenes... Todo cabe en el mismo saco. La televisión ofrece ejemplos continuos de desidia ortográfica: nada de mayúsculas, ni tildes, disparates en la expresión... No te lo vas a creer, pero en los dictados de las pruebas CDI de Madrid hay faltas de ortografía. Espero que quienes las corrijan se den cuenta.
ResponderEliminar¿El enemigo son los chats, Facebook, Twitter, los SMS? Algo de culpa tienen, sin duda, pero no son sino un reflejo de cómo se expresa buena parte de la sociedad. No tienes más que echar un vistazo a los comentarios en cualquier foro. Qué pobreza expresiva, qué disparates ortográficos... Si eso sirve como muestra del nivel gramatical de muchos españoles, vamos listos... El problema es que no les interesa, les da lo mismo "aller" que "saido" (por "se ha ido"). El saber ha perdido prestigio, es así de doloroso. Escribir bien supone tiempo, interés, cuidado... valores obsoletos, caídos en desgracia. ¿Cómo podemos pretender que nuestros alumnos adquieran y valoren unos conocimientos y destrezas que cotizan muy a la baja hoy día? En un documento oficial de la Comunidad de Madrid se pone el apellido de mi querida Espe como "Biezma". ¿Y nos asustan las faltas de nuestros alumnos?
No podemos darnos por vencidos, pero cada día nos lo ponen más difícil. Un fuerte abrazo, colega.
Hay un artículo muy esclarecedor al respecto (siento tener que enlazarlo al Rincón del vago, pues no tengo otra referencia más fiable): Aprendizaje de la lectura y la escritura. Como dicen Lu y Luis Antonio, la memoria visual es fundamental, pero ha de fijarse en los primeros años. Dice el artículo:
ResponderEliminar"La percepción juega un papel fundamental pero no único en la actividad lectora; sin embargo, hay que considerar que gracias a los mecanismos perceptivos extraemos la información gráfica que aparece en una página, pero la actividad perceptiva no termina ahí, sino que a partir de un registro inicial es almacenada brevemente en un almacén sensorial o memoria icónica". Un poco más adelante se destaca el concepto de "activación" en la etapa ortográfica:
"El concepto clave que se maneja en esta etapa es el de “activación” porque la palabra leída activa la palabra almacenada, previamente en nuestra memoria, con una fuerza y exactitud que dependerá de la frecuencia, por tanto, del número de veces que se ha leído antes, unido a la recencia (tiempo transcurrido desde el último emparejamiento: desde que se vio representada la última vez)".
Como es obvio, esto exige una atención especial a la lectura y a la fijación de los signos con su forma correcta. Tampoco yo soy un experto, pero percibo lo mismo que mencionas en el post, incluso con jóvenes que leen bastante.
Me estoy abonando a los comentarios de este blog. Me cuesta negarme.
ResponderEliminarEncontré en Zetauka (web que acabo de comprobar que ya no funciona) y en un documento de la editorial Boira información sobre la ortografía visual, hablaba de la importancia de fijar las palabras y sus sonidos en una imagen mental y de lo pernicioso de los ejercicios de corrección ortográfica por cuanto incitaban a la confusión.
Lo peor para mi ortografía fue la Gramática Histórica y, después, el catalán, pero nada que no pueda subsanarse con ejercicio. La ortografía es costumbre, además de visual; si no tienes hábitos de escritura (memoria visual, lectora y mecánica/manual¿?), aunque leas, puedes cometer errores ortográficos con cierta facilidad, ni qué hablar de los de puntuación. Si a esta falta de costumbre le añades las modas de publicidad con letras cambiadas, sms, etc. pues el caos está servido.
Ahora que de neuronas no te sé decir yo tampoco, pero si te faltan algunas...posiblemente sea más costoso.
(Espero no haber escrito demasiado mal, siempre se da uno cuenta de los errores después de darle al botoncito de enviar, aunque hayas revisado).
Un saludo.
He pensado muchas veces sobre esta cuestión. Mi seguridad en ortografía ha cambiado a partir de que arremetí fuertemente con el inglés, pero ahora que ya no soy estudiante ni me paso todo el día usándolo, y además estoy expuesta todo el tiempo a los propios errores de mis alumnos, dudo mucho a la hora de escribir correctamente en ambas lenguas, y meto bastante la pata... Noto que he perdido seguridad: soy madre, trabajo mucho, no tengo todo el tiempo que quisiera para leer, etc.
ResponderEliminarHay cierta interferencia, y tocando de oído diría que tal vez sea algo emocional.
Chomsky hace una distinción lingüística interesante entre "competence" y "performance" (disculpa, pero lo estudié en inglés). Una cosa es lo que uno sabe, a eso llama "competence", que es como la gran masa del iceberg que no se ve desde la superficie, y otra cosa distinta es "performance", que es lo que uno es capaz de hacer en un momento dado con lo que sabe, sujeto a factores diversos, psicológicos, emocionales, ambientales, etc., que sería la punta del iceberg, lo que sí sale a la superficie.
Seguro que a tu hija le encantará esta teoría para explicar sus problemas de ortografía... aunque tal vez no la salvará de correcciones.
No creo que el Twitter y Facebook sean responsables por ésto (¡ves, le pongo tilde a "ésto"!).
De paso te digo que lo de las reglas que van cambiando a cada rato no ayuda en absoluto: a mí me gusta meterle tilde a todo. A "ésto" a "sólo" cuando es "solamente", hasta le pondría tilde a todos los monosílabos que han dejado afuera...
¿No tienen otra cosa que hacer los señores de la Real Academia que andar cambiando todas las reglas de un año para el otro? En inglés los cambios llevan mucho tiempo... Son más conservadores que nosotros.
Pérez Reverte al menos parece disfrutar de los pinchos y las cañas además de las palabras, digo por lo que le leo en la Revista del periódico dominical.
Cordialez zaludoz :) !!!
Primero JOSELU graaaaacias por librarme de decir lo que pienso sobre todo lo ocurrido en las elecciones, sistema electoral, electores y electos...no sabes el harakiri que estaba dispuesta a hacerme... creo que de la saturación tan enorme que tengo de información... Gracias de verdad, eres un amigo:-)
ResponderEliminarBien, el tema, tú tema, mi tema de tooda la vida, la ortografía, porque durante toda mi vida ha sido mi cruz y así será hasta que me muera, lo tengo asumido. Creo que poca gente se ha peleado tanto como yo con ella, desde todos los ángulos, métodos, formas y maneras sin solución definitiva... lo siento, pero yo ya lo tengo asumido como una disfunción de mi cerebro, no sé cual es, pero sé que no tengo otra explicación.
Creo que poca gente ha leído y lee tantísimo como yo lo hago, me encanta, me apasiona, devoro todo lo que pillo, me paso el día entero escribiendo y a pesar de todo ello, puedo escribir las misma palabra en un párrafo de tres formas distintas, sabiendo perfectamente cual es la correcta. Tú mismo me has visto aquí pedir perdón mil veces, me he muerto de vergüenza al ver alguna de mis burradas ( porque lo terrible es que después de subido el comentario, por ejemplo, al instante mismo, la veo) mis comentarios lo sabes, siempre tiene montón de sílabas invertidas, del tipo “le” por “el”, “por” por “pro” o “peor” por “pero”. Hasta recuerdo una entrada en la que que queriendo escribir, “me agarro a un clavo ardiendo” escribí jajaja”me agarro a un calvo ardiendo”;-) Ahora ya casi no lo hago (pedir disculpas) creo que soy tan pesada y cansina que aburro, confío en vuestra generosidad y nada más, como si fuera tuerta o coja, pues igual, es lo que hay y siento en el alma no poder evitarlo...lo intento, pero no puedo.
Científicamente no puedo aportar nada, sólo sé que mi mente siempre ha ido más rápida que mi mano, hubo un tiempo que hablaba tan rapidísimo que no se me entendía nada. Escribo igual de rápido que hablo. Quizá mi gran problema sea ese, no puedo controlar mi velocidad. Siempre me ha podido lo que quiero decir, sobre el cómo lo digo. Intento poner atención en la forma de las palabras, pero si me concentro en lo que quiero decir, olvido como escribirlo... sé como se hace perfectamente, pero en la vorágine de escribir se me va la mente... y ya está. Curiosamente en inglés apenas cometo faltas, no es que lo haga perfecto en absoluto, pero comparativamente, nada que ver...
Por si sirve, tengo dos hijos, una a penas comete faltas ortográficas, el pequeño es como yo, un desastre absoluto e igual que en mi caso, se ha pasado toda la vida haciendo dictados, usando todos los métodos ortográficos que hemos encontrado e incluso durante una larga temporada ha ido con una logopeda, ha mejorado mucho, pero su mal es como el mío...¡¡INCURABLE!!
Por cierto, tiene razón FER, ni él ni yo usamos a penas, los sms, ni sistemas de comunicación tipo chat, ni cosas de esas, twister jamás... así que por ahí no hay culpas que echar...genética pura y dura... de la mala ¿TDHA, dislexia? ¿quien sabe? quizá un poco de todo, pero vaya...aun así, he ganado pleitos a abogados de Harvard así que... se sobrevive, que no cunda el pánico :-)
Un beso muuy grande con doble bb y doble ss :-)
PD
Estuve pensando si concurrir a estas elecciones con el PDD (partido de los disortográficos desahuciados ) pero no quise darle un disgusto a Rajoy:))
Hola,
ResponderEliminarM'ha interessat molt la teva entrada. Jo treballo ensenyo català a persones adultes, que no escriuen tants xats ni sms com els teus alumnes, i també tenen una sèrie de vicis adquirits. Ara estic provant el foment de la memòria visual, a partir d'aquest material http://www.boiraeditorial.com/home/index.php?lang=ca, i les perspectives són bones.
D'altra banda, estic d'acord amb tu que és un fàstic veure com tu busques mètodes nous i els teus companys d'altres departaments passen de tot, com si la llengua només fos cosa teva. En fi...
Creo que das con las claves sobre las que es necesario incidir cuando hablamos de ortografía:
ResponderEliminarPor un lado, parece que personas educadas bajo ciertas pautas educativas y culturales pueden tener comportamientos muy dispares en lo que atañe a la ortografía. Esto demuestra, como muy bien apuntas, que quizá haya una razón genética que abarque a asuma todo lo demás.
Por otro lado, aun teniendo en cuenta lo primero, creo que las circunstancias socioculturales nos han hecho bajar la guardia respecto a las cuestiones ortográficas. La ortografía ya no es un pilar central del sistema educativo ni, lamentablemente, es especialmente valorado fuera de las clases de Lengua. Como bien apuntas, el fenómeno no se extiende solo a los alumnos (el problema se extiende también a la enseñanza universitaria), sino que es muy frecuente ver a profesores que no se desenvuelven con facilidad en el dominio de la ortografía (lo de la redacción es algo tan peliagudo como para dejarlo para otro día).
Ante la posibilidad del error, de la que nadie está exento, tendríamos que pasar por las etapas que el gran mago René Lavand establece para el aprendizaje de la magia:
- La ignorancia inconsciente del que no sabe que no sabe.
- La ignorancia consciente es un gran paso: reconocer que no se sabe (y que importa no saber, añadiría) es el primer paso.
- El conocimiento consciente es el del que sabe que sabe y aplica ese conocimiento de forma calculada.
- Lo ideal es llegar al último peldaño, el conocimiento inconsciente en el que al cerebro se le libera de las cadenas de la consciencia y pasa al no tener que controlar lo que sabe, porque el conocimiento ya es algo asimilado.
Creo que la sociedad debería saber que los que nos dedicamos al oficio también consultamos el diccionario mil y una veces, que tenemos dudas, pero nos importa resolverlas. Y, por último, deberíamos de conseguir una sociedad a la que le importase la ortografía, aunque sea solo como mecanismo que evidencia que se poseen las reglas mínimas de etiqueta y de educación.
Joselu, comparto contigo el desconocimiento por el origen incierto de las faltas de ortografía. Sin duda, el origen no está en el lenguaje de los sms e e-mails porque cuando no existían, también eran evidentes los problemas ortográficos. Sinceramente no sé cuál pueda ser la explicación, pero me atrevo con algun certezas.
ResponderEliminarHe tenido alumnos que no se sabían las reglas de acentuación -por ejemplo- y no se comían ni una sola tilde. Algo que apuntas en tu post sobre nuestra predisposición musical, creo que en este apartado puede arrojar luz. Quien tiene oído para la música, no suele acentuar mal. Los alumnos que silabean mal, acentuan mal.
Los profesores -todos los profesores- que dejan que las faltas pasten libremente en los escritos de sus alumnos, no les ayudan en absoluto. Hoy es el día que un viejo alumno me recuerda cada vez que me ve que le quité casi dos puntos por no acentuar la palabra núcleo. Nunca lo ha olvidado.
El componente visual de las grafías debe ser fundamental para nuestro cerebro y las editoriales ofrecen materiales muy valiosos para los niños pequeños con sus Ortografía visual y favorecer así la fijación de la grafía en su memoria.
Mis mayores problemas con la ortografía vinieron de la mano de mis estudios de morfología histórica ("avia" por "había")y cuando estudié euskera (no existen las uves ni las ces). Después de un tiempo, todo volvió a la normalidad...
Por último, yo también reivindico la tilde de solo, la tilde diferenciadora entre números, pero nunca he acentuado "esto" :)
Pues no sé si tendrá alguna base neurológica, pero lo voy a investigar a ver si encuentro algo por ahí, que me ha picado mucho la curiosidad.
ResponderEliminarPersonalmente, tengo bastantes problemas algunas veces para no escribir faltas ortográficas. Bueno, en realidad con el lenguaje en general tengo bastantes problemas. Soy consciente y me da una rabia tremenda, así que intento escribir lo mejor que puedo, que la mayor parte de las veces no es ni suficiente. O tal cual me lo parece. No es de ahora esto, me he pasado mi vida peleándome con las palabras. Un día discutía al respecto con varios profes de Lengua. Uno de ellos me insistía en que si un alumno no se expresaba en condiciones -a todos los niveles, también al ortográfico-, es porque no entendía tampoco en condiciones. Yo estaba, y sigo estando en desacuerdo con esto. Le comentaba de un chaval que tenía en una clase, que era una auténtica máquina en cuanto a comprensión, pero ¡ay, dios! ¡qué mal se expresaba y qué faltas de ortografía más gordas! Lo sufría de veras, pobrecico. Pensaba además en mí, que estoy en las mismas o parecidas. Y es que no me cuesta entender conceptos que a otros les resultan duros incluso, pero sacarlo de mi cabeza, eso ya es otro cantar. Sudo tinta china no, coreana.
Por otro lado, imagino que el escribir mal como costumbre influye,desde luego. Yo tomaba apuntes con una taquigrafía propia y los estudiaba tal cual, también escribía abreviando por internet, hasta que me resultó casi imposible escribir correctamente sobre papel, o sobre lo que fuese. Así que dejé de hacerlo, y conseguí corregirlo. Aún con esas a veces se me escapa un =- (igualmente), un VIP (importante), o algún xa (para). Y bueno, con el valenciano me armo unos pitotes de aquella manera. No es excusa, porque con el inglés y el alemán no me sucede. Tampoco recuerdo que me ocurriese con el francés en su día, así que pienso que es más por el parecido que lleva a equívocos que otra cosa.
Curioso el asunto, la verdad. Ya te digo, voy a cotillear por ahí a ver si le encuentro la base fisiológica, lo mismo la tiene y algún estudio hay al respecto.
Fin del rollo.
Saludetes y buen día :)
Lu, el problema recibe el nombre de disortografía. En la Wikipedia señala las siguientes causas:
ResponderEliminarLas causas de la disortografía pueden ser:
Déficit intelectual.
Deficiencias en la percepción espacio-temporal del sujeto.
Deficiencias en la percepción visual o en la percepción auditiva.
Mala articulación de los fonemas, que se traduce en la escritura.
Bajo nivel de motivación: el sujeto no considera importante en su vida aprender las normas de ortografía.
Causas de tipo pedagógico: el método enseñado para aprender a escribir no fue el adecuado.
Mi hija pequeña tenía (y en alguna manera tiene) problemas de convergencia visual lo que le hace confundir palabras, grafemas, omitir letras… Ello repercute en sus dificultades de comprensión y en numerosos errores ortográficos en todas las lenguas. Estuvimos, por asesoramiento pedagógico, yendo a una optometrista que trabajó la convergencia visual con ejercicios. Mejoró bastante tras varios meses de tratamiento. Las dificultades de mi hija vienen de la causa de deficiencias en la percepción visual e incluso en las deficiencias de la situación espacio temporal. De hecho hacía ejercicios para mejorar en este sentido.
El campo es apasionante, pero nos abre multitud de interrogantes que pueden explicar las dificultades ortográficas, incluso considerando factores neurológicos y genéticos.
No creo que se le esté dando relevancia a ello.
¿La libreta de dictados? Quizás haya que volver a métodos más tradicionales. En esta dialéctica entre la nueva escuela 2.0 y la tradicional hay numerosos pasadizos. No obstante, cabría una investigación en serio sobre esto que no solo es torpeza o dejadez de nuestros alumnos (que también). Hay razones más profundas que no conocemos.
Voy a hablar de un caso concreto de una persona que conozco y que quizás pueda ser extrapolable a otras (pero no pretendo generalizar porque imagino que hay quinientas mil razones distintas...).
ResponderEliminarEsta persona comete faltas de ortografía por puro pasotismo, porque no le da la real gana pensar un poco antes de escribir. Su argumento es "se me entiende, pues ya está". Así que las "b" y "v" o ciertas "h" de más y de menos pululan sin ton ni son en cuanto escribe.
Lo cierto es que es consciente de que para solicitar un empleo o alguna cosa oficial es necesario escribir correctamente y entonces puede cometer alguna falta pero son "de carácter menor" por así decirlo y además pide ayuda cuando tiene alguna duda.
Obviamente habrá quien tenga otras razones diferentes pero ésta llama especialmente mi atención.
Por cierto, habiendo estudiando Magisterio puedo asegurar que el 80 o 90% de mis compañeros de clase no habrían sabido escribir correctamente "Ahí hay un hombre que dice ¡ay!" (oración clave para saber quién escribe correctamente y quién no). Con semejantes maestros que luego pasan las oposiciones porque las "faltas de ortografía no cuentan"... ¿Qué esperamos después de los alumnos? Además de los grandes fallos que hay en la enseñanza de la lectoescitura en Primaria, claro está...
Luis Antonio, he tenido alumnos con ortografía desastrosa que eran ávidos lectores, y conozco a personas que tienen siempre un libro en las manos y que no saben discriminar cuando va v o b o h, y no digamos de la acentuación.
ResponderEliminarLa memoria visual es un factor muy importante. Pero cuando se han reforzado las grafías erróneas visualmente. la tarea es ímproba y está condenada al fracaso.
Loly, pues si te aficionas, genial. Siempre serás bienvenida en este espacio. Dices algo que llama mi atención cuando escribes que los ejercicios de corrección ortográfica aumentan la confusión. Esta impresión tengo, pero no lo sé argumentar. No sé en tal caso qué habría que hacer para corregir los errores. Creo que sabemos muy poco de este asunto y no se habla entre profesores de lengua que lo achacan todo a la dejadez de los alumnos. Quizás no estemos empleando desde el comienzo los medios o sistemas adecuados. Cabría realizar una amplia investigación sobre el tema al que no se le ha dado la relevancia que tiene.
Has escrito esta vez, Joselu, sobre mi profesión. Sé que la mayoría de los comentaristas en el blog son profesores, y por lo tanto todos tenéis que lidiar cotidianamente con los errores ortográficos. Yo soy correctora ortotipográfica, y por si os sirve de algo quería compartir mi experiencia tras 6 años ejerciendo esta profesión, ya que, en mi caso, he trabajado con autores de todas las edades.
ResponderEliminarLo primero, que es algo completamente personal, como tú mismo destacas, Joselu. Dentro de una misma generación hay personas con más faltas y con menos. Pero sí que observo ciertas tendencias, cuando menos, interesantes (tened en cuenta que, por lo general, quien contrata un servicio de corrección suele tener un nivel cultural medio-alto):
*En las generaciones de más edad hay cierto pudor ortográfico que no se observa en las más jóvenes. Es habitual que personas de la generación de mis padres entreguen textos disculpándose por anticipado por las faltas que pueda contener, y con frecuencia piden que les señales sus faltas más frecuentes para aprender. Sin embargo, ya empieza a pasarme de vez en cuando, con clientes jóvenes, que me entreguen un texto al que no han pasado ni siquiera el corrector del Word. A menudo rechazan recibir el texto con las correcciones: prefieren que se les entregue un texto depurado y limpio, repasar las correcciones es una pérdida de tiempo.
*En las generaciones de más edad lo más frecuente son ciertos errores gramaticales (especialmente un mal uso de las preposiciones), algún que otro fallo de coherencia textual y las tildes, sobre todo las tildes (especialmente aquellos que crecieron con otra normativa de acentuación gráfica). También, a veces, mala elección de léxico. En los jóvenes lo que más falla es la concordancia y las grafías vacilantes (escribir una palabra con diversas ortografías a lo largo de un texto) son mucho menos raras. Los textos, en general, parecen haber recibido menos revisiones del autor que los de las personas de más edad.
No me atrevo a decir que todo esto constituya una tendencia, es simplemente mi experiencia personal, que tal vez a alguien le resulte de utilidad.
Un saludo.
He leído prácticamente todos los comentarios porque este es un tema que me apasiona. Yo también soy profe, concretamente, maestra de Primaria. Y soy de Filología, con lo que el tema está servido.
ResponderEliminarPoco más voy a aportar. Tan solo una anécdota que siempre se la cuento a mis peques cuando introducimos el tema Ce Ci con Ce, za, zo, zu con ceta.
Yo trabajo mucho con gestos, y encima, soy una teatrera increible. Así que me apoyo mucho en la imagen de mi cuerpo para ilustrar los sonidos. He hecho muchos cursos de ortografía por dibujos y por sonidos, y esos cuentecillos a los críos se les quedan de maravilla. A lo que iba.
Cuando empiezo con el tema de la "ce", les digo que la futura reina de España no sabe escribir bien, y que encima, no nos ayuda con su nombre a tener pocas faltas de ortografía: Toda la vida escribiendo CE, CI, CON CE, y ahora viene LETIZIA y l oescribe con ZETA. Vaya por diosssss, ahora tenemos dos excepciones: zinc y la duquesa Letizia, grrrrrrrr!!
Pero sí que creo que ha habido tres causas principales para que ahora los jóvenes (y no tan jóvenes) escriban con faltas:
- La maravillosa moda que ha habido en educación del laissez-faire, tanto en ortografía, como en la correcta manera de coger el lápiz, como en no tener que estudiar demasiado y mil etcéteras...
- el mundo de los sms
- la estética de la publicidad donde todo vale (minúsculas, ausencia de tildes, inversiones de grafías, etc)
Un beso,
Me olvidé decir que de poco sirve entregarle a un alumno un texto corregido y que vuelva a copiar las faltas. Yo opto por la autocorrección, ya se´que es más costosa, pero es la única en la que se fijan.
ResponderEliminarNunca tacho una falta, sino que señalo dónde hay una falta. Y luego que la busquen y la corrijan ellos.
Otro beso de regalo,
Yolanda, es cierto lo que dices sobre la desidia ortográfica generalizada. Cuando leo opiniones en los foros de El País, observo horrorizado las faltas de ortografía, de concordancia, de sentido… Escribir no es fácil. Lleva toda una vida aprender a escribir con alguna corrección, pero hubo un tiempo en que esto tenía algún valor social, que actualmente se ha perdido. ¿Me entiendes? ¿No? Parece que eso es lo único que cuenta. El empobrecimiento del lenguaje, del que la ortografía es una manifestación más, es desolador. Nuestros alumnos reciben en buena parte ese desinterés social hacia el lenguaje, quizás en sus padres, en sus amigos, en los medios de comunicación, en sus chats… Todo vale. Ciertamente el origen de esta situación ortográfica es social pero también intuyo que debe corresponder a otros factores que nos son solo intuidos. Y reitero: escribir y hablar bien no es fácil. Me acuerdo de una tía mía que murió con más de noventa años que no había estudiado, ni había salido de su casa, pero que hablaba un castellano espléndido. ¿Cómo lo había hecho?
ResponderEliminarFer, competencia y actuación son los términos que yo estudié y a los que te refieres. Entre ellos puede haber una gran distancia. El castellano de mis alumnos es muy pobre y lo más preocupante es que alumnos marroquíes que llevan cinco o seis años o menos en España escriben casi con mayor corrección que los nativos. Es ortografía, es léxico, son construcciones gramaticales, son concordancias anómalas… No sé por dónde meter mano a esta red inextricable de deficiencias.
ResponderEliminarMaría, al menos escribes correctamente "desahuciados". El otro día lo vi escrito incorrectamente en El País y en un cartel de un bufete de abogados en mi ciudad figura escandalosamente mal escrito. No cometes excesivas faltas del ortografía. No es relevante. Tu estilo de redacción revela lo que dices: que tu pensamiento va más rápido que el lenguaje. Eso es cierto. Creo que hay cierta habilidad connatural para el lenguaje, que debe ser convenientemente estimulada. Si no, no necesariamente se obtienen buenos resultados. El lenguaje requiere de un mimo extraordinario. El lenguaje nos revela, nos pone de manifiesto, muestra nuestras carencias, nuestra estructura mental. Una de las mejores reflexiones sobre el lenguaje están en 1984 de Orwell. Para controlar a la población, solo hay que ir laminando su capacidad expresiva, empobreciendo el lenguaje reduciendo sus matices… Esto hoy día es tan palmario que llama la atención que no nos demos cuenta. El arma principal del poder es el control del lenguaje.
Besos.
Elisabeth, certament la cura del llenguatge és una tasca col · lectiva, però no es percep així. He trobat amb freqüència companys d'altres especialitats que escriuen sense cura i els seus escrits són dolents estilísticament i sovint contenen nombroses faltes d'ortografia. Entrar a una aula i veure l'escrit a la pissarra, de vegades, és desolador. Gràcies per la teva presència i intervenció.
ResponderEliminarRaúl Urbina, el cuidado del lenguaje expresa el cuidado que tenemos del pensamiento. Dices bien que hablemos de la ortografía y que dejemos de lado la redacción. Escribir es un oficio que no es fácil. Llevo toda mi vida escribiendo para mí en forma de diarios personales o en los últimos años en forma de blog en el que he ido puliendo errores, consultando necesariamente diccionarios de dudas o sobre asuntos de estilo. No creo escribir un buen castellano, pero soy consciente de ello. Es tarea de toda una vida aprender a escribir. La maravillosa potencia del pensamiento se revela en estructuras gramaticales, en riqueza léxica, en la flexibilidad de la lengua. Requiere de ejercicios constantes y de un entrenamiento riguroso. Como todo, como la música, como el atletismo, como cualquier disciplina. Sin embargo, el lenguaje es la menos cuidada de todas las materias. Tiemblo cuando veo los alumnos que llegan a la universidad. La asignatura fundamental es lenguaje y pensamiento.
Marcos Cadenato, relevante e interesante tu aportación sobre el sentido musical como elemento fundamental de la ortografía natural. De hecho es el único criterio que suelo utilizar ante la devastación ortográfica con que me suelo encontrar. Tengo numerosos alumnos marroquíes y algunos de ellos adquieren una competencia ortográfica muy interesante al cabo de unos años de escolarización. No todos, evidentemente. Pero es sorprendente que escriban mejor que alumnos nativos cuya ortografía es estremecedora, a la par de su pobreza léxica y de estructuras. Me estoy dando cuenta que detrás del término ortografía hay numerosas casuísticas cuyos orígenes son muy complejos y diversos. Hay un componente social, hay uno musical, hay uno espacio temporal, hay uno visual, hay uno intelectual… Mézclese todo con unas dosis de dejadez y descuido, confusión generalizada… Y obtenemos un resultado que es el que vemos en las aulas de secundaria, de bachillerato, de universidad, en los foros…
V., yo no he leído interpretaciones fisiológicas o neurológicas sobre las deficiencias del lenguaje, en especial la ortografía. Creo que hay un gran vacío sobre ellos. Me gustaría conocer las reflexiones que se han hecho sobre ello. Imagino que en inglés (para los angloparlantes) las dificultades son distintas que para los hispanohablantes. Tal vez partimos de un edificio mal edificado desde la base. Lo cierto es que hace veinte años había menos faltas de ortografía, y como Lu apunta, tal vez se hagan demasiadas concesiones a la ortografía natural. Si descubres algo, me encantaría conocerlo.
ResponderEliminarMer FM, relevante y oportuna tu aportación que apunta a la dimensión social y generacional de la inexactitud ortográfica, estilística y léxica del lenguaje. Es indudable que las generaciones anteriores cuidaban la lengua como algo muy valioso, al menos mucho más que las presentes. Apenas encuentro alumnos que tengan algún cuidado por el lenguaje, tanto es así, que he renunciado a dar clases de bachillerato de literatura. Hace veinte años un alumno de diecisiete años podía leer sin mayores dificultades el Cantar de Mío Cid o La Celestina, además de disfrutar con ellos. Hoy es impensable. Son textos opacos para ellos. Y la principal dificultad es el espesor del lenguaje. O sea que la decadencia de lo ortográfico ha ido paralela a la de la capacidad de comprender textos complejos lingüísticamente. Un lujo tenerte por aquí.
Mar, tienes razón en cuanto a la eficacia mayor de la autocorrección. Por comodidad se les da corregido un texto. Cuando se lo dejo corregir a ellos, no destacan apropiadamente sus errores y no suelen ser conscientes de los mismos. Aunque tengan delante el texto correcto, dejan de corregir numerosos errores por deficiente atención. Sin embargo, tu aportación es importante para los profesores de lengua. Yo tengo miedo cuando les dejo corregir sus textos por lo que te he dicho. Gracias por tu presencia.
AAA. Afasias, agnosias y apraxias. Ahí la foto que has puesto, ¿no?
ResponderEliminarCuando tenga un rato lo miro a ver. No sé si habrá diferencias entre idiomas, la verdad. Ni idea. Tampoco me lo había preguntado nunca, pero en última instancia lo dudo mucho.
Debes tener mi comentario en el Spam (Toni)
ResponderEliminarYo también soy profe de Lengua y me siento identificado con esa preocupación (tuya y de todos...) por conseguir una competencia, por lo menos aceptable, en ortografía. Por si te sirve de algo, y muy brevemente, me gustaría dar una opinión. Yo creo que en el fondo del problema de la ortografía no hay otra cosa que la falta de una "actitud mental". Nuestros alumnos no han sido educados (entrenados) desde pequeños en tres aspectos importantísimos, imprescindibles para el aprendizaje, sea lo que sea que haya que aprender, y que son: LA ATENCIÓN, LA CONCENTRACIÓN Y EL ESFUERZO. Cuando faltan estos pilares en "actitud mental", o no se ha adquirido ese "hábito de actitud mental" todo está perdido. Y no solo la ortografía, sino cualquier meta que uno se proponga en la vida... La memoria visual, las explicaciones neurológicas, el conocimiento de las áreas del cerebro, etc,... cuando no hay trastornos fisiológicos, cuando hay normalidad en sus funciones, no explican el fracaso... El fracaso está en la mente (no en el cerebro) y educar la actitud mental para modificar el mal hábito adquirido a lo largo de los años es nuestro reto. Pero no solo de los profes de Lengua, sino de todos los profes, de todos los padres, de los medios de comunicación, etc... Un gran reto, pues, para el que necesitamos mucho ánimo, mucha atención, mucha concentración y mucho esfuerzo.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Toni, efectivamente estaba en spam. No entiendo, Toni, por qué pasa esto. Ya está publicado. Lo leo y te contesto.
ResponderEliminarLa ortografía...
ResponderEliminarLo cierto es que no me había planteado que la mala ortografía pudiera tener un componente neurológico. Es muy posible que así sea en personas concretas. Sin embargo, actualmente los errores ortográficos son algo generalizado en los institutos y no creo que todos los alumnos tengan problemas genéticos. Hay un factor social que creo que influye bastante.
Durante el instituto no tuve grandes problemas con la ortografía, quizá alguna tilde y poco más. Sí que, en general, cometía más errores en catalán, me costaba saber cuándo iba doble ss y fallaba más en las tildes y pronombres. Supongo que esto era así porque siempre me he expresado y he leído más en lengua castellana.
Diría que lo mío es algo visual y de costumbre. Ahora que no escribo, ni leo tanto como cuando estaba en el instituto y además no tengo a profesores machacando continuamente con la ortografía, a veces me quedo pillada cuando escribo y tengo que consultar el diccionario y otras lo consulto para asegurarme.
En mi instituto sí que había la norma de que fuera cual fuera la asignatura, se podrían bajar hasta 2 puntos por faltas de ortografía. Y el profe de tecno lo cumplía, en los ejercicios que entregábamos nos descontaba por faltas de ortografía, pero también por presentación, por no presentar las hojas grapadas, por no escribir recto… evidentemente los primeros ejercicios que entregamos los suspendimos todos…teníamos una media de -5 puntos.
Bien JOSELU,
ResponderEliminarahora que me has concedido la absolución conmiserativa a mis pecados ortográficos ;-) y me he confesado públicamente pecadora irredenta ortográficamente hablando. después de llevar toda mi vida flagelándome por ello, te voy a dejar mi alegato anarco/ ortográfico jajaja lo que siempre desee decir sobre este tema ( abusando de la confianza, que da asco... pienso pegar aquí, con todo el cariño:-) ¿Preparado?...
Personalmente pienso que nada tiene que ver la riqueza y expresividad del lenguaje, que nadie más que yo adora y practica, con la ortografía. Me esfuerzo como nadie en conseguir la máxima expresividad cuando escribo, además la necesito como el aire aquí... Abuso consciente de admiraciones, interjecciones, puntos suspensivos innecesiarios, duplicidad de vocales y todo lo que encuentro y me sale para suplir en el lenguaje escrito, la expresividad que me dan los gestos en el hablado.
Llegué a coleccionar palabras por su precioso sonido apuntándolas en una libreta cuando las escuchaba o conocía por cualquier razón. Un vocabulario rico, es la mejor forma de demostrar el dominio de un idioma, pero nada, absolutamente nada tiene que ver esto, con la grafía, que es el mundo escueto y pacato de la ortografía. Lo siento JOSELU, en la gran mayoría de las ocasiones no aporta expresividad alguna, sólo confusión.
Lo cierto es que las reglas ortográficas son una dificultad añadida a la hora de dominar el lenguaje escrito que carecen absolutamente de sentido y razón. ¿Alguien podría explicarme para que sirven las distintas grafías que existen con un sonido exacto en nuestro idioma, a parte de razones etimológicas y academicistas? Soy defensora de la acentuación de las sílabas tónicas que enfatizan las palabras o la tilde diacrítica que las diferencia, el resto de las reglas de acentuación, no las comprendo, aunque en la acentuación creo que es donde menos pecados cometo. Sinceramente creo que las distintas reales academias de la lengua de este país, en su ociosidad porque de otro modo no me lo explico... se pasan la vida mareando la perdiz, cambiando reglas y aumentando hasta el infinito la confusión existente en este terreno.
Entiendo que distintos sonidos tengas grafías distintas, ahora bien, salvo por las ya mencionadas razones etimológicas ¿que sentido tiene una h en nuestro idioma? ¿cual es la razón práctica de grafías como la b y v , ll e y en castellano si sus sonido son igual? ¿qué sentido tienen las excepciones a las reglas generales? ¿qué sentido tiene todo eso a nivel práctico?
Y ya, el divismo que se traen las distintas academias, con todos mis respetos ( LOLA, si lees esto no te enfades que se tu afición a la RAE:-) raya el surrealismo cuando se observa la ortografía de las distintas lenguas que conviven en este país. En galego por ejemplo, se escribe “irmá” hermano sin h, como “ovo” que es huevo, como acevro - acebo (unión de br con v) y así, miles de palabras, eso sin contar con que en este idioma se permite y tiene por correcta la geada, que es horrorosa... pero a los Srs académicos les cae bien y por eso toleran:-) me temo que esta sí es una de las razones que explican la dificultad ortográfica que los poco dotados padecemos en este país¿cómo se consolida la memoria visual si constantemente se alternan distintas grafías de una misma palabra?
Me parece de una vulgaridad y empobrecimiento terrible de la lengua el uso y abuso de muletillas, modismos y apropiaciones extrajeras tipo anglicismos y galicismos consolidados sin reparo alguno por nuestra limpísima , brillante y esplendorosa RAE asimilándolas a nuestro idioma cuando considera han sido asumidas por la habitualidad y frecuencia de su uso, sin que este criterio valga en la ortografía que se modificada a su capricho y sin explicación alguna...
Y ya está, lo dejo para no aburrir más de la cuenta, pero me apetecía darme este gusto... Puede apedrearme todo el mundo cuando diga ya... que me habré ido:-)
Mil gracias y ¡¡perdón!!:-)
Muchos más besos y buen día.
Lo siento, se ha perdido mi comentario. A ver si luego puedo repetirlo.
ResponderEliminarYo tengo 4 hijos , Joselu, y dos de ellos han sido estudiantes sin faltas ortográficas, los otros dos para morirse de pena. Hoy en día escriben mejor pero alguna vez tienen dudas, los otro dos no. De la misma madre, del mismo padre, y pasan estan cosas. Es un misterio y yo sí que creo que tiene que ver con el área del cerebro que se ocupa del habla. A mí siempre me ha resultado fácil ver claramente lo que era correcto, menos en las comas y el punto y coma y no entiendo el porqué.
ResponderEliminarNo te puedo ayudar a resolver el problema pero esa es mi experiencia. Lola
Tengo a gala ser un profesional de la enseñanza de la lengua castellanaa que no se sabe las "reglas" ortográficas. He suplido mis carencias con la lectura y con una suerte de mirada "icónica" que me ha permitido "fijar" las formas caligráficas con notable exactitud. Desde mi experiencia, he desarrollado un método ortográfico al que llamo "El dictado dibujado" que, desde que lo empleo, me ha dado muy buenos resultados. Consiste básicamente en la elaboración de una plantilla gráfica en la que se dibujan los rasgos sobresalientes de las palabras. Hecha ésta, se queda el alumno a solas con ella mientras yo le hago el dictado y él escribe debajo del dibujo de cada palabra la que yo le leo. Las posibilidades de error son mínimas, y la frecuentación del método permite no pocos avances. Desarrolla, como es evidente, la memoria visual y la percepción pictórica del lenguaje en tanto que siigno gráfico, más allá de su dimensión conceptual. El método es sencillo y eficaz. En alguno de los archivos del cajón de sastre de mi ordenador debo de tener alguna exposición detallada del método. Hablaré con Joselu por si quiero colgarlo en esta pagina a la que tan vinculados nos sentimos todos.
ResponderEliminarCon todo, entre la preocupación por la ortografía y la preocupación por el sentido de lo que se dice, siempre he escogido la última, porque escribir sin sentido sí que aparta a los alumnos completamente del mundo de lo racional.
Luchida, me preocupa la ortografía de los nuevos profesionales que salen de las aulas de magisterio. Y es cierto que si uno toma conciencia de la necesidad ineludible de una buena ortografía, los errores disminuyen en un noventa por ciento. El otro diez por ciento se puede trabajar.
ResponderEliminarAntonio, el conflicto surge cuando no hay una percepción "limpia" de la palabra. Pongamos "he ido". Aparece como "e hido", "eh ido" "he hido"… Los chavales la ven escrita de formas diferentes en sus escritos. Hasta a mí me influye el ver escrito "he ido" mal y se me fija la deficiente escritura. A estas alturas es casi inextriable una fijación nítida de muchas palabras cuyas ortografías forman ya parte de un caos del que no sé si se puede salir. Y sólo se puede salir con una voluntad firme por parte del alumno, y ahí nos encontramos con los factores sociales a que hemos aludido (desinterés por la ortografía), problemas neurológicos o genéticos que también existen. Voy a buscar este documento para leerlo más tranquilamente, pero que esté en El rincón del vago me repele.
JM de UM, puede que tengas razón en parte. Hablas de reforzar la actitud mental (atención, concentración y esfuerzo). Son pilares básicos, pero toda la estructura social y de los mass media trabaja en dirección contraria. Vivimos en un mundo dominado por la dispersión, por la falta de concentración y atención, en el que estamos saltando continuamente entre estímulos que no consiguen retenernos. Si para adentrarnos en la ortografía hemos de acudir a este paradigma que expones, me temo que tenemos la batalla perdida porque la sociedad no va a cambiar en este sentido y sí más en el contrario. Y no acaba de resolverse cuestiones como por qué hermanos educados en las mismas condiciones y escuelas tienen facultades tan distintas para la ortografía. No me cabe duda de que hay algo alojado en alguna zona del cerebro, próximo a la música, como alguien ha anotado.
Mari Carmen, tuvisteis suerte con ese profesor de tecnología que era tan estricto con la presentación y la ortografía. Pero tengo la impresión de que es un caso raro. En mi instituto no hay unanimidad sobre el tema, y muchos profesores se plantan porque se dicen que no son profesores de lengua. Otra explicación que avanzo es la de su inseguridad ortográfica, y los errores que detecto en sus escritos. Un control firme es la mejor ayuda para la buena ortografía.
ResponderEliminarMaría, en las comunidades autónomas en que conviven dos lenguas románicas (Cataluña, Valencia, Islas Baleares y Galicia) sin duda muchos errores provienen de estas normas ortográficas contradictorias, pero no lo explican todo porque en las regiones con solo el castellano como lengua, también el nivel ortográfico es deplorable. Es un fenómeno general. En cuanto a si se podría aligerar la ortografía del castellano es un debate que puso sobre la mesa el mismo García Márquez que propuso una simplificación ortográfica. Personalmente no estoy de acuerdo. He leído obras clásicas escritas con unas grafías que incluyen la h, la v, la b, la g y la j, y me resultaría penoso cambiar todo la escritura de las palabras. Imagina que suprimimos la c, y queda la /k/ para el sonido oclusivo sordo y la /z/ para el sonido interdental; ka, ke, ki, ko, ku y za, ze, zi, zo, zu… Sin duda sería práctico pero no me gusta. Si yo tuviera que votar sobre ellos, mi voto sería negativo. La ortografía no se soluciona simplificando. Todas las lenguas tienen sus normas, son limitaciones, son códigos… Y a mí no me gustaría ver convertido el castellano en una lengua de indios, en el peor sentido de la palabra.
Lola, estoy contigo. Hay algún área del lenguaje en el cerebro que tiene algún cortocircuito y que, en algunos casos, explica estas dificultades. Pero no he leído mucho acerca de ello. Tendría que abrirse una investigación exhaustiva sobre ello.
Pues he estado leyendo por ahí, y por lo visto el tema tiene que ver con una región cebral llamada Visual Word Form Area, pero según leí, su organización es bastante desconocida todavía. Me pregunto qué no lo es en lo referente a la fuente de tallarines que tenemos metida en el cráneo. Así que la disfunción, de haberla y a este nivel, es un gran vacío en el conocimiento humano por lo que parece. Sí hay un artículo en concreto, de octubre de este año, que parece bastante interesante, pero sólo hay acceso libre al abstract desde internet.
ResponderEliminarTambién hay muchos estudios que relacionan ortografía y dislexia, y otros tantos que diferencian según idiomas en lo que respecta a su relación con la audición (te aparecen en PubMed si pones orthography), aunque no sé hasta qué punto pueda estar esto muy relacionado, sigo teniendo bastantes reservas al respecto, porque una de mis mejores amigas es sorda, y tiene una ortografía envidiable.
En cualquier caso, no me extraña que los estudios relacionados con el tema no crezcan como setas. Es cuestión de prioridades, y si lo piensas, al lado de otros trabajos dedicados a desórdenes y enfermedades graves o muy graves, en realidad este, es un mal menor.
También es cierto que hay estudios en los que se invierte tiempo y dinero, y que son de lo más estúpido. En fin, no sé... por lo que parece y by the moment, no poca oscuridad.
V., me maravilla cada vez más la inteligencia colectiva que supone internet. Aquí nos hemos reunidos una serie de personas a reflexionar sobre las circunstancias de los desórdenes ortográficos y están saliendo cuestiones muy relevantes y que sin duda a cualquiera que entre, le resultarán de alto interés. En todo caso, no pienso que el problema ortográfico, el desorden ortográfico, sea un tema menor, pero sí que es posible que afecte de modo diferente a los angloparlantes. Allí la fonética no es natural como en castellano, y los alumnos han de aprender a pronunciar las palabras una por una y de ahí los fundamentales ejercicios de deletreo (spelling) de las palabras que tienen lugar en la escuela. Y son los norteamericanos los más avanzados en el terreno de la neurología. Tienes razón en cuanto a que es un territorio como África en el siglo XIX en el que existe un gran vacío de investigación. Me voy a curiosear en la Visual Word Form Area. Seguimos en la brecha. Gracias.
ResponderEliminarHola Joselu: aunque hay que tener en cuenta que hay personas para las que la ortografía resulta más fácil que para otras (sea por "disortografía" o por otro motivo), la realidad es que la ortografía debe fijarse desde la infancia. Mi experiencia me dice que en Primaria no se exige, ni se trabaja, en este sentido. Se necesita trabajar muchísimo esa memoria visual como decían Lu y Antonio y, también, exigir la corrección con consecuencias desde los primeros años. Si no, los niños son lo que son, y lo que cuesta esfuerzo, no lo realizan.
ResponderEliminarY, por supuesto, una buena atención psicopedagógica para detectar problemas como dislexias (que deben ser tratados desde la infancia).
Mi trabajo con la ortografía es el siguiente: en primer ciclo de la ESO hacemos una media de tres o cuatro dictados por semana. Cada tres faltas (contando tildes), deben repetir, no la falta, sino el dictado entero tres veces (y en muchas ocasiones son textos de media página). Sé que es un trabajo duro, aburrido y pesado y que me quita tiempo para otros contenidos, pero los resultados son sorprendentes. Además, les convenzo de que es necesario hacerlo porque en el examen voy a rajatabla con las faltas y no paso ni una. Los resultados me sorprenden positivamente todos los años, lo cual me demuestra que los alumnos conocen las normas pero pocas veces les han exigido cumplirlas.
Y, por cierto, voy a extender la práctica a 3º de ESO.
Un saludo.
Caperucitaazul
Ah, se me olvidaba: otro procedimiento es dictar apuntes. Les dicto muchísimo y me da igual que sea un método cada vez más en desuso. He visto sus bondades pedagógicas: a la vez que dicto, pregunto normas ortográficas ("¿cómo se escribe esta palabra que acabo de decir?"). Y también compruebo cómo, unos apuntes bien redactados, les hace interiorizar recursos discursivos que luego utilizan en sus redacciones, mejorando su competencia lingüística.
ResponderEliminarPor supuesto, esto no significa que no utilice recursos TICs, que también lo hago. Cada cosa en su momento. Tradición y modernidad son la mejor baza pedagógica.
Un saludo de nuevo
Caperucitaazul
Corréis como gamos :) Cada vez me cuesta más llegar a tiempo al debate. De las causas que apuntas, Joselu, sin desdeñar otras, yo percibo sobre todo la que enuncias como «Bajo nivel de motivación: el sujeto no considera importante en su vida aprender las normas de ortografía». Se trata a mi entender de un fenómeno que trasciende lo ortográfico, y que alguna vez he llamado igualdaochoqueochentismo. Se ve muy claro cuando pones a los chavales a leer y confunden alegremente unas palabras con otras (directamente con distintamente, por ej.), convencidos de que lo importante es tirar para adelante con la lectura y concluirla lo antes posible. Un texto mal leído es un texto que nunca se comprenderá. Por lo mismo, un texto mal puntuado, escrito con descuido, es casi siempre un texto mal pensado, en el que (en muchos casos) las pocas tildes que aparecen las añade el alumno al final del todo, en un rápido e infructuoso repaso del examen, como si las tildes fueran un adorno engorroso que hay que añadir a lo que has escrito para intentar complacer el gusto perverso e incomprensible del profesor de turno.
ResponderEliminarUn comentario revelador y recurrente es el que hacen los alumnos que sacan una nota baja y preguntan cuánto les has quitado por cada error ortográfico. A continuación, hacen sus cálculos, rewtituyen lo robado y dicen: 'o sea, que en realidad tengo...' La cuestión no tiene vuelta de hoja: mientras sigan pensando que la ortografía pertenece a un campo irreal, seguirán deleitándonos con sus 'jóven', 'hiperbatón' y cía., convencidos, como me dijo otro, de que con b o con v la 'cerbeza' sabe igual de fría.
Poco más tengo que añadir a lo que ya han dicho quienes me anteceden (como casi siempre, son legión; debo darme más prisa). Tan solo hacer hincapié en el componente genético de las habilidades ortográficas (creo en ello firmemente) y recordar que, cuando daba clases (hasta hace 2 añitos), me asombraba bastante de que, para lo poco que la practican como Dios manda, demasiado bien se desenvuelven los niños con la lengua escrita. Salud(os).
ResponderEliminarP.S.: Amigo Joselu, me vas a permitir que exprese una queja: no me ha parecido demasiado respetuoso con quienes entramos y participamos en este blog casi a diario, procedentes de gran parte del ámbito hispanohablante, el que aparezcan textos en una lengua que no entendemos, con no sé qué intención. Lo siento, tenía que decirlo.
Es interesante también cómo la cultura de la Red ha reaccionado contra esta burricie con la invención del concepto 'hoygan'. Estaría bien divulgarlo. Si escribir con los pies deja de ser algo 'cool' para ser (como es) una cutrez, tendremos, me parece, más de media batalla ganada.
ResponderEliminarjaramos, Elisabeth ha participado por invitación mía. Suelo invitar a profesores de lengua que pueden aportar algo al debate. En este caso ha sido así, y la lengua en que lo ha hecho es su elección. Es una lengua española más y los lingüistas nos sentimos orgullosos de esta pluralidad lingüística y literaria que va desde Ramon Llull, a Joanot Martorell o Salvat Papasseit y forma parte del patrimonio de todos los españoles. Es un placer recibir la participación de cualquier expresión lingüística que lleve a conocernos más y el catalán es mi segunda lengua, y forma parte de mi educación sentimental. No hay ningún conflicto. Entre lingüistas románicos las lenguas son transparentes. Y eso es lo que hoy ha sido en el común de los participantes: los que aman cualquier expresión lingüística de la variedad humana, más si es tan próxima y cara a nosotros como la lengua catalana. Un cordial saludo.
ResponderEliminarCaperucita azul, no sé si el método que expones será efectivo. Tres o cuatro dictados a la semana en los que si se tienen más de tres faltas hay que copiar entero el dictado tres veces. Me imagino una revuelta general contra este método, pero la mayor reacción contraria sería la mía. Quiero que la clase de lengua sea una especie de alimento para las ideas, para modos de contemplar la realidad, para estímulos al pensamiento; que motive su necesidad de expresión oral y escrita. El primero que se rebelaría sería yo. Un dictado es útil, pero no en el sentido que lo planteas. Dudo que mis alumnos aceptaran semejante metodología, pero yo tampoco. Lo que no quiere restar valor a tu empeño.
ResponderEliminarAl59, me ha interesado lo del concepto hoygan. Sin duda lo voy a utilizar en mis clases. Gracias por dármelo a conocer. El otro día contesté a un mensaje en el chat de gmail a mi hija que estaba en el ordenador de al lado y le escribí en esa extraña jerga con emoticonos y palabras abreviadas. Me costó mucho adaptarme a ello. Y mi hija fue consciente del empeño y me dijo: te ha tenido que costar mucho. Y tenía razón. Ahora hay un movimiento que me lleva a reivindicar la corrección lingüística. Tiene gracia.
Tampoco yo pienso que la cuestión ortográfica sea un tema baladí, pero sí que frente a estudios que intentan dar con la respuesta a dolencias severas o muy severas, no es prioritario. De todos modos ya te digo, no es comparable con estudios como los merecedores de los Ig Nobel y tantos otros a los que no les encuentro razón de ser y que ahí están.
ResponderEliminarLo que estoy viendo es que esto tiene tela para aburrir. Hay muchos estudios al respecto, pero casi todos se centran en entender cómo, dónde y de qué modo se procesa el lenguaje. Todavía estamos ahí visto lo visto, así que para afinar concretamente con los problemas de ortografía, me parece que todavía queda un trecho. Y largo.
Besos.
p.s. Te lo dejo por si te aburres mucho mucho, y de paso te apetece practicar inglés:
http://brain.oxfordjournals.org/content/125/5/1054.short
Muy interesante este artículo, porque como muchos de los que ya publicaron sus comentarios, también soy maestra de Lengua, y la ortografía es el problema más común que sufro dentro de las aulas de clase. Estoy de acuerdo con lo que planteas al decir que muchos profesionales, colegas de otras áreas, no prestan ni la más mínima consideración a la ortografía tanto propia como la de los alumnos, ya sea por pena, desconocimiento o por la disculpa de “esa no es mi área y no me compete” es muy difícil que solo un maestro pueda lidiar con los problemas escriturales de tantos educandos, sin mencionar que también es un crimen lo que se hace con la caligrafía hoy en día.
ResponderEliminarSiempre he pensado que en lo concerniente a la ortografía los problemas están en que se vuelva un hecho puramente memorístico, cuando por el contrario, debería tener un corte más comprensivo, ligado a la experiencia. Desde mi saber personal, porque admito que no soy buena para lo ortográfico y mucho menos para tildar cosas, aunque se me la regla al derecho y al revés, he aprendido no solo con la práctica sino también con la búsqueda del porque la palabra se escribe de x o y forma. Con mis alumnos trato, en muchas maneras de encaminarlos hacia ese mismo gusto, lo cual en algunos casos funciona pero en muchos no.
Alguna vez comentábamos en la facultad que la ortografía es una materia a la cual ya no se le da importancia porque carece de practicidad, en el sentido comunicativo, pues lo que cuenta es mandar un mensaje y que este se dé por decodificado, por tanto el uso indiscriminado de las grafias no implica que el mensaje pierda eficacia. Los códigos restrictivos que usan las nuevas generaciones de escribas solo responden a ese sentido de inmediatez en el que nos ha sumado la misma globalización, y hemos olvidados que es muy distinto escribir para un par a escribir para un catedrático y que los niveles comunicativos son por tanto diferentes.
También está el hecho de que la falta no se corrige sino que se usa como forma de llamar la atención, la memoria visual juega el papel de inquisidora cuando un maestro escribe y sus alumnos le corrigen, como anécdota, comentando una vez en clase sobre la novela urbana mis alumnos enojados me corregían el “error” ortográfico con la palabra urbano, pues ellos tenían muy presente que esta palabra se escribía con “h” así que debía ser hurbano. Ni que decir de deletrear, un chico se puede torturar en tratar de deletrear algo y aun así errar, ese viejo ejercicio que en parte ayuda a tener una buena ortografía porque te hace consiente de cada uno de los componentes de una palabra, es algo que paso de “moda”.
La ortografía, pese a la instrucción y a los esfuerzos será tema de debate siempre.
Apasionante tema y altísmo nivel de los comentarios. Enhorabuena a todos.
ResponderEliminarEn mi humilde opinión, las reglas de ortografía en castellano son tan vagas y sutiles que más que reglas en el sentido normativo son meras descripciones de regularidades. Por eso, más allá de las básicas de acentuación, que son tan breves y sencillas que no presentan -en teoría- ninguna dificultad, no sirven para aprender ortografía y los ejercicios sistemáticos basados en ellas tienen un valor limitado. No es que no sirvan en absoluto, algo sí hacen, pero tienen un valor mínimo e incluso a veces incitan al error porque refuerzan la imagen equivocada de la palabra.
Lo que sí enseña a escribir bien y sin faltas -que son cosas distintas aunque suelen ir ligadas- es la lectura voraz y la memoria visual, como habéis apuntado desde el principio. Luego, también son interesantes las explicaciones etimológicas y las consideraciones sobre morfología y formación de palabras. Pero la ortografía se fija desde las primeras letras escolares, y por eso es fundamental la constancia en la corrección desde el inicio. Los textos deben ser correctos y no contener error ninguno desde que somos pequeños. El "todo vale" o el "ya lo aprenderán" es un gran error. Si lo correcto se puede aprender con un mínimo esfuerzo ya desde el inicio, ¿por qué esperar? Los niños son esponjas capaces de dominar reglas y lenguajes abstractos de notable complejidad como los que aparecen en el ajedrez, la música o las matemáticas. ¿Por qué no van a ser capaces de escribir bien un dictado de 70 palabras? En español, un idioma tan fonético, tenemos la trampa de que escribir parece más fácil de lo que es, pero aún así es muchísimo más fácil hacerlo bien que en inglés, por ejemplo.
Luego, en Secundaria, ya no hay mucho que hacer porque la actitud general del alumnado ha cambiado: la resistencia a corregir es enorme y hasta los alumnos lectores -y brillantes intelectualmente- cometen auténticas barrabasadas sin miramientos. Y se quedan tan anchos, oiga.
En este sentido lo único que se me ocurre es forzar la autocorrección al máximo, es decir, cada ejercicio entregado en clase con faltas de ortografía resulta suspenso -por muy bueno que sea en otros aspectos- hasta que se haya corregido por completo.
Todos tememos suspender masivamente si actuamos con excesiva dureza en este campo. Pero ¿y si lo hiciéramos todos a la vez? Por supuesto, todos los profes, no sólo los de lenguas. Otro gallo cantaría.
Ignoro que es lo que pueda ser, pero a mi me pasa, soy un error ortografico con patas, me cuesta horrores y el 90% de las veces, como ande despistado tengo que usar el procesador de textos para no meter la pata. Por falta de lectura, no creo, por falta de atención, tampoco, por no conocer las reglas...lo dudo, pero lo cierto es que cometo faltas. ¿Predisposición? Ve tu a saber.
ResponderEliminarYo soy bastante malo en ortografía y reconozco que, aunque normalmente intento escribir como indica el convenio, no le doy mucha importancia. Pero me parece que el ejemplo que nos pones de "eh hido a classe ha un que llo no tenia demasiadas ganas" va mucho más allá de un problema ortográfico: la parte de "ha un que" parece indicar una incomprensión fundamental por lo que significan las palabras.
ResponderEliminarRespecto a la escritura de móviles, aunque me parezca fea (algo totalmente subjetivo), si a ellos les funciona y no les genera confusión me parece un lenguaje tan válido como cualquier otro, ya que cumple su función a la perfección. Eso sí, estoy de acuerdo contigo en que no deberían usarlo con alguien que no lo comprenda (sea o no profesor).
Eso lo hemos comentado con varios amigos y amigas docentes o no, el caso es que el problema viene desde la enseñanza, yo tuve docentes en el colegio y la universidad que eran muy estrictos con la enseñanza de las reglas gramaticales y eso me ayudó mucho a corregir mis errores, eso no está pasando en la actualidad, muchos colegios de "garage" surgen a diario sin ningún control en nuestros países, con docentes que imparten clases por ser amigos de los dueños de los colegios, sin ninguna preparación para impartir las clases de gramática (entre otras).
ResponderEliminarMuchos Colegios y Universidades en mi país pagan muy poco por impartir clases y eso hace que cualquier profesional con deseos de tener un ingreso a como de lugar, se dedican a impartir las clases y eso deteriora mucho la enseñanza...
Yo por lo menos les exijo que sus trabajos no vengan con errores gramaticales, les bajo la puntuación de sus trabajos, la educación es integral y si llevaron gramática antes deben saber aplicarla en sus clases posteriores.
Como ejercicio les dedico que lean tesis, o revistas científicas relacionadas a sus áreas de educación universitaria y que presenten ensayos sobre esas investigaciones, el dejar que solo copien y peguen tareas ayuda a que no verifiquen sus errores, los ensayos les obliga a que sean estrictos en su escritura...
Actualmente las universidades quieren reducir mas y mas los períodos de estudio con el pretexto de egresar más rápido, pero realmente es para ganar más dinero con más períodos en el año.. la educación se ha vuelto un negocio, les interesa hacer dinero, se olvidan que hay que dar un aporte a la sociedad y de buena calidad... las instituciones educativas en mi país, al menos, se han vuelto mas interesadas en el dinero que en su calidad educativa....
Rodolfo E. Sabillón R.
Honduras
r_sabillon@hotmail.com
Amigo Joselu. Si me permites, voy a contarte algo que me ocurrió estando en las milicias universitarias. Me tocó estar en el comedor en una mesa de cuatro, en la que los tres restantes eran catalanes. Desde el primer día, ellos se expresaban siempre en catalán, con lo que yo ni me enteraba de su conversación ni podía participar en ella: callado como un muerto. Les pedí que, por favor, hablaran en castellano (que, por supuesto, conocían). Lo hicieron un día o dos. Luego volvieron a "su" lengua (que es española, como el castellano, pero no la de todos los españoles, eso es obvio). Solicité al capitán que me cambiase de mesa o los cambiase a ellos. Al final, fui yo quien tuvo que "emigrar". Los textos aparecidos aquí en catalán me han recordado aquella historia y he tenido el mismo sentimiento, pues también tengo yo mi "corazoncito". Ojalá no tenga que "emigrar" también, cosa que no tengo intención de hacer, por cierto. Salud(os).
ResponderEliminarNo sé si coneixeu el mètode del Daniel Gabarró. Ortografia sense esforç l'intitula. Us poso l'enllaç:
ResponderEliminarhttp://bit.ly/13r4Yn
Yo estoy convencido que hay algo en el cerebro que nos predispone negativa o positivamente a la ortografía. Tus hijas son un buen ejemplo. Está claro que si uno se lo propone puede ir "contra natura" es decir salirse de su molde genético, y aliviar los desperfectos de su incapacidad ortográfica mediante un aprendizaje exhaustivo de la ortografía.
ResponderEliminarPor otra parte te diré que en mi asignatura (Sociales) yo no bajo nota por las faltas. Si lo hiciera, no aprobaría casi nadie. Pero no lo hago no por despecho, sino porque entonces lo que estaría evaluando es la incapacidad lingüística y no los conocimientos en geografía o historia. Los compañeros del departamento de Lengua no están de acuerdo con este planteamiento, no sé qué opinas tú de ello.
Un abrazo.
Miguel, lee el comentario de una joven que firma Mari Carmen. En él se refleja mi sentir. Mientras una cuestión capital como la ortografía sea tema solo del área de lengua castellana o catalana, es una batalla perdida. El lenguaje, la comprensión lectora, la ortografía son áreas transversales que nos implican a todos. Deberían.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Angela, bienvenida al blog. Es cierto que la ortografía es un tema recurrente. La prueba es la participación y la calidad de todos los que habéis escrito aquí. A todos nos preocupa, y este intercambio nos da ideas, nos ayuda a compartir situaciones, reflexiones y a proponer soluciones
ResponderEliminarFrancisco de Pedro, en este foro han entrado diversos profesores de primaria, etapa sobre la cual descansa las piedras angulares de todo lo que viene después. Sería necesaria esta convicción de que las palabras hay que aprenderlas correctamente desde un principio y no dejar ese "ya aprenderán" como estrategia. Luego, en secundaria, es una tarea muy difícil luchar con los hábitos creados que han echado raíces. Y sí también estoy de acuerdo con que sean todos los profesores los que se impliquen en la corrección estilística y ortográfica.
Malo, faltas no te detecto en tus posts. Aunque estilísticamente requerirían de una elaboración más cuidadosa, aunque eso -temes- iría en perjuicio de la espontaneidad y naturalidad con que escribes. Escribir en un blog es una responsabilidad de estilo y uno aprende a escribir y va puliendo a medida que publica.
Jordi Busqué, tengo muchos alumnos marroquíes que tienen unas dificultades conocidas y que pueden trabajarse con tiempo y método. Sin embargo, las peores barbaridades provienen de muchachos nativos cuya ortografía es tan caótica y devastadora como la que recoges. Son muchachos que reciben poca atención especializada. No me extrañaría que en algunos hubiera problemas de dislexia o de convergencia visual (como mi hija), pero que no han sido detectadas. Un placer encontrarte por aquí. Te había visto con frecuencia en el blog amigo de Frikosal. Saludos.
Rodolfo E. Sabillón, un placer encontrar un lector de ese hermoso país que es Honduras y en el que probablemente se hable un castellano más rico que en el de este país que es España donde la lengua se ha devaluado y cuyo valor apenas es considerado por la mayoría de la población. Gracias por su aportación.
ResponderEliminarAnónimo, rápidamente me he puesto a investigar el enlace que sugieres. Muchas gracias, Creo que me será de ayuda. Toda aportación es bienvenida, y las bases de este método basado en la PNL, prometen frutos valiosos. Gracias.
Tienes razón en la argumentación de tu entrada -me ha gustado lo de los profesores que hacen dejación y no corrigen la ortografía, cosa inexplicable aunque enseñen matemáticas- y has generado un interesante debate en el que quiero argumentar con algo que se ha insinuado ya y que me ronda en la cabeza desde hace tiempo: tiene que ver con el comportamiento y la adptación a los diferentes registros. Si los jóvenes se comportan más o menos igual en todos los ámbitos de relación -en clase, con los compañeros en un bar, en un partido de fútbol...- no hay forma de explicarles que no se escribe igual un sms que un texto académico. Si se han destruido estas diferencias, la ortografía sufre inevitablemente. Eso, claro y los hábitos lectores...
ResponderEliminarHe leído tu comentario y el de Mari Carmen y no puedo por menos que decirte que me has hecho pensar. A lo mejor si todos (unánimemente) nos pusiéramos a suspender por las faltas, la cosa podría cambiar. Puede ser que lo que nos falte es salirnos de las asignaturas como compartimentos estancos y verlas como entes permeables que se complementan unas a otras y que todas tienen un hilo conductor común que es el lenguaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Factores biológicos, neurológicos, hereditarios,... no creo, amigo Joselu.
ResponderEliminarHoy se alienta desde la plaza pública el habla monosilábica, el "gutureo", la comunicación no verbal, el signo pelado, el voceo. Porque leer pesa, cuesta, y no compensa socialmente. Ni siquiera en los grupos más ilustrados se alienta la oratoria y el verbo ágil.
Malos tiempos para la lírica.
Somos, Joselu, pizarra en blanco, tabula rasa que moldea el entorno y sufre nuestra filogenia.
Joselu, creo poder interpretar tu silencio como respuesta. Hasta siempre. Sabes donde encontrarme. Ando también por facebook, donde soy José Antonio Ramos.
ResponderEliminarP.S.: Te cuento el final de aquella historia de la mili. En el sitio de la mesa que dejé libre, pusieron a otro compañero. Como yo, tuvo él que "emigrar" a los pocos días. Y se quedaron ya para siempre solos los tres catalanes. Y, poco a poco, no únicamente en el comedor. Salud(os).
No iba a decir nada más JOSELU,
ResponderEliminarpero me ha dado pena leer a MIGUEL ( suponiendo que eso de pensar le llevará a bajar por faltas en el futuro) al remitirlo al comentario de MARI CARMEN.
Puedo asegurar, porque lo he vivido en carne propia, que bajar notas por las faltas de ortografía no sirve absolutamente de nada y en nada las corrige, máxime cuando como he dicho y parece ser que pocos comparten ( os recuerdo a todos, que cientos de enfermedades también nos eran desconocidas en el pasado y hoy son reconocidas como dolencias ) a veces, muchas, ni depende de la educación, ni el esfuerzo que se ponga en corregirlas, ni siquiera en la atención, al menos no en todos los casos e insisto, como yo soy uno de ellos, lo subrayo.
A mi me han suspendido exámenes, sólo por faltas de ortografía hasta en la facultad ( por cierto, grave, pero sólo una y por cierto 2, con un contenido de sobresaliente) y salvo frustración e impotencia, eso no me han aportado nada de nada.
Sinceramente estoy convencida, que la dotación para la ortografía es una habilidad como cualquier otra y si no se reconoce esto, se hará sufrir a mucha gente innecesariamente. Si alguien tiene mal oído musical y le suspenden música suponiendo que así va a mejorarle, lo considero un error, amén de una injusticia. Si uno no tiene aptitudes para el dibujo y le suspenden dibujo, exactamente igual. El interés en mejorar, es lo que hay que potenciar y proporcionar los medios para ello, a partir de ahí... toda exigencia, no generará más que frustración y consecuentemente sufrimiento innecesario.
Ser excesivamente permisivos y tolerantes con las faltas de ortografía es tan malo, como convertirse en defensores de la perfección ortográfica al estilo de los fundamentalistas en cualquier otro asunto e igual de nocivo, a mi modo de ver.
Entre la forma y el contenido, considero que el contenido siempre debe primar por encima de todo, lo contrario sería quedarnos con el envoltorio de las cosas y lo siento, pero ya vivimos demasiado pendientes de la forma y la superficialidad para olvidarnos que el fin último y fundamental del lenguaje es la comunicación y transmisión de ideas... lo demás, es accesorio, un corsé que nos hemos impuesto y que quienes lo domináis consideráis esencial, cosa que yo respeto, pero no comparto.
Entre escribir como los indios, como tú comentabas con el experimento de García Márquez o lo que sucede con el lenguaje usado en los sms y facilitar la escritura eliminando algunas letras que no sirven para nada y el trajín de cambios que algunos deciden arbitrariamente, hay un punto medio que pienso como en todo, sería el ideal al que deberíamos tender.
Me gustaría que entendierais que no defiendo en absoluto, la anarquía ortográfica, pero como os veo a todos decididamente entregados a la caza y captura de los delincuentes ortográficos, que sepáis que esa cruzada puede ser tan perniciosa como cualquier otra, si se lleva a extremos en los que no se tiene en cuenta cada caso.
Dejo este comentario, porque me siento una negra en medio de este Ku Klux Klan y por eso hablo como hablo, lo he sufrido y me gustaría si sirve de algo, que lo tuvierais en cuenta para que otros no lo pasen tan mal, como yo.
Un beso grande JOSELU...no te pongas el cucurucho por favor;-)
María, no me pongo el cucurucho. No sabes lo que tengo que ver cada día… Y hay que transigir mucho, nunca te harás idea de lo que transigimos. Pero la idea de orden ortográfico va unida a la corrección del texto en cuanto a organización de las ideas, enlaces adecuados, puntuación precisa. Un texto no es elocuente si no mantiene un determinado orden. No vale escribir de cualquier manera porque ya me entienden. No dice lo mismo un texto que respira, que está bien puntuado y con una correcta organización ortográfica y de ideas que un texto deslavazado, caótico, invertebrado y que es pobre de ideas. De todas maneras da igual porque en mi práctica docente no me suelo encontrar con textos ricos en estructura y en calidad de ideas. Más bien es algo que solo existe como idea platónica. La realidad es mucho más a nivel de calle. Se escribe como se habla en la calle. Si se nos dice que los profesores no deberían abrumar a sus alumnos con conocimientos innecesarios sobre el sintagma nominal o las oraciones subordinadas adjetivas o con el Arcipreste de Hita, pero por otro lado se relativiza la ortografía, el léxico, la organización racional de un texto… y se opta por una vía media que es la que tú sugieres ¿qué diablos hace un profesor de lengua? Quizás somos innecesarios y tal vez sería mejor que cada uno hablara o escribiera como le saliera, aunque esto ya lo hacen pese a nuestra presión kukusclanesca que dicho sea de paso, no les impresiona lo más mínimo. No sé si te imaginas a un conjunto de muchachos brillantes y exponentes de ideas sólidas pero que cometen alguna falta de ortografía por la que sádicos profesores les castigan inmisericordes y los suspenden. Pero esto no es así, María. De un baremo de 0 a 10, siendo 10 el máximo de dureza, estamos en un nivel muy bajo. Esa es la lástima, que nos hayamos reconvertido, puesto que la ortografía sólo tiene una vía de solución con extremo rigor y con seriedad. Pero no es así la situación, te lo aseguro.
ResponderEliminarBesos antes de la entrevista.
jaramos g., en mi blog es bienvenido todo el mundo que lo hace con buena voluntad, y me da igual que escriban en cualquiera de las lenguas españolas de carácter románico. El vasco sería más hermético pero el sentido común lleva a no utilizarlo en medios colectivos. Un texto en gallego o en catalán es fácilmente comprensible, al menos en un ochenta por ciento, para cualquiera que lo intente. Pero el debate, en el que no quiero entrar, es de otro tipo. Y me temo que la pedagogía sobre educación o sobre los sentimientos que existen en España acerca de las lenguas sería inútil. Ya tienes una idea trazada y tienes bastantes años para no cambiar. Tu comentario me hace ver que estamos en antípodas acerca de muchas cosas y en ésta en concreto. Tu planteamiento expresa una determinada visión de las cosas que a mí no me convence. Vivo en una realidad muy compleja en la que los sentimientos están a flor de piel, y lo último que quiero es entrar en ello. Que cada uno en mi blog hable o escriba en cualquier lengua que un ciudadano culto pueda comprender si quiere. A nadie se le va a rechazar por ello. De igual modo yo escribo en foros en lengua catalana en castellano y nadie me ha rechazado. La pluralidad de lenguas es una riqueza. En la situación que planteas en la mili, de igual forma, si te hubiera interesado, podrías haberte acercado a esos tres extraños catalanes e intentado saber más de aquella lengua. Algo tienen en común Zapatero y Rajoy: solo hablan la santa lengua castellana. Por supuesto no hablan ni entienden inglés, francés, alemán, catalán o gallego. Rajoy no habla gallego. Este es el paradigma español. ¿Para qué voy a aprender otras lenguas si ya hablo la lengua que sirve para comunicarse con Dios?
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Mi declaración inicial: no me gustan las faltas de ortografía. Nada. Ni me gusta cometerlas. La cuido todo lo que puedo. Y me precio de que solo alguna tilde se me escapa (y también me incomoda la pérdida de la tilde en el solo).
ResponderEliminarTras esto... Es fundamental que la gente comprenda que la educación es parte de la neurobiología. Que la capacidad de aprender existe desde mucho antes que la escuela (nos iba la vida en usarla a nosotros y a nuestro antepasados de cientos de millones de años; y es que las estrellas de mar aprenden...).
Hay cuestiones para las que el cerebro (ese órgano que hace 150.000 años dio un salto evolutivo con Homo sapiens y, desde entonces, ha permanecido igual) está más predispuesto porque han sido vitales para esa supervivencia. Una es aprender de los errores y bajo la presión de la angustia. Sin duda, la ortografía se aprendería muy bien con un látigo en la mano. O con la versión de la inspección del látigo. Estamos adaptados para ello. Pero no es la elección que acepto. Para mí el camino tiene tanta importancia como el destino. No me veo logrando la ortografía por cualquier vía. Es más, prefiero no lograrla si tiene un coste que no considere aceptable. Porque hay una ética del aprendizaje y el valor de la ortografía no llega ni a ser relevante a su lado.
Pero sí considero la ortografía una meta deseable si encuentro un camino aceptable para ella.
Otra de las características del aprendizaje es que detecta las situaciones de beneficio y se expone repetidamente a ellas. ¿Qué beneficios le aporta la ortografía al alumnado? ¿Se alaba a quien escribe bien una palabra? ¿Reciben inmediato retorno favorable de sus interlocutores si la ortografía es buena? ¿Perciben que escribir de acuerdo con el patrón establecido les aporte algo?
Otra de las cuestiones del aprendizaje es que se puede lograr mediante varios caminos, no todos ellos igual de eficientes. El camino de la reiteración es útil mientras se mantiene la reiteración. Pero en cuanto ésta cesa, el cerebro, que es ahorrativo (y esto es esencial comprenderlo; es el órgano que más consume del cuerpo), descarta lo adquirido tras un breve tiempo. Salvo que sean habilidades motrices, residentes en los reflejos adquiridos, que permanecen mucho más. No es el caso de la ortografía. Así que si queremos generar una apariencia de aprendizaje, la repetición puede ser muy útil para apaciguar nuestra conciencia.
Pero si lo que queremos es que realmente la ortografía sea aprendida, hay que emprender el camino de la interiorización, de la reflexión, de la motivación. En el que quien aprende se hace cómplice del que enseña. Porque la emoción es la vía más directa al aprendizaje. Y la emoción procede de la relación personal.
Yo aprendí ortografía porque veía que a los que tenían faltas graves les pegaban. Eso pasó en la clase en la que yo estaba cuando era pequeño, en 1971. Y yo tenía miedo.
Nadie debería aprender ortografía a costa de precios de ese tipo. Sea castigo físico o del cualquier otro.
Así que merece la pena bucear en el cerebro en busca de aquello que nos predispone a la ortografía (que lo hay), facilitar el camino a quien lo tiene y alabarlo por sus logros. Y crear escenarios en los que una buena ortografía genere beneficios sin que una mala ortografía suponga castigo.
Por supuesto, puedo estar equivocado. Por eso respeto mucho otros enfoques.
Pero mientras la educación no sea una ciencia (y no lo es en el sentido khuniano, puesto que no hay un único paradigma que desplaza a los demás), mientras la educación no sea una ciencia, digo, yo duermo bien actuando con ese enfoque.
Porque si me equivoco, lo único que causaré es un mal conocimiento de la ortografía, no otros males.
¡¡ Claro que sois necesarios JOSELU !! ¡¡qué cosas se te ocurren!!
ResponderEliminarLa vía media, no es cero patatero en ortografía, ni mucho menos en el resto de los temas que tocas, que a mi modo de ver sí que son esenciales para transmitir correctamente, comunicarse y hacerte entender. Amén de la cultura y disfrute que te aporta la literatura en general, sabes muy bien lo que pienso al respecto.
Y sé muy bien también lo que ves, porque yo lo veo en mi casa ( en menor cantidad, claro:)) y me hago cruces como tú y te he contado lo que peleo con mi hijo...porque además sé lo que le espera si no se corrige lo más posible. Sé también que tú no vas a machacar a nadie por alguna falta, sé que tu preocupación va más allá de lo puramente anecdótico, vas a lo gordo... lo sé.
Quizá mi comentario esta vez, no iba para ti, estoy segurísima que jamás te pondrías ni ese, ni ningún otro cucurucho... seguramente lo he dejado en el aire para alguno de los que supone que la ortografía es sólo voluntad, esfuerzo y mecánica, como aprender a sumar y no lo es, quizá deban recordar que a algunos se nos olvidan las que llevamos a veces, pero no por eso dejamos de saber sumar, ni de esforzarnos en aprender, ni mucho menos merecemos la hoguera por ello, no todo es desidia, en todo caso no siempre, a veces no se puede y ya está...por lo demás, estoy de acuerdo con vuestra lucha, cómo no estarlo.
¿Entrevista JOSELU? ¿ me vas a dar trabajo? jajaja si quieres puedo ir a tu clase como los tetrapléjicos en silla de ruedas para impactarles con mis accidente ortográficos, les contaría subida a la tarima ;-) que se esfuercen en aprender todas las normas de circulación ortográficas y conduzcan despacito... si no quieren terminar contando lo muchísimo que han llorado por culpa de todos los accidentes que llevan encima:-)
Por cierto, si me permites y termino, me ha encantado el comentario que me precede de JOSE LUIS CASTILLO reproduce al pie de la letra la esencia de lo que he intentado decir, con tanta exageración y tan poca fortuna.
Lo siento JOSELU, a veces me salen un tono un tanto melodramátco, tú perdóname ¿vale?
Muchos más besos y buenas noches a todos.
@María: muchas gracias por la referencia. :)
ResponderEliminarY aprovecho para rectificarme. Kuhniano. Menos mal que las palabras extranjeras no son faltas de hortojrafia... ;)
Lo siento JOSELU, te lo dejo aquí porque acabo de ver tu comentario en mi "casa del árbol" ;-) no sé a qué entrevista te refieres... si me das pistas lo miro.
ResponderEliminarDe las fotos, como de cualquier cosa que veas en mi blog puedes disponer siempre, por favor...¡¡jamás lo dudes!! lo mío desde ya, aquí, es tuyo... de lo otro jajaja es que nunca ha sido mío...por tanto siempre ha estado a tu disposición, naturalmente...
Me alegro que te hayan gustado las ilustraciones...yo las rechupo como si fueran caramelos, hace muuucho que las guardo en mi caja de los tesoros...tengo muchísimos así...son los más valiosos para mi:-)
Mil gracias, un beso gordo y llenos de cuentos mágicos... feliz domingo.
Un saludo cordial desde el puerto del Callao en el Perú, soy docente de Primaria, accidentalmente abrí vuestro blog tan interesante; por lo que, me animo a socializar mis vivencias como el que me incomoda también que la RAE esté cambiando las reglas ortográficas.
ResponderEliminarNo tengo una excelente redacción ni ortografía pero trato de escribir y expresarme con corrección; considero también que cada cual tenemos ciertas predisposiciones llámense matemática, música, ortografía, etc; en mis estudios primarios me ayudaron mucho los percentiles que nos dictaban las monjitas del "María Auxiliadora" y los concursos.
En mi ejercicio docente sufría cuando mis colegas escribían en la pizarra con horrores ortográficos (aún continúan) lo que era copiado por los alumnos, esa trasmisión de errores internalizados por los niños; pero comprendí que cada uno es responsable de sus propios actos y trato de que mis niños se comuniquen y escriban lo mejor posible en la producción de sus textos incentivándoles el pensamiento crítico y creativo.
Estoy de acuerdo también que la ortografía debería ser un tema transversal en todas las asignaturas.
Qué hermoso sería que se considere a la "Ortografía tarea de todos".
Mi blog, denle un vistazo cuando tengan tiempo, aún incipiente pues casi no tengo producción propia y agradeceré sus comentarios, es:
http://teresaojedasanchez.blogspot.com
Que tengan una hermosa semana,
Hasta pronto,
Tere
La memoria ortográfica se puede medir.
ResponderEliminarGracias por tus aportaciones.
La clave para corregir la ortografía de un texto está en estar concentrados en la lectura del texto, ya que no se trata de leer el texto varias veces sino de leer detenidamente y analizar los posibles errores que pueda haber en el escrito, pues la idea es que se pueda leer sin ningún tipo de inconveniente.
ResponderEliminarHola a todos:
ResponderEliminarLeí este interesantísimo artículo y todos los comentarios que en lo personal son de lo más acertado que he leído. Llevo 14 años trabajando como maestra de español en dos secundarias técnicas en México. He visto como los alumnos fallan constantemente al producir sus textos y por más que me he esforzado enseñándoles las reglas ortográficas, continúan equivocándose. Muchas veces he pensado que lo mejor sería tener un solo sonido de "s", de "k", de "b"., etc. Y designar una sola palabra para cada cosa y olvidar los sinónimos. De esta manera el español lo escribiríamos mejor. Que opinan ustedes?
Buenas noches,
ResponderEliminarSoy profesora de ciclos formativos. Mis alumnos tienen de 20 años en adelante y cometen muchas faltas de ortografía y de expresión.
Les bajo una décima por cada falta, hasta llegar a un punto, en los exámenes (es norma del instituto, aunque luego cada profesor hace lo que quiere). A mí me gusta que sepan escribir bien. Pero no me convence este método, porque aunque les corrija las faltas sólo les importa la nota, no lo que han escrito mal. Tampoco me convence lo de hacerles copiar 100-200 veces las palabras. Y leyendo vuestros comentarios se me ha ocurrido que en el próximo examen les diré que si localizan sus faltas ortográficas y las corrigen no les bajaré la puntuación.
Me gustaría saber qué os parece la idea y si tenéis otras estrategias me encantaría leerlas.
Muchas gracias por vuestro tiempo.