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jueves, 19 de julio de 2007

Las islas Cíes (soñando con)


Profesor en la Secundaria está en estado de letargo, como los lagartos al sol. Utiliza el tiempo con sus hijas, leyendo, haciendo la comida y preparando material para el curso que viene siguiendo los pasos del compañero Felipe Zayas y su blog Leyendo el Quijote alojado en WordPress que ofrece ventajas claras sobre la linealidad de otros servidores, en especial blogguer. WordPress permite crear varias páginas estáticas simultáneas y generar categorías que se pueden adjudicar a los diferentes usuarios, los alumnos que participan en la confección del blog. Este blog se presentó en las jornadas de Ayerbe como ejemplo de uso educativo, y recogía su experiencia como profesor de literatura en primero de bachillerato.

El blog, en fase de preparación, en este caso tiene como eje el romancero español, en especial, el romancero viejo. Es el primer tema que inicia el curso de Literatura española en segundo de bachillerato. El profesor quiere utilizar el blog como herramienta educativa, pero es consciente de la dedicación que supone y tiene sus reticencias sobre la operatividad que implica en la participación de sus alumnos. ¿De qué manera pueden participar? El tema del romancero se abre con el comentario de quince romances medievales. Ha pensado que los alumnos podrían realizar un comentario de texto, siguiendo un modelo que aún se ha de elaborar y colgar, de cada uno de los romances propuestos. Cada alumno figuraría como subordinado a la categoría superior “participante”, igual que el profesor. El problema es que hay que inscribir a los alumnos como autores del blog (el profesor es administrador) para que puedan participar en él. Felipe Zayas lo resuelve instalando WordPress en el servidor contratado por el instituto lo que le permite simplificar la tarea de inscribirlos.

El profesor está en fase de elaboración del blog El romancero viejo y busca enlaces que puedan complementar la información. Quería uno a romances sefarditas pero para su sorpresa no ha encontrado ninguno válido. Muchos llevan al Centro Cultural Cervantes pero éste no ofrece ningún corpus de romances.

El profesor ocupa sus días profundizando en el lenguaje y la operatividad de los blogs y preparando su escapada anual en solitario durante diez días. Hoy acaba de reservar una plaza en el camping de la isla Monteagudo de las islas Cíes adonde llegará el 30 de julio para pasar un par de días o tres en una mínima tienda de campaña. Después haber realizado su sueño de visitar las Cíes, regresará a Vigo y continuara viaje hasta la ciudad portuguesa de Oporto que también lleva tiempo queriendo conocer. Serán días de soledad y conocimiento que le recordarán aquellos viajes que en otro tiempo llevó a cabo en solitario. Desde allí, si puede, enviara alguna crónica de sus andanzas en tierras gallegas y portuguesas. Vivir para bloguear, bloguear para vivir. Hasta pronto.

lunes, 16 de julio de 2007

¡Un premio!


Ayer abrí mi ordenador y entré en mi blog para ver si había alguna novedad. Ninguna aparentemente excepto un nuevo y amable comentario. Sin embargo cuando cliqué en algunos de los links que tengo por costumbre visitar me encontré con una sorpresa estupenda. ¡Había recibido un premio! Elena, autora de Perdida entre libros, un blog que he conocido recientemente y que me resulta especialmente atractivo por los análisis que hace de obras literarias, algunas conocidas y otras no, pero que de las que me dedico a buscar información, e incluso me apresuro a comprarlas, ha tenido la amabilidad de distinguirme con uno de los preciados galardones que se conceden a los blogs cuyo interés se quiere destacar. Hay que decir que Elena y yo compartimos profesión docente y ambos encontramos en la misma un sabor agridulce que mi blog quiere transmitir y compartir.


Este premio, cuyo logotipo aquí queda plasmado, tiene un reglamento que es el siguiente.

1. Si eres uno de los premiados, tendrás que escribir un post con cinco links de blogs que quieras premiar.2. Haz un link a este post, de manera que se pueda encontrar el origen de este premio.3. Muestra orgulloso el "Thinking Blogger Award", te lo has ganado.

Como dice mi compañera, la primera parte es la más difícil de cumplir porque significa elegir cinco blogs entre tus links más visitados para premiarlos, cuando hay tantos que merecen también el premio. La comunidad bloguera es extremadamente variada y rica en matices. Además me siento cercano a otros blogs educativos o pedagógicos que me gustaría premiar pero que ahora en vacaciones se encuentran en periodo de letargo veraniego. Aún así lo intentaré y que sea lo que dios quiera.

EL SEXO DE LAS MOSCAS. Por ser una interpretación inteligente de la realidad, plasmada generalmente en brevísimos retazos de chispas conceptuales. Es un blog que hace adictos a los que lo visitan en alguna ocasión. Conexiones inesperadas y sorprendentes asombran al lector que nota el aderezo de un pesimismo esperanzador en las palabras del autor.
LIBRO ABIERTO. Por ser el blog de un periodista dominicano afincado en los Estados Unidos, concretamente en la ciudad de Orlando. Porque, a pesar de la distancia geográfica, encontramos ángulos de conexión inesperados e insospechados en los temas que abordamos y en los comentarios que nos dejamos. Nunca la lejanía me ha parecido tan corta en cuanto a confluencia de sensibilidades y conocimiento.
REPASO DE LENGUA. El blog de Antonio Solano, compañero de profesión y de materia en la comunidad valenciana. Su bitácora es una poliantea de propuestas, recursos y reflexiones sobre el área de lengua castellana. ¡Cuántas veces me he apropiado de algunas ideas felices que propone este entusiasta profesor que disfruta y contagia el placer de ser docente!
EL ADOQUÍN DEL TEMPLE. Otro profesor vasco que acaba de iniciar su andadura en los blogs docentes tras un proyecto personal que nos dejó encandilados a todos los que lo conocimos. Mi amigo Gorka ahora está de vacaciones y no sé si verá esta distinción que le ha correspondido. En todo caso, mucha suerte y mucho impulso para el próximo curso que sé que se abren interesantes perspectivas para mi compañero en el territorio de las Tecnologías de la información y la comunicación.
A PIE DE AULA. No podía faltar este blog de una entusiasta profesora de lengua de Blanes. Ha recibido premios más relevantes que éste que hoy le corresponde. Sólo decir que es un blog de referencia para todos los que queremos incorporar el siglo XXI a nuestras aulas. La capacidad de trabajo y de síntesis de Lourdes es asombrosa. Yo no dejo de aprender con ella. Cada post es una nueva propuesta y reflexión novedosa. No dejaré de visitarte porque contigo aprendo y me enriquezco.

Y a todos que recibís mi visita habitual, recibid una enorme sonrisa y un guiño de complicidad. Este año incorporaremos siempre como instrumento de conocimiento de la realidad una mirada cordial y una pizca de sentido del humor. Es mi promesa para el curso que comienza en setiembre.

jueves, 5 de julio de 2007

El desierto

Corre el mes de julio, ya alejado de mis alumnos a los que vi por última vez el día 29 de junio para entregarles las notas que habían sido en general bastante mejores de lo que esperaban salvo casos aparte. Cuando llega la hora decisiva, los profesores ponemos de nuestra parte para que puedan promocionar la mayoría, no sé si con acierto, pero sí en consonancia con la filosofía de esta enseñanza generalista.

Emociones: muchas. El final de curso y el comienzo de las vacaciones me supone una mezcla de melancolía y alegría contenida. Melancolía, porque ha terminado un ciclo más de mi vida y la de mis alumnos a los que tanta atención hemos dedicado. Ellos no se dan cuenta, pero son importantes para nosotros. Somos conscientes de sus dificultades y problemas, así como de sus circunstancias personales que les llevan a crecer o a atrancarse. Algunos se quedan en el camino y no culminan sus estudios y otros logran promocionar la ESO. Yo era tutor de cuarto de un curso de Ritmo Lento lo que quiere decir que son alumnos con unas características que les llevan a asimilar más pausadamente el aprendizaje. No nos ensañamos con ellos, pero sí que les pedimos un esfuerzo que justifique el aprobado. Pasan con dos asignaturas suspendidas, y al que le quedan tres, se le suele aprobar una para que pase. Esto no lo deben saber ellos porque si no, hacen sus cálculos y ya se dejan asignaturas colgadas.

Alegría también porque comienza el tiempo de las vacaciones en que los días son más largos y uno puede dedicarse a otras actividades con más tiempo. Por ejemplo, leer o ir a la piscina para hacer unos largos. Mis hijas van por la mañana a estudiar inglés y mi mujer se presenta a oposiciones por la rama de Psicopedagogía. No sabemos cómo irá este verano. Por las tardes mis hijas hacen deberes del colegio y luego ven la televisión un ratito o pintan y dibujan. Les hemos puesto una pequeña piscina de plástico en la terraza para que puedan disfrutar del verano los días que hace calor. Durante los dos últimos años nos negamos a montarla por causa de la sequía, pero este último año ha sido algo más lluvioso y hemos decidido instalarla antes que mis hijas dejen de ser niñas. Una de ellas ya ha entrado en la pubertad y se pone a veces insoportable. Lo achacamos a las hormonas alteradas. Le gusta leer; es estudiosa y escolar. La pequeña tiene siete años y acaba de venir a verme para repasar las tablas de multiplicar. Hoy le tocaban el 5 y el 7. Le gusta menos leer porque todavía va despacio y no le saca todo el jugo a la lectura. No obstante, últimamente ya termina los libros que empieza.

Yo leo todo lo que puedo. Siguiendo una recomendación de un blog acabo de leer El baile de Irène Némirovsky. Una pequeña joya. Me ha gustado tanto que he comprado enseguida el último libro de esta escritora ucraniana emigrada a Francia durante la revolución de octubre. Se titula Suite francesa y fue un descubrimiento tardío. Es un texto que se salvó de su deportación a Birkenau-Auschwitz donde la autora fue asesinada en agosto de 1942.
Me propongo buscar otros textos de la autora y dedicar este verano a investigar su vida y su obra. Probablemente le dedique un post a esta escritora judía que escribe con sencillez historias de una extraordinaria densidad.

Quizás en agosto vayamos a Galicia como todos los años. Yo seguiré leyendo. Me escaparé durante las mañanas de la tiranía familiar y me iré al Torreón, un bar del pueblo a leer buena poesía. A veces estoy tan concentrado con mis poemas de Ángel González y mi cerveza de mediodía que apenas me doy cuenta de que alguien me saluda.

Como veis, nada importante. El curso queda lejos y los veranos son largos y fructíferos. Es tiempo de solsticio que noto en mi piel. Lejos quedan los días de grandes viajes que en alguna forma añoro, pero aquí estamos y la vida pasa. Pienso, sin embargo, en el desierto, el desierto del Namib cuya visita es la ilusión de mi vida. Quizás…

jueves, 28 de junio de 2007

Burocracia


Claustro final de curso. Los profesores van llegando lentamente mientras el director –un entusiasta de su función- va desgranando la información sobre plantillas y nuestra situación como Plan estratégico de zona. Pregona los recursos adicionales que nos corresponden como instituto privilegiado. El acta de la reunión anterior ha sido aprobada sin haber sido leída por prácticamente nadie a excepción del que la ha redactado. No hay nada que discutir.

Un claustro es una reunión esencialmente (el 99%) informativa. No ha lugar a discusiones pedagógicas. Estas son malvenidas. Los profesores van a pasar una hora y media allí por imperativo legal pero no se espera de ellos que aporten nada a lo ya planteado. Se entiende que cualquier iniciativa polémica lo único que hace es retrasar la tarea del claustro y el director replica con cajas destempladas para evitar la continuidad de la discusión.

Desgraciadamente hoy día no se espera de los profesores iniciativas ideológicas de ningún tipo, y sus intervenciones han de ser meramente informativas y de modo abreviado. Así hemos conseguido que el claustro se haya despojado de cualquier misión decisoria o meramente de reunión de debate interno sobre el estado de ánimo de los profesores. Un claustro está sometido a la instancia superior que es el Consejo Escolar que tampoco debate nada y sólo es un trámite administrativo más. El resultado es que toda la política del centro se basa en las decisiones de una junta directiva elegida por la administración y alguna entelequia burocrática. A veces lo hacen bien y a veces lo hacen rematadamente mal pero no hay lugar al debate o a la discusión. Todo está decidido de antemano.

La tarea de los profesores, en un entramado meramente burocrático y carente de espontaneidad, es la de irse acomodando a los obstáculos administrativos que se va a encontrar: el papeleo que nadie lee pero que se produce en cantidades ingentes. Aunque a veces hay profesores con alma que introducen en su tarea elementos personales y vivenciales. Nuestros alumnos son la parte viva del asunto, pero en general también se han contagiado de una sociedad normativizada y esquematizada y carecen en general de imaginación. Es malo tener iniciativas. Es la idea interiorizada porque cualquier iniciativa ha de pasar por un entramado burocrático. Todo está controlado menos lo que se escapa a cualquier tipo de control: el comportamiento humano que está sujeto a variables infinitas. Sin embargo, la burocracia encontrará un medio de integrarlo. Diseñará estrategias, creará nombres para definir, derivará, y en todo caso para eso está el aula que ha de ser como un centro de combate en el que el profesor ha de bregar con la incertidumbre humana.

Un claustro hoy día resume perfectamente nuestra situación anímica y existencial Es absolutamente plano y sin idea alguna. Estas son negativas. Lo que vale es conocer la normativa y los reglamentos.

Uno añora años de debates salvajes en la enseñanza, claustros ácidos y polémicos, alumnos combativos y con iniciativa. Con brillo en los ojos porque mil ideas anidaban en ellos. Y para ellos, un centro escolar era un centro de ideas, de creación, de alimento espiritual en que los profesores procurábamos innovar por necesidad y por convicción.

Hoy día la educación se ha empapado del sentimiento que lo invade todo: la norma y el reglamento. Afortunadamente hay compañeros blogueros que todavía emanan ilusión y ganas de innovar. Éste todavía es un territorio salvaje, uno de los pocos que nos quedan en medio de una enseñanza fosilizada y esclerótica. Esta visión me la da, al menos, mi comparación con otras épocas más vivas e inquietas.

martes, 26 de junio de 2007

Blade Runner


En mi calidad accidental de Jefe de Seminario de Lengua Española, he asistido a la Mesa pedagógica en la que se han expuesto y discutido por parte de la dirección del centro el modelo organizativo del instituto con la implantación de la LOE en coexistencia con la LOGSE, dos leyes aprobadas por gobiernos socialistas. El modelo organizativo es de tal complejidad que nos salía humo por las orejas durante la reunión. Yo tomaba notas a marchas forzadas para poder exponerlas a mis compañeros del seminario.

Este es un tema “fascinante” que confirma que progresivamente ganamos en confusión y distorsión administrativas. Cada vez es más complicado ser profesor, cada vez se nos exige más dentro y fuera de las aulas y nunca la eficacia del sistema ha sido menor que la que ahora experimentamos. El profesor que esto suscribe añora otros tiempos en que los profesores podíamos centrarnos en dar clases basados en un modelo organizativo estable y en el sentido común. Tiempos en que se podía practicar la experimentación de modo permanente sin estar basada en un código tecno-burocrático y en un caos de disposiciones administrativas cambiantes según los gobiernos y los inspectores de turno. Que quede aquí plasmada mi protesta. Esta es la escuela de la diversidad y la escuela integradora en la que los profesores hemos perdido ya los criterios de evaluación que han sido sustituidos por criterios políticos a gusto de los partidos gobernantes. De paso, nunca el nivel ha sido tan bajo, aunque se intente disimular con estadísticas.

Por cierto, el 25 de junio se celebra el 25 aniversario de la película más futurista de todos los tiempos, una distopía negra y pesimista que se ubica en el año 2019. Me refiero por supuesto a Blade Runner de Rydley Scott. En ella pensaba yo cuando asistía impávido a la nueva organización administrativa del centro. ¡Qué prodigio de película para la que el tiempo pasa positivamente! La historia de los replicantes hubiera podido ser situada ya en mi centro. Alumnos replicantes con una carga emocional inestable se rebelan contra la dirección del instituto y han de ser localizados y retirados (eliminados) por los blade runner. La imaginación de los años 80 me ha servido de lenitivo en esta mesa organizativa de la confusión burocrática. Un pequeño homenaje a Blade Runner que volveré a ver por enésima vez intentando olvidarme de esta pesadilla constructivista.

¿Es Rick Deckard (Harrison Ford) un replicante o un ser humano? El planteamiento es ambiguo y realmente apasionante.

martes, 19 de junio de 2007

Doble vía


En esta recta final del curso no sé muy bien qué comentar. Había pensado glosar las opiniones sobre educación del conseller de Cataluña del ramo Ernest Maragall. El máximo responsable de educación de la Generalitat declaraba recientemente que no es bueno ni deseable que treinta alumnos adolescentes mantengan la compostura en clase durante toda una hora escuchando a un profesor sabelotodo. Son cosas de otros tiempos, según él. También declaraba que muchos alumnos menosprecian a sus profesores porque saben menos de informática que ellos. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos, compañeros, y aceptar como “normal” que los chavales charlen entre ellos o se tiren cosas o hagan comentarios que no vienen al caso durante el desarrollo de la clase. El silencio es algo periclitado, impropio de estas vivaces y activas generaciones que estamos educando.

Quería comentar estas declaraciones pero antes de hacerlo me he cansado. No tengo ganas de perder el tiempo. Sólo sé que en los colegios de élite donde llevan sus hijos las clases acomodadas y poderosas, este silencio de los alumnos es una condición sine qua non para la transmisión del conocimiento. ¿Será que el conseller de Educación apuesta por una doble vía: la del pueblo, al que hay que tener entretenido y contenido con programas y actividades lúdicas, y una vía cualitativa, de donde surgirán las clases dominantes, para el que se la pueda pagar?

miércoles, 13 de junio de 2007

El dragón chino


En un post anterior hacía mención de la llegada a nuestro instituto de quince alumnos de la República Popular China a estudiar el bachillerato. La experiencia era inédita. No eran alumnos procedentes de la inmigración sino de un programa de becas del gobierno chino para estudiar en España. La llegada de estos alumnos y su incorporación al curso de primero de Bachillerato Tecnológico cambió el paisaje de la clase por completo y todos esperábamos con expectación el resultado de esta inmersión lingüística total en las dos lenguas oficiales de la comunidad: catalán y castellano, amén de su aprovechamiento en el conjunto de materias científicas y tecnológicas, así como en filosofía que es obligatoria.

Hoy me ha llamado el director para enseñarme los resultados de los exámenes en lengua castellana de los alumnos chinos. Me ha dado un sobre cerrado para que lo abriera. Lo he hecho sin demasiadas expectativas. Me imaginaba unas notas que reflejarían sus dificultades de adaptación a una lengua nueva. Pero mi sorpresa ha sido mayúscula cuando he ido hojeando los diferentes exámenes –nada fáciles para un alumno español- en los que obtenían resultados excelentes la mayoría, incluido un sobresaliente con un 9,7 y nota de Matrícula de Honor de una alumna llamada Na Li. Su caligrafía era portentosamente clara y armónica; sus análisis morfosintácticos, con una terminología específica que cuesta entender a los alumnos de aquí, estaban perfectos; el resumen de una narración era espléndido y extraordinariamente claro así como conciso. No faltaba ni una palabra pero no sobraba tampoco ni una; las preguntas sobre homonimia y polisemia, eufemismos y demás mecanismos de la lengua eran respondidas con precisión y exactitud.

Las notas dominantes eran magníficas aunque también ha habido tres suspensos no demasiado bajos. Me imagino la experiencia contraria, la de un escolar español sumergido en un instituto de Bachillerato chino en una región en que se hablen dos lenguas distintas y veo sus logros como formidables. Sin duda, estos alumnos han sido escogidos, pero ello no les resta mérito a su hazaña.

En las áreas científicas y tecnológicas sus resultados han sido sobresalientes asimismo.

Uno esta constatación a la noticia que publicaba ayer la prensa sobre los recursos que estaba dedicando China a I+D (Investigación y Desarrollo). En dos años se espera que superen a los dedicados al mismo concepto por la Unión Europea. Los recursos utilizados por China son un estimable 12,7 de total mundial. Se ha dicho que los chinos son buenos productores de materias baratas pero que no estaban preparados para la alta tecnología. Estos datos lo contradicen y me hacen reflexionar sobre la potencia y dinamismo de este gigante asiático que crece a ritmo acelerado sin excesivas contradicciones internas. ¿Quién parará a los chinos en diez o veinte años?

Quizás en el nuevo siglo habremos de acostumbrarnos a cambios en el liderazgo mundial. China no para de crecer y de invadir los mercados internacionales con todo tipo de mercancías. Ahora también podemos apreciar la fuerza de voluntad e inteligencia de sus escolares enfrentándose a circunstancias extraordinariamente difíciles, pero, claro, me digo, peor es el hambre que acucia desde abajo y las ganas de superación y de enriquecimiento que impulsan la sociedad china.

China tiene ambición y energía, esas dos cualidades (unidas al taoísmo de base de la sociedad china) que tantas veces veo que faltan a tantos y tantos escolares españoles que se preparan para un futuro que creen fácil y cómodo, pero que no será así. El futuro nos deparará tremendas sorpresas y algunas no serán nada agradables para nosotros, occidentales, acostumbrados al bienestar continuado y la molienda.

domingo, 10 de junio de 2007

De víctimas y verdugos


Hace un par de días ( 9 de junio de 2007) el periódico El País recogía una noticia sobre acoso escolar a una alumna del instituto Miguel Hernández de Alicante. La muchacha de segundo de ESO había sido objeto de vejaciones reiteradas y tocamientos por parte de un grupo de cuatro alumnos de carácter violento y conflictivo. La dirección del centro fue advertida, cuando los padres tuvieron conocimiento de lo que estaba pasando, de que o tomaban medidas ejemplares o llevarían el tema a la policía y a la justicia. Esto fue el 23 de mayo.

El juzgado de Menores de Alicante que lleva el caso ha dictado algunas medidas que deberán cumplirse en relación a la alumna agredida: los agresores deberán mantener una distancia de 300 metros con la víctima y habrán de realizar un curso de orientación sexual; además les han prohibido tener ningún tipo de comunicación por cualquier medio, tanto dentro como fuera del centro. La muchacha estará comunicada con un policía mediante el teléfono móvil. Son medidas que se asemejan mucho a las que se establecen con mujeres maltratadas.

A partir de aquí lo que más me sorprende es la reacción del centro educativo. No se han puesto en ningún momento en contacto con la familia para solidarizarse ni han llevado el caso al consejo escolar, las medidas contra los muchachos agresores han sido lentas y muy leves. Por otro lado, la dirección del centro se ha cerrado en un total hermetismo sin querer ofrecer su versión de los hechos a la prensa. En ello coincide con la Consejería de la Comunidad Valenciana que ha declinado dar ningún punto de vista sobre el tema.

Algunos alumnos que conocían lo que estaba pasando dan la razón a la muchacha, pero otros se refieren a ella despectivamente como “la violada”, y se apartan de ella diciendo “no le saludes que te denuncia…”

Esta situación coincide en sus parámetros con otra que conozco aquí en Cataluña en Olesa de Montserrat. Un muchacho es acosado sistemáticamente y agredido por sus características personales que le hacen fácil pasto de las amenazas de los más brutos o necios. Los padres del muchacho se ponen en contacto reiteradamente con la dirección del colegio (privado) para que conozcan la agresión y ésta actúa sin demasiada convicción y poniendo paños calientes a la situación que no logra atajarse. El niño sigue siendo agredido en el interior y en el exterior del colegio. Al final la familia plantea una denuncia contra los agresores y la dirección del centro por su pasividad. El muchacho ha tenido que abandonar el colegio y recibe apoyo escolar en su casa a cargo del Departament d’Ensenyament. Tiene miedo a salir a la calle porque le han amenazado de muerte. Sus compañeros se solidarizan con los agresores y le tildan de exagerado y la dirección del centro relativiza la situación y dice que la culpa es de los padres. Niega la gravedad de los hechos y coinciden con la opinión de que se ha dramatizado algo que son simplemente cosas de críos.

Me producen extremo malestar estas reacciones de los centros educativos cuando son puestos en cuestión. Conozco la dificultad de establecer responsabilidades en un proceso de acoso escolar. No es fácil demostrar lo que está pasando. Los acosadores son taimados y astutos. Cuentan con la complicidad y el miedo de los compañeros que no suelen prestarse a declarar lo que todo el mundo sabe. Nadie quiere meterse en líos peligrosos y las víctimas son miradas con desdén por un sector escolar. Pero ¿por qué esa anómala reacción de las instituciones escolares? ¿Por qué no hay un decantamiento claro por la posición de las víctimas? ¿Por qué reducir estas situaciones gravísimas a un genérico cosas de críos? ¿Por qué los mecanismos reglamentarios actúan con tanta parsimonia y falta de contundencia? ¿Por qué las escuelas e institutos se cierran como una concha cuando son denunciados por su inacción y pasividad?

lunes, 4 de junio de 2007

Una novela venenosa


Me pregunto si la magnífica novela que es El guardián entre el centeno es una novela iniciática que desarrolle el tema del tránsito a la madurez que es característico en el género. El protagonista, Holden Caulfield, nos narra tres días –sólo tres- en un arriesgado y radical ejercicio de primera persona narrativa contándonos todas sus emociones en estado puro, sus opiniones por más sesgadas que puedan parecer, sus aversiones y sus simpatías hacia ese conglomerado informe que son los demás que señalaba el Marqués de Bradomín.

Holden Caulfield
es un adolescente que no quiere crecer. El mundo adulto le produce náuseas por su falsedad. En sus comentarios acerca de los personajes que va encontrando vemos sus odios –la mayoría- y sus momentos de ternura: cuando se encuentra a la madre de un compañero -al que detesta- en el tren. Le cuenta cosas maravillosas de su hijo que contradicen su opinión de que es un hijo de puta. Otro encuentro con unas monjas católicas le llevan a simpatizar con ellas y a darles diez dólares para sus necesidades benéficas. La relación con su hermana Phoebe está llena de delicadeza. La admira y se siente bien a su lado sólo conversando. Fuera está un mundo agresivo y pervertido que le amenaza en su pureza.

¿Quién no se ha sentido en su adolescencia perdido y desorientado? ¿Quién no ha sentido rabia y odio contra la mentira que es el mundo y las convenciones sociales? ¿Quién no se ha sentido en medio de un maremoto de emociones contradictorias que exigen sangre –en el terreno simbólico- y venganza –por resentimiento- contra el género humano? Todo aquel adolescente sensible e inteligente que entra en el mundo de Holden Caulfield se siente conmocionado misteriosamente por su modo de ver el mundo y por su modo de sentirlo. La personalidad de Holden les atrae a los adolescentes poderosamente porque no es un ser acabado, está haciéndose, y perciben su náusea existencial ante la podredumbre que son las cosas. Ya sé que hay otras formas de entender la realidad, pero la adolescencia es una mezcla de sentimientos encontrados y complejos en una terrible e irreversible metamorfosis.

Me hago estas reflexiones antes de comentar el efecto que ha tenido en mis alumnos la lectura “obligatoria” de El guardián entre el centeno. Subrayo lo de “obligatoria” porque conozco los peligros y las objeciones que pueden hacerse a este sistema. A veces se equivoca uno y, a veces, –raramente- se acierta. En este caso, con la lectura de la novela de Jerome David Salinger, puedo decir que la elección ha sido un acierto. Una novela publicada en 1951, con fama de maldita, sigue cautivando de igual modo que hace décadas a los adolescentes de estos tiempos. Probablemente la novela tiene trampa pero eso en la literatura no importa demasiado porque ésta en esencia es el arte de contar historias que seducen a alguien, y El guardián entre el centeno sigue seduciendo y causando auténticas conmociones. Algún alumno ha observado que ésta es la mejor novela que ha leído en su vida; algún otro se ha sentido rabiosamente identificado con el protagonista por el resentimiento y la lucidez del héroe. Recuerdo que en otro blog recibí un mensaje anónimo de un alumno mío en que se decía que comprendía las razones que llevaron a un joven a asesinar a treinta y tantas personas en la universidad de Virginia hace unas semanas.

Creo que es lo que la novela guarda en su interior: mucha rabia y mucho nihilismo impotente. Algunos profesores han considerado esta novela como potencialmente peligrosa por acentuar esas aristas turbias de la adolescencia. Otros se inclinan por considerar a esta novela como un exponente espléndido de la narrativa norteamericana marcada por el individualismo extremo (el yo frente al mundo) y ven en ella un relato impecable e implacable de un proceso de construcción personal sin salida aparente. El protagonista acaba en un psiquiátrico y desde allí nos cuenta estos tres días de su vida que van desde el sábado hasta el lunes. Tensión e incertidumbre concentradas en un personaje que es una bomba a punto de estallar -o al menos así lo vive él- caminando en el filo del abismo.

Para los que quieran entrar en el alma adolescente pueden leer sus opiniones en el blog de la clase Lengua en movimiento. No se queden en las primeras. Sigan leyendo.

martes, 29 de mayo de 2007

De guardia


Un IES (Instituto de Enseñanza Secundaria) es un organismo vivo que tiene sus ritmos y alucinaciones. Estamos a final de curso y se nota. Hay un aire de inminencia del fin de las clases y los alumnos tienen ya casi echada la persiana de clausura y cierre. Cuesta dar el tono apropiado a las clases. Hay excitación contenida y ganas de acabar. El calor y la euforia de la primavera hacen que los adolescentes estén acelerados.

Contrastando con esto, hacía yo hoy una guardia. Me tocaba de compañero un profesor veterano. No ha habido que hacer ninguna sustitución de profesores ausentes. Pablo, el profesor que me acompañaba, ha tenido diversas crisis de ansiedad que comienzan con vértigos, náuseas y dolores de cabeza. Ha pasado temporadas de baja por depresión profunda, pero siempre ha querido volver a sus alumnos. Sigue medicándose permanentemente. Sus alumnos saben que está enfermo y lo respetan. Tiene un halo de autoridad moral que se trasluce a pesar de su leve tartamudeo y su tono bajo de voz . Su mirada es concentrada y le cuesta sonreír. Hoy me contaba la ilusión que le hace la jubilación dentro de dos o tres años cuando cumpla sesenta. Se irá al pueblo. Allí se dedicará a montar aparatos electrónicos e informáticos y a pescar. También dará paseos y disfrutará de una merecida tranquilidad.

Por la tarde, tras una clase inicial que ha costado mucho llevar adelante, tenía otra guardia. También ha sido tranquila y me ha dado ocasión de charlar con el conserje sustituto que tenemos estas últimas semanas. Es la primera vez que lo hacía. Me ha contado que él era antes fotógrafo profesional. Por las noches dormía poco, pero no tenía problemas de salud. Hacía veinte años que no pisaba el médico, hasta que un día, sin previo aviso, le dio un infarto cerebral que le hizo perder la movilidad de medio cuerpo. Tuvo que dejar la fotografía y dedicar tres años de sesiones diarias a una tarea intensa de rehabilitación. Ha conseguido recuperar buena parte de la movilidad, pero su psicomotricidad fina no acaba de funcionar. La fotografía, lo que daba sentido a su vida, ya no es su leitmotiv. No puede accionar el disparador con precisión. Tiene un sentido del humor muy acusado y veo que le apetece bromear.

La segunda parte de la guardia, he estado hablando con la profesora de música, una mujer de treinta y tantos años con la que da gusto conversar. Le interesa la literatura y solemos hablar de libros. Durante un año le dejé numerosos ejemplares de literatura africana y posteriormente rusa. Luego hablábamos sobre ellos. Cree que hay fuerzas en el cosmos que podemos aprovechar y que nos pueden enriquecer. Le gusta el mundo de la sabiduría y el autoconocimiento, pero no le interesan los nuevos gurus de moda como Jorge Bucay, Susanna Tamaro o Paulo Coelho. Ella prefiere el mundo reflexivo de Krisnamurti, aquel hombre sabio que no pretendía ser maestro de nadie ni aparecer en la lista de los más vendidos. Sólo quería que los hombres se contemplaran interiormente con objetividad sin llevarles a conclusiones apresuradas. La profesora de música inspira serenidad y alegría. Yo le cuento mis aventuras en la montaña y mi estado de ánimo como docente –unas veces más alto y otras veces más decaído-. No nos damos consejos, sólo nos escuchamos y compartimos simpatía mutua.

Estas conversaciones, estas o parecidas, con profesores, personal no docente, o a veces alumnos, ayudan a sobrellevar la tarea al estilo africano, lo que es decir, tener siempre un rato para una amable charla que sirva de intercambio y enriquecimiento. Es final de curso y yo, además de corregir y dar mis últimas clases, tengo una pasión intensa por las conversaciones que salen del alma, aquellas que nos revelan. Y es curioso, últimamente, me seduce mucho más escuchar que hablar yo mismo. El ser humano es una criatura sorprendente. No deja de asombrarme.

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