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miércoles, 30 de diciembre de 2015

El espejo prodigioso


Fueron en aquella buhardilla,
iluminada por la luz del atardecer,
frente a un tejado de chimeneas
y gatos grises que nos miraban,
atónitos por nuestra felicidad,
mis horas más hermosas.

El resto: grisura y vacío.
Estrépitos, chirridos, gritos,
cuchillos en el alma,
miedo y termes corroyendo
mi corazón ya cansado de vivir.

Sin embargo, ¡qué poderosas
visiones de aquel tiempo
de infancia que vuelven
cada hora de mi vida,
paseando por aquellas calles
junto al río y la gran plaza
en la que tañían cada mañana
las campanas y yo, desnortado,
como un perro sin dueño,
vagaba enloquecido de dolor
y soledad aturdida!

La Cruz, el verdín
de la fuente, las arrugas
de los viejos,
la gran basílica,
las grises palomas
revoloteando en círculo
siniestro sobre la plaza
de los cipreses,  
siempre solitario como
un faro de luz
aniquilada.

Solo ella me daba consuelo
Me miraba con dulzura
y veía mis ojos de marino
sin estrella ni navío.

A veces cruzaba el río
turbulento y sentía deseos
de tirar cubos y palas
por lo alto de la pasarela.

Mi ser más íntimo
era herido cada día,
traspasado
por mil flechas de angustia
y tormento inenarrables.

Sentía que era un monstruo,
nada aliviaba mi dolor
de ser culpable y deforme
a los ojos de Dios.

Aprendí a vivir
en las tinieblas, a observar
los instantes en su eternidad,
a cruzar bajo el agua
de los hombres que regaban la plaza
cada día en que yo lloraba
por el hecho de haber nacido,
y anhelaba morir cada instante
de mi vida de niño.

Solo aquella niña de ojos negros
estaba junto a mí, dándome la mano,
en aquella buhardilla que se abría
a un tejado, que era un espejo 
prodigioso que algún día yo
-estaba seguro-
convertiría en literatura.






8 comentarios :

  1. Aquí, al menos que yo haya percibido, ya no hay referencias literarias, ni mezclas de pasada y presente, aquí todo es recuerdo y poesía, hemos perdido el subrealismo y nos hemos quedado con la esencia de lo que quieres contar. Es como si, tras haberte tomado una toma de ayahuasca, hubieses llegado al fondo de la culpa y ahora la estuvieses escupiendo pura en estado líquido. Con una pureza del 100%. Seguramente esta poesía le gustará más a tus lectores. Desde luego es más asequible que otras. Leyéndola, sin embargo, me ha venido a la cabeza una conversación que tuve hace nada con mi amigo el que escribe poesía. Me hablo de unos 20 o 25 poemas que ha escrito recientemente. Muy cortos, de una frase y media más o menos (eso si, unas frases más largas que las tuyas, el doble quizás). Me contó que se había tirado dos años escribiéndolos. En todo lo que haces tú suele haber inmediatez, velocidad por aprender, por mutar, velocidad en definitiva. Hay poco de poso del tiempo, de maduración de un proyecto. Lo he vivido con la fotografía que llego en tromba e igual que llegó acabo, creo que ya te ha pasado con el tema de las nuevas tecnologías en las aulas (donde últimamente ya noto el desgaste). Hay como prisa por llegar al final. Dentro de un rato me voy, pásalo bien.

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    1. Tienes razón, José Antonio, hay inmediatez, pero esto que escribo es algo que llevo toda mi vida rehaciendo. He escrito hace más de veinte años el relato de esto, lo he representado en teatro, he escrito otros poemas íntimos, lo he recreado en poemas que no he publicado, he escrito posts ... Es mi historia personal trasmutada una y otra vez. Vuelvo a ella porque me resulta magnética, esto que escribo es el poso de mucho tiempo, quizá en su forma me asombre a mí mismo, pero es continua reelaboración del mismo relato al que volveré de forma narrativa dentro de unos meses. Pero es cierto que funciono en tromba, con apasionamiento que se intensifica y que luego se va desgastando. Mi mujer dice que soy extremista, oscilo entre un lado eufórico y otro depresivo, entre extremos muy acentuados. De todas maneras son fases que se van superponiendo porque yo a la fotografía he de volver, llevo haciendo fotos desde que me compré mi primera réflex con el sueldo de mi primer trabajo. Estoy pensando en hacer una serie de paisajes urbanos. Esta noche ensayaré el retrato. En cuanto a las nuevas tecnologías es cierto que me he hecho realista pero las sigo utilizando masivamente aunque sin la ansia de septiembre y octubre. Es como llegar a una cima y tener que bajar. Eres muy buen analista, tiene una gran capacidad de interpretación. Tras la dosis de la ayahuasca, viene el reflujo. Tengo nuevos poemas para estos próximos días, hacerlos me lleva todo el día. Me sumerjo en un estado de ensoñación y creatividad que me entusiasma. es como si el tiempo dejara de existir, pero existe. Todavía estoy con el pijama puesto escribiendo desde la siete de la mañana.

      Pásatelo bien también, un abrazo.

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  2. He quedado maravillado con tu faceta de poeta.
    No suelo leer poseía ajena pues muchas veces, al margen de la belleza de las palabras escritas y de cómo suenan al leerlas, no logro penetrar en su esencia y comprender su sentido. Me da la impresión que, muchas veces, solo el autor sabe qué hay detrás de sus versos porque surgieron de un sentimiento íntimo que los demás solo alcanzamos a imaginar. Y a veces ni eso.
    Es lo mismo que me ocurre con la pintura abstracta. Puedo sentir la impresión de los trazos y colores, puedo decir si me resulta atractiva a la vista pero no sé (porque no tengo preparación para ello) explicar por qué me gusta o por qué no.
    En este caso, quizá mi interpretación no encajaría con la realidad pero he podido sentir, no solo la belleza de los versos, sino la intensidad de la historia contada a través de ellos.
    Un abrazo.

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    1. Es la primera vez que me atrevo -con excesiva audacia quizás- a publicar textos poéticos, pero tu lectura me es muy estimulante. Es cierto que detrás de un poema hay una historia, unos sentimientos, un relato que solo el autor puede conocer... pero baste en este caso que haya una percepción de la intensidad que hay detrás para que la lectura sea más que satisfactoria. Forma parte de una serie que continúa la de días anteriores en que parecía borracho expeliendo imágenes en tromba, como columnas de cieno (como decía Lorca), pero ahora hay una zona de remanso que continúan los siguientes poemas. Es una experiencia inédita para mí en la que incluso me han sido muy estimulantes los comentarios que me han hecho de que son poemas que no gustaban. No pienso que haya que decir que algo gusta si no es así. Los lectores que han comentado con sus juicios negativos en poemas anteriores me ayudaban mejoro a comprender qué estaba haciendo. No podía ser de otra manera, pero era consciente de su recepción. Tras la tempestad viene la calma. En esas estamos, Josep María.

      Un abrazo, no sabes cómo aprecio tu comentario.

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  3. Pues se lee mucho más fácilmente así a primera vista. Si no supiera que lo has escrito tú no te lo atribuiría. Aquí el cuchillo no lo llevas tan afilado, por decirlo de alguna forma, como en las anteriores y se ve la mirada hacia el otro, la perspectiva es diferente, ya no es esa caída al vacío y, además, no hay arañas, aunque esos "termes corroyendo el corazón..."

    Sí, me ha gustado.

    Feliz salida y entrada de año. Que el 2016 llegue cargado de inspiración.

    Un abrazo.

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    1. Sin duda, se ha amansado el proceso, se ha hecho más intelectual y menos pasional. La de los días anteriores eran puros estallidos de ira concentrada que surgieron con arrebato. Me gustó porque abrieron la puerta al proceso creativo. Creo que con ira se puede alumbrar un estallido poético o artístico en general. No hay arañas pero está la angustia en el niño que aparece en el poema.

      Este año va a ser singularmente importante para mí. Tanto como 1982. O 1979, según se mire.

      Un abrazo y gracias por tu atención.

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