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viernes, 1 de mayo de 2015

Los nuevos alimentos que podrían saciar a la humanidad


Una película que me fascinó fue Soylent Green, cuando el destino nos alcance (1973), dirigida por Richard Fleischer. Fue protagonizada por Chartlon Heston y Edward G. Robinson. No sé si los que me leen la recuerdan. Para mí es un hito en las historias distópicas del cine. En un futuro, situado en el año 2022, ha habido una catástrofe ecológica y no existen alimentos naturales o solo tienen acceso a ellos una minoría. Una empresa, Soylent.Co produce unos productos alimenticios –soylent verde o amarillo- que sirven como alimentación y nutrientes a la humanidad. La trama de la película lleva al descubrimiento de qué es en realidad este producto nutritivo, el soylent. Está fabricado a base de la descomposición orgánica de cadáveres en una situación de superpoblación en la tierra. Edward G. Robinson (Sol Roth) va en su vejez al Hogar, un lugar en que se reproduce la tierra como era en su juventud (bosques, valles, ríos, flores...) para, tras un proceso de adormecimiento letal, incorporarse a la producción del soylent verde que alimenta a la humanidad.

Me vienen imágenes de la película cuando faltan solo siete años para el 2022 (cuando se filmó faltaban cuarenta y nueve años para esa fecha), y leo en El País extraído del New York Times en su suplemento semanal la noticia de que existe ya firme un proyecto para generar vida a partir de cadáveres humanos en un momento en que los enterramientos desbordan ya totalmente las ciudades de los muertos y la incineración es una solución, pero produce gases muy perjudiciales por el efecto invernadero. La solución que proponen es muy sencilla y ya se ha ensayado. Se trata de colocar los cadáveres –ricos en nitrógeno- sobre un túmulo hecho con un material abundante en carbono (serrín, virutas de madera). El conjunto se humedece y se añade más nitrógeno. Las bacterias harán que el conjunto se desintegre pues segregan enzimas que descomponen los tejidos en aminoácidos. Las moléculas ricas en nitrógeno se unen a las que contienen carbono y se produce en poco tiempo un producto parecido a la tierra. El calor (unos sesenta grados) destruye los gérmenes patógenos. No se produce mal olor. Los huesos también se descomponen aunque tardan algo más. El producto, semejante al suelo, puede reutilizarse como abono.

Katherine Spade ya ha ensayado el sistema y propone la construcción de plantas de compostaje humano, como ya se hace con los cuerpos de los animales. Se podrían realizar ritos de despedida en edificios con varias plantas. Los familiares y amigos podrían asistir a la primera parte del proceso, viendo como el cadáver, tras la ceremonia, cae por una rampa, y se une a otros cadáveres que en pocas semanas podrían ser reciclados. Cada cadáver combinado con los materiales orgánicos necesarios podría producir un metro cúbico de compost que se entregaría a la familia para utilizar parte del compost en su jardín o para plantar árboles. Es un procedimiento más barato que la incineración y, por supuesto, que el enterramiento.

Los recelos que hubiera al respecto como la repugnancia ante el compostaje humano, sin duda serían fácilmente superables en poco tiempo, como se asimiló la idea de incineración cuando hace cincuenta años era totalmente rechazada por la sociedad.

He leído este artículo del NYT y me he dado cuenta de que este es el futuro de los ritos funerarios en un breve espacio de tiempo. Es una solución ecológica y natural que une la idea de ritualidad con la de conectar la muerte con el ciclo de la naturaleza. De hecho puede aportar algún consuelo al fallecido y a la familia en la constatación de que la vida sirve para producir vida.

Sin embargo, Soylent Green, cuando el destino nos alcance sigue planeando sobre mi imaginación y me pregunto si este proceso podría generar nutrientes que combinados biológicamente con diversas sustancias naturales y sabores podría ser la base de la alimentación de la humanidad en caso de una crisis ecológica y de producción de alimentos. ¿Es impensable que nos convirtamos en productos –sabiamente tratados- nutritivos y sabrosos, en una suerte de Soylent Green con distintos sabores combinados con enzimas y vitaminas buenas para la salud que estuvieran en los estantes de los supermercados en formato de yogures, danacoles, combinados con soja, lácteos de nueva generación, carnes ecológicas, helados...?

Todo es cuestión de educación, de nuevos hábitos, de superar viejos prejuicios. La humanidad se ha habituado a situaciones que en un tiempo anterior resultaban impensables. Con una buena campaña de publicidad, de estudios sobre la calidad de estos nutrientes, y cambios mentales en un tiempo que se prevé apasionante en el terreno de la tecnología, las migraciones, la deforestación, el agotamiento de las fuentes de alimentos tradicionales, el terreno estaría preparado. No es algo que vaya a venir en los próximos años, pero, sin duda, en veinte o treinta años, estaremos preparados para asumir algo que ahora parece repugnante.


De momento, ya sabemos que podremos convertir en compost sano y productivo a cualquier amigo o familiar, y que, a partir de ellos, surgirá la vida: un campo de flores, un manzano o una plantación de marihuana. ¿No es estimulante saber que alguien se nos podrá fumar y viajar? ¿Por qué no comer en una serie de sabores a cada cual más imaginativo?

31 comentarios :

  1. En la naturaleza, lo muerto sirve de alimento a la vida. La descomposición supone un festin para otros erganismo que consideramos de menor rango. ¿por qué no para nosotros cuando llegue la situación a insostenible?.
    Estoy contigo. Puede parecer aberrante pero es cuestión de aplicar la ventana de Overton y se verá como la cosa más natural del mundo cuando haya una generación completa a la que se la ha "formado" en estos "valores".lncluso los ritos actuales les parecerán abominanbles ...

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    1. Desconocía el concepto de ventana de Overton. Desde luego no sé si esta idea, hoy impensable, puede llegar a ser aceptable en un tiempo más o menos lejano. Espero no poderlo ver, porque eso significará que la humanidad vivirá una crisis de una magnitud estremecedora. La primera parte de mi artículo es probable: la segunda solo es una distopía espeluznante que he conectado con la primera por una conexión psíquica fruto del azar y del recuerdo.

      Durante la comida he explicado a mi familia el nuevo y previsible tratamiento de los restos humanos, y he avanzado que los que sean capaces de desarrollarlo en España serían unos empresarios a los que esperan todo tipo de éxitos. Ese tratamiento es lógico y deseable. Convertir los cadáveres en humus, en tierra. Nitrógeno + carbono = combustión.

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  2. Lo cierto es que debo de disponer de una mente muy analitica, sin morbos ni prejuicios porque siempre afronté la vida propia y ajena como uno de tantos procesos químicos. Por ello mismo vivo de la manera más ecológica que me resulta posible y por la misma razón práctico el arte de la solitud, para no encenderme más de lo estrictamente necesario y proteger mi salud emocional a la par que física.

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    1. Me gusta el empleo de la palabra solitud. Tiene otras resonancias distintas a soledad. Solitud expresa la idea de estar solo, a gusto consigo mismo. Soledad es más bien sentirse solo. Muchos buscamos con ahínco la solitud, aunque vivamos en familia. Me gusta caminar y viajar solo. La he experimentado intensamente en mi vida.

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  3. Mama, mama, el abuelo esta malo...

    Pues comete solo las patatas hijo...

    Un saludo.

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    1. jajajajajaja, me alegro de que hayas captado el humor negro de mi texto... Ayer esta noticia que aparecía en EL PAÏS me interesó vivamente y en seguida la uní a la visión distópica de Soylent Green, una peli que me conmocionó y hace más de treinta años que la ví. Increíble. Les decía a mis hijas que los emprendedores que desarrollaran en España este tipo de tratamiento de los cadáveres, serían los pioneros en otra concepción de la muerte y sus ritos. Por cierto, tenemos al abuelo en una urna que nos llevamos cuando volvemos a Galicia, su tierra natal. Los nietos de allí lo primero que preguntan cuando vamos es si hemos llevado al abuelo (materno).

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  4. Un progre nos vende que el canibalismo es un progreso. Definitivamente hay que vetaros el acceso a la enseñanza.

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    1. Piotr, solo era un texto humorístico en clave seria. Lamento que no te hayas dado cuenta. Es un problema de mi sentido del humor. Los tontos no lo perciben.

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    2. Ya, ya, humorístico... Por eso otros comentaristas tampoco lo han captado. Con un progre nunca sabes si está de broma o realmente tiene esas ideas tan aberrantes. Pero bueno, te acepto la broma y en verdad me deja más tranquilo.

      No sé si sabes que en Silicon Valley comercializan una bebida precisamente con el nombre de "Soylent". Es una papilla con la que pretenden sustituir todas las comidas, que --aseguran-- quitan demasiado tiempo que se podría emplear en el trabajo.

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    3. Venga, Piotr, no pasa nada, pero hay que reconocer que tu carta de presentación no ha sido nada amable. Eso de "un progre" ... cuando no has leído la inmensa mayor parte de mis posts es algo aventurado. Hay lectores que me consideran un conservador conspicuo en muchos temas. Pienso que no asumo el catecismo progre ni el conservador sino que voy haciendo mi propia reconstrucción de las ideas adentrándome en un territorio u otro. No tengo unos principios inamovibles y sí bastante dinámicos.

      En cuanto al texto de hoy, cada vez que lo leo me troncho de risa. Es humor macabro, pero humor. ¿Te imaginas al abuelo con sabor a pistacho en forma de danacol?

      Hay productos con este nombre y grupos de música. La película estuvo basada en una novela que ganó el premio Nebula titulada Make room, make room de Harry Harrison. Fue en 1966, una época esencialmente progre, eso sí.

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  5. Efectivamente, me lo has quitado de la boca/teclado. De hecho, hace unos minutos que leía esta noticia, de que ya hay un equivalente europeo del "Soylent" americano:

    http://www.xataka.com/otros/este-es-el-menu-que-puedes-cocinar-para-conseguir-la-alimentacion-que-prometen-soylent-y-joylent

    Opino que Joselu escribía sobre el tema en un tono medio en broma medio en serio, al menos en sentido "especulativo", pero es que al ver uno esta noticia (yo ya conocía de la existencia del invento desde hace un tiempo, pero no se me vino a la cabeza) uno no puede más que preguntarse si elegir este nombre, pudiendo evidentemente haber elegido cualquier otro es en si mismo una broma de mal gusto, una desfachatez o...tal vez, solo tal vez, una manera de empezar a mentalizarnos de que los "hábitos alimentarios" pueden cambiar en el futuro.

    Todo esto me recuerda al más o menos reciente también intento de popularizar la alimentación a base de insectos. Sería desde luego difícil la elección entre una cosa u otra, no obstante, lo mismo depende de los gustos personales y todo. De hecho, yo siempre he dicho que comería antes unas hormigas fritas que un caracol, plato este último que como es obvio me causa bastante repulsión.

    No sé, creo que la Humanidad llegará a otras alternativas alimenticias más apetecibles, al fin y al cabo yo creo firmemente en que la tecnología que tenemos actualmente es "de transición" y en un futuro tendremos un abanico tecnológico más amplio para hacer frente a los problemas que se nos planteen, incluso a los que hoy en día nos parecen irresolubles.

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  6. Bueno, parece que la cosa va hoy de leernos el pensamiento...con la precipitación de escribir después de leer la noticia, no me había fijado de que justo un poco más abajo, en la misma web hablan de los insectos como alimento, dándolo encima como algo "inevitable", como podéis comprobar en la redacción del artículo:

    http://www.xataka.com/otros/es-inevitable-este-es-nuestro-futuro-comiendo-insectos

    Curiosa la coincidencia de medios que hablan en estos días sobre el tema.

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  7. Hoy leía que alguien hacía una predicción aventurada sobre el libro. Creía que el libro de papel seguirá existiendo dentro de cien años. Imaginar cómo será el futuro dentro de cien años es imposible. Imaginemos las fantasías que se hacían hacia principios del siglo XX sobre el futuro. No podían imaginar absolutamente nada de lo que ha pasado: la crisis planetaria en que estamos, ecológica, climática, humana ... Ni nada de los inventos que iba a traer el futuro. En los años sesenta ninguna ficción científica imaginó el teléfono móvil.

    Pero en el caso de la película Soylent Green (1973) hay elementos interesantes puesto que vaticina una crisis alimentaria global. ¿Es esto posible? En estos momentos no tengo ni idea, pero cuando veo la cantidad de pescado que hay en el Mercadona advierto que nuestros nietos no lo verán. Los océanos están siendo esquilmados a unos niveles devastadores. Y a la vez son objeto de una intensa contaminación. Ya sabemos que asimilamos mercurio mediante la ingesta de muchos de estos pescados. Probablemente el único pescado que se consuma en el futuro será de piscifactoría alimentado con piensos, lo que es problemático.

    En cuanto a los vegetales, las carnes ... si sigue el nivel de creciente contaminación a todos los niveles, no me imagino qué puede pasar. A la vez el cambio climático que convertirá zonas templadas en tropicales y secas. La mayor parte de las producciones de cereales del mundo ya son transgénicas, y tampoco sé que coste tendrá esto. No es descartable una crisis alimentaria. De hecho mil millones de personas en el mundo pasan mucha hambre, mientras que una parte de la humanidad consume exceso de grasas, azúcares... No puedo aventurar qué puede pasar, pero el terreno de las especulaciones está abierto, y el futuro es altamente incierto. ¿Se comerá insectos? De hecho las gambas tiene forma parecida. Todo es cuestión de tabúes culturales. ¿Cambiarán estos tabúes? ¿En qué sentido?

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    1. Te he escrito un comentario pero como lo he hecho desde el móvil no sé a dónde ha ido a parar. En fin...

      Te decía que efectivamente el parecido entre insectos y crustáceos (como las gambas) no es casual. Ambos son grupos de artrópodos. La única diferencia en cuanto a recurso alimenticio se refiere es que aquí nos comemos uno, y en otros lugares como Asia se comen otros. ¿Comerse un escorpión? ¡qué horror!.. . pero comerse un percebe (artrópodo también), ¡oh, qué exquisitez! (...)

      También te aclaraba algo que pusiste arriba y es erróneo pero que en realidad no tiene mayor importancia en el debate en sí. En cualquier caso, creo que todo el asunto en última instancia, gira alrededor de concepto de antropocentrismo. Ése que debemos sustituir -bajo mi punto de vista- por el de biocentrismo. Verías tú si entonces se eliminaban tabúes... Y otras tantas cosas más por el camino.

      No me extiendo más. Prefiero leer.

      Besos, Joselu.

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    2. A mí desde luego me produce horror la idea de comer insectos aunque vengan avalados por agencias alimentarias. Cuando como una gamba siempre pienso que su forma es sospechosa. Quizás le salva su color rosáceo o rojo que lo aleja de los insectos más comunes. Creo que en mercado de La Boquería en Barcelona había un puesto con insectos, dirigida a la comunidad asiática, pero no lo he visto. Ahora la Boquería se dirige casi en exclusiva al turista masivo que invade Barcelona.

      No tengo bien aquilatado el concepto de biocentrismo que debe referirse tal vez a no considerar al homo sapiens como eje y centro del planeta tierra en favor de concepto vida en todas sus vertientes. No he leído al respecto para ampliar dicho término.

      Besos, Vero.

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  8. Las distopías siempre me resultan fascinantes por su roce con una realidad posible en le futuro. Esta no la conocía. Si lees o ves "Viven", la historia de los "rugbiers" uruguayos que cayeron en su avión en los Andes, verás que esto de alimentarse de los muertos es una realidad tangible que ya han superado estos sobrevivientes de una terrible catástrofe ¿Por qué no lo hemos de hacer todos llegado el caso? Suena repugnante pero el ser humano se adapta a todo o a casi todo con tal de vencer a su más temida enemiga, la muerte.

    Un abrazo, Joselu.

    Fer

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    1. Uf. Espero que nuestros descendientes no tengan que acostumbrarse a ello. Conozco la epopeya de los Andes por la película ¡Viven! que vi hace años y que me impresionó vivamente.

      La peli Soylent Green, cuando el destino nos alcance la vi en 1973. Han pasado cuarenta y dos años. Se dice pronto. Pero quedó grabada en mi memoria de un modo indeleble. Que recuerdes una película, con las que ves a lo largo del año y de la vida, es señal de que despertó algo que estaba en ti. De hecho hay grupos de música y fabricantes de bebidas que recogen esta marca "Soylent" para dar forma a sus distopías.

      Un abrazo, Fer. Estoy molido por la caminata de más de cincuenta kilómetros que hice este fin de semana. Lo peor es que cuando llevas cincuenta kilómetros a cuestas por la noche, has de subir a la montaña a una altura de novecientos metros en dos horas y media.

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  9. Condenado y qué bien que lo argumentas todo para dejarnos por antiguallas si nuestros descendientes no se nos meriendan una tarde de otoño en forma de té con pastas o suizo con chocolate... Coincidimos en la admiración por aquella "Cuando el destino nos alcance" que también me impresionó en su momento, con un "Carlos el Gestos", que decíamos de niños, estupendo y convincente, casi tanto como lo estaba en El planeta de los simios, no menos excelente. Cualquier solución de las que planteas me parecen correctas, y la del compostaje muy recomendable. Como soy un romántico empedernido, pido para mí la incineración y la conservación de mis cenizas por quien quiera tenerlas junto a él o ella. Cuando ya nada signifique esa urna cineraria extraña en la casa de quien ni me puedo imaginar quién sea, el primer retrete al fondo a la derecha será un mar excelente, con remolino incluido...

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    1. Ya he propuesto a mis hijas que se hagan emprendedoras y traigan esta tecnología del tratamiento de restos humanos a España. No me cabe duda de que puede ser en breve plazo altamente rentable y ecológicamente interesante al eliminar la cremación y la emanación de gases de la combustión a la atmósfera. En este caso es una combustión fría, química. Nitrógeno + carbono. Y zas, ya está. Supongo que habría muchos impedimentos de tipo político, administrativo y sociales en un principio, pero entiendo que es una idea muy práctica y ecológica. Cabría salvar tabúes culturales. Si a mí me dejaran elegir el sistema de tratamiento post mortem, elegiría el de la película La balada de Narayama. Que me dejaran en el monte a merced de las alimañas y los elementos. Esto lo vi en alguna zona de Bali y me pareció una idea formidable. Es un tratamiento animista del cuerpo que vuelve a la naturaleza. Esto me reconfortaría. En todo caso he mentado mi intención de que lleven mis cenizas a la isla Graciosa en el Atlántico y que las dejen en un agujero en el desierto, cerca de la playa. También está bien. Quiero estar solo, imaginar que estaré solo. Nada sería más abominable que pensar que uno habría de estar en un panteón familiar o en una pared de nichos de siete y ocho plantas.

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    2. Este poema expresa mi manera de entender esa balada de Narayama:

      De Ana Rojas a Jim Horth.

      Cuando en tus manos claras
      Reserves la luz intensa
      De mis ojos en viaje, girados
      Por siempre hacia la sombra,
      Y se confunda en los humedecidos tuyos:
      Ábreme el corazón y esparce
      Mi sangre por la tierra templada.
      No aguardes los ecos mustios
      Del destello que huye del abismo
      Y se asoma falaz a tu deseo:
      Rásgame la carne entonces
      Porque respire libre el pecho
      Cuando me abandones ofrecida
      En la desolación de las cimas.
      Viva volveré para ti en los ciclos
      Tenaces del tiempo,
      Cuando la sombra del buitre
      se perfile fugaz contra los riscos
      o hacia sus propias raíces se inclinen
      azotados por el viento los arbustos.

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    3. Un poema bellísimo que da medida de tu buen hacer poético. ¡Qué maravilla la poesía! Yo no he salido nunca de un prosaísmo claramente antipoético. "Cuando la sombra del buitre//se perfile fugaz contra los riscos//o hacia sus propias raíces se inclinen//azotadso por el viento los arbustos.// Uauuu!!!!!

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    4. Me lo inspiró la costumbre tibetana de dejar los cadáveres expuestos a ser devorados por las aves de presa: un reciclaje natural perfecto. Y me alegra enormemente que te haya gustado.

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  10. He gozado con la lectura es brutal. Compost eres i en compost te convertirás!

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    1. Buen paralelismo evangélico, bien traído y plenamente eficaz.

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  11. No me acaba de entusiasmar la idea de la necrofagia. Además no sé como se lo tomarían los creyentes, porque aunque sobrevivan los cuerpos no sabemos que pasaría con las almas y menos los terribles problemas que habrá entre comedores y comidos el Día de la Resurrección de los Muertos al final de los tiempos.
    Saludos

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    1. El otro día en una caminata noctura iba hilvanando conversación con un compañero y salió esta nueva técnica de compostaje humano. Por supuesto que no le conté la correlacón con Soylent Green que había buscado aquí en una especie de humor negro que, lógicamente, espero que no se realice y no solo por los creyentes y su proteínica Resurrección de los Muertos. A mí era un pasaje del Apocalipsis que me causaba un espanto indecible cuando era niño. Solo silencio.

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  12. Felicitaciones tienes un dote fantástico para comentar temas interesantes en tu propio blog y es siempre un placer leer tus opiniones y explicaciones que aportan muchas ideas y demás

    Me gustaría hacerte una pregunta: que es lo que piensas de los alumnos que no entregan lo que les pides?

    Lo pregunto porque voy a explicar una anécdota mía ocurrida hace 4 meses y fue que suspendí el examen de sociales y el profesor que tenemos en esa asignatura me dijo que le haga un resumen de 1 página del libro mismo para el fin de semana y que si se lo entrego, aprobaría y como no era demasiado lo que me pidió pues no lo quise hacer el fin de semana, quise esperar al lunes para hacerlo en mi casa 2 horas antes de empezar sociales por la tarde pero la mala suerte se me echo encima y me vino un dolor fuerte de barriga y no pude hacer lo que me mando puesto que estaba débil, y lo peor de todo es que el dolor insoportable me duro hasta que comenzó la clase y fue cuando me pregunto si tenia el resumen hecho y mi respuesta fue que no, y al acabar la clase me echo la bronca y me dijo que si el recomienda algo es por una razón y como no había hecho lo que me mando pues que me quedaba el insuficiente que se podría haber convertido en aprobado si hubiese hecho lo que me pidió

    P.D soy alumna de 4to de ESO

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    1. En primer lugar, agradecerte tu comentario, y comprobar que tienes una buena ortografía, algo que no es frecuente entre los alumnos de la ESO. Además no tengo muchos lectores que sean tan jóvenes como tú, creo que debes ser la única.

      En cuanto a tu pregunta, no te voy a contestar como profesor sino como padre de dos alumnas, una de cuarto de ESO y otra de segundo de Bachillerato. Ambas llevan sus materias al día y estudian varios días antes del examen, de modo que nada les coge de improviso. El estudiante debe tener bien clara una agenda en que sepa qué debe hacer y no dejarlo para el último momento. Tú has escrito que tuviste todo el fin de semana y lo fuiste dejando para el final, para cuando no había ya más remedio que hacerlo, pero te acometió entonces un dolor que te lo impidió. Hay que contar con esto, Carlota, en la vida académica hay que ser previsores y no dejar las cosas para el último momento. Yo sé que es lo que hace la mayoría, pero esto suele traer malas consecuencias, como ha sido tu caso.

      Un cordial saludo.

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  13. Buf, Joselu, aunque sea humor negro este post me ha dado mal rollo, pero una vez "reposado" creo que no es nada descabellado. No nos gusta hablar de la muerte, de lo que hay o no después y de cómo queremos que sean tratados nuestros restos, En la hermosa película "Loreak" ("Flores") uno de los protagonistas dona su cuerpo para que sea utilizado como materia de estudio. He oído que en los últimos años ha aumentado el número de personas que lo hacen para ahorrarse los gastos del sepelio y demás. Pensándolo fríamente, ¿para qué queremos tratar como algo vivo lo que ya es irremediablemente inerte? ¿Por qué no buscar una alternativa útil a nuestra condición animal? Al fin y al cabo, formamos parte de la cadena alimenticia, estamos en la cúspide, así que por ley natural deberíamos bajar a la base para volver a empezar de otra manera. Tal como va el mundo, ¿quién se atreve a aventurar qué pasará dentro de equis años? Las predicciones de hace décadas no se han cumplido: ni hay coches voladores, ni podemos vivir aún en la Luna u otros planetas, ni nos alimentamos a base de pastillitas... pero, a cambio, tenemos "adelantos" que ni Julio Verne se atrevió a soñar. La vida es imprevisible por definición y debemos ser realistas: la Tierra no tiene recursos ilimitados, la hemos esquilmado y empobrecido de manera inconsciente y muy egoísta y nos va a pasar una factura muy cara. Hemos gestionado fatal las posibilidades naturales y en algún momento tendremos que hacer frente no sólo a la superpoblación sino a la "reconversión" de lo que quede de nosotros al morir. No me parece ninguna broma. Yo sí recuerdo, aunque vagamente, la pelicula que mencionas. El cine nos ofrece una y otra vez visiones apocalipticas de nuestro futuro, y mucho me temo que se van a quedar cortas. Somos los mayores depredadores sobre la Tierra. ¿Por qué no cumplir con la misma ley natural que el resto? Anda que si de verdad supiéramos qué comemos, bebemos y respiramos... no quiero ni pensarlo.
    Tengo que contarte algo muy bonito que viví ayer, quizá lo haga en mi semiabandonado blog, ya veré. Un fuerte abrazo, colega.

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    1. Me enorgullece recibir comentarios como el tuyo. Tan bien elaborados y bien apoyados en lo que dice el texto. Me encantaría volverte a leer en el blog o conocer la buena nueva que me tienes que contar. Nuestra profesión es fuente de dicha y de desdicha, no cabe duda. El que no la vive no conoce la dimensión de ser profesor. Estar ante rostros llenos de vida y de confusión, de hormonas, de sentimientos encontrados. Espero que hayas podido reencontrarte con ese placer íntimo de ser profesor más allá de zozobras y malestares ocasionales. Tienes que llevarte un buen recuerdo. O eso deseo fervientemente.

      Un fuerte abrazo, Yolanda.

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