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sábado, 29 de noviembre de 2014

La fotografía, arte abierto al mundo.

                                          John Stanmeyer, foto ganadora del World Press Photo 14

El pasado día 27 de noviembre fui con mis alumnos de segundo de ESO a ver la exposición del World Press Photo 14 en el CCCB de Barcelona. Era un día lluvioso. Aproveché la magnífica luz velada del día para hacerles fotos y salió un reportaje que me encanta. Los adolescentes son magníficos modelos fotográficos. Su frescura, su naturalidad, su vulnerabilidad, su todavía no estrenada entrada en el mundo adulterado de los adultos los hace un sujeto fotográfico extraordinario. Yo disfruto fotografiándolos y ellos se dejan querer por la cámara. En general les gusta mucho ser fotografiados. Luego les monto un vídeo con música de la que les gusta a ellos y aprovechamos los últimos diez minutos de la clase para verlo.

La salida tenía una función sibilina por mi parte. Quería hacer partícipes a estos chavales del mundo de la imagen, quería que mediante la visión de las mejores fotografías del año accedieran a una visión más compleja de la realidad del mundo en que viven. Sabía de antemano que la fotografía es el lenguaje esencial de estos muchachos, la fotografía y el vídeo. Había visto la exposición un par de veces antes para prepararles un dossier que ellos debían completar eligiendo algunas series de la muestra. El recorrido estaba preparado para que ellos curiosearan libremente por la exposición viendo diferentes aspectos de la realidad: la violencia de género, catástrofes naturales, homosexualidad en África, inmigrantes intentando captar la señal con sus móviles, una adolescente obesa que se va a operar para perder peso, deportes, comunas naturistas, hombre deformado con ácido, una comuna de albinos, fotos de bonobos, de leones, matanzas en centros comerciales en Kenia... El mundo se abre ante ellos sin la censura de los adultos. Estos muchachos no suelen ver los noticiarios y viven aislados de la realidad informativa. Pero les interesa, planteada sin tono didáctico. Yo no les expliqué nada que ellos no preguntaran. Los veía tumbados en el suelo tomando apuntes, mirando fotos absortos, o sentados o tumbados viendo vídeos sobre aspectos diversos. La oscuridad dominaba en la exposición, solo matizada por la iluminación tenue de las fotos. Nadie les intentó explicar nada. Eran ellos solos los que debían elegir series de fotografías, fotografiarlas y describirlas con palabras. La recepción fue extraordinaria. Pasamos allí dentro una hora y media y costó sacarlos a la calle sumidos en la penumbra de la exposición. Eran ellos los que tenían que haberse planteado preguntas al ver imágenes sobre temas complejos. Yo estaba allí viéndoles deambular y el que decidió que ya era bastante, que teníamos que salir a la calle.

El resultado de la salida fue tan positivo que he pedido de nuevo que en enero haya otra salida a una muestra distinta que está también en Barcelona. Se titula Mujeres y el autor es Gervasio Sánchez. Es una panorámica de la situación de  la mujer en Afganistán. Desoladora, tremenda, emotiva, dolorosa, durísima, interesante, provocadora. Hay profesores que estiman que puede ser demasiado fuerte para ellos, muchachos de trece años, pero yo creo que necesitan nutrirse de la realidad del mundo. No pueden vivir en una burbuja ajena a las cosas que suceden. Pienso que están hambrientos de información planteada de forma no manipulada, de información que ellos deben contemplar y evaluar. La fotografía es un arte de nuestro tiempo y se suele utilizar poco como medio pedagógico. Todas las veces que he llevado a alumnos a exposiciones de fotografía interesantes ha habido una magnífica recepción. He preparado la salida a conciencia viendo varias veces la exposición, les he elaborado un dossier, les he explicado qué tenían que hacer y luego hemos ido. Suelen ser exposiciones gratuitas. En la exposición no explico nada. Las fotografías hablan por sí mismas. Veo inapropiado interpretarlas. La mayor virtualidad del lenguaje fotográfico es la libertad de interpretación. Es un sistema sumamente sencillo. Hay que aprender a ver fotografías y la mejor forma de hacerlo es evidente. Viéndolas. Fotos excelentes realizadas por fotógrafos magníficos. En Barcelona hay una oferta muy interesante si queremos seguirla.


El hecho de haber salido a ver fotos se une a que ellos llevaban cámaras o móviles para hacerlas también, mientras que el profesor disfrutaba disparando su cámara para hacer un reportaje lleno de vida sobre este momento de los trece años en que las emociones surgen poderosas y urgentes en su psique. No es la primera vez que un adolescente se enamora de la imagen viendo hacer fotos. Nada hay que estimule tanto la fotografía que el hecho de ver fotos y que alguien goce haciéndolas cerca de ti.

9 comentarios :

  1. Estupenda actitud.
    También soy partidaria de espabilar a los críos, aislados de otra realidad que la propia de su edad, cuanto antes se tome conciencia de la dura realidad circundante antes se fortalecerán e iran avisados.

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    1. Se proyecta a los adolescentes un discurso de impedidos mentales, de idiotas, de sobrevenidos gilipollas, inserto en una ideología pueril. Esto es lo que hemos visto en los últimos veinte años con las pedagogías constructivistas y de la inanidad. Lo que me va a mí es la pedagogía salvaje, la que se basa en la intuición, la pasión y el desafío a lo dado. Esto va en esa línea, considerando a mis alumnos como guerreros de la tribu dispuestos a comerse el mundo.

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  2. Es curioso, pero el último párrafo no sirve en absoluto para la lectura, a pesar de la extendida creencia de que "ver a los padres leyendo" crea lectores. Pudiera ser porque el arte de la fotografía es instantáneo; y el de la lectura exige el discurso, y a menudo largo.

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    1. No es cierto, como dices, que ver a los padres leer fomente el hábito de la lectura. Tradujiste un libro muy interesante que no he olvidado cuya tesis central era que "los hijos salen como salen". Pues eso. En segundo de ESO hay gemelos cuyas características personales son totalmente divergentes y antitéticas en cuanto a todo. Hay un factor misterioso que vamos a llamar "el ello" que da origen a la explosión de la personalidad. Me gusta trabajar sobre esta idea.

      Pero sí que he comprobado que alumnos y personas que me habían visto hacer fotos se han aficionado a la fotografía. No son multitudes pero sí significativos de que la fotografía llama a la fotografía. En cuanto a la lectura, quién sabe. No me gusta hacer lectores, estimo que ellos se hacen solos. Es una conquista del alma.

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    2. Joselu, que digo lo contrario de lo que dices... Estamos de acuerdo, pues. La contemplación del lector no crea lectores. Pero la del fotógrafo, sí que crea fotógrafos.

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  3. Muy interesante. Yo fui a ver la exposición porque en mi centro también fueron a verla cuando se expuso en el Círculo de Bellas Artes, así que según hablabas de la temática la iba recorriendo al mismo tiempo, incluso casi podía recordar el lugar en que estaban colocadas muchas de ellas. En los niveles de 1º y 2º de ESO siempre los llevamos al teatro, a ver obras que son caras y malas, así que este curso hemos dicho basta. Hay que cambiar de actividades. Resistirse al móvil es una utopía, pues que vean, fotografíen y aprendan a hacer algo con sus fotos que no sea subirlas a Facebook.

    Tengo ganas de ver una película, "La Sal de la Tierra", sobre la fotografía de Sebastiäo Salgado.

    Besos.

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    1. Desde luego es una forma creativa de utilizar el móvil. Me sorprendió que permitieran las fotos en la expo cuando la regla estúpida es que no se permiten hacer fotografías en ningún museo o exposición.

      Adelante con la cultura fotográfica, Angie.

      Besos.

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  4. Excelente propuesta. Hay que aproximarlos a todas las posibles herramientas de expresión y comunicación. La fotografía está muy próxima a su mundo de imágenes.

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    1. Esa impresión tengo yo. Desde luego más cerca que el mundo de las palabras con el que hemos de luchar para fomentar su uso más o menos correcto y por el que se preocupan bien poco.

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