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miércoles, 29 de octubre de 2014

Dulcinea del Toboso


Comienzo de nuevo mi aproximación a El Quijote a los alumnos de segundo de bachillerato como hace más de quince años puesto que es lectura obligatoria per saecula saeculorum. Es una lectura difícil para este tipo de alumnos cuyo dominio del idioma es escaso -muchos son de origen inmigrante- por su propia pobreza de léxico y carencia de ingeniosidad verbal para entender los juegos lingüísticos de la obra. Explicar El Quijote quince años seguido puede ser demoledor para el profesor pero que no cunda el pánico. El profesor intenta cada año enfoques distintos que le permitan disfrutar con la obra nuevamente. Este año, para mi sorpresa, hablando de los géneros literarios que están en el origen de la novela y citando la narrativa sentimental y de caballerías, ha salido a colación el personaje de Dulcinea del Toboso, la dama que se inventa Alonso Quijano el Bueno a partir de una labradora de pelo en pecho que conocía y de la que anduvo enamoriscado. Don Quijote no existe. Primera conmoción entre los receptores. ¿cómo que no existe? Dulcinea no existe. Segunda conmoción entre los alumnos. Nos has quitado la emoción de la novela. Me dicen. No existen, les repito.

La historia es la de un hidalgo cincuentón que, aburrido, se dedica a leer novelas de caballería, un género popular en aquel momento. Su vida es tan ociosa que urde la extraña y ridícula idea de hacerse caballero andante como imitación de aquellos libros que leía. Para ello necesitaba unas armas, una armadura, un caballo y una dama. Y que lo ordenaran caballero. Todo eso lo consigue. En el desván tiene unas armas llenas de óxido, una celada como casco, que arregla con cartones y cintas, un caballo viejo al que llamará de forma altisonante Rocinante. Su aspecto es grotesco. Cualquiera que leyera la novela (o que la oyera) en su tiempo se partiría el culo de lo mostrenco que era ese hidalgo que se da así mismo el nombre de una pieza de la armadura, la que cubre en muslo, el quijote y luego le añade el de su comarca, La Mancha, como hacían los caballeros de los libros. Su nombre sonaría algo así modernamente como Don Calzoncillo de Cornellà. Pero además necesitaba a una dama. Todo caballero tenía una para dedicarle sus hazañas y que le sirviera de inspiración en ellas. Como he dicho antes, Alonso Quijano había tenido un amorío con una labradora del Toboso, amorío blanco de madurez en que no había dicho nada a la citada lugareña llamada Aldonza Lorenzo, que no era nada refinada ni femenina y sí forzuda como un zagal. Olía a ajo que echaba para atrás. La realidad de El Quijote es vulgar como una mala película de los años sesenta de Antonio Ozores en sus papeles peores.

Pero este caballero decadente y viejo decide trasmutar su mundo de vulgaridad aplastante en un mundo superior y literario. Decide que su imaginación sea la que a partir de entonces cree el mundo en que va a vivir. Él será, por obra de su soberana imaginación, Don Quijote de la Mancha y la fuerza de su imaginación será tal que ha conseguido encarnarse en la mente de millones y millones de lectores que le conceden realidad y creen efectivamente que existió, como mis alumnos. Y no solo eso sino que convierte a Aldonza Lorenzo en la dama más hermosa y delicada, soberana de sus sueños, de la que se convertirá en su más fiel servidor. Dulcinea es por obra de su imaginación un ser real que existe para nosotros y todo el desarrollo de la segunda parte expresa la disolución de ese ser que se va desvaneciendo, para nuestra congoja y la del caballero, hasta convertirse en una liebre como malum signum cuando el hidalgo, derrotado, vuelve a su aldea a morir. El caballero existía porque existía Dulcinea. Cuando esta, problematizada en su realidad, va desmoronándose, don Quijote a su vez pierde la razón de ser y también se difumina hasta morir efectivamente.

Como telón de fondo está el amor cortés y el servicio de amor a una dama. Yo les preguntó si sería posible hoy una relación como la que plantea dicho amor, combinado con la imaginación quijotesca. ¿Sería posible el servicio de amor a una mujer real convertida en una inspiradora imaginaria de las hazañas de un hombre? ¿Sería posible un servicio de amor -sin realización física- pero con alto nivel de erotismo como juego compartido?

La cuestión interesa vivamente a mis alumnos, a mis alumnas sería más exacto pues los varones en esta clase están fuera de línea. Expresan su sorpresa y su negativa rotunda a que pudiera existir en este tiempo una relación caballeresca que es propia, según dicen de otro tiempo. ¿Por qué iba a existir? Lo normal en este tiempo es que las cosas se lleven a cabo, que el amor se realice. No es posible esa concepción del amor, si es que eso puede ser llamado amor sino más bien sadomasoquismo. ¿Por qué lo iban a hacer? Imaginad que los dos son casados y la relación surge como distracción de la aridez conyugal. Se quedan perplejos. ¿Quién iba a buscar algo que no se consuma y que solo busca la intensificación del deseo que nunca se lleva a término? Eso es literario dice una de ellas con gran acierto. ¿Podría darse en el territorio de la imaginación una relación literaria de dos personas reales que adquirieran identidades fantásticas como juego altamente erótico? Internet es un mundo de identidades problemáticas como bien saben todos y en la red de redes son posibles intercambios de personalidad de forma engañosa o concertada. ¿No existió una aplicación exitosa en su momento que se llamaba Second Life en que cada participante adquiría la identidad elegida, no teniendo que coincidir con su sexo o condición social o real? ¿Sería posible una relación amorosa –el amor es siempre una entidad difusa y ambigua- en que dos seres se amaran en reinos de ficción y creyeran a pies juntillas en su mundo imaginario? Pues es lo que hace don Quijote de la Mancha: trasmutar la realidad gris de su aldea en que no pasaba nada en un universo literario y a esa labradora experta en salar puercos en la princesa más alta y maravillosa que ha existido en todos los tiempos.


En El Quijote no se plantean relaciones eróticas mentales entre los dos seres conectados por la imaginación, pero podemos suponerlas. La inspiración es una fuerza lúbrica muy potente. Y Dulcinea existe, ya lo creo que existe, por obra y gracia de la imaginación de su amante cuya principal fuerza era el aburrimiento y las ganas de jugar en el terreno de la literatura de caballerías, un mundo lleno de circunstancias mágicas que pronto van a implicar a nuestro héroe en aventuras tan oníricas como se quiera conceder. Todo es cuestión de imaginación en cuyo reino lo gris se convierte en multicolor. Y lo multicolor en esa dualidad apasionante que es el blanco y negro. Hemos partido de la tesis de que Dulcinea no existía en la realidad, pero sí en la imaginación. ¿Qué es más poderoso? Mis alumnas se quedan confundidas y empiezan a entrar en el juego de El Quijote. Y este profesor, una vez más, ha disfrutado, reelaborando el juego cervantino para solaz y contento de su propia imaginación.

La foto es de Josep Koudelka de su libro Gypsies

20 comentarios :

  1. Rocinante, que significa que antes fue Rocin y que ahora es "mejor montura que los famosos Babieca del Cid y Bucéfalo de Alejandro Magno".
    Yo no soy critico literario, ni hombre de letras , me lei el Quijote justo cuando deje de estudiar (como casi todos los libros que he leido posteriormente) y lo he vuelto a leer otros dos veces más.
    Es una obra que entre el humor, la imaginacion y la satira, mete "pedazos de Humanidad" deslumbrantes, como este texto que pongo a continuacion ,que debiera estar en los libros de Derecho y ser aplicado en tribunales.

    "Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos.
    Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico.
    Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre.
    Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
    Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
    No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres, las más veces, serán sin remedio; y si le tuvieren, será a costa de tu crédito, y aun de tu hacienda."
    Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia."

    Son los consejos sobre la Justicia que da Don Quijote a el futuro gobernador de la Insula Barataria, pocas veces o ninguna he visto definir el concepto de Justicia tan bien, y es una conversacion entre un loco y un iluso, ojo al dato.


    Es un libro que engancha, conmigo lo hizo y que recomiendo a todo el mundo que lea, que no se asuste del titulo (ocurre en demasiadas ocasiones) y que se deje llevar por el relato que es divertido, es ameno e instructivo. Su fama no se debe a montajes, publicidad u otras razones, es un tratado de filosofia impresionante y se nota que Don Miguel fue hombre "curtido en la vida" se destila "mucha experiencia vital" en este libro.

    El romanticismo del personaje, de su amor idealizado, del noble concepto de Justicia, defensa del debil contra el opresor y batallador de injusticias, debiera servir de referencia a todos nosotros, demasiado contaminados por el pragmatismo y la vanalizacion de estos conceptos.Quizas es que nos hemos vuelto demasiado materialistas y ya no disfrutamos de amores imposibles, batallas por la Justicia, la defensa del debil y esas cosas... que no debieramos olvidar y de la que en no pocas ocasiones nos acordamos a golpe de titular o cuando es alguien cercano o nosotros mismos los afectados.
    Cuando estudie hice un comentario del mismo que saque notable sin haberle leido, lei comentarios de otros autores y con ellos hice el mio, pero luego le he leido tres veces y espero no morirme sin que halla una cuarta.
    Dicen que es el libro en castellano que tiene más palabras diferentes, sobre 60.000 , pero no lo se. Sin duda, una gran obra de fama merecida, este libro y el Discurso del Metodo de Descartes, para mi, son los dos que más me han impresionado.
    Un saludo y disculpa la extension.

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    1. Eres uno de los pocos españoles que se ha leído El Quijote y nada menos que tres veces... A pesar de su fama -quizás tal vez por ella misma de libro genial- es un libro muy poco leído. Da miedo su grosor, su profundidad de pensamiento, su riquísimo léxico, como bien señalas. Es el gran desconocido de la cultura española. Todos tienen alguna idea de qué va, pero es mínima su lectura. Para mí, El Quijote es un juego literario propio del Barroco de una gran modernidad. Tal vez si muchos de los que lo desconocen asistieran a una explicación del mismo, le perderían el miedo. Te honra su lectura, pero no me has dicho nada sobre el tema que planteo que es el del poder de la imaginación y la creación de una amada propiamente imaginaria.

      Un saludo, y gracias por participar.

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    2. Me he ido por los nunca bien ponderados "Cerros de Ubeda".

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    3. Todo contribuye a enriquecer este rincón en que los que intervienen lo hacen con el corazón y la inteligencia. Irse por los bien ponderados cerros de Úbeda también puede ser una posibilidad.

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  2. Ya sabes que yo sigo empeñado en el Quijote...

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    1. Sí, lo sé, te sigo desde la distancia en tus lecturas ahora sobre El Quijote de Avellaneda.

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  3. Me ha fascinado el modo que has escogido para aproximar a tus alumnos a semejante obra. Confieso que jamás la he podido leer completa. Necesitaría de un buen maestro como tú. Es curioso que justamente el otro día mis hijos también quedaron pasmados al enterarse de que estos personajes que vieron ilustrados por todos lados en su breve estadía en España no existían. De eso va la buena literatura: terminas creyendo que lo que lees es real. Espero que sigas disfrutando y compartiendo aquí este juego cervantino.

    Un abrazo.

    Fer

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    1. La entidad de Don Quijote de la Mancha es tal que se nos impone como un personajes real, tal como Ulises o Hamlet o Arlequín o don Juan. Sabemos que son literario, pero han encarnado de tal manera en nosotros que presumimos su virtualidad y su realidad casi histórica. Y es que están tan vivos, más vivos que muchos seres reales físicos. Y sí, El Quijote es un juego y como tal habría que tomarlo. Me gustaría poder hacer que muchos renuentes a la lectura como tú, tuvieran ocasión de escuchar un par de sesiones en que se explicaran algunas claves de El Quijote que abrirían las ganas de adentrarse en él con curiosidad.

      Un abrazo, Fer.

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  4. A Fernan Caballero le parecía incomprensible que alguien pudiera reírse con el cúmulo de desgracias y golpes que caen sobre el asendereado caballero, y no le faltaba algo de razón. El vuelo imaginativo de la novela es tan amplio y tan alto que la vemos desplegarse ante nosotros como un juego en el que, si no se entra, no hay manera de entender de qué va. Alonso Quijano es un cerebro privilegiado y ha de honrarse más su figura que la de su personaje, porque saber mantener el "decoro" a lo largo de su historia no es moco de pavo, desde luego. Ahora bien, como sostiene Torrente, su capacidad de influir en la conducta de los demás es de tal naturaleza que son pocos los que se hurtan a la invitación quijanesca de "entrar en su juego" y cumplir como se espera de ellos, según su calidad y condición. "Nada prueba contra el amor que la amada no haya existido jamás", creo recordar que decía Machado, hombre solitario y enamoradizo. Dulcinea del Toboso es señora de todos los menesterosos que tienen una misión noble en la vida, y a ella se le han de dirigir los triunfos que de esa misión se obtengan. Los seres de ficción son fuertes, porque no hay quien los modifique, y si alguno lo intenta, como Ginés de Pasamonte en el apócrifo de Avellaneda, cae sobre él el descrédito y el desprecio universales. Sólo he leído un libro que me haya inducido a destrozarlo una vez acabada la lectura, y ese fue el Quijote de Pasamonte, el falso Avellaneda según Riquer. Estuve en un tris de arrancar una a una sus páginas y reducirlas luego a las cenizas, pero incluso el fuego me pareció demasiado noble para usarlo como arma destructora de una de las grandes vilezas literarias de la historia de la literatura de todos los tiempos, y quien también lo haya leído seguro que me da la razón.

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    1. Sin embargo, la existencia de El Quijote de Avellaneda y la reacción de Cervantes ante esa "vileza" transformó la novela que estaba escribiendo en algo todavía mejor y más alto. La intertextualidad se hace ya a unos niveles brillantísimos y los dos quijotes se ven confrontados en un juego genial. Sin el de Avellaneda, el verdadero Quijote no hubiera sido tan extraordinario y expresión de la venganza iracunda de Cervantes contra tal desatino. Solo por leer el episodio en que aparece Álvaro Tarfe bien merece que fuera escrito esa añagaza literaria de serie B. Y, al fin y al cabo, debemos a Ginés de Pasamonte que Don Quijote viniera a Barcelona. Recoge los pedazos de tu falso Quijote y ponlo en un altar porque, gracias a él, tenemos una segunda parte que es todavía mejor que la primera. ¿Cómo hubiera sido El Quijote sin ese apócrifo? No lo sabremos nunca.

      El Quijote es un juego sofisticadísimo, un brillante juego barroco entre realidad y ficción, entre realidad y apariencia, entre locura y cordura, entre sombra y sueño, entre lo claro y lo oscuro, entre lo individual y lo colectivo... Yo explico ese juego a mis alumnos. Otra cosa es que ellos puedan entenderlo. Me temo que no.

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    2. Por eso lo conservo junto al original, Joselu... , bien pegadito a él. Pero el primer arrebato, el que nunca está en nuestra mano, es el que he descrito. Este, de Pasamonte, es uno de esos magníficos renglones torcidos de dios..., como muy bien señalas. Anda, que si en vez de tirarte hacia Dulcinea, te da por meterles en el juego de narradores, en el multiperspectivismo... En el fondo eres magnánimo...

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    3. Eso también entrará, no te quepa duda. No sé el nivel de aprovechamiento. El grupo no es muy sofisticado pero no me reprimo a la hora de explicar. Hay muchas intervenciones por su parte, pero a la hora de expresar las ideas hay muy poco nivel. Sin embargo, hay una chica marroquí que tiene intuición literaria. Es algo sorprendente por lo alejado que está de su Weltanschauung, este vocablo lo ha aprendido Clara para su TR y le ha encantado.

      Su TR a pesar de que estudia biología y química es sobre literatura. Ha comparado los dos personajes centrales de El corazón de las tinieblas, Marlow, y Andrés Hurtado en El árbol de la ciencia desarrollando su crisis de sistema de valores y el cambio en su cosmovisión a través de un viaje físico en el caso de Marlow y existencial en el caso de Hurtado. Ella desarrolla la idea del viaje interior como mecanismo de cambio en los personajes. La novela de Conrad es de 1899 y la de Baroja de 1911, aunque hace referencia a 1898, de modo que abordan un tiempo semejante en circunstancias diversas. Además los dos escritores estaban en los cuarenta años cuando escribieron sus obras. La idea es suya, yo le he ayudado a perfilar algo, pero la idea ,buena o mala, es suya. Un planteamiento de intertextualidad en un estudiante de bachillerato científico.

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  5. Mi primera lectura de El Quijote fue en aquellas Historias Selección de Bruguera con ilustraciones como un comic y al lado el texto condensado. Luego la he leído en la veintena una o quizás dos veces.
    En tu entrada lo has llevado al terreno de la exaltación del amor platónico y su posibilidad en estos tiempos de Internet. Trasladar a aquel caballero cincuentón desocupado -seguramente hoy sería un parado o un prejubilado de una gran empresa- y hacer que su vida errante transcurra delante de una pantalla al calor de otras vidas errantes y virtuales tiene su lado atractivo y nos demuestra la vigencia de esta obra maestra de infinitas lecturas y que sirve tanto para un roto como para un descosido.
    Yo personalmente lo veo más como ese antihéroe que el cine y la narrativa ha ido consolidando en el último siglo hasta destruir el mito del héroe clásico todopoderoso. Los antihéroes humanizan y acercan el mundo mientras que los héroes de la épica tradicional lo alejan. Alonso Quijano es parte de nosotros, por eso perdura, ya que todos queremos ser ese fracasado que quiere romper los moldes de su mediocridad y acceder a un Olimpo exclusivo. Es un perdedor siempre, pero su propia derrota final lo dignifica y le hace llegar a un lugar al que no estaba destinado.
    Consolador para cualquier ser humano condenado a la muerte.
    Un abrazo

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    1. Brillante e interesante comentario que da por justificado mi post en el solo hecho de leerte. El otro día entregaba a mis alumnos de segundo de ESO un texto de un escritor que desconocía, Diego Muñoz Valenzuela (Chile, 1956). En él dos personajes, un hombre feo y deforme con aspecto de Neandertal se escribe con una muchacha tetrapléjica que tiene, sin embargo, una hermosa voz. No hablan de sí mismos y si de la belleza, de las aflicciones del mundo,de sus sentimientos. No desvelan su realidad física y en algún momento él se presenta mediante una foto como un hermoso galán y ella como una bailarina que recorre el mundo rodeada del éxito. Jamás hablan de verse en realidad. Se aman tiernamente compartiendo una visión similar del mundo y de las cosas... Me preguntó si detrás de este breve cuento no hay un planteamiento cervantino en el que la imaginación se alza poderosa para trasmutar lo gris o doloroso de la realidad cotidiana.

      Y sí, los perdedores y entre ellos don Quijote nos inspiran profundamente puesto que nos identificamos con ellos. Nos atrae su carácter soñador tal vez. Iba a escribir "voluntad" pero me ha venido a la cabeza Oblomov y me he dado cuenta de que héroes apáticos también pueden contar con nuestro calor como lectores. Hay una épica en el fracaso, pero ¡ojo! no todo fracasado es un héroe, como todo, hay que servir también para el fracaso, hay toda una dimensión en él.

      Un abrazo, y gracias por tu perspicacia lectora e interpretativa.

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  6. Una alumna que de muchos años que aprende contigo muchísimo.
    Me lo he leído con sumo interés y ha quedado diáfano.

    Besos muchos

    tRamos

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    1. El Quijote, Tramos, es de una complejidad extraordinaria pero explicado sintéticamente puede ser abordado como un juego gozoso entre muchos niveles de interpretación. En dos horas o tres El Quijote puede ser comprendido. Yo resumo lo esencial de El Quijote en un diagrama para mis alumnos, un diagrama de una cara de extensión. Es suficiente, pero requiere de cierto desarrollo. Me alegro de que te haya servido. Dar clase una y otra vez me lleva a intentar plasmar por escrito mis experiencias y mis reflexiones sobre ello. Muchas gracias por estar ahí. Ah, y espero que sirva a tu hijo. Yo tengo también una hija de quince años y otra de diecisiete, pero nunca hemos hablado de la interpretación de El Quijote, aunque la mayor ya lo ha leído en su colegio. Besos.

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  7. ah olvidaba lo más importante, lo leerá mi hijo de 15 años pues no se parece en casi nada lo que yo le expliqué.

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  8. Fascinada me tienes con tu entrada. Solamente he leído El Quijote a retazos pero creo que va a ser mi libro de cabecera dentro de poco si me das permiso para pedirte aclaraciones según lo vaya leyendo. Te adoro cuando escribes algo que me hace pensar y vivir más inténsamente.

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  9. Como profe te diré que me agrada ver cómo intentas captar el interés de los alumnos. Resulta tedioso explicar lo mismo año tras año, como bien dices, y es importante explorar nuevos terrenos que les sirvan a los alumnos y a nosotros mismos. Yo cuando tengo que hablarles de algo abstracto recurro a los árboles, como lo oyes, les digo que me voy a ir por las ramas, pero que si consiguen seguirme, tras el lío de hojas se ve el cielo. Si es posible captar su atención con un simple árbol, que dibujo en la pizarra muy mal, por cierto, qué no conseguirás tú con historias de amores.
    Yo leí el Quijote hace tanto tiempo que todo lo que me cuentes me parecería nuevo, pero te digo una cosa, los libros nos enseñan mucho pero lo que realmente nos enseña, sin apiadarse de nosotros, es la vida. Seguro que tus alumnos aprenden mucho más del Quijote de lo que provenga de ti que de lo que pudieran leer en el libro ahora mismo. Siembra la semilla y crecerá. 34 alumnos tengo yo en 2º de ESO.

    Un beso.

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  10. Me encanta esa visión casi distópica del Quijote. En verdad, Cervantes era un burlón (basta leer su soneto al túmulo de Felipe II) y la mayoría de sus personajes podrían convertirse hoy en protagonistas de series de éxito, lo cual no deja de ser irónico en un autor que buscó el triunfo en los escenarios y nunca lo logró. Creo que pocas obras después del Quijote contienen tanta genialidad ética y estética. A bote pronto solo se me ocurre Luces de bohemia. El problema en las aulas sigue siendo la falta de referentes literarios; para entender y disfrutar del Quijote hacen falta: leer con soltura, conocer mínimamente los géneros de la época, trasladar al presente su trascendencia. Seguramente, todo ello es pedir demasiado, así que imagino que te conformarás con que abran un poco su mente y disfruten con tus revisiones pedagógicas. Enhorabuena.

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